La verdadera fe Romanos 4:16-21

16 Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es solo para los que son de la ley, sino para los que son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común 17 delante de Dios, tal como está escrito: «Te he confirmado como padre de muchas naciones». Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran.

18 Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia!» 19 Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. 20 Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.

Hoy es un día importante para mí: lancé mi página en el internet (UnPadreEspiritual.com). Yo luchaba mucho en oración con el nombre de la página. ¿Quién soy yo para llamarme un padre espiritual? Pero entonces Dios me habló de este pasaje en Romanos 4: Abraham es el padre de todos nosotros. En el verso 17 Dios le dice: Te he confirmado como padre de muchas naciones. Era una obra completamente de Dios.

Aquí está Abraham, el padre de muchas naciones, ¡y no tiene a un solo hijo! Él tenía muchas fallas. La situación parece imposible. No hay nada que él puede hacer para realizar esa promesa, y parece que no había mucha esperanza:

  1. Su cuerpo estaba como muerto; ya tenía unos 100 años. ¡Y tú crees que estás esperando mucho tiempo para ver la promesa de Dios cumplida en tu vida! Sufría para muchos años en su matrimonio, con las quejas y lamentos de Sara. Maltrataba a ella porque él temía por su vida (Génesis 12:10-20 y 20:1-18). ¡Su «ministerio» comenzó a los 100 años! Y de verdad, no hizo mucho. No predicó a muchos. No hizo muchos milagros. Simplemente tenía fe en Dios y engendró (después de una fracaso muy grave con Agar, la criada de su esposa, en Génesis 16) al hijo de la promesa. Pero hasta el día de hoy es el padre de muchas naciones.
  2. Su esposa era estéril. Su matriz estaba muerta. Parece que ella no tenía mucha fe. Hizo la sugerencia a su esposo de engendrar a un hijo con Agar, pero entonces ella hacía la vida de Agar e Ismael imposible. Tenían que huir del hogar. Abraham sufría mucho dolor por esas contiendas en su familia.

Pero a pesar de todo eso, su fe no flaqueó.

  • ¿Cómo está tu fe? ¿Está flaqueando?
  • ¿Tienes una situación más difícil que la de Abraham? Abraham no vaciló como un incrédulo.
  • ¿Estás vacilando? ¿Te parece que Dios no está haciendo nada?
  • ¿Te parece imposible la situación en tu vida?
  • ¿Está muerto tu matrimonio? ¿Está muerta tu iglesia? ¿Están muertos tus sueños? ¿Sabes qué? ¡Dios resucita a los muertos!

Verso 20 dice que Abraham reafirmó su fe, o se fortaleció en su fe, y dio gloria a Dios. Mi hermano, ya es tiempo reafirmar tu fe en la palabra de Dios. Ya es tiempo creer en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran. Deja la incredulidad, la depresión, y el temor. Contra toda esperanza, cree y espera en Dios. De ese modo Abraham llegó a ser padre de muchas naciones. De ese modo tú llegarás a ser un verdadero padre a tus hijos, un buen esposo, y posiblemente un padre espiritual. Dios tiene un plan para tu vida también. Búscale. Estudia la Biblia y recibe la palabra que Dios tiene para ti. Abraham estaba plenamente convencido que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido. Es el padre de todos los que tienen fe en Dios. Y no era fe como muchas veces hablan de fe hoy en día, reclamando muchas cosas y confesando cosas que de verdad no son necesariamente la voluntad de Dios para ellos. Él no tenía que fabricar sentimientos de mucha fe. Él reconocía (verso 19) las cosas exactamente como estaban. No se tiene que inventar cosas o negar la realidad para tener fe. Tenía muchos altibajos, pero perseveraba en una fe sencilla en lo que Dios le había dicho.

No tienes que ser perfecto. Dios te ama y te conoce, incluso tus fallas y debilidades. Pero también puede ver la fe que tienes en tu corazón. No temas. Tu Padre celestial quiere lo mejor para ti. Puede ser que tienes que esperar un ratito, pero es un Padre que resucita a los muertos y llama a las cosas que no son como si ya existieran.