2 Corintios 1:3-11: El propósito del sufrimiento

El sufrimiento es parte de la experiencia humana universal, pero es difícil para nosotros comprenderlo, y hacemos todo lo posible para escapar de él. En medio de este dolor, muchos nunca reciben el consuelo que necesitan. Algunos cristianos afirman que «Cristo sufrió, para que yo no tenga que sufrir,» pero Dios nunca nos prometió una vida libre del sufrimiento. De hecho, Él vino a vivir entre nosotros y padecer en la cruz. Cristo, nuestro sumo sacerdote, nos acompaña en nuestro sufrimiento; es el Dios de toda consolación. ¡Nosotros tenemos algo de gran valor para ofrecer a gente afligida!

Pablo tuvo muchas oportunidades de ser consolado, ya que soportó mucho sufrimiento. Él comienza esta carta enseñándonos cómo recibir consuelo, y cómo darlo.

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y si somos consolados, es para que ustedes tengan el consuelo que los ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. Firme es la esperanza que tenemos en cuanto a ustedes, porque sabemos que así como participan de nuestros sufrimientos, así también participan de nuestro consuelo.

¡Nueve veces en cinco versículos Pablo usa la palabra “consuelo” o “consolación”! Consuelo es mucho más que una palmadita en la espalda y decir que todo estará bien. El diccionario dice que consolar es: “aliviar la pena o aflicción, dando fuerza, ​​esperanza y ánimo.” La palabra griega tiene un significado mucho más rico: el consolador viene a tu lado, como un abogado defensor en el tribunal. Es el nombre que el Nuevo Testamento usa para el Espíritu Santo. Consolar es estar ahí para alguien, entrar en su dolor y caminar con él en su tribulación.

Consuelo implica sufrimiento

Si todo está bien, no hay necesidad de consuelo. Si quieres consuelo abundante, vas a tener sufrimiento abundante: cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo (verso 5, NTV). Para Pablo, sufrir por Cristo era un gran privilegio: Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte (Filipenses 3:10). ¿Es el anhelo de tu corazón? ¿Puedes aceptar el sufrimiento para llegar a ser más como Cristo?

¿Por qué permite Dios el sufrimiento?

  • Él es el Dios de toda consolación. Compartimos un poco más en su naturaleza cuando recibimos consuelo y lo compartimos con otros. Sobre todo, disfrutamos de una experiencia más profunda del Espíritu Santo, el Consolador. Y llegamos a ser más compasivos, ya que la compasión se relaciona con el consuelo.
  • Dios nos consuela, pero luego espera que nosotros consolamos a otros, permitiendo el flujo del Espíritu Santo en el Cuerpo de Cristo. ¡Mientras más des consuelo, más fluirá el Consolador a través de ti, y más consuelo recibirás! Pero para recibir consuelo, necesitas problemas. Sin tribulaciones no hay necesidad de consuelo; no conocerás la profundidad de la compasión y el amor de Dios, y no podrás consolar a otros. Si conoces a gente que siempre vive la vida buena, ya puedes estar consciente de que difícil es para ellos consolar a otros y tener una compasión genuina. Si recibes consuelo, pero no consuelas a otros, apagarás la obra del Espíritu.
  • El consuelo produce una perseverancia paciente. Puedes aguantar mucho más si sabes que no estás solo; alguien está contigo en la prueba. Si nunca has recibido consuelo, será muy difícil consolar a otros. Es lógico, entonces, que el pastor o líder sufra más, para que esté mejor equipado para ministrar consuelo.

 El gran sufrimiento de Pablo

Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión, que hasta perdimos la esperanza de salir con vida: nos sentíamos como sentenciados a muerte.

¡Esto es fuerte! ¡Este es Pablo, el gran apóstol y el gran varón de fe! ¿Sabes lo que es  perder la esperanza de salir con vida? ¿La vida es tan abrumadora que sentiste sentenciado a muerte? No es siempre algo físico; a veces el dolor emocional es aún más fuerte. Hay muchos tipos de sufrimiento, ¡y todos duelen!

