Baal Perasín: El dueño de las brechas  2 Samuel 5:17-21

Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de Israel, subieron todos ellos contra él; pero David lo supo de antemano y bajó a la fortaleza.  Los filisteos habían avanzado, desplegando sus fuerzas en el valle de Refayin,  así que David consultó al Señor:

—¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder?

—Atácalos —respondió el Señor—; te aseguro que te los entregaré. (2 Samuel 5:17-19)

Una vez más los filisteos subieron contra Israel, pero esta vez hay un rey nuevo, y se llama David.

  • Ocurrió después de que David fue ungido.  Cuando el enemigo sabe que tú eres ungido, él se levantará en contra, para probarte, y, si fuese posible, destruirte.  El enemigo tenía mucho éxito con el rey anterior, Saúl.
  • David lo supo de antemano.  Muchas veces somos ciegos y tontos; ignoramos las señales que ese león rugiente viene tras nosotros.  Es mucho mejor saber de antemano y prepararse; es más difícil si Satanás te sorprende.
  • David bajó a la fortaleza; fue a un lugar seguro para prepararse.  Cuando aprendemos de un ataque del enemigo hay que bajar a ese lugar secreto de oración, o a la iglesia. Allí podemos buscar a Dios y esperar en Él.
  • David consultó al Señor.  La falla clave de muchos líderes, como Josué en Hai (Josué 7), es estar muy confiado y no consultar al Señor.  David ya tenía mucha experiencia con los filisteos, pero todavía sabe que tiene que consultar a su Maestro.  Es posible estar complaciente y confiado, en tu prueba ahora no te olvides de consultar al Señor.
  • Hay veces cuando tenemos que atacar, y hay lugares para dejar todo en las manos del Señor.  Es para Dios entregar al enemigo en tu poder.

 Entonces David fue a Baal Perasín, y allí los derrotó. Por eso aquel lugar se llama Baal Perasín, pues David dijo: «El Señor ha abierto brechas a mi paso entre mis enemigos, así como se abren brechas en el agua.»  Allí los filisteos dejaron abandonados sus ídolos, y David y sus soldados se los llevaron. (2 Samuel 5:20-21)

Dios abrió brecha en el mar rojo para Israel, y David sabe que Dios puede hacer lo mismo con este “mar rojo.”  David fue a un lugar de victoria, Baal Perasín.  En hebreo, Baal Perasín significa el dueño de las brechas. ¿Quieres ser el dueño de las brechas en tu vida?  ¿Estás enfrentando ataques del enemigo? Como los filisteos, puede ser el mismo enemigo una y otra vez, pero el Señor puede abrirte una brecha. Tú puedes pasar entre tus enemigos y derrotarlos. Sigue el ejemplo de David aquí.  Confía en el Señor; ¡hay un Baal Perasín para ti también! Puede ser que tu enemigo abandonará sus ídolos. Consulta al Señor, y entonces levántate y vete al lugar de victoria que Dios tiene para ti.

 

1 Corintios 12: Ustedes son el cuerpo de Jesús

Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo (27).

Pablo usa esta frase asombrosa para resumir una de las enseñanzas más ricas en la Biblia acerca de la iglesia. La iglesia no es un club social o una organización religiosa.  No es opcional para el creyente; cuando tú aceptas a Jesús, ya eres miembro de su cuerpo.  Nuestra fe consiste de una relación con Dios y con otros creyentes; es difícil ser un verdadero cristiano y practicar tu fe solo.  Cristo ya no está caminando en esta tierra, pero su cuerpo está muy presente.  Milagrosamente, hay millones de cuerpos de Jesús en todas partes del mundo. Si están funcionando conforme al plan de Dios, con cada miembro en su lugar y manifestando sus dones espirituales, cada iglesia tiene la capacidad de ministrar como Jesús ministró.

12 De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros, y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo. 13 Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Para demostrar la diversidad y la unidad de la iglesia, Dios utiliza algo que cada persona conoce íntimamente: el cuerpo humano.  Si el cuerpo va a funcionar, cada miembro tiene que cumplir su tarea y cooperar con los demás miembros. Habría caos si no obedecieran a la cabeza (el cerebro), o (en el caso de la iglesia), a Jesucristo. La sangre de Jesús fluye espiritualmente por todo su cuerpo, purificándolo y aportando nutrientes a sus miembros.

Unidad en el cuerpo

La unidad fluye de nuestra experiencia común del Espíritu Santo en bautismo (en el Espíritu, en agua, o en ambos), y bebiendo de su plenitud. El Espíritu es como el agua (la fuerza vital esencial).  El cuerpo no funciona si no todos están bebiendo del Espíritu.

  • Hay una igualdad absoluta en este cuerpo.  No hay diferencia  entre blanco y negro, rico y pobre, poderoso y humilde.  El Espíritu destruye todas esas divisiones en el vínculo de amor. Todo prejuicio es un pecado que destruye la iglesia y lastima a su Señor.
  • Esta unidad es tan importante que Pablo lo repite dos veces más:
    • Ahora bien, el cuerpo no consta de un solo miembro sino de muchos (14).
    • Lo cierto es que hay muchos miembros, pero el cuerpo es uno solo (20).
  • Hay expresiones de ese cuerpo a nivel local (una congregación), y también a nivel mundial (todos los creyentes en la iglesia universal).

Jesús suplicó a su Padre en Juan 17 por la unidad de la iglesia, y creo que su oración es muy eficaz.  Pero es obvio que una estrategia clave de Satanás es dividir a la iglesia.  Tenemos que cuidarnos y hacer todo lo posible para mantener su unidad.

15 Si el pie dijera: «Como no soy mano, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. 16 Y, si la oreja dijera: «Como no soy ojo, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. 17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo el cuerpo fuera oído, ¿qué sería del olfato? 18 En realidad, Dios colocó cada miembro del cuerpo como mejor le pareció. 19 Si todos ellos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo?

Así como tu pie no puede decidir separarse de tu cuerpo porque está cansado de ser pisado todo el tiempo, no es posible que decidamos que ya no queremos ser parte del Cuerpo de Jesús.  La rebelión no es permitida. ¿Alguna vez has visto uno de esos programas sobre la función de nuestros cuerpos? ¡La complejidad es absolutamente increíble! No entiendo cómo alguien podría pensar que simplemente sucedió o evolucionó: “En Él vivimos, nos movemos y existimos” (Hechos 17:28). Es un milagro de Dios que algo tan complejo puede funcionar más o menos sin problemas durante unos ochenta años. La iglesia, el Cuerpo de Jesús, es igualmente compleja, e igualmente dependiente de Dios para funcionar.

¡Necesitamos a cada miembro!

Desafortunadamente, todas las manos tienden a congregarse en un lugar, todos los pies en otro lugar, etc. Resulta en un cuerpo  disfuncional y deformado. Al contrario de lo que Pablo dice aquí, esas manos a menudo creen que son superiores a los pies y no los necesitan, por lo que terminamos siendo un hombre cojo que no puede caminar, y ciertamente no refleja la presencia gloriosa de Jesús en el mundo. Tenemos que aceptar todos los dones y todas las expresiones del cuerpo, y discernir dónde Dios quiere colocar a los miembros. No nos corresponde a nosotros cuestionar dónde estamos colocados; Dios sabe mejor que nosotros cómo edificar su cuerpo.

