Cómo sobrevivir una crisis

Crisis: “Problema, conflicto, situación delicada; cambio importante en el desarrollo de un proceso que da lugar a una inestabilidad.”  ¡Nuestro mundo está en crisis! La crisis es un llamado para despertarse. La persona, iglesia, o país está en una cruza calles, donde tiene que decidir si va a buscar a Dios y tener la fe para vencer al problema, o va a rendirse y nunca experimentar la plenitud de la provisión de Dios.

Muchos se encuentran en ese momento de decisión. Se han acomodado al mundo, aprovechándose de todos sus beneficios, y a la misma vez quieren la bendición de Dios. Pero no hay ningún arrepentimiento genuino, y no están listos a crucificar la carne y dejar todo para seguir a Cristo. Están engañados, creyendo que pueden tener lo mejor de Dios y también del mundo.  Están en un desierto, con vidas infructuosas y llenas de problemas. Son esclavos, como Israel era en Egipto, pero no quieren hacer lo necesario para entrar en la tierra prometida.  Han aceptado la mentira del diablo que no hay una vida victoriosa para el cristiano. Tienen una vida llena de las cosas del mundo, pero vacía espiritualmente.

Victoria sobre cada enemigo

¿Y tú? Si tú estás pasando por una crisis, si te sientes perdido, si estás lleno de dudas y has perdido la visión de la vida abundante, este mensaje es para ti. Vamos a ver el modelo bíblico de cómo salir del desierto (la crisis), vencer a tus enemigos, y vivir como un hijo del Rey en su Reino.

Cuando Israel entró en su tierra prometida, encontraron a muchos enemigos.  Dios dijo claramente en Deuteronomio 7:1 que eran más grandes y fuertes que Israel. Pero tenían la promesa de Dios que la tierra era suya para poseer, que Él los entregaría a ellos, y que Dios mismo los expulsaría de su presencia.

Cuando tú entras en tu nueva vida en Cristo, en tu tierra prometida, también hay muchos enemigos en la tierra. Pueden ser enemigos grandes y fuertes, pero Dios te promete expulsarlos de tu vida. Él quiere que tomes posesión de todo lo que tiene para ti, pero tú tienes que hacer tu parte, e Israel tenía que hacer su parte. Deuteronomio 7 sigue diciendo:

2 Cuando el Señor tu Dios te las haya entregado y tú las hayas derrotado, deberás destruirlas por completo. No harás ningún pacto con ellas, ni les tendrás compasión. 3 Tampoco te unirás en matrimonio con ninguna de esas naciones; no darás tus hijas a sus hijos ni tomarás sus hijas para tus hijos, 4 porque ellas los apartarán del Señor y los harán servir a otros dioses. Entonces la ira del Señor se encenderá contra ti y te destruirá de inmediato. 5 »Esto es lo que harás con esas naciones: Destruirás sus altares, romperás sus piedras sagradas, derribarás sus imágenes de la diosa Aserá y les prenderás fuego a sus ídolos. 6 Porque para el Señor tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su posesión exclusiva entre todos los pueblos de la tierra.

Lo requerido de nuestra parte

Su victoria comienza con una obra soberana de Dios: Él los entregará. Pero entonces Israel, guiado por el Señor, tiene que derrotarlos; no será posible derrotarlos si Dios no los ha entregado en sus manos.  Pero no es suficiente simplemente derrotarlos; hay una serie de cosas que tienen que hacer:

  • Destruirlos por completo
  • No hacer ningún pacto con ellos (¡es difícil hacer un pacto con un muerto!)
  • No tener compasión de ellos
  • No casarse con ellos
  • Destruir su religión diabólica completamente

¿Por qué es necesario estar tan fuerte?

  • Se apartarán del Señor si tienen una relación cercana con ellos.
  • Habra mucha tentación para servir a sus dioses.
  • Dios es un dios celoso; Él quiere una relación exclusiva con un pueblo que él eligió. Ellos son su posesión. Es semejante a la relación exclusiva que quieres con tu conyugue.
  • El pueblo de Dios es un pueblo santo, y Dios es santo y no tolera el pecado. No puedes servir a dos amos.

