2 Corintios 4: La lucha con el desánimo

¿Estás luchando con el desánimo? Para muchos de nosotros es una lucha casi diaria. Pablo tenía muchas razones para desanimarse, pero en el verso uno (y nuevamente en el versículo 16), Pablo dice “no nos desanimamos.” La palabra griega puede significar “sin espíritu y abatido por el miedo, o desmayado por el cansancio y el agotamiento.” ¿Qué aprendió Pablo que le permitió superar el desánimo?

1Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos. Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios. Pero si nuestro evangelio está encubierto, lo está para los que se pierden. El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios. No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús. Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.

Da gracias por el privilegio (y la responsabilidad) de participar en el ministerio glorioso del Evangelio

Pablo comienza el capítulo con “por esto” o “por lo tanto.” Siempre cuando se ve esas palabras en la Biblia, hay que leer lo que vino antes, para ver a qué se refieren. La gloria de Dios llena el final del capítulo 3: el ministerio glorioso y nuestra transformación a su gloriosa imagen. (Las divisiones de los capítulos fueron insertadas más tarde y pueden interrumpir el flujo de pensamiento.) Nos ayudará a no desanimarnos si podemos mantener esa visión en medio de las luchas y recordarnos de que Dios nos está moldeando a la imagen de Cristo, incluso en los tiempos difíciles. Pablo es consciente de que no merece participar en esta obra divina: Su Dios misericordioso le dio el privilegio de compartir en su gloria; por lo tanto, él es responsable de servirle lo mejor que pueda.

Desenmascarar el dios de este mundo y renunciar a sus obras

Dada la naturaleza exaltada del ministerio, Pablo se ve obligado a confrontar a aquellos que ministran con acciones vergonzosas y métodos turbios, engañan a la gente y distorsionan la Palabra de Dios. Él sufre constante oposición y persecución, bajo tal presión que la muerte es su compañera diaria. ¿Por qué es tan dura la vida si estás en la voluntad de Dios? ¡Estás luchando contra Satanás, el dios de este siglo! Los siervos del diablo harán todo lo necesario para avanzar en su agenda. Quitan el enfoque de Jesús, se exaltan a sí mismos y predican un evangelio centrado en el hombre. El diablo es el maestro del engaño y el padre de la mentira, y ciega alegremente las mentes de los incrédulos (y también de muchos cristianos).

Sabemos que nuestro Dios es el único Señor de este universo. Estamos agradecidos de que Dios haya brillado su luz en nuestros corazones, y oramos que otros también se iluminen. Sin embargo, Dios le ha dado autoridad a Satanás en esta tierra. Estamos operando en territorio enemigo. El mundo se burla de las verdades que nos parecen tan obvias, porque Satanás los ha cegado. Nosotros ayudamos al diablo, predicando un evangelio centrado en el hombre, y no proclamando claramente a Jesús en palabra, acción y poder. Lamentablemente, nuestros ojos pueden estar tan llenos  de las  cosas del mundo que casi no vemos el rostro de Jesús lleno de la gloria de Dios, ni lo reflejamos al mundo. En cambio, algunos parecen aburridos legalistas religiosos que no permiten que otros disfruten de la vida.

Es fácil caer en desánimo cuando siempre se enfrenta este tipo de cristianismo falso. Existe una tentación fuerte de hacer lo mismo, y así obtener el reconocimiento y el dinero de estos ministros falsos. La respuesta de Pablo es renunciar a esas tácticas, centrarse en la verdad del Evangelio y presentar la Palabra con la mayor claridad posible. Si comprendemos la naturaleza de la batalla, es más fácil luchar contra el desánimo.

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros. Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo mortal. 12 Así que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes la vida.

Aceptar el sufrimiento y la debilidad como parte de esta vida, y seguir adelante

Como si no fuese suficiente pelear con el dios de este mundo y sus siervos, también hay una lucha interior. Dios ha escogido utilizar nuestros cuerpos frágiles para contener el tesoro del Evangelio. Con el envejecimiento y la enfermedad (las mismas cosas que nuestra cultura resiste con toda su fuerza), nos encontramos físicamente decaídos y desgastados. Y estas vasijas pueden ser frágiles emocionalmente también. Es común que el cristiano luche contra la depresión e incluso los pensamientos de suicidio. Aunque la batalla puede ser diferente para cada persona, todos enfrentamos a muchas cosas que pueden desanimarnos. Pablo fue:

  • Atribulado
  • Perplejo, en apuros y preocupado, confuso
  • Perseguido
  • Derribado, golpeado abajo

¡Qué manera de vivir para un gran apóstol y hombre de fe como Pablo, hasta el límite de lo que podría soportar! ¡Este capítulo no les cae bien a aquellos que predican la prosperidad! Dios casi sádicamente permitió estas luchas, pero también siempre le dio a Pablo la fuerza para soportarlas, y en el proceso de acercarse más a Él. ¿Cómo le ayudó a perseverar?

  • Nunca fue abatido, aplastado o angustiado y sin salida
  • Él no llegó al punto de la desesperación
  • Cuando fue perseguido, siempre fue consciente de la presencia de Dios con él
  • Su cuerpo era sangriento y roto, pero no destruido

Pablo vivió constantemente con la convicción de la muerte. La cruz de Cristo no sólo colgaba de una cadena en su cuello, y no se recordaba sólo una vez al año, el Viernes Santo. Pablo vivía en constante peligro de la muerte porque servía a Jesús. Posiblemente sufría de su aguijón en la carne, dolor, o alguna enfermedad.