21 El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito». Ni puede la cabeza decirles a los pies: «No los necesito». 22 Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son indispensables, 23 y a los que nos parecen menos honrosos los tratamos con honra especial. Y se les trata con especial modestia a los miembros que nos parecen menos presentables, 24 mientras que los más presentables no requieren trato especial. Así Dios ha dispuesto los miembros de nuestro cuerpo, dando mayor honra a los que menos tenían, 25 a fin de que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen por igual unos por otros.

Esto es de sentido común, pero lamentablemente muchos cristianos no comprenden la importancia de esta enseñanza tan sencilla.  Si tú has lastimado un pie, sabes cómo puede impactar toda tu vida.  Cada función de cada miembro del cuerpo es importante.  No se puede decir que uno es más importante que el otro.  Existe una coordinación maravillosa entre los miembros del cuerpo, pero si empiezan a pelear entre sí, el cuerpo no puede funcionar. ¿Has oído hablar de enfermedades autoinmunes, donde las defensas del cuerpo atacan al mismo cuerpo?  ¡Qué lástima que aflija también al Cuerpo de Jesús!

Los miembros tienen que preocuparse mutuamente por igual, reconociendo el valor único de cada uno. Si permitimos que Dios organice a los miembros en el cuerpo como Él quiere, mantendremos nuestra unidad.

Dios se deleita en hacer cosas contrarias a nuestras expectativas, dando mayor honor a los miembros que el mundo no estima. En Jesús, el miembro más débil es indispensable.  Nunca debe haber competencia entre los miembros del cuerpo. En el cuerpo humano tratamos las partes más íntimas con gran cuidado; así que en el cuerpo de Jesús tratamos a los miembros que no parecen tan presentables con un honor especial.

26 Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y, si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él.

Para compartir el sufrimiento o la alegría de otros, tenemos que saber lo que está sucediendo en sus vidas.  En tu cuerpo, si te duele el pie, todo el cuerpo lo sabe.  En la iglesia, nadie debe sufrir aislado. Tenemos que compartir verdaderamente el sufrimiento de otros y, aunque puede ser difícil si atraviesas muchas tribulaciones, también tienes que alegrarte con el miembro que recibe honor.  No lo envidies.

Al nivel mundial, si el cuerpo de Jesús está sufriendo en otro país, debemos compartir su sufrimiento.  Aquí también necesitamos saber lo que está pasando.  Si hay cristianos en otros países que sufren, sería un pecado ignorarlo y vivir como si todo estuviera bien.

¿Cómo está tu experiencia en la iglesia?

Esta es una enseñanza tan simple y básica, pero tan importante. En más de 40 años que he estado sirviendo al Señor, rara vez he experimentado una iglesia que funciona como el Cuerpo de este capítulo.  ¿Por qué? ¿Por qué nos parece tan difícil poner en práctica el plan sencillo que Cristo tiene para su iglesia?   ¿Es porque Satanás sabe el poder de un cuerpo sano?

El capítulo termina con estas palabras que presentan el siguiente: Ahora les voy a mostrar un camino más excelente (31).  Esta enseñanza acerca de los dones y el cuerpo de Jesucristo es maravillosa, pero hay algo aún mejor; algo esencial para que el cuerpo funcione bien.

 

1 Corintios 12: Dones Espirituales

A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás (12:7).

A  cada uno

¿Has estado en una fiesta de Navidad y todos reciben regalos, excepto tú?  Te sientes mal.  Gracias a Dios, no es así con el Señor. Él da sus dones a cada cristiano. A cada uno significa: ¡para ti! Si tienes el Espíritu, ¡Dios te da un don!

¡Ábrelo! ¡Úsalo!

Si alguien tiene un regalo precioso para ti, ¿no quieres recibirlo y abrirlo?  ¿No es cierto que si fuese un iPad, no esperarías ni un minuto para encenderlo y usarlo?  Entonces, ¿cómo es que Dios tiene dones mucho mejores, que benefician a todos nuestros hermanos, y los rechazamos, los abusamos y los malentendemos?

¡Dios te necesita a ti!

¿No es una maravilla que el Dios del universo haya decido depender de nosotros para preparar a la novia de su Hijo? Él quiere edificar una iglesia fortalecida, pero necesita la participación de cada miembro.  La persona que no usa su don está robando a la iglesia de una bendición y está en pecado. ¿Sabes cuál es tu don?  ¿Estás usándolo? ¿Cuándo fue la última vez que experimentaste esa manifestación del Espíritu para la edificación de tu iglesia?

Qué no los malentiendan  

1En cuanto a los dones espirituales, hermanos, quiero que entiendan bien este asunto. No quiero que ignoren acerca de ellos.

Qué lástima que, al contrario del deseo del apóstol Pablo, haya todavía mucha ignorancia acerca de estos dones. ¿Qué es un don espiritual?  Una manifestación del Espíritu (verso 7). Un don no tiene nada que ver con tus talentos; es una obra sobrenatural de Dios en tu vida, para el beneficio de su iglesia. Si no estás andando en la plenitud del Espíritu, o si estás apagando el Espíritu o negando su poder, no se manifestará.  Si estás en una iglesia que no cree en los dones, y no espera ni permite su manifestación, no vas a experimentar su bendición.

Por supuesto tienes que ser salvo. Por esa razón, Pablo quiere dejar claro que los dones no tienen nada que ver con la idolatría que los corintios practicaban:

Ustedes saben que cuando eran paganos se dejaban arrastrar hacia los ídolos mudos. Por eso les advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el Espíritu Santo.

A diferencia de los ídolos mudos, el Espíritu habla. La primera evidencia de la presencia del Espíritu es la confesión de Jesucristo como Señor; nadie llega a ese punto de fe sin la ayuda del Espíritu. Y la mayoría de las manifestaciones del Espíritu tiene algo que ver con algo que hablamos. Toda la obra del Espíritu es constructiva; nunca maldecirá a Jesús ni lastimará a su cuerpo.

La primera característica del cuerpo de Cristo: La diversidad

Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu (4).

Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor (5).

Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos (6).

La trinidad es un modelo de lo que Dios pretende para la iglesia: perfecta unidad, pero con funciones distintas. En estos tres versículos, Pablo compara la obra del Espíritu Santo, el Señor Jesús y Dios Padre, y así confirma la divinidad de cada persona de la trinidad y la igualdad de las tres.

11Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina.

Aunque hay mucha diversidad en los dones, todos tienen la misma fuente, el Espíritu Santo.  El verso uno del capítulo 14 dice que debemos desear dones, y podemos pedirle a Dios algún don.  El último verso de este capítulo dice: Ustedes, por su parte, ambicionen (procuren) los mejores dones (31). Pero al final, es el Espíritu que determina cual don recibes.  Él conoce la necesidad de la iglesia, Él te conoce completamente, y Él los reparte perfectamente, como Él quiera.

Algunos de los dones

Dos veces en este capítulo Pablo enumera varios dones.  Hay otras listas en Romanos 12:6-8, Efesios 4:11 y 1 Pedro 4:11.  Creo que estas listas no son exhaustivas, sino ejemplos de manifestaciones comunes.