Es impresionante que Pablo sea tan transparente, especialmente con una iglesia que cuestionó su autoridad. Algunos, al enterarse de su sufrimiento, lo verían como un mal ejemplo de fe y victoria. De hecho, el líder necesita discernimiento en cuanto comparte de su vida personal. Si una iglesia cree que su pastor está derrotado y lleno de dudas, puede impactar a toda la congregación. Por otro lado, una iglesia tiene que saber que los pastores también son humanos y pasan por pruebas como cualquier otra persona. Muchos pastores mantienen una fachada de vivir siempre en victoria y sin pruebas, lo que produce una artificialidad en la iglesia.

¿Por qué permite Dios un sufrimiento tan intenso para su siervo escogido?

9Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que resucita a los muertos.

Muchos hombres se jactan de ser autosuficientes. Eso lo hace más difícil ser cristiano, ya que tenemos que renunciar a nuestra independencia y confiar totalmente en Dios. Dios nos permite sufrir hasta que llegamos a un punto en el que no tenemos más remedio; tenemos que confiar en Él. ¡El mismo Pablo todavía tenía que aprender esa lección! Cuanto más talentoso y capaz seas, más tienes que sufrir para llegar a ese punto. Tal vez si conscientemente renunciamos a nuestra independencia y le entregamos todo a Dios, podríamos evitar algunas de estas pruebas. ¿Podría ser que en tu prueba Dios simplemente quiere enseñarte a confiar en Él?

¿Y si morimos en el proceso? No hay problema, porque ¡Dios resucita a los muertos! No te desesperes, aun cuando te sientas la pena de muerte en tu vida, ¡porque Dios da nueva vida!

Tú, la iglesia, y Dios: todos tienen su parte

10 Él nos libró y nos librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza, y él seguirá librándonos, 11 mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros.

  • Dios no te guarda del peligro mortal, pero te librará de él. Él es fiel y justo; tal como te ha liberado en el pasado, Él te librará en el futuro. A veces esa liberación puede ser incluso a través de la muerte, quitándote de este mundo para estar con Él.
  • tienes que mantener tu esperanza en Dios. Fija tus ojos en Dios en medio de la prueba y confía en Él, basado en su fidelidad en el pasado. Puedes sentirte tentado a confiar en tu propio ingenio, tu dinero, u otras personas, pero tarde o temprano todos ellos te fallarán.
  • La iglesia tiene que orar. Pablo reconoce que él necesita las oraciones de otros. Dios lo ha arreglado así; somos parte de un cuerpo y nos necesitamos mutuamente.
    • La versión amplificada dice “cooperando con sus oraciones para nosotros – ayudando y trabajando junto con nosotros.”
    • ¿Intercedes fielmente por los que sufren? Desde la comodidad de tu hogar tú puedes ayudar a hermanos que sufren en otras partes del mundo. Busca maneras de mantener la comunicación con ellos.
    • Aunque parece increíble, ¡a ellos les gustaría saber cuáles son tus necesidades para que puedan orar por ti! ¡A menudo las personas en las circunstancias más difíciles son los guerreros más fieles de oración!
    • Si nadie sabe lo que está sucediendo en tu vida, no pueden orar por ti ni consolarte.
    • Si le dices a alguien que vas a orar por él, ¡hazlo! Si alguien me dice que tiene una cita médica importante el jueves, esa mañana me gusta enviarle un mensaje de texto para que sepa que alguien está orando.

11 Así muchos darán gracias a Dios por nosotros a causa del don que se nos ha concedido en respuesta a tantas oraciones.

Hay un fruto más de nuestras oraciones: Dios recibe la acción de gracias y adoración por el derramamiento de su gracia y favor. Por eso es tan importante compartir cómo Dios ha contestado la oración, y averiguar y dar gracias a Dios por sus respuestas.

¿Ves las muchas maneras en que Dios trabaja por medio de nuestro sufrimiento? No siempre lo hace más fácil cuando se está desesperando de la vida, pero nuestro padecimiento le da la oportunidad a otros de recibir la bendición de consolarnos, orar por nosotros y ver las oraciones contestadas.

En este preciso momento Dios quiere derramar su consuelo sobre tu vida.  No importa cuán desesperada sea tu situación, Él está a tu lado. Recibe su consuelo, y dale gracias por su fidelidad. ¡No estás solo!

