Nehemías 4 ¡Pelea por tu familia!

¿Crees que si haces todo bien y andas en el Espíritu, entonces no habrá batallas? ¿Alguien te dijo que cuando aceptas a Jesucristo, tus batallas se acabarían? Lo siento, pero por desgracia, si estás sirviendo al Señor, habrá batallas en tu vida, para toda la vida. Si no haces nada, el enemigo no te molesta. Cuando las murallas estaban en ruinas, Sambalat no hizo nada, pero cuando  Nehemías llegó lleno del Espíritu y comenzó a reedificarlas, se desató el infierno.

¿Estás cansado de la lucha? ¿Quieres tirar la toalla y darte por vencido? ¿Cuál es la alternativa?  ¿Suicidio? ¿Servir a Satanás? No, como dice una canción favorita mía de Benicio Molina:

Pelea, y no te detengas.
Cristo a tu lado estará.
Pelea, sin vacilar.
Tu mente se turba y se tiende a desmayar.
Si te rindes morirás.
Acuérdate, mira, como Satanás ha querido destruirte una vez más.

¡Muchas veces tenemos que volver a pelear la misma batalla!  Pobre Nehemías tenía dos aguijones:  Sambalat y Tobías.  ¿Tienes a alguien como Sambalat? ¿Un aguijón? ¿Crees que Dios puede permitirlo?  ¡Por medio de ese aguijón Él está enseñándote muchas cosas!  Buscamos más a Dios en la batalla, y aprendemos  más cómo servirle. Mira lo que pasó aquí en Nehemías 4:

1Cuando Sambalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se disgustó muchísimo y se burló de los judíos. Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo:

—¿Qué están haciendo estos miserables judíos? ¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios? ¿Piensan acaso terminar en un solo día? ¿Cómo creen que de esas piedras quemadas, de esos escombros, van a hacer algo nuevo?

Y Tobías el amonita, que estaba junto a él, añadió:

—¡Hasta una zorra, si se sube a ese montón de piedras, lo echa abajo!

La primera etapa de los ataques del enemigo

La batalla comienza con tu mente, con dardos de fuego, esas palabras que hieren tu espíritu. El diablo puede usar a tu jefe, a tu conyugue o a un amigo, porque las heridas de un ser querido son más dolorosas.

  • Desprecian tu obra, hasta que tienes dudas de si realmente vale la pena.
  • Menosprecian tu raza, tu idioma o tu religión, hasta que crees que eres inferior y tu autoestima sufre.
  • Se burlan de ti.  Hablan mal de ti a todos.  Hoy estaría en Facebook, en Internet, o en programas de radio o televisión.

Hacen todo lo posible para desanimarte.  El desánimo es una herramienta favorita del diablo; no proviene de Dios.

¿Estás sirviendo fielmente al Señor – y te sientes desanimado y desesperado?  ¡Reprende al enemigo y no le escuches!  Usa el escudo de tu fe para apagar esos dardos del enemigo, y busca a Dios.

Responder al ataque

Nehemías y todo el pueblo respondieron en oración:

Por eso oramos:

«¡Escucha, Dios nuestro,
cómo se burlan de nosotros!
Haz que sus ofensas recaigan sobre ellos mismos:
entrégalos a sus enemigos;
¡que los lleven en cautiverio!
No pases por alto su maldad
ni olvides sus pecados,
porque insultan a los que reconstruyen.»

No entran en una batalla de palabras con Sambalat, ni se defienden.  Claman a Dios.  Reconocen que es una batalla espiritual, y van a pelearla al nivel espiritual.  Su oración no expresa el amor por nuestros enemigos que Cristo predicó; es parecida a unas de las oraciones de David: piden la venganza de Dios sobre sus enemigos. Y tú, clama a Dios, y entrégale la situación.   Luego sigue adelante con la obra.  No te detengas:

Continuamos con la reconstrucción y levantamos la muralla hasta media altura, pues el pueblo trabajó con entusiasmo.

