¿Por qué está Dios tan enojado? Romanos 1:18-32

Romanos 1 nos da un indicio de la respuesta:

18 Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad (DHH: mantiene prisionera la verdad, RVR: detienen con injusticia la verdad).

Mantenemos la verdad prisionera

Dios es la verdad, y nos revela la verdad en las escrituras, pero muchos no quieren oír la verdad, ni conocer la verdad. La verdad está obstruida por nosotros. ¿Cómo puede un mero hombre obstruir la verdad de un Dios todopoderoso? Por medio de su maldad. El pecado es tan potente y tan oscuro, y tiene tanta influencia sobre nosotros, que mantiene la verdad aprisionada.

Como consecuencia, tal como Dios se reveló en la Palabra y en Jesucristo, también habrá una revelación de su ira.  Es por venir, pero ya la estamos experimentando.  Viene desde el cielo; será algo sobrenatural, aunque será manifestada en la tierra.

Su blanco es la impiedad e injusticia del hombre. Por su naturaleza, Dios no puede tolerar esta rebelión; es obligado responder a ella o no sería fiel a sí mismo.

19 Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. 20 Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.

Nadie puede alegar ignorancia

Hemos detenido y obstruido la verdad de Dios a propósito, pero no es posible escapar de la revelación de su naturaleza. Pueden quemar todas las Biblias y detener la predicación de la Palabra, pero el universo es una pantalla grande que declara la infinitud y la hermosura de Dios: El milagro de un bebé nuevo, o la maravilla de las estrellas y las flores. Se llama revelación natural. Dios es un dios que quiere revelarse.

Dios ha puesto en cada corazón el sentido que este universo fue creado por alguien; requiere más fe creer que era un accidente. La única respuesta a esta maravilla que Dios exige es nuestra adoración, gratitud, y obediencia, pero no las recibe.

21 A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron (RVR: se envanecieron)  en sus inútiles razonamientos (DHH: han terminado pensando puras tonterías), y se les oscureció su insensato corazón (RVR: fue entenebrecido). 22 Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios 23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles.

Las consecuencias de nuestra rebelión

Imagínate estar en la corte: Dios está presentando su caso en contra de nosotros. Ha hecho todo lo posible para enseñarnos quien es:

  • Su revelación en la naturaleza.
  • Un escrito claro de sus expectativas y las consecuencias de desobediencia (la Biblia).
  • Fue hasta el extremo de mandar a su Hijo a vivir como hombre en esta tierra y morir como sacrificio para reconciliarnos consigo.

¿Qué más quieres? Es para nosotros probar por qué, a pesar de toda la evidencia, a propósito escogimos otro camino. Dios tiene estas acusaciones contra nosotros:

  • No le glorificamos como a Dios.
  • No le damos gracias.

Como resultado de obstruir la verdad y no honrar a Dios:

  • Nos extraviamos en nuestros inútiles razonamientos.
  • El insensato corazón se nos oscureció; apagamos la luz de Dios.
  • Rechazamos la sabiduría de Dios para una invención humana; decimos que es superior a su sabiduría, pero nos conduce a ser necios.
  • Caímos en idolatría, escogiendo a adorar a imágenes de hombres y animales que Dios creó  en vez del Dios glorioso.

Dios nos ha dado la libertad para escoger. Como un amante, nos da su mejor, sigue dando, y derrama su amor sobre nosotros. Pero cuando seguimos rechazándole, nos deja experimentar las consecuencias.

Tres pasos que marcan nuestro descenso a un infierno auto hecho

 24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. (RVR: a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos.) 25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén.

El primer síntoma de nuestra caída y necedad es impureza sexual.

Cada hombre tiene malos deseos; ya están presentes en nuestra naturaleza caída. No surgen del diablo, sino de nuestros corazones malvados (ve Mateo 15:19). No cuesta mucho trabajo caer en lascivia. Dios quiere ayudarnos, pero cuando seguimos rechazándole, nos deja hacer lo que queramos hacer.

Ya conocemos las consecuencias de perseguir el engaño de placer sexual fuera del matrimonio. Adoramos y servimos al cuerpo humano, sobre todo por medio de la pornografía que llena el internet. Pensamos en sexo todo el día, pero nunca estamos satisfechos. Relaciones con la esposa no comparan con lo que vimos en la pantalla. Buscamos porno más y más exótico. Pero eso no satisface tampoco.  Así que buscamos algo diferente:

26 Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 27 Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión.

El segundo paso en el descenso es homosexualidad, y nuestra sociedad está de camino para allá a toda prisa.  Muchos ya creen que es completamente normal para un hombre tener relaciones con otro hombre, casarse con él, e incluso tener a hijos. Es una de las mentiras más peligrosas del diablo. El mundo dice que estos versículos son anticuados, que no aplican al día de hoy, o que Pablo está hablando de promiscuidad homosexual. Pero mira las palabras que él usa:

  • Pasiones vergonzosas (pero no tienen vergüenza ninguna).
  • Cambiaron las relaciones naturales para las que van contra la naturaleza. Es sentido común: Es obvio que Dios hizo nuestras genitales para que el hombre y la mujer funcionan juntos perfectamente.  Es así con toda la naturaleza. Sin esa combinación la raza humana se terminaría rápidamente.
  • Se encendieron en pasiones lujuriosas.
  • Actos indecentes.
  • Perversión.
  • Merecen un castigo – y lo reciben en sí mismos. Algunos dijeron que era SIDA. Puede que no, pero los homosexuales experimentan mucho más enfermedad, suicidio, y problemas emocionales.

Pecado es pecado, y todo pecado merece el juicio de Dios, pero parece que hay algo peor en el pecado sexual. En 1 Corintios 6 Pablo dice que es único, porque uno peca contra su propio cuerpo. Sexo toca a lo más profundo de nuestro ser, y la unión de hombre y mujer es una reflexión de la unión del Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Dios dice en Levítico que homosexualidad es una abominación.

