1 Corintios 14: Ambiciona profecía

Empéñense en seguir el amor y ambicionen los dones espirituales, sobre todo el de profecía (1).

Lenguas y profecía; dos dones malentendidos, despreciados, exagerados, ignorados y abusados.  ¡Y son simplemente dones de nuestro Dios para ayudar a su iglesia a escuchar su voz y comunicarse con Él! ¡Algo que cualquier cristiano desea y necesita!

1Empéñense en seguir el amor y ambicionen los dones espirituales, sobre todo el de profecía.

Empéñense en seguir el amor. Empeñar significa “dedicar alguien su tiempo a la consecución de un objetivo” (Diccionario de la lengua Española). En este caso, el amor ágape. Esa es la primera prioridad. ¿Estás persiguiendo el amor?

Ambicionen los dones espirituales. Ambicionar significa desear algo intensamente, como un niño desea un juguete en navidad. ¿Cuál es tu actitud hacia los dones?  ¿Los ambicionas? Los dones no son para bendición individual, sino para el beneficio de toda la iglesia. Así Dios capacita y edifica su cuerpo.

Sobre todo el de profecía. De todos los dones, la profecía puede ser la más importante. Los judíos tenían mucho conocimiento de profecía; los profetas del Antiguo Testamento eran los hombres más espirituales, quienes recibieron mensajes directamente de Dios.  Es lógico que en la iglesia, con todos los privilegios de la salvación en Jesucristo, habría aún más profecía, conforme a la palabra de Joel (Joel 2:28). Lo que sería muy impresionante para ellos es que cada creyente en Cristo puede oír de Dios y profetizar.

Porque el que habla en lenguas no habla a los demás, sino a Dios. En realidad, nadie le entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu. En cambio, el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos. El que habla en lenguas se edifica a sí mismo; en cambio, el que profetiza edifica a la iglesia. Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero mucho más que profetizaran. El que profetiza aventaja al que habla en lenguas, a menos que este también interprete, para que la iglesia reciba edificación.

En el próximo capítulo vamos a estudiar lenguas.  Aquí Pablo compara los dos para demostrar la superioridad de profecía. ¿Por qué es superior? Porque edifica a toda la iglesia, para que todos crezcan espiritualmente. (Un mensaje en lenguas con interpretación es igual a una profecía.) Era el deseo de Pablo que todos profetizasen.

El propósito de profecía

  • La Reina Valera traduce la palabra griega paraclesiscomo “exhortación,” que el diccionario define como una “advertencia o aviso con que se intenta persuadir a alguien de que haga o deje de hacer algo.” Pero ese no es el sentido del griego, y lamentablemente ha permitido un malentendido de profecía en la iglesia. El Espíritu Santo es el paracleto, el que está a tu lado para ayudarte. Ese es el significado aquí. Puedes traducir la palabra estímulo, consuelo, o ruego también.
  • Alguien en el oficio de profeta lleva mensajes que predicen el futuro o revelan algún pecado en la iglesia (como en las cartas a las iglesias en Apocalipsis 2 y 3), pero no es el propósito del don de profecía.  Tampoco menciona regañar o condenar a otros.  Debe ser un mensaje positivo.

Profecía una señal para creyentes

21 En la ley está escrito:

«Por medio de gente de lengua extraña
y por boca de extranjeros
hablaré a este pueblo,
pero ni aun así me escucharán», dice el Señor.

22 De modo que el hablar en lenguas es una señal no para los creyentes, sino para los incrédulos; en cambio, la profecía no es señal para los incrédulos, sino para los creyentes. 23 Así que, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran algunos que no entienden o no creen, ¿no dirán que ustedes están locos? 24 Pero, si uno que no cree o uno que no entiende entra cuando todos están profetizando, se sentirá reprendido y juzgado por todos, 25 y los secretos de su corazón quedarán al descubierto. Así que se postrará ante Dios y lo adorará, exclamando: «¡Realmente Dios está entre ustedes!»

