El que se humilla será enaltecido

Jesús dijo en Lucas 18:14: Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

¿Alguna vez has pensado en lo radicales que son estas palabras de Jesús? ¿Qué significan para ti? ¿Cómo te va con esta cuestión de humillarte? ¿Estás cansado de exaltarte, solo para ser humillado? ¿Quieres ser exaltado por Dios?

Jesús dice que esta es una norma universal que se aplica a todo el mundo. Hay solo dos opciones: En cualquier momento tú puedes enaltecerte, o puedes humillarte. Tarde o temprano, si te enalteces, serás humillado; y si te humillas, Dios te promete enaltecerte. Es una ley de la naturaleza que Dios ha establecido.

¿Cuál es tu tendencia? ¿Crees que eres humilde? ¿Quieres ser más humilde? ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste una prédica acerca de cómo humillarte? Me parece que es más común escuchar:

  • “Eres la cabeza y no la cola.”
  • “Eres un hijo del rey.”
  • “Levántate y toma posesión de tu herencia.”

¿Y el mundo? Tiene un concepto muy negativo de la humildad. En la escuela y en la televisión te animan a exaltarte. ¿Y en el hogar? Depende de la familia; algunas familias aún valoran la humildad. ¿Te enseñó tu papá cómo humillarte? ¿O era tu familia más moderna, y te enseñó cómo levantarte y ser exitoso?

¿Qué significa humillarse?

Para comprender lo que Jesús quiere decirnos, hay que entender qué es, exactamente, la humildad. El Diccionario de la lengua española dice que es:

  • La ausencia completa de orgullo
  • Sumisión voluntaria por conciencia de la propia insuficiencia o por cálculo
  • La actitud de la persona que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades, y actúa sin orgullo
  • Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento (Real Academia Española)

Según el diccionario, humillarse es:

  • Adoptar alguien una actitud de inferioridad frente a otra persona
  • Perder su dignidad con alguna acción
  • Hacer actos de humildad

Mira los sinónimos:

  • modesto
  • respetuoso
  • tímido
  • sencillo
  • sumiso
  • dócil
  • obediente
  • reservado
  • afable
  • pobre
  • desvalido
  • servil
  • insignificante
  • diminuto
  • bajo
  • pequeño

¿Qué hombre quiere ser esa persona? Con este concepto que el mundo tiene de la humildad, ¡claro que ningún hombre quiere humillarse! Esto nos da un indicio del entendimiento que el mundo tiene de la humildad, pero vamos a ver que Jesús está hablando de algo más radical y espiritual.

¿Qué significa enaltecer?

Los antónimos que el diccionario nos da para la humildad son soberbio, altivo y rebelde. Estos son relacionados con la persona que se enaltece a sí mismo. El diccionario dice que enaltecer es dar mayor estimación y dignidad a alguien o algo. Los sinónimos son engrandecer, enorgullecer, exaltar, distinguir, alabar, elogiar, ensalzar, y honrar. Eso es lo que Dios hace por nosotros si nos humillamos, y eso es lo que debemos ofrecer a Dios.

La enseñanza de Jesús en Lucas 18

En Lucas 18, Jesús estaba hablando a hombres confiados en sí mismos, que se creían justos y despreciaban a los demás; es decir, eran arrogantes y soberbios.

10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de impuestos.11 El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.12 Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo.” 13 En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”

14 »Les digo que éste, y no aquél, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Primero, el fariseo hizo una oración muy bonita y muy religiosa, recordándole a Dios (y a sus oyentes en el templo) lo bueno que era. Jesús dice que se puso a orar consigo mismo. ¡Esa “oración” no llegó a Dios! El que se enaltece a sí mismo es ciego y no puede ver su verdadera posición ante Dios. Los fariseos eran vistos como los más espirituales de esa época, pero este hombre era ciego a su pecado y su necesidad de Dios. Estaba engañado. Lamentablemente, este fariseo me recuerda a muchos en la iglesia de hoy. ¿Has conocido a alguien que quiere impresionar a otros con sus oraciones o su espiritualidad? ¿Crees que todavía hay “fariseos” hoy?

Luego vino un recaudador de impuestos, que estaba entre las personas más odiadas de ese día, golpeándose el pecho y pidiendo misericordia de Dios. Ni siquiera se atrevió alzar la vista al cielo. Oró sinceramente; no para impresionar a otros. Se humilló, y volvió a su casa justificado ante Dios. El Señor conoce su corazón y, a su tiempo debido, lo enaltecerá.

Jesús profundiza en el tema

15 También le llevaban niños pequeños a Jesús para que los tocara. Al ver esto, los discípulos reprendían a quienes los llevaban. 16 Pero Jesús llamó a los niños y dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. 17 Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.»

Me encanta cómo Dios arregla las cosas: Con los discípulos sentados allí y reflexionando sobre las palabras de Jesús, “por casualidad” algunas personas trajeron a sus hijos a Jesús. Los discípulos no entendieron la lección del fariseo, y en su soberbia reprendieron a quienes los llevaban. Creían que Jesús tenía cosas más importantes que hacer. Pero Jesús dice que la humildad de un niño es lo necesario para entrar en el reino de Dios. Su reino no es de los poderosos, ni de los ricos, sino de aquellos que son como niños. Para entrar en el reino de Dios, tienes que humillarte y volver a ser como un niño.

¿Cuál de estos eres tú?

  • ¿Un fariseo, confiado en ti mismo y en tu espiritualidad?
  • ¿Un hombre humilde que conoce bien su pecado y necesidad de un Salvador?
  • ¿O un niño, que solo quiere estar con Jesús y ser tocado por su mano?

¿Cómo puedes humillarte hoy en tu hogar? ¿En tu trabajo? ¿Cómo estás tentado a enaltecerte a ti mismo?