A pesar de eso, a la misma vez que rechazamos el pecado, tenemos que amar a la persona. Las encuestas demuestran que la mayoría de los homosexuales creen en Dios – pero también han experimentado la iglesia como su enemigo mortal. Condenamos el pecado, pero también tenemos que confesar nuestra falla como iglesia a modelar matrimonios saludables. La iglesia está llena de divorcio y abuso. Tenemos que dedicar las mismas fuerzas a llevar el evangelio de libertad y perdón a ellos, que dedicamos a condenarlos. ¡Nuestra hipocresía es muy obvia a todo el mundo! ¡Estamos perdiendo la batalla en nuestra sociedad! En California la corte ha prohibido terapia sicológica para ayudar a homosexuales cambiar a ser heterosexuales, y apenas está comenzando. Más que nunca, necesitamos el poder del Espíritu Santo para liberarlos de estas pasiones vergonzosas. Demasiados han dicho que piden a Dios – pero Dios no contesta sus peticiones para libertad, y la iglesia tiene las puertas cerradas a ellos. ¿Qué haría Jesús?

Una cosita más: creo que ya es tiempo para reclamar de nuevo el arcoíris como símbolo cristiano. ¿Qué pasaría si cada iglesia y hogar cristiano mostraría una bandera con un arcoíris?

Parece que la homosexualidad abre una puerta para la rebelión y la perversión más extrema, la última parada en nuestro descenso:

28 Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. 29 Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, 30 calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; 31 son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. 32 Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican.

Tercer paso: abandono completo de Dios y todo conocimiento que tenemos de Él

La conciencia está quemada y ya no funciona. Están libres para experimentar el alcance total de su pecado:

  • Depravación mental (una mente reprobada)
  • Hacer lo que no deben hacer (cosas que no convienen)
  • Toda clase de:
    • maldad (injusticia)
    • perversidad (fornicación)
    • avaricia
    • depravación
  • Envidia
  • Homicidios
  • Disensiones
  • Engaño
  • Malicia

Son:

  • Chismosos (murmuradores)
  • Calumniadores (detractores)
  • Enemigos de Dios  (aborrecedores de Dios)
  • Insolentes
  • Soberbios
  • Arrogantes (altivos)
  • Se ingenian maldades
  • Se rebelan contra sus padres
  • Insensatos
  • Desleales
  • Insensibles (sin afecto natural, no sienten cariño por nadie)
  • Despiadados (implacables)
  • Sin misericordia (no sienten compasión)

Con razón los Cristianos usan el término “depravación total” para describir nuestra caída. Es fuerte ver todas esas cosas juntas, ¿verdad? Pero casi nadie habla hoy en día de esa depravación. La gente se pone defensiva: “Tiene que ser algo bueno en nosotros, todos conocemos a buenas personas que no son salvas.” Pero la depravación total no significa que no hay nada bueno en nosotros; significa que la corrupción del pecado ha tocado a toda nuestra naturaleza, así que no es posible para nosotros merecer el favor de Dios para salvarnos. Pablo quiere decir que, dejados a nosotros mismos, la tendencia natural es descender a este extremo. Tradicionalmente, en la sociedad había un impedimento contra estas cosas; la influencia de la iglesia y la familia, o el temor de consecuencias en el trabajo, servían como frenos. En los Estados Unidos todavía está contra la ley en algunos estados tener relaciones homosexuales, pero más y más la sociedad está rechazando esos impedimentos.

Aun peor, ya saben la verdad. Ya saben que practicar tales cosas merece la muerte, pero no les importa. Son adictos.  Yo estaba hablando con un homosexual que fue criado en la iglesia. Dijo que ya no cree en Dios, pero si hay un dios, un dios que condenaría alguien al infierno simplemente porque ama a otro hombre, no merece ser dios. Y este hombre dijo que vale la pena pasar una eternidad en el infierno por el placer de tener relaciones con otros hombres.

Así que, no solamente practican estas cosas que antes eran vergonzosas, aprueban a otros que las practican.  Y quieren la aprobación de todo el mundo de su pecado.

¿Puede ser que Dios está enojado contigo?

Está duro si alguien está enojado contigo – y tú no lo sabes. Está aún peor cuando esa persona es Dios. Pero la mayoría de la gente hoy en día creen que Dios está bien para con ellos; que no son personas malas. Efesios 2:1-3 nos ofrece la verdad:

En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados,  en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia.  En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios.

Sí, está hablando de ti.  Todos estamos en la misma condición. ¿Todavía crees que estás mejor que ellos? ¿Entiendes la profundidad de tu problema (tu pecado), y la necesidad absoluta de un salvador?

¿Crees ahora que la ira de Dios es justificada? Todavía hay tiempo para arrepentirte. Pero casi nadie habla del arrepentimiento ni del pecado; todo es pura bendición.

¿Y tú?  ¿Estás glorificando a Dios? ¿Le das gracias? ¿Odias el pecado? ¿O estás luchando con uno de estos pecados? ¿Está Dios enojado contigo?

 

Enojo

Lo que dice la Biblia acerca de la ira de Dios

La ira no es mala. Lee el Antiguo Testamento: Dios parece ser un dios muy enojado. Varias veces casi destruyó a su pueblo a causa de su ardiente ira. Su ira es muy poderosa:

Tu ira en verdad nos consume,
tu indignación nos aterra.
¿Quién puede comprender el furor de tu enojo?
¡Tu ira es tan grande como el temor que se te debe!
 (Salmo 90:7, 11)

Moisés escribió ese Salmo. Él era un hombre muy capacitado para escribir sobre la ira de Dios: La había visto varias veces, pero también tenía una relación muy íntima con Dios.

Corrígeme, Señor, pero con justicia,
y no según tu ira, pues me destruirías
 (Jeremías 10:24).

¿Has corregido a tus hijos en ira? ¿Hasta el punto de que casi los destruiste? Me sorprende que Jeremías, que tan a menudo proclamó la ira de Dios contra otros, creyera que Dios se enojaría con él.

¿Quién podrá enfrentarse a su indignación?
¿Quién resistirá el ardor de su ira?
Su furor se derrama como fuego;
ante él se resquebrajan las rocas
 (Nahúm 1:6).