Están progresando a pesar de la oposición.  Han levantado la muralla a media altura, y bajo el liderazgo sabio de Nehemías, están trabajando con entusiasmo.  Pero el enemigo no se para. Responde con ataques aún más feroces.

Pero cuando Sambalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los asdodeos se enteraron de que avanzaba la reconstrucción de la muralla y de que ya estábamos cerrando las brechas, se enojaron muchísimo y acordaron atacar a Jerusalén y provocar disturbios en ella.

La siguiente etapa del ataque

Ahora ellos se unen a otros y planean un ataque a la ciudad.  Al principio, Satanás juega con tu mente, pero si eso no sirve para pararte, él cambia sus tácticas a un ataque físico, y puede provocar disturbios en tu familia, iglesia o ministerio.

El enemigo se enoja mucho cuando cerramos las brechas. Una brecha puede ser un área que descuidamos en la vida espiritual, emocional o familiar, o puede ser algún pecado. A través de esas brechas, el diablo tiene acceso a nuestras vidas, familias e iglesias.

Oramos entonces a nuestro Dios y decidimos montar guardia día y noche para defendernos de ellos.

Siguen confiando en Dios, y nuevamente se reúnen para orar, pero no son tontos.  Yo sé que Cristo dijo vuélvele la otra mejilla, pero a veces tenemos que actuar.  Monta guardia día y noche.  Vigila. Analiza la situación.  Prepárate con la armadura de Dios y las armas del Espíritu.

A pesar de estos esfuerzos, ahora el enemigo tiene éxito en sus ataques:

10 Por su parte, la gente de Judá decía:

«Los cargadores desfallecen,
pues son muchos los escombros;
¡no vamos a poder
reconstruir esta muralla! (DHH: Nosotros somos incapaces)»

Cuando se desfallecen los trabajadores

Ante la carga de trabajo y los ataques continuos, desfallecen.  Se acaba su fuerza. Cada iglesia tiene sus cargadores, los que hacen la mayor parte del trabajo.  Cuando ellos desfallezcan, hay problemas reales.

  • Los escombros son muchos (la basura de derrotas anteriores);  impide su progreso, y solo sirve para distraer  y desanimar a la gente.  Si es posible, retira los escombros del pasado antes de construir algo nuevo.
  • La obra parece demasiado grande y la oposición demasiado fuerte. La tarea les parece imposible. En la carne, son incapaces de hacer el trabajo necesario. Muchos de nosotros sabemos lo que es sentirse abrumados por los desafíos de la vida.

Están en un punto clave.  Muchos abandonan la muralla a media altura, la cual es inútil. Después de todo lo que hizo Nehemías, sería fácil perder la batalla aquí.

11 Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda.»

El objetivo final del diablo

Jesús dijo que Satanás vino a hurtar, matar y destruir.  Cuando el enemigo te ve desanimado y cansado, él intensifica sus ataques.  Ahora no es solo una batalla de la mente o las palabras, ni un ataque a la ciudad y a la obra.  Ahora él quiere matarlos, y eso es lo que Satanás quiere hacer contigo.  Así la obra de Dios seguramente se para.

Al diablo le encanta caer sobre ti por sorpresa.  Espera el momento de cansancio y debilidad, y te asalta. Dios Habla Hoy dice: Nuestros enemigos pensaban que no nos daríamos cuenta ni veríamos nada hasta que se metieran en medio de nosotros.  ¡Abre tus ojos!  ¡Despiértate!  Hay muchos que no se dan cuenta de la estrategia de Satanás.  Están dormidos.  El enemigo se pone en el medio cuando no estamos vigilando, y de repente el matrimonio se arruina y la iglesia se divide.

¿Es posible que Satanás se haya metido en medio de tu familia o de tu iglesia?  ¿Quiere el diablo en este momento caer encima de ti para matarte? ¿Está al punto de detener la obra de Dios en tu iglesia? ¿Estás mirando la muerte a la cara?

12 Algunos de los judíos que vivían cerca de ellos venían constantemente y nos advertían: «Los van a atacar por todos lados.»

