¿Jueces en la iglesia? 1 Corintios 6:1-11

En el capítulo anterior, Pablo habló de la necesidad de juzgar el pecado en la iglesia. El verso 5:12 dice: ¿No son ustedes los que deben juzgar a los de adentro? 

Yo sé que esto va contra la corriente, y si intentamos poner esta enseñanza en práctica, todos nos señalarán como juiciosos. De hecho, tenemos que equilibrarlo con lo que Jesús dijo, por ejemplo, en Mateo 7:1-5:

»No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo?  ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo?  ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.

Lee esos versos cuidadosamente: Jesús habla de alguien con un espíritu crítico, que está ciego a sus fallas y busca razones para acusar a sus hermanos. ¡Jesús precisamente nos da permiso para sacar la astilla del ojo del hermano! El requisito es ver con claridad, y para esa claridad primeramente debemos arreglar nuestras vidas y sacar la viga de nuestros ojos.

Jesús puso el fundamento, y Pablo lo afirma: Debemos juzgar a los que están dentro de la iglesia. ¿Te parece muy radical o raro? ¿Está fuera de tu experiencia en la iglesia? Pues, ya hemos visto en esta carta que hemos perdido mucho de lo que Jesús intentó por su iglesia. ¿Vamos a poner en práctica lo que dice la Palabra de Dios?

El capítulo 5 tocó un caso de inmoralidad en la iglesia; ahora Pablo toca a pleitos entre hermanos:

1Si alguno de ustedes tiene un pleito con otro, ¿cómo se atreve a presentar demanda ante los inconversos, en vez de acudir a los creyentes? ¿Acaso no saben que los creyentes juzgarán al mundo? Y si ustedes han de juzgar al mundo, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar casos insignificantes? ¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de esta vida! Por tanto, si tienen pleitos sobre tales asuntos, ¿cómo es que nombran como jueces a los que no cuentan para nada ante la iglesia?Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes? 6Al contrario, un hermano demanda a otro, ¡y esto ante los incrédulos!

En realidad, ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los defrauden? Lejos de eso, son ustedes los que defraudan y cometen injusticias, ¡y conste que se trata de sus hermanos!

El pecado en Corinto

  • Defraudan y cometen injusticias contra sus hermanos (verso 8).
  • Presentan demandas entre hermanos en la corte secular, ante los inconversos (6).
  • Sacan el asunto de la iglesia y lo entregan al mundo para que lo arregle; confían en el mundo para resolver problemas en el Cuerpo de Cristo.

La cuestión más básica para Pablo es: ¿por qué tienen pleitos?

  • Es “una grave falla, una derrota” (7).
  • Un hermano no debe demandar a otro hermano.
  • Deben arreglar la situación entre sí.
  • En lugar de demandar o entrar en pleitos con hermanos, el cristiano a veces tiene que soportar la injusticia (7).

Jesús dijo (Mateo 5:39-40): “Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.  Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa.”

Nosotros estamos muy dispuestos a reclamar nuestros derechos. Por desgracia, los conflictos son muy comunes en la mayoría de nuestras iglesias, y no recibimos mucha ayuda del liderazgo para resolverlos.

Como lidiar con pleitos entre hermanos

El cristiano debe vivir en armonía con sus hermanos, pero somos humanos, y a veces vamos a tener conflictos. La iglesia tiene que estar lista para ayudar a esos hermanos, sin la participación de los incrédulos fuera de la iglesia.

¿El proceso? Pablo dice que deben designar jueces de entre los hermanos en la iglesia (4-5). No está claro en el griego si él está diciendo:

  • Que están nombrando a aquellos que son de menor estima en la iglesia, y no debería ser así.

O

  • Que incluso aquellos de menor estima tienen la capacidad de servir como jueces.

Pero el mensaje es claro: En la iglesia hay hermanos humildes, que demuestran la sabiduría de Dios, que deben ser nombrados jueces. No profundiza en el proceso, pero como todo lo que hacemos en la iglesia, tiene que estar bajo la unción y la dirección del Espíritu Santo. Si tratamos de hacerlo en la carne, seguramente será desastroso.

¿Cuándo fue la última vez que viste «jueces» en una iglesia? ¿A quién irías en tu iglesia con un problema con otro hermano? Otra vez vemos aquí que la iglesia debe tomar una parte muy activa en la vida de los miembros. No ignora los problemas, sino que los confronta y los resuelve. ¡Qué triste que a veces haya divisiones y odio entre hermanos en una iglesia que duren muchos años!

