¿Te pondrás en la brecha? La conclusión de Nehemías

Te pondrás en la brecha?

Nehemías fue la solución a un gran dilema que Dios tuvo muchos años antes del exilio, bajo los reyes de Israel y Judá. Sí, Dios Todopoderoso, el Rey del universo, tiene problemas.

Dios llamó a un pueblo para que lo alabara y fuera testigo a todo el mundo de su amor y voluntad. Pero todo el país, incluso sus profetas y sacerdotes, estaba en rebelión.  Dios es muy paciente, pero después de tantos años y tantas oportunidades para arrepentirse, se ve obligado a hacer algo. Está tan enojado que ya no puede tolerar más; tiene que destruirlos. Pero su amor es tan grande que todavía desea salvarlos y restaurarlos. Aún sería posible evitar el juicio y el exilio, pero necesita a alguien que intercediera por ellos y se pusiera en la brecha. Por alguna razón desconocida, nuestro Dios trabaja por medio de nosotros, su creación. Y en este caso no encuentra a nadie.

Cuando leemos de estos abusos en Ezequiel 22, parece que no hay mucha esperanza:

23El Señor me dirigió la palabra: 24 «Hijo de hombre, dile a Israel: “Tú eres una tierra que no ha sido purificada ni mojada por la lluvia en el día de la ira.” 25 Como leones rugientes que despedazan a la presa, hay una conspiración de profetas que devoran a la gente, que se apoderan de las riquezas y de los objetos de valor, y que aumentan el número de viudas. 26 Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis objetos sagrados. Ellos no hacen distinción entre lo sagrado y lo profano, ni enseñan a otros la diferencia entre lo puro y lo impuro. Tampoco le prestan atención a mis sábados, y he sido profanado entre ellos. 27 Los jefes de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos a derramar sangre y a destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas. 28 Los profetas todo lo blanquean mediante visiones falsas y predicciones mentirosas. Alegan que lo ha dicho el Señor omnipotente, cuando en realidad el Señor no les ha dicho nada. 29 Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero.

Cada faceta de la nación refleja una corrupción profunda:

La tierra

Era la tierra prometida, que fluye leche y miel, pero ahora era una tierra sucia, que no se ha purificado. Está contaminada por el pecado de Israel. Está seca; no hay lluvia. La misma tierra es castigada, sufriendo bajo la ira de Dios.

Sus gobernantes

La traducción griega del Antiguo Testamento, Los Setenta, dice príncipes, o gobernantes; el hebreo dice profetas. Podrían ser falsos profetas que se metieron en la política. Son leones rugientes; hay una conspiración entre ellos para devorar a la gente (ve 1 Pedro 5:8, donde dice que el diablo es león rugiente). Despedazan a la presa; no tienen misericordia ni cuidan a la gente. Se apoderan de las riquezas del país (RVR: devoraron almas, tomaron haciendas y honra). Hacen todo para su propio beneficio. Aumentan el número de viudas porque matan a los hombres, o incitan a las guerras donde mueren.

Sus sacerdotes

En lugar de modelar la obediencia, enseñar la ley y ayudar a la gente a guardarla, violan la ley de Dios y profanan lo sagrado (RVR: contaminaron mis santuarios). En ese entonces, se refiere a los objetos sagrados utilizados en el templo y el culto de adoración a Dios. Hoy sería el cuerpo (el templo del Espíritu Santo), la adoración de Dios y el ministerio de la iglesia. No distinguen entre lo sagrado y lo profano, ni practican la santidad en sus propias vidas. Aman al mundo y muchas cosas que no agradan a Dios. No enseñan a otros la diferencia entre lo puro y lo impuro. No tienen el coraje de proclamar que algo no es de Dios. No ayudan a otros a discernir lo que es sano.

Los jefes de la ciudad

Son como lobos que destrozan sus presas, siempre dispuestos a derramar sangre y destruir vidas. Lo hacen para lograr ganancias injustas.

Los profetas

Blanquean todo mediante visiones falsas y predicciones mentirosas (RVR: recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira; DHH: ocultan la verdad, como quien blanquea una pared; dicen tener visiones, y anuncian cosas que resultan falsas). Proclaman “palabras de Dios” cuando Dios está en silencio.

La gente común

Roban y extorsionan a la gente (RVR: usaba de opresión y cometía robo). Explotan al indigente y al pobre (RVR: al afligido y menesteroso hacía violencia). Maltratan injustamente al extranjero (RVR: al extranjero oprimía sin derecho). Me recuerda la situación actual en muchos países y el prejuicio hacia los inmigrantes. La diferencia entre los ricos y los pobres está aumentando, y los ricos utilizan su posición, dinero y poder para mantener sus privilegios.  Muchos, aun en la iglesia, ya no piensan en cómo ayudar a los pobres, sino quieren guardar sus recursos para sí mismos.

¿Te pondrás en la brecha?

Está claro que era una situación muy grave.  ¡Dios quiere hacer algo!  ¡Tiene que hacer algo! En su justicia, el único remedio sería destruirlos, juzgarlos.  Como hizo en los días de Noé, y quiso hacer en el éxodo. Dios necesita un intercesor.

30 Yo he buscado entre ellos…

a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él

a hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí (RVR)

a alguien que haga algo en favor del país y que interceda ante mí (DHH)

 para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado! 31 Por eso derramaré mi ira sobre ellos; los consumiré con el fuego de mi ira, y haré recaer sobre ellos todo el mal que han hecho. Lo afirma el Señor omnipotente.»

Ya es demasiado tarde.  Dios estaba buscando a alguien para edificar un muro y ponerse en la brecha, pero no encontró a nadie. Ya el destino de Jerusalén está sellado.

Tomó mucho tiempo, años después de la destrucción de Jerusalén, pero finalmente Dios encontró a ese hombre recto: Nehemías. Más tarde Dios mismo proveyó a alguien que se puso en la brecha permanentemente. ¡Nuestro Señor Jesucristo es nuestro sumo sacerdote perfecto! Toda la ira del Padre se derramó sobre Jesús en la cruz.  Él se puso en la brecha. Si tú estás apartado del Señor o nunca has aceptado a Jesús, Dios quiere perdonar tu pecado y darte una vida nueva. Tú puedes decir esta oración:

Señor Jesús, yo creo que tu moriste para pagar el precio de mi pecado, que resucitaste de entre los muertos, y que vives hoy. Perdóname, límpiame y dame una nueva vida. Yo quiero seguirte y servirte como mi Señor. Lléname con tu Espíritu Santo. Gracias por tu salvación. Amén.

Dios todavía está buscando intercesores hoy; hombres y mujeres que se pongan en la brecha, por el amor de Dios y amor por su pueblo. Necesita a alguien para reedificar los muros protectores alrededor de su pueblo. Nehemías sirve como gran ejemplo. Hay mucho que podemos aprender de él acerca del liderazgo. Es muy impresionante lo que hizo un solo hombre. Dios no necesita multitudes para trabajar. Puede hacer milagros a través de ti, pero no será fácil. ¿Estás dispuesto?

 

QUEBRANTAR LA INTIMIDACIÓN Nehemías 6:15-19

Muchos hombres tienen visiones y empiezan proyectos.  Pocos los terminan. ¿Dudaste en algún momento si Nehemías podría terminar un proyecto tan ambicioso y con tanta oposición como reedificar las murallas de Jerusalén?  Pues, la mayoría de nosotros ya sabemos la historia. Pero fue un milagro, un gran ejemplo de lo que una sola persona ungida por el Espíritu puede hacer.

¡Se la terminaron!

 15 La muralla se terminó el día veinticinco del mes de elul. Su reconstrucción había durado cincuenta y dos días. 16 Cuando todos nuestros enemigos se enteraron de esto, las naciones vecinas se sintieron humilladas (DHH: tuvieron mucho miedo y se vino abajo su orgullo), pues reconocieron que ese trabajo se había hecho con la ayuda de nuestro Dios.

La reconstrucción duró cincuenta y dos días; ¡menos de dos meses!  ¡Increíble! Sus enemigos fueron humillados y avergonzados por sus mentiras y ataques. Su orgullosa auto-confianza dio paso al temor. Vieron la mano de Dios.  Sabían que habían perdido la batalla.

¿Cuántas veces hoy es tan obvio que algún proyecto solo fue posible con la ayuda de Dios, y le dan la gloria?  La triste realidad es que tenemos la capacidad de hacer mucho sin la ayuda de Dios, y mucho hacemos en la carne. ¿Crees que hay algunas murallas que Dios quiere reedificar hoy?  ¿Podría un milagro silenciar a nuestros críticos y humillarlos con un temor de Dios?

Nueva intimidación

No es sorprendente que los problemas de Nehemías no acabaron con la terminación de la muralla.

