¡Manos a la obra! Nehemías 2:11-20

Dios hizo un milagro: Tomó a un preso de Babilonia, lo llevó a Jerusalén con cartas del rey, y tiene madera de los bosques reales para las reparaciones. ¡Incluso fue escoltado por la caballería y los capitanes del rey!  Nehemías tiene su tarea y su provisión, pero aún no ha hecho nada.  Acaba de llegar.  Por desgracia, hay muchas personas con sueños, visiones y el llamado de Dios para hacer cosas grandes, pero nunca meten mano. Por alguna razón, no hacen nada.

Ahora Nehemías necesita otro milagro, y lo recibe: un pueblo que vivió en ruinas y la desgracia se levantó para trabajar y restaurar su ciudad. Con el fundamento necesario que Nehemías ya ha puesto, vamos a ver cómo Dios motiva a la gente a trabajar.  ¿Hay una necesidad de gente motivada para trabajar para el Señor en tu iglesia y en tu ciudad?  ¿Puedes ser tú un instrumento de Dios para motivarlos?

11 Tres días después de haber llegado a Jerusalén, 12 salí de noche acompañado de algunos hombres, pero a ninguno de ellos le conté lo que mi Dios me había motivado hacer por Jerusalén. La única bestia que llevábamos era la que yo montaba. 

  1. No tienes que anunciar a todos lo que Dios haya puesto en tu corazón, y no hay que actuar apresuradamente. Nehemías esperó tres días para acostumbrarse a la ciudad y observar lo que estaba pasando allí. Muchos, al recibir alguna palabra o profecía, inmediatamente la anuncian a todos. Es como decir: “Yo he llegado.  Dios me ha enviado aquí para ayudarles.  Vengo del rey de Asiria.”   Eso llama más la atención al hombre que a Dios o a la tarea.

Cuida bien los tesoros que Dios te ha dado.  Sé prudente en la forma en que los compartes. Recuerda estas palabras de Jesús en Mateo 7:6: »No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.

13 Esa noche salí por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y la puerta del Basurero. Inspeccioné las ruinas de la muralla de Jerusalén, y sus puertas consumidas por el fuego. 14 Después me dirigí hacia la puerta de la Fuente y el estanque del Rey, pero no hallé por dónde pasar con mi cabalgadura. 15 Así que, siendo aún de noche, subí por el arroyo mientras inspeccionaba la muralla. Finalmente regresé y entré por la puerta del Valle.

  1. Estudia y evalúa la situación. Inspecciona la iglesia, la ciudad o el país para ver lo que está sucediendo en el espíritu y cómo hacer la obra.  Es bueno caminar por el vecindario, orando, y escuchando para discernir el corazón de Dios. Mientras caminó por las murallas, yo creo que Dios le reveló a Nehemías exactamente cómo hacer la obra.

16 Los gobernadores no supieron a dónde fui ni qué hice, porque hasta entonces no había dicho nada a ningún judío: ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernadores ni a los que estaban trabajando en la obra.

  1. Ten cuidado al hablar con los líderes. Muchas veces, un joven va al pastor con una visión de algo que quiere hacer en la iglesia (puede ser de Dios o no). Pero si él no es prudente, muchos pastores pueden sentirse amenazados o resistirse a algo nuevo.  El Señor puede dirigirte a un anciano u otro líder que tenga un corazón abierto. Prepárate bien (como lo hizo Nehemías con el rey) antes de hablarles.

17 Por eso les dije: —Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros! 

  1. Sigue el ejemplo de Nehemías cuando llegue el momento de compartir tus planes con los líderes:
  • No los ignores. Inclúyelos en tus planes, aunque puede ser un inconveniente. Si no lo haces, pueden resistirte y luchar contra todo lo que quieras hacer.
  • Comienza con lo obvio, lo que ellos ya reconocen, antes de presentar el plan para aliviar la situación.
  • Nehemías se incluye a sí mismo en el problema: es nuestra desgracia.  El vino del rey, pero es uno de ellos.
  • Habla honestamente sobre la situación, para que vean la necesidad de actuar. Después de muchos años de vivir en desgracia, en ruinas, en una ciudad consumida por el fuego, no pueden ver la gravedad de la situación.  Es hora de que se despierten para ver la situación tal como es.
  • No los culpes, ni los condenes por su falta de trabajo. Nehemías trae un mensaje positivo de esperanza y acción. La verdad es que solo necesitaban un líder, y Nehemías era ese hombre.  Me recuerda el papel de Moisés con los esclavos hebreos en Egipto.
  1. No se trata de que Nehemías se haga un nombre. Nehemías no se jacta, sino que se preocupa por la gloria y la reputación de Dios. ¡Se están burlando de los judíos!  ¡Alguien tiene que hacer algo por el honor del país y su Dios! Dios quiere levantarse y hacer milagros para el  honor de su nombre.

Como David dijo en 1 Samuel 17:26: —¿Qué dicen que le darán a quien mate a ese filisteo y salve así el honor de Israel? ¿Quién se cree este filisteo pagano, que se atreve a desafiar al ejército del Dios viviente? ¿Se burlan de la iglesia hoy?  ¿Vas a hacer algo por el honor de Dios? No busques tu propia gloria, ni apeles al ego de los líderes.

  1. Comparte testimonios de oraciones contestadas y la provisión de Dios para alentar a la gente.  Tales testimonios edifican la fe del pueblo y los alientan a levantarse. Muestran cómo Dios ha hecho grandes cosas por medio de gente en situaciones similares.

18Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: —¡Manos a la obra! (RVR: Levantémonos y edifiquemos.)