Ésta es una porción difícil.  Si alguien que “no cree o no entiende” que escucha a todos hablar en lenguas cree que están locos, ¿por qué dice Pablo que el hablar en lenguas es una señal para los incrédulos? Es porque los versos que él cita de Isaías (28:11-12) hablan de judíos incrédulos; no habla de alguien que no tiene conocimiento de Dios.

Cuando alguien que no conoce a Cristo entra en una iglesia y escucha profecía:

  • Los secretos de su corazón pueden ser revelados.
  • Puede sentirse reprendido y juzgado; es decir, convencido de su pecado.
  • Puede verse afectado por la presencia obvia de un Ser sobrenatural, y postrarse y adorar a Dios.

Procedimientos para el uso del don en la iglesia

29 En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y que los demás examinen con cuidado lo dicho. 30 Si alguien que está sentado recibe una revelación, el que esté hablando ceda la palabra. 31 Así todos pueden profetizar por turno, para que todos reciban instrucción y aliento. 32 El don de profecía está bajo el control de los profetas, 33 porque Dios no es un Dios de desorden, sino de paz.

Para entender esta porción tenemos que ver la diferencia entre el don de profecía y el oficio de profeta. Ya Pablo dijo que no todos son profetas, pero desea que todos profetizasen. Solo dos o tres profetas hablen, pero todos los con el don de profecía pueden profetizar por turno (como Pablo dijo también en el verso 24). Así que es evidente que no todos con el don de profecía son profetas.

Posiblemente se puede leer estos versículos de esta manera (ésta es mi traducción amplificada):

En cuanto a los que ocupan el oficio de profeta, que hablen dos o tres, y que los demás (hermanos, o profetas, o, especialmente, aquellos con el don de discernir espíritus) examinen con cuidado lo que se ha dicho. Si alguien con el don de profecía que está sentado recibe una revelación, el profeta que habla cedará la palabra. De este modo todos con el don de profecía pueden profetiza, a su vez, para que todos reciban instrucción y aliento. El don de profecía, y aquellos que operan en ese don, está bajo el control de quienes ocupan el oficio de profeta, porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz.

Ésta es una opción que pueda ayudarnos comprender un pasaje difícil.

Las profecías pueden ocupar bastante tiempo en un culto, y no se puede programarlas. Otra vez vemos que aquellos que operan en el don de profecía no predicen el futuro, sino que ofrecen instrucción y aliento. Su palabra es una revelación, pero existe la posibilidad de que esa palabra no sea de Dios, por lo que cada palabra debe ser examinada con cuidado.

Resumen

Hay muy poco en el Nuevo Testamento acerca de cómo usar este don, posiblemente porque era tan común. A pesar de las dificultades en esta porción, hay algunas cosas muy claras:

  • Hay un oficio de profeta, el segundo en autoridad después de los apóstoles (1 Corintios 12:28). Ocupa la misma posición en los ministerios que Pablo enumera en Efesios 4:11.
  • Hay un don de profecía, distinto de ese oficio de profeta, que todos pueden recibir.
  • El don de profecía era muy importante para Pablo; se debe dar la oportunidad en cada servicio para manifestaciones de este don.
  • Profecía es para aliento e instrucción.
  • La profecía tiene que funcionar dentro de la seguridad de la iglesia. El profeta debe ser alguien conocido por el liderazgo de la iglesia y bajo su autoridad.  Ten mucho cuidado con “profetas” en Internet u operando fuera de una iglesia, en secreto. Existe un gran riesgo de abuso si el profeta no se equilibra con los demás dones.
  • Toda palabra profética debe ser evaluada, y desafiada si es necesario.
  • Siempre debe haber orden en la operación del don. Si no hay orden y paz en una reunión, hay que cuestionar si es realmente de Dios.
  • No vas a perder tu palabra si tienes que esperar un poco para compartirla, pero también un profeta puede ceder su tiempo a otro profeta que reciba una nueva revelación. Un profeta no pierde el control de sí mismo.
  • Se necesita discernimiento de lo que se comparte con toda la iglesia. Hay palabras que Dios nos da que no son para todos.
  • Hay algunos que todavía enseñan que el don de profecía es la predicación de la Biblia, pero es claro de estos textos que no lo es.
  • Una verdadera palabra profética nunca contradice la Biblia, y nunca tiene la misma autoridad que la Biblia.

