¿Entiendes bien las escrituras? Los discípulos pasaron tres años con Jesús y todavía no entendieron. Pero después de su resurrección, en Lucas 24:45, Jesús “les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras.” Dijo que todo el Antiguo Testamento habló claramente de lo que había sucedido (46):
Esto es lo que está escrito: Que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día.
Cristo ya hizo su parte. Ya padeció, murió en esa cruz. Y resucitó. Está vivo. Pero ahora el necesita a ti. Ahora te toca a ti hacer tu parte, conforme al plan revelado en el Antiguo Testamento (47-48):
En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando en Jerusalén. Ustedes son testigos de estas cosas.
Hay varios puntos importantes aquí:
- No es una opción. Todo creyente, todo testigo de lo que Cristo ha hecho en su vida, debe participar.
- Lo hacemos “en su nombre.” Es decir, con la presencia y poder de Cristo, tal como fuese él mismo.
- El enfoque del mensaje es el arrepentimiento y el perdón de pecados. ¿Estamos predicando ese mensaje? ¿O tenemos temor de hablar del pecado y la necesidad de un arrepentimiento genuino?
- El mensaje es para todo el mundo. Cada creyente debe ocuparse de como llevar el mensaje a otros grupos en su comunidad, y a otros países. Incluye oración y donaciones, pero también cada uno debe predicar.
- Comienza en Jerusalén, en tu hogar, donde estés ahora.
Lamentablemente, muchos cristianos se sienten culpables al oír otra vez mas como deben evangelizar, y no lo hacen. No saben que decir, tienen temor, no tienen las ganas. Pero hay una cosa más, una cosa muy importante (49):
Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos de poder de lo alto.
¿Eres revestido de poder? ¿Tienes al prometido Espíritu Santo? ¿Has esperado para su poder, o estás tratando de vivir como cristiano en tus propias fuerzas? Cristo quiere llenarte con su Espíritu. Él sabe que tú necesitas ese poder. No hay ninguna duda – dice que voy a enviarlo. Dice que es prometido. Y Dios es fiel a cumplir con sus promesas.
¿Estás en la corriente de esta gran obra de Dios? ¿Quieres participar en su plan?