17 En aquellos días los nobles de Judá se mantuvieron en estrecho contacto con Tobías, 18 pues muchos judíos estaban aliados con él en vista de que era yerno de Secanías hijo de Araj, y de que su hijo Johanán era yerno de Mesulán hijo de Berequías. 19 En mi presencia hablaban bien de mí, pero luego le comunicaban todo lo que yo decía. Tobías, por su parte, trataba de intimidarme con sus cartas.

Aunque era contra la ley de Dios, los judíos contrajeron matrimonios arreglados por Tobías. Formaron alianzas y aun le hicieron votos. ¡El mismo enemigo de Dios estaba muy integrado en la comunidad judía! Nehemías estaba claramente fuera de este grupo, ya que él no comprometería la palabra de Dios.  Los nobles lo toleraban, pero estaban aliados con Tobías. Eran espías con dos caras; hablaron bien de Nehemías en su presencia, pero le comunicaron a Tobías todo lo que Nehemías había dicho, incluso sabiendo que Tobías seguía enviando cartas para intimidarlo.  Él vio a Nehemías como un competidor; no podía parar la construcción de las murallas, pero estaba ganando la batalla por los corazones del pueblo.

Siempre habrá política y dinámicas personales que tienes que navegar. Hay que reconocerlos, pero ten cuidado de no ser dominado por ellos y comprometer lo que Dios te ha llamado a hacer. Satanás los usará para desviarte de lo que sea verdaderamente importante.

Aquí hay algunos ejemplos de lo que puede suceder:

  • Tú (y ojalá tu esposa) son los únicos evangélicos en la familia de ella. Son muy católicos, y temen tu religión y tu influencia en su hija y nietos. Tú esposa está en una posición muy difícil: dividida entre ti, su familia y el Señor. Necesitas mucha sabiduría y amor para ganarte la confianza de tus suegros, apoyar a tu esposa, dar un buen testimonio y ser fiel a Dios. ¡No es fácil!
  • Tú eres el nuevo pastor en una iglesia dividida por el ex pastor.  Hay algunos aliados con ese pastor; otros tienen la expectativa de que tú vas a arreglar todo.    Hay mucha política; no caigas en ella. Todavía hay mucho potencial para las divisiones. Tú eres el pastor de toda la iglesia. Ten mucho cuidado de alianzas con algunos para la exclusión de otros.  El arrepentimiento y la reconciliación son casi siempre mejores que la separación (incluso en un matrimonio).  Acuérdate que, como en ese matrimonio, siempre hay dos caras de la historia.
  • Has recibido una promoción en tu trabajo, pero algunos están celosos porque ellos no la recibieron.  Otros están aliados con el ex jefe.  Navega estas aguas con mucho cuidado. Necesitas el apoyo de todos para ser exitoso en tu nueva posición.  No te metas en política y chismes que son muy comunes en muchos trabajos.

Intimidación

En todas estas situaciones nos enfrentamos a la intimidación. Es un tema importante en este capítulo.

  • En el verso 13 Sambalat y Tobías pagaron a un profeta para intimidar a Nehemías.  Su propósito era hacerle pecar.
  • En el verso 14 Nehemías reconoce que varios “profetas” querían intimidarlo. El diablo puede usar a la gente de la iglesia para intimidarte.
  • En el verso 19, cuando Tobías no pudo tocarlo por la intimidación de los profetas, envió cartas para intimidarle.

Intimidar significa “infundir miedo o asustar.” La intimidación es “la generación o provocación de miedo.”  La palabra hebrea aparece 332 veces en el Antiguo Testamento, y casi siempre se traduce como “miedo.”  Hay un temor natural y saludable, dado por Dios, para advertirnos del peligro. Pero hay mucho temor que no es de Dios, y su amor perfecto echa fuera ese temor. Ten cuidado, porque el miedo y la intimidación son las herramientas favoritas del diablo. Él quiere paralizarte, para que te sometas a él. Quiere controlarte. La intimidación produce desánimo, confusión y frustración. Pierdes tu perspectiva.  Todo parece abrumador. Te deja desesperado.

¿Estás experimentando la intimidación ahora?  ¿Por quién? ¿Estás tentado a pecar como resultado de esa intimidación? ¿Cómo puedes responder a ella?

  • No te preocupes mucho por la intimidación de tus adversarios.
  • Trátalos bien, pero reconoce quién está detrás de ellos. Mantén una estrecha vigilancia sobre tu corazón.
  • Fíjate en el Señor y pelea en el Espíritu. El amor perfecto de Dios echa fuera el temor.
  • No caigas en el pecado ni pierdas de vista lo que Dios te ha llamado a hacer.
  • La intimidación engendra el temor de hombre.  No queremos ser rechazados o lastimados. Renuncia a ese temor como pecado, y teme a Dios.

Sigue el ejemplo de Nehemías:

  • Párate sobre la Palabra de Dios y la autoridad que Él te ha dado. La verdad quebranta el espíritu de intimidación.
  • El denuedo y la fe que hemos visto en Nehemías superan la intimidación. Reconoce que estás en una batalla. Ponte tu armadura espiritual y levántate y pelea contra ella.

Si quieres estudiar más sobre la intimidación, hay un libro muy bueno de John Bevere: Quebranto de la Intimidación.

 

Cerrar las brechas Nehemías 6

Una y otra vez Nehemías respondió a la crisis con sabiduría, firmeza y gracia.  Cuando un problema interno casi paró la obra, Dios le dio una solución audaz, y el pueblo salió fortalecido de la prueba.

Así es como debería ser en tu vida también.  Siempre habrá problemas. Si todo está tranquilo en tu trabajo, algo puede suceder en tu hogar. Si la familia está bien, pueden ser problemas en la iglesia.  Pero cuando confiamos en Dios, esas pruebas son para nuestro beneficio.  El Señor nos enseña y nos purifica, hasta que la prueba no te deja desesperado y atribulado, sino gozoso que tengas otra oportunidad de ver como la mano de Dios resuelve algo imposible (ve Santiago 1:2-5).  La vida es mejor que un videojuego; ¡es real!

1Sambalat, Tobías, Guesén el árabe y el resto de nuestros enemigos se enteraron de que yo había reconstruido la muralla, y de que se habían cerrado las brechas (aunque todavía no se habían puesto las puertas en su sitio).

Están progresando muy bien. La muralla está reconstruida, con todas las brechas cerradas. Sólo faltan las puertas. Nehemías dice “yo la reconstruí.” Claro que él no hizo toda la obra, pero como él es la cabeza, él es el blanco de sus ataques.  Para sus enemigos, es su obra. Cuando estás en el liderazgo, hay un sentido legítimo de propiedad para tus logros, pero Nehemías no puede descansar mucho en su victoria. Si fue tentado con orgullo, estas batallas constantes lo mantuvieron humilde. Todo está funcionando bien cuando Sambalat, Tobías, y el resto de su pandilla vuelven a aparecer. Con la muralla acabada, el enemigo sabe que tiene que darse prisa.  No quiere las puertas cerradas. Pronto será tarde. Él tiene que atacar fuertemente para dejarlas abiertas.

La importancia de las puertas

Estamos en los días postreros.  La muralla de la iglesia está construida y estamos cerrando las brechas.  Por la gracia de Dios, la novia de Cristo está casi lista.  Satanás está desesperado, soltando a todos sus demonios para engañar y destruir a tantos cristianos como sea posible.  Y son las puertas que nos hacen vulnerables.  Aunque la muralla puede ser muy fortalecida, el diablo puede entrar como una inundación a través de una sola puerta.

Hay puertas en tu vida y en tu hogar.  Tú puedes construir una buena muralla de la Palabra de Dios y una vida santificada.  Has trabajado duro para cerrar las brechas; áreas donde el enemigo te atacó y casi te destruyó: adicciones, pecados, maldiciones generacionales, abuso sexual o físico y heridas del pasado.  Si todavía tienes brechas abiertas, las puertas no son inútiles. Primero hay que reparar las brechas. Por la gracia de Dios, es posible experimentar sanidad y edificar murallas fortalecidas; luego puedes reparar las brechas en tu vida y en tu familia.

Por desgracia, hay muchas personas, familias e iglesias con murallas muy bonitas, pero las puertas están bien abiertas.  El diablo no tiene que atacarte; simplemente entra cuando quiera  a través de esa puerta abierta.  ¿Cuáles son algunas de esas puertas?  Internet, televisión, radio, amistades, familia, pecados y acuerdos con el enemigo.

 Después de cerrar las puertas

Aun con las puertas cerradas, el diablo va a buscar una manera de destruirte. Aquí querían sacar a Nehemías de la seguridad de la ciudad amurallada, fuera de la comunidad de fe.