Ahora el diablo usa a los mismos creyentes para desanimarte. No tienen la fe ni la visión de cómo vencer al enemigo, solo pueden ver el peligro.  Ya están vencidos, y sus llantos y advertencias continuas contaminan a todo el pueblo como un cáncer.  Siembran temor en tu corazón y quitan tu fe.  La tentación de Nehemías aquí es darse por vencido y volver al palacio del rey en Babilonia.  Sería mucho más cómodo. Esta batalla es simplemente demasiado fuerte.   ¿Cómo responderá?

13 Así que puse a la gente por familias, con sus espadas, arcos y lanzas, detrás de las murallas, en los lugares más vulnerables y desguarnecidos. 14 Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares.»

Nehemías no se detiene.  Responde a la amenaza y organiza a la gente para defenderse.  La obra ocupa todo su tiempo.  No van al cine, ni a partidos, ni siquiera descansan.  Están en una lucha de vida o muerte.  Es cuestión de sobrevivir o no.  ¿Van a tener una ciudad segura? o ¿van a pasar toda la vida con temor, bajo las amenazas del enemigo?  Muy posiblemente van a morir y perderán todo.

La importancia crucial del liderazgo piadoso

Nehemías examina y analiza la situación.   Estudia lo que está pasando, y luego habla con el Señor, esperando su plan y la palabra que tiene para ellos.  Luego, llama a todos para que se reúnan, como nosotros llamamos una reunión para toda la iglesia o toda la familia.

Como Moisés hizo muchas veces, un solo hombre de fe fue responsable de la victoria del pueblo en esta batalla.  El varón de Dios no puede caer en duda o desánimo en este momento.  Como cabeza de tu casa, tu familia te necesita.  Si eres un pastor, tu iglesia te necesita. Tienes que pasar mucho tiempo con Dios en oración, pero luego levántate y proclama palabras de fe para ellos.  Habla con Dios acerca de tus dudas y temores, o posiblemente con un padre o una madre espiritual, pero este no es el momento de confesarlos a tu familia o iglesia. Hay tres respuestas esenciales:

  1. No les tengas miedo.  El temor destruye la fe.  Si el temor se apodera de ti, ya has perdido la batalla.
  2. Recuerda al Señor.  Fija tus ojos en Jesús.  Adórale.  Lee su Palabra.  Recuérdate de su grandeza y su poder, y de sus palabras a Josué: Nadie puede resistirte.
  3. A fin de cuentas, pelea por tu familia, tus padres y tus hermanos.  Pelea por tu hogar, por esa mujer que amas tanto, por esa hija preciosa y por tu hijo. Si no estás motivado por el amor de Dios, pelea por ellos.  Levántate como hombre (o mujer).  No dejes que Satanás destruya a tus hijos.  No te rindas al diablo que quiere ese divorcio.  He conocido a demasiados hombres débiles que no pelean en la oración, ni pelean en el Espíritu.  Son destruidos y no pueden hacer nada frente a los ataques del enemigo.  ¡Levántate!  ¡Háblales la Palabra de Dios!  ¡Sigue adelante!

15 Una vez que nuestros enemigos se dieron cuenta de que conocíamos sus intenciones y de que Dios había frustrado sus planes, todos regresamos a la muralla, cada uno a su trabajo. 16 A partir de aquel día la mitad de mi gente trabajaba en la obra, mientras la otra mitad permanecía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban pendientes de toda la gente de Judá. 17 Tanto los que reconstruían la muralla como los que acarreaban los materiales, no descuidaban ni la obra ni la defensa. 18 Todos los que trabajaban en la reconstrucción llevaban la espada a la cintura. A mi lado estaba el encargado de dar el toque de alarma. 19 Yo les había dicho a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «La tarea es grande y extensa, y nosotros estamos muy esparcidos en la muralla, distantes los unos de los otros. 20 Por eso, al oír el toque de alarma, cerremos filas. ¡Nuestro Dios peleará por nosotros!»