Dios puede estar muy enojado, con consecuencias muy feas:

Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses, y con todos sus ídolos han provocado mi furor. Por eso arde mi ira contra este lugar, y no se apagará (2 Crónicas 34:25).

El soplo de Dios los destruye,
el aliento de su enojo los consume
  (Job 4:9).

Él mueve montañas sin que éstas lo sepan,
y en su enojo las trastorna
 (Job 9:5).

Dios castiga y juzga en su ira

En su ira, Dios puede reprender o castigar:

No me reprendas, Señor, en tu ira; no me castigues en tu furor (Salmo 6:1). David, el hombre conforme al corazón de Dios, escribió esto. Él conocía el favor y el amor de Dios, pero también sufrió bajo su disciplina después de su pecado con Betsabé.

Por tu culpa perderás la herencia que yo te había dado.
Te haré esclava de tus enemigos, en un país para ti desconocido,
porque has encendido mi ira, la cual se mantendrá ardiendo para siempre
(Jeremías 17:4).

Tal vez esto sea una exageración, debido a la profundidad de su ira en ese momento, porque Dios es lento para la ira y su ira no dura:

Eres Dios perdonador, clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor (Nehemías 9:17).

Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto,
por la mañana habrá gritos de alegría
 (Salmo 30:5).

Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti;
pero con amor eterno te tendré compasión—dice el Señor, tu Redentor—
 (Isaías 54:8).

Parece que Dios tiene que descargar su ira por completo, y luego se calma:

Entonces se apaciguará mi ira, mi enojo contra ellos será saciado, y me daré por satisfecho. Y cuando en mi celo haya desahogado mi enojo contra ellos, sabrán que yo, el Señor, lo he dicho (Ezequiel 5:13).

Veremos el furor de Dios manifestado en el juicio venidero:

¡Miren! ¡Ya viene el día del Señor
—día cruel, de furor y ardiente ira—;
convertirá en desolación la tierra
y exterminará de ella a los pecadores!
 (Isaías 13:9)

Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio (Romanos 2:5).

Colosenses 3:6 dice por estas cosas viene el castigo de Dios.

Ira en Apocalipsis

Apocalipsis está lleno de ira. Incluso Jesús, que nos salva de la ira del Padre, está enojado:

Todos gritaban a las montañas y a las peñas: ¡Caigan sobre nosotros y escóndannos de la mirada del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero! (Apocalipsis 6:16)

Los seguía un tercer ángel que clamaba a grandes voces: «Si alguien adora a la bestia y a su imagen, y se deja poner en la frente o en la mano la marca de la bestia, beberá también el vino del furor de Dios, que en la copa de su ira está puro, no diluido. Será atormentado con fuego y azufre, en presencia de los santos ángeles y del Cordero.  El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos. No habrá descanso ni de día ni de noche para el que adore a la bestia y su imagen, ni para quien se deje poner la marca de su nombre.»  (Apocalipsis 14:9-11)

Si crees que el Dios de ira del Antiguo Testamento es distinto del Dios de amor del Nuevo, aparentemente no has leído Apocalipsis. El Padre derramó su ira y juicio por nuestro pecado sobre Jesucristo en la cruz, pero Dios no ha “madurado” y “dejado” su ira. Pacientemente Él espera el día cuando veamos todo su furor.

Jesús y el enojo

Aparte de Apocalipsis, hay poca ira en el Nuevo Testamento, aunque Jesús era capaz de enojarse:

Jesús se les quedó mirando, enojado y entristecido por la dureza de su corazón, y le dijo al hombre: Extiende la mano. La extendió, y la mano le quedó restablecida  (Marcos 3:5).

El ejemplo más conocido de que Jesús se enoja es echar fuera a los mercaderes del templo:

Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas (Mateo 21:12).

También vemos a Jesús enojado y reprendiendo a los fariseos, por ejemplo en Mateo 23.

Varias veces en sus parábolas el hombre que representa a Dios se enoja:

El siervo regresó y le informó de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le mandó a su siervo: “Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.” (Lucas 14:21)

Enseñanza bíblica sobre cómo  manejar tu ira

Moisés, David, Samuel y Nehemías se enojaban. Pero, a pesar de la prevalencia de la ira de Dios en la Biblia, hay poca enseñanza bíblica sobre cómo podemos manejarla:

Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal. (DHH: Deja el enojo, abandona el furor; no te enojes, porque eso empeora las cosas.) (Salmo 37:8)

Es posible controlar tu ira. Tú puedes conscientemente apartarte de ella, y girar hacia el perdón y una solución constructiva del problema. Muchas veces la ira empeora las cosas.

La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego (Proverbios 15:1).

También tenemos la capacidad de calmar la ira de otros. Nuestra tendencia es responder a la ira con ira, con palabras fuertes. Ellas echan más leña al fuego, y pueden resultar en una pelea. El objetivo es evitar eso. Una respuesta amable calma el enojo. No es afeminado para evitar una pelea.

No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos (Proverbios 22:24).

Tú puedes escoger a tus amigos. Hay gente malhumorada y violenta. Aléjate de ellos. Si te unes con los iracundos, es probable que caigas en su pecado.

No te dejes llevar por el enojo que sólo abriga el corazón del necio (PDT: enojarse es una tontería) (Eclesiastés 7:9).

El enojo debe ser algo pasajero. No mores en ello. Protege tu espíritu.

Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.” Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno (Mateo 5:21-22).

La ira mata. Jesús incluso dice que el enojo inapropiado pone en peligro nuestra salvación. Aunque puede parecer que Jesús dice que el enojo siempre es malo, tenemos que equilibrarlo con otras escrituras. Aquí va más allá del enojo para maldecir a la persona.

Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo (Efesios 4:26-27).

Si estás enojado, es fácil pecar. Y lo que es peor, si no resuelves tu enojo, darás cabida al diablo. Puedes destruir una relación, hacer algo que lamentas más tarde o traer división a la iglesia. La Biblia nos aconseja ser lentos para la ira, pero una vez enojado, resuélvelo el mismo día si es posible. No esperes. Si lo guardas será como un fuego lento que te consumirá cada día.

 Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere (Santiago 1:19-20).

Si aprendes a escuchar y controlar la lengua, te salvarás de mucha ira, contienda y dolor. Aprende el dominio propio y no te enojes fácilmente. La ira no es un fruto del Espíritu Santo, y puede hacer mucho daño.

Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda,  pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo.  Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo?  Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte (DHH: está esperando el momento de dominarte; PDT: te estará esperando para atacarte). No obstante, tú puedes dominarlo.» (Génesis 4:4-7)

Hay una ira justificada, y hay una ira sin fundamento alguno. Caín se enojó porque le trajo a Dios una ofrenda inferior, y no quiso recibir la corrección de Dios. Caín abrió una puerta para el pecado, que era una fiera lista para atraparlo. Caín todavía tenía la capacidad de dominarlo y cerrar esa puerta. Su ira injustificada resultó en asesinato y consecuencias drásticas para Caín. Qué imagen, ¿verdad? Satanás está esperando un momento para dominarte por medio de tu enojo. Dios siempre te dará una salida, pero cuando un hombre está caliente, en su orgullo a menudo no quiere humillarse y cerrar esa puerta.

¿Que hemos aprendido acerca del enojo?

  • Posiblemente es la emoción más fuerte. Puede consumir y destruir. Nos motiva a la acción, pero también puede nublar nuestro juicio.
  • La fuente de la mayoría de nuestros problemas con el enojo es la falta de dominio propio y la tendencia de ser rápido para la ira. Dios es lento para la ira, esperando siglos para expresar su ira en el juicio del pecado.
  • Dios se enoja con el pecado, y esa ira lo motiva a juzgarlo. Su ira puede ser destructiva, pero su deseo es purificarnos y restaurarnos. Tu ira también puede ser destructiva. No la dirijas a la persona, sino al pecado, y al diablo y sus demonios.
  • La ira de Dios es un tema muy común, sobre todo en el Antiguo Testamento. ¿Es parte de tu concepto del carácter de Dios? ¿Has pensado en la posibilidad de que Dios esté enojado? ¿Incluso contigo? Nadie ha visto el alcance de esa ira, pero está por venir.
  • Eres hecho a imagen de Dios. La ira es una parte de esa imagen que nosotros reflejamos. La ira en sí misma es buena, pero está torcida por el pecado. No rechaces todo enojo simplemente porque puede causar problemas. Hay un lugar para el enojo en la vida cristiana.
  • Dios nos ofrece un modelo de ira que dura un momento, equilibrada por su misericordia que dura para siempre. Una vez que hayas expresado tu enojo, déjalo y perdona a la persona.
  • Dios tiene que expresar su enojo, y nosotros también tenemos que expresarlo. Puede ser más saludable expresarlo en el gimnasio, en algún trabajo o hablando con Dios; luego puedes dirigir una porción de ese enojo a la persona responsable.

Cómo manejar el enojo

Quiero compartir cuatro consejos bíblicos para ayudarte:

  1. Reconócelo. Asume la responsabilidad de tu enojo.
  • El enojo es parte de la imagen de Dios en ti. No es malo, pero fuera de control (al igual como el sexo) puede ser muy destructivo.
  • El enojo es una señal que hay algo malo: en una relación, en una situación o dentro de ti mismo. Hay otras emociones que se manifiestan como enojo: depresión, vergüenza, temor o la pérdida de control. Examínate cuidadosamente para ver la fuente de tu enojo.
  • Separa tiempo para reflexionar sobre la causa del enojo, cómo estás manejándolo y cómo Dios te ayude a resolverlo. Es bueno escribir estas cosas en un diario, y compartir y orar con un hermano cristiano que te apoye mientras que aprendes a manejarlo.
  1. Muchos guardan enojo en sus corazones durante años. Tienes que resolver ese enojo del pasado.
  • Colosenses 3 nos instruye a matarlo.
  • El enojo puede dar cabida al diablo. Si el enojo ha sido un gran problema para ti, tú puedes tener fortalezas espirituales para derribar. Separa un tiempo para anotar todas las cosas que te han enojado. Entrega cada una a Dios, y renuncia a toda cabida del diablo.
  • A veces se debe hablar con la persona implicada para resolverlo, pero frecuentemente hace más daño resucitar a algo que la otra persona se haya olvidado. Puede ser mejor, con la ayuda de Dios, matar ese enojo, dejarlo en sus manos y perdonar a la persona.
  1. Estudia Colosenses 3 y 4, y ponlo en práctica. Camina en el poder del Espíritu Santo, revestido con la nueva naturaleza de Cristo. La ira no es un fruto del Espíritu. Gálatas 5 dice que la ira fuera de nuestro control es un fruto de la naturaleza pecaminosa. Cuanto más experimentas la vida nueva en Cristo, menos problemas tendrás con la ira.
  2. Cuando te enojes, sigue lo que dice 2 Corintios 10:3-5:

Aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo.  Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.  Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.

  • Reconoce que es una batalla espiritual. Satanás está buscando cabida en tu vida.
  • Clama a Jesús, pidiéndole ayuda y hablándole acerca de tu enojo.
  • Tómate una pausa para analizar la situación y ver los argumentos que no sean de Dios.
  • Separa lo que sea la ira justificada y lo que estés llevando de otras situaciones.
  • Lleva esos pensamientos cautivos a Cristo, esperando, en oración, por sabiduría para enfrentar a la otra persona o actuar para resolver alguna injusticia. En tu diario, apunta cómo estás manejándolo. No quieres guardar algo en tu corazón y dar cabida al diablo otra vez.

¡Dios quiere darte la victoria! En lugar de negar tu enojo o reprimirlo, Él quiere enseñarte cómo manejarlo bien.

