Josué 23   Despedida de Josué

Tarde o temprano, todos nosotros llegamos a ese punto de morir, o de jubilarse de un trabajo. Esta vida es corta, y esa hora llega demasiado rápido para la mayoría de nosotros.  Hay que aprovecharse de cada momento; ¡no desperdicies ni una hora de tu vida!

1Mucho tiempo después de que el Señor le diera a Israel paz con sus enemigos cananeos, Josué, anciano y cansado, 2 convocó a toda la nación, incluyendo a sus líderes, jefes, jueces y oficiales, y les dijo: «Yo ya estoy muy viejo, y los años me pesan.

Mira como Josué se describe a sí mismo:

  • Anciano
  • Cansado
  • Muy viejo
  • Los años le pesan

No hay ninguna duda que Josué era entre los mejores, un gran varón de Dios que servía fielmente a su país.  Bajo su liderazgo Israel tenía paz con sus enemigos.  Ha tenido una vida ejemplar, pero ya es tiempo reflexionar en su vida y legacía.

3 Ustedes han visto todo lo que el Señor su Dios ha hecho con todas aquellas naciones a favor de ustedes, pues él peleó las batallas por ustedes.

En una despedida es tentador gloriarse en sus éxitos, pero un verdadero varón de Dios da la gloria al Señor.  Si la gente depende demasiado de ti, cuando tú mueres o te mueves para otro lugar, van a fracasar.  Pero si siempre recuerdas a ellos que es Dios que pelea sus batallas, pueden seguir adelante confiados.

Dios todavía pelea batallas; es un guerrero experto.  Probablemente tú has visto el gran poder de Dios, pero ahora puedes estar enfrentando una batalla más. Puede ser que tu “Josué” está muerto o se ha movido, pero el Dios de Josué no ha cambiado. Tu Dios sabe cómo pelear tu batalla, la cual no es única ni más grave que las batallas de otras personas.  Confía en Dios.  Entrega tu batalla a Él y déjale pelearla.  Lee Éxodo y Josué otra vez, a ver como Dios peleaba para Israel.

4 Yo repartí por sorteo, como herencia de sus tribus, tanto las tierras de las naciones que aún quedan como las de aquellas que ya han sido conquistadas, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo.

Josué hizo su parte, con muchas victorias impresionantes, pero no tendría la oportunidad para derrotar a todos los enemigos. Ahora otros tienen que pelear. Tú no eres el único guerrero de Dios. Haz lo que puedas, lo mejor que puedas.  Pero tenemos que reconocer nuestros límites.  Josué sabía muy bien su llamado y tarea.  ¿Sabes cuál es el tuyo?  ¿Estás haciendo tu parte para cumplir con ese llamado?

5 El Señor su Dios expulsará a esas naciones de estas tierras, y ustedes tomarán posesión de ellas, tal como él lo ha prometido.

Tú no tengas naciones para expulsar, pero hay poderes malignos para expulsar de la tierra de tu corazón y de tu iglesia.  ¡No permitas a esos enemigos en tu tierra!  Raramente es instantáneo, ¡pero confía en Dios que Él expulsará a ellos!  ¡Entra y toma posesión de tu tierra!  No como los que reclaman muchas cosas que Dios nunca nos ha prometida, o pervierten su palabra para decir lo que quisieran oír.  Josué puede despedirse confiado que su Dios hará la obra. Dios es fiel a sus promesas. Estudia la Biblia para conocerlas, y no te olvides de tu parte, porque las promesas tienen condiciones:

6 »Por lo tanto, esfuércense por cumplir todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés. No se aparten de esa ley para nada. 7 No se mezclen con las naciones que aún quedan entre ustedes. No rindan culto a sus dioses ni juren por ellos. 8 Permanezcan fieles al Señor vuestro Dios, como lo han hecho hasta ahora.

Te recuerda del primer capítulo de Josué, ¿verdad? Josué sabía que este consejo era verdadero, y ahora lo entrega a la próxima generación:

  • ¡Esfuérzate!  ¿Para qué?  ¡Para obedecer la Biblia!  No es fácil; necesitamos fuerza sobrenatural.  Pero también somos responsables para esforzarnos. ¿Cómo?  ¡Con ejercicio! Ejerce tu fe sirviendo al Señor y a otros.  Edifícate en la Palabra y oración, y vete al gimnasio de Dios (la iglesia) donde todos están ejerciendo sus dones espirituales.
  • El requisito para Israel era obediencia completa a toda la ley de Moisés, la cual es solamente una parte pequeña de nuestra Biblia. Era imposible para Israel obedecer cada ley, pero por la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo que mora en ti, tú puedes.  ¿Has sometido tu voluntad a Dios? ¿Tienes un deseo profundo de obedecerle?
  • No te apartes de la enseñanza bíblica, ni a la diestra ni a la siniestra. El camino es derecho y estrecho. Ancho es el camino que lleva a la perdición, y está lleno.  ¿Cómo estás caminando?  ¿Estás descarriado?  ¿Qué tienes que hacer para volver al camino?
  • Ten mucho cuidado con amistades fuera de la familia de Dios. Eso no significa que no tienes nada que ver con el mundo; los fariseos condenaron mucho a Jesús porque era amigo de pecadores. Pero nuestro estilo de vida tiene que ser distinto del mundo.  No entres en acuerdos, pactos, o un matrimonio con ellos.
  • No adores a los dioses del mundo.  Casi nadie adora a estatuas o dioses de otras religiones, pero muchos rinden culto a los dioses de este siglo: la prosperidad, el placer, la sensualidad, y el yo.
  • Permanece fiel al Señor. Aguántale.  Pueden venir tormentas y dudas, pero Cristo es la roca sólida. Edifica tu vida sobre esa roca, y no sobre la arena.