A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; 10 a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. 

28 En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? 

Hay una jerarquía de los dones; Pablo dice que hay “dones mejores.”

  • Los apóstoles están en primer lugar, como el fundamento de la iglesia.
  • Luego los profetas. ¡Qué lástima que muchas iglesias no reconozcan estos dos dones fundamentales!  ¿Te sorprende que la iglesia sea débil?
  • Pablo no menciona a los evangelistas o pastores aquí, pero son parte de las cinco oficinas en Efesios.  Aquí él tiene maestros en tercer lugar, y luego los que hacen milagros.

Tenemos que someternos a la voluntad de Dios en este asunto y aceptar el don que Él nos da.  No seas celoso de otros con “mejores” dones. La clara respuesta a la pregunta “¿todos tenemos el mismo don?” es “no.” Toda la obra es del mismo Espíritu, pero hay mucha diversidad en los dones.

Yo he observado mucha confusión entre cristianos sobre el significado de estos dones.  Estas son habilidades sobrenaturales; no puedes hacer estas cosas con tu propia fuerza. Pero cuando se hace una encuesta en una iglesia, la mayoría casi siempre dice que tiene dones como servicio o administración; casi nadie tiene dones de poderes milagrosos.  Esta porción nos enseña que habrá un equilibrio entre los dones, y que todos son necesarios.

No hay ninguna definición definitiva para el significado de cada don, pero aquí hay algunas sugerencias:

  • Apóstol: Uno con autoridad para fundar y supervisar iglesias.
  • Profecía: Este don (lo cual vamos a estudiar en el capítulo 14) es distinto de la oficina del profeta. El que tiene esa oficina es semejante al profeta del Antiguo Testamento: visita varias iglesias y ministra palabras directamente del Señor para edificar y guiar a la iglesia.
  • Palabra de sabiduría: Habilidad para analizar una situación y dar una solución sobrenatural; ayuda mucho en la consejería.
  • Palabra de conocimiento: Habilidad para ver adentro de una persona o situación y conocer cosas acerca de ellas; semejante a la profecía.
  • Fe: Todo cristiano necesita fe para ser salvo; la persona con este don tendrá visiones muy amplias de lo que Dios quiere hacer, y lo llevará a cabo.
  • Dones para sanar enfermos: Todos podemos orar por los enfermos, pero la persona con este don será conocida como alguien con una habilidad especial.
  • Poderes milagrosos: Para milagros impresionantes como resucitar muertos o multiplicar alimentos.
  • El discernir espíritus: Muy importante para discernir la presencia de demonios, falsa doctrina y falsa profecía. Se ve más allá de las apariencias.
  • Hablar en lenguas e interpretar lenguas: Vamos a estudiar estos dones en el capítulo 14.
  • Los que ayudan a otros: Todos debemos ayudar a otros, pero en el contexto la persona con este don puede movilizar a la iglesia para realizar obras muy impresionantes de servicio para gente necesitada.
  • Los que administran: Tienen una habilidad especial para analizar una situación en la obra del Señor y arreglarla para que funcione bien.

Alguien puede tener dos o más dones que se complementen entre sí. Por ejemplo, dones de sanidad con la palabra de conocimiento, o fe con milagros. No veo nada en la Biblia que dice que un don es “mío;” que es mi “posesión” de por vida. Puede ser, pero como es la manifestación del Espíritu, puede cambiar conforme a la necesidad de la iglesia.

Si vamos a funcionar como la iglesia que Cristo desea, necesitamos todas estas manifestaciones del Espíritu.  Abre tu corazón al Señor para que Él pueda hablarte acerca de los dones en tu vida y en tu iglesia.  Con algo tan importante, estoy seguro que Él te guiará, si realmente estás abierto.

 

El orden de Dios para hombres y mujeres 1 Corintios 11:2-16

Hoy este es un pasaje muy polémico; muchos dicen que es lo más difícil de todas las epístolas de Pablo.  Sabemos que hay algunas cosas en la Biblia que eran las costumbres de ese día, por ejemplo, lo que Pablo dice aquí acerca de una mujer cortando su cabello o cubriendo la cabeza. Pero, ¿cómo sabemos cuáles son los principios eternos? Todavía hay iglesias que prohíben a las mujeres cortarse el cabello. Y hay iglesias que creen que el orden divino para el hombre y la mujer también era cultural, y no se aplica a nosotros. ¡Hay mucha confusión! Necesitamos mucha sabiduría del Espíritu para discernir la verdad, y aplicarla sabiamente para el siglo XXI.

2Los elogio porque se acuerdan de mí en todo y retienen las enseñanzas, tal como se las transmití.
Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo. Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra al que es su cabeza. En cambio, toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra al que es su cabeza; es como si estuviera rasurada. Si la mujer no se cubre la cabeza, que se corte también el cabello; pero si es vergonzoso para la mujer tener el pelo corto o la cabeza rasurada, que se la cubra. 

Lo que significa la palabra “cabeza”

Muchos se sienten incómodos con este pasaje y la idea de que la mujer tiene una “cabeza,” pero no corresponde a nosotros seleccionar lo que nos gusta o no en la Biblia. La realidad es que cabeza (griego: kefale) tiene un significado muy obvio:

  • En el cuerpo humano, la cabeza dirige todas las funciones corporales.
  • En el gobierno o la industria, es la persona que tiene autoridad.
  • El verso 3, de acuerdo con muchos pasajes bíblicos, habla de la autoridad que Dios ha establecido en el mundo.
  • En los evangelios es muy claro que Cristo se sometió al Padre (su cabeza) en todo, y de esa manera recibió su autoridad (ve Mateo 8:8-10).
  • Pablo usa la misma palabra (cabeza) en Efesios 5:22-28, con una conexión clara con la sumisión de la mujer y la autoridad del hombre.

Cristo experimentó gozo y propósito en la libertad de sumisión a su Padre.

  • Así como su Padre es su cabeza, Cristo es la cabeza del hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer.
  • El hombre tiene que someterse a Cristo en todo, y en esa sumisión encuentra gozo, libertad y realización.
  • La mujer se somete a su marido y puede encontrar su mayor realización en su familia. Eso no significa que ella no pueda trabajar o ministrar. La mujer tiene la libertad de orar o profetizar en la iglesia, si lo hace en orden.
  • El punto de los versos 4 y 5 es la importancia de honrar a quien es la cabeza.  En aquel entonces (pero ya no), la cabeza cubierta era un símbolo de sumisión.

La sumisión no significa que el hombre tenga más valor.  Padre, Hijo y Espíritu Santo son igualmente Dios, pero solo trabajan en su lugar ordenado.  El universo funciona con un orden impresionante; ningún planeta se rebela contra el lugar designado para ello. Es necesario tener ese mismo orden en la sociedad para que funcione bien; la anarquía no funciona. Ya vemos los resultados de la rebelión en nuestro mundo; por ejemplo, en el hogar, y en las escuelas.

Ser la cabeza implica mucha responsabilidad. El mundo actual tiene un concepto muy negativo de la autoridad, pero es un tema central de la fe bíblica. Nosotros tenemos que entender el flujo de esta autoridad, someternos a ella y enseñarla en la iglesia. No es dominar a nadie, sino servir y liberar a otros para que sean todo lo que Dios deseaba para ellos.   Para un muy buen tratamiento de autoridad, lee Autoridad Espiritual por Watchman Nee.

