2 Corintios 4: La lucha con el desánimo

¿Estás luchando con el desánimo? Para muchos de nosotros es una lucha casi diaria. Pablo tenía muchas razones para desanimarse, pero en el verso uno (y nuevamente en el versículo 16), Pablo dice “no nos desanimamos.” La palabra griega puede significar “sin espíritu y abatido por el miedo, o desmayado por el cansancio y el agotamiento.” ¿Qué aprendió Pablo que le permitió superar el desánimo?

1Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos. Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios. Pero si nuestro evangelio está encubierto, lo está para los que se pierden. El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios. No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús. Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.

Da gracias por el privilegio (y la responsabilidad) de participar en el ministerio glorioso del Evangelio

Pablo comienza el capítulo con “por esto” o “por lo tanto.” Siempre cuando se ve esas palabras en la Biblia, hay que leer lo que vino antes, para ver a qué se refieren. La gloria de Dios llena el final del capítulo 3: el ministerio glorioso y nuestra transformación a su gloriosa imagen. (Las divisiones de los capítulos fueron insertadas más tarde y pueden interrumpir el flujo de pensamiento.) Nos ayudará a no desanimarnos si podemos mantener esa visión en medio de las luchas y recordarnos de que Dios nos está moldeando a la imagen de Cristo, incluso en los tiempos difíciles. Pablo es consciente de que no merece participar en esta obra divina: Su Dios misericordioso le dio el privilegio de compartir en su gloria; por lo tanto, él es responsable de servirle lo mejor que pueda.

Desenmascarar el dios de este mundo y renunciar a sus obras

Dada la naturaleza exaltada del ministerio, Pablo se ve obligado a confrontar a aquellos que ministran con acciones vergonzosas y métodos turbios, engañan a la gente y distorsionan la Palabra de Dios. Él sufre constante oposición y persecución, bajo tal presión que la muerte es su compañera diaria. ¿Por qué es tan dura la vida si estás en la voluntad de Dios? ¡Estás luchando contra Satanás, el dios de este siglo! Los siervos del diablo harán todo lo necesario para avanzar en su agenda. Quitan el enfoque de Jesús, se exaltan a sí mismos y predican un evangelio centrado en el hombre. El diablo es el maestro del engaño y el padre de la mentira, y ciega alegremente las mentes de los incrédulos (y también de muchos cristianos).

Sabemos que nuestro Dios es el único Señor de este universo. Estamos agradecidos de que Dios haya brillado su luz en nuestros corazones, y oramos que otros también se iluminen. Sin embargo, Dios le ha dado autoridad a Satanás en esta tierra. Estamos operando en territorio enemigo. El mundo se burla de las verdades que nos parecen tan obvias, porque Satanás los ha cegado. Nosotros ayudamos al diablo, predicando un evangelio centrado en el hombre, y no proclamando claramente a Jesús en palabra, acción y poder. Lamentablemente, nuestros ojos pueden estar tan llenos  de las  cosas del mundo que casi no vemos el rostro de Jesús lleno de la gloria de Dios, ni lo reflejamos al mundo. En cambio, algunos parecen aburridos legalistas religiosos que no permiten que otros disfruten de la vida.

Es fácil caer en desánimo cuando siempre se enfrenta este tipo de cristianismo falso. Existe una tentación fuerte de hacer lo mismo, y así obtener el reconocimiento y el dinero de estos ministros falsos. La respuesta de Pablo es renunciar a esas tácticas, centrarse en la verdad del Evangelio y presentar la Palabra con la mayor claridad posible. Si comprendemos la naturaleza de la batalla, es más fácil luchar contra el desánimo.

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros. Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo mortal. 12 Así que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes la vida.

Aceptar el sufrimiento y la debilidad como parte de esta vida, y seguir adelante

Como si no fuese suficiente pelear con el dios de este mundo y sus siervos, también hay una lucha interior. Dios ha escogido utilizar nuestros cuerpos frágiles para contener el tesoro del Evangelio. Con el envejecimiento y la enfermedad (las mismas cosas que nuestra cultura resiste con toda su fuerza), nos encontramos físicamente decaídos y desgastados. Y estas vasijas pueden ser frágiles emocionalmente también. Es común que el cristiano luche contra la depresión e incluso los pensamientos de suicidio. Aunque la batalla puede ser diferente para cada persona, todos enfrentamos a muchas cosas que pueden desanimarnos. Pablo fue:

  • Atribulado
  • Perplejo, en apuros y preocupado, confuso
  • Perseguido
  • Derribado, golpeado abajo

¡Qué manera de vivir para un gran apóstol y hombre de fe como Pablo, hasta el límite de lo que podría soportar! ¡Este capítulo no les cae bien a aquellos que predican la prosperidad! Dios casi sádicamente permitió estas luchas, pero también siempre le dio a Pablo la fuerza para soportarlas, y en el proceso de acercarse más a Él. ¿Cómo le ayudó a perseverar?