 

Hacer todo en el Nombre de Jesús  Colosenses 3:17 – 4:6

17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Dios nos manda hacer todo en el nombre de Jesús, como si fuese Cristo mismo haciéndolo. La mayoría de las Biblias tienen una división y nuevo título después de ese verso, interrumpiendo el fluir del pasaje. Porque comenzando con verso 18 Pablo nos enseña cómo hacerlo en cuatro áreas importantes de la vida.

¡Advertencia!

Si no has destruido a los enemigos adentro, y no te has puesto la nueva naturaleza de Jesucristo, ¡esto será imposible! Puede ser que ya tú lo has intentado y te has dado por vencido. Necesitas la fundación de la primera parte del capítulo 3. Vuelve a leer y estudiar lo que escribí sobre la crisis y cómo sobrevivir esas pruebas.

La familia

18Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. (DHH: pues éste es su deber como creyentes en el Señor.)

19 Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas. (DHH: no las traten con aspereza)

20 Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor.

21 Padres, no exasperen (DHH: hagan enojar) a sus hijos, no sea que se desanimen (RVR: se desalienten).

Hay una conexión íntima entre tu vida familiar y tu vida espiritual. Si no hay orden bíblica en tu hogar será difícil andar en victoria.

La sumisión a autoridades es una enseñanza importante en la Biblia. No es popular, pero no es opcional para la esposa cristiana. Mi hermano, si de verdad amas a tu esposa como Cristo ama a la iglesia, y si ustedes son discípulos sinceros de Jesús, la sumisión no debe ser difícil. Si lo es, no la golpees con este versículo, exigiendo que ella se someta.  Pídele al Señor que te muestre si hay algo en ti que tú tienes que cambiar. Pregúntale a ella si hay algo que tú haces que le hace difícil someterse a ti. Entrégala al Señor, confiando que Él cambiará su corazón. Acuérdate que ella es un vaso más frágil (aunque a veces no parece así). Pablo sabe que es fácil para un hombre ser duro o áspero con su mujer. Atesórala, sé tierno con ella, y examina tu corazón a ver si hay amargura o resentimiento hacia ella.

Padre, ten mucho cuidado de como tratas a tus hijos. Hay padres rígidos, con una mano dura y expectativas  muy altas, y sus hijos se desaniman. Es natural jugar con tus hijos, pero es fácil para muchos hombres exasperarlos.  Si tus hijos están desanimados, examínate, a ver si estás haciéndolos enojarse. No es fácil ser padre, y Dios lo sabe. Él quiere animarte, fortalecerte, y guiarte por su Espíritu. ¡Él es el único padre perfecto! ¡No exijas demasiado de ti mismo!

Trabajo

22Esclavos, obedezcan en todo a sus amos terrenales, no sólo cuando ellos los estén mirando, como si ustedes quisieran ganarse el favor humano, sino con integridad de corazón y por respeto al Señor (RVR: con corazón sincero, temiendo a Dios). 23 Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, 24 conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. 25 El que hace el mal pagará por su propia maldad, y en esto no hay favoritismos (RVR: no hay acepción de personas). 4:1Amos, proporcionen a sus esclavos lo que es justo y equitativo, conscientes de que ustedes también tienen un Amo en el cielo.

Este es un pasaje difícil. Pablo habla acerca de esclavos, pero no condena la esclavitud, aunque la Biblia nunca la aprueba tampoco.  Poner en práctica principios cristianos transforma la relación de esclavo y amo, y eventualmente elimina la esclavitud.

El mandato bíblico de sumisión a autoridad incluye el jefe en tu trabajo; obedece lo que te dice. Pero va mucho más allá de la obediencia.  El cristiano tiene otra ética de trabajo, y muchas veces prospera en su trabajo. Hacemos todo con excelencia, lo mejor posible, con todo el corazón, porque no es para ganar el favor del hombre, sino para Jesús. Él siempre está observándote, aun cuando tu amo está ausente.  Esto beneficia tú y tu trabajo, da un buen testimonio, y edifica tu carácter. Si el jefe no está mirando, es muy común malgastar mucho tiempo en el internet o el celular. Es una falta de respeto y reverencia para el Señor no trabajar con todo tu corazón.

Tú puedes estar enojado y no hacer un buen trabajo porque crees que no recibes una compensa adecuada, o no recibiste esa promoción. A veces incluso pueden exigir más de ti para el mismo pago – o aún menos.  Pero Dios sabe todo, y te recompensará. Él tiene un bono esperándote – una herencia hermosa. ¿Crees que puedes hurtar de tu trabajo sin consecuencias? Lo siento, pero lo pagarás a Dios. ¿Crees que eres especial porque eres cristiano? Lo siento, pero no hay acepción de personas con Dios.

Si tú eres el supervisor en tu trabajo, no muestres favoritismo, sino trata a todos justo e igual. Ten cuidado del orgullo, porque tienes que rendir cuentas a tu Amo celestial.

¿Cómo te va en el trabajo? Es fácil caer en los mismos hábitos del mundo, y es difícil ir contra la corriente. A veces resulta que no eres muy popular, porque tu buen trabajo revela las fallas de otros, pero eres un embajador del Señor del universo. Sé un ejemplo en tu trabajo y un buen testigo para Jesús.

Oración

2 Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento 3 y, al mismo tiempo, intercedan por nosotros a fin de que Dios nos abra las puertas para proclamar la palabra, el misterio de Cristo por el cual estoy preso. 4 Oren para que yo lo anuncie con claridad, como debo hacerlo.

¿Dirías honestamente que eres dedicado a la oración? Pablo oraba sin cesar – y nos manda hacer lo mismo. Es posible engañarte a ti mismo por un rato, creyendo que puedes ser un buen cristiano sin mucha oración. Hay un himno viejo, Qué Amigo nos es Cristo, que dice que sufrimos mucho porque no llevamos todo a Dios en oración. Y es la verdad.

