Cómo responder a malas noticias Nehemías 1

Éstas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías:

En el mes de quisleu del año veinte, estando yo en la ciudadela de Susa, llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro, y por Jerusalén.

Puede ser a través de una visita, un correo electrónico, un texto o una carta. O en la televisión o en Internet. Es importante saber lo que sucede a tu alrededor: con tu familia, con el cuerpo de Cristo y con el mundo. A menudo hay tanta información hoy que no puedes procesar todo. Es fácil estar tan ocupado en la vida diaria que ya no queremos ser molestados con el sufrimiento de otros.  Nehemías estaba muy cómodo en el palacio del rey, pero no cayó en la complacencia.

3 Ellos me respondieron: «Los que se libraron del destierro y se quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego.»

¿Has recibido malas noticias de tu familia? ¿Has visto noticias de calamidades en Internet? ¿Cómo respondes?  ¿Tocan tu corazón? ¿O te distancias emocionalmente de los problemas de los demás? ¿Cómo se compara tu respuesta con la de Nehemías?

 Cuando recibas malas noticias…

Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.

Dios nos llama a tomar en serio estas noticias y hacer algo. ¿Qué hizo Nehemías?

  • Se sentó a llorar.  ¿Cuándo fue la última vez que lloraste cuando escuchaste malas noticias?
  • Hizo duelo. Estuvo muy triste.  Le impactaron. Es bueno sentir el dolor de otros.  Resiste la tendencia a evitarlo con frases como “es la voluntad de Dios,” o “Dios está juzgando su pecado,” o “ellos no son salvos” o “gracias, Señor, que no viva allá.”
  • No tuvo prisa. Hizo duelo por algunos días. Nosotros podemos ver algo en la televisión y sentirnos impactados, pero luego nos ocupamos con otras cosas.  Nehemías meditó sobre la situación y se identificó con ellos; se puso en sus zapatos.
  • Ayunó.  ¿Cómo te va con el ayuno?  ¿Cuándo fue la última vez que ayunaste cuando viste noticias de problemas en otros países? El ayuno proclama: “yo estoy tomando esto en serio, y sé que Cristo es la respuesta.”
  • Oró. Es peligroso reaccionar impulsivamente a las noticias. Lo que hacemos tiene que ser dirigido por Dios.  Tenemos que prepararnos espiritualmente, o no podremos ayudar a nadie.  Tenemos que trabajar con Dios.

Le dije: «Señor, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos, te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en este siervo tuyo que día y noche ora en favor de tu pueblo Israel.

Un hombre que Dios puede usar

Me recuerda de Pablo orando día y noche por el pueblo de Dios.  Nehemías tiene el fundamento necesario para ser útil en las manos de Dios: conoce a su Dios, ama a su Señor y lo obedece.  Se acerca a Dios con confianza y audacia. Una calamidad, ya sea en tu familia o en otro país, requiere no solo unos pocos momentos de oración, sino la intercesión de día y de noche.

6Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés.

Al mismo tiempo, Nehemías es humilde.  Sabe que es un pecador que le ha fallado a su Dios y merece su juicio, el mismo juicio que su gente está experimentando en ese momento.  Reconoce que nuestra rebelión y pecado es la fuente de todos estos problemas. Nehemías confiesa su pecado, y el pecado de todo Israel.

Cuando ves el pecado en la iglesia, ¿los juzgas en tu corazón? ¿O te identificas con el pueblo de Dios y confiesas el pecado al Señor?

La promesa de Dios para el arrepentido

»Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: pero si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar.”

Nehemías conoce la Palabra de Dios y la usa como fundamento de su petición.  La promesa hecha a Moisés todavía se aplica a ti hoy:

  • Si pecas, habrá consecuencias graves.  Puedes perder tu hogar y todo lo que es importante para ti.
  • En ese juicio Dios te llama a hacer tres cosas:
  1. Volver a Dios con todo tu corazón.  Búscalo de nuevo.
  2. Obedecer sus mandamientos.  Un arrepentimiento genuino se manifiesta en obediencia.
  3. Poner en práctica su Palabra.  Hay mucho conocimiento de la Biblia, incluso fuera de la iglesia, pero pocos la ponen en práctica.
  • Entonces, Dios te restaurará y te llevará a su presencia.

¿Y tú?  ¿Estás esparcido entre las naciones?  ¿Todavía sufres las consecuencias de tu pecado? ¿Te ha recogido Dios? ¿Estás morando en su habitación?  La restauración de Israel no fue inmediata.   Tenían que esperar y trabajar duro, pero Dios es fiel a su promesa.

La gracia de Dios

10 »Ellos son tus siervos y tu pueblo al cual redimiste con gran despliegue de fuerza y poder. 11 Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey.»

Cuando intercedes por la iglesia, recuerda que es el pueblo de Dios y ellos son sus siervos. Dios está obligado a levantarse en su favor. Dios ya los compró con la sangre de su Hijo. Aquí Nehemías no tenía nada que ganar, pero él es el siervo de Dios y quiere honrar a su Maestro.  Él podría ser el único que intercede por Israel, y el único en condiciones de hacer algo. Parece que el Señor ya puso en su corazón lo que tenía que hacer.

11En aquel tiempo yo era copero del rey.

El copero probó las bebidas para ver si había veneno en ellas.  Era una posición de gran confianza.  Dios le puso en esa posición para este momento. Posiblemente Nehemías pasó años en ese palacio pensando “¿Por qué estoy aquí?  No estoy haciendo nada para Dios ni ayudando a mi gente.  Estoy malgastando mi vida probando vino para un rey opresivo.”

¿Dónde te ha puesto Dios?  ¿Estás en una posición de influencia?  ¿Estás orando acerca de cómo el Señor quisiera usarte en tu posición?

En el mundo actual, nos asaltan las noticias en televisión e Internet de tragedias en todo el mundo.  Sería fácil desesperarse.  Tenemos que mantener nuestros ojos fijos en Jesús y luchar contra un corazón endurecido.  Si cada cristiano tuviera la actitud de Nehemías e hiciera algo para cambiar la situación, este mundo se transformaría.