Gloria y frustración: Romanos 8:18-27

Cómo soportar tu sufrimiento actual

18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.

En esta porción nos encontramos en medio de una mezcla de padecimiento, esperanza, gloria, y frustración. Compartimos en los sufrimientos de Cristo ahora, pero tal como Cristo sufrió por un ratito y ahora está glorificado en el cielo, la gloria futura tuya empequeñece tu padecimiento ahora.  Vale la pena perseverar; el conocimiento que Cristo pasó por lo mismo debe ayudarte soportarlo y acercarte a Él.

Vemos esta perspectiva bíblica también en 2 Corintios 4:17-18: Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. Si fijas tus ojos en cosas terrenales estarás deprimido y desesperado. Acuérdate que esa casa, esa coche, ese trabajo – todo lo que ves ahora – es pasajero.  Fija tus ojos y dedica tu energía y tiempo a lo eterno, a lo que no se ve. Te dará una perspectiva nueva de tus aflicciones ahora.

¿Has pensado en la gloria que será revelada en ti? ¿Ves a tus hermanos en Cristo con una visión de su gloria futura?

La vida ahora: frustrada

19 La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, 20 porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza 21 de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. (NTV: la creación espera el día en que se unirá junto con los hijos de Dios a la gloriosa libertad de la muerte y la descomposición)

Esta vida está caracterizada por frustración. La palabra griega significa vacuidad, futilidad, y falta de propósito. Es la misma palabra que usaba Salomón en Eclesiastés 1:2 cuando dice que la vida es absurda. Y tú no eres el único sufriendo;  ¡la creación sufre también! (¡Toda la creación de Dios es importante! Es nuestro deber cuidarla.)

Hay un día glorioso por venir, cuando los hijos de Dios (tu y yo) serán revelados. Todo el mundo va a ver quiénes somos. Esa revelación va a impactar a la creación también: Termina su frustración y corrupción.  Por esa razon lo aguarda con ansiedad. Nosotros también somos sometidos al mismo decaimiento y frustración.

Y tú, ¿aguardas con ansiedad para el día de tu liberación y revelación? ¿Te sientes a veces como un esclavo? ¿Un esclavo del pecado, como Pablo lo describe en capítulo 7?  ¿Un esclavo de corrupción?

Imagínate un mundo futuro sin decaimiento ninguno, ni en la creación ni en nosotros.  La creación alcanzará todo su potencial y hermosura, y tú serás libre de toda aflicción y restricción, como un prisionero librado para gozarse de una nueva vida. ¿Tienes esa esperanza firme?

Gemir en esperanza

22 Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. 23 Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? 25 Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia.

¿Has visto el dolor de una mujer en el parto? Está muy fuerte, ¿verdad? La mujer soporta el dolor porque tiene esperanza; sabe que pronto tendrá el gozo incomparable de ver a su hijo o hija. Pues, así es el dolor de la creación ahora, y el dolor nuestro. Las ansias para algo más, el dolor de la vida actual, nos hacen gemir, y el alivio de ese dolor y el gemir es la esperanza. Pero tienes que esperarlo; ahora recibes solo las primicias, el Espíritu Santo.

¿Cómo está tu esperanza? Fuiste salvo en la esperanza y expectativa de algo más.  Cuando recibes lo que esperabas, ya no necesitas esperanza. La esperanza muchas veces es frustrante, pero es de Dios, y es buena. Esta vida es solamente una sombra de tu futuro glorioso. Solamente tenemos las primicias, pero ¡las primicias del Espíritu son muy buenas!

Pablo escribió en 2 Corintios 5:2-5:  Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial,  porque cuando seamos revestidos, no se nos hallará desnudos.  Realmente, vivimos en esta tienda de campaña, suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.  Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas.

Parte de esa esperanza es la redención del cuerpo; a Dios le interesa no solo tu espíritu, sino tu cuerpo también. Ahora te puedes sentir desnudo, pero serás revestido de gloria.

¿Gimes ahora?  ¿O estás tan ocupado y satisfecho con la vida de este mundo que no piensas mucho en tu futuro glorioso? Alguien dijo que los cristianos sonríen demasiado y no gimen suficientemente. ¡Posiblemente Dios permite que pasemos por tribulaciones aquí para que gimamos más!

La solución de tu frustración: Comunión con Dios ahora, a través de su Espíritu

26 Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.

En nuestra aflicción actual, la oración nos lleva a la presencia de Dios, pero Dios sabe que muchas veces no es fácil orar:

  • Somos débiles.
  • Nuestras mentes vagan.
  • No sabemos que pedir de Dios.

Así que Él nos ayuda. Muchas veces hay anhelos que no podemos expresar en palabras, pero el Espíritu sabe el anhelo de tu corazón e intercede por ti. ¿A veces gimes en tu espíritu?  ¿Suspiras? Déjalos manifestarse. Si oras en lenguas, ora mucho en ellas.

Dios también está examinando tu corazón. Él ya sabe tu petición. Tienes la combinación perfecta: El Espíritu intercede por ti, y siempre es conforme a la voluntad de Dios, lo cual significa que Dios siempre contesta esa petición.

Hay un futuro glorioso para ti más allá de lo que puedas imaginar. Pero tienes que esperarlo, y mientras esperas estarás frustrado.  Padecerás. Fija tus ojos en cosas eternas, y acércate a Dios en oración. Gime. Vive en las primicias, la plenitud de su Espíritu que está disponible a ti ahora mismo. Ese Espíritu es la garantía de las promesas de Dios.