  • Persevera en oración. Estás en una batalla espiritual; ¡la oración es una de las armas principales!
  • Llena tu oración con agradecimiento. ¿Te gusta cuando tus hijos solamente te acercan para quejarse o pedirte algo? La Biblia nos manda dar gracias en todo.
  • Intercede por los siervos del Señor  y todo el Cuerpo de Jesús. ¡No es todo acerca de ti! Ora por tu pastor y por los misioneros, y no simplemente “bendice a los misioneros,” sino ora con conocimiento, con peticiones específicas. Pablo era un varón de mucha fe, pero sabía la importancia del apoyo de la iglesia en oración. ¡Qué interesante que quiere oración para que predicara con claridad! Parece que si alguien pudiera hacerlo, ¡sería Pablo!
  • Ora que Dios abriera puertas para el evangelio. Pablo dice que se debe predicar con claridad. ¿Lo haces? ¿Te das cuenta de que Dios tiene que abrir las puertas para una evangelización eficaz?  Si nadie está aceptando a Jesús, ¿está la iglesia orando por esas puertas abiertas? ¡Porque Dios las abrirá! Y sí, tú tienes una parte importante en la evangelización.

Sé un buen testigo para Cristo

5 Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno (RVR: redimiendo el tiempo). 6 Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto (RVR: sazonada con sal). Así sabrán (DHH: deben saber) cómo responder a cada uno.

Esas puertas abiertas no son solamente para evangelistas, sino para ti también. Cuando Dios te abre la puerta, ¡comparte la Palabra! Prepárate para que sepas que decir y cómo responder a las objeciones de la gente.  Tu iglesia, ¿da clases de cómo evangelizar y responder a la cultura moderna?

  • Compórtate sabiamente con los incrédulos. Tu testimonio comienza con tu diario andar. No te alejes de la gente, ni seas un fariseo, con una actitud superior.
  • ¿Siempre te aprovechas de cada oportunidad para testificar acerca de Cristo? ¿Redimes el tiempo? ¿O lo malgastas?
  • Guarda tu lengua. Tu conversación, no solamente palabras, sino todo tu comportamiento, siempre debe ser amena y de buen gusto. Cristo era (y es) muy atractivo, y sus discípulos deben atraer a la gente también. Necesitas sabiduría para saber cómo responder a cada individuo. Si estás caminando bien, será más fácil.

Testificar para Cristo mantiene el fluir del Espíritu en tu vida. ¿Cuándo fue la última vez que testificaste a alguien? ¿Cómo está tu conversación?

Es bueno destruir a tus enemigos, vestirte con la nueva naturaleza, y disfrutar la vida buena, pero también hay que trabajar en estas cuatro áreas para llegar a la madurez cristiana. ¡Qué Dios te de la gracia para caminar en esa victoria!

Cómo sobrevivir una crisis

Crisis: “Problema, conflicto, situación delicada; cambio importante en el desarrollo de un proceso que da lugar a una inestabilidad.”  ¡Nuestro mundo está en crisis! La crisis es un llamado para despertarse. La persona, iglesia, o país está en una cruza calles, donde tiene que decidir si va a buscar a Dios y tener la fe para vencer al problema, o va a rendirse y nunca experimentar la plenitud de la provisión de Dios.

Muchos se encuentran en ese momento de decisión. Se han acomodado al mundo, aprovechándose de todos sus beneficios, y a la misma vez quieren la bendición de Dios. Pero no hay ningún arrepentimiento genuino, y no están listos a crucificar la carne y dejar todo para seguir a Cristo. Están engañados, creyendo que pueden tener lo mejor de Dios y también del mundo.  Están en un desierto, con vidas infructuosas y llenas de problemas. Son esclavos, como Israel era en Egipto, pero no quieren hacer lo necesario para entrar en la tierra prometida.  Han aceptado la mentira del diablo que no hay una vida victoriosa para el cristiano. Tienen una vida llena de las cosas del mundo, pero vacía espiritualmente.

Victoria sobre cada enemigo

¿Y tú? Si tú estás pasando por una crisis, si te sientes perdido, si estás lleno de dudas y has perdido la visión de la vida abundante, este mensaje es para ti. Vamos a ver el modelo bíblico de cómo salir del desierto (la crisis), vencer a tus enemigos, y vivir como un hijo del Rey en su Reino.

Cuando Israel entró en su tierra prometida, encontraron a muchos enemigos.  Dios dijo claramente en Deuteronomio 7:1 que eran más grandes y fuertes que Israel. Pero tenían la promesa de Dios que la tierra era suya para poseer, que Él los entregaría a ellos, y que Dios mismo los expulsaría de su presencia.

Cuando tú entras en tu nueva vida en Cristo, en tu tierra prometida, también hay muchos enemigos en la tierra. Pueden ser enemigos grandes y fuertes, pero Dios te promete expulsarlos de tu vida. Él quiere que tomes posesión de todo lo que tiene para ti, pero tú tienes que hacer tu parte, e Israel tenía que hacer su parte. Deuteronomio 7 sigue diciendo:

2 Cuando el Señor tu Dios te las haya entregado y tú las hayas derrotado, deberás destruirlas por completo. No harás ningún pacto con ellas, ni les tendrás compasión. 3 Tampoco te unirás en matrimonio con ninguna de esas naciones; no darás tus hijas a sus hijos ni tomarás sus hijas para tus hijos, 4 porque ellas los apartarán del Señor y los harán servir a otros dioses. Entonces la ira del Señor se encenderá contra ti y te destruirá de inmediato. 5 »Esto es lo que harás con esas naciones: Destruirás sus altares, romperás sus piedras sagradas, derribarás sus imágenes de la diosa Aserá y les prenderás fuego a sus ídolos. 6 Porque para el Señor tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su posesión exclusiva entre todos los pueblos de la tierra.

Lo requerido de nuestra parte

Su victoria comienza con una obra soberana de Dios: Él los entregará. Pero entonces Israel, guiado por el Señor, tiene que derrotarlos; no será posible derrotarlos si Dios no los ha entregado en sus manos.  Pero no es suficiente simplemente derrotarlos; hay una serie de cosas que tienen que hacer:

  • Destruirlos por completo
  • No hacer ningún pacto con ellos (¡es difícil hacer un pacto con un muerto!)
  • No tener compasión de ellos
  • No casarse con ellos
  • Destruir su religión diabólica completamente

¿Por qué es necesario estar tan fuerte?

