Receta para el cansancio y el desánimo;  Hebreos 12:1-3

La Palabra de Dios es maravillosa.  Dios conoce nuestra condición. Vivió aquí como hombre y fue tentado en todo como nosotros.  Jesucristo también luchó contra el cansancio y el desánimo.  A veces, solo quería volver a su Padre y olvidarse de este mundo caído. Pero Cristo encontró una receta para esa condición que Él le reveló al escritor de Hebreos. Ahora Él te invita a fijar la mirada en Él, para que te ayude en tus batallas.

Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.  Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.  Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.

Como siempre, estudiar el pasaje en contexto nos ayuda a entenderlo. Descubrimos el sufrimiento de todos estos héroes de la fe en el capítulo anterior. ¡Tu vida tuya no es tan mala ni tan difícil! Con esta multitud de testigos para animarte, aquí están los pasos de su receta:

  1. Recuerda a todos tus hermanos, hoy y en el pasado, que están en la lucha. Tú no estás solo. Es fácil pensar que tu caso es peor que cualquier otro, pero no lo es. También es fácil creer que nadie entiende tu lucha. Pero todos luchamos con las mismas tentaciones y problemas. Por lo tanto, es importante meditar en la experiencia de las personas en la Biblia, leer biografías de otros creyentes y disfrutar del compañerismo con los hermanos.
  2. ¡Tú también eres testigo de la grandeza de Dios! ¡Tú puedes ser un héroe de la fe! Compartir tu testimonio con otros los anima y edifica tu propia fe.
  3. Despojémonos del lastre (RVR: todo peso) que nos estorba. Muchos intentan correr con cargas muy pesadas.  ¿Recuerdas a David cuando Saúl le puso toda su armadura y no podía moverse (1 Samuel 17:38 y 39)? ¿Cuáles son los lastres que te estorban? Despójate de todas esas cargas.
  4. Despojémonos especialmente del pecado que nos asedia.

Asediar significa: Cercar un lugar para impedir que salgan los que están en él o que reciban socorro de fuera: asediar una ciudad. Molestar o importunar sin descanso.

El pecado te quita mucha energía. Es muy costoso. ¡El diablo quiere que no salgas de tu pecado! Lo usa para que no recibas socorro de Dios, y te molesta sin descanso.

Corramos con perseverancia (DHH: Fortaleza, RVR: paciencia)  la carrera que tenemos por delante. ¡Hay tantas cosas en esta frase!

  1. Hay una carrera preparada para ti. A veces hay desvíos en esa carrera. Yo no puedo decir que Dios tiene una sola ruta para cada persona, y si te desvías de ella ya has perdido su mejor. Pero Dios tiene planes para tu vida, y creo que hay mucha tentación de seguir otra carrera. La carrera suya puede ser más estrecha y dificil. Espera en Dios para discernir esa carrera, y examínate frecuentemente para ver si la estás siguiendo.

 

  1. Tienes que siempre ir por delante. No vuelvas atrás. No mires atrás y ser paralizado como la esposa de Lot. Continúa adelante.

 

  1. Tienes que correr. El propósito de una carrera es correr, no caminar ni detenerse. Todos corren, y vas a perder si tú no corres. La carrera de esta vida no dura para siempre. Hay un final, pero hay mucho que hacer mientras corremos, aquí en esta tierra. No hay tiempo para relajarse y ser flojo. ¡Corre! Pero corre solo la carrera que Dios ha preparado para ti. Si no es esa, vas a correr con tus propias fuerzas y te será muy difícil. Pero si es de Dios, Él te dará fuerzas.

 

  1. Necesitas perseverancia. En nuestra sociedad queremos todo ahora mismo; no queremos esperar por nada. No se nota mucha perseverancia en el matrimonio, en el trabajo o incluso en la iglesia. No es fácil. Muchas veces tienes que hacer algo cuando no tengas las ganas, cuando estés cansado y desanimado, pero así pasarás por ese momento difícil y terminarás la carrera.

 La parte más importante de la receta es tener una vida Cristo-céntrica: Fijemos la mirada en Jesús. Estudia los evangelios para conocer mejor a tu Salvador. Con la mirada fija en Cristo, caminando cerca de Él, será difícil caer.

  1. Es el iniciador y perfeccionador de nuestra fe (DHH: de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona). Sin Cristo, no puedes; no eres nada. Todavía estás en tus pecados; estás muerto. Tu fe es la fuente de tu relación con Jesús; no es algo mágico que uses para recibir todo lo que quieres de Dios. Tu fe proviene de tu conocimiento de Cristo, y Él no te salva solo para abandonarte.  Sigue trabajando para perfeccionar tu fe. Así como Jesús fue perfeccionado por lo que padeció, Él ahora está usando las pruebas para perfeccionar tu fe. ¿Quieres una fe perfecta?  Acércate a Jesús y déjalo trabajar en tu vida.

 

  1. Quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz. No hubo gozo en la cruz; hubo un gran dolor, el peor que alguien haya experimentado. ¿Cómo podría soportarlo? Por la esperanza y la certeza del gozo que le esperaba cuando obtuvo nuestra salvación. ¿Cuál es tu prueba más difícil ahora? ¿Crees que no puedes aguantar más? Dios quiere avivar tu esperanza. A veces experimentamos un poco de ese gozo en la adoración o en el compañerismo de la iglesia. ¡No pierdas la esperanza!

 

  1. Menospreciando la vergüenza que ella significaba.   Imagínate al Hijo de Dios, sin mancha alguna, sufriendo la vergüenza de la cruz. ¿Qué es lo que te avergüenza ahora? ¿Cómo respondes a la vergüenza? ¡Menospréciala! ¡Ignórala! Si estás corriendo la carrera que Dios tiene para ti, esa vergüenza no te toca.

 

  1. Ahora Cristo está sentado a la derecha del trono de Dios. El dolor y la vergüenza no duran para siempre. Puede ser en el cielo, pero Dios tiene un propósito en lo que está sucediendo en tu vida y tiene una recompensa para ti. Tú no estás sentado a la diestra de Dios, pero Él te promete un lugar en su reino, vida eterna y un paraíso mucho mejor de lo que puedas imaginar.

 

  1. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores. ¿Estás fastidiado por todo el pecado que te rodea?  ¿Crees que estás sufriendo mucha oposición?  ¡Lee de nuevo los evangelios! ¡Persevera! Hubo momentos cuando Cristo no tuvo las ganas, pero perseveró.

Hoy en día los medicamentos son muy caros, y existen muchos efectos secundarios peligrosos.  ¡Esta receta es gratuita y todos los efectos secundarios son beneficiosos! Pero tú no puedes cambiar la dosis o el contenido del medicamento.  Pruébalo. Millones han encontrado nueva esperanza y nueva vida. Y luego compártela con un mundo cansado y desanimado.