Entonces Sambalat y Guesén me enviaron este mensaje: «Tenemos que reunirnos contigo en alguna de las poblaciones del valle de Ono.» En realidad, lo que planeaban era hacerme daño.

Al recibir este mensaje, algunos dirían “¡Gloria a Dios!”  ¡Por fin ellos reconocen a Nehemías y quieren una reunión!  Pero ten cuidado de la ingenuidad.  El diablo es muy listo. Es un mentiroso y un engañador. Siempre tenemos que examinar sus motivos.  Nehemías ya sabe que un lobo puede usar ropa de oveja.  Él no confía en ellos.  Nunca confíes en el diablo.  Por supuesto, Dios puede hacer un milagro y traer reconciliación con un enemigo, pero ten mucho cuidado.

Quieren sacarlo de su entorno.  Se comunican con urgencia (“tenemos que reunirnos”). Invitan a Nehemías solo.  Todo es muy sospechoso.  Si alguien quiere una reunión contigo, ¿por qué no van a tu casa? ¿O tu oficina? ¿Por qué no quieren que tu esposa o tu co-pastor estén presentes?  ¿Por qué, después de tanto tiempo, necesitan una reunión ese mismo día?  El cambio de actitud debe ser cuidadosamente analizado.

Así que envié unos mensajeros a decirles: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida.»

Mantén tus prioridades y cumple tu palabra

He visto a los pastores ofender, rechazar y casi maldecir gente sincera que no son creyentes, pero que quieren ayudar en la iglesia. Eso no es necesario. Nehemías no responde en una manera fea o grosera. No los insulta. Él simplemente dice: “Estoy ocupado con algo muy importante. La obra del Señor tiene prioridad. No puedo ir.”  No deja ninguna puerta abierta.  Muchos tienen que aprender cómo decir “no” con gracia y firmeza.  Demasiados dicen “yo iré” cuando nunca intenten ir, para evitar una confrontación, o por miedo.  Sé un hombre o mujer de tu palabra.  Es común en muchas culturas decir que harás algo y no lo haces, pero es una mentira y un mal testimonio.

Nehemías comunica la verdadera importancia de lo que está haciendo.  Tiene prioridades y no va a dejar una obra importante para perder su tiempo.  He visto muchos pastores que no saben cómo ordenar su tiempo y mantener sus prioridades.  Sufren de lo que se llama “la tiranía de lo urgente.” No terminan muchos proyectos. Tienen que responder a cada texto o llamada.  Corren de un lugar a otro. Necesitamos discernimiento del Espíritu Santo para escoger sabiamente cómo usar el tiempo que Dios nos ha dado.

Cuatro veces me enviaron este mensaje, y otras tantas les respondí lo mismo.

El mundo sabe cómo presionarte hasta que te rindas. Esa presión es mayor en los jóvenes.  La primera vez, puede ser fácil resistir al amigo que te invita a tomar una cerveza.  Y la segunda vez.  Pero a la cuarta vez muchos se rinden. No quieren ofender al amigo, y toman la cerveza.  O puede ser la tentación de la pornografía en Internet.  La primera noche te resistes, pero después de unos días de lucha, dices, “Bueno, solo unos minutos, solo una vez.” O puede ser la presión de un chico con su novia.

Nehemías se mantuvo firme.  No cambió su respuesta.  No perdió su tiempo.  Cuando alguien observa que no vacilas, te dejará.  Así es con Satanás también.  Cuando él vea que alguna tentación no te toca, va a cambiar a otra.

La quinta vez Sambalat me envió, por medio de uno de sus siervos, el mismo mensaje en una carta abierta, que a la letra decía:

«Corre el rumor entre la gente —y Guesén lo asegura— de que tú y los judíos están construyendo la muralla porque tienen planes de rebelarse. Según tal rumor, tú pretendes ser su rey, y has nombrado profetas para que te proclamen rey en Jerusalén, y se declare: “¡Tenemos rey en Judá!” Por eso, ven y hablemos de este asunto, antes de que todo esto llegue a oídos del rey.»

Amenazas e intimidación

Ahora el enemigo añade una amenaza fuerte a su invitación.  Es muy listo, y opera mucho con temor. Puede decir algo como: “Yo sé algo sobre ti, y si no haces lo que yo quiero, voy a hablar con tu esposa,  tu pastor o tu jefe.”

En este caso eran puras mentiras. ¡Pero la mentira puede hacer mucho daño! Y si hay algo verdadero en la mentira, puede producir aún más temor.

Yo envié a decirle: «Nada de lo que dices es cierto. Todo esto es pura invención tuya.»

¿Está el diablo usando invenciones para intimidarte? Nehemías no cae en su trampa. Cuando estás caminando con tu Dios, no hay que temer las invenciones del enemigo.

En realidad, lo que pretendían era asustarnos. Pensaban desanimarnos, para que no termináramos la obra.

«Y ahora, Señor, ¡fortalece mis manos!»

Mira el discernimiento de Nehemías y cómo él describe lo que pretendían:

  • Asustarnos.
  • Desanimarnos.
  • No termináramos la obra.

¿Has experimentado esos ataques enemigos? ¿Algo que te asusta?  ¿Un desánimo profundo? ¿Hasta que no tienes la fuerza para hacer la obra?

¡Clama a Dios, como hizo Nehemías!  ¡Él clamó porque las palabras del enemigo estaban tocando su espíritu! ¡Se sentía la necesidad de manos fortalecidas!  Pero no quería darle ningún lugar al enemigo. En cada tentación hay una salida.  ¡Clama al Señor y Él te ayudará!

10 Fui entonces a la casa de Semaías, hijo de Delaías y nieto de Mehitabel, que se había encerrado en su casa. Él me dijo:

«Reunámonos a puerta cerrada
en la casa de Dios,
en el interior del templo,
porque vendrán a matarte.
¡Sí, esta noche te quitarán la vida!»

11 Pero yo le respondí: —¡Yo no soy de los que huyen! ¡Los hombres como yo no corren a esconderse en el templo para salvar la vida! ¡No me esconderé!

Falsos profetas

Ahora hay un giro muy interesante. Un “hermano” tiene una palabra para Nehemías. No sabemos por qué Nehemías fue a su casa; posiblemente pensó que tendría algunas palabras de aliento. Pero tiene noticias muy alarmantes: esa misma noche  el enemigo vendría a matarlo, pero podría salvar su vida escondido en la casa de Dios.  ¡Parece un consejo muy sano!

¿No hay momentos en que solo quieres esconderte? ¿Posiblemente en la iglesia?  Cuando yo trabajaba en la prisión, la capilla (la iglesia) era un lugar seguro donde alguien podía esconderse. No tocan a alguien que “tiene la religión.”  Pero Nehemías es un hombre de gran valor, y no va a usar su religión para salvar su vida.  No es cobarde.  Siempre ha enfrentado a sus enemigos.

12 Y es que me di cuenta de que Dios no lo había enviado, sino que se las daba de profeta porque Sambalat y Tobías lo habían sobornado. 13 En efecto, le habían pagado para intimidarme y hacerme pecar siguiendo su consejo. De este modo podrían hablar mal de mí y desprestigiarme.

¡Cuánto necesitamos el discernimiento del Espíritu Santo! ¡Ten mucho cuidado! ¡Hay muchos falsos profetas! No escuches a todos los que vienen con “una palabra de Dios.”  ¡Hay muchos que no son enviados por Dios, sino por el diablo!

¡Los judíos están casi terminados con la muralla! ¡Sambalat y Tobías están desesperados!  ¡No pueden tocar a Nehemías! ¡Han pagado a un supuesto profeta para que lo intimide y lo haga pecar! No hay nada en el varón para infamarle, así que necesitan algún invento para hablar mal de él.

Yo creo que la mayoría de hoy se escondería en el templo, creyendo que es bueno salvar sus vidas y estar en la casa de Dios.  Evalúa ante el Señor todos los consejos que recibas. Ora, y piensa en todas las consecuencias de alguna acción. ¡Hay gente que quiere hacerte pecar! ¡Nunca subestimes a tu enemigo!

14 «¡Dios mío, recuerda las intrigas de Sambalat y Tobías! ¡Recuerda también a la profetisa Noadías y a los otros profetas que quisieron intimidarme!»

¡Parece que el enemigo compró a la mayoría de los profetas! ¿Qué puede hacer Nehemías? ¿Devolver el favor y hablar mal de esta profetisa?  ¿Difamar a los demás? ¡No!  ¡No bajes a su nivel!  ¡Sigue adelante con tu tarea!  Y entrega todos al Señor.  Nehemías los deja en sus manos.

La intensidad de la batalla en estos capítulos es muy impresionante.  Lamentablemente, no hay muchos como Nehemías, con la sabiduría, la fuerza y el discernimiento para derrotar al enemigo.  La iglesia está llena de gente herida en estas batallas. Es doloroso cuando el diablo usa pastores y profetas para destruirte, pero Dios lo sabe todo.  Ellos pagarán.  No te desvíes del camino que el Señor ha preparado para ti.