La relación entre hombres y mujeres

El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios, mientras que la mujer es gloria del hombre. De hecho, el hombre no procede de la mujer sino la mujer del hombre; ni tampoco fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre. 10 Por esta razón, y a causa de los ángeles, la mujer debe llevar sobre la cabeza señal de autoridad. 

11 Sin embargo, en el Señor, ni la mujer existe aparte del hombre ni el hombre aparte de la mujer. 12 Porque así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la mujer; pero todo proviene de Dios. 13 Juzguen ustedes mismos: ¿Es apropiado que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 ¿No les enseña el mismo orden natural de las cosas que es una vergüenza para el hombre dejarse crecer el cabello, 15 mientras que es una gloria para la mujer llevar cabello largo? Es que a ella se le ha dado su cabellera como velo. 16 Si alguien insiste en discutir este asunto, tenga en cuenta que nosotros no tenemos otra costumbre, ni tampoco las iglesias de Dios.

Pablo dice que esta relación tiene su fundamento en la creación:

  • El hombre es la imagen y la gloria de Dios; la mujer es la gloria del hombre (7).  Los dos juntos son la imagen de Dios. El hombre refleja la naturaleza de Dios y debe traer gloria a su Creador, para que otros puedan alabarlo.
  • La mujer refleja a su marido.  Una mujer amada por su marido brilla; otros van a notar que ella tiene un marido que la ama y la cuida.  El hombre tiene la responsabilidad de presentarla a Cristo como una novia radiante (Efesios 5:27).
  • El hombre no procedió de la mujer, sino la mujer del hombre (8). En la creación, Adán fue creado del polvo de la tierra, pero Eva fue creada de la costilla de Adán.
  • El hombre no fue creado para la mujer, sino la mujer para el hombre (9), para ser una compañera y ayuda idónea.

Estas son normas universales, pero en Cristo hay algo más. La mujer no existe aparte del hombre o el hombre aparte de la mujer (11); ambos provienen de Dios, y el hombre nace de la mujer (13).  Nadie es superior; nos necesitamos unos a otros.  En Cristo, la mujer es elevada a un nivel desconocido en el mundo antiguo.  Cristo la redime de la maldición y la restaura a la ayuda idónea que Dios intentó al principio.

¡Advertencia!

Este no es un cheque en blanco para que el hombre tenga una mano dura en el hogar o abuse a su esposa. Por desgracia, muchos hombres cristianos no demuestran mucho amor o respeto por ellas, lo que ha resultado en la rebelión de muchas mujeres y el rechazo de la Biblia como un libro anticuado. Cristo es el ejemplo para el hombre de cómo ser la cabeza. Cristo no era duro ni exigente con sus discípulos. Él dijo que el más grande tiene que ser el siervo de todos (Marcos 9:35). Dios le ordena al hombre amar a su esposa como Cristo ama la iglesia, y entregar su vida por ella (Efesios 5:25). El ejemplo de Cristo es uno de auto-sacrificio y servicio. La mujer es el vaso más frágil, y tenemos que atesorarla.

Yo sé que la enseñanza de este capítulo va contra la corriente del siglo XXI. Teólogos muy educados han hecho estudios intensivos acerca de este pasaje, y muchos cristianos sinceros no estarían de acuerdo con mi interpretación. Si tú no estás de acuerdo, está bien, pero deja de lado la mentalidad del mundo del siglo XXI, y cuidadosamente, en oración, estudia lo que la Biblia realmente dice.

 

Ocho consejos para ayudarte a tomar decisiones sanas 1 Corintios 10:23-11:1

Hay algunas cosas en la Biblia que son muy claras. Por ejemplo, los diez mandamientos.  No hay duda, no hay argumento con ellos.  Pero todos los días tenemos que tomar decisiones sin ningún consejo específico de la Biblia, a menudo en cosas que no existían en los tiempos bíblicos. En este resumen de lo que Pablo ha enseñado en los capítulos anteriores, el apóstol nos da unos consejos sencillos (pero profundos) para evaluar nuestras decisiones diarias.

23 «Todo está permitido», pero no todo es provechoso. «Todo está permitido», pero no todo es constructivo. 

  1. ¿Es provechoso? ¿Me conviene?  ¿Me beneficia a mí y a otros? Es cierto que no estamos bajo la ley, pero hay que ser sabio con esa libertad. Para mí, este consejo elimina muchas películas, juegos, programas de televisión y páginas web. No son provechosos para mí. Pero cada persona tiene la libertad para tomar su propia decisión.
  2. ¿Es constructivo? ¿Me ayuda a crecer espiritualmente?  ¿Edifica? Hace muchos años yo trabajaba como DJ en una radioemisora. Me gusta la música, pero hay mucha música que no me edifica.  Aunque puede estar permitida, yo escojo no escucharla. Hay muchas cosas en Internet que no edifican.  Muchas veces en la vida lo bueno es el enemigo de lo mejor.  La vida es corta; yo quiero dedicarme a cosas constructivas, que edifican.

24 Que nadie busque sus propios intereses sino los del prójimo.

  1. ¿Estoy buscando los intereses de mi prójimo? ¿O solo los míos? Tendemos al egoísmo.   Si seguimos este consejo, yo creo que vamos a dedicar mucho más tiempo y energía a ayudar a otros.  En tu hogar, cuando tienes una tarde libre, ¿buscas tus intereses, o los de tu esposa e hijos? En tu trabajo, en la carretera y con tu dinero, ¿buscas los intereses de tu prójimo? Hay que hallar un equilibrio sano entre tus intereses y los del prójimo.

25 Coman de todo lo que se vende en la carnicería, sin preguntar nada por motivos de conciencia, 26 porque «del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella».

  1. ¿Estoy usando lo que Dios me ha dado sabiamente, disfrutándolo conforme a su propósito? Toda la creación de Dios es buena, hecha para nuestro disfrute: Todo lo que Dios ha creado es bueno, y nada es despreciable si se recibe con acción de gracias (1 Timoteo 4:4). Pero tenemos que ejercer sabiduría y usarla conforme a su propósito.  Por ejemplo, el sexo: Lo disfrutamos, pero solo en el contexto del matrimonio. O comida y bebida: si comes demasiada comida, o comida mala, el cuerpo sufre.

31 En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.

  1. ¿Estoy glorificando a Dios en esto? Evalúa tus chistes, tu forma de hablar, lo que escribes en Facebook, tus pensamientos, las fotos y el tiempo en tu trabajo. ¿Estás glorificando a Dios? ¿Conduce a otros a alabar y honrar a Dios? ¿Pueden ver a Cristo en tu vida? Toda tu vida debe glorificarle.  Lamentablemente, los cristianos a menudo no glorifican a su Señor, sino que lo deshonran.

32 No hagan tropezar a nadie, ni a judíos, ni a gentiles ni a la iglesia de Dios. 

  1. ¿Voy a hacer tropezar a alguien con esto? Puede ser tu esposa, un hermano cristiano o alguien de otra religión.  Puede ser una palabra o un hecho, pero siempre queremos edificar, y no servir de tropiezo para nadie. Es una parte integral de actuar en amor.