A pesar de estos problemas posibles, Josué está confiado. Hasta ahora han sido fieles al Señor.  Dios no quiere condenar a nadie.  Él está contento que estás buscándole y quieres más en tu vida.  Puede que hay algunas cositas para cambiar, pero Dios quiere animarte a seguir adelante en su camino.

9 El Señor ha expulsado a esas grandes naciones que se han enfrentado con ustedes, y hasta ahora ninguna de ellas ha podido resistirlos. 10 Uno solo de ustedes hace huir a mil enemigos, porque el Señor pelea por ustedes, tal como lo ha prometido.

Si hacemos nuestra parte, Dios va mucho más allá para ayudarnos. Ha expulsado a nuestros enemigos. Por el sacrificio de su Hijo, ha vencido a Satanás y todos sus demonios.  No hay ninguna fuerza maligna que puede resistirte. ¡La victoria es tuya! ¿Cuál es la “gran nación” que te enfrenta ahora?  ¿Quién es tu enemigo?  ¿Te parece muy grande?

Dios tiene una oferta para ti que no puedes resistir: ¡Él peleara por ti!  Si Dios es por ti, ¿quién contra ti? Tú todavía tuvieras que batallar, pero las probabilidades son dramáticamente a tu favor: ¡Tú harás huir a mil enemigos!  Es cierto que tenemos a muchos enemigos; hay muchos enemigos de Cristo.  Pero si cada cristiano sigue este consejo de Josué, somos suficientes para ganar la tierra y destruir al enemigo. ¿Leíste el verso 9? ¡Nadie puede resistirte! Era el testimonio de Josué después de tantas batallas y tantos años: ninguna nación podía resistirlos.  Y estoy seguro que, después de miles de años, millones lo confirmarían.

11 Hagan, pues, todo lo que está de su parte para amar al Señor su Dios.

¿Te acuerdas del gran mandamiento? ¿De verdad amas al Señor?  ¿Cómo lo sabes?

  • Si haces tu parte, batallando con los enemigos de Dios.
  • Si guardas su palabra (Juan 14:23).
  • Si buscas a Dios con todo tu corazón.

Dios no tiene un terreno para ti, como Israel tenía; Él tiene un reino eterno para ti. Él te ofrece la oportunidad de juzgar a los ángeles y las naciones. Tú puedes ser un adorador del Creador del universo.  Pero todavía estamos en la batalla, y todavía es posible caer y perder todo.

12 Porque si ustedes le dan la espalda a Dios y se unen a las naciones que aún quedan entre ustedes, mezclándose y formando matrimonios con ellas, 13 tengan por cierto que el Señor su Dios no expulsará de entre ustedes a esas naciones. Por el contrario, ellas serán como red y trampa contra ustedes, como látigos en sus espaldas y espinas en sus ojos, hasta que ustedes desaparezcan de esta buena tierra que el Señor su Dios les ha entregado.

¿Cómo pueden caer?

  • Dar la espalda a Dios.
  • Unirse a la gente del mundo.
  • Mezclarse con gente que no ama a Dios.
  • Casarse con ellos.

En ese caso Dios no expulsará a sus enemigos; serán atormentados por ellos hasta que Israel desaparezca.

Lee los capítulos 1 y 2 de Jueces. Eso es exactamente lo que pasó con Israel.  Porque buscaban las bendiciones de Dios, pero también lo mejor del mundo, vivían con esa red y trampa, con látigos en sus espaldas y espinas en sus ojos. En su gran misericordia, Dios les dio muchas oportunidades para arrepentirse, pero iban de mal en peor, y por fin perdieron su tierra y fueron deportados a Babilonia.

14 »Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas. 15 Pero así como el Señor su Dios ha cumplido sus buenas promesas, también descargará sobre ustedes todo tipo de calamidades, hasta que cada uno sea borrado de esta tierra que él les ha entregado. 16 Si no cumplen con el pacto que el Señor su Dios les ha ordenado, sino que siguen a otros dioses, adorándolos e inclinándose ante ellos, tengan por seguro que la ira del Señor se descargará sobre ustedes y que serán borrados de la buena tierra que el Señor les ha entregado.»

Josué conoce a un Dios fiel, amable, y bueno. Sabe que su Palabra es verdadera. Pero también sabe que Dios es santo y justo.  Josué estaba en el monte con Moisés, y vio a Acán y su familia apedreados por su pecado (Josué 7).  Josué era responsable para la muerte de miles de hebreos. La perfección de Dios exige la justicia; no puede tolerar la rebelión y el pecado.  Si sigues a Dios a tu manera y descuidas su Palabra, vas a sufrir su ira.

Ellos hicieron un pacto con Dios.  No hay ninguna duda que Él será fiel a su pacto.  La cuestión es si ellos serán fieles. Nosotros tenemos un pacto nuevo.  Dios todavía está buscando a un pueblo que será fiel a su pacto. ¿Eres parte del nuevo pacto?  ¿Cómo te va? ¿Estás experimentando las bendiciones y victoria prometidas? ¿O estás experimentando el juicio de Dios? ¿Látigos y espinas?

Hay solamente dos opciones: la vida o la muerte.  El camino ancho o el camino estrecho. Josué nos las presenta claramente en su despedida. “Yo y mi casa serviremos al Señor.”