Aunque hablamos de la gloria del cielo, muchos de nosotros tememos a la muerte. Nos cuesta ir a un hospital o funeral. Pero el cristiano vive con la muerte como su compañera. Crucificamos diariamente la carne y sus hábitos pecaminosos. Qué contraste con la forma exagerada en que muchos mimen el cuerpo, con los músculos esculpidos durante horas en el gimnasio, el estómago lleno de comida gourmet y la piel masajeada e hidratada con lociones caras.

¿Cómo se comparan las luchas de Pablo con tus desafíos? ¿Te alienta saber que no lo tienes tan malo?

No se trata de ti, todo tiene que ver con Jesús

Toda esta muerte le permite a Jesús revelarse en nuestros cuerpos mortales, dejándole demostrar su poder sin  duda ninguna de quién hace el trabajo. No es de extrañar que el mundo no puede ver a Jesús en nosotros, si estamos muy ocupados escapando de la muerte y exaltándonos a nosotros mismos. Así como Jesús voluntariamente dio su vida por nosotros, Pablo dice que vale la pena sufrir para que otros puedan recibir la vida. En nuestro egoísmo, ¿luchamos contra la muerte, incluso privando a otros de experimentar la vida de Cristo? Estamos muy lejos de la iglesia primitiva, que dijo que la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia. Muchos países están experimentando persecución; en el sufrimiento y la muerte, Jesús se revela y se glorifica como nunca antes.

El sufrimiento no debe callarte. De hecho, ¡estamos obligados a seguir predicando el Evangelio!

13 Escrito está: «Creí, y por eso hablé.» Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso hablamos. 14 Pues sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará junto con ustedes a su presencia. 15 Todo esto es por el bien de ustedes, para que la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

Piensa en el cielo y la gloria de Dios

Sabiendo que Jesús resucitó de los muertos, tenemos plena seguridad de que la muerte ha sido derrotada y estamos destinados al cielo. Tenemos que compartir ese mensaje de salvación con todo el mundo, para que Dios pueda ser glorificado por la efusión de acción de gracias y alabanza. ¿Es esta tu pasión? ¡Qué multitudes den gracias a Dios y le glorifiquen!

16 Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. 17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 18 Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.

Mantén la perspectiva – fija los ojos en lo invisible

Si te fijas en lo que está sucediendo a tu alrededor, te desanimarás. Garantizado. Es muy fácil perder la perspectiva, y muy difícil fijar los ojos en lo invisible, ya que lo que vemos está literalmente en la cara. En algunos países, lo que se ve es por lo general muy atractivo, ya sea ese nuevo carro deportivo o la cómoda casa con televisor de pantalla gigante. Si vives en un país destruido por la corrupción, la guerra o el hambre, buscarías más lo invisible. Sé que puede ser difícil de creer, pero tus problemas realmente no son tan graves, y son solo temporales. Dios todavía está en control, y te renueva de día en día a pesar de la muerte que te rodea. Hay una gloria eternal esperándote que te hará olvidar todo el dolor.

¡No te desanimes! ¡Quita tus ojos de ti mismo y tus circunstancias, y fíjalos en lo invisible!

 

 

2 Corintios 3: Más y más gloria

La vida es una lucha, incluso para el cristiano, el pastor y el gran apóstol Pablo. Ya en esta carta hemos visto sus conflictos con los corintios, su gran sufrimiento y la oposición que enfrentó. En este capítulo vamos a ver cómo es posible soportar esos problemas.

La verdadera recomendación para el ministerio

El mundo valora las “recomendaciones”, y son importantes hasta cierto punto. Pero tenemos que centrarnos en lo que es verdaderamente importante.

1¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos? Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones.

Es común para un hermano nuevo que venga de otra iglesia, o alguien que quiera ministrar, llevar una carta de recomendación de una iglesia o líder bien conocido. Puede tener un certificado de ordenación o un diploma académico. Eso es bueno, pero no es suficiente. Parece que los oponentes de Pablo en Corinto tenían eso. Lamentablemente, las cosas no siempre son lo que parecen. Alguien con recomendaciones brillantes puede ser un abusador de niños. Se puede comprar una licencia de ordenación en Internet, y un diploma de un instituto bíblico o seminario dice poco acerca del carácter de la persona.

Para algo tan precioso como el ministerio en la iglesia de Jesucristo, los estándares rigurosos son muy importantes. En mi iglesia, alguien que quiere ser pastor necesita la recomendación de su iglesia local. Luego, el concilio de pastores y ancianos en esa zona lo toma a su cargo – si creen que Dios lo está llamando al ministerio. Ellos lo aconsejan, lo examinan y lo ayudan a prepararse para el ministerio. Esto incluye sus estudios, pero sus profesores de seminario también tienen que emitir un “Certificado de Aptitud para el Ministerio” acerca de su piedad y demostración de carácter cristiano. Todo eso es bueno, especialmente hoy en día cuando alguien puede empezar una iglesia sin prácticamente ninguna preparación, ni rendir cuentas a nadie. Pero todavía no es suficiente.

