Nehemías 5 Cómo sanar divisiones

Nehemías finalmente ha silenciado a sus adversarios. Hemos visto la progresión de los ataques de sus enemigos: desde palabras hasta amenazar la obra y tratar de matarlos.  A cada paso, Dios honró la fe y la perseverancia de Nehemías, peleó sus batallas y protegió a su pueblo.  El trabajo en la muralla avanzaba, aunque requería medidas extraordinarias. Pero el enemigo no se para.

La próxima estrategia del diablo: Luchas internas

Hemos visto la importancia de la unidad frente a los ataques. Imagina el estrés para los judíos: casi no dormían y trabajaron con el temor de que el enemigo pudiera caer sobre ellos en cualquier momento.  Ahora el enemigo se aprovecha de esa debilidad y cambia su estrategia, para fomentar luchas y divisiones en el mismo pueblo de Dios.

 1Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos, pues había quienes decían: «Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas, ya somos muchos. Necesitamos conseguir trigo para subsistir.» 3Otros se quejaban: «Por conseguir trigo para no morirnos de hambre, hemos hipotecado nuestros campos, viñedos y casas.» Había también quienes se quejaban: «Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey. Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre, y nuestros hijos y los suyos son iguales, a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos. De hecho, hay hijas nuestras sirviendo como esclavas, y no podemos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros.»

Parece que Nehemías no estaba consciente de los abusos, aunque duraban mucho tiempo. Eso tiene sentido; él ha estado muy ocupado. Pero los pobres se han sentido frustrados durante mucho tiempo por la explotación y la grave desigualdad económica. Lo peor era que los opresores eran sus propios hermanos judíos. Por fin hubo una gran protesta y clamor.

Había mucha hambre. Algunos tenían una mesa vacía, otros la tenían llena de comida rica. Aunque había una hambruna, había trigo, pero estaban cobrando precios muy elevados, lo que obligaba a los pobres a hipotecar todo lo que tenían. ¡Al menos tenían propiedades para hipotecar! Mucha gente pobre ni aun tiene ese recurso. También tuvieron que buscar préstamos para pagar el impuesto al rey.  Necesitan alivio de estos impuestos. Desesperados, y sin otro remedio, vendieron a sus hijos.  La esclavitud era común.

La pobreza engendra impotencia. Los pobres pierden la voz y caen en un ciclo vicioso que es difícil de romper. Hasta ahora, no había nadie en Jerusalén para defenderlos. Sin ninguna intervención, Judá se convertirá en una sociedad de ricos y pobres, similar a muchos países en la actualidad. Esta desigualdad entre hermanos plantea dudas desconcertantes:

  • ¿No todos los niños merecen una buena educación?
  • ¿Es justo que los ricos tengan mejores escuelas?
  • ¿No todos los jóvenes merecen la oportunidad de prepararse para una carrera en la universidad?
  • ¿Es verdad que todos son creados iguales?
  • Si realmente creen eso, ¿por qué no actúan conforme a ese credo, y no como si fuesen superiores?

Estas quejas son exactamente el pábulo que Satanás usa para crear divisiones y parar la obra de Dios. Muchas iglesias se dividen por asuntos mucho más insignificantes. ¿Has experimentado cómo Satanás ha usado la desigualdad y las divisiones para destruir una iglesia? Si estás casado, estoy seguro de que ya sabes cómo una pequeña queja puede volverse muy seria. ¿Qué tácticas de dividir y conquistar has observado en los matrimonios?  ¿Hay quejas legítimas bajo de la superficie en tu iglesia u hogar?

Debajo de estos abusos está la tendencia humana a buscar el primer lugar y aprovecharse de otros. ¡El “yo” es primero! En el proceso, es fácil ignorar los mandatos más importantes sobre el amor, la misericordia y la justicia.

Cuando oí sus palabras de protesta, me enojé muchísimo.

Finalmente tuvieron a un defensor en Nehemías. Estaba lleno de ira justa. ¿Te enojas por la injusticia? ¿Te enojas con las divisiones y la desigualdad en la iglesia? ¡No toda la ira es mala! Debe energizarnos para tomar acción constructiva. ¿Escuchas el clamor de los oprimidos? Es demasiado fácil alejarse de sus problemas.