  • Nunca fue abatido, aplastado o angustiado y sin salida
  • Él no llegó al punto de la desesperación
  • Cuando fue perseguido, siempre fue consciente de la presencia de Dios con él
  • Su cuerpo era sangriento y roto, pero no destruido

Pablo vivió constantemente con la convicción de la muerte. La cruz de Cristo no sólo colgaba de una cadena en su cuello, y no se recordaba sólo una vez al año, el Viernes Santo. Pablo vivía en constante peligro de la muerte porque servía a Jesús. Posiblemente sufría de su aguijón en la carne, dolor, o alguna enfermedad.

Aunque hablamos de la gloria del cielo, muchos de nosotros tememos a la muerte. Nos cuesta ir a un hospital o funeral. Pero el cristiano vive con la muerte como su compañera. Crucificamos diariamente la carne y sus hábitos pecaminosos. Qué contraste con la forma exagerada en que muchos mimen el cuerpo, con los músculos esculpidos durante horas en el gimnasio, el estómago lleno de comida gourmet y la piel masajeada e hidratada con lociones caras.

¿Cómo se comparan las luchas de Pablo con tus desafíos? ¿Te alienta saber que no lo tienes tan malo?

No se trata de ti, todo tiene que ver con Jesús

Toda esta muerte le permite a Jesús revelarse en nuestros cuerpos mortales, dejándole demostrar su poder sin  duda ninguna de quién hace el trabajo. No es de extrañar que el mundo no puede ver a Jesús en nosotros, si estamos muy ocupados escapando de la muerte y exaltándonos a nosotros mismos. Así como Jesús voluntariamente dio su vida por nosotros, Pablo dice que vale la pena sufrir para que otros puedan recibir la vida. En nuestro egoísmo, ¿luchamos contra la muerte, incluso privando a otros de experimentar la vida de Cristo? Estamos muy lejos de la iglesia primitiva, que dijo que la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia. Muchos países están experimentando persecución; en el sufrimiento y la muerte, Jesús se revela y se glorifica como nunca antes.

El sufrimiento no debe callarte. De hecho, ¡estamos obligados a seguir predicando el Evangelio!

13 Escrito está: «Creí, y por eso hablé.» Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso hablamos. 14 Pues sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará junto con ustedes a su presencia. 15 Todo esto es por el bien de ustedes, para que la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

Piensa en el cielo y la gloria de Dios

Sabiendo que Jesús resucitó de los muertos, tenemos plena seguridad de que la muerte ha sido derrotada y estamos destinados al cielo. Tenemos que compartir ese mensaje de salvación con todo el mundo, para que Dios pueda ser glorificado por la efusión de acción de gracias y alabanza. ¿Es esta tu pasión? ¡Qué multitudes den gracias a Dios y le glorifiquen!

16 Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. 17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 18 Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.

Mantén la perspectiva – fija los ojos en lo invisible

Si te fijas en lo que está sucediendo a tu alrededor, te desanimarás. Garantizado. Es muy fácil perder la perspectiva, y muy difícil fijar los ojos en lo invisible, ya que lo que vemos está literalmente en la cara. En algunos países, lo que se ve es por lo general muy atractivo, ya sea ese nuevo carro deportivo o la cómoda casa con televisor de pantalla gigante. Si vives en un país destruido por la corrupción, la guerra o el hambre, buscarías más lo invisible. Sé que puede ser difícil de creer, pero tus problemas realmente no son tan graves, y son solo temporales. Dios todavía está en control, y te renueva de día en día a pesar de la muerte que te rodea. Hay una gloria eternal esperándote que te hará olvidar todo el dolor.

¡No te desanimes! ¡Quita tus ojos de ti mismo y tus circunstancias, y fíjalos en lo invisible!

 

 

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