¿Entraré al cielo como quien pasa por el fuego? 1 Corintios 3

Pablo usa dos metáforas para describir la iglesia:

  1. Un campo
  • En un campo, algunos siembran y otros riegan. En la iglesia, Dios ha designado diferentes personas para cada tarea. En este caso, Pablo sembró y Apolos regó (verso 6).
  • Para obtener una cosecha, cada uno tiene que hacer su parte. Todos los labradores están al mismo nivel. Un pastor, por ejemplo, no es mejor que otro miembro de la iglesia; simplemente tienen distintas tareas en el campo (8).
  • Tenemos el gran privilegio de ser colaboradores con Dios (9).
  • Dios conoce tus talentos y Él asigna a cada uno su tarea (5). La parte más importante es de Dios: Él da el crecimiento (6). Tú puedes sembrar la mejor semilla y echar agua y alimento todos los días, pero sin la obra de Dios, no tendrás ninguna cosecha.
  • Dios está muy interesado en la cosecha; ese es el propósito del campo. Si no es fructífero, es inútil (Juan 15:6-8), pero si permanecemos en Cristo, debemos tener una buena cosecha. Vamos a ver en un momento algunas  cosas que pueden limitar esa cosecha.
  1. Un edificio; en efecto, un templo.
  • Aquí, otra vez, Pablo fue el sembrador que echó los cimientos. Él se llama un «maestro constructor» (10).
  • Luego otros vienen y construyen sobre ese fundamento. Para ser un edificio sano, cada uno tiene que tener cuidado de cómo construye (10). Si el fundamento es malo, todo el edificio será malo.
  • El único fundamento para una iglesia es Jesucristo. Si el fundamento de una iglesia es un pastor o una doctrina, la iglesia no es una verdadera iglesia.

Cosas que pueden dañar este campo o edificio

  1. Divisiones
  • Todavía hoy en día es común que los cristianos se identifiquen con algún teólogo, apóstol o líder de la iglesia. Incluso se puede decir que los concilios y denominaciones tienden a eso.
  •  Pablo dice que aquellos que lo hacen son carnales y actúan como la gente del mundo (4).
  • Seguir a algún hombre o doctrina de esta manera produce celos y conflictos. Pablo dice que los que caen en contiendas son inmaduros (3); no son espirituales, sino niños en Cristo (1).
  • Para ser maduros en Cristo tenemos que dejar todo lo que pueda dividir la iglesia.
  1. Usar materiales inferiores
  • Para construir un edificio puedes usar lo mejor: oro, plata y piedras preciosas; o puedes usar madera, heno y paja (12). Se puede edificar sobre la arena o sobre la roca. Al principio, los edificios pueden parecer iguales, pero cuando llega la tormenta, se revela la calidad de los materiales. Hay un juicio venidero que dejará todo al descubierto (13). Muchas personas están usando materiales inferiores porque no quieren gastar mucho dinero, tiempo o energía. Cuesta más construir con los mejores, pero el templo del Señor lo merece.
  • Lo que tú hagas en la construcción del templo va a tener consecuencias eternas para ti. No es una cuestión de salvación; serás salvo, pero como quien pasa por el fuego (15). Si tu obra es consumida, sufrirás pérdida (la Biblia no dice qué será qué se perderá). Pero si tu obra permanece, recibirás tu recompensa (14). Construir el templo de Dios es muy serio.
  1. Tomar la iglesia a la ligera
  • La iglesia (los creyentes) es el templo de Dios, mucho más importante que el antiguo templo en Jerusalén. Obviamente, el templo de Dios es sagrado (17). Muchos no tienen un concepto tan alto de la iglesia.
  • Ya que es el templo de Dios, si alguien lo destruye, Dios destruirá a esa persona (17). ¿Cómo destruimos la iglesia?
    • Descuidando las ovejas.
    • Falsa doctrina y falta de alimento de la Palabra.
    • Contiendas y divisiones.
    • El pecado.
    • Vanagloriándose.

Es muy serio jugar con la iglesia. Cada líder en la iglesia debe tener un temor de Dios y hacer su obra con mucha seriedad.

  • En el capítulo 6 Pablo dice que el cuerpo humano también es un templo del Espíritu Santo. Creo que se puede decir que si alguien destruye ese templo con glotonería, drogas, alcohol, cigarrillos, abusos, etc., Dios lo destruirá.

Unas cosas para reflexión de este capítulo:

  1. ¿Estoy maduro? ¿O inmaduro? ¿Cuáles son los criterios que utilizo para determinar si alguien es maduro o inmaduro? ¿Puedo decir con confianza que no estoy siguiendo a ningún hombre o doctrina? ¿Que no estoy contribuyendo a contiendas, celos o divisiones en la iglesia?
  2. ¿Estoy dando alimentos sólidos a los creyentes que todavía son niños? ¿Tengo que hacer algunos ajustes en mi predicación para dar más leche a la congregación? ¿O hay una necesidad de más alimentos sólidos, o exhortaciones para la iglesia?
  3. ¿Qué puedo hacer para sanar las divisiones en la iglesia?
  4. ¿Cuál es mi parte en el campo del Señor? ¿Estoy dejando que Dios dé el crecimiento? Si no hay crecimiento, ¿por qué? ¿Estoy dejando a otros, y animándolos, a hacer su parte? ¿Podría ser que estoy regando cuando nadie ha sembrado?
  5. Reflexionando honestamente sobre mi vida, mi familia y mi iglesia, ¿estoy seguro de que el fundamento es Cristo? ¿Qué tengo que cambiar para darle a Cristo su lugar como fundamento?
  6. ¿Estoy usando lo mejor en mi servicio para el Señor? ¿Hay evidencia de que mi obra permanecerá? ¿O ya está sufriendo bajo la presión de este mundo? ¿Qué tengo que cambiar para evitar sufrir una pérdida eterna? Pon tu obra a prueba ahora, para prepararte para el juicio venidero. Pide ayuda a algunos hermanos para probarla.
  7. ¿Estoy sufriendo bajo el juicio de Dios porque he destruido un templo? ¿Qué puedo hacer para comunicarle a otros cuán importante es la iglesia para Dios? ¿Qué puedo hacer si veo a alguien destruyendo el templo de Dios?