4 Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer (quedar unidos) al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios (DHH: una cosecha agradable a Dios). 5 Porque cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte. 6 Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito.
El camino hacia la muerte:
La ley de Dios > malas pasiones despertadas > ellas actuando en nuestros miembros > fruto para muerte
El camino hacia la bendición:
Subyugados a la ley y al diablo > morimos a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo > somos libres de la ley y del diablo > servimos a Dios en el poder del Espíritu
En ese camino hay tres pasos importantes donde Dios satisface tus necesidades más profundas:
- Una nueva motivación
El fundamento para la nueva vida es una relación: Perteneces a Cristo. Antes pertenecías al diablo, pero ya no; estás unido a Cristo. Pablo comienza Romanos 7 con el ejemplo de la unión matrimonial, y ahora habla de nuestra unión con Cristo. Hay mucho paralelismo. Tal como el marido quiere agradar a su mujer, el cristiano quiere agradar a su Señor. El amor de esa mujer te da seguridad y gozo y motivación para serle fiel; igual como el amor de Cristo.
Aquí Dios satisface la necesidad para relación, para pertenecer a alguien, y para seguridad. Nunca encontrarás perfectamente esas cosas en una mujer u otra persona en este mundo. Solamente lo encuentras en Cristo.
2. Una nueva manera de servir
Antes, estabas obligado a cumplir con los requisitos de la ley. Laborabas frustrado, porque estabas dominado por la naturaleza pecaminosa. Siempre era una lucha.
Ahora eres libre. Quieres servir a Dios, y Él te da el poder por medio de su Espíritu para hacer maravillas para la gloria de su nombre; te da el poder y la capacidad para hacer lo recto.
3. Un nuevo resultado
El propósito de la vida es dar fruto; es así para toda flora y fauna. Dice daremos fruto. No hay ninguna duda. En el pasado dabas fruto para la muerte, pero el resultado natural de la nueva vida en Jesús es una cosecha agradable a Dios.
Aquí Dios te da propósito para la vida: la oportunidad para impactar positivamente al mundo. Te da verdadero significado.
Jesús dijo que por sus frutos los conocerás. ¿Cómo está el fruto de tu vida? ¿Estás sirviendo a Dios en el poder del Espíritu? ¿O todavía estás laborando bajo los antiguos mandamientos en el poder de la carne? La única manera de dar fruto para Dios es mediante tu unión con el Cristo resucitado, después de morir a la ley y la naturaleza pecaminosa. De esa manera Dios quiere satisfacer las necesidades más profundas de tu vida.