Hace varios años había un “festival evangelístico” en la ciudad donde nosotros vivíamos. Después del evento yo escribí algunas observaciones acerca de eventos de este tipo. Nunca quiero criticar a hermanos que de corazón sincero (y ojalá guiados por el Espíritu Santo) predican el evangelio. Dios sabe qué fácil es para los que están sentados en los bancos criticar al pastor, la música, y los programas de la iglesia. Pero creo también que es importante evaluar lo que hacemos en el Nombre de Jesús y aprender de la experiencia.
El objetivo de ese festival era para llevar el evangelio a jóvenes de entre 12 y 14 años. Había mucha preparación, con seminarios de “Vida y Testimonio” entrenando a los cristianos, y varios conciertos de oración (fuimos a uno con el pastor de una de las iglesias más grandes de Brooklyn, Nueva York). El hijo y nieto de un evangelista famoso predicaron en el festival, y varios grupos cantaron música contemporánea. En el pasado había avivamientos impresionantes en esa ciudad, y algunos tenían la esperanza que este festival sería el inicio de otro (¡Dios sabe que lo necesitamos!).
Nuestra experiencia
Nosotros fuimos como una familia domingo por la tarde. Nuestro hijo nos acompañó solamente porque fue el día del padre. Yo estaba muy interesado a ver su reacción. Toda su vida él estaba en la iglesia, ha asistido muchos eventos evangelísticos, y en el pasado tenía una carga muy pesada para la evangelización de jóvenes. Ya lleva varios años rechazando todo eso, pero todavía tiene mucho discernimiento acerca de la iglesia. Tengo que confesar que estaba orando que la música y/o la predica le tocaría. Yo tenía una imagen de toda la familia unida en lágrimas y arrepentimiento en el altar esa noche, pero no sucedió.
Al entrar en el estadio (que tiene asientos para unas 20,000 personas) me impresionó inmediatamente que estaba casi vacío. Yo diría que no había más que 5000 personas allí. Unos amigos me dijeron que había más gente el primer día, y bastante que aceptaron al Señor. (El grupo que auspicio el evento dijo que había una asistencia total los dos días de 17,900, con “cientos” aceptando a Cristo. La mayoría que asistía el domingo también estaban allí sábado.) No sé cómo explicarlo, pero la gente simplemente no vino como estaban esperando. Creo que tenemos que preguntar ¿por qué?
Toda la producción era de primera clase, con pantallas grandes, muy buen sonido, y músicos muy conocidos. Era claro que querían atraer a afros americanos, y había una mezcla bastante buena de grupos étnicos (aunque yo diría que había muy pocos hispanos, y no había ni una palabra de español). Era un día precioso, perfecto para tal festival. De lo que yo noté, casi todos eran cristianos. De hecho, mi impresión es que era una fiesta para nosotros, más que un evento evangelístico.
La ofrenda
Durante la tarde un hombre de media edad, muy conservativo, anunció que era el director de finanzas para la cruzada. Notó que la salvación es gratis – pero tenemos que pagar para todo lo demás. Todos habían recibido sobres al entrar y ahora iban a recibir una ofrenda para cubrir los gastos. Está bien recibir una ofrenda, pero para un evento supuestamente para ganar a jóvenes para el Señor, no me cayó bien. Lo que me sorprendió fue el precio del evento que él anunció: $750,000. Me puse a pensar en todo lo que ese dinero pudiera comprar para los necesitados de esa ciudad, de iglesias muy pobres que necesitan ayuda para los gastos diarios, y de lo muchísimo que esa cantidad pudiera comprar en otros países. ¿De verdad vale casi un millón de dólares para presentar dos días de fiesta para los cristianos de la ciudad? ¿Es la mejor mayordomía del dinero del Señor? Claro que la salvación de un alma tiene un valor infinito, ¿pero tenemos que gastar miles de dólares para cada alma?
Logros del festival
- Animó al cuerpo de Cristo.