Jesús dijo que los conocemos por sus frutos (Mateo 7:16-20; 12:33; Juan 15:1-16). Parece que Él estaba pensando principalmente en el impacto duradero en las vidas de otras personas, incluyendo su salvación y crecimiento espiritual. Los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23) también son importantes. Otras referencias a los frutos en nuestras vidas se encuentran en Efesios 5:9, Filipenses 1:11, Colosenses 1:6 y 10, y Santiago 3:17. Pablo está preocupado por lo que hay en el corazón, no con cartas. Tu carta real de recomendación es la gente a quien has ministrado y la obra transformadora del Espíritu en sus vidas. Alguien puede parecer impresionante en la televisión o en Internet, pero nunca vemos el verdadero fruto de su ministerio, las cartas escritas en los corazones de la gente. Si estás considerando a alguien para un puesto en el ministerio, visita la iglesia que servía y las personas a quienes ha ministrado. Esa es su principal recomendación.

Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.

¡Dios te hace competente!

Las palabras “competencia” y “aptitud” generan ansiedad en muchas personas. ¿Y tú? Es muy común sentirse incompetente e impulsado a demostrar a otros (y a si mismo) que sí, tiene las condiciones necesarias, anotando los resultados de exámenes o evaluaciones del trabajo. Sin duda es importante desarrollar la competencia en tu profesión (en el mundo muchas personas tienen que demostrar su capacidad para mantener sus trabajos), pero en la iglesia no depende de la formación que uno tenga, sino de la capacitación del Espíritu.

En el ministerio, Pablo dice que es cierto, tú no eres capaz. No tienes lo que necesitas. Tu competencia proviene de Dios, y cuando Dios te llama a un puesto, ¡Él te hace competente! ¡Te capacita! Cuando confíes en Él, te dará todo lo que necesites. ¡Qué libertad! ¡No es de extrañar que Pablo diga que la letra mata! Tal vez tú has trabajado bajo la presión de actuar de cierta manera y sentir esa muerte. ¡Dios quita esa presión! Relájate, ama a Dios y a los demás, y permite que su fuerza y ​​su ministerio fluyan a través de ti.

El ministerio que causaba muerte, el que estaba grabado con letras en piedra, fue tan glorioso que los israelitas no podían mirar la cara de Moisés debido a la gloria que se reflejaba en su rostro, la cual ya se estaba extinguiendo. Pues bien, si aquel ministerio fue así, ¿no será todavía más glorioso el ministerio del Espíritu? Si es glorioso el ministerio que trae condenación, ¡cuánto más glorioso será el ministerio que trae la justicia! 10 En efecto, lo que fue glorioso ya no lo es, si se le compara con esta excelsa gloria. 11 Y si vino con gloria lo que ya se estaba extinguiendo, ¡cuánto mayor será la gloria de lo que permanece!

¡El ministerio cristiano es glorioso!

¿Recuerdas cómo Israel no pudo acercarse al Monte Sinaí debido a la presencia gloriosa de Dios? Una columna de fuego guió al pueblo en el desierto, el rostro de Moisés reflejó la gloria de Dios y la nube de gloria llenó el templo (Éxodo 13:21-22; 34:29-36; 40:34; 2 Crónicas 5:14; 7:2). Ese era el antiguo pacto de la ley en tablas de piedra, un ministerio que trajo la muerte y la condenación. ¡No hay comparación con la gloria del Nuevo Pacto de justicia y vida, la adopción en la familia de Dios y la plenitud del Espíritu! Y esta gloria dura, no como la gloria de Moisés que se desvanecía.

¿Ves tu ministerio así? ¿Se ha vuelto tan rutinaria la iglesia que ya no ves la gloria? ¡Abre tus ojos! ¡El ministerio que Dios te dio es glorioso!

12 Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza. 13 No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. 14 Sin embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado, porque sólo se quita en Cristo. 15 Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. 16 Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. 17 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Cuando comprendemos la naturaleza gloriosa del ministerio del Nuevo Pacto, tenemos mucho denuedo para acercarnos al Señor y llevar el mensaje a otros. ¡Estamos ayudándolos a ver la gloria de Dios! ¡Estamos presentando a Cristo, quien quita el velo de sus corazones! ¡Los ofrecemos la libertad y la presencia del Señor!

Si es tan glorioso, ¿por qué es tan difícil para la gente recibirlo? Satanás ha velado el entendimiento de los incrédulos. Cuando oramos, guerreamos y ministramos en el poder del Espíritu, y predicamos la Palabra, la gente se vuelve al Señor y se quita el velo.

18 Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.

Si has dudado de que el Espíritu Santo era completamente Dios, dice aquí que el Señor es el Espíritu. Dos veces lo dice por énfasis. Cuando el Espíritu mora en ti, Dios mismo vive en ti y trabaja arduamente para transformarte a su imagen. Eso puede ser doloroso a veces, pero si contemplas la gloria de Dios, mirando a Él, adorándole y viviendo en su presencia, el dolor será devorado por la gloria. ¿Cómo va tu vida? ¿Pueden otras personas ver la imagen de Dios en ti? ¿Puedes ver su imagen en la gente a quien estás ministrando? Debe ser más y más gloria. Hay muchos obstáculos en ese proceso, y algunas veces el velo vuelve a aparecer. ¡Rasga el velo! ¡Busca la gloria de Dios! ¡Fíjate en Él para que su gloria siga aumentando en ti!