¿Y tú?  ¿Cómo te va? ¿Cómo está tu muralla?  ¿Tu vida sigue en ruinas?  Nehemías te ha dado un muy buen ejemplo de cómo arrancar la reconstrucción de tu vida.  Dios quiere animarte a que sí, es posible, incluso después de tantos fracasos, tener una vida nueva. ¿Has llegado a ese punto en el que estás cansado de vivir en ruinas? ¿Quieres entregar tu vida a Jesús para que Él pueda comenzar a hacerte un nuevo hombre o una nueva mujer?

¿Hay todavía brechas en tu muralla?  ¿Sabes cuáles son?  Para reparar las brechas tienes que saber dónde el enemigo puede entrar.  Hay muchos que sienten ansiedad, temor y luchas interiores, pero que no conocen su origen.  Pídele a Dios que te muestre las brechas, y por el poder del Espíritu Santo, las sane y las repare.

¿Cómo están las puertas? ¿Te faltan algunas?  ¿Hay puertas abiertas en tu vida, tu hogar y tu iglesia donde Satanás aún puede entrar? ¿Cómo puedes cerrarlas?

¡Dios está contigo como un poderoso gigante! ¡Clama a Él; te ayudará en tu batalla!

 

Nehemías 5 Cómo sanar divisiones

Nehemías finalmente ha silenciado a sus adversarios. Hemos visto la progresión de los ataques de sus enemigos: desde palabras hasta amenazar la obra y tratar de matarlos.  A cada paso, Dios honró la fe y la perseverancia de Nehemías, peleó sus batallas y protegió a su pueblo.  El trabajo en la muralla avanzaba, aunque requería medidas extraordinarias. Pero el enemigo no se para.

La próxima estrategia del diablo: Luchas internas

Hemos visto la importancia de la unidad frente a los ataques. Imagina el estrés para los judíos: casi no dormían y trabajaron con el temor de que el enemigo pudiera caer sobre ellos en cualquier momento.  Ahora el enemigo se aprovecha de esa debilidad y cambia su estrategia, para fomentar luchas y divisiones en el mismo pueblo de Dios.

 1Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos, pues había quienes decían: «Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas, ya somos muchos. Necesitamos conseguir trigo para subsistir.» 3Otros se quejaban: «Por conseguir trigo para no morirnos de hambre, hemos hipotecado nuestros campos, viñedos y casas.» Había también quienes se quejaban: «Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey. Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre, y nuestros hijos y los suyos son iguales, a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos. De hecho, hay hijas nuestras sirviendo como esclavas, y no podemos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros.»

Parece que Nehemías no estaba consciente de los abusos, aunque duraban mucho tiempo. Eso tiene sentido; él ha estado muy ocupado. Pero los pobres se han sentido frustrados durante mucho tiempo por la explotación y la grave desigualdad económica. Lo peor era que los opresores eran sus propios hermanos judíos. Por fin hubo una gran protesta y clamor.

Había mucha hambre. Algunos tenían una mesa vacía, otros la tenían llena de comida rica. Aunque había una hambruna, había trigo, pero estaban cobrando precios muy elevados, lo que obligaba a los pobres a hipotecar todo lo que tenían. ¡Al menos tenían propiedades para hipotecar! Mucha gente pobre ni aun tiene ese recurso. También tuvieron que buscar préstamos para pagar el impuesto al rey.  Necesitan alivio de estos impuestos. Desesperados, y sin otro remedio, vendieron a sus hijos.  La esclavitud era común.

La pobreza engendra impotencia. Los pobres pierden la voz y caen en un ciclo vicioso que es difícil de romper. Hasta ahora, no había nadie en Jerusalén para defenderlos. Sin ninguna intervención, Judá se convertirá en una sociedad de ricos y pobres, similar a muchos países en la actualidad. Esta desigualdad entre hermanos plantea dudas desconcertantes:

  • ¿No todos los niños merecen una buena educación?
  • ¿Es justo que los ricos tengan mejores escuelas?
  • ¿No todos los jóvenes merecen la oportunidad de prepararse para una carrera en la universidad?
  • ¿Es verdad que todos son creados iguales?
  • Si realmente creen eso, ¿por qué no actúan conforme a ese credo, y no como si fuesen superiores?

Estas quejas son exactamente el pábulo que Satanás usa para crear divisiones y parar la obra de Dios. Muchas iglesias se dividen por asuntos mucho más insignificantes. ¿Has experimentado cómo Satanás ha usado la desigualdad y las divisiones para destruir una iglesia? Si estás casado, estoy seguro de que ya sabes cómo una pequeña queja puede volverse muy seria. ¿Qué tácticas de dividir y conquistar has observado en los matrimonios?  ¿Hay quejas legítimas bajo de la superficie en tu iglesia u hogar?

Debajo de estos abusos está la tendencia humana a buscar el primer lugar y aprovecharse de otros. ¡El “yo” es primero! En el proceso, es fácil ignorar los mandatos más importantes sobre el amor, la misericordia y la justicia.

Cuando oí sus palabras de protesta, me enojé muchísimo.

Finalmente tuvieron a un defensor en Nehemías. Estaba lleno de ira justa. ¿Te enojas por la injusticia? ¿Te enojas con las divisiones y la desigualdad en la iglesia? ¡No toda la ira es mala! Debe energizarnos para tomar acción constructiva. ¿Escuchas el clamor de los oprimidos? Es demasiado fácil alejarse de sus problemas.

Y después de reflexionar, reprendí a los nobles y gobernantes:

—¡Es inconcebible que sus propios hermanos les exijan el pago de intereses!

Convoqué además una gran asamblea contra ellos, y allí les recriminé:

—Hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a los paganos. ¡Y ahora son ustedes quienes venden a sus hermanos, después de que nosotros los hemos rescatado!

Responder a los conflictos internos en la iglesia

Jesús dijo: “bienaventurados los pacificadores.” Necesitamos pacificadores hoy.  Hay grandes predicadores que no saben cómo manejar los conflictos en la iglesia. Muchos hombres manejan bien su negocio, pero en casa se retiran y no saben qué hacer.  Demasiados pastores retroceden frente a los ancianos o diáconos, o aquellos que ofrendan mucho. Muchos maridos no quieren la molestia de los problemas familiares. No es fácil, pero no puedes simplemente ignorar la situación con la esperanza que desaparezca.  Eso casi nunca sucede.  Lo que se va a ir es la mayoría de tu congregación o tu mujer.  ¡Levántate para hacer lo que sabes que es correcto!

Nehemías fue uno de los pocos que pudo hacer todo bien.  ¿Cómo responde él aquí? No actúa con prisa. Nehemías no temía enfrentar a la gente responsable de los abusos; vemos la misma valentía que demostró ante sus enemigos. Lo que hizo fue arriesgado políticamente. Nehemías desafió una práctica muy común en los negocios: cobrar intereses sobre préstamos. Había un programa para rescatar a los esclavos judíos de sus dueños gentiles, pero los ricos no los ayudaron, sino en su lugar instituyeron otra esclavitud.

Nehemías no hizo ningún arreglo a escondidas. Llamó a todos a una gran reunión. Ya hemos visto su gran autoridad, y aquí la usa sabiamente. Es más fácil hacer el acuerdo en privado, pero es mejor hacerlo en público.

Si actúas enojado es fácil meterte en problemas. Reflexiona, y verifica las acusaciones. Ten cuidado de seguir el mundo y sus prácticas en la iglesia. ¿Cuál sería el impacto económico si los cristianos prestaran dinero entre sí, libre de intereses? ¡Jesús dijo que no te preocupes si te reembolsan o no (Mateo 5:42)!  ¡Él te cuida!

8Todos se quedaron callados, pues no sabían qué responder.

Yo añadí: —Lo que están haciendo ustedes es incorrecto. ¿No deberían mostrar la debida reverencia a nuestro Dios y evitar así el reproche de los paganos, nuestros enemigos? 10 Mis hermanos y mis criados, y hasta yo mismo, les hemos prestado dinero y trigo. Pero ahora, ¡quitémosles esa carga de encima! 11 Yo les ruego que les devuelvan campos, viñedos, olivares y casas, y también el uno por ciento de la plata, del trigo, del vino y del aceite que ustedes les exigen.

La solución que Nehemías propone es radical, y muy costosa para los ricos.  Muchas veces nadie quiere hacer el duro trabajo de arreglar la situación.  Si eres un pastor, te toca a ti. Si eres marido, es tu responsabilidad.  La unidad de tu iglesia y tu hogar tiene prioridad.