 

Aprovecha al máximo el resto de tu vida

La última vez que miramos al rey Saúl, estaba desnudo y profetizando delante del Señor. En medio de eso David se escapó, y Saúl se detuvo temporalmente de perseguirlo. Pero en vez de nutrir lo que Dios hizo en él, permitió que su miedo y celos le dominaran de nuevo. Inspirado por Satanás, comete su peor atrocidad.

Entonces el rey mandó a llamar al sacerdote Ajimélec hijo de Ajitob, y a todos sus parientes, que eran sacerdotes en Nob. Cuando llegaron,  Saúl le dijo:

—Escucha, hijo de Ajitob.

—Diga, mi señor —respondió Ajimélec.

—¿Por qué tú y el hijo de Isaí conspiran contra mí? —le reclamó Saúl—. Le diste comida y una espada. También consultaste a Dios por él para que se subleve y me aceche, como en realidad está pasando.

Ajimélec le respondió al rey:

—¿Quién entre todos los oficiales del rey es tan fiel como su yerno David, jefe de la guardia real y respetado en el palacio?  ¿Es acaso ésta la primera vez que consulto a Dios por él? ¡Claro que no! No debiera el rey acusarnos ni a mí ni a mi familia, pues de este asunto su servidor no sabe absolutamente nada.  (1 Samuel 22:11-15)

Dios está dando a Saúl una salida. El varón de Dios le está hablando sentido común. La verdad. Pero el pensamiento de Saúl estaba retorcido por las mentiras y el engaño del diablo. Saúl se hubiera humillado, agradecido al sacerdote por ayudar a su yerno, y salvándose de juicio adicional. Pero su corazón estaba endurecido por el pecado y la envidia. Él no tenía temor de Dios ni respeto por sus siervos. —¡Te llegó la hora, Ajimélec! —replicó el rey—. ¡Y no sólo a ti sino a toda tu familia!

 De inmediato el rey ordenó a los guardias que lo acompañaban:

—¡Maten a los sacerdotes del Señor, que ellos también se han puesto de parte de David! Sabían que estaba huyendo, y sin embargo no me lo dijeron.

Pero los oficiales del rey no se atrevieron a levantar la mano en contra de los sacerdotes del Señor.  Así que el rey le ordenó a Doeg:

—¡Pues mátalos tú!

Entonces Doeg el edomita se lanzó contra ellos y los mató. Aquel día mató a ochenta y cinco hombres que tenían puesto el efod de lino.  Luego fue a Nob, el pueblo de los sacerdotes, y mató a filo de espada a hombres y mujeres, a niños y recién nacidos, y hasta a los bueyes, asnos y ovejas. (22:16-19)

Fue un edomita gentil que mató a los sacerdotes. No judío lo haría. El mismo Saúl que no pudo obedecer al Señor para destruir totalmente Amelech no vacila en destruir todos en Nob. Pero no ha logrado nada. David está todavía libre, y Saúl se ha alienado aún más al Señor.

Pero Saúl no era tan despistado como pareciera. Quebrantado, endurecido, y atado, Saúl todavía era capaz de responder a David con ternura. En más de una ocasión David pudo haber matado a Saúl. Cuando David terminó de hablar, Saúl le preguntó:

—David, hijo mío, ¡pero si eres tú quien me habla!

Y alzando la voz, se echó a llorar.

 —Has actuado mejor que yo —continuó Saúl—. Me has devuelto bien por mal.  Hoy me has hecho reconocer lo bien que me has tratado, pues el Señor me entregó en tus manos, y no me mataste.  ¿Quién encuentra a su enemigo y le perdona la vida? ¡Que el Señor te recompense por lo bien que me has tratado hoy!  Ahora caigo en cuenta de que tú serás el rey, y de que consolidarás el reino de Israel.  Júrame entonces, por el Señor, que no exterminarás mi descendencia ni borrarás el nombre de mi familia.