 

2 Corintios 2:12-17: Comprender mejor lo que es el ministerio

12 Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, descubrí que el Señor me había abierto las puertas. 13 Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a mi hermano Tito, por lo cual me despedí de ellos y me fui a Macedonia.

Veamos los pasos de Pablo en su intento de servir al Señor:

  • Va a una nueva ciudad en un viaje apostólico.
  • Él tiene el mejor propósito en mente: predicar el evangelio de Cristo.
  • Dios mismo le abrió una puerta en esa ciudad.
  • Sin embargo, no pudo quedarse y ministrar allí.
  • El vacío que sintió sin Tito era demasiado.
  • Estaba inquieto, y aparentemente la paz interior es importante en el ministerio.
  • Así que se fue a Macedonia.

La importancia de otras personas en el ministerio

¿Te sorprende que Pablo fuera guiado por algo tan subjetivo como sentirse intranquilo? Sería normal extrañar a Tito y luchar para predicar, pero se espera que se sienta obligado a pasar por esa puerta que Dios le abrió, dejando de lado sus sentimientos. Pero Pablo no lo hizo porque extrañaba tanto a Tito. ¡Un compañero en el ministerio es muy importante, pero no indispensable!

  • ¿Te sientes solo en el ministerio?
  • ¿Tienes a un Tito para trabajar contigo?
  • ¿Te sientes obligado a seguir adelante sin paz interior?
  • ¿Es hora irte a un lugar donde puedas ministrar con tu Tito?

14 Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento. 15 Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden. 16 Para éstos somos olor de muerte que los lleva a la muerte; para aquéllos, olor de vida que los lleva a la vida. ¿Y quién es competente para semejante tarea?

Siempre triunfantes en Cristo

Hasta ahora no hemos visto mucho triunfo en esta carta:

  • Pablo sufre de todos los problemas con los corintios.
  • Ha pasado por muchas pruebas, hasta el punto de perder la esperanza de vida.
  • Ha cambiado sus planes, hasta que los corintios dudan si Dios realmente lo está guiándole.

A pesar de eso, él sigue confiando en que se encuentra en una procesión triunfal conducida por Cristo. Pablo probablemente se refiere al desfile victorioso de un general o emperador, que lleva cautivos consigo. A la misma vez, el incienso se habría ofrecido en acción de gracias al dios de ese general. Para los vencedores sería un aroma muy agradable, pero para los cautivos era la fragancia de la derrota y la muerte.

Te guste o no, tú traes el aroma de Cristo contigo dondequiera que vayas. La intensidad del aroma está determinada por la presencia del Espíritu en tu vida en ese momento. Podrías oler un aroma dulce en la iglesia, o con alguien lleno del Espíritu. Tal vez es por eso que la gente bajo el dominio enemigo te evitará. También puede haber ocasiones en que realmente huelas un mal olor, si Satanás está presente.

¡Qué privilegio es ser parte de la procesión triunfal de Cristo!

  • ¿Eres su cautivo?
  • ¿Difundes el conocimiento de Cristo donde quiera que vayas?
  • ¿Puedes decir con confianza que Cristo te está llevando?
  • ¿Cómo hueles?
  • ¿Le das vida a los que conoces?

Pablo siente que es una tarea de enormes proporciones, pero Dios nos equipa para ella. No hay nada en la carne que nosotros mismos podamos hacer para oler bien. Olvídate de algún perfume. Es Cristo en nosotros quien trae este aroma agradable.

¿Por qué estás en el ministerio?

17 A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos.

Charlatanes. Por desgracia, no todos los que predican la palabra huelen tan bien. Hay muchos que hacen el ministerio a su manera, por motivos vanos. Dios no los ha enviado. Una forma segura de oler una rata es el enfoque en el dinero, y trabajando por su propio beneficio, ya sea financiera o de estatus. Hablar en el nombre de Cristo y predicar su Palabra es una gran responsabilidad.

¿Puedes decir que estás ministrando con sinceridad? ¿Y los líderes en tu iglesia? Si somos honestos, casi siempre hay una mezcla de motivos en el ministerio. Examina los tuyos y haz los ajustes necesarios si son egoístas. Cuando predicas, ¿lo haces para impresionar a la gente? ¿O para agradar y glorificar a Dios? ¿Puedes decir con certeza que Dios te ha enviado a donde estás, y que lo que haces es “en Cristo?”

 

2 Corintios 2:5-11: Disciplina en la iglesia

No exagero cuando digo que el hombre que causó todos los problemas los lastimó más a todos ustedes que a mí. La mayoría de ustedes se le opusieron, y eso ya fue suficiente castigo. No obstante, ahora es tiempo de perdonarlo y consolarlo; de otro modo, podría ser vencido por el desaliento. Así que ahora les ruego que reafirmen su amor por él.

Les escribí como lo hice para probarlos y ver si cumplirían mis instrucciones al pie de la letra. 10 Si ustedes perdonan a este hombre, yo también lo perdono. Cuando yo perdono lo que necesita ser perdonado, lo hago con la autoridad de Cristo en beneficio de ustedes, 11 para que Satanás no se aproveche de nosotros. Pues ya conocemos sus maquinaciones malignas. (NTV)

Pablo posiblemente se refiere aquí al hombre en su primera carta que fue disciplinado por una relación incestuosa. Parece que los corintios obedecieron sus instrucciones, y ahora Pablo está preocupado que la disciplina puede ser demasiado; ya es hora de restaurar al hermano.

