1 Corintios 14: «Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas.» Pablo

 

Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas (verso 5).

Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos ustedes (18).

No prohíban que se hable en lenguas (39).

Está claro que Pablo creía que hablar en lenguas tiene mucho valor.  Entonces, ¿por qué sigue siendo un tema tan polémico? Es cierto que hay abusos del don, pero algo no se rechaza simplemente porque algunos no saben cómo manejarlo; se busca un equilibrio bíblico. Es cierto que los corintios ponían demasiado énfasis en lenguas, pero Pablo nunca dice que deben dejar de hablar en lenguas. ¡Quisiera que todos hablasen en lenguas! Los que desprecian lenguas son los que no tienen el don. Nunca he oído alguien que ora en lenguas decir que no es de Dios o que es inútil.

No es un tema muy importante en la Biblia. La única vez que se menciona en los evangelios es en Marcos 16:17, parte de un pasaje que la Nueva Versión Internacional dice que no es incluido en “los manuscritos más antiguos y otros testimonios de la antigüedad.”   Allí, Jesús dice que es una señal que acompañará a los que creen, junto con tomar serpientes en sus manos y beber algo venenoso sin hacerse daño. Parece que el don de “lenguas” era tan común que Pablo solamente escribía acerca de él en relación con los abusos en Corinto.

Lo que es interesante es la relación entre lenguas y profecía (ve Hechos 19:6).  Varias veces en el Antiguo Testamento dice que profetizaron cuando el Espíritu cayó (Números 11:25-27, 1 Samuel 10:5-13; 18:10; 19:20-24).  Parece que era una alabanza extática, semejante a lenguas, porque está claro que no estaban proclamando mensajes del Señor.

¿Son las “lenguas” la señal del bautismo en el Espíritu?

Algunos creen que “lenguas” es la señal necesaria del bautismo en el Espíritu Santo, o incluso dicen que si no hablas en lenguas no eres salvo.  Dado que gran parte de la controversia acerca de lenguas se origina con esa doctrina, veamos qué sucedió en Hechos las tres veces que hablaron en lenguas cuando recibieron el Espíritu:

Hechos 2:4: Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

En Pentecostés todos los presentes en el Aposento Alto recibieron el Espíritu y todos hablaron en lenguas. Algunos creen que por lo que sucedió aquí, las “lenguas” tienen que ser idiomas conocidos. Claro que Dios puede darle a alguien la capacidad de hablar un idioma que nunca aprendió; yo he oído esos testimonios. Pero Pablo dice que lenguas son misterios que nadie entiende, y creo que hay varias razones por las cuales las lenguas de Pentecostés no eran idiomas conocidos:

  • Cuatro veces dice que la multitud los oyó hablar en su lengua materna.  Dios hizo dos milagros: el hablar en lenguas, y también el dar una traducción de ellas a los oyentes.  Por eso quedaron maravillados, desconcertados y perplejos.
  • Había 120 personas hablando en voces tan altas que atrajeron a una multitud, y menciona a 15 grupos étnicos distintos. Un simple experimento confirmará que nadie podría entender nada con tantas personas que hablan en voces muy altas en tantos idiomas.
  • La multitud creyó que los discípulos estaban borrachos.

Hechos 10:45-46: Los defensores de la circuncisión que habían llegado con Pedro se quedaron asombrados de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los gentiles,  pues los oían hablar en lenguas y alabar a Dios.

El hablar en lenguas confirmó a los judíos que los gentiles habían recibido el Espíritu. Es interesante que cuando Pedro cuenta lo que les sucedió a los hermanos en Jerusalén, no menciona lenguas, posiblemente porque todos esperaban que hablaran en lenguas.

Hechos 19:6:  Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.

Esta es la única vez que hablaron en lenguas y profetizaron cuando recibieron el Espíritu, posiblemente parecido a la profecía del Antiguo Testamento que ya mencioné.

El único otro bautismo en el Espíritu mencionado (Hechos 8:17) no dice nada acerca de lenguas, pero algo (posiblemente lenguas) atrajo la atención de Simón, que quería la misma habilidad.  ¿Son tres de las cuatro veces suficientes para formar una doctrina que el hablar en lenguas es la señal necesaria para el bautismo en el Espíritu? Las escrituras nunca afirman eso, aunque se puede decir que el resultado del bautismo es alabar al Señor, casi siempre en lenguas, y cuando hablaron en lenguas, parece que todos recibieron el don. Pero decir que es la única señal va en contra de 1 Corintios 14:22: De modo que el hablar en lenguas es una señal, no para los creyentes sino para los incrédulos.

El propósito de lenguas

Porque el que habla en lenguas no habla a los demás, sino a Dios. En realidad, nadie le entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu.

