2 Corintios 2:1-4: El amor duele

1En efecto, decidí no hacerles otra visita que les causara tristeza. Porque si yo los entristezco, ¿quién me brindará alegría sino aquel a quien yo haya entristecido? Les escribí como lo hice para que, al llegar yo, los que debían alegrarme no me causaran tristeza. Estaba confiado de que todos ustedes harían suya mi alegría. Les escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos sino para darles a conocer la profundidad del amor que les tengo.

Un corazón quebrantado. Ya sabes que amar a alguien es doloroso. El verdadero amor no significa que no habrá problemas en la relación. Las dos cartas a los corintios revelan un montón de problemas en la relación de Pablo con esa iglesia, pero él no simplemente la abandonó a los falsos apóstoles. Él estaría muy justificado dejarla y ocuparse de las innumerables oportunidades de ministrar en otros lugares. Evitaría mucho dolor.

Pero el verdadero amor, el amor ágape (la palabra griega que se usa aquí para el amor incondicional de Dios), no se da por vencido:

  • Puedes tener problemas graves en tu matrimonio, pero no entregues tu esposa a otro hombre; no abandones tu casa.
  • Hermana, no tienes que soportar el abuso de tu esposo, pero el divorcio no es la solución. ¡Dios quiere transformar a ese hombre! Evitar el dolor no es realmente lidiar con él.
  • Es posible que tengas problemas reales con la iglesia que estás pastoreando, pero no renuncies al pastoreado. Dios tiene un propósito en el dolor.

Crecemos cuando enfrentamos los problemas y los resolvemos.

Sin embargo, hay ocasiones cuando tenemos que alejarnos por un tiempo. Estar juntos puede ser tan doloroso que la sanidad no es posible en ese momento. No me gusta decirlo, pero a veces una separación del cónyuge es saludable – pero sólo con el objetivo de sanar y restaurar la relación. Pastor, lo puede significar un año sabático de tu iglesia. Lo que los seres más queridos hacen es lo que nos produce más dolor – pero también son los que nos traen más alegría. Así es que Pablo escribe que los mismos corintios deberían traerle alegría. Si él destruye la relación, ya ha eliminado a aquellos que pueden hacerle feliz. Por desgracia, los hombres lo hacen mucho con sus familias.

En esta carta, Pablo se arrepiente de las palabras fuertes de la carta anterior y su visita dolorosa. No quiere decir que estaba mal, pero ya han cumplido su propósito. Esperaba que la carta arreglase la situación, de modo que cuando los viera todo iba a estar bien. Pero no resultó así. Ahora tiene que confiar en que Dios estaba en medio de lo que hizo y va a restaurar la relación. Pero mientras tanto, estos pocos versos están llenos de dolor. Mira las palabras que usa: tristeza (6 veces), angustia, muchas lágrimas. El amor duele.

¿Estás en una relación dolorosa ahora mismo? ¿Estás tentado a dejarla? ¿Te sientes desesperado? ¿Que no puedes soportar más el dolor? Somos expertos en evitar el dolor a través del alcohol, drogas o pastillas, y en ocuparnos con muchas cosas. Dios quiere tocarte en tu dolor y darte la fuerza para perseverar y seguir amando. Tienes razón; en tu fuerza, no puedes. Pero tú puedes aprender a amar con el amor ágape de Dios; el mismo amor que Pablo tenía por esta iglesia difícil. Es el mismo amor que Jesús te manda tener para tu esposa o tu esposo, hasta entregar tu vida por ellos.

  • Tú tienes el poder interior de amar e impactar a tu familia, tu iglesia y tu mundo.
  • ¡Esfuérzate y anímate, mi hermano! Dios está  sacándote de una vida egocéntrica, llamándote a la cruz, y luego dándote una nueva vida y un amor como nunca has conocido.
  • Mi hermana, Jesús quiere derramar su amor sobre ti en medio de tu dolor.

El amor nunca falla, nunca se da por vencido. Dios quiere darte fe y esperanza – pero lo más importante, el amor.