Seis lecciones importantes acerca de la disciplina en la iglesia

  1. Hay que saber cuándo terminar la disciplina. A veces hay poca evidencia del amor: casi como un padre abusivo, algunos se enfocan más en el castigo que en la restauración. La disciplina siempre se realiza bajo la cobertura de alguien que conoce a la persona y sabe cuándo decir “suficiente” (los ancianos, un pastor o un apóstol).
  2. En esta misma carta (7:10) Pablo habla de una tristeza que proviene de Dios, la cual produce el arrepentimiento y lleva a la salvación. El peligro es que la persona disciplinada puede ser consumida de excesiva tristeza, caer en la desesperación y dejar a la iglesia y al Señor. Esa tristeza no proviene de Dios. Crisóstomo (un padre de la iglesia primitiva) escribió: “Algunos Satanás destruye por el pecado, otros a través de la tristeza desmedida tras el arrepentimiento por ello… conquistando con nuestras propias armas.” Si te has arrepentido después de una caída, ten cuidado de no ser consumido con excesiva tristeza y ser condenado por el diablo. Dios te perdona, y el dolor debe ser reemplazado por alegría. Si la iglesia sigue rechazándote, ella ha caído en las asechanzas del diablo.
  3. Cuando la disciplina termina, perdona y consuela al pecador restaurado. Públicamente abrázalo y anímalo. Olvida la transgresión, y con alegría dale la bienvenida a la comunión de nuevo, reafirmando el amor por él. No es fácil si la persona causó muchos problemas para la iglesia, pero es una prueba del mandato de Cristo de perdonar. ¡El que no perdona se convierte en fariseo, peor pecador que el que fue disciplinado!
  4. Pablo tenía otra razón para mandar las pautas para disciplinar: para probar la actitud de sus corazones. Algunos dicen que solo tienen que obedecer a Dios y podrían cuestionar si esta prueba fue apropiada. Pero la Biblia nos manda obedecer a aquellos que Dios ha puesto sobre nosotros, y muchas veces Dios prueba nuestra obediencia a través de nuestra actitud hacia ellos. No es una obediencia ciega; no hay ningún pastor perfecto, tal como no hay ningún esposo perfecto. Hay que orar por aquellos que tienen esta autoridad, y tener discernimiento del Espíritu en nuestra obediencia.
  5. Ya que lo obedecieron, Pablo ahora les asegura que va a honrar su decisión de poner fin a la disciplina y perdonar al ofensor. El apóstol o supervisor debe tener este respeto por la iglesia bajo su cuidado.
  6. La falta de perdón abre la puerta a Satanás, quien se deleita en mantener a alguien bajo condenación. El diablo puede robarle de la paz y el perdón, dividir la iglesia y sembrar rebelión en aquellos que creen que una disciplina es demasiado severa. Pablo sabe que Satanás es muy astuto; puede ser más listo que nosotros. Debemos siempre mantener la guardia y ser conscientes de todos sus planes.

¿Qué te dice el Espíritu aquí?

  • ¿Tienes que perdonar a alguien?
  • ¿Afirmar tu amor a alguien? ¿Consolarlo?
  • ¿Has caído en desesperación – arrastrado a la condenación de Satanás?
  • ¿Está el diablo aprovechándose de ti en este momento? ¿Cuáles son sus artimañas?

 

2 Corintios 2:1-4: El amor duele

1En efecto, decidí no hacerles otra visita que les causara tristeza. Porque si yo los entristezco, ¿quién me brindará alegría sino aquel a quien yo haya entristecido? Les escribí como lo hice para que, al llegar yo, los que debían alegrarme no me causaran tristeza. Estaba confiado de que todos ustedes harían suya mi alegría. Les escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos sino para darles a conocer la profundidad del amor que les tengo.

Un corazón quebrantado. Ya sabes que amar a alguien es doloroso. El verdadero amor no significa que no habrá problemas en la relación. Las dos cartas a los corintios revelan un montón de problemas en la relación de Pablo con esa iglesia, pero él no simplemente la abandonó a los falsos apóstoles. Él estaría muy justificado dejarla y ocuparse de las innumerables oportunidades de ministrar en otros lugares. Evitaría mucho dolor.

Pero el verdadero amor, el amor ágape (la palabra griega que se usa aquí para el amor incondicional de Dios), no se da por vencido:

  • Puedes tener problemas graves en tu matrimonio, pero no entregues tu esposa a otro hombre; no abandones tu casa.
  • Hermana, no tienes que soportar el abuso de tu esposo, pero el divorcio no es la solución. ¡Dios quiere transformar a ese hombre! Evitar el dolor no es realmente lidiar con él.
  • Es posible que tengas problemas reales con la iglesia que estás pastoreando, pero no renuncies al pastoreado. Dios tiene un propósito en el dolor.

Crecemos cuando enfrentamos los problemas y los resolvemos.