- Era un impulso para la unidad y oración.
- Nos recordó de la necesidad de evangelización.
- Entrenó a cientos de creyentes en como presentar Cristo a alguien.
- Era una bendición oír la música y estar con creyentes de toda la ciudad.
Unas observaciones por mi hijo
De todos los músicos (y el conocía a casi todos), el único que le gustó era una muchacha llamada Lacey, de un grupo secular muy popular llamado Flyleaf. Ella habló honestamente de su vida y su lucha con suicidio. Compartió cómo había viajado con los cantantes más populares del mundo y el vacío profundo que observó en sus vidas. Los demás, según mi hijo, estaban cantando las mismas canciones superficiales que cantamos en la iglesia. Uno era muy popular hace 20 años; es el favorito de una amiga nuestra que está en sus sesenta. Está buenísimo en un culto de adoración, pero no tanto para un evento evangelístico. Mi hijo dijo que la mayoría de la música nunca tocaría a jóvenes incrédulos.
Mi experiencia en las prisiones
A través de los muchos años que yo ministraba como capellán en las prisiones federales, muchos grupos visitaron y había muchas campañas evangelísticas. Había muchos conciertos muy buenos, y eventos para todo el día en el campo de recreación, con gente famosa que relacionaron bien con los confinados. Atrajeron a muchos que no asistían a la iglesia, y muchos respondieron al llamado para salvación. Aunque ni la prisión ni la iglesia en la prisión pagaron para ellos, hermanos fuera de la prisión gastaron mucho dinero. Casi sin excepción era lo mismo en todos estos eventos:
- Era buen entretenimiento, un evento diferente, que todos los confinados disfrutaron (sobre todo si incluyó a mujeres hermosas).
- No tenían ningún impacto que duraba en la iglesia. Durante todos esos años, no había casi nadie que aceptó al Señor en esos eventos que se integró en la iglesia y sigue sirviendo a Cristo.
- Costó mucha energía y trabajo de mi parte y de parte de la prisión, pero parece que no valía la pena. A veces estábamos obligados a hacerlo para agradar a algún político en Washington.
- Yo he leído mucha literatura promocional de los grupos que venían. Incluye fotos de confinados aceptando al Señor y mucha gente asistiendo. Habla de un buen número que aceptó a Cristo. Lo que no saben es que muchas veces las mismas personas pasan al frente para cada grupo que viene; la mayoría ya son salvos. Me quedo con la duda si lo hacen más para la publicidad y para levantar fondos, o para de verdad edificar la iglesia en la prisión. No quiero decir que no hay gente muy sincera que visitan las prisiones, pero nunca vi mucho impacto.
Mis sugerencias
Yo creo que eventos más pequeños en parques o lugares públicos de la ciudad serían más impactantes. Pueden incluir comida, algún servicio a la comunidad, drama, y juegos para los niños. ¿Tal vez la oportunidad para los jóvenes de la comunidad mostrar sus talentos? Yo creo que todavía la iglesia local es la mejor manera de llevar el evangelio a la comunidad. Es cierto que muchas iglesias no lo hacen, pero vale la pena edificar esa relación con la comunidad. ¿Cómo pueden todas las iglesias de la ciudad cooperar para desarrollar una estrategia para impactar a sus comunidades? Aunque claramente Dios puede tocar a grupos de afuera para venir y ministrar, a mí me parece mejor cuando el impulso nace en la misma comunidad.
Creo que tenemos que volver al ejemplo de Hechos. Miles aceptaron a Cristo el día de Pentecostés, y no gastaron ni un centavo. Cuando el poder del Espíritu está presente y hay curaciones, milagros y prodigios, no tenemos que depender de músicos famosos y la última tecnología.
¿Que ha sido tu experiencia? ¿Cómo podemos mejor llevar el evangelio a los jóvenes? ¿Cómo podemos mejor utilizar el dinero del Señor?