Nehemías los confronta claramente con la verdad, y no hay nada que ellos puedan decir.  Esta es una cuestión de bien y mal, y está claro que los poderosos están malos. Hay áreas de color gris, pero cuando es blanco y negro, estamos obligados a levantarnos para el bien y condenar lo malo. No temen a Dios.  Han olvidado que tienen que rendir cuentas al Creador para el tratamiento de sus hermanos. Y tú, ¿estás caminando en el temor de Dios? ¿Hay una situación en tu trabajo, en tu iglesia o en tu hogar donde tengas que arriesgar algo y decir: “Lo que usted hace está mal”?

Ellos están dando un mal testimonio a sus enemigos gentiles, y no les importa. Tienen que arrepentirse, dejar su pecado y arreglar la situación. Tienen que devolver lo que fue hipotecado y reembolsar los intereses. ¡Y solo cobraban una taza de interés del 1%! ¡Nosotros estaríamos muy felices con una oferta como esa! Pero está mal en la familia de Dios que uno prospere a costa de los demás.

Cuando los creyentes se comportan como el mundo, Dios se ve mal. Qué pena que para muchas personas la iglesia sea una broma.  Tienes que caminar de manera irreprochable, para que otros puedan ver a Cristo en ti, estén atraídos a Él y le glorifiquen.  ¿Cómo está tu testimonio? ¿Estás en pecado? Aunque puede ser muy difícil, ¿cómo puedes arreglarlo? ¿Cómo crees que respondería la gente que te rodea si los desafiaras de esta manera?

12 —Está bien —respondieron ellos—, haremos todo lo que nos has pedido. Se lo devolveremos todo, sin exigirles nada.

Entonces llamé a los sacerdotes, y ante éstos les hice jurar que cumplirían su promesa. 13 Luego me sacudí el manto y afirmé:

—¡Así sacuda Dios y arroje de su casa y de sus propiedades a todo el que no cumpla esta promesa! ¡Así lo sacuda Dios y lo deje sin nada!

Cuando alguien dice la verdad y luego proporciona una salida justa como remedio, no hay mucho que discutir. Saben que están malos, y saben que Nehemías no los dejará continuar en su pecado. Hay una gran diferencia entre alguien que viene a desafiar en timidez y debilidad, y alguien que habla con valentía y con la autoridad de Dios. Nehemías habló con esa autoridad a Sambalat y Tobías. Dijo palabras fuertes, de juicio, pero ellos saben que no son amenazas vacías.  El Espíritu de Dios lo apoyaba y obraba en él, y en la gente.  ¡Hay una gran necesidad en el gobierno y en la iglesia de esa gente justa con esta autoridad!

Una respuesta asombrosa

13Toda la asamblea respondió:

—¡Amén!

Y alabaron al Señor, y el pueblo cumplió lo prometido.

¡Esta es una verdadera obra de Dios! Nehemías los reprende. Tienen que devolver mucho dinero. ¡Y alaban al Señor! ¡Y cumplieron lo prometido! ¡Este es un arrepentimiento genuino! ¡Este es el espíritu de avivamiento! Algo está suelto en el Espíritu cuando Dios se mueve y un varón ungido se levanta y enfrenta la injusticia con la autoridad divina. ¿Significa que no duele humillarse así?  ¡Claro que duele! Pero Nehemías les da una salida, el Espíritu de Dios los toca, y ahora alaban al Señor.

La salvación no es solo una cuestión de asistir a la iglesia, diezmar y leer la Biblia. Tiene mucho que ver con tu trato con otros, cómo manejas tu negocio y cómo respondes a la injusticia. Las cuestiones económicas son muy importantes para Dios.

Nehemías estaba bien con Dios. No tuvo que arrepentirse. Sería fácil para él despreciar a estos “pecadores”  o ignorar la situación, pero no se puede. Estamos obligados a levantarnos y defender lo recto. Nehemías podía hacerlo, porque andaba irreprochable.

¡Cuánto necesitamos a hombres como Nehemías hoy! Como resultado de sus acciones sabias, una división que podría destruir el país fue sanada. Otra vez el enemigo fue vencido. Pero Nehemías no solo respondió al problema; él se movió de forma proactiva para fomentar la comprensión y la unidad. Es fácil descansar después de resolver la crisis actual, pero es mucho mejor tener la visión de hacer un cambio duradero para evitar problemas en el futuro.

14 Desde el año veinte del reinado de Artajerjes, cuando fui designado gobernador de la tierra de Judá, hasta el año treinta y dos, es decir, durante doce años, ni mis hermanos ni yo utilizamos el impuesto que me correspondía como gobernador. 15 En cambio, los gobernadores que me precedieron habían impuesto cargas sobre el pueblo, y cada día les habían exigido comida y vino por un valor de cuarenta monedas de plata. También sus criados oprimían al pueblo. En cambio yo, por temor a Dios, no hice eso. 16 Al contrario, tanto yo como mis criados trabajamos en la reconstrucción de la muralla y no compramos ningún terreno.

17 A mi mesa se sentaban ciento cincuenta hombres, entre judíos y oficiales, sin contar a los que llegaban de países vecinos. 18 Era tarea de todos los días preparar un buey, seis ovejas escogidas y algunas aves; y cada diez días se traía vino en abundancia. Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada.

Nehemías lidera en mostrar el verdadero amor

Nehemías no era solo un gobernante autoritario y severo. Lideraba con el ejemplo, y era consistente.  No se trataba de apariencias piadosas en la asamblea; durante doce años dio el mismo ejemplo. Como gobernador él tenía derecho a una porción especial de comida. Muchos pastores hoy dirían que eso fue una bendición de Dios que merecen; quieren aprovechar cualquier beneficio. Pero Nehemías no lo hizo; no quería vivir mejor que sus hermanos. Sabía que la gente ya tenía muchas cargas y no quería agregar una más. Sí, Nehemías tenía una casa y una cocina grande; al menos 150 personas comían en su mesa todos los días – y él pagaba por todo. ¡Qué gran oportunidad para edificar buenas relaciones con su gente! No es pecado tener una casa grande y muchos recursos; la cuestión es: ¿qué haces con ellos? No es justo que algunos creyentes tengan mansiones con habitaciones vacías cuando otros hermanos están sin hogar. ¿Qué haces con la provisión que Dios te ha dado? ¿Cómo es tu ejemplo?  ¿Eres consistente?

Nehemías también rompió con una tradición larga: Los gobernantes anteriores siempre cobraban fuertes impuestos, pero Nehemías no quería su dinero. Qué triste es cuando los pastores viven en el lujo y aún presionan a su gente para que ofrenden más.  ¡Qué pena que hay muchos pastores y líderes cristianos que abusan del rebaño para enriquecerse! Manipulan a la gente con promesas vacías que Dios va a devolver sus ofrendas multiplicadas. Es cierto que el Nuevo Testamento nos enseña que el pastor merece un salario adecuado. Es injusto cuando un pastor vive en pobreza y tiene una congregación bastante próspera, pero muchas veces la situación se invierte: El pastor tiene un estilo de vida muy alto y la congregación es pobre.

Nehemías no se enseñoreaba sobre la gente, sino que, cientos de años antes de Cristo, se manifestó el estilo de liderazgo que Jesús mandó: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve  (Lucas 22:25-26). Nehemías trabajó hombro a hombro con la gente. No tenía temor de las manos sucias. Se identificó con el pueblo, y dirigía a los demás líderes que hicieran lo mismo.

Hizo todo por temor, o reverencia, a Dios. Estaba muy consciente que estaba bajo la autoridad de Dios y tenía que rendirle cuentas. ¡Nunca quiso abusar del pueblo de Dios! Quería hacer todo lo posible para hacer su carga más liviana.

19 ¡Recuerda, Dios mío, todo lo que he hecho por este pueblo, y favoréceme!

Nada que hizo Nehemías fue fácil: No era popular, y le era muy costoso. Sería mucho más fácil unirse a los ricos y mantener el statu quo, pero no podía hacerlo y pararse frente a su Dios. Él no tenía nada que ganar con estos dolores de cabeza; podría estar muy cómodo en el palacio de Babilonia, pero el amor de Dios le obligó a actuar. Él buscaba bendiciones, pero no terrenales ni materiales. Esperaba una recompensa de Dios; si no en esta vida, entonces en la eternidad. Jesús nos advirtió de no buscar recompensa ahora; pues sería la única que recibiríamos (Mateo 6:2,5). ¡Es mucho mejor seguir el ejemplo de Nehemías y esperar nuestra recompensa celestial! ¡Dios recuerda todo lo que has hecho y te recompensará ricamente!

Las escrituras son maravillosas.  A primera vista, esta situación parece muy lejos de nuestra experiencia actual, pero el bien y el mal son eternos. ¡Y Nehemías nos da un ejemplo para seguir ahora! ¿Hay algo que Dios te está llamando a hacer?