 David se lo juró. Luego Saúl volvió a su palacio, y David y sus hombres subieron al refugio. (24:16-22)

Nadie le hubiera culpado si David mató a Saúl. Nadie tenía que saber. Sin embargo, siglos antes de que Jesús nos enseñó a amar a nuestros enemigos, David tenía un corazón que estaba bien con Dios. Él siempre honró a sus ancianos y los que tenían autoridad, y no tocaría al ungido del Señor. No tomó las cosas en sus propias manos, sino confiaba en Dios para juzgar a Saúl. Pero también estaba suficientemente sabio para no quedarse y ser objeto de su abuso. David regresó con sus hombres a la fortaleza y dejó que Saúl se autodestruyera.

Saúl se hubiera rendido aquí. Pero, como la mayoría de los hombres, su orgullo no se lo permitió, así que mantenía la persecución de David. Nunca pensó en humillarse, arrepentirse, y buscar al Señor. Si le hubiera entregado el reino al sucesor que Dios había elegido (que ya estaba en la familia), él hubiera salvado su vida y hubiera disfrutado de sus últimos años.

Si te encuentras en una situación como la de David:
• Manten tu honor y haz lo recto, incluso cuando veas tremenda corrupción en los mayores de ti.
• Resiste la tentación de socavar – pero haz lo que puedas para evitar lo peor de su veneno.
• Ora por ellos. Puedes orar con fe que la montaña sea removida para el mar. Pero acuérdate que Dios permitiera que se quedase.
• No pienses de asesinato (en serio).
• Pelea con el verdadero enemigo.
• Seas capaz de ministrar a ellos, como David tocaba el arpa para Saúl. Sea difícil y se sienta incómodo, pero permite que Dios te use.

Aprovecha al máximo el resto de tu vida

Dios quiere que aprendamos de nuestros errores y, como mentor o padre espiritual, ayudar a los jóvenes evitarlos. Conozco a muchos hombres aplastados por la decepción y el fracaso. Es fácil retirarse y darse por vencido. Qué bueno es conocer a un joven lleno de fe y energía para servir al Rey de reyes. Anímale y ayúdale como puedas.

Estés desencantado y desanimado con esta vida. Pero en vez de vivir en el pasado con sus pesares, saca el máximo provecho de lo que tengas.
• Acepta la muerte de algunos sueños, y llóralos.
• Humíllate y reconoce tu parte en lo que ha pasado en tu vida.
• Deja de jugar el juego de la culpa y aprovecha al máximo el tiempo que te quede.

Dios te dará alternativas viables. Había varias opciones para Saúl:
• Invertirse en su yerno y sucesor. Saúl habría crecido mientras apoyaba a David.
• Tuvo un hijo impresionante. Pudiera conocido mejor a Jonatán y pasar tiempo con él.
• Puede unirse a los profetas. La gente ya había preguntado «¿Saúl entre los profetas?» ¡Le esperara una tercera carrera en la escuela de los profetas!
• Pasar tiempo con sus dos hijas, aprendiendo a ser un abuelo.

Es cierto que Saúl perdió su reino terrenal, pero puede usar sus años restantes preparándose para el reino venidero a la misma vez que ayudó a otros desarrollar su autoridad real. A pesar de sus fallas, Saúl tenía algunas buenas opciones. Todavía tenía mucho a su favor. Y tú también. Resiste la amargura y la negatividad. Dios quiere que disfrutes al máximo del resto de tu vida.

Un hombre que hizo algo radical para ayudar a los niños mas vulnerables

No soy un gran aficionado de películas, y por lo general no permito películas clasificadas “R” (con mucho sexo o violencia) en nuestra casa. Pero no soy un legalista tampoco, y hay algunas películas de gran alcance. Machine Gun Preacher proporciona un material excelente para una discusión en un grupo de varones. Es la verdadera historia de Sam Childers, un tipo rudo de Pensilvania (Estados Unidos) que sale de la cárcel para descubrir que su esposa ha dejado su trabajo bailando desnuda y ha aceptado a Jesús. Él experimenta una conversión radical y pronto se une a un viaje misionero a Sudán en África. Allí se siente abrumado por el salvajismo del Ejército de Resistencia del Señor (definitivamente no es un grupo cristiano) y el increíble sufrimiento de los niños. Establece un orfanato en el Sudán y vuelve a Pensilvania para iniciar una iglesia para la gente de la calle. Dado su historia y la extrema volatilidad en Sudán, Sam frecuentemente se encuentra con una ametralladora para matar a los rebeldes y rescatar a los niños. Puedes leer más sobre él en su sitio web, MachineGunPreacher.org.

