DOS ÚLTIMAS CLAVES PARA UN AVIVAMIENTO Nehemías 10

Nehemías volvió a su país con la tarea de reedificar los muros de Jerusalén.  Era importante para la seguridad y estabilidad espiritual del pueblo judío. Pero Dios quería algo más profundo para ellos. Terminamos el último capítulo con un acuerdo entre los líderes, un pacto para obedecer al Señor.  Ahora extienden ese pacto a todo el pueblo. Cuando los líderes se comprometen a obedecer al Señor, el pueblo los sigue.

28El resto del pueblo —sacerdotes, levitas, porteros, cantores, servidores del templo, todos los que se habían separado de los pueblos de aquella tierra para cumplir con la ley de Dios, más sus mujeres, hijos e hijas, y todos los que tenían uso de razón— 29 se unió a sus parientes que ocupaban cargos importantes y se comprometió, bajo juramento, a vivir de acuerdo con la ley que Dios les había dado por medio de su servidor Moisés, y a obedecer todos los mandamientos, normas y estatutos de nuestro Señor.

Séptima clave: Como cuerpo de creyentes, haga un compromiso público para obedecer al Señor y vivir de acuerdo con su Palabra.

Nehemías fue el primero en poner su sello en el pacto. Los otros líderes le siguieron. Pero si el pueblo no hace el mismo compromiso de todo corazón, no habrá avivamiento.

¿Cómo puedes guiar a toda tu familia, o a toda tu iglesia, a tal pacto?  Creo que vimos el fundamento en el capítulo ocho, cuando los jefes de familia acordaron estudiar la Palabra y trabajar juntos, con apoyo mutuo, para que todas sus familias anduviesen conforme a la Palabra del Señor.  En la mayoría de los avivamientos, los hijos no mantienen el mismo fervor que sus padres.  Por supuesto, no es posible garantizar que ellos permanecerán en la fe, pero creo que los padres tienen que ejercer su autoridad en el hogar para decir “este es un hogar cristiano y aquí vamos a vivir de acuerdo con la Palabra de Dios,” y luego dar un buen ejemplo de un sirviente que pone su vida por su familia.  ¿Podría ser que Dios está llamándote a hacer eso?  ¿Hay hermanos que se unirán a ti para hacerlo?

En el pasado, en muchas iglesias hicieron convenios para seguir a Cristo como parte de su membrecía, bautismo o confirmación.  Hoy en día, casi nadie quiere hacer tales compromisos, incluido el pacto de matrimonio.  Y no guardan sus pactos, sino que buscan una salida fácil del matrimonio con un divorcio. Corren de una congregación a otra, buscando algo mejor, en lugar de permanecer comprometidos con un cuerpo de Cristo.

Aquí los judíos van más allá de la emoción del momento, con un paso de obediencia. Para mantener un avivamiento, tenemos que pasar de la emoción (pero no dejarla) a una decisión de la voluntad de seguir a Cristo y obedecer su Palabra, venga lo que venga. Es obligación de los jefes de familia y de los líderes de la iglesia hacer todo lo posible para ayudarlos a ser fieles a ese pacto.

30 Además, todos nos comprometimos a no casar a nuestras hijas con los habitantes del país ni aceptar a sus hijas como esposas para nuestros hijos.

Es increíble la cantidad de cristianos que supuestamente no saben que la Biblia enseña que un creyente no puede casarse con un incrédulo (un yugo desigual).  Tales matrimonios han destruido la fe de muchos, y sus familias. Si eres soltero o soltera, comprométete con el Señor ahora que tu novia(o) o esposa(o) tiene que ser un discípulo fiel de Jesucristo.

31 También prometimos que si la gente del país venía en sábado, o en cualquier otro día de fiesta, a vender sus mercancías o alguna otra clase de víveres, nosotros no les compraríamos nada. Prometimos así mismo que en el séptimo año no cultivaríamos la tierra, y que perdonaríamos toda deuda.