 

Nehemías 4 ¡Pelea por tu familia!

¿Crees que si haces todo bien y andas en el Espíritu, entonces no habrá batallas? ¿Alguien te dijo que cuando aceptas a Jesucristo, tus batallas se acabarían? Lo siento, pero por desgracia, si estás sirviendo al Señor, habrá batallas en tu vida, para toda la vida. Si no haces nada, el enemigo no te molesta. Cuando las murallas estaban en ruinas, Sambalat no hizo nada, pero cuando  Nehemías llegó lleno del Espíritu y comenzó a reedificarlas, se desató el infierno.

¿Estás cansado de la lucha? ¿Quieres tirar la toalla y darte por vencido? ¿Cuál es la alternativa?  ¿Suicidio? ¿Servir a Satanás? No, como dice una canción favorita mía de Benicio Molina:

Pelea, y no te detengas.
Cristo a tu lado estará.
Pelea, sin vacilar.
Tu mente se turba y se tiende a desmayar.
Si te rindes morirás.
Acuérdate, mira, como Satanás ha querido destruirte una vez más.

¡Muchas veces tenemos que volver a pelear la misma batalla!  Pobre Nehemías tenía dos aguijones:  Sambalat y Tobías.  ¿Tienes a alguien como Sambalat? ¿Un aguijón? ¿Crees que Dios puede permitirlo?  ¡Por medio de ese aguijón Él está enseñándote muchas cosas!  Buscamos más a Dios en la batalla, y aprendemos  más cómo servirle. Mira lo que pasó aquí en Nehemías 4:

1Cuando Sambalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se disgustó muchísimo y se burló de los judíos. Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo:

—¿Qué están haciendo estos miserables judíos? ¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios? ¿Piensan acaso terminar en un solo día? ¿Cómo creen que de esas piedras quemadas, de esos escombros, van a hacer algo nuevo?

Y Tobías el amonita, que estaba junto a él, añadió:

—¡Hasta una zorra, si se sube a ese montón de piedras, lo echa abajo!

La primera etapa de los ataques del enemigo

La batalla comienza con tu mente, con dardos de fuego, esas palabras que hieren tu espíritu. El diablo puede usar a tu jefe, a tu conyugue o a un amigo, porque las heridas de un ser querido son más dolorosas.

  • Desprecian tu obra, hasta que tienes dudas de si realmente vale la pena.
  • Menosprecian tu raza, tu idioma o tu religión, hasta que crees que eres inferior y tu autoestima sufre.
  • Se burlan de ti.  Hablan mal de ti a todos.  Hoy estaría en Facebook, en Internet, o en programas de radio o televisión.

Hacen todo lo posible para desanimarte.  El desánimo es una herramienta favorita del diablo; no proviene de Dios.

¿Estás sirviendo fielmente al Señor – y te sientes desanimado y desesperado?  ¡Reprende al enemigo y no le escuches!  Usa el escudo de tu fe para apagar esos dardos del enemigo, y busca a Dios.

Responder al ataque

Nehemías y todo el pueblo respondieron en oración:

Por eso oramos:

«¡Escucha, Dios nuestro,
cómo se burlan de nosotros!
Haz que sus ofensas recaigan sobre ellos mismos:
entrégalos a sus enemigos;
¡que los lleven en cautiverio!
No pases por alto su maldad
ni olvides sus pecados,
porque insultan a los que reconstruyen.»

No entran en una batalla de palabras con Sambalat, ni se defienden.  Claman a Dios.  Reconocen que es una batalla espiritual, y van a pelearla al nivel espiritual.  Su oración no expresa el amor por nuestros enemigos que Cristo predicó; es parecida a unas de las oraciones de David: piden la venganza de Dios sobre sus enemigos. Y tú, clama a Dios, y entrégale la situación.   Luego sigue adelante con la obra.  No te detengas:

Continuamos con la reconstrucción y levantamos la muralla hasta media altura, pues el pueblo trabajó con entusiasmo.

Están progresando a pesar de la oposición.  Han levantado la muralla a media altura, y bajo el liderazgo sabio de Nehemías, están trabajando con entusiasmo.  Pero el enemigo no se para. Responde con ataques aún más feroces.

Pero cuando Sambalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los asdodeos se enteraron de que avanzaba la reconstrucción de la muralla y de que ya estábamos cerrando las brechas, se enojaron muchísimo y acordaron atacar a Jerusalén y provocar disturbios en ella.

La siguiente etapa del ataque

Ahora ellos se unen a otros y planean un ataque a la ciudad.  Al principio, Satanás juega con tu mente, pero si eso no sirve para pararte, él cambia sus tácticas a un ataque físico, y puede provocar disturbios en tu familia, iglesia o ministerio.

El enemigo se enoja mucho cuando cerramos las brechas. Una brecha puede ser un área que descuidamos en la vida espiritual, emocional o familiar, o puede ser algún pecado. A través de esas brechas, el diablo tiene acceso a nuestras vidas, familias e iglesias.

Oramos entonces a nuestro Dios y decidimos montar guardia día y noche para defendernos de ellos.

Siguen confiando en Dios, y nuevamente se reúnen para orar, pero no son tontos.  Yo sé que Cristo dijo vuélvele la otra mejilla, pero a veces tenemos que actuar.  Monta guardia día y noche.  Vigila. Analiza la situación.  Prepárate con la armadura de Dios y las armas del Espíritu.

A pesar de estos esfuerzos, ahora el enemigo tiene éxito en sus ataques:

10 Por su parte, la gente de Judá decía:

«Los cargadores desfallecen,
pues son muchos los escombros;
¡no vamos a poder
reconstruir esta muralla! (DHH: Nosotros somos incapaces)»

Cuando se desfallecen los trabajadores

Ante la carga de trabajo y los ataques continuos, desfallecen.  Se acaba su fuerza. Cada iglesia tiene sus cargadores, los que hacen la mayor parte del trabajo.  Cuando ellos desfallezcan, hay problemas reales.

  • Los escombros son muchos (la basura de derrotas anteriores);  impide su progreso, y solo sirve para distraer  y desanimar a la gente.  Si es posible, retira los escombros del pasado antes de construir algo nuevo.
  • La obra parece demasiado grande y la oposición demasiado fuerte. La tarea les parece imposible. En la carne, son incapaces de hacer el trabajo necesario. Muchos de nosotros sabemos lo que es sentirse abrumados por los desafíos de la vida.

Están en un punto clave.  Muchos abandonan la muralla a media altura, la cual es inútil. Después de todo lo que hizo Nehemías, sería fácil perder la batalla aquí.

11 Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda.»

El objetivo final del diablo

Jesús dijo que Satanás vino a hurtar, matar y destruir.  Cuando el enemigo te ve desanimado y cansado, él intensifica sus ataques.  Ahora no es solo una batalla de la mente o las palabras, ni un ataque a la ciudad y a la obra.  Ahora él quiere matarlos, y eso es lo que Satanás quiere hacer contigo.  Así la obra de Dios seguramente se para.

Al diablo le encanta caer sobre ti por sorpresa.  Espera el momento de cansancio y debilidad, y te asalta. Dios Habla Hoy dice: Nuestros enemigos pensaban que no nos daríamos cuenta ni veríamos nada hasta que se metieran en medio de nosotros.  ¡Abre tus ojos!  ¡Despiértate!  Hay muchos que no se dan cuenta de la estrategia de Satanás.  Están dormidos.  El enemigo se pone en el medio cuando no estamos vigilando, y de repente el matrimonio se arruina y la iglesia se divide.

¿Es posible que Satanás se haya metido en medio de tu familia o de tu iglesia?  ¿Quiere el diablo en este momento caer encima de ti para matarte? ¿Está al punto de detener la obra de Dios en tu iglesia? ¿Estás mirando la muerte a la cara?

12 Algunos de los judíos que vivían cerca de ellos venían constantemente y nos advertían: «Los van a atacar por todos lados.»

Ahora el diablo usa a los mismos creyentes para desanimarte. No tienen la fe ni la visión de cómo vencer al enemigo, solo pueden ver el peligro.  Ya están vencidos, y sus llantos y advertencias continuas contaminan a todo el pueblo como un cáncer.  Siembran temor en tu corazón y quitan tu fe.  La tentación de Nehemías aquí es darse por vencido y volver al palacio del rey en Babilonia.  Sería mucho más cómodo. Esta batalla es simplemente demasiado fuerte.   ¿Cómo responderá?

13 Así que puse a la gente por familias, con sus espadas, arcos y lanzas, detrás de las murallas, en los lugares más vulnerables y desguarnecidos. 14 Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares.»