Cuando oras en lenguas, la tercera persona de la trinidad (quien mora en tu corazón) se comunica directamente con el Señor.  Aunque puede ser un misterio, muchas veces yo tengo un sentido de lo que estoy orando. Obviamente, ésta es una gran ventaja en la oración, porque siempre será conforme a la voluntad de Dios, y puedes interceder para las necesidades de familiares y otros que están lejos de ti.

El que habla en lenguas se edifica a sí mismo; en cambio, el que profetiza edifica a la iglesia. Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero mucho más que profetizaran. El que profetiza aventaja al que habla en lenguas, a menos que este también interprete, para que la iglesia reciba edificación.

Como vimos en el capítulo anterior, la ventaja de la profecía es la edificación de toda la iglesia, pero ¡es muy legítimo edificarte a ti mismo!  Que locura decir (como dicen algunos) que es un don egoísta que no sirve porque no edifica a otros.  ¡Es una gran bendición tener la capacidad de edificarte en cualquier momento!

14 Porque, si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento no se beneficia en nada. 15 ¿Qué debo hacer entonces? Pues orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento.

Como se ve en estos versículos, cuando el Nuevo Testamento habla de orar en el Espíritu, es casi cierto que se refiere a orar en lenguas.  Es importante orar con el entendimiento (en español), pero también en lenguas.  Y Pablo introduce algo nuevo aquí, que también es muy útil: cantar en el Espíritu.  Lamentablemente, no lo ves mucho, pero es hermoso oír una nueva canción angélica, con todos guiados por el Espíritu. (Parece que cantar en la iglesia en lenguas está exento de la prohibición de hablar en lenguas públicamente sin interpretación). También es buenísimo cantar en lenguas todo el día; el hablar en lenguas es como el aceite que facilita el flujo del Espíritu en tu vida.  

“Lenguas:” principalmente para uso privado

Hermanos, si ahora fuera a visitarlos y les hablara en lenguas, ¿de qué les serviría, a menos que les presentara alguna revelación, conocimiento, profecía o enseñanza? Aun en el caso de los instrumentos musicales, tales como la flauta o el arpa, ¿cómo se reconocerá lo que tocan si no dan distintamente sus sonidos? Y, si la trompeta no da un toque claro, ¿quién se va a preparar para la batalla? Así sucede con ustedes. A menos que su lengua pronuncie palabras comprensibles, ¿cómo se sabrá lo que dicen? Será como si hablaran al aire. 10 ¡Quién sabe cuántos idiomas hay en el mundo, y ninguno carece de sentido! 11 Pero, si no capto el sentido de lo que alguien dice, seré como un extranjero para el que me habla, y él lo será para mí. 12 Por eso ustedes, ya que tanto ambicionan dones espirituales, procuren que estos abunden para la edificación de la iglesia.

16 De otra manera, si alabas a Dios con el espíritu, ¿cómo puede quien no es instruido decir «amén» a tu acción de gracias, puesto que no entiende lo que dices? 17 En ese caso tu acción de gracias es admirable, pero no edifica al otro.

19 Sin embargo, en la iglesia prefiero emplear cinco palabras comprensibles y que me sirvan para instruir a los demás que diez mil palabras en lenguas.

Pablo dice todo esto para profundizar en la ventaja de la profecía, que edifica a toda la iglesia.  No es para despreciar “lenguas,” que también es un don legítimo, sino para enfatizarles que no es muy útil en la congregación.

20 Hermanos, no sean niños en su modo de pensar. Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar. 21 En la ley está escrito:

«Por medio de gente de lengua extraña
y por boca de extranjeros
hablaré a este pueblo,
pero ni aun así me escucharán», dice el Señor.

Para concluir este tema, Pablo cita a Isaías, para decir que aun lenguas no tocará un corazón endurecido.  Es una señal de inmadurez estar tan enfocado en “lenguas.”

El uso de lenguas

18 Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos ustedes. 

Si tienes el don de lenguas (una lengua angélica de oración), ¡úsalo!  He hablado con ancianos en la iglesia que dicen con orgullo, “Sí, hace 30 años el Señor me bautizó con su Espíritu y hablé en lenguas.”  Pero nunca volvió a hablar en lenguas; nunca desarrolló ese don.  Con el énfasis en “lenguas” como una señal, muchos olvidan que el propósito es ayudarte en oración y edificarte a ti mismo.

Gracias a Dios, con tanta gente de otros países hablando lenguas extranjeras, y muchos hablando en sus teléfonos celulares, nadie presta atención si andas en la calle hablando otra lengua.  ¡Yo lo hago mucho!  Yo descubrí que si paso unos días sin hablar en lenguas, tengo que examinar lo que está sucediendo en mi espíritu.  Si estoy caminando en el Espíritu, hablo mucho en lenguas; corresponde directamente a mi salud espiritual.