Algunos temas de discusión de la película

  • ¿Qué es el balance en tu llamada a servir a Dios y tus responsabilidades familiares? Él utilizó la mayor parte de su dinero para su misión, pasó meses fuera de casa, y puso su matrimonio bajo tremendo estrés. Por la gracia de Dios, su esposa se quedó con él.
  • Cuando te enfrentas a trauma diaria, con personas muriéndose a tu alrededor, ¿cómo te mantienes sano emocionalmente y espiritualmente?
  • Él no tenía casi ninguna supervisión. La mayoría de las organizaciones probablemente le habrían dicho que estaba loco y nunca le permitiría hacer lo que hizo. ¿Cómo consejas a un visionario audaz y entusiasta? ¿Cómo liberas a gente para hacer lo que Dios les ha llamado, a la misma vez que proporcionas la cobertura necesaria? ¿Qué habrías hecho si estuvieras supervisando su ministerio?
  • ¿Cuándo se convierte la fe audaz en presunción y pones a Dios a la prueba? ¿Son la mayoría de nosotros cobardes?
  • ¿Está justificada la violencia por la causa digna de rescatar a los niños? Los cristianos perseguidos por los musulmanes radicales en África se presionan a los límites de «poner la otra mejilla».

La lucha con el materialismo y riquezas

La película también muestra el contraste de las riquezas y abundancia de algunos países, y la pobreza de gran parte del mundo. Una vez que has visto cómo viven los demás, como hizo Sam en el Sudán, es difícil justificar nuestro exceso. Hay una escena intensa donde Sam acaba de llegar a casa y no puede desprenderse de la imagen de una pila de cuerpos quemados. Eran niños que no él pudo rescatar porque le faltaba un segundo vehículo. Su hija entra en la sala y le pregunta si puede conseguir una limusina para llevarla al baile de graduación. La desconexión es abrumadora, y él explota.

¿Es pecado contratar una limusina? Probablemente no. Pero a la luz de niños que mueren porque no hay transporte disponible, parece absurdo. No es fácil discernir lo que es un estilo de vida legítimo para los cristianos ricos. Dios no quiere motivarnos con la culpa; está bien disfrutar de la abundancia de Dios nos ha dado: Además, a quien Dios le concede abundancia y riquezas, también le concede comer de ellas, y tomar su parte y disfrutar de sus afanes, pues esto es don de Dios (Eclesiastés 5:19). El problema es que muchas veces ni siquiera somos capaces de disfrutar de lo que tenemos, porque estamos tan atrapados en querer más o tan lejos de Dios.

¿Cómo podemos justificar la gula de los mejores alimentos cuando hermanos en Cristo están muriéndose de hambre? Tenemos que abrir los ojos a la realidad de nuestro mundo. El ejemplo de la iglesia primitiva era: Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad (Hechos 4:32-34).

El materialismo no hace una persona feliz. De hecho, parece que cuanto más tenemos, más infelices somos. Hemos sido engañados. Dios nos llama a la simplicidad. ¿Te acuerdas de las palabras de Jesús en Mateo 6:19-21 y 24? “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.”

¿Qué hacer?

Podemos empezar con oración y evaluando la forma en que gastamos nuestro dinero. ¿Realmente necesitas comprar eso? ¿Puede el dinero ser mejor utilizado en otra parte? ¿Cómo puedes ahorrar dinero?

Poco dinero puede hacer maravillas en muchos países. Por ejemplo, el Harvester Mission Bible College en Birmania, que prepara a estudiantes de las zonas tribales para volver a la tribu y plantar iglesias. Por solo $25US se puede respaldar plenamente a un estudiante por un mes. Si estoy pensando en cenar en un restaurant para unos $25, y luego pienso en lo que ese dinero puede hacer en Birmania, para mí la decisión es obvia. ¿Está mal ir de vez en cuando a cenar? Por supuesto que no. Pero eliminar una visita a un restaurant al mes, para que un misionero puede ser entrenado para plantar iglesias, parece razonable.