33 Hagan como yo, que procuro agradar a todos en todo. No busco mis propios intereses sino los de los demás, para que sean salvos.

  1. ¿Estoy procurando ayudar a otros? ¿O tengo en mente solo mis propios intereses? Lo que quiero hacer, ¿conduce a otros a la salvación? No es para decir que somos hombres complacientes; queremos complacer a Dios más que al hombre, ¿verdad?  Esto significa que actuamos con amor, haciendo todo lo posible por el bien de la iglesia, de la comunidad, y, sobre todo, por la salvación de muchos.

11:1Imítenme a mí, como yo imito a Cristo.

  1. ¿Hay algún ejemplo a seguir? ¿Jesús? ¿Tu pastor? ¿Alguien en la Biblia? ¿Otros creyentes maduros? Si yo hago esto, ¿qué ejemplo ofreceré a un hermano joven en la fe? Vive una vida ejemplar, siguiendo el ejemplo de Jesús y otros hombres piadosos. Hace unos años fue muy popular el dicho “¿Qué haría Jesús?” Cristo es siempre nuestro mejor ejemplo.  Estudia los evangelios y sigue su ejemplo. Cristo también nos da modelos aquí en la tierra (cristianos maduros), que nos ofrecen un buen ejemplo.  ¿Puedes decir a un cristiano más joven: “Imítame a mí?”  ¿Estás imitando a Cristo en toda tu vida?

Es importante que apliques cada uno de estos consejos a una decisión que vas a tomar. Pide la ayuda del Espíritu Santo y espera la confirmación, o presta atención a una inquietud cuando comiences a actuar sobre esa decisión. Ten mucho cuidado con aquellos que andan bajo la ley, con sus muchas reglas. Pero a la misma vez, en nuestro rechazo al legalismo, tenemos que evaluar todo conforme a cada uno de estos consejos.  Por ejemplo, algunas iglesias tenían muchas normas acerca del vestido de las mujeres.  Pero, al rechazar ese legalismo, muchas mujeres ahora se visten en ropa reveladora, sin pensar en los intereses de sus hermanos, y los hacen tropezar.

 

Ejemplos bíblicos de mujeres… ¡Hay muchas buenas!

El ejemplo bíblico de hombres como padres y esposos no es muy bueno. No hay tantas mujeres en la Biblia, pero la mayoría ofrecen un mejor ejemplo que los hombres, aunque es claro que ser madre no es fácil.

Eva: Vivía con la culpa de comer la fruta y perder Edén; su primogénito asesinó a su hermano.

Sara: Sufría para muchos anos con esterilidad, su criada se burló de ella, sufría con la locura de Abram, demostró incredulidad a veces.

Lea: No era muy bonita, su esposo no la quería, pero era la madre de Judá.

Jocabed, la madre de Moisés: Tenía que esconder a su hijo, lo puso en una canasta en el rio Nilo, por la gracia de Dios tenía la oportunidad de criarlo.

Rahab: Prostituta que ayudó a los espíes y así salvó a su familia; en la genealogía de Jesucristo.

Ana: Estéril, Dios honró su fe y contestó su oración para un hijo, ofreció su primogénito (Samuel) al Señor para servirle en el tabernáculo.

Betsabé: Llevada por fuerzas al palacio, su esposo fue asesinado, su primogénito murió a causa del pecado de David, madre de Salomón.

Naomi: Mantenía la familia unida después de la muerte de su esposo y dos hijos en una tierra extranjera.

Rut: Viuda, aceptó la fe judía de su esposo, fiel a su suegra Naomi, en la genealogía de Jesucristo.

Esther: Por su sabiduría salvó a su pueblo de una matanza fea.

Elisabet: Prima de María, después de muchos años de esterilidad, Dios la bendijo con un hijo (Juan Bautista), quien tenía un estilo de vida raro y fue decapitado.

¿Y qué de la madre más famosa de todas? Aunque era la madre del Hijo de Dios, tenía una situación bastante difícil:

  • Era una joven sin experiencia ninguna como madre.
  • Era pobre y vivía en un pueblo rústico sin cuidado médico.
  • No era casada; a la misma vez que cuidaba al bebé tenía que establecer una relación con su esposo.
  • Fue burlada por su familia y amistades; sabía que José pudiera divorciarse de ella o pudiera ser apedreada para adulterio.
  • Hizo un viaje largo y peligroso en los últimos días de su embarazo.
  • Dio a luz en un pesebre, muy lejos de su familia.
  • Tenía que huir a Egipto para salvar la vida del bebé.
  • Al final, vio a ese hijo crucificado.

¿Hay un mensaje allí para nosotros?

  • Tu situación no pueda ser ideal tampoco.
  • Todo no pueda estar conforme a lo que los expertos dicen es importante.
  • Te puedes sentir incapacitado para ser madre o padre.
  • Pero a pesar de todo, Dios confiaba en María para criar a su hijo, y Él confía en ti también con vidas preciosas.

¿Qué más aprendemos de la historia del nacimiento de Jesús en la Biblia?

A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea,  a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María.  El ángel se acercó a ella y le dijo:

—¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.
 Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo.
 —No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—.  Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.  Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David,  y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin.
 —¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen?
 —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.  También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo.  Porque para Dios no hay nada imposible.
 —Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho.
(Lucas 1:26-38)

Dios puede interrumpir nuestras vidas en maneras completamente inesperadas. Su favor y su presencia no aseguran una vida fácil ni cómoda, pero aseguran que tu vida tendrá propósito.

¿Puede ser que Dios quiere hacer algo sobrenatural en la rutina de tu vida diaria familiar?

Cuando Dios viene a ti, puede ser muy preocupante; es común no entender lo que está diciendo y tener miedo.  Eso está bien. Una y otra vez en la Biblia cuando Dios llama a alguien con una tarea, la primera reacción era: “¿Yo? ¿Cómo puede ser?” Y pensamos en todas las razones por las cuales sería imposible. Eso tiene sentido, ¡pero no tiene nada que ver contigo! ¡Se trata de Dios! No hay nada imposible para Dios, cuando su Espíritu viene sobre ti y el poder del Altísimo te cubre con su sombra. ¿Hay algún límite de lo que Dios puede hacer? ¿Quieres que Dios utiliza tu vida en esa manera?

¿Qué parte tenía María? No mucha. El plan no originó con ella.  Dios no tenía ningún problema en conseguir su atención; María solamente tenía que someterse, aceptar su plan, y ser disponible a Dios. Y entonces tener su vida destruida.

Dios le habló de su parte en su plan para este mundo. Tu parte no pueda ser tan dramática, pero es muy importante. ¿Sabes el plan de Dios para la historia?  ¿Te interesa? ¿Tienes alguna idea de tu parte en ese plan? Si Dios quiere hacer algo contigo, ¿crees que puede conseguir tu atención? ¿Puede ser que está llamándote ahora, pero hay tanto ruido en tu vida que no puedes oírlo? ¿Estás disponible a Dios? ¿Has puesto límites en lo que Dios puede hacer con tu vida?