Y después de reflexionar, reprendí a los nobles y gobernantes:

—¡Es inconcebible que sus propios hermanos les exijan el pago de intereses!

Convoqué además una gran asamblea contra ellos, y allí les recriminé:

—Hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a los paganos. ¡Y ahora son ustedes quienes venden a sus hermanos, después de que nosotros los hemos rescatado!

Responder a los conflictos internos en la iglesia

Jesús dijo: “bienaventurados los pacificadores.” Necesitamos pacificadores hoy.  Hay grandes predicadores que no saben cómo manejar los conflictos en la iglesia. Muchos hombres manejan bien su negocio, pero en casa se retiran y no saben qué hacer.  Demasiados pastores retroceden frente a los ancianos o diáconos, o aquellos que ofrendan mucho. Muchos maridos no quieren la molestia de los problemas familiares. No es fácil, pero no puedes simplemente ignorar la situación con la esperanza que desaparezca.  Eso casi nunca sucede.  Lo que se va a ir es la mayoría de tu congregación o tu mujer.  ¡Levántate para hacer lo que sabes que es correcto!

Nehemías fue uno de los pocos que pudo hacer todo bien.  ¿Cómo responde él aquí? No actúa con prisa. Nehemías no temía enfrentar a la gente responsable de los abusos; vemos la misma valentía que demostró ante sus enemigos. Lo que hizo fue arriesgado políticamente. Nehemías desafió una práctica muy común en los negocios: cobrar intereses sobre préstamos. Había un programa para rescatar a los esclavos judíos de sus dueños gentiles, pero los ricos no los ayudaron, sino en su lugar instituyeron otra esclavitud.

Nehemías no hizo ningún arreglo a escondidas. Llamó a todos a una gran reunión. Ya hemos visto su gran autoridad, y aquí la usa sabiamente. Es más fácil hacer el acuerdo en privado, pero es mejor hacerlo en público.

Si actúas enojado es fácil meterte en problemas. Reflexiona, y verifica las acusaciones. Ten cuidado de seguir el mundo y sus prácticas en la iglesia. ¿Cuál sería el impacto económico si los cristianos prestaran dinero entre sí, libre de intereses? ¡Jesús dijo que no te preocupes si te reembolsan o no (Mateo 5:42)!  ¡Él te cuida!

8Todos se quedaron callados, pues no sabían qué responder.

Yo añadí: —Lo que están haciendo ustedes es incorrecto. ¿No deberían mostrar la debida reverencia a nuestro Dios y evitar así el reproche de los paganos, nuestros enemigos? 10 Mis hermanos y mis criados, y hasta yo mismo, les hemos prestado dinero y trigo. Pero ahora, ¡quitémosles esa carga de encima! 11 Yo les ruego que les devuelvan campos, viñedos, olivares y casas, y también el uno por ciento de la plata, del trigo, del vino y del aceite que ustedes les exigen.

La solución que Nehemías propone es radical, y muy costosa para los ricos.  Muchas veces nadie quiere hacer el duro trabajo de arreglar la situación.  Si eres un pastor, te toca a ti. Si eres marido, es tu responsabilidad.  La unidad de tu iglesia y tu hogar tiene prioridad.

Nehemías los confronta claramente con la verdad, y no hay nada que ellos puedan decir.  Esta es una cuestión de bien y mal, y está claro que los poderosos están malos. Hay áreas de color gris, pero cuando es blanco y negro, estamos obligados a levantarnos para el bien y condenar lo malo. No temen a Dios.  Han olvidado que tienen que rendir cuentas al Creador para el tratamiento de sus hermanos. Y tú, ¿estás caminando en el temor de Dios? ¿Hay una situación en tu trabajo, en tu iglesia o en tu hogar donde tengas que arriesgar algo y decir: “Lo que usted hace está mal”?