Las consecuencias de no hacer todo conforme a esta palabra son claras y severas:

  • Su ira se encenderá contra Israel.
  • Los destruirá de inmediato.

Hay lógica en lo que Dios manda, ¿verdad? ¿No es un gran privilegio ser escogido por Dios? ¿De verdad necesitas a otros amantes? ¿Qué te ofrecen? ¿No es suficiente tener una relación exclusiva con Dios? ¿No te basta una tierra que fluye leche y miel?

Esta misma palabra te aplica a ti hoy en día:

  • Dios te ha escogido.
  • Exige una relación exclusiva contigo; no puedes servir a dos amos.
  • Hay todavía enemigos que derrotar, y Dios te promete la victoria.
  • Pero es una lucha, y tú tienes que pelear.

Para la mente contemporánea, destruir a toda esa gente, incluso mujeres y niños, parece muy cruel. Gracias a Dios, ya no tenemos que matar a nadie, pero todavía tienes a enemigos – por dentro. Y sí, la única opción es matarlos.

Resucitado con Cristo

La primera parte de Colosenses capítulo 3 prepara la mente para la batalla:

1Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. 2 Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, 3 pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria.

Nosotros tenemos algo mucho mejor que una tierra en Palestina, algo fuera de este mundo:

  • Tú has muerto. Tu bautismo es un símbolo de esa muerte. Tienes que morir y nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios.
  • Tú has resucitado, juntamente con Cristo.  Eres una criatura nueva.
  • Ahora Cristo es tu vida; no tu trabajo, ni tu dinero, ni los placeres del mundo, ni aun tu familia. Cristo tiene que ser tu vida y ocupar el primer lugar en tu corazón.
  • Esa vida está escondida con Cristo en Dios. ¿Hay algún lugar mejor? Hay unión con Dios, con cuerdas de amor.
  • Algún día tú serás manifestado juntamente con Cristo en gloria; compartirás en su gloria celestial.

Este Cristo que es tu vida:

  • Está sentado a la derecha de Dios; reina, tiene toda autoridad, e intercede al Padre por ti.
  • Se manifestará; vendrá otra vez a este mundo y todo ojo le verá en su gloria. Establecerá su reino, y toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que es Señor.

Busca las cosas de arriba

En la luz de esta vida maravillosa que Dios nos ha dado, hay que:

  • Buscar las cosas de arriba; los valores, el fruto, y la vida del reino de Dios. No busques más las cosas materiales, la fama, o los placeres de este mundo.
  • Concentrar tu atención en las cosas de arriba. Ahora tú eres parte de otro reino. No concentres tu atención en la televisión, el internet, y todas las cosas que te llaman la atención aquí en la tierra.

Aun con todo lo que Dios ha hecho, todavía habrá una lucha interior, y tú tienes que guerrear, o vas a sufrir mucha pérdida. Es el mismo mandato radical que tenía Israel: la destrucción total de sus enemigos.  El diablo engaña a muchos a batallar contra sangre y carne, contra otras personas, cuando el verdadero enemigo está adentro. Colosenses 3 continúa:

5 Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría. 6 Por estas cosas viene el castigo de Dios. 7 Ustedes las practicaron en otro tiempo, cuando vivían en ellas. 8 Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. 9 Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios, 10 y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador. 11 En esta nueva naturaleza no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y está en todos.