Nehemías no se detiene.  Responde a la amenaza y organiza a la gente para defenderse.  La obra ocupa todo su tiempo.  No van al cine, ni a partidos, ni siquiera descansan.  Están en una lucha de vida o muerte.  Es cuestión de sobrevivir o no.  ¿Van a tener una ciudad segura? o ¿van a pasar toda la vida con temor, bajo las amenazas del enemigo?  Muy posiblemente van a morir y perderán todo.

La importancia crucial del liderazgo piadoso

Nehemías examina y analiza la situación.   Estudia lo que está pasando, y luego habla con el Señor, esperando su plan y la palabra que tiene para ellos.  Luego, llama a todos para que se reúnan, como nosotros llamamos una reunión para toda la iglesia o toda la familia.

Como Moisés hizo muchas veces, un solo hombre de fe fue responsable de la victoria del pueblo en esta batalla.  El varón de Dios no puede caer en duda o desánimo en este momento.  Como cabeza de tu casa, tu familia te necesita.  Si eres un pastor, tu iglesia te necesita. Tienes que pasar mucho tiempo con Dios en oración, pero luego levántate y proclama palabras de fe para ellos.  Habla con Dios acerca de tus dudas y temores, o posiblemente con un padre o una madre espiritual, pero este no es el momento de confesarlos a tu familia o iglesia. Hay tres respuestas esenciales:

  1. No les tengas miedo.  El temor destruye la fe.  Si el temor se apodera de ti, ya has perdido la batalla.
  2. Recuerda al Señor.  Fija tus ojos en Jesús.  Adórale.  Lee su Palabra.  Recuérdate de su grandeza y su poder, y de sus palabras a Josué: Nadie puede resistirte.
  3. A fin de cuentas, pelea por tu familia, tus padres y tus hermanos.  Pelea por tu hogar, por esa mujer que amas tanto, por esa hija preciosa y por tu hijo. Si no estás motivado por el amor de Dios, pelea por ellos.  Levántate como hombre (o mujer).  No dejes que Satanás destruya a tus hijos.  No te rindas al diablo que quiere ese divorcio.  He conocido a demasiados hombres débiles que no pelean en la oración, ni pelean en el Espíritu.  Son destruidos y no pueden hacer nada frente a los ataques del enemigo.  ¡Levántate!  ¡Háblales la Palabra de Dios!  ¡Sigue adelante!

15 Una vez que nuestros enemigos se dieron cuenta de que conocíamos sus intenciones y de que Dios había frustrado sus planes, todos regresamos a la muralla, cada uno a su trabajo. 16 A partir de aquel día la mitad de mi gente trabajaba en la obra, mientras la otra mitad permanecía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban pendientes de toda la gente de Judá. 17 Tanto los que reconstruían la muralla como los que acarreaban los materiales, no descuidaban ni la obra ni la defensa. 18 Todos los que trabajaban en la reconstrucción llevaban la espada a la cintura. A mi lado estaba el encargado de dar el toque de alarma. 19 Yo les había dicho a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «La tarea es grande y extensa, y nosotros estamos muy esparcidos en la muralla, distantes los unos de los otros. 20 Por eso, al oír el toque de alarma, cerremos filas. ¡Nuestro Dios peleará por nosotros!»

21 Así que, desde el amanecer hasta que aparecían las estrellas, mientras trabajábamos en la obra, la mitad de la gente montaba guardia lanza en mano.

22 En aquella ocasión también le dije a la gente: «Todos ustedes, incluso los ayudantes, quédense en Jerusalén para que en la noche sirvan de centinelas y de día trabajen en la obra.» 23 Ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los de mi guardia personal, nos desvestíamos para nada: cada uno de nosotros se mantenía listo para la defensa.

¡Victoria!  ¡Éxito!  ¡Nehemías lo logró! Cuando un hombre logra lo que Nehemías logró aquí, ¡tenemos que celebrar!

La batalla no se acaba.  Todavía queda mucho por hacer, pero el enemigo reconoce su derrota y se retira. ¿Por qué? Nehemías y el pueblo saben sus intenciones.  Satanás opera en la oscuridad, y cuando revelamos sus estrategias, él se retira. Los enemigos vieron la mano de Dios y sabían que fue Dios quien frustró sus planes.  Ya saben que no pueden pelear contra Dios.

Es tentador descansar, pero es importante después de una batalla volver a la obra que Dios nos ha dado. Todos volvieron a trabajar. Cada uno tenía su lugar.  Trabajaron sin descansar.  De hecho, Nehemías estableció nuevas normas:

  • No pueden descuidar la obra o la defensa. La mitad trabajan, mientras que la otra mitad está armada y defiende la muralla.
  • Los jefes vigilan para toda la gente.  Nehemías no puede hacer todo solo; necesita ancianos y jefes, despiertos y vigilantes, para detectar cualquier problema o desánimo y responder de inmediato. Necesitan a todos.
  • Una buena comunicación es esencial, por lo que establecieron una alarma.  Si hubiera una amenaza, sonarían la trompeta, y todos correrían hacia ese lugar.  Necesitan la unidad del pueblo.  Son uno.  Hoy puede ser en Twitter, Facebook, texto o teléfono, pero si hay un miembro de la familia o una iglesia bajo ataque, todos deberían ayudarle.  Nadie debería sufrir solo.
  • Nosotros planeamos y nos preparamos, pero nuestra confianza está en Dios. Él pelea por nosotros, y eso nos da mucho ánimo.
  • Trabajan todo el día – y ni siquiera se desvisten.  Tienen que estar listos día y noche.  Ya han visto el poder del enemigo y saben que no hay tiempo para descansar.  La rutina diaria cambia por completo.  No es cuestión de media hora de oración y ya, seguimos con la vida como siempre. Si tu hijo usa drogas, si tu mujer está con otro hombre, si hay ataques fuertes del diablo, tienes que concentrarte completamente en la batalla.  Exige toda tu fuerza.

¡Dios peleará por ti!

¿Ves cómo la batalla te obliga a concentrarte y dedicarte 100% al Señor? Nos obliga a trabajar juntos.  Si no trabajaron juntos y se apoyaron, no sobrevivirán.  ¿Es posible que muchos están cayendo en la iglesia porque todavía no hemos aprendido esta lección?  Estamos muy complacientes, perezosos, y solo nos preocupa nuestro bienestar.

Mi hermano y mi hermana, este no es un juego.  En serio, Satanás te quiere muerto.  Quiere destruir tu familia y tu iglesia.  Tú puedes ser un Nehemías que se levanta como instrumento de Dios para la salvación de ellos. Pelea y no te detengas.  Peleemos juntos. Nadie puede resistirte. Y a fin de cuentas, la buena noticia es que Dios peleará por ti.

 

Josué 23   Despedida de Josué

Tarde o temprano, todos nosotros llegamos a ese punto de morir, o de jubilarse de un trabajo. Esta vida es corta, y esa hora llega demasiado rápido para la mayoría de nosotros.  Hay que aprovecharse de cada momento; ¡no desperdicies ni una hora de tu vida!

1Mucho tiempo después de que el Señor le diera a Israel paz con sus enemigos cananeos, Josué, anciano y cansado, 2 convocó a toda la nación, incluyendo a sus líderes, jefes, jueces y oficiales, y les dijo: «Yo ya estoy muy viejo, y los años me pesan.

Mira como Josué se describe a sí mismo:

  • Anciano
  • Cansado
  • Muy viejo
  • Los años le pesan

No hay ninguna duda que Josué era entre los mejores, un gran varón de Dios que servía fielmente a su país.  Bajo su liderazgo Israel tenía paz con sus enemigos.  Ha tenido una vida ejemplar, pero ya es tiempo reflexionar en su vida y legacía.

3 Ustedes han visto todo lo que el Señor su Dios ha hecho con todas aquellas naciones a favor de ustedes, pues él peleó las batallas por ustedes.

En una despedida es tentador gloriarse en sus éxitos, pero un verdadero varón de Dios da la gloria al Señor.  Si la gente depende demasiado de ti, cuando tú mueres o te mueves para otro lugar, van a fracasar.  Pero si siempre recuerdas a ellos que es Dios que pelea sus batallas, pueden seguir adelante confiados.

Dios todavía pelea batallas; es un guerrero experto.  Probablemente tú has visto el gran poder de Dios, pero ahora puedes estar enfrentando una batalla más. Puede ser que tu “Josué” está muerto o se ha movido, pero el Dios de Josué no ha cambiado. Tu Dios sabe cómo pelear tu batalla, la cual no es única ni más grave que las batallas de otras personas.  Confía en Dios.  Entrega tu batalla a Él y déjale pelearla.  Lee Éxodo y Josué otra vez, a ver como Dios peleaba para Israel.

4 Yo repartí por sorteo, como herencia de sus tribus, tanto las tierras de las naciones que aún quedan como las de aquellas que ya han sido conquistadas, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo.