Vale la pena ver Machine Gun Preacher si tienes la oportunidad (el DVD está subtitulado en español). Lo que Sam Childers vio en el Sudán rompió su corazón, e él hizo algo al respecto. Jesús ama a los niños, y muchos están sufriendo, muriendo en masa y vendidos como esclavas sexuales. Se debe romper nuestros corazones. Podemos, y debemos, hacer algo al respecto.

 

Una receta sencilla (pero no fácil) para problemas en las relaciones: Gálatas 5:13-26

Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros. (5:15)

¿Estás sufriendo en una relación en la que se muerden y devoran entre sí?

  • ¿Tu matrimonio?
  • ¿Un hijo?
  • ¿Tu jefe en el trabajo?
  • ¿Un hermano en la iglesia?
  • ¿Tu madre o tu padre?

Por desgracia, es muy común sufrir en una relación disfuncional. Puede ser difícil romper los viejos hábitos, pero si continuas así, se destruirán el uno al otro. He visto demasiados matrimonios, familias e iglesias destruidos. Tú puedes pagarle a un consejero mucho dinero para encontrar soluciones (y hay ocasiones en las que se debe ver a un consejero), pero hay consejos sencillos en la Palabra de Dios que pueden transformar tu matrimonio – y todas tus relaciones. No es fácil; cuesta bastante trabajo, pero Dios te ayudará.

  1. No uses tu libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa

13 Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones.

Somos libres en Cristo; puedes usar esa libertad para mejorar una relación o para destruirla. La libertad no implica que no tengas ninguna obligación con los demás. La libertad te brinda la oportunidad de aprender el auto dominio. Por ejemplo, un reo, que no tiene libertad y casi no tiene acceso al alcohol en la cárcel. Es cuando regresa a las calles, libre, que puede aprender el auto dominio. Es cierto que ya no estamos bajo la ley, y hay gracia en Jesús, pero el pecado destruye una relación.  Controla tus pasiones.

  1. Sirve a la persona con amor

13 Más bien sírvanse unos a otros con amor.

Tú puedes esperar que la otra persona te sirva. También es posible servir a alguien con rencor.  Busca cada oportunidad para servir; con amor, y sin esperar nada. Es cierto que no estás obligado, pero usa tu libertad para humillarte y servir. Es difícil resistirse al servicio sincero y cariñoso.

  1. Ama a la persona como a ti mismo

14 En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.»

Puede parecer extremo decir que todo el Antiguo Testamento se resume en un solo mandamiento, pero cuadra con lo que Jesús dijo sobre la importancia del amor.  También debes obedecer lo que Cristo dijo es el primer mandamiento: ama a Dios con todo tu corazón y con todas tus fuerzas. Si Dios tiene el primer lugar en tu vida y estás creciendo en tu amor por Él, será mucho más fácil amar a otros. A la misma vez, eres un mentiroso si dices que amas a Dios, pero no amas a tu prójimo (1 Juan 4:20).

He oído decir que si te odias a ti mismo será difícil amar a otros, y es verdad hasta cierto punto. Pero si te odias a ti mismo, sigue la “regla de oro” de Jesús: Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas (Mateo 7:12).

  1. Vive por el Espíritu

16 Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. 17 Porque ésta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren.

24 Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos.

La tendencia de nuestra carne (la naturaleza pecaminosa) es destruir las relaciones. Hay una lucha interior, como Pablo la explica en Romanos 7.  Muchas veces, por ejemplo, con tu conyugue, haces lo que de verdad no quieres hacer, y te sientes impotente para cambiar.

Si vives por el poder del Espíritu Santo, habrá una transformación en tus relaciones. Por otro lado, los deseos de la carne son destructivos. Identifícalos, y no hagas ninguna acomodación a ellos. La única solución es crucificarlos.

  1. Sé guiado por el Espíritu

18 Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la ley.

25 Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.