Sin embargo, hay ocasiones cuando tenemos que alejarnos por un tiempo. Estar juntos puede ser tan doloroso que la sanidad no es posible en ese momento. No me gusta decirlo, pero a veces una separación del cónyuge es saludable – pero sólo con el objetivo de sanar y restaurar la relación. Pastor, lo puede significar un año sabático de tu iglesia. Lo que los seres más queridos hacen es lo que nos produce más dolor – pero también son los que nos traen más alegría. Así es que Pablo escribe que los mismos corintios deberían traerle alegría. Si él destruye la relación, ya ha eliminado a aquellos que pueden hacerle feliz. Por desgracia, los hombres lo hacen mucho con sus familias.

En esta carta, Pablo se arrepiente de las palabras fuertes de la carta anterior y su visita dolorosa. No quiere decir que estaba mal, pero ya han cumplido su propósito. Esperaba que la carta arreglase la situación, de modo que cuando los viera todo iba a estar bien. Pero no resultó así. Ahora tiene que confiar en que Dios estaba en medio de lo que hizo y va a restaurar la relación. Pero mientras tanto, estos pocos versos están llenos de dolor. Mira las palabras que usa: tristeza (6 veces), angustia, muchas lágrimas. El amor duele.

¿Estás en una relación dolorosa ahora mismo? ¿Estás tentado a dejarla? ¿Te sientes desesperado? ¿Que no puedes soportar más el dolor? Somos expertos en evitar el dolor a través del alcohol, drogas o pastillas, y en ocuparnos con muchas cosas. Dios quiere tocarte en tu dolor y darte la fuerza para perseverar y seguir amando. Tienes razón; en tu fuerza, no puedes. Pero tú puedes aprender a amar con el amor ágape de Dios; el mismo amor que Pablo tenía por esta iglesia difícil. Es el mismo amor que Jesús te manda tener para tu esposa o tu esposo, hasta entregar tu vida por ellos.

  • Tú tienes el poder interior de amar e impactar a tu familia, tu iglesia y tu mundo.
  • ¡Esfuérzate y anímate, mi hermano! Dios está  sacándote de una vida egocéntrica, llamándote a la cruz, y luego dándote una nueva vida y un amor como nunca has conocido.
  • Mi hermana, Jesús quiere derramar su amor sobre ti en medio de tu dolor.

El amor nunca falla, nunca se da por vencido. Dios quiere darte fe y esperanza – pero lo más importante, el amor.

 

Consuelo en la Biblia

Consuelo es mucho más que una palmadita en la espalda y decir que todo estará bien. El Diccionario de la lengua Española lo define como “alivio que siente una persona de una pena, dolor o disgusto,” y la Real Academia Española: “descanso y alivio de la pena, molestia o fatiga que aflige y oprime el ánimo.” Los sinónimos son “alivio, aliento, aplacamiento, sedación, ánimo, tranquilización, serenamiento.” Nuestra palabra proviene del latín, que significa “fortalecer mucho,” pero el texto griego original usa tres palabras, que tienen un significado mucho más completo.

parakleo: Se traduce: urgir, animar, suplicar, abogar con, reconfortar.

paraklesis: Estímulo, consuelo, apelación.

paracletos: Consejero o abogado, uno que habla en la defensa de otro.

Paraklesis implica llamar a alguien a tu lado. La Biblia utiliza la palabra paracletos para el Consolador, el Espíritu Santo, el llamado junto a ayudarte. Un paracletos podría también ser un abogado para la defensa en la corte; un defensor. Bíblicamente, consolar significa estar allí para alguien; entrar en su dolor, y caminar con él a través de un momento difícil. El confort da fuerza, ya sea con palabras o no.

¿Cómo nos consuela Dios?

Su vara y su cayado: Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. (NVI) Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (RVR, Salmo 23:4)

Sus promesas: Éste es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida. (Salmo 119:50)

Su Palabra:

  • Me acuerdo, Señor, de tus juicios de antaño, y encuentro consuelo en ellos. (Salmo 119:52)
  • En cambio, el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos. (1 Corintios 14:3)

Su Amor: Que sea tu gran amor mi consuelo, conforme a la promesa que hiciste a tu siervo. (Salmo 119:76)

Su Espíritu: Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. (Juan 14:16-17)

Dios usa a nosotros para consolar, muchas veces por simplemente estar presente para la otra persona: 

Luego Isaac llevó a Rebeca a la carpa de Sara, su madre, y la tomó por esposa. Isaac amó a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre. (Génesis 24:67)

¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!  —dice su Dios—. Hablen con cariño a Jerusalén, y anúncienle que ya ha cumplido su tiempo de servicio, que ya ha pagado por su iniquidad, que ya ha recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados. (Isaías 40:1-2)

Cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún descanso, sino que nos vimos acosados por todas partes; conflictos por fuera, temores por dentro.  Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito, y no sólo con su llegada sino también con el consuelo que él había recibido de ustedes. Él nos habló del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación que ustedes tienen por mí, lo cual me llenó de alegría. (2 Corintios 7:5-7)

También los saluda Jesús, llamado el Justo. Éstos son los únicos judíos que colaboran conmigo en pro del reino de Dios, y me han sido de mucho consuelo. (Colosenses 4:11)

Consolar es parte de la misión de Jesús:

El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos…a consolar a todos los que están de duelo, y a confortar a los dolientes de Sión. (Isaías 61:1-3)

Podemos resistir y rechazar el consuelo ofrecido a nosotros: 