Ellos están dando un mal testimonio a sus enemigos gentiles, y no les importa. Tienen que arrepentirse, dejar su pecado y arreglar la situación. Tienen que devolver lo que fue hipotecado y reembolsar los intereses. ¡Y solo cobraban una taza de interés del 1%! ¡Nosotros estaríamos muy felices con una oferta como esa! Pero está mal en la familia de Dios que uno prospere a costa de los demás.

Cuando los creyentes se comportan como el mundo, Dios se ve mal. Qué pena que para muchas personas la iglesia sea una broma.  Tienes que caminar de manera irreprochable, para que otros puedan ver a Cristo en ti, estén atraídos a Él y le glorifiquen.  ¿Cómo está tu testimonio? ¿Estás en pecado? Aunque puede ser muy difícil, ¿cómo puedes arreglarlo? ¿Cómo crees que respondería la gente que te rodea si los desafiaras de esta manera?

12 —Está bien —respondieron ellos—, haremos todo lo que nos has pedido. Se lo devolveremos todo, sin exigirles nada.

Entonces llamé a los sacerdotes, y ante éstos les hice jurar que cumplirían su promesa. 13 Luego me sacudí el manto y afirmé:

—¡Así sacuda Dios y arroje de su casa y de sus propiedades a todo el que no cumpla esta promesa! ¡Así lo sacuda Dios y lo deje sin nada!

Cuando alguien dice la verdad y luego proporciona una salida justa como remedio, no hay mucho que discutir. Saben que están malos, y saben que Nehemías no los dejará continuar en su pecado. Hay una gran diferencia entre alguien que viene a desafiar en timidez y debilidad, y alguien que habla con valentía y con la autoridad de Dios. Nehemías habló con esa autoridad a Sambalat y Tobías. Dijo palabras fuertes, de juicio, pero ellos saben que no son amenazas vacías.  El Espíritu de Dios lo apoyaba y obraba en él, y en la gente.  ¡Hay una gran necesidad en el gobierno y en la iglesia de esa gente justa con esta autoridad!

Una respuesta asombrosa

13Toda la asamblea respondió:

—¡Amén!

Y alabaron al Señor, y el pueblo cumplió lo prometido.

¡Esta es una verdadera obra de Dios! Nehemías los reprende. Tienen que devolver mucho dinero. ¡Y alaban al Señor! ¡Y cumplieron lo prometido! ¡Este es un arrepentimiento genuino! ¡Este es el espíritu de avivamiento! Algo está suelto en el Espíritu cuando Dios se mueve y un varón ungido se levanta y enfrenta la injusticia con la autoridad divina. ¿Significa que no duele humillarse así?  ¡Claro que duele! Pero Nehemías les da una salida, el Espíritu de Dios los toca, y ahora alaban al Señor.

La salvación no es solo una cuestión de asistir a la iglesia, diezmar y leer la Biblia. Tiene mucho que ver con tu trato con otros, cómo manejas tu negocio y cómo respondes a la injusticia. Las cuestiones económicas son muy importantes para Dios.

Nehemías estaba bien con Dios. No tuvo que arrepentirse. Sería fácil para él despreciar a estos “pecadores”  o ignorar la situación, pero no se puede. Estamos obligados a levantarnos y defender lo recto. Nehemías podía hacerlo, porque andaba irreprochable.

¡Cuánto necesitamos a hombres como Nehemías hoy! Como resultado de sus acciones sabias, una división que podría destruir el país fue sanada. Otra vez el enemigo fue vencido. Pero Nehemías no solo respondió al problema; él se movió de forma proactiva para fomentar la comprensión y la unidad. Es fácil descansar después de resolver la crisis actual, pero es mucho mejor tener la visión de hacer un cambio duradero para evitar problemas en el futuro.

14 Desde el año veinte del reinado de Artajerjes, cuando fui designado gobernador de la tierra de Judá, hasta el año treinta y dos, es decir, durante doce años, ni mis hermanos ni yo utilizamos el impuesto que me correspondía como gobernador. 15 En cambio, los gobernadores que me precedieron habían impuesto cargas sobre el pueblo, y cada día les habían exigido comida y vino por un valor de cuarenta monedas de plata. También sus criados oprimían al pueblo. En cambio yo, por temor a Dios, no hice eso. 16 Al contrario, tanto yo como mis criados trabajamos en la reconstrucción de la muralla y no compramos ningún terreno.