Josué hizo su parte, con muchas victorias impresionantes, pero no tendría la oportunidad para derrotar a todos los enemigos. Ahora otros tienen que pelear. Tú no eres el único guerrero de Dios. Haz lo que puedas, lo mejor que puedas.  Pero tenemos que reconocer nuestros límites.  Josué sabía muy bien su llamado y tarea.  ¿Sabes cuál es el tuyo?  ¿Estás haciendo tu parte para cumplir con ese llamado?

5 El Señor su Dios expulsará a esas naciones de estas tierras, y ustedes tomarán posesión de ellas, tal como él lo ha prometido.

Tú no tengas naciones para expulsar, pero hay poderes malignos para expulsar de la tierra de tu corazón y de tu iglesia.  ¡No permitas a esos enemigos en tu tierra!  Raramente es instantáneo, ¡pero confía en Dios que Él expulsará a ellos!  ¡Entra y toma posesión de tu tierra!  No como los que reclaman muchas cosas que Dios nunca nos ha prometida, o pervierten su palabra para decir lo que quisieran oír.  Josué puede despedirse confiado que su Dios hará la obra. Dios es fiel a sus promesas. Estudia la Biblia para conocerlas, y no te olvides de tu parte, porque las promesas tienen condiciones:

6 »Por lo tanto, esfuércense por cumplir todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés. No se aparten de esa ley para nada. 7 No se mezclen con las naciones que aún quedan entre ustedes. No rindan culto a sus dioses ni juren por ellos. 8 Permanezcan fieles al Señor vuestro Dios, como lo han hecho hasta ahora.

Te recuerda del primer capítulo de Josué, ¿verdad? Josué sabía que este consejo era verdadero, y ahora lo entrega a la próxima generación:

  • ¡Esfuérzate!  ¿Para qué?  ¡Para obedecer la Biblia!  No es fácil; necesitamos fuerza sobrenatural.  Pero también somos responsables para esforzarnos. ¿Cómo?  ¡Con ejercicio! Ejerce tu fe sirviendo al Señor y a otros.  Edifícate en la Palabra y oración, y vete al gimnasio de Dios (la iglesia) donde todos están ejerciendo sus dones espirituales.
  • El requisito para Israel era obediencia completa a toda la ley de Moisés, la cual es solamente una parte pequeña de nuestra Biblia. Era imposible para Israel obedecer cada ley, pero por la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo que mora en ti, tú puedes.  ¿Has sometido tu voluntad a Dios? ¿Tienes un deseo profundo de obedecerle?
  • No te apartes de la enseñanza bíblica, ni a la diestra ni a la siniestra. El camino es derecho y estrecho. Ancho es el camino que lleva a la perdición, y está lleno.  ¿Cómo estás caminando?  ¿Estás descarriado?  ¿Qué tienes que hacer para volver al camino?
  • Ten mucho cuidado con amistades fuera de la familia de Dios. Eso no significa que no tienes nada que ver con el mundo; los fariseos condenaron mucho a Jesús porque era amigo de pecadores. Pero nuestro estilo de vida tiene que ser distinto del mundo.  No entres en acuerdos, pactos, o un matrimonio con ellos.
  • No adores a los dioses del mundo.  Casi nadie adora a estatuas o dioses de otras religiones, pero muchos rinden culto a los dioses de este siglo: la prosperidad, el placer, la sensualidad, y el yo.
  • Permanece fiel al Señor. Aguántale.  Pueden venir tormentas y dudas, pero Cristo es la roca sólida. Edifica tu vida sobre esa roca, y no sobre la arena.

A pesar de estos problemas posibles, Josué está confiado. Hasta ahora han sido fieles al Señor.  Dios no quiere condenar a nadie.  Él está contento que estás buscándole y quieres más en tu vida.  Puede que hay algunas cositas para cambiar, pero Dios quiere animarte a seguir adelante en su camino.

9 El Señor ha expulsado a esas grandes naciones que se han enfrentado con ustedes, y hasta ahora ninguna de ellas ha podido resistirlos. 10 Uno solo de ustedes hace huir a mil enemigos, porque el Señor pelea por ustedes, tal como lo ha prometido.

Si hacemos nuestra parte, Dios va mucho más allá para ayudarnos. Ha expulsado a nuestros enemigos. Por el sacrificio de su Hijo, ha vencido a Satanás y todos sus demonios.  No hay ninguna fuerza maligna que puede resistirte. ¡La victoria es tuya! ¿Cuál es la “gran nación” que te enfrenta ahora?  ¿Quién es tu enemigo?  ¿Te parece muy grande?

Dios tiene una oferta para ti que no puedes resistir: ¡Él peleara por ti!  Si Dios es por ti, ¿quién contra ti? Tú todavía tuvieras que batallar, pero las probabilidades son dramáticamente a tu favor: ¡Tú harás huir a mil enemigos!  Es cierto que tenemos a muchos enemigos; hay muchos enemigos de Cristo.  Pero si cada cristiano sigue este consejo de Josué, somos suficientes para ganar la tierra y destruir al enemigo. ¿Leíste el verso 9? ¡Nadie puede resistirte! Era el testimonio de Josué después de tantas batallas y tantos años: ninguna nación podía resistirlos.  Y estoy seguro que, después de miles de años, millones lo confirmarían.

11 Hagan, pues, todo lo que está de su parte para amar al Señor su Dios.

¿Te acuerdas del gran mandamiento? ¿De verdad amas al Señor?  ¿Cómo lo sabes?

  • Si haces tu parte, batallando con los enemigos de Dios.
  • Si guardas su palabra (Juan 14:23).
  • Si buscas a Dios con todo tu corazón.

Dios no tiene un terreno para ti, como Israel tenía; Él tiene un reino eterno para ti. Él te ofrece la oportunidad de juzgar a los ángeles y las naciones. Tú puedes ser un adorador del Creador del universo.  Pero todavía estamos en la batalla, y todavía es posible caer y perder todo.

12 Porque si ustedes le dan la espalda a Dios y se unen a las naciones que aún quedan entre ustedes, mezclándose y formando matrimonios con ellas, 13 tengan por cierto que el Señor su Dios no expulsará de entre ustedes a esas naciones. Por el contrario, ellas serán como red y trampa contra ustedes, como látigos en sus espaldas y espinas en sus ojos, hasta que ustedes desaparezcan de esta buena tierra que el Señor su Dios les ha entregado.

¿Cómo pueden caer?

  • Dar la espalda a Dios.
  • Unirse a la gente del mundo.
  • Mezclarse con gente que no ama a Dios.
  • Casarse con ellos.

En ese caso Dios no expulsará a sus enemigos; serán atormentados por ellos hasta que Israel desaparezca.

Lee los capítulos 1 y 2 de Jueces. Eso es exactamente lo que pasó con Israel.  Porque buscaban las bendiciones de Dios, pero también lo mejor del mundo, vivían con esa red y trampa, con látigos en sus espaldas y espinas en sus ojos. En su gran misericordia, Dios les dio muchas oportunidades para arrepentirse, pero iban de mal en peor, y por fin perdieron su tierra y fueron deportados a Babilonia.

14 »Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas. 15 Pero así como el Señor su Dios ha cumplido sus buenas promesas, también descargará sobre ustedes todo tipo de calamidades, hasta que cada uno sea borrado de esta tierra que él les ha entregado. 16 Si no cumplen con el pacto que el Señor su Dios les ha ordenado, sino que siguen a otros dioses, adorándolos e inclinándose ante ellos, tengan por seguro que la ira del Señor se descargará sobre ustedes y que serán borrados de la buena tierra que el Señor les ha entregado.»

Josué conoce a un Dios fiel, amable, y bueno. Sabe que su Palabra es verdadera. Pero también sabe que Dios es santo y justo.  Josué estaba en el monte con Moisés, y vio a Acán y su familia apedreados por su pecado (Josué 7).  Josué era responsable para la muerte de miles de hebreos. La perfección de Dios exige la justicia; no puede tolerar la rebelión y el pecado.  Si sigues a Dios a tu manera y descuidas su Palabra, vas a sufrir su ira.

Ellos hicieron un pacto con Dios.  No hay ninguna duda que Él será fiel a su pacto.  La cuestión es si ellos serán fieles. Nosotros tenemos un pacto nuevo.  Dios todavía está buscando a un pueblo que será fiel a su pacto. ¿Eres parte del nuevo pacto?  ¿Cómo te va? ¿Estás experimentando las bendiciones y victoria prometidas? ¿O estás experimentando el juicio de Dios? ¿Látigos y espinas?

Hay solamente dos opciones: la vida o la muerte.  El camino ancho o el camino estrecho. Josué nos las presenta claramente en su despedida. “Yo y mi casa serviremos al Señor.”