Y Jacob se rasgó las vestiduras y se vistió de luto, y por mucho tiempo hizo duelo por su hijo.  Todos sus hijos y sus hijas intentaban calmarlo, pero él no se dejaba consolar, sino que decía: «No. Guardaré luto hasta que descienda al sepulcro para reunirme con mi hijo.» Así Jacob siguió llorando la muerte de José. (Génesis 37:34-35)

Cuando estoy angustiado, recurro al Señor; sin cesar elevo mis manos por las noches, pero me niego a recibir consuelo. (Salmo 77:2)

«Se oye un grito en Ramá, lamentos y amargo llanto. Es Raquel, que llora por sus hijos y no quiere ser consolada; ¡sus hijos ya no existen!» (Jeremías 31:15)

A veces seamos inconsolables, o el consuelo de otros puede angustiarnos aún más:

Tres amigos de Job se enteraron de todo el mal que le había sobrevenido, y de común acuerdo salieron de sus respectivos lugares para ir juntos a expresarle a Job sus condolencias y consuelo. Ellos eran Elifaz de Temán, Bildad de Súah, y Zofar de Namat. (Job 2:11)

“Muchas veces he oído cosas como estas; consoladores molestos sois todos vosotros.” (Job 16:2)

Mis ojos se consumen esperando tu promesa, y digo: «¿Cuándo vendrás a consolarme?» (Salmo 119:82)

En este país morirán grandes y pequeños; nadie llorará por ellos, ni los sepultará; nadie se hará heridas en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos. Nadie ofrecerá un banquete fúnebre a los que estén de duelo, para consolarlos por el muerto, ni a nadie se le dará a beber la copa del consuelo, aun cuando quien haya muerto sea su padre o su madre. »No entres en una casa donde haya una celebración, ni te sientes con ellos a comer y beber. (Jeremías 16:6-8)

Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor. (Zacarías 10:2)

Los que lloran y sufren ocupan un lugar especial en el corazón de Dios. Les promete consuelo.

Aquellos que recibieron consuelo en las cosas de este mundo pueden no recibirlo en el futuro:

Dichosos los que lloran, porque serán consolados. (Mateo 5:4)

Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya han recibido su consuelo! (Lucas 6:24)

 Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente. (Lucas 16:25)

2 Corintios 1:12-24  Seguridad en medio del sufrimiento

12 Para nosotros, el motivo de satisfacción es el testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la santidad y sinceridad que vienen de Dios. Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría humana sino a la gracia de Dios.

Andar con una conciencia limpia

Es demasiado fácil para un cristiano mantener un doble estándar:

  • Dar lo mejor a la empresa, y lo que queda al Señor.
  • Ser el cristiano ejemplar en la iglesia, pero robar del trabajo o no pagar sus impuestos.
  • Ser un hombre bien respetado en la comunidad, pero un abusador en casa.

Nuestra conducta debe ser la misma en el mundo, en la iglesia y en el hogar. La meta es consistencia. ¡Es muy liberador mantener una conciencia limpia en toda la vida! ¿Cómo está la tuya? Camina con integridad, santidad, motivos puros y sinceridad piadosa, para que puedas mantener la cabeza en alto en el trabajo, delante del Señor y con la familia. Eso  es posible solo por la gracia de Dios; es casi imposible comportarse de esa manera por tu propia fuerza. Pablo no se jacta de su conducta, sino confiesa que él también necesita esa gracia. Si no dependes de la gracia de Dios, la tentación es vivir por la sabiduría del mundo:

¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría. Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad. Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica. Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas (Santiago 3:13-16).

Es posible que Pablo creyera que los falsos apóstoles en Corinto, con su auto-promoción y egocentrismo, estaban actuando con esta sabiduría.

Orgullosos en el día del Señor

13 No estamos escribiéndoles nada que no puedan leer ni entender. Espero que comprenderán del todo, 14 así como ya nos han comprendido en parte, que pueden sentirse orgullosos de nosotros como también nosotros nos sentiremos orgullosos de ustedes en el día del Señor Jesús.

Muchos (incluyendo los falsos apóstoles) no estaban de acuerdo en que Pablo siempre escribió con tanta claridad. Pedro escribió acerca de Pablo: Hay en [sus cartas] algunos puntos difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tergiversan, como lo hacen también con las demás Escrituras, para su propia perdición (2 Pedro 3:16).

Estoy seguro de que Pablo sabía que él no siempre era fácil de entender, aunque nunca intentó a engañar a nadie ni escribir a propósito algo que sea difícil de comprender. Pero después de 2000 años, ¡todavía hay algunas cosas en sus cartas que son difíciles de entender! La realidad con la Biblia o un sermón es que lo entendemos en parte, y poco a poco llegamos a comprenderlo mejor. Sólo lo entenderemos perfectamente cuando estemos con el Señor (1 Corintios 13:12).

¡Qué imagen hermosa de los creyentes de pie ante Jesús, orgullosos de sus pastores que les habían ministrado fielmente la Palabra! A la misma vez, los  pastores están orgullosos de sus fieles discípulos. ¿Hay alguien que estará orgulloso de ti? ¿Estarás orgulloso de alguien cuando estés de pie delante del Señor?

¿Estaba Pablo no fidedigno?