Crucifica la carne

¡Hazla morir! ¡Crucifica la naturaleza terrenal!  Aquí hay unos ejemplos de los enemigos que tienes que matar:

  • Inmoralidad sexual
  • Impureza
  • Bajas pasiones
  • Malos deseos
  • Avaricia (NLT: No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo.) Esta es la verdadera idolatría.
  • Enojo
  • Ira
  • Malicia
  • Calumnia
  • Lenguaje obsceno
  • Mentiras

¿Reconoces algunos de estos enemigos en tu vida? ¿Hay otros que el Espíritu de Dios te quiere revelar? ¿Cuánto tiempo más vas a tolerarlos?  ¡Están destruyéndote! Dios ya te ha dicho que no tienes que vivir con ellos, pero hay algo que tú tienes que hacer:

  • Hazlo morir. Mátalo. Destrúyelo.
  • Abandónalo. Deja de hacerlo.  No hay ninguna excusa para el pecado. Dios te ha librado del pecado. Cristo ha vencido al enemigo, y te da el poder y la gracia para matarlo y dejarlo.  Te capacita con su Espíritu Santo.

Santificación

Ahora Pablo te ayuda comprender esta realidad de una vida nueva y victoriosa:

  • Tú ya conoces muy bien las cosas que tienes que matar; vivías en ellas en otro tiempo y las practicabas. No condenes a los que sigan practicándolas, que vivan en ellas. No necesitan condenación, sino la oferta de algo mejor. Dales tu testimonio de como Dios te libró de ellas. Si todavía estás practicándolas, no tienes mucho que ofrecer al mundo.
  • Santificación. Hay dos verdades aquí:
    • Al momento del arrepentimiento quitamos la ropa vieja de la naturaleza pecaminosa con sus deseos. ¿Cuántos días llevas la misma ropa sucia? ¡Quítala! ¡Pero no te quedes desnudo! Necesitas ropa nueva, que es una nueva naturaleza, dada por Cristo. De verdad, es Cristo mismo. Eres una criatura nueva.
    • Pero esta no es una doctrina de perfección (que dice que ya no hay ninguna lucha con el pecado), porque vamos renovándonos en conocimiento a imagen de nuestro Creador.  La transformación ya es hecha espiritualmente, pero para muchos años practicabamos esos pecados. Tal como los hebreos necesitaban 40 años en el desierto para transformar su mentalidad esclava, es un proceso de la renovación de la mente para nosotros. Continuamente tenemos que renunciar la vieja naturaleza con sus pensamientos y deseos, y llenar la mente con la verdad de la Palabra de Dios. Necesitamos conocimiento. Oseas 4:6 dice por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. Tenemos que enseñar y explicar la Biblia para dar conocimiento profundo acerca de Dios. Somos creados a la imagen de Dios; ahora queremos restaurar esa imagen (Romanos 12:2). Esto requiere un esfuerzo de parte nuestra y el apoyo de la iglesia.
  • Son estos mismos pecados que enojan a Dios e invitan su castigo. No te engañes; la salvación no es un billete para el cielo que te da libertad para practicar estos pecados sin consecuencias severas.
  • Todas las barreras del mundo están derribadas en Cristo. Si vamos a tener una comunidad cristiana auténtica, tenemos que derribarlas y proclamar la unidad e igualdad de todos en Cristo.

12 Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. 14 Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.

La nueva ropa

Cuando destruyes al enemigo, tienes que llenar tu corazón con algo de Dios. Otra vez Pablo utiliza la imagen de ropa, para vestirse. Esta es la ropa nueva, que Dios nos da.  Estos son ejemplos de lo que puede llenar tu vida; nota que son semejantes al fruto del Espíritu Santo:

  • Afecto entrañable (NLT: tierna compasión)
  • Bondad
  • Humildad
  • Amabilidad (NLT: gentileza)
  • Paciencia
  • Amor, como abrigo encima de todo; es el vínculo perfecto.

En la tentación, tu puedes decir: “Estoy quitando y destruyendo esa ropa vieja del enojo. Gracias Cristo por mi ropa nueva. Ahora me pongo el perdón y el amor.”