El Espíritu es consejero y maestro. No tienes que esperar a la próxima cita con el psicólogo; tienes al Consejero adentro las 24 horas del día. Él quiere guiarte a lo largo de tu vida. Aprende a escuchar la voz del Espíritu y a obedecerla. Muchas veces nos encontramos con problemas y no sabemos cómo solucionarlos, pero el Espíritu te guiará e incluso te dará las palabras necesarias. Aprende a ser guiado por el Espíritu en toda tu vida. Anda en el poder del Espíritu.  Es el Espíritu el que dará nueva vida a tu matrimonio y esa relación que casi se destruye.

  1. No practiques las obras de la carne

19 Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; 20 idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades (ambición egoísta), disensiones, sectarismos 21 y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas.

26 No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros.

Todas estas cosas destruyen las relaciones. No hay excusa para que el cristiano esté sujeto a estos pecados. Confiesa tu ira, tus celos y tu ambición egoísta como los pecados que son.  Arrepiéntete, pide perdón al otro y deja de pecar. Clávalos a la cruz. Decide ahora que tu naturaleza pecaminosa no te dominará.

  1. No pongas en peligro tu salvación

21Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Continuar en estos pecados no solo destruye tu relación con otros; si los practicas, no vas a entrar en el cielo. No eres salvo. Si no estás motivado por el amor a otros, toma en serio la necesidad del arrepentimiento para tu propia salvación.

  1. Busca la plenitud del Espíritu y su fruto

22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.

¿No son esas las mismas cosas que necesitas en tu matrimonio y en tu iglesia? ¿Cómo es tu fruto? Si estos no están presentes, hay algún problema en tu vida espiritual.  Si estás lleno del Espíritu, habrá fruto. Examínate en cada uno de ellos, pídele a Dios que te ayude, y haz todo lo posible para que el Espíritu fluya en tu vida.

Yo sé que no hay nada nuevo aquí. Complicamos el asunto. Si creemos lo que dice la Palabra de Dios y lo ponemos en práctica, tus relaciones se transformarán. ¡No tienes que morder y devorar a la gente que amas! ¡Dios no quiere que tú seas destruido, ni quiere que destruyas al otro!

 

Únete a los profetas

Saúl ha perdido el reinado. Pero Dios sigue ofreciéndole alternativas.

De alguna manera, en medio de su pecado e incredulidad, Saúl tuvo su encuentro más dramático con el Espíritu de Dios. La situación es extraña. Persiguiendo a David, Saúl se encuentra en el medio de una escuela de profetas. David y Samuel estaban allí, profetizando, adorando al Señor, y buscando la plenitud del Espíritu. Es la última vez que los tres están juntos.

 Después de huir y ponerse a salvo, David fue a Ramá para ver a Samuel y contarle todo lo que Saúl le había hecho. Entonces los dos se fueron a vivir a Nayot.  Cuando Saúl se enteró de que David estaba en Nayot de Ramá, mandó a sus hombres para que lo apresaran. Pero se encontraron con un grupo de profetas, dirigidos por Samuel, que estaban profetizando. Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre los hombres de Saúl, y también ellos cayeron en trance profético. Al oír la noticia, Saúl envió otro grupo, pero ellos también cayeron en trance. Luego mandó un tercer grupo, y les pasó lo mismo. Por fin, Saúl en persona fue a Ramá y llegó al gran pozo que está en Secú.

—¿Dónde están Samuel y David? —preguntó.

—En Nayot de Ramá —alguien le respondió.

Saúl se dirigió entonces hacia allá, pero el Espíritu de Dios vino con poder también sobre él, y Saúl estuvo en trance profético por todo el camino, hasta llegar a Nayot de Ramá. Luego se quitó la ropa y, desnudo y en el suelo, estuvo en trance en presencia de Samuel todo el día y toda la noche. De ahí viene el dicho: «¿Acaso también Saúl es uno de los profetas?» (I Samuel 19:18-24)

Imagínate si Saúl hubiera renunciado  persiguiendo a David, entregándole el reino, y pasando el resto de su vida en la presencia del Señor con estos profetas. ¿Estaba Dios, en su misericordia, dándole una salida?

¿Necesitamos un Naoith en Ramá hoy?