21 Así que, desde el amanecer hasta que aparecían las estrellas, mientras trabajábamos en la obra, la mitad de la gente montaba guardia lanza en mano.

22 En aquella ocasión también le dije a la gente: «Todos ustedes, incluso los ayudantes, quédense en Jerusalén para que en la noche sirvan de centinelas y de día trabajen en la obra.» 23 Ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los de mi guardia personal, nos desvestíamos para nada: cada uno de nosotros se mantenía listo para la defensa.

¡Victoria!  ¡Éxito!  ¡Nehemías lo logró! Cuando un hombre logra lo que Nehemías logró aquí, ¡tenemos que celebrar!

La batalla no se acaba.  Todavía queda mucho por hacer, pero el enemigo reconoce su derrota y se retira. ¿Por qué? Nehemías y el pueblo saben sus intenciones.  Satanás opera en la oscuridad, y cuando revelamos sus estrategias, él se retira. Los enemigos vieron la mano de Dios y sabían que fue Dios quien frustró sus planes.  Ya saben que no pueden pelear contra Dios.

Es tentador descansar, pero es importante después de una batalla volver a la obra que Dios nos ha dado. Todos volvieron a trabajar. Cada uno tenía su lugar.  Trabajaron sin descansar.  De hecho, Nehemías estableció nuevas normas:

  • No pueden descuidar la obra o la defensa. La mitad trabajan, mientras que la otra mitad está armada y defiende la muralla.
  • Los jefes vigilan para toda la gente.  Nehemías no puede hacer todo solo; necesita ancianos y jefes, despiertos y vigilantes, para detectar cualquier problema o desánimo y responder de inmediato. Necesitan a todos.
  • Una buena comunicación es esencial, por lo que establecieron una alarma.  Si hubiera una amenaza, sonarían la trompeta, y todos correrían hacia ese lugar.  Necesitan la unidad del pueblo.  Son uno.  Hoy puede ser en Twitter, Facebook, texto o teléfono, pero si hay un miembro de la familia o una iglesia bajo ataque, todos deberían ayudarle.  Nadie debería sufrir solo.
  • Nosotros planeamos y nos preparamos, pero nuestra confianza está en Dios. Él pelea por nosotros, y eso nos da mucho ánimo.
  • Trabajan todo el día – y ni siquiera se desvisten.  Tienen que estar listos día y noche.  Ya han visto el poder del enemigo y saben que no hay tiempo para descansar.  La rutina diaria cambia por completo.  No es cuestión de media hora de oración y ya, seguimos con la vida como siempre. Si tu hijo usa drogas, si tu mujer está con otro hombre, si hay ataques fuertes del diablo, tienes que concentrarte completamente en la batalla.  Exige toda tu fuerza.

¡Dios peleará por ti!

¿Ves cómo la batalla te obliga a concentrarte y dedicarte 100% al Señor? Nos obliga a trabajar juntos.  Si no trabajaron juntos y se apoyaron, no sobrevivirán.  ¿Es posible que muchos están cayendo en la iglesia porque todavía no hemos aprendido esta lección?  Estamos muy complacientes, perezosos, y solo nos preocupa nuestro bienestar.

Mi hermano y mi hermana, este no es un juego.  En serio, Satanás te quiere muerto.  Quiere destruir tu familia y tu iglesia.  Tú puedes ser un Nehemías que se levanta como instrumento de Dios para la salvación de ellos. Pelea y no te detengas.  Peleemos juntos. Nadie puede resistirte. Y a fin de cuentas, la buena noticia es que Dios peleará por ti.

 

16 respuestas a «Nehemías 4 ¡Pelea por tu familia!»

  1. ho dios mio esta palabra me ha sido tan de masiada ayuda sinseramente aveces no entendemos tantas cosas
    principalmente los debiles en la fe …gracias dios le bendiga y no solo eso si no que le de la victoria. sinseramente me encontrado peleando solo con la ayuda de mi dios la batalla de mi familia porque la cabeza de mi hogar esta enpesando cada vez a perderse en el alcohol pero primero el señor me lebanto ami….ya que los dos viviamos carnalmente yo tengo esactamente 1 año y tres meces de conoser la gracia de jesus..