Si dejas la tierra vacía, algo aun peor puede pasar: Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos, buscando descanso sin encontrarlo.  Entonces dice: “Volveré a la casa de donde salí.” Cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada.  Luego va y trae a otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado postrero de aquella persona resulta peor que el primero. (Mateo 12:43-45)

Por esa razón, Dios advirtió a los hebreos a no matar a todos sus enemigos de una sola vez: El Señor tu Dios expulsará a las naciones que te salgan al paso, pero lo hará poco a poco. No las eliminarás a todas de una sola vez, para que los animales salvajes no se multipliquen ni invadan tu territorio. (Deuteronomio 7:22)  Cuando matamos o echamos algo afuera siempre tenemos que re-emplazarlo con algo positivo.

Una nueva autoimagen

También tenemos que cambiar nuestra autoimagen. Es más fácil poner esta ropa nueva, ropa noble, cuando tenemos este concepto que somos:

  • Escogidos de Dios
  • Santos, no en el sentido de ser perfectos, sino que somos separados del mundo.
  • Amados. El amor de Dios nos motiva a cambiar y agradecerle, tal como la certeza del amor de tu conyugue debe motivarte a renunciar todo lo que puede dañar la relación, y hacer todo lo posible para bendecirle.

13 De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. 15 Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. 16 Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. 17 Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.

Permanecer en victoria

Con tus enemigos destruidos, y morando en la tierra prometida, el diablo va a atacar la unidad del  cuerpo de Jesús.  Tenemos que mantener lo que hemos obtenido y vivir como hijos del Rey.  ¿Cómo?

  • Tolera a otros; son tus hermanos. El mandato para tolerarlos significa que muchas veces no sea fácil.  Es una lucha.
  • Habra quejas y ofensas, pero tienes que perdonar al otro, como Cristo te perdonó a ti. Si no perdonas a tu hermano, Dios no te perdonará (Mateo 6:14-15).
  • La paz de Cristo debe gobernar tu corazón. Hay que luchar contra toda desunión y cualquier cosa que puede destruir la paz del cuerpo de Jesús.  Comienza con una paz interior, una paz que el mundo no puede dar, sino que proviene de Cristo. Somos un solo cuerpo en Jesús – todos que confiesen a Jesús como Señor. Un cuerpo dividido entre sí (entre denominaciones y concilios y varios ministerios), no permanecerá.
  • Sé agradecido, no murmurando ni quejándote, sino dando gracias a Dios en todo.
  • La rica palabra de Cristo tiene que ocupar un lugar central en tu vida, habitando en nosotros. La enseñanza de la Palabra no viene solamente del pastor o maestros; todos deben instruir y aconsejar uno al otro con la Palabra.
  • La verdadera adoración es una parte integral de la comunidad de fe. Hay variedad en esa adoración: salmos, himnos, y canciones espirituales.  No hay una sola clase de música designada “adoración.” Y hay que cantar a Dios; no es un concierto para el entretenimiento de la iglesia, ni es una oportunidad para algunos músicos vanagloriarse. La adoración que agrada a Dios proviene de un corazón agradecido, y es una expresión natural de gratitud a Dios por todo lo que Él ha hecho.
  • Nuestra fe y relación con Cristo tienen que impactar todo lo que hacemos. No puedes separar tu vida espiritual de tu vida secular, dando a Cristo un día en la semana, 10% de tus ingresos, y 15 minutos diarios para devociones.   Hacer todo en el nombre de Jesús no significa que dices “en el nombre de Jesús” para cada cosa que haces; significa hacer todo como si fuese Cristo mismo haciéndolo, hacer todo en su poder, con su corazón, para traer gloria y alabanzas a su nombre. Todo tiene que ser conforme a su voluntad.
  • Tenemos que ver la mano de Dios en toda la vida, y darle gracias en todo.

Bueno,  ¿estás listo?  ¿Listo a destruir los enemigos adentro? ¿Listo a entrar en la tierra prometida? ¿Listo para una experiencia más profunda con Cristo?  ¿Estás desilusionado con la vida cristiana? ¿Estás cansado? ¡No tires la toalla!  ¡Hay mucho más que Cristo tiene para ti!