Jueces en el Antiguo Testamento

Puede ser que Pablo, con su gran conocimiento de la Ley, estuviera pensando en lo que Jetro sugirió a su yerno en el desierto, y Moisés puso en práctica:

“A ellos los debes instruir en las leyes y en las enseñanzas de Dios, y darles a conocer la conducta que deben llevar y las obligaciones que deben cumplir. Elige tú mismo entre el pueblo hombres capaces y temerosos de Dios, que amen la verdad y aborrezcan las ganancias mal habidas, y desígnalos jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. Serán ellos los que funjan como jueces de tiempo completo, atendiendo los casos sencillos, y los casos difíciles te los traerán a ti. Eso te aligerará la carga, porque te ayudarán a llevarla. Si pones esto en práctica y Dios así te lo ordena, podrás aguantar; el pueblo, por su parte, se irá a casa satisfecho” (Éxodo 18:20-23).

  • Fue la responsabilidad de Moisés instruir al pueblo en la Palabra de Dios. El conocimiento de la Biblia es la base de nuestra conducta. Si todos están instruidos en ella, se evitarán muchos problemas. Ésta es la responsabilidad del pastor u otros líderes de la iglesia.
  • En el caso de Moisés, le correspondió elegir a los jueces. Tenían que ser:
    • Capaces (varones de virtud, RVR)
    • Temerosos de Dios
    • Amantes de la verdad
    • Sin avaricia; aborrecedores de ganancias mal habidas

No son muy diferentes de cualidades de los ancianos y diáconos en la iglesia (1 Timoteo 3:1-16, Tito 1:6-9).

  • Hubo varios niveles de jueces, y ellos servían de tiempo completo. Ya que fue para toda la nación, eso tiene sentido. Eran jefes de mil, cien, cincuenta y diez. Se supone que la mayoría de los casos podrían resolverse al nivel de diez. Podrían “apelar” al siguiente nivel, o el juez podría remitir un caso difícil al siguiente nivel. Trajeron los más difíciles a Moisés. Algo parecido puede funcionar en una iglesia, con los líderes de células, o grupos en los hogares, en el primer nivel. En una iglesia grande puede ser necesario que algunos trabajen a tiempo completo.
  • Cuando el pueblo se siente atendido y escuchado, evitamos muchos problemas, y ellos se van a casa satisfechos.

Dos puntos importantes en 1 Corintios 6

  1. Dios confía en nosotros para juzgar.
  • Los creyentes van a juzgar al mundo (verso 2). Posiblemente Pablo tenía Daniel 7:22 en mente: Se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.
  • Vamos a juzgar a los ángeles también.
  • Si tenemos esa capacidad, claro que somos capaces de juzgar casos insignificantes en la iglesia. De hecho, Dios puede usar los problemas en la iglesia y en la vida personal como preparación para el futuro.
  • El modelo de Moisés e Israel puede servirnos de guía.
  1. Es una contradicción completa para un creyente caer en pecado:

¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

Los malvados no heredarán el reino de Dios. Algunos ejemplos de malvados (esta lista no es inclusiva):

  • Fornicarios
  • Idólatras
  • Adúlteros
  • Sodomitas (afeminados)
  • Pervertidos sexuales (los que se echan con varones, homosexuales)
  • Ladrones
  • Avaros
  • Borrachos
  • Calumniadores (maldicientes)
  • Estafadores

¡Estos son versículos muy fuertes, porque nombran a prácticas muy comunes hoy en día! No condenamos a tales personas. Cristo vino para salvarlos y liberarlos de sus pecados. Nosotros también éramos pecadores. Estábamos entre ellos, y estos pecados no son imperdonables. Un cristiano puede cometer pecado, arrepentirse y ser perdonado. Pero la palabra es muy clara: no es posible continuar con estos pecados, practicarlos, y ser salvo y entrar en el reino de Dios.

Cuando aceptamos a Cristo somos:

  • Lavados
  • Santificados (separados del mundo, apartados para un uso especial)
  • Justificados (no culpables, como nunca pecamos)

¿Cómo es posible, entonces, volver a practicar el pecado?

Hay muchos engañados. Creen que ya tienen su boleto al cielo y pueden vivir como quieran. Hay mucha presión del mundo para aceptar a tales personas en la iglesia, especialmente a aquellos que practican el pecado sexual, lo cual Pablo toca en la segunda parte de este capítulo.

Jesucristo vino a lavarte y liberarte de todo tu pecado. No hay pecado (excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo) que Él no puede perdonar. Él quiere justificarte; declararte no culpable. Si ya has aceptado a Cristo y estás viviendo en pecado, arrepiéntete ahora y pide perdón. No esperes hasta mañana.