  2. Gracias a Dios por esta información, estaba leyendo Nehemías por que tengo un problema grande por mid hijos que no son convertidos y la única que se estaba congregando y el Señor la llenaba de su Espíritu es decir la bautizo con su Santo Espíritu el enemigo trata de desviarla y sacarla de la Iglesia y le a puesto a una hermana de la misma Iglesia para que no baya a congregarse y necesito aprender a hacer la guerra espiritual y esta palabra me a ayudado mucho… Les pido oracion por ella y por mi para que pueda llegar a ser esa guetrera de mi familia..! Gracias y bendiciones.

    1. Muchas bendiciones hermana. Dios ama sus hijos. Siga peleando por ellos en oracion! Hay batallas tambien que Dios peleará. Estoy orando por su hija y por usted.

  3. Ayudame señor mis familias y no quiero problema y tambien mi esposo y yo yo no quiero pelea señor ayudame orame señor quitame señor es diablo polentadome rombe la cadera

    1. Amen! Jesus escucha el clamor de nuestros corazones y ha escuchado ese clamor! Yo pido al Senor que El establezca una familia conforme a su voluntad! Siga peleando hermana! Muchas bendiciones, fuerzas, y valentia!

  4. Estoy en medio de la lucha, por muchos lados he sido atacado, por las personas que más amo, en especial mi compañera, al principio el amor por mi pequeña y mi hijo me sostuvieron, pero ahora he pedido perdón a mi Dios y el es mi apoyo mi torre, aún sigue la batalla, continuó en oración, aunque tengo momentos de debilidad y desánimo. Ella quiere que nos separemos, por falta de comunicación, confianza, y compatibilidad, he perdido perdón por mis errores, pero no obtengo nada, la indiferencia me esta consumiendo. Gracias por darme ánimos y saber que no estoy solo, oren por mi y mi familia, muchas gracias, bendiciones.

    1. Animo, mi hermano. No estas solo! Dios ha oido tu clamor, te perdona, y esta trabajando. La palabra de Dios claramente dice que son una sola carne – Dios es por tu matrimonio! Estoy orando por ti. Muchas bendiciones!!

    2. Querido amigo ya hace un año de este comentario, espero que su familia se haya reconstruido, cuando entregamos nuestros asuntos para que los resuelva el Señor el toma cuidado de hacer la parte que le corresponde, pero a nosotros nos corresponde la otra parte.
      Tal parece que en algún momento jugó con los sentimientos de su esposa, quizá le fue infiel, cuando ese sucede sufre mucho la relación porque se rompió la confianza, se puede volver a recobrar pero necesita tener paciencia , y también necesita invertir más amor incondicional por ella!!’ Habrán consecuencias que tiene que confrontarlas, toda decisión que tomamos en la vida nos paga o nos cobra, pero el Señor ve el esfuerzo y el restaurará su matrimonio.
      Bendiciones, arrebate lo que es suyo, es guerra espiritual, ataque al enemigo con la palabra de Dios!!!

  5. Hola mi nombre es Claudia, mi gran problema es que hace más de una década, le he pedido a Dios, que me ayude con mi flia, en la iglesia no me dan mucha corte, he hablado con hermanos de otras Iglesias y tampoco, solo me enfocan que ayude en la iglesia para Dios, yo ya estoy cansada de tanto orar y ayunar y no veo salida. Siento que soy una molestia para mi flia, ellos no les gusta que viva para Dios, y a mi me molesta como viven ellos. Y me siento impotente. Ya no se que puedo hacer, me desgasta vivir así.