  • Se apartarán del Señor si tienen una relación cercana con ellos.
  • Habra mucha tentación para servir a sus dioses.
  • Dios es un dios celoso; Él quiere una relación exclusiva con un pueblo que él eligió. Ellos son su posesión. Es semejante a la relación exclusiva que quieres con tu conyugue.
  • El pueblo de Dios es un pueblo santo, y Dios es santo y no tolera el pecado. No puedes servir a dos amos.

Las consecuencias de no hacer todo conforme a esta palabra son claras y severas:

  • Su ira se encenderá contra Israel.
  • Los destruirá de inmediato.

Hay lógica en lo que Dios manda, ¿verdad? ¿No es un gran privilegio ser escogido por Dios? ¿De verdad necesitas a otros amantes? ¿Qué te ofrecen? ¿No es suficiente tener una relación exclusiva con Dios? ¿No te basta una tierra que fluye leche y miel?

Esta misma palabra te aplica a ti hoy en día:

  • Dios te ha escogido.
  • Exige una relación exclusiva contigo; no puedes servir a dos amos.
  • Hay todavía enemigos que derrotar, y Dios te promete la victoria.
  • Pero es una lucha, y tú tienes que pelear.

Para la mente contemporánea, destruir a toda esa gente, incluso mujeres y niños, parece muy cruel. Gracias a Dios, ya no tenemos que matar a nadie, pero todavía tienes a enemigos – por dentro. Y sí, la única opción es matarlos.

Resucitado con Cristo

La primera parte de Colosenses capítulo 3 prepara la mente para la batalla:

1Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. 2 Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, 3 pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria.

Nosotros tenemos algo mucho mejor que una tierra en Palestina, algo fuera de este mundo:

  • Tú has muerto. Tu bautismo es un símbolo de esa muerte. Tienes que morir y nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios.
  • Tú has resucitado, juntamente con Cristo.  Eres una criatura nueva.
  • Ahora Cristo es tu vida; no tu trabajo, ni tu dinero, ni los placeres del mundo, ni aun tu familia. Cristo tiene que ser tu vida y ocupar el primer lugar en tu corazón.
  • Esa vida está escondida con Cristo en Dios. ¿Hay algún lugar mejor? Hay unión con Dios, con cuerdas de amor.
  • Algún día tú serás manifestado juntamente con Cristo en gloria; compartirás en su gloria celestial.

Este Cristo que es tu vida:

  • Está sentado a la derecha de Dios; reina, tiene toda autoridad, e intercede al Padre por ti.
  • Se manifestará; vendrá otra vez a este mundo y todo ojo le verá en su gloria. Establecerá su reino, y toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que es Señor.

Busca las cosas de arriba

En la luz de esta vida maravillosa que Dios nos ha dado, hay que:

  • Buscar las cosas de arriba; los valores, el fruto, y la vida del reino de Dios. No busques más las cosas materiales, la fama, o los placeres de este mundo.
  • Concentrar tu atención en las cosas de arriba. Ahora tú eres parte de otro reino. No concentres tu atención en la televisión, el internet, y todas las cosas que te llaman la atención aquí en la tierra.

Aun con todo lo que Dios ha hecho, todavía habrá una lucha interior, y tú tienes que guerrear, o vas a sufrir mucha pérdida. Es el mismo mandato radical que tenía Israel: la destrucción total de sus enemigos.  El diablo engaña a muchos a batallar contra sangre y carne, contra otras personas, cuando el verdadero enemigo está adentro. Colosenses 3 continúa:

5 Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría. 6 Por estas cosas viene el castigo de Dios. 7 Ustedes las practicaron en otro tiempo, cuando vivían en ellas. 8 Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. 9 Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios, 10 y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador. 11 En esta nueva naturaleza no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y está en todos.

Crucifica la carne

¡Hazla morir! ¡Crucifica la naturaleza terrenal!  Aquí hay unos ejemplos de los enemigos que tienes que matar:

  • Inmoralidad sexual
  • Impureza
  • Bajas pasiones
  • Malos deseos
  • Avaricia (NLT: No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo.) Esta es la verdadera idolatría.
  • Enojo
  • Ira
  • Malicia
  • Calumnia
  • Lenguaje obsceno
  • Mentiras

¿Reconoces algunos de estos enemigos en tu vida? ¿Hay otros que el Espíritu de Dios te quiere revelar? ¿Cuánto tiempo más vas a tolerarlos?  ¡Están destruyéndote! Dios ya te ha dicho que no tienes que vivir con ellos, pero hay algo que tú tienes que hacer:

  • Hazlo morir. Mátalo. Destrúyelo.
  • Abandónalo. Deja de hacerlo.  No hay ninguna excusa para el pecado. Dios te ha librado del pecado. Cristo ha vencido al enemigo, y te da el poder y la gracia para matarlo y dejarlo.  Te capacita con su Espíritu Santo.

Santificación

Ahora Pablo te ayuda comprender esta realidad de una vida nueva y victoriosa:

