Ejemplos bíblicos de hombres de familia    Génesis 12

El primero de mayo, 1982, me case con la mujer de mis sueños y la respuesta a mis oraciones. Para muchos años yo buscaba una pareja ejemplar  para guiarnos en nuestro matrimonio.  Aunque he conocido a algunos con matrimonios buenos, yo aprendí que todos tienen sus problemas, aun esa pareja “perfecta.”  Así que fui a la Biblia para buscar a alguien que sería un ejemplo como esposo y padre.  Mira lo que encontré…

Adán: Se quedó callado cuando el diablo tentó a su esposa. Como resultado la raza humana cayó.  Su primogénito mató a su hermano.

Noé: Sus hijos le encontraron borracho y desnudo.

Abraham, el patriarca: Tenía relaciones con la criada de su esposa, dos veces puso a su esposa en peligro mintiendo que era su hermana, y tenía que exiliar a su primogénito (Ismael).  Problemas entre las familias de sus dos hijos permanecen hasta el día de hoy (Israel y los árabes).

Isaac: También mintió acerca de su esposa, diciendo que era su hermana, sujetándola a abuso de otros hombres.

Jacob: Rechazó a su primera esposa y tenía a cuatro mujeres. A causa del favoritismo que él mostró a su hijo José, sus hermanos querían matar a José, y lo vendieron  a unos mercaderes.

Judá: Padre de la tribu natal de Jesucristo, se casó con una cananea.  El Señor quitó la vida de su primogénito. Judá tomó a su nuera por una prostituta y tuvo gemelos con ella (Génesis 38).

Moisés: Su esposa le llamó “esposo de sangre” porque el Señor casi le mató por no circuncidar a su hijo. Sabemos muy poco acerca de su familia.

Josué: Ninguna esposa es mencionada; posiblemente era soltero.

Sansón: Tenía problemas con mujeres y perdió sus fuerzas a causa de la traición de Dalila.

Saúl: Quería matar a su hijo porque desobedeció su mandato. No trató bien a su hija.

David: Mujeriego, se adulteró con Betsabé, tenía a varias mujeres y muchos problemas con sus hijos.

Salomón: Tenía mil esposas y concubinas que apartaron su corazón del Señor.

Entre los muchos reyes de Israel y Judá casi no se oye nada de sus familias.  La más famosa mujer era Jezabel, ejemplo de una mujer que domina a su esposo.

Elías y Eliseo: Nunca se casaron.

Isaías: Estaba casado, pero la Biblia solamente menciona su esposa (la profetisa) una vez (Isaías 8:3) cuando concibió y dio a luz un hijo.

Jeremías: El Señor le dijo que no pudo casarse.

Ezequiel: Tenía una mujer que amaba mucho vista, pero el Señor la quitó y le mandó gemir en silencio y no hacer lamentos (Ezequiel 24:15-18).

Daniel: Era un joven en el palacio de Babilonia y soltero.

Oseas: Su esposa era ramera; tenía muchos problemas familiares.

Juan Bautista: Soltero.

José: Casi se divorció de su novia, murió bastante joven y no sabemos casi nada de su vida familiar.

Jesús: Soltero.

Pablo: Soltero.

Entre los doce discípulos parece que la mayoría eran casados (1 Corintios 9:5), pero la Biblia solamente menciona la esposa de Pedro, y casi no dice nada de ella. La tradición de la iglesia primitiva dice que todos menos Juan eran casados.

¡No es fácil encontrar ese ejemplo entre los hombres de la Biblia!

Lo que aprendemos de la Biblia es que un hombre puede ser muy exitoso en negocios, en su trabajo, en liderazgo, o en el ministerio, pero parece que la vida familiar es una batalla para la mayoría de los hombres.   A pesar de eso, he visto en mi ministerio que lo más importante en el corazón de un hombre es su vida sexual, su esposa, y sus hijos, aunque no habla mucho al respecto.

Una lección del mal ejemplo de Abraham

No hay muchos buenos ejemplos, pero podemos aprender algo de los malos ejemplos, como Abraham, en Génesis 12.

En la primera parte del capítulo Abram recibió su llamamiento con una gran promesa de parte de Dios:

»Haré de ti una nación grande,
y te bendeciré;
haré famoso tu nombre,
y serás una bendición.
Bendeciré a los que te bendigan
y maldeciré a los que te maldigan;
¡por medio de ti serán bendecidas
todas las familias de la tierra!»
(2-3)

Pero al principio no vio ningunas de estas bendiciones, ni aun pudo morar en la tierra prometida:

En ese entonces, hubo tanta hambre en aquella región que Abram se fue a vivir a Egipto (10).