Y unieron la acción a la palabra. (DHH: Y con muy buen espíritu se animaron unos a otros. RVR: Así esforzaron sus manos para bien.)

  1. ¡Manos a la obra! Basta ya con más reuniones y meras palabras.  Hay que hacer algo (por supuesto, en el tiempo del Señor y a su manera). ¡Cuán grande es la necesidad de esta actitud en la iglesia! ¡Qué pena que muchas veces sean los mismos líderes que impiden la obra!
  • Algunos solo necesitan a alguien que los anime. Estaban viviendo en medio de las ruinas, pero nadie hizo nada.  Estaban desanimados y abrumados.
  • Es muy fácil hablar.  La televisión está llena de predicadores que hablan mucho, pero a menudo son meras palabras. Tenemos que unir la acción a la palabra.
  • Muchos tienen las manos caídas.  Al escuchar la verdadera palabra de Dios de un hombre ungido con el Espíritu, sus manos se esforzarán.
  • Ambos los líderes como el pueblo estaban motivados y dijeron: “¡Manos a la obra!” Si no están motivados, podemos obligarlos y predicarles mucho, pero no harán nada.  Cuando sigamos los pasos que hizo Nehemías aquí, unirán la acción a la palabra.

19 Cuando lo supieron, Sambalat el horonita, Tobías el oficial amonita y Guesén el árabe se burlaron de nosotros y nos preguntaron de manera despectiva:

—Pero, ¿qué están haciendo? ¿Acaso pretenden rebelarse contra el rey?

  1. Como siempre, a cada paso el enemigo quiere parar la obra.
  • Se burlan de ti.
  • Cuestionan tus motivos.
  • Siembran temor en tu corazón con dudas y amenazas.

¿Hablan de ti o tu iglesia de manera despectiva? ¿Hay alguien burlándose de ti? ¿Hay alguna duda o temor que han sembrado en tu corazón que tienes que renunciar?

20 Yo les contesté:

—El Dios del cielo nos concederá salir adelante. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción. Ustedes no tienen arte ni parte en este asunto, ni raigambre en Jerusalén. (NBLH: “El Dios del cielo nos dará éxito. Por tanto, nosotros Sus siervos nos levantaremos y edificaremos, pero ustedes no tienen parte ni derecho ni memorial en Jerusalén.” RVR: “El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.”)

  1. Sigue adelante. No te muevas.  Nehemías estaba firme sobre la palabra que recibió de Dios.
  • Tu confianza está en Dios; fija tus ojos en Él. La obra es de Dios, la batalla es de Dios y la victoria es de Dios. Los hebreos son siervos de Dios – y van a obedecer a su Maestro.
  • Nehemías declara quiénes son: No son creyentes, no son parte del pueblo, y no tienen parte ni derecho en el asunto.
  • No se detienen.  Venga lo que venga, a pesar de lo que hagan en contra, se levantarán y edificarán. No importa la oposición, vamos a predicar la Palabra y edificar la iglesia de Jesucristo.  Me recuerda del antiguo corito: En la lucha, en la prueba, la iglesia sigue caminando, sola se detiene para predicar.
  1. Resiste la tentación de hacerlo solo. Es difícil trabajar con otros. Podemos estar lastimados y traicionados por los hermanos en la iglesia. La verdad es que todos tienen algún tipo de disfunción. La gente puede decepcionarte. A menudo parece más fácil olvidarse de ellos y hacerlo solo. O, como un hombre en un matrimonio difícil que busca una nueva esposa, puedes buscar una nueva iglesia o un mejor grupo de personas con quienes trabajar. ¡Pero esa nueva iglesia tendrá sus propios problemas! Inicialmente, puedes tener mejores resultados, en menos tiempo, por ti mismo, pero al final el resultado siempre será menor. Tú necesitas a otros. Dios podría gobernar el universo muy bien por sí mismo, pero ha elegido compartir el trabajo con nosotros. ¡Mira los dolores de cabeza que le hemos dado! Una gran parte de tu crecimiento provendrá de aprender a trabajar con otras personas.

En muchos lugares hoy la iglesia de Jesucristo está en ruinas.  Sus muros de protección contra el enemigo se derrumban. El mundo se burla de la iglesia.  Hay mucho hablar y poca acción.  Necesitamos a muchos como Nehemías.  ¿Estás dispuesto?

 

11 respuestas a «¡Manos a la obra! Nehemías 2:11-20»

  1. magnifico estudio, me ha fortalecido mucho , gracias por su dedicacion y esmero y compartir lo que Dios pone en su corazon
    Dios lo bendiga siempre.

  2. Gracias !!! Es sencillamente lo que Dios estaba intentando decirme , cierta mente llevo un año aprendiendo la palabra en la medida que los lideres y hermanos me lo permiten pero Dios me pone mas en mi corazon y ellos no permiten que abance son como un muro y eso causa frustacion , pero Dios me ha llevado hasta una iglesia pequeña con un lider que necesita mano de obra y Dios me esta revelando cuales son los pasos que debo de seguir y hoy dia fue cuando Dios me hablo en Nehemias 2: 11-20 y con lo que Dios le puso en su corazon se como actuar igual que Nehemias ….gracias es una gran bendicion cuando Dios llama para servir

  3. Que Dios los bendiga. Respalde simpre su ministerio que son de gran apollo y fortaleza de muchos

  4. Que lindo mensaje que sencillo habla mi DIOS gracaias por ser tan claro en su explicación que Dios lo siga bendiciendo

  5. Dios guarde su vida esta palabra me toco hoy a mi vida y bueno estoy muy agradecida al señor por el privilegio que me da , son tiempos difíciles pero para Dios nada es imposible gracias padre bueno por darme esta oportunidad.

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