  • Tú ya conoces muy bien las cosas que tienes que matar; vivías en ellas en otro tiempo y las practicabas. No condenes a los que sigan practicándolas, que vivan en ellas. No necesitan condenación, sino la oferta de algo mejor. Dales tu testimonio de como Dios te libró de ellas. Si todavía estás practicándolas, no tienes mucho que ofrecer al mundo.
  • Santificación. Hay dos verdades aquí:
    • Al momento del arrepentimiento quitamos la ropa vieja de la naturaleza pecaminosa con sus deseos. ¿Cuántos días llevas la misma ropa sucia? ¡Quítala! ¡Pero no te quedes desnudo! Necesitas ropa nueva, que es una nueva naturaleza, dada por Cristo. De verdad, es Cristo mismo. Eres una criatura nueva.
    • Pero esta no es una doctrina de perfección (que dice que ya no hay ninguna lucha con el pecado), porque vamos renovándonos en conocimiento a imagen de nuestro Creador.  La transformación ya es hecha espiritualmente, pero para muchos años practicabamos esos pecados. Tal como los hebreos necesitaban 40 años en el desierto para transformar su mentalidad esclava, es un proceso de la renovación de la mente para nosotros. Continuamente tenemos que renunciar la vieja naturaleza con sus pensamientos y deseos, y llenar la mente con la verdad de la Palabra de Dios. Necesitamos conocimiento. Oseas 4:6 dice por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. Tenemos que enseñar y explicar la Biblia para dar conocimiento profundo acerca de Dios. Somos creados a la imagen de Dios; ahora queremos restaurar esa imagen (Romanos 12:2). Esto requiere un esfuerzo de parte nuestra y el apoyo de la iglesia.
  • Son estos mismos pecados que enojan a Dios e invitan su castigo. No te engañes; la salvación no es un billete para el cielo que te da libertad para practicar estos pecados sin consecuencias severas.
  • Todas las barreras del mundo están derribadas en Cristo. Si vamos a tener una comunidad cristiana auténtica, tenemos que derribarlas y proclamar la unidad e igualdad de todos en Cristo.

12 Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. 14 Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.

La nueva ropa

Cuando destruyes al enemigo, tienes que llenar tu corazón con algo de Dios. Otra vez Pablo utiliza la imagen de ropa, para vestirse. Esta es la ropa nueva, que Dios nos da.  Estos son ejemplos de lo que puede llenar tu vida; nota que son semejantes al fruto del Espíritu Santo:

  • Afecto entrañable (NLT: tierna compasión)
  • Bondad
  • Humildad
  • Amabilidad (NLT: gentileza)
  • Paciencia
  • Amor, como abrigo encima de todo; es el vínculo perfecto.

En la tentación, tu puedes decir: “Estoy quitando y destruyendo esa ropa vieja del enojo. Gracias Cristo por mi ropa nueva. Ahora me pongo el perdón y el amor.”

Si dejas la tierra vacía, algo aun peor puede pasar: Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos, buscando descanso sin encontrarlo.  Entonces dice: “Volveré a la casa de donde salí.” Cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada.  Luego va y trae a otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado postrero de aquella persona resulta peor que el primero. (Mateo 12:43-45)

Por esa razón, Dios advirtió a los hebreos a no matar a todos sus enemigos de una sola vez: El Señor tu Dios expulsará a las naciones que te salgan al paso, pero lo hará poco a poco. No las eliminarás a todas de una sola vez, para que los animales salvajes no se multipliquen ni invadan tu territorio. (Deuteronomio 7:22)  Cuando matamos o echamos algo afuera siempre tenemos que re-emplazarlo con algo positivo.

Una nueva autoimagen

También tenemos que cambiar nuestra autoimagen. Es más fácil poner esta ropa nueva, ropa noble, cuando tenemos este concepto que somos:

  • Escogidos de Dios
  • Santos, no en el sentido de ser perfectos, sino que somos separados del mundo.
  • Amados. El amor de Dios nos motiva a cambiar y agradecerle, tal como la certeza del amor de tu conyugue debe motivarte a renunciar todo lo que puede dañar la relación, y hacer todo lo posible para bendecirle.

13 De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. 15 Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. 16 Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. 17 Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.

Permanecer en victoria

Con tus enemigos destruidos, y morando en la tierra prometida, el diablo va a atacar la unidad del  cuerpo de Jesús.  Tenemos que mantener lo que hemos obtenido y vivir como hijos del Rey.  ¿Cómo?

  • Tolera a otros; son tus hermanos. El mandato para tolerarlos significa que muchas veces no sea fácil.  Es una lucha.
  • Habra quejas y ofensas, pero tienes que perdonar al otro, como Cristo te perdonó a ti. Si no perdonas a tu hermano, Dios no te perdonará (Mateo 6:14-15).
  • La paz de Cristo debe gobernar tu corazón. Hay que luchar contra toda desunión y cualquier cosa que puede destruir la paz del cuerpo de Jesús.  Comienza con una paz interior, una paz que el mundo no puede dar, sino que proviene de Cristo. Somos un solo cuerpo en Jesús – todos que confiesen a Jesús como Señor. Un cuerpo dividido entre sí (entre denominaciones y concilios y varios ministerios), no permanecerá.
  • Sé agradecido, no murmurando ni quejándote, sino dando gracias a Dios en todo.
  • La rica palabra de Cristo tiene que ocupar un lugar central en tu vida, habitando en nosotros. La enseñanza de la Palabra no viene solamente del pastor o maestros; todos deben instruir y aconsejar uno al otro con la Palabra.
  • La verdadera adoración es una parte integral de la comunidad de fe. Hay variedad en esa adoración: salmos, himnos, y canciones espirituales.  No hay una sola clase de música designada “adoración.” Y hay que cantar a Dios; no es un concierto para el entretenimiento de la iglesia, ni es una oportunidad para algunos músicos vanagloriarse. La adoración que agrada a Dios proviene de un corazón agradecido, y es una expresión natural de gratitud a Dios por todo lo que Él ha hecho.
  • Nuestra fe y relación con Cristo tienen que impactar todo lo que hacemos. No puedes separar tu vida espiritual de tu vida secular, dando a Cristo un día en la semana, 10% de tus ingresos, y 15 minutos diarios para devociones.   Hacer todo en el nombre de Jesús no significa que dices “en el nombre de Jesús” para cada cosa que haces; significa hacer todo como si fuese Cristo mismo haciéndolo, hacer todo en su poder, con su corazón, para traer gloria y alabanzas a su nombre. Todo tiene que ser conforme a su voluntad.
  • Tenemos que ver la mano de Dios en toda la vida, y darle gracias en todo.

Bueno,  ¿estás listo?  ¿Listo a destruir los enemigos adentro? ¿Listo a entrar en la tierra prometida? ¿Listo para una experiencia más profunda con Cristo?  ¿Estás desilusionado con la vida cristiana? ¿Estás cansado? ¡No tires la toalla!  ¡Hay mucho más que Cristo tiene para ti!