La Cena del Señor: ¿Estás celebrándola en una manera indigna? 1 Corintios 10:14-22 y 11:17-34

Yo crecí en una iglesia que no permitía a nadie participar en la Santa Cena hasta su confirmación, alrededor de los 13 años. Cuando era niño, estaba celoso de mis padres (y luego de mi hermana mayor), cuando recibieron la comunión. Pensé que era algo muy especial, un momento íntimo con el Señor. Finalmente llegó el día de mi confirmación y primera comunión. Después de tanta expectativa la recibí, y ¡nada! Esa decepción fue el primer paso para que dejara a la iglesia y al Señor.

Por desgracia, esa es la experiencia de muchos cristianos. Reciben la comunión como una obligación, algo que cada iglesia hace de vez en cuando. Pero muchas veces incluso el pastor no parece muy entusiasmado con la Cena; la celebra al final del servicio cuando todos quieren irse, y dice casi nada al respecto. Los que se criaron en la iglesia católica quieren evitar el misterio y la casi idolatría de la misa, con la creencia que el vino realmente se convierte en la sangre de Jesús, y el pan se convierte en su cuerpo. Nosotros creemos que son símbolos (es pan y jugo que tomamos), pero muchos han perdido la creencia de cristianos a lo largo de los siglos de que la Cena es un medio de gracia. Cristo nos ordenó participar en ella; a la mesa se manifiesta su presencia, y recibimos su gracia.

En la primera parte del capítulo 10, Pablo nos advierte de la posibilidad de ser descalificado y perder nuestro premio, citando el ejemplo de Israel. Uno de sus pecados fue la idolatría, y Pablo comienza  su enseñanza acerca de la Cena con otra advertencia: Por tanto, mis queridos hermanos, huyan de la idolatría (verso 14) Los que practicaban la idolatría ofrecían comida y bebida a los ídolos, y también celebraban banquetes como parte de su idolatría. Pablo no quiere ninguna confusión entre ellos y la Santa Cena.

El problema de la idolatría

19 ¿Qué quiero decir con esta comparación? ¿Que el sacrificio que los gentiles ofrecen a los ídolos sea algo, o que el ídolo mismo sea algo? 20 No, sino que cuando ellos ofrecen sacrificios, lo hacen para los demonios, no para Dios, y no quiero que ustedes entren en comunión con los demonios.

No ocurre nada con la comida sacrificada a un ídolo, que no es más que madera o hierro (como Pablo ya dijo en 8:4-6). Pero detrás de cada ídolo o religión falsa hay un demonio, y los que participan en sus ceremonias entran en comunión con esos demonios. Hay gran riesgo de ser endemoniado.

21 No pueden beber de la copa del Señor y también de la copa de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor y también de la mesa de los demonios.22 ¿O vamos a provocar a celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?

Aparentemente, algunos creyentes seguían participando en la idolatría (la mesa de los demonios), y también la iglesia (la Santa Cena). No puedes vivir en dos mentes. Dios es un dios celoso, y sería casi blasfemo participar en ambas. Hoy no participamos en una comida (una mesa) de demonios, ¿pero hay otras formas en que participamos en cosas de demonios? ¿En el entretenimiento, por ejemplo? No puedes servir a dos amos. Hay que escoger a Dios y renunciar a los demonios.

18 Consideren al pueblo de Israel como tal: ¿No entran en comunión con el altar los que comen de lo sacrificado? 

Aquellos que eran judíos ya entendían el concepto de sacrificios: Entraron en comunión con Dios, quien recibió el sacrificio del altar, y también en comunión con otros que comieron la comida sacrificada.

Lo que aprendemos acerca de la Cena en el capítulo 10

16 Esa copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no significa que entramos en comunión con la sangre de Cristo? Ese pan que partimos, ¿no significa que entramos en comunión con el cuerpo de Cristo? 

La palabra griega traducida “comunión” o “participación” es koinonia. Para el cristiano, esa palabra habla del compañerismo, o la comunión, que tenemos con el Señor y con otros creyentes. Yodos somos uno en Cristo, y la celebración de la Cena es la cumbre de la expresión de esa comunión. El Nuevo Testamento habla varias veces de la unión que tenemos con Cristo y de Cristo viviendo en nosotros. Estos símbolos de la vida de Jesús (pan y vino) entran en nosotros; son un tipo de alimento espiritual que nos llena y toca todo nuestro ser. Debes esperar a salir de la Cena fortalecido en el Espíritu.

¿Qué significa “entrar en comunión con el cuerpo de Cristo?” Por supuesto, con Cristo mismo, pero también nuestra comunión con otros creyentes:  Hay un solo pan del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo (verso 17). Participamos en la Cena como individuos, pero la Cena también celebra nuestra unidad (un tema que Pablo va a desarrollar más en el capítulo 12). La comunión, por su propia naturaleza, debe ser celebrada como una congregación. Pablo habla de “un solo pan;” puede ser apropiado para todos compartan un pan.

Otros problemas con la Cena en la segunda parte del capítulo 11

18 En primer lugar, oigo decir que cuando se reúnen como iglesia hay divisiones entre ustedes, y hasta cierto punto lo creo. 19 Sin duda, tiene que haber grupos sectarios entre ustedes, para que se demuestre quiénes cuentan con la aprobación de Dios. 

En lugar de la unidad que la comunión debe demostrar, las divisiones que Pablo ya mencionó se manifestaron también en la Cena. Parece que hubo casi una competencia entre varios grupos, para demostrar contaron con la aprobación de Dios.

20 De hecho, cuando se reúnen, ya no es para comer la Cena del Señor, 21 porque cada uno se adelanta a comer su propia cena, de manera que unos se quedan con hambre mientras otros se emborrachan. 22 ¿Acaso no tienen casas donde comer y beber? ¿O es que menosprecian a la iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Voy a elogiarlos por esto? ¡Claro que no!

33 Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros. 34 Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones de ustedes no resulten dignas de condenación.

No es malo tener una comida junto con la Cena; era la costumbre de la iglesia primitiva (“fiestas de amor fraternal”). Pero había desorden en la práctica de la Cena en Corinto:

  • No permitieron que algunos (¿los pobres?) comieran la rica comida que otros trajeron, y ellos se quedaron con hambre.
  • Otros se emborracharon con mucho vino.
  • Algunos comían antes que los otros.

Ellos habían perdido la reverencia y el significado de la Cena. Pablo dice que en esas condiciones sería mejor comer en casa antes del servicio. Estos abusos (como el alimento para los ídolos), pueden sentir ajenos a nosotros, pero yo creo que tampoco nosotros entendemos la importancia de la Cena.

Cómo celebrar la Cena

23 Yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan, 24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este pan es mi cuerpo, que por ustedes entrego; hagan esto en memoria de mí.» 

La iglesia recibió las instrucciones y el mandato para la Cena directamente del Señor Jesús. Tomar la Cena a la ligera menosprecia a nuestro Salvador, quien inició la Cena la noche en que fue traicionado, en la intimidad del aposento alto. Tenemos que hacer todo lo necesario para que la Cena no se convierta en nada más que un ritual o un hábito piadoso.