Si Dios te ha dado ese don, tú puedes comenzar a hablar en lenguas cuando quieras; no tienes que esperar algún sentimiento o algún servicio muy ungido. Con práctica, tu lengua fluirá más y más. Al principio puedas repetir una sola palabra, y puedas tener dudas si realmente es de Dios.  Pero es como un bebé que aprende a hablar: con la práctica, aprenderás más palabras y desarrollarás el don.

23 Así que, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran algunos que no entienden o no creen, ¿no dirán que ustedes están locos?

Tener a muchos hablar en lenguas en voz alta durante un servicio no impresiona a nadie, especialmente a Dios.  Sirve para tropiezo para aquellos que no están acostumbrados a lenguas, y sirve para confirmar la inquietud de algunos inconversos que estamos locos. Está perfectamente bien orar o adorar en lenguas en voz inaudible.

13 Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo que diga.

27 Si se habla en lenguas, que hablen dos —o cuando mucho tres—, cada uno por turno; y que alguien interprete. 28 Si no hay intérprete, que guarden silencio en la iglesia y cada uno hable para sí mismo y para Dios

Una vez más, se señala la diferencia entre lenguas con interpretación en público (que funciona como profecía), y lenguas en privado (un lenguaje de oración). Si alguien siempre habla en lenguas en un servicio, sin interpretación, un líder de la iglesia debe hablar con esa persona; está fuera de orden.  Hay algunos que quieren llamar la atención a sí mismos. Si hay un mensaje dado en lenguas, ora por una interpretación y espera hasta que Dios la dé.  Es bueno de vez en cuando explicar lo que está sucediendo para aquellos que no están acostumbrados a las lenguas.

39 Así que, hermanos míos, ambicionen el don de profetizar, y no prohíban que se hable en lenguas.

Las iglesias que prohíben hablar en lenguas están en pecado. Necesitamos sana enseñanza acerca de este don.

Recibir el don de lenguas

¿Quieres un lenguaje angélico que te ayude en la oración y te edifiques en cualquier momento?  No hay nada en la Biblia que diga que Dios no quiere darte ese don. Yo he conocido a personas que han pedido mucho por el don de lenguas y sufren porque no lo reciben.  No lo entiendo, pero tenemos que confiar en la soberanía de Dios.  Nunca queremos inventar lenguas para complacer a otros.

Yo recibí el don como un nuevo cristiano en la universidad.  Un día yo estaba solo, leyendo el libro Poder en la Alabanza por Merlin Carothers. Mi corazón estaba lleno de adoración y comencé a alabar a Dios.  De repente, casi sin saber que sucedió, me encontré adorando en lenguas. Era como si una presa hubiera estallado y las palabras fluyeron de mi corazón como ríos de agua viva.

¿Cómo recibir este don?

  1. Es un don de Dios. Simplemente pídele con un corazón abierto.  Dile que quieres una comunicación más íntima.  Entrega tu lengua al Señor.  Algunos con un corazón orgulloso que creen que “lenguas” suenan  extrañas o que no las necesitan, tienen que confesárselo al Señor. Para aquellos que dicen “Yo nunca voy a hablar en lenguas,” creo que abrirse para hablar en lenguas puede ser un punto importante de entrega al Señor.
  2. Examina tu corazón y confiesa cualquier pecado.  El pecado apaga el flujo del Espíritu.
  3. Entrega tu vida de nuevo a Cristo y pídele por la plenitud del Espíritu en tu vida.
  4. Comienza a darle gracias, orarle o adorarle, sin prisas.  Muchas veces sientes que algo sube en tu garganta, llenando tu boca.  Abre la boca y habla lo que salga.
  5. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.  Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios (Romanos 8:26-27). A veces es bueno empezar con gemidos o suspiros profundos, inhalando el Espíritu, y exhalando cualquier palabra que Él te dé.
  6. También puedes pedirle a alguien que cree en o practica el don que se imponga las manos y ore por ti.

Si ya has hablado en lenguas pero por alguna razón ya no las usas mucho, mi petición es que este mensaje sirva como estímulo del Espíritu Santo para volver a usarlas diariamente.  Si creciste en una iglesia que dice que “lenguas” no son para hoy, yo creo que, a través de la Palabra, el Espíritu tocará tu corazón e incluso te dará el deseo de tener un lenguaje de oración. Es posible que ya hayas pedido ayuda al Señor en tu vida de oración, y este don puede ser la provisión de Dios para ti.  Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas.

 

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