Dios tiene un plan para ti Éxodo 3:7-14

Parte de la estrategia para ganar en las batallas de esta vida es tener un plan. En mi Biblia, Éxodo 3:7-14 tiene el titulo «Dios diseñó el plan de salvación.»

Pero el Señor siguió diciendo:

―Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias. Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas, y he visto también cómo los oprimen los egipcios. 10 Así que dispónte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.

11 Pero Moisés le dijo a Dios:

―¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?

12 ―Yo estaré contigo —le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me rendirán culto[a] en esta montaña.

13 Pero Moisés insistió:

―Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”. ¿Qué les respondo si me preguntan: “¿Y cómo se llama?”

14 ―Yo soy el que soy —respondió Dios a Moisés—. Y esto es lo que tienes que decirles a los israelitas: “Yo soy me ha enviado a ustedes”.

En los versos 7 y 8 Dios dice que:

He visto

He oído

He conocido

Y como resultado…

He descendido

Dios vio la aflicción de su pueblo en su esclavitud en Egipto. Dios ve todo; Él ha visto tu aflicción.

Su pueblo clamó a Él a causa de sus opresores, y Dios oyó su clamor, aunque les apareció que no respondió a ello. Dios ha oído tu clamor también.

Dios no está alejado de tus angustias. Él las ha conocido; Jesucristo vino a este mundo y era un varón de dolores, experimentado en el quebranto.

Israel tenía que esperar un buen rato, pero ahora Dios dice que ha descendido. Descendió para hacer dos cosas: librarlos, y sacarlos. Jesús descendió para librarnos de nuestra esclavitud al pecado y sacarnos de este mundo (espiritualmente).

Dios tenía un plan para la salvación de su pueblo en Egipto, y Dios tiene un plan para nuestra salvación del diablo y del pecado. Dios también tiene un plan para librarte y sacarte de la trampa del pecado y angustia en tu vida.

Dios prometió a ellos una tierra buena y ancha, una tierra que fluye leche y miel, tal como Él tiene cosas buenas preparadas para ti. Hay un solo problemita: Esa tierra está ocupada. Hay cananeos, heteos, ferezeos, heveos, y jebuseos. Eso significa guerra.

El blanco para ellos, su meta, es la posesión de esa tierra; para ocupar y morar en una tierra que fluye leche y miel. Pero primeramente hay otros blancos que tienen prioridad. Para un esclavo en Egipto parece un sueño imposible poseer tal tierra. Es posible que hay blancos en tu vida ahora que te parecen imposibles, son tan grandes y alejados. Pero Dios tiene un plan para ti también.

La batalla es de Dios. Él va a hacer maravillas para sacarlos de Egipto. Ellos solamente tienen que cooperar con su plan. Pero también Él está llamando y enviando a un hombre como líder; está ungiendo a Moisés y enviándolo a Faraón.

Dios va a pelear tu batalla también. Claro que tú tienes tu parte. Tienes que obedecer y a veces batallar, pero Jesucristo ha preparado el camino. Él hará lo que tú no puedes.

El primer blanco para Moisés (verso 10) es el faraón. Él va directamente a la cabeza del país. Es como dijo Jesús: ¿Cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? (Mateo 12:29)

Moisés responde a Dios: “¿Quién soy yo? No quiero hacer eso, y creo que no puedo.” Todavía tenía que soltar al guerrero adentro.

La única respuesta que Dios le da es: “Yo estaré contigo.” No importa que Moisés no sabe cómo hablar y no tiene experiencia. Es su fe en lo que Dios le dijo (“estaré contigo”) que suelta al guerrero. Es el conocimiento que Dios le llamó y está enviándole.

Si era una invención de Moisés sería suicidio ir al faraón con sus peticiones. Hace muchos años Moisés ya trató en su fuerza a interceder por su pueblo, y tenía que huir del país. Pero ahora todo es de Dios. ¿Y la señal que Dios le da? Algún día Moisés va a servir a Dios en esa misma montaña.

Para las fuerzas armadas, sería suicidio salir en una misión sin el apoyo de todo el ejército. Ellos han hecho la inteligencia y saben dónde están los blancos, y suplen las armas necesarias. Nosotros somos parte del gran plan de Dios para establecer su reino. Tú tienes tu parte. ¿Tienes esa certeza que Dios está contigo? ¿Sabes cuál es tu primer blanco? Moisés tenía armas: su vara (señales y prodigios) y la palabra de Dios. Tú tienes las mismas armas. Esfuérzate, levántate, y sé valiente.