17 A mi mesa se sentaban ciento cincuenta hombres, entre judíos y oficiales, sin contar a los que llegaban de países vecinos. 18 Era tarea de todos los días preparar un buey, seis ovejas escogidas y algunas aves; y cada diez días se traía vino en abundancia. Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada.

Nehemías lidera en mostrar el verdadero amor

Nehemías no era solo un gobernante autoritario y severo. Lideraba con el ejemplo, y era consistente.  No se trataba de apariencias piadosas en la asamblea; durante doce años dio el mismo ejemplo. Como gobernador él tenía derecho a una porción especial de comida. Muchos pastores hoy dirían que eso fue una bendición de Dios que merecen; quieren aprovechar cualquier beneficio. Pero Nehemías no lo hizo; no quería vivir mejor que sus hermanos. Sabía que la gente ya tenía muchas cargas y no quería agregar una más. Sí, Nehemías tenía una casa y una cocina grande; al menos 150 personas comían en su mesa todos los días – y él pagaba por todo. ¡Qué gran oportunidad para edificar buenas relaciones con su gente! No es pecado tener una casa grande y muchos recursos; la cuestión es: ¿qué haces con ellos? No es justo que algunos creyentes tengan mansiones con habitaciones vacías cuando otros hermanos están sin hogar. ¿Qué haces con la provisión que Dios te ha dado? ¿Cómo es tu ejemplo?  ¿Eres consistente?

Nehemías también rompió con una tradición larga: Los gobernantes anteriores siempre cobraban fuertes impuestos, pero Nehemías no quería su dinero. Qué triste es cuando los pastores viven en el lujo y aún presionan a su gente para que ofrenden más.  ¡Qué pena que hay muchos pastores y líderes cristianos que abusan del rebaño para enriquecerse! Manipulan a la gente con promesas vacías que Dios va a devolver sus ofrendas multiplicadas. Es cierto que el Nuevo Testamento nos enseña que el pastor merece un salario adecuado. Es injusto cuando un pastor vive en pobreza y tiene una congregación bastante próspera, pero muchas veces la situación se invierte: El pastor tiene un estilo de vida muy alto y la congregación es pobre.

Nehemías no se enseñoreaba sobre la gente, sino que, cientos de años antes de Cristo, se manifestó el estilo de liderazgo que Jesús mandó: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve  (Lucas 22:25-26). Nehemías trabajó hombro a hombro con la gente. No tenía temor de las manos sucias. Se identificó con el pueblo, y dirigía a los demás líderes que hicieran lo mismo.

Hizo todo por temor, o reverencia, a Dios. Estaba muy consciente que estaba bajo la autoridad de Dios y tenía que rendirle cuentas. ¡Nunca quiso abusar del pueblo de Dios! Quería hacer todo lo posible para hacer su carga más liviana.

19 ¡Recuerda, Dios mío, todo lo que he hecho por este pueblo, y favoréceme!

Nada que hizo Nehemías fue fácil: No era popular, y le era muy costoso. Sería mucho más fácil unirse a los ricos y mantener el statu quo, pero no podía hacerlo y pararse frente a su Dios. Él no tenía nada que ganar con estos dolores de cabeza; podría estar muy cómodo en el palacio de Babilonia, pero el amor de Dios le obligó a actuar. Él buscaba bendiciones, pero no terrenales ni materiales. Esperaba una recompensa de Dios; si no en esta vida, entonces en la eternidad. Jesús nos advirtió de no buscar recompensa ahora; pues sería la única que recibiríamos (Mateo 6:2,5). ¡Es mucho mejor seguir el ejemplo de Nehemías y esperar nuestra recompensa celestial! ¡Dios recuerda todo lo que has hecho y te recompensará ricamente!

Las escrituras son maravillosas.  A primera vista, esta situación parece muy lejos de nuestra experiencia actual, pero el bien y el mal son eternos. ¡Y Nehemías nos da un ejemplo para seguir ahora! ¿Hay algo que Dios te está llamando a hacer?

 

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