Hacemos la Cena en memoria de Jesús, y todo el enfoque debe estar en nuestro Salvador. La celebración puede incluir una lectura de los evangelios, alabanzas sobre la obra salvadora de Jesús y un tiempo abierto de oración. La Cena nos recuerda que el punto central de nuestra fe es Jesús: su vida, su sacrificio en la cruz y su victoria en la resurrección. Como dice el comentarista Gordon Fee: “Es un recordatorio constante y repetido – así como una experiencia – de la eficacia de esa muerte para nosotros.”

Hoy hablamos tanto sobre los beneficios de Cristo y cómo tener éxito en la vida que podemos perder de vista lo más importante: la cruz, la restauración de nuestra relación con Dios y el perdón de los pecados.

25 De la misma manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella, en memoria de mí.» 

En la Cena Jesús inició el nuevo pacto. Tradicionalmente sellaron un pacto con sangre; en este caso fue la sangre de Jesús. Cuando tomamos la copa, damos gracias por la fidelidad de Jesús a ese pacto, y reafirmamos nuestro compromiso con el pacto.

26 Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga.

En la cena proclamamos la muerte de Jesús a las potestades, a los demonios y  al mundo entero; a la vez, soltamos el poder de su sangre derramada. En la Cena miramos para atrás, a la cruz, y al futuro, cuando Cristo venga y todos participemos en las Bodas del Cordero (Mateo 26:29).

27 Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna, será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor.

Espero que la importancia de esta Cena sea clara. Pablo ya ha descrito la «manera indigna:» los abusos de los Corintios, y tomar la Cena a la ligera. Pecar contra el cuerpo y la sangre de Jesús es muy grave. Participar en la Cena de manera indigna (con los abusos que Pablo menciona o cualquier otra cosa que la desprecia) se convierte en culpable. La persona que oficia en la Cena es responsable de ayudar a la congregación a tomar la Cena correctamente; incluso orientar a los nuevos creyentes. Aunque nos acercamos a la mesa con gozo y acción de gracias, también hay que acercarnos con mucha reverencia, aún temor. En el pasado, los líderes de la iglesia tenían la tarea de confirmar que los participantes tenían un buen entendimiento del significado de la Cena.

28 Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa. 

31 Si nos examináramos a nosotros mismos, no se nos juzgaría; 32 pero si nos juzga el Señor, nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.

Una parte muy importante de la Cena (que muchas veces pasamos por alto) es un autoexamen. ¿Hay alguien a quien tenemos que perdonar (ver Mateo 5:23-24)? ¿Hay un pecado que confesar, o arrepentimiento necesario? Aunque puede ser incómodo, cuando se abre así a la obra del Espíritu Santo y la disciplina y corrección del Señor, Dios puede obrar en nuestras vidas. Si no pasamos por este proceso, podemos ser condenados con el mundo.

29 Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena. 30 Por eso hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto.

Es posible traer condenación sobre ti mismo si no tomas la cena correctamente. Otra vez, es la responsabilidad del líder ayudar a la gente a “discernir el cuerpo.” ¿Qué significa eso? Algunos dicen que es la iglesia (el cuerpo de Cristo), ya que Pablo ya habló sobre los problemas en la unidad de los corintios y su práctica de la cena, y en el capítulo 12 habla más sobre ese cuerpo. O puede ser tomar la Cena sin discernir el significado del sacrificio del cuerpo de Jesús. La Cena es tan importante y poderosa, que tomarla de manera incorrecta puede provocar debilidad, enfermedad y aún la muerte.

Debido a estas precauciones, algunos pueden creer que no son dignos y no quieren participar en la Cena. Pero nadie es digno, y no tomar la Cena es desobedecer el mandato de Jesús. Anima a la iglesia a que la Cena sea la oportunidad de examinarse, arrepentirse, arreglar lo que tienen que arreglar, y luego con mucho gozo y gratitud al Señor recibir la comunión.

Para terminar la Cena es bueno ministrar a los hermanos en oración, darles a todos la oportunidad hacer una oración de petición o gratitud, o adorar al Señor en canción. Jesús está muy presente en ese momento, y muchas veces el Señor ministra sanidad o liberación en esa atmósfera.

¿No crees que Cristo merece lo mejor para su Cena? Cada parte debe ser dirigida por el Espíritu, y no simplemente seguir la misma rutina. Debemos dedicar mucha oración para prepararnos, con mucha expectativa de un encuentro sobrenatural con el Señor. Yo creo que estamos en gran peligro de tomar la Cena en una “manera indigna.” Mi oración por ti es que la Cena sea un tiempo rico de comunión con Cristo y su iglesia.

 

Ejemplos bíblicos de hombres de familia    Génesis 12

El primero de mayo, 1982, me case con la mujer de mis sueños y la respuesta a mis oraciones. Para muchos años yo buscaba una pareja ejemplar  para guiarnos en nuestro matrimonio.  Aunque he conocido a algunos con matrimonios buenos, yo aprendí que todos tienen sus problemas, aun esa pareja “perfecta.”  Así que fui a la Biblia para buscar a alguien que sería un ejemplo como esposo y padre.  Mira lo que encontré…

Adán: Se quedó callado cuando el diablo tentó a su esposa. Como resultado la raza humana cayó.  Su primogénito mató a su hermano.

Noé: Sus hijos le encontraron borracho y desnudo.

Abraham, el patriarca: Tenía relaciones con la criada de su esposa, dos veces puso a su esposa en peligro mintiendo que era su hermana, y tenía que exiliar a su primogénito (Ismael).  Problemas entre las familias de sus dos hijos permanecen hasta el día de hoy (Israel y los árabes).

Isaac: También mintió acerca de su esposa, diciendo que era su hermana, sujetándola a abuso de otros hombres.

Jacob: Rechazó a su primera esposa y tenía a cuatro mujeres. A causa del favoritismo que él mostró a su hijo José, sus hermanos querían matar a José, y lo vendieron  a unos mercaderes.

Judá: Padre de la tribu natal de Jesucristo, se casó con una cananea.  El Señor quitó la vida de su primogénito. Judá tomó a su nuera por una prostituta y tuvo gemelos con ella (Génesis 38).

Moisés: Su esposa le llamó “esposo de sangre” porque el Señor casi le mató por no circuncidar a su hijo. Sabemos muy poco acerca de su familia.

Josué: Ninguna esposa es mencionada; posiblemente era soltero.

Sansón: Tenía problemas con mujeres y perdió sus fuerzas a causa de la traición de Dalila.

Saúl: Quería matar a su hijo porque desobedeció su mandato. No trató bien a su hija.

David: Mujeriego, se adulteró con Betsabé, tenía a varias mujeres y muchos problemas con sus hijos.

Salomón: Tenía mil esposas y concubinas que apartaron su corazón del Señor.

Entre los muchos reyes de Israel y Judá casi no se oye nada de sus familias.  La más famosa mujer era Jezabel, ejemplo de una mujer que domina a su esposo.

Elías y Eliseo: Nunca se casaron.

Isaías: Estaba casado, pero la Biblia solamente menciona su esposa (la profetisa) una vez (Isaías 8:3) cuando concibió y dio a luz un hijo.

Jeremías: El Señor le dijo que no pudo casarse.

Ezequiel: Tenía una mujer que amaba mucho vista, pero el Señor la quitó y le mandó gemir en silencio y no hacer lamentos (Ezequiel 24:15-18).