¿No sería genial si la presencia del Espíritu era tan fuerte en nuestras iglesias? ¿Con gente entrando y cayendo bajo el poder del Espíritu? ¿Profetizando y hablando en lenguas? Si Dios pudiera tocar a Saúl, ¡él puede tocar a nadie! Estaba allí tumbado y desnudo todo el día y la noche. No necesitamos a nadie desnudo. Pero, ¿podríamos dar al Espíritu esta libertad?

¿Qué tal un refugio como Naiot en Ramá?

• Un lugar para encontrarse con Dios y sus profetas.
• Un lugar de renovación para alguien huyendo de su casa, donde un asesino buscando la vida de alguien cayera bajo el poder de Dios.
• Un lugar para sanar a hombres lastimados como David.
• Un refugio de los ataques el enemigo.
• Un lugar de adoración las 24 horas, donde se puede escuchar la voz del Espíritu en la compañía de los profetas.

¡Esto era el pacto antiguo! ¡Imagínate lo que Dios puede hacer hoy con una iglesia llena del Espíritu Santo! Si Saúl pudiera tener este encuentro profundo con Dios, sin duda cualquier pecador puede. ¡Deja que Dios te toque en una manera nueva y fresca!

Celos

Estamos siguiendo a Saúl por su camino de desesperación y derrota en 1 Samuel. Ahora vemos el peligro de celos y envidia.

Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta de sus oficiales.

Ahora bien, cuando el ejército regresó, después de haber matado David al filisteo, de todos los pueblos de Israel salían mujeres a recibir al rey Saúl. Al son de liras y panderetas, cantaban y bailaban,  y exclamaban con gran regocijo:

«Saúl destruyó a un ejército,
¡pero David aniquiló a diez!»

 Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: «A David le dan crédito por diez ejércitos, pero a mí por uno solo. ¡Lo único que falta es que le den el reino!»  Y a partir de esa ocasión, Saúl empezó a mirar a David con recelo.  (18:5-9)

Qué pena perder la unción de Dios. Pero es aún peor ser superado por un chico joven. Es difícil tomar el lugar más bajo y crucificar al orgullo. Es difícil aceptar que otro pueda ser mejor que tú. Puedes dar paso a la persona y regocijarte que Dios sea glorificado y su iglesia prosperará. O puedes ponerte celoso y tratar de destruirlo.

Saúl necesitaba a David. Él había salvado a Israel de los filisteos. Él era el único que podía traer alivio a Saúl de los malos espíritus. Saúl debe aceptar las consecuencias de su desobediencia, honestamente admitiendo sus errores a Dios y al pueblo. A lo menos puede estar contento que su país tendría a un gran hombre como su próximo rey. Aunque su destino estaba sellado como rey, todavía podía aprovechar al máximo del resto de su vida.

No es sorprendente que Saúl tomó la decisión equivocada y los celos  se le consumían. Son un veneno que destruye  iglesias y familias. ¿Estás celoso de alguien que parece tener mayor éxito y unción? ¿Envidioso de su juventud, de sus dones, y que está bien parecido?

Los celos dan paso al miedo. Tal vez sin saberlo, Saúl puso a David en una posición en que podía distinguirse aún más. Cuando Dios está con alguien, no importa lo que haga, va a tener éxito,. En lugar de amar a David, como el resto de la nación, Saúl le temía.

Saúl sabía que el Señor lo había abandonado, y que ahora estaba con David. Por eso tuvo temor de David  y lo alejó de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para que dirigiera al ejército en campaña.  David tuvo éxito en todas sus expediciones, porque el Señor estaba con él.  Al ver el éxito de David, Saúl se llenó de temor.  Pero todos en Israel y Judá sentían gran aprecio por David, porque él los dirigía en campaña. (18:12-16)

¡No caigas en la trampa del miedo y celos! Qué bueno si Saúl pudiera haber amado y apoyado a David como a un hijo, regocijándose en su éxito. ¡Que tú tengas la unción de David!
• El Señor estaba con él.
• David dirigía como gran líder a sus hombres.
• En todo lo que hizo tuvo gran éxito.
• Él fue amado por todos.
¡Eso puede ser verdad de tu vida también!