Tú eres mi hijo   (Oseas 11:1-4)

En Éxodo 4:22 Dios dice: Israel es mi hijo, mi primogénito.

Su hijo estaba en cautividad en Egipto, y por fin está mandando a Moisés a liberarlo. Dios sabe cómo es tener a un hijo en la prisión, cautivo al pecado, o lejos de su hogar. Israel es su primogénito, pero Dios también tiene a muchos hijos adoptados, como tú y yo. También tiene a un hijo unigénito, nuestro Señor Jesucristo. Es decir que la Biblia está llena del Padre y sus hijos. Esa relación entre padre e hijo es algo que Dios conoce muy bien. Tiene miles de años de experiencia bregando con su hijo rebelde, Israel. Si tú a veces te sientes como no sabes cómo ser padre, habla con tu Padre celestial. Pídele por sus consejos y su apoyo.

¿Crees que ser un padre perfecto significa que tu hijo sale muy obediente y dedicado a su padre? ¡De ninguna manera! Dios Padre peleaba con su hijo primogénito. Ha sufrido mucho por ese hijo, y por sus hijos adoptados también. La mayoría son rebeldes. Tú puedes ser el mejor padre y todavía parecer un fracaso en los ojos del mundo. Pero Dios perseveraba con este hijo. Unos 700 años después, Dios habló a través del profeta Oseas, capitulo 11:1-4:

Desde que Israel era niño, yo lo amé;
de Egipto llamé a mi hijo.
Pero cuanto más lo llamaba,
más se alejaba de mí.
Ofrecía sacrificios a sus falsos dioses
y quemaba incienso a las imagines.
Yo fui quien enseñó a caminar a Efraín;
yo fui quien lo tomó de la mano.
Pero el no quiso reconocer
que era yo quien lo sanaba.
Lo atraje con cuerdas de ternura,
lo atraje con lazos de amor.
Le quité de la cerviz el yugo,
y con ternura me acerqué para alimentarlo.

Algunos creen que el Dios del Antiguo Testamento era un dios severo, duro, y exigente. Ellos no ven mucho amor en ese Dios, pero no es cierto. Dios era un padre rechazado que tenía que disciplinar a su hijo. Trataba todo lo posible para atraer a su hijo. Sobre todo quería su amor, pero Israel no quiso amar a su Padre ni reconoció a Dios como su padre. ¿Ves la angustia en lo que dice Dios aquí? ¿Ves la ternura de Dios, tomándolo de la mano, enseñándolo a caminar, y sanándolo?

Era una relación de puro amor.

Padre, si tú estás sufriendo en tu relación con tu hijo ahora, si tú no sabes cómo ser un padre, acércate a Dios. Él quiere consolarte, Él quiere darte nuevas fuerzas para seguir amando a tu hijo. Venga lo que venga, no lo rechaces. Busca maneras de atraerle. No tires la toalla, no te des por vencido. Demasiados padres abandonan a sus hijos. Tu hijo te necesita. Enséñale a caminar. Sé tierno con él. Muchos padres creen que tienen que ser duros con sus hijos. Muchos hombres nunca experimentaban ternura ni cariño de parte de su papá, pero es el amor, es ternura, que Dios usa para atraer a su hijo. No tenía éxito, pero perseveraba en ese amor. Acércate a tu hijo para alimentarlo, para llenar su alma con palabras de apoyo y amor. Haz lo que puedas para quitar el yugo de la cerviz. Muchos padres han herido a sus hijos; ahora haz lo que puedas para sanarlo.

Lo mismo aplica a ti, padre espiritual, con tus hijos espirituales. Nunca los abandones. Sigue el ejemplo de Papá Dios.

Y para ti, hijo (y todos somos hijos, ¿verdad?), recibe el amor que Dios quiere derramar en tu corazón. Es posible que nunca conociste a tu papá, pero tú tienes a un Padre celestial que te ama con un amor perfecto. No importa si has fallado a Dios o si has caído; Dios está atrayéndote con cuerdas de ternura y lazos de amor. Déjalo tocarte y abrazarte y enseñarte a caminar de nuevo, como un hijo digno de su Papá, un hijo que trae honor a su Papá. Dios te ha amado desde tu niñez. Te llamó a la salvación y una nueva vida. En tu hora más oscura, fue tu Padre que te tomó de la mano. También, haz todo lo que puedas para acercarte a tu padre terrenal y restaurar esa relación.

Esta relación de padre e hijo es algo tan, tan cerca al corazón de Dios. Es la misma naturaleza de Dios: Él existe en una relación de Padre e Hijo. Por esa razón es algo que Satanás, el padre de mentira, quiere pervertir y destruir. El corazón de Dios está tan cargado para sus hijos. ¡Te ama tanto que sacrificó a su propio hijo por tu salvación! Respira profundamente y recibe ese corazón de amor de tu Padre. Él quiere derramar su amor sobre ti ahora mismo; quiere abrazarte. Él se deleita en ti.

 

2 respuestas a «Tú eres mi hijo   (Oseas 11:1-4)»

    1. Muchas gracias hermano y muchas bendiciones. Un dia glorioso en el Virilla lunes – unos 20 hombres recibieron a Cristo.

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