Adulterio y divorcio   Romanos 7:1-3

En este capítulo Pablo se encuentra en medio de un argumento muy importante: En Cristo somos libres de la ley, pero no libres para pecar.  Crucificamos a la naturaleza pecaminosa para entonces vivir por el poder del Espíritu. Para esforzar su punto, apela a lo que la ley dice acerca del matrimonio.

1 Hermanos, les hablo como a quienes conocen la ley. ¿Acaso no saben que uno está sujeto a la ley solamente en vida?

Muchos que recibieron esta carta eran judíos que ya conocían la ley.  Deben saber que la ley del Antiguo Testamento era para esta vida solamente.

2 Por ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo sólo mientras éste vive; pero si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo. 3 Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro hombre.

Su ejemplo, que solamente toca al tema de divorcio y adulterio, cuadra con la enseñanza de otras escrituras (Lucas 16:18, Marcos 10:2-12, 1 Corintios 7:10-16). Él habla de una mujer aquí, pero aplica también al hombre.

“Hasta que la muerte nos separe.” No son meras palabras, un voto de boda (aunque ahora muchos no lo incluyen en los votos). Es el entendimiento fundamental de matrimonio como Dios lo diseñó. La única salida es la muerte. Libertad de la ley no nos libra de las normas para el matrimonio.  Un cristiano no puede decir que en Cristo es libre, y no está ligado a su esposa.

Para evitar el adulterio, la persona divorciada se queda soltera. Casarse con otro, mientras el conyugue queda vivo, resulta en adulterio, y en la Biblia el adulterio es algo muy serio. Los adúlteros no pueden entrar en el cielo (1 Corintios 6:9-10). Son asuntos muy complejos y este no es un estudio profundo (lee este blog para ese estudio https://blog.unpadreespiritual.com/2017/04/la-santidad-del-matrimonio-y-el-problema-del-adulterio-y-divorcio/, o mi libro 1 Corintios: Un manual para el varón cristiano.  Pero la persona que se divorcia y se casa con otro está en adulterio,y me parece que hay un montón de esos adúlteros en nuestras iglesias.  ¿Qué es la solución?

  • Confiesa cualquier pecado que haya ante Dios.  Ni el divorcio ni el adulterio son pecados imperdonables.
  • Si estás en otro matrimonio, no te divorcies de esa persona.
  • Si es posible, Dios siempre quiere reconciliación. Si estás divorciado y ustedes no se han casado con otro, ora y busca una reconciliación, pero con mucha sensibilidad y paciencia (ve a Oseas para un ejemplo).
  • En cada circunstancia, haz lo que puedas: pide perdón, arregla lo que puedas, y repara la relación con otros (hijos, suegros).
  • Busca consejo sabio, estudia la Biblia, y ora mucho antes de tomar alguna decisión. Más que nunca, necesitas el guía del Espíritu Santo aquí.

Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16), pero también te ama a ti. Si has pecado en esta área, Él quiere perdonarte, sanar las heridas, y restaurarte. No escribo esto para condenarte, pero es muy importante discernir lo que dice Dios acerca del divorcio y adulterio.