¿Cuál es más importante?  ¿El dinero o el Señor?  Aquí están proclamando que su obediencia a la enseñanza bíblica tiene prioridad.  Lamentablemente, muchos hombres de negocio cristianos no incorporan su fe en sus negocios, y caen en problemas éticos. Un verdadero avivamiento tiene que tocar el mundo de los negocios también.

32 Además, nos impusimos la obligación de contribuir cada año con cuatro gramos de plata para los gastos del templo de nuestro Dios: 33 el pan de la Presencia; las ofrendas y el holocausto diarios; los sacrificios de los sábados, de la luna nueva y de las fiestas solemnes; las ofrendas sagradas; los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y todo el servicio del templo de nuestro Dios.

34 En cuanto a la ofrenda de la leña, echamos suertes entre nosotros los sacerdotes, los levitas y el pueblo en general, según nuestras familias, para determinar a quiénes les tocaría llevar, en los tiempos fijados cada año, la leña para el templo del Señor nuestro Dios, para que ardiera en su altar, como está escrito en la ley. 35 Además nos comprometimos a llevar cada año al templo del Señor las primicias del campo y de todo árbol frutal, 36 como también a presentar nuestros primogénitos y las primeras crías de nuestro ganado, tanto vacuno como ovino, ante los sacerdotes que sirven en el templo de nuestro Dios, como está escrito en la ley.

37 Convinimos en llevar a los almacenes del templo de nuestro Dios las primicias de nuestra molienda, de nuestras ofrendas, del fruto de nuestros árboles, de nuestro vino nuevo y de nuestro aceite, para los sacerdotes que ministran en el templo de nuestro Dios. Convinimos también en dar la décima parte de nuestras cosechas a los levitas, pues son ellos quienes recolectan todo esto en los pueblos donde trabajamos. 38 Un sacerdote de la familia de Aarón acompañará a los levitas cuando éstos vayan a recolectar los diezmos. Los levitas, por su parte, depositarán el diezmo de los diezmos en la tesorería del templo de nuestro Dios. 39 Los israelitas y los levitas llevarán las ofrendas de trigo, de vino y de aceite a los almacenes donde se guardan los utensilios sagrados y donde permanecen los sacerdotes, los porteros y los cantores, cuando están de servicio.

Octava clave: Enseñar y modelar una transformación en nuestro estilo de vida y negocios, canalizando el dinero a la obra mundial del Evangelio.

Un avivamiento también debería impactar nuestras finanzas personales.  Hay muchos cristianos que sufren una pesada carga de deudas.  Mantienen un estilo de vida muy alto, y lamentablemente algunas iglesias promueven esto.  Son pocos los que diezman. La verdad es que el diezmo era el requisito de la ley; Cristo nos enseña que todo lo que tenemos pertenece a Dios.  Él nos promete lo que necesitamos para vivir.  Dios quiere liberarnos de las deudas y la herejía de la prosperidad egocéntrica.  Y sí, quiere prosperarnos, pero para ayudar a otros. Hay hermanos que están haciendo maravillas por el Señor, pero muchos ni siquiera tienen bicicletas o caballos para viajar para ministrar a las iglesias que han plantado.  ¡Y nosotros estamos reclamando un nuevo carro deportivo!

39De este modo nos comprometimos a no descuidar el templo de nuestro Dios.

Uno de los pecados de Israel en ese momento (Hageo 1) fue descuidar el templo de Dios, mientras edificaron casas grandes.  Yo creo que descuidar el templo incluye no solo el edificio, sino toda la obra de la iglesia. Descuidamos su templo cuando nosotros tenemos un templo grande y hermoso, y nuestros hermanos en un barrio pobre de la ciudad o en otro país ni siquiera tienen un templo.  Es importante tener templos limpios y adecuados, pero no ostentosos. Pero es aún más importante asegurar que toda la casa de Dios, la iglesia en todo el mundo, tenga lo necesario para avanzar su reino.