Como muchos hombres, Abram hace lo necesario para sobrevivir.  Si tuvo que moverse, o buscar otro empleo, él lo hizo para su familia.  Pero estaba muy lejos de sus parientes, no conocía a nadie allí, y todos estaban sufriendo de hambre.  En ese momento parece que fue un error  dejar todo para ir a una tierra desconocida.  Ya tenía 75 años y no tenía ningún hijo.  Lo único que tenía era su esposa y un Dios que él de verdad no conoce muy bien. Y aunque creemos que un hombre debe ser fuerte, Abram tenía temor cuando llegó a Egipto:

Cuando estaba por entrar a Egipto, le dijo a su esposa Saray: «Yo sé que eres una mujer muy hermosa. Estoy seguro que en cuanto te vean los egipcios, dirán: «Es su esposa»; entonces a mí me matarán, pero a ti te dejarán con vida. Por favor, di que eres mi hermana, para que gracias a ti me vaya bien y me dejen con vida.» (11-13)

Abram no estaba pensando en el bienestar de Saray.  No la estima ni la trata como el vaso más frágil.  La triste realidad es que muchos hombres valoran a sus esposas por el sexo y por su apariencia.  Una mujer hermosa toca a un hombre profundamente.   Pero Abram mintió e hizo a su esposa vivir una mentira.  Aun peor, usaba a su esposa por su propio beneficio, para que le fuese bien y le dejaren con vida.

El mejor ejemplo para un hombre es Jesucristo, que puso su vida por nosotros.  Su Palabra manda a los maridos a amar “a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella.” (Efesios 5:25) Abram no está actuando en amor, sino en temor y egoísmo.  No le importa lo que pasase con su esposa.   ¿Cómo se sintió Saray? ¿Sintió el amor y protección de su esposo?  ¿Es posible que fue por este trauma que ella no pudo concebir?

¿De verdad amas a tu esposa? ¿Tal como Cristo ama a la iglesia? ¿Estás listo a entregar tu vida por ella, no solamente frente a alguien peligroso en la calle, sino entregando tus deseos y placer por su bien?  ¿Has hecho algo semejante a lo que hizo Abram aquí? ¿Tiendes a usar a otras personas por tu beneficio?  ¿De verdad sabes lo que es amar a alguien?

Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que Saray era muy hermosa.  También los funcionarios del faraón la vieron, y fueron a contarle al faraón lo hermosa que era. Entonces la llevaron al palacio real (14-15).  Posiblemente Abram no estaba esperando esto.  Es cierto que Saray estaba muy cómoda y bien alimentada, pero está en el palacio de una tierra extranjera. No la llevan al palacio solamente para ver su hermosura; es claro que tienen otro propósito.

Gracias a ella trataron muy bien a Abram. Le dieron ovejas, vacas, esclavos y esclavas, asnos y asnas, y camellos (16).  Parece que todo salió muy bien para Abram. Se queda con su vida, y con un montón de cosas, pero todo eso fue a causa de una mentira. Y más importante, estaba sin su mujer, muy solo y frustrado.  Eso pasa frecuentemente a hombres cuando no saben cómo amar a sus esposas. Pueden tener muchas cosas, pero no tienen el amor de su mujer.  Aún más importante, Dios no está a gusto con lo que hizo Abram, a pesar de la prosperidad que estaba disfrutando.  Está mejor estar bien con Dios y contento con tu mujer, con casi nada, que tener muchas ovejas y vacas y asnas y esclavas.

Pero por causa de Saray, la esposa de Abram, el Señor castigó al faraón y a su familia con grandes plagas. Entonces el faraón llamó a Abram y le dijo: «¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu esposa? ¿Por qué dijiste que era tu hermana? ¡Yo pude haberla tomado por esposa! ¡Anda, toma a tu esposa y vete!»  (17-19) Puedes engañar al hombre, aun al faraón, pero no puedes engañar a Dios. Tarde o temprano, vendrá el juicio de Dios. Cuando hay un creyente en pecado, bajo el juicio de Dios, va a impactar a toda su familia y a todos alrededor.  Dios le prometió bendecir a todos por medio de él (12:3), pero en vez de bendición, Abram llevó una maldición y grandes plagas.  Para ser una bendición, tú tienes que estar bien con Dios.

Y el faraón ordenó a sus hombres que expulsaran a Abram y a su esposa, junto con todos sus bienes (20).

Por la gracia del Señor, Abram salió bien, con su vida, con su mujer, y con todos sus bienes.  Pero son expulsados, humillados, y tienen que volver al hambre en Canaán. Lamentablemente, Abram no aprendió su lección, porque hizo lo mismo otra vez más (Génesis 20).  ¿Y qué piensas?  ¿Cómo estuvo el viaje de regreso a Canaán?  Después de tantos días (¿semanas? ¿meses?) aparte, ¿crees que Saray estaba muy lista a tener relaciones con Abram?  ¡Me parece que le costaría mucho a Abram para restaurar la paz en su hogar!

Pues, creo que podemos aprender bastante del mal ejemplo de Abram.  Qué el Señor nos ayude a amar de verdad a nuestras mujeres.  Gracias a Dios por su Espíritu Santo que nos ayuda y nos guía todo el día.  Pido a Dios que tu vida sea un buen ejemplo para otros. Si tú ya tienes varios años de casado, tengo un desafío para ti: Busca a hombres más jóvenes e inviértete en sus vidas, ayudándolos ser hombres de Dios.