¿Quieres ver a Jesús?

«Queremos ver a Jesús.»

Fue solamente unos días antes de la crucifixión de Jesucristo. Era una petición rara. Una multitud ese día vio a Jesús. Pero ellos eran griegos. Tal vez no los permitieron en esa parte del templo. Ellos pidieron a Felipe, Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos fueron a decírselo a Jesús.

¿Quieres ver a Jesús esta Pascua?

Los discípulos querían ver a Jesús otra vez después de su crucifixión. Pero no tenían ninguna expectativa. Era solamente un sueño para ellos. ¿Te parece imposible ver a Jesús? ¿Como respondería Jesús a tu petición: «Quiero verte, Señor»? Yo creo que él quiere que tu le veas en la Biblia, en tu vida diaria, y tal vez también en una manera sobrenatural. Quiere revelarse. ¿Tienes la esperanza que le verás en el cielo, o en el rapto?

Parece que esos griegos nunca vieron a Jesús. A fin de este pasaje (Juan 12:20-36), Jesús se fue y se escondió de ellos. ¿Te parece que Jesús está escondido de ti? Jesús nunca respondió a la petición de los griegos, pero dijo algo muy profundo a la multitud.

Les contestó: Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. ¿Como? En su muerte y su resurrección. Y entonces les dijo que él no era el único que tenía que pasar por esa agonía (24):

Ciertamente le aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.

¿Quieres fruto en tu vida? Una muerte es necesaria, y entonces habrá nueva vida. ¿Hay cosas que tienes que entregar al Señor? ¿Cosas que tienen que morir? ¿Confías en el Señor que él te hará aun más fructuoso? ¿Hay granos, semillas, que has sembrado? En su debido tiempo, van a crecer. ¿Hay cosas que han muerto en tu vida? ¿Sueños? ¿Proyectos? ¿Iglesias? ¿Tu matrimonio? ¿Seres queridos? Solamente Jesús puede resucitarlas, en su manera, y en su tiempo. No es fácil, y Jesús lo sabe. Está hablando aquí de la cruz.

El que se apega a su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna. (25)

¡Que raro! ¿No predicamos que Jesús quiere darte una vida mejor, ahora? ¿Una vida que amarás? ¡Pero Jesús dice que se debe aborrecer su vida en este mundo! Porque no somos de este mundo. Y él que esté muy pegado a la vida aquí en esta tierra no será útil en el reino. ¿Estás pasando por unas pruebas ahora hasta que aborrezcas tu vida? ¿Estás atribulado porque crees que eres un cristiano malo porque no amas esta vida? ¿Es posible que estés «perdiendo» tu vida? ¿Que haya muchas cosas ahora crucificadas en tu vida juntamente con Cristo? ¿Es posible que Cristo esté preparándote para una vida nueva, para el cielo, para vida eterna? ¿Y por eso te sientes como un extranjero aquí?

¿De verdad quieres servir a Jesús? ¡Siguele! (verso 26) Cuando Cristo lo dijo, ¡estaba de camino para la cruz! ¡Síguele hasta la cruz! Lo importante es estar con Cristo. En la vida y en la muerte. No hay nada mejor que la presencia de Jesús. Y aquí tienes una promesa: el siervo de Cristo estará con Él y también su Padre te honrará. ¿Buscas el honor del hombre? ¿O el honor que viene del Padre?

¿Estás angustiado por algo que está pasando en tu vida? Jesús dijo (27): Ahora todo mi ser está angustiado. No sé si nosotros sabemos como es tener todo el ser angustiado. Pero Jesús vivía con esa angustia. Y la tendencia natural, la tentación para Cristo el hombre, es escapar de esa angustia. Queremos clamar a Dios: «Padre, ¡sálvame de esta hora difícil!» ¿Estás enfrentando una hora muy difícil en tu vida? ¿Quieres que Dios te salvara de esa hora? A veces lo haga, pero muchas veces tenemos que enfrentarla. Y Dios te dará la gracia y las fuerzas necesarias. Cristo sabía que precisamente para esa hora difícil vino a este mundo. ¿Es posible que naciste para esta hora difícil? Sea tu destino. Jesús quería evitar el dolor de la cruz, pero aun más importante quería glorificar a su Padre. Lo más difícil la prueba, la más gloria que recibe el Padre. ¿Tienes ese deseo, que el Padre sea glorificado en tu vida?

En el mismo momento que Cristo dijo eso una voz habló del cielo (28): «Yo lo he glorificado, y volveré a glorificarlo.» Dios quiere obrar en tu circunstancia para glorificarse. Si tu estás buscando la gloria, él no puede trabajar. Pero en Cristo, su hijo obediente, ya se glorificó, y sería glorificado en el futuro.

Cuando Dios habla, muchos no lo oyen. Algunos dijeron que había sido un trueno, otros un ángel. Oyeron algo, algo impresionante. Pero solamente los que tenían los oídos para oír lo oyeron. ¿Tienes esos oídos?

Jesús entonces los explica como el Padre le glorificará (31-32). Cuando Cristo murió, llegó el juicio de este mundo. Y Satanás, el príncipe de este mundo, era expulsado. Todavía está aquí por un rato, pero ya no tiene el mismo poder. Es para nosotros poner en fuerza esa victoria de Cristo, recordándolo que es expulsado ya.

Satanás es expulsado, Cristo es levantado. En ese sacrificio y muerte cruel hay un poder increíble suelto. Un poder que atrae a todos a Cristo. No son unos pocos que Cristo quiere atraer. Él quiere atraer a todos. No es tu buena predica, la música dinámica, ni los edificios bonitos – nada de nosotros. Es Cristo mismo que atrae a todos. Nosotros lo hacemos difícil para Cristo con todas nuestras invenciones. Levanta a Cristo, exalta a Cristo, predica al Cristo levantado en esa cruz, y déjale atraer a todos a sí mismo. ¿Crees que su palabra aquí es verdad, o crees que necesita tu ayuda?

La gente todavía no entiende lo que está diciendo (33-34). Saben que él está hablando de la muerte. Pero este Cristo no cuadra con su concepto del Mesías. ¿Es posible que hay cosas que no entendamos porque tenemos un concepto falso de Cristo?

Jesús sabía que ya casi no tendrían mas tiempo en la luz de su presencia. Estaba triste porque sabía que la mayoría todavía no sabía como caminar. Estaban en las tinieblas. ¿Eres un hijo de la luz? ¿Estás caminando en la luz? ¿O en tinieblas? La luz es la presencia de Jesús. Tenemos que aprender a caminar y discernir la voluntad de Dios en esos tiempos cuando la presencia de Jesús esté manifestada. Los discípulos pasaron por un tiempo de tinieblas. No sabían a donde ir. Estaban confusos. Pero si te has aprovechado de la presencia de Jesús, su unción y su palabra, entonces aun en el tiempo de tinieblas sabrás como caminar. Si estás en tinieblas ahora, estudia la Biblia y síguela. Jesús volverá a brillar su luz sobre tu vida.

¿Quieres ver a Jesús? ¡Tu puedes! ¡Jesús resucito de los muertos! ¡Él vive! ¡Adórale!