Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: Ruéguenle al Señor que aleje las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo para que le ofrezca sacrificios.
Moisés le respondió: Dime cuando quieres que ruegue al Señor por ti, por tus funcionarios y por tu pueblo. Las ranas se quedarán solo en el Nilo, y tu y tus casas se librarán de ellas. “Mañana” contestó el faraón.
“Así se hará” respondió Moisés, “y sabrás que no hay dios como el Señor, nuestro Dios.”
El faraón y todo el país de Egipto estaban afligidos con una plaga de ranas; así como muchos están afligidos con algún pecado, una adicción o algún problema en su vida.
Faraón hace lo correcto: llama al varón de Dios y pide oración para quitar esa aflicción de su vida. Le promete que si Dios contesta, él obedecerá el mandato del Señor. Muchos hacen votos y promesas al Señor si Él les quita su aflicción. Dios está listo para contestar la petición y quitar las ranas, pero le da al faraón una opción: ¿Cuándo lo quieres?
Ahora, es lógico que él dga: “Pues, ahora mismo.” Pero no, le contesta: “Mañana.”
Una noche más con las ranas.
¿Por qué esperas hasta mañana cuando Dios quiere salvarte hoy? ¿Por qué sufres una noche más cuando Dios quiere sanarte hoy?
Me recuerda a Jesús preguntando al paralítico: ¿Quieres ser sano?
La realidad es que muchos solo quieren un poquito más de tiempo con su pecado. Unos días más con esa novia. Una noche más con las drogas o pornografía. Ya están acostumbrados a esa vida y todavía no quieren un cambio.
No esperes más. Arrepiéntete ya. Hoy es el día de salvación. No esperes para recibir más fe o asistir a esa campaña. Dios está contigo ahora mismo. Cuando Dios contesta tu petición, cumple con tu voto o promesa. No esperes hasta mañana. No pases una noche más con las ranas.