Tu experiencia con profecía

Yo quiero compartir algunas cosas que pueden ayudarte en usar este don:

  • No apedreamos a un falso profeta como en el Antiguo Testamento, y nunca lo dice que un profeta tiene que ser perfecto en todo lo que dice.  Pero yo he leído muchas cosas que “profetas” dicen hoy que nunca suceden.  Ellos siguen como siempre, pero creo que tienen que rendir cuentas a alguien, y tenemos que cuestionar a alguien que ha dicho muchas cosas que nunca se han cumplido.  A la misma vez, tenemos que recordarnos que si hay una profecía de un juicio venidero, o algún desastre, puede ser para despertarnos para interceder y evitar ese juicio.
  • Muchas veces una escritura, una sola palabra, una imagen o algún sentimiento inicia la operación del don.  Por ejemplo, puedes sentirte muy cargado, o triste, o cariñoso.  Comienzas simplemente diciendo: Me parece que el corazón de Dios está muy cargado.  Y al decir esas palabras en fe, el Señor te da más: Hay algunos aquí que sufren bajo mucha condenación del diablo por los pecados del pasado.  Ahora las palabras están fluyendo: Pero Dios dice que Cristo murió por esos pecados y ya pagó el precio.  Él ha olvidado ese pecado y te ama.  Él quiere liberarte ahora de esa condenación. Si la palabra es de Dios, simplemente decirla puede liberar a gente que está batallando con la condenación.
  • Puedes sentirte muy lleno, como algo está subiendo desde tu interior que tiene que expresarse.
  • A veces, una palabra que tú dices puede tocar a otra persona en el servicio y el mensaje crece de persona a persona.
  • Casi siempre es mejor no decir: “Así dice el Señor,” sino: “Yo creo que el Señor quiere decir,” o, “Siento esto en mi corazón.”
  • Tenemos que crear una atmósfera de seguridad en la iglesia que anima a la gente a profetizar.  Debe ser algo natural y común.  Es más fácil y mejor comenzar en grupos pequeños.  Después de oración o adoración, el líder puede preguntar: “¿Hay alguien aquí que sienta algo del Señor en su espíritu?”  Parece que muchas veces la adoración nos prepara para oír de Dios.  Deja suficiente tiempo para esperar en el Señor para que hablase.  No apagues el Espíritu porque te sientes incómodo con el silencio.
  • Ten cuidado de no caer en una rutina, donde algunos “profetas” piensan que siempre tienen que traer una palabra nueva. Hay páginas en Internet donde el “profeta” supuestamente recibe una nueva palabra cada día. Yo estoy sospechoso de ellos. Dios no opera conforme a nuestros horarios.
  • Enseña a tu iglesia cómo compartir una palabra profética.  Algunos pastores prefieren que la persona consulte primero con el pastor o un líder. En un templo grande puedes usar un micrófono. Explica lo que está sucediendo, y, si tienes que corregir una palabra, hazlo con amor.

39 Así que, hermanos míos, ambicionen el don de profetizar, y no prohíban que se hable en lenguas. 40 Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden.

¿Cómo está tu actitud hacia profecía?  ¿La de tu iglesia? ¿Cuadra con la Biblia? ¿Ambicionas el don? Lamentablemente, incluso en iglesias supuestamente abiertas al Espíritu, hay pocas palabras proféticas. Si hay profecía en tu iglesia, ¿la hacen de manera apropiada y con orden? Algunos han rechazado la profecía debido a problemas en el pasado.  Qué lástima. Fue una falla de parte del liderazgo supervisar el don dentro de la autoridad de la iglesia. ¡Qué gran privilegio es oír de un Dios vivo! Mi oración es que la profecía sea una parte integral de tu vida y tu iglesia.