15 Confiando en esto, quise visitarlos primero a ustedes para que recibieran una doble bendición; 16 es decir, visitarlos de paso a Macedonia, y verlos otra vez a mi regreso de allá. Así podrían ayudarme a seguir el viaje a Judea. 17 Al proponerme esto, ¿acaso lo hice a la ligera? ¿O es que hago mis planes según criterios meramente humanos, de manera que diga «sí, sí» y «no, no» al mismo tiempo?

Los detractores de Pablo en Corinto lo acusaron de una falta de fiabilidad al no hacer una visita prometida. Lo acusaron de:

  • Ser voluble y hacer las cosas a la ligera, sin orar ni pensar seriamente sobre lo que estaba haciendo.
  • Hacer planes de una manera mundana, según criterios meramente humanos, y no guiado por el Espíritu Santo.
  • Ser deliberadamente engañoso, diciendo “sí” y “no” en la misma frase, o decir «sí» cuando en realidad quiere decir «no» (NTV). Lamentablemente, es común que algunos cristianos digan “sí” cuando no tienen la intención ninguna de hacerlo, ya sea por su cultura, por no ofender a nadie, o porque es más fácil. Tenemos que ser honestos, fieles a nuestra palabra.

Los corintios deberían haber sabido que todos los planes de Pablo estaban sujetos a la voluntad de Dios. Él ya lo había dejado claro en el cierre de 1 Corintios (16:5-9), con palabras como «quizás«, «espero«, y «si el Señor lo permite

18 Pero tan cierto como que Dios es fiel, el mensaje que les hemos dirigido no es «sí» y «no». 19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre ustedes, no fue «sí» y «no»; en él siempre ha sido «sí». 20 Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios.

La verdadera preocupación de Pablo por las acusaciones de no ser fidedigno es que pueden dudar también su mensaje. Sus detractores trataron de aprovecharse de eso, pero Pablo les asegura que Jesús y su Palabra son inmutables.

¡En Cristo todo es “sí”!

Pablo inició esta carta con algunas cosas muy pesadas. El sufrimiento puede quitarnos una visión clara, pero ahora Pablo nos llama a unirnos sin vacilar al mensaje, sin desviarnos a temas secundarios. Sé positivo: en Cristo todas las promesas de Dios (de hecho, todo) son «Sí».

Con tantas dificultades, Pablo quiere concluir el capítulo con una nota positiva, con unas maneras que Dios, tú y la iglesia puedan responder a estos retos:

Dios: Seguridad impresionante en medio del sufrimiento

 21 Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. Él nos ungió, 22 nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.

  • Dios te mantiene, te capacita, para ser firme en Cristo. ¡No depende de ti! Claro, tú tienes tu parte, pero Dios hace todo lo posible con su poder infinito para asegurarte que te mantengas firme. Si te sientes inestable, tal vez tú te estás esforzando demasiado para mantenerte en tu propia fuerza.
  • Él te ungió cuando fuiste salvo y lleno del Espíritu Santo. ¿Has experimentado esa unción? ¿Necesitas una unción fresca?
  • Él puso su sello de propiedad en ti, semejante a la marca en el ganado. Recuérdale al diablo ese sello cuando te dice que a Dios no le importas.
  • Él puso su Espíritu en tu corazón como depósito. La palabra griega es rica, transmitiendo la certeza del depósito inicial, que te asegura todo lo que Dios te ha prometido. Es común decir que no hay garantías en la vida, ¡pero esta es  una garantía de la Biblia!

Tú: Conoce tus límites

23 ¡Por mi vida! Pongo a Dios por testigo de que es sólo por consideración a ustedes por lo que todavía no he ido a Corinto.

Tenemos que conocer nuestros límites. ¡A veces es sabio mantenerte alejado! Pablo sabía que otra visita sería improductiva en ese momento. No fue una decisión que él tomó a la ligera; realmente quería ir, pero por amor a ellos escogió salvarlos de otra visita dolorosa. Lo sorprendente es su fervor al decirlo: ¡pone a Dios como testigo y lo asegura con su propia vida!

La iglesia: Te ayuda a ser firme por la fe

24 No es que intentemos imponerles la fe, sino que deseamos contribuir a la alegría de ustedes, pues por la fe se mantienen firmes.

La iglesia tiene un papel importante en mantener a los hermanos en tiempos difíciles, principalmente fomentando su fe. Todos tenemos que trabajar juntos por una meta común. Los líderes de la iglesia que se enseñorean sobre los que están a su cuidado pueden destruir la fe de ellos. La relación entre el líder y la iglesia no debe ser onerosa o difícil (como era a veces fue para Pablo con los corintios), sino alegre.

Los corintios tienen que mantenerse firmes en su fe, o no sobrevivirán. Vemos aquí la tensión que siempre existe entre la soberanía de Dios y nuestra responsabilidad. Él acaba de decir que Dios nos mantiene firmes, ahora dice que es por la fe que nos mantenemos firmes. ¿Cuál es? ¡Ambos! Dios hace su parte, pero la fe (la creencia en Dios y en lo que Él ha dicho y hecho) es necesaria de nuestra parte. Así como Dios ha pagado el precio por tus pecados, pero tú tienes que aceptar su salvación por fe.

El creyente enfrenta mucha presión: del mundo, del diablo y aun de la iglesia. Dios lo usa todo para refinarte y prepararte para la eternidad. ¡Qué te mantengas firme en tu fe, confiando en el Señor!