Daniel: Era un joven en el palacio de Babilonia y soltero.

Oseas: Su esposa era ramera; tenía muchos problemas familiares.

Juan Bautista: Soltero.

José: Casi se divorció de su novia, murió bastante joven y no sabemos casi nada de su vida familiar.

Jesús: Soltero.

Pablo: Soltero.

Entre los doce discípulos parece que la mayoría eran casados (1 Corintios 9:5), pero la Biblia solamente menciona la esposa de Pedro, y casi no dice nada de ella. La tradición de la iglesia primitiva dice que todos menos Juan eran casados.

¡No es fácil encontrar ese ejemplo entre los hombres de la Biblia!

Lo que aprendemos de la Biblia es que un hombre puede ser muy exitoso en negocios, en su trabajo, en liderazgo, o en el ministerio, pero parece que la vida familiar es una batalla para la mayoría de los hombres.   A pesar de eso, he visto en mi ministerio que lo más importante en el corazón de un hombre es su vida sexual, su esposa, y sus hijos, aunque no habla mucho al respecto.

Una lección del mal ejemplo de Abraham

No hay muchos buenos ejemplos, pero podemos aprender algo de los malos ejemplos, como Abraham, en Génesis 12.

En la primera parte del capítulo Abram recibió su llamamiento con una gran promesa de parte de Dios:

»Haré de ti una nación grande,
y te bendeciré;
haré famoso tu nombre,
y serás una bendición.
Bendeciré a los que te bendigan
y maldeciré a los que te maldigan;
¡por medio de ti serán bendecidas
todas las familias de la tierra!»
(2-3)

Pero al principio no vio ningunas de estas bendiciones, ni aun pudo morar en la tierra prometida:

En ese entonces, hubo tanta hambre en aquella región que Abram se fue a vivir a Egipto (10).

Como muchos hombres, Abram hace lo necesario para sobrevivir.  Si tuvo que moverse, o buscar otro empleo, él lo hizo para su familia.  Pero estaba muy lejos de sus parientes, no conocía a nadie allí, y todos estaban sufriendo de hambre.  En ese momento parece que fue un error  dejar todo para ir a una tierra desconocida.  Ya tenía 75 años y no tenía ningún hijo.  Lo único que tenía era su esposa y un Dios que él de verdad no conoce muy bien. Y aunque creemos que un hombre debe ser fuerte, Abram tenía temor cuando llegó a Egipto:

Cuando estaba por entrar a Egipto, le dijo a su esposa Saray: «Yo sé que eres una mujer muy hermosa. Estoy seguro que en cuanto te vean los egipcios, dirán: «Es su esposa»; entonces a mí me matarán, pero a ti te dejarán con vida. Por favor, di que eres mi hermana, para que gracias a ti me vaya bien y me dejen con vida.» (11-13)

Abram no estaba pensando en el bienestar de Saray.  No la estima ni la trata como el vaso más frágil.  La triste realidad es que muchos hombres valoran a sus esposas por el sexo y por su apariencia.  Una mujer hermosa toca a un hombre profundamente.   Pero Abram mintió e hizo a su esposa vivir una mentira.  Aun peor, usaba a su esposa por su propio beneficio, para que le fuese bien y le dejaren con vida.

El mejor ejemplo para un hombre es Jesucristo, que puso su vida por nosotros.  Su Palabra manda a los maridos a amar “a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella.” (Efesios 5:25) Abram no está actuando en amor, sino en temor y egoísmo.  No le importa lo que pasase con su esposa.   ¿Cómo se sintió Saray? ¿Sintió el amor y protección de su esposo?  ¿Es posible que fue por este trauma que ella no pudo concebir?

¿De verdad amas a tu esposa? ¿Tal como Cristo ama a la iglesia? ¿Estás listo a entregar tu vida por ella, no solamente frente a alguien peligroso en la calle, sino entregando tus deseos y placer por su bien?  ¿Has hecho algo semejante a lo que hizo Abram aquí? ¿Tiendes a usar a otras personas por tu beneficio?  ¿De verdad sabes lo que es amar a alguien?

Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que Saray era muy hermosa.  También los funcionarios del faraón la vieron, y fueron a contarle al faraón lo hermosa que era. Entonces la llevaron al palacio real (14-15).  Posiblemente Abram no estaba esperando esto.  Es cierto que Saray estaba muy cómoda y bien alimentada, pero está en el palacio de una tierra extranjera. No la llevan al palacio solamente para ver su hermosura; es claro que tienen otro propósito.

Gracias a ella trataron muy bien a Abram. Le dieron ovejas, vacas, esclavos y esclavas, asnos y asnas, y camellos (16).  Parece que todo salió muy bien para Abram. Se queda con su vida, y con un montón de cosas, pero todo eso fue a causa de una mentira. Y más importante, estaba sin su mujer, muy solo y frustrado.  Eso pasa frecuentemente a hombres cuando no saben cómo amar a sus esposas. Pueden tener muchas cosas, pero no tienen el amor de su mujer.  Aún más importante, Dios no está a gusto con lo que hizo Abram, a pesar de la prosperidad que estaba disfrutando.  Está mejor estar bien con Dios y contento con tu mujer, con casi nada, que tener muchas ovejas y vacas y asnas y esclavas.

Pero por causa de Saray, la esposa de Abram, el Señor castigó al faraón y a su familia con grandes plagas. Entonces el faraón llamó a Abram y le dijo: «¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu esposa? ¿Por qué dijiste que era tu hermana? ¡Yo pude haberla tomado por esposa! ¡Anda, toma a tu esposa y vete!»  (17-19) Puedes engañar al hombre, aun al faraón, pero no puedes engañar a Dios. Tarde o temprano, vendrá el juicio de Dios. Cuando hay un creyente en pecado, bajo el juicio de Dios, va a impactar a toda su familia y a todos alrededor.  Dios le prometió bendecir a todos por medio de él (12:3), pero en vez de bendición, Abram llevó una maldición y grandes plagas.  Para ser una bendición, tú tienes que estar bien con Dios.

Y el faraón ordenó a sus hombres que expulsaran a Abram y a su esposa, junto con todos sus bienes (20).

Por la gracia del Señor, Abram salió bien, con su vida, con su mujer, y con todos sus bienes.  Pero son expulsados, humillados, y tienen que volver al hambre en Canaán. Lamentablemente, Abram no aprendió su lección, porque hizo lo mismo otra vez más (Génesis 20).  ¿Y qué piensas?  ¿Cómo estuvo el viaje de regreso a Canaán?  Después de tantos días (¿semanas? ¿meses?) aparte, ¿crees que Saray estaba muy lista a tener relaciones con Abram?  ¡Me parece que le costaría mucho a Abram para restaurar la paz en su hogar!

Pues, creo que podemos aprender bastante del mal ejemplo de Abram.  Qué el Señor nos ayude a amar de verdad a nuestras mujeres.  Gracias a Dios por su Espíritu Santo que nos ayuda y nos guía todo el día.  Pido a Dios que tu vida sea un buen ejemplo para otros. Si tú ya tienes varios años de casado, tengo un desafío para ti: Busca a hombres más jóvenes e inviértete en sus vidas, ayudándolos ser hombres de Dios.