    1. Muchas bendiciones Claudia. He estado orando por usted estas semanas. Me pena mucho sentir su dolor y desesperanza. Estoy orando que Dios supla alguien con quien usted puede tener confianza para compartir y orar, y una iglesia llena con el amor de Cristo. La Palabra dice que siempre hay una salida. Yo se que es duro esperar, pero Cristo ama a usted y es la unica esperanza. Bendiciones.

  6. Hola bendiciones, estoy en un proceso de separación, nos bautizamos juntos con el papa de mi hijo. Hace 4 meses y al mes se han levantado situaciones y nos separamos. Yo sigo en la buena batalla y el se aparto. Mi ex pareja no quiere volver con nosotros mi hijo y yo. Y no comprendo pero acepto la voluntad de Dios. Aunque hay dias q m siento desanimada. Mi familia se ha dividido y el corazon de mi ex pareja se ve endurecido y negado a todo. Las cosas le estan saliendo mal a él en todo lo q se propuso pero aun asi esta cegado, las veces q hable con él dice q Dios lo castiga pero q bueno q haga lo q quiera. La verdad es q trate de hablarle de Dios mas alla de lo q pase con nosotros. Sino animarlo a q busque a Dios. Pero no hay caso pare e estar cegado. Hay momentos q cuando nos vimos se quebranta llora dice extrañarnos pero una vez q se va y se termina la charla el no da rastros y vuelve a desaparecer. Yo no se que sera lo q Dios quiere hacer pero yo sigo confiando en él. A Dios sea toda la Gloria y la alabanza.

    1. Gracias por compartir su batalla y corazon. La voluntad de Dios es primero la salvacion de su pareja y entonces la reconciliacion del matrimonio. Es una lucha, como vemos en Nehemias 4. Creo en un Dios de milagros y creo que quiere glorificarse en esta situacion. Que Dios siga dando fe, animo y fuerzas a usted. Muchas bendiciones.

    2. Me siento reflejada con lo que te sucede Gisela. Quisiera saber como estás ahora? La única diferencia es que mi pareja y yo aún no estábamos casados, pero ambos nos congregábamos. De la noche a la mañana el comenzó a enfermarse de ansiedad, depresión, frustración, nada de lo que hacía le salía bien de hecho ya no puede ejercer su profesión de aviador, dejo tanto que comenzó la ira y los comportamientos incontrolables, llevamos 4 meses separados y tenemos una bebe en común de dos años. Él me decía a veces que nos extrañaba, que nos amaba rompía en llanto para que volviera a la casa, cuando nos veía. Pero no acepta su situación y yo siento temor en regresar porque no quiere saber de Dios, en muchas ocasiones se ha burlado de su palabra, dice no creer en eso. Me he sentido muy desanimada; Estoy orando mucho, sé que saldremos victoriosos en esta batalla que no será fácil de vencer pero, tampoco imposible.

  7. Hola. Es muy interesante el artículo.
    Es vital para nosotros entender y aceptar que vivimos en medio de una batalla diaria, y esa batalla es por nuestras almas.
    Generalmente, la mayoría de las personas ( hablo de creyentes ) menospreciamos o hasta ignoramos tal realidad.
    Sin embargo, esta realidad de batalla por nuestras vidas, es cada vez mas intensa en todo el mundo.
    Dios mismo nos ayude y nos dé siempre la presencia de su Espíritu Santo, con quien podemos someternos primero a Dios, luego resistir al enemigo y el resultado será que el ( enemigo ) huirá de nosotros en esa batalla ( pero no abandonará la guerra )
    Una de las estrategias fundamentales creo, lo que enseña la palabra de Dios, que es «someternos a Dios» en primer lugar.
    Esa acción, nos posiciona, nos da identidad en la batalla.
    El enemigo reconoce a una persona sometida a Dios.
    Por eso, una de sus estrategias también será, influenciarnos de tal manera que estemos lejos de someternos a los principios divinos; porque si logra eso, entonces también le resultará muy fácil sitiarnos y oprimirnos.
    Es realmente inspiradora y ejemplificadora la historia de Nehemias.
    Gracias por compartirnos tu nota.

Los comentarios están cerrados.