2 Corintios 6:3-13: Los altibajos de servir a Cristo

Piedras de tropiezo

Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio.

Las piedras de tropiezo lastiman a muchos creyentes, traen reproche al nombre de Cristo y desacreditan ministerios enteros. El camino cristiano ya es duro; no necesitamos a otros creyentes (sobre todo a líderes) para hacerlo aún más difícil. Jesús promete un juicio severo por cualquiera que haga que sus “pequeños” tropiecen (Mateo 18:6).

  • ¿Caminas y ministras de una manera que no hagas tropezar a nadie?
  • ¿Hay alguna piedra que tú has puesto en el camino de un hermano? ¡Quítala! ¡Haz su caminata más cómoda!
  • ¿Te has tropezado y has sufrido a causa de algún cabezón necio? ¿O porque alguien te usó para sus propios propósitos y beneficios? ¿Te culpaste, cuando en realidad ellos te hicieron tropezar? ¡No dejes que ellos te desanimen de servir al Señor! ¡La culpa no es tuya!

Si tú has tropezado, Dios quiere levantarte y ayudarte a seguir adelante. ¡Pero no te des la vuelta al mismo camino, como un perro que vuelve a su vómito, para tropezar de nuevo! Mantén los ojos abiertos para iglesias o líderes que puedan servir como piedras de tropiezo.

¿Cómo te acreditas a ti mismo?

Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios:

¿No es orgulloso recomendarse o acreditarse a sí mismo? ¡Parece que no! Si amas a tus ovejas y las ves en peligro, hay que levantarte para advertirlas y rescatarlas. Puede ser necesario señalar los errores de otros (y defender la integridad de tu ministerio):

  • ¿A quién sirven? ¿A Dios?
  • ¿Buscan primero su reino, para extenderlo?
  • ¿Tienen el corazón humilde de Cristo para servir, hasta lavar los pies? ¿O quieren ser servidos?
  • ¿Buscan poder, alardeando?

¿Cómo se recomienda Pablo a sí mismo?

En sufrimientos, privaciones y angustias; en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre.

Parece que Pablo no tiene mucho que recomendarse. No son las muestras que esperamos de los grandes hombres de Dios, pero Pablo quiere recordar a los corintios del amor y sacrificio que él demostró cuando los llevó al Evangelio.

¿Crees que lo tienes difícil? ¿Cuánto has sufrido?

  • ¿Todavía servirías a Cristo si te llevara a la cárcel?
  • ¿Cuántos golpes puedes soportar antes de dejar el ministerio para otro trabajo?
  • ¿Conoces hambre y noches sin sueño como resultado de tu dedicación al pueblo de Dios?
  • ¿Tienes la paciencia para seguir adelante a pesar de las dificultades y la angustia? Es posible que ellas no sean por algún pecado o debilidad, sino que son parte de servir a Cristo.

¿O has aceptado la mentira común de que la vida cristiana debería ser fácil y sin problemas? Ten cuidado con los que nunca tienen batallas en sus vidas.

Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero; con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas;

¿Y tú? ¿Sigues siendo paciente, bondadoso y cariñoso bajo el estrés? Esos son frutos del Espíritu Santo. ¿Te mantienes puro y honesto frente a la tentación de la porno en Internet y miente como una manera fácil de salir de los problemas? Una vida justa (junto con las armas de la Palabra, oración y el poder del Espíritu), es la mejor defensa contra los ataques del mundo y del enemigo. Pablo estaba rodeado de angustia y tumulto, pero él tenía una fe inquebrantable y una comunión íntima con su Señor que le permitieron un ministerio poderoso.

Lo bueno y lo malo

En lo que sigue, sus afirmaciones contrastantes son tan extremas que Pablo puede parecer esquizofrénico. ¿Es tu vida así a veces, como un niño fluctuante, llevado por doquiera por las ondas? Un día puede haber una unción hermosa en tu iglesia, y en el otro puedas querer renunciar al pastoreado. O puedes estar enamorado de tu esposa un día, y el otro estar listo para el divorcio. Hay una enseñanza popular de que si haces todo conforme a la Palabra, todo estará bien; las experiencias negativas resultan del pecado, la incredulidad o el fracaso. Pero si la experiencia de Pablo es normal, los altibajos son parte de la vida, sobre todo para el líder cristiano. El dicho es cierto: Esto también pasará. Parte de la madurez es reconocer eso y no desesperarse en los días oscuros, y dar gracias a Dios por el don de un día bueno.  Así, Pablo describe los altibajos de su ministerio:

por honra y por deshonra (DHH: Unas veces se nos honra, y otras veces se nos ofende),

por mala y por buena fama;

veraces, pero tenidos por engañadores (NTV: Somos sinceros, pero nos llaman impostores);

conocidos, pero tenidos por desconocidos (NTV: Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos);

como moribundos, pero aún con vida;

golpeados, pero no muertos;

10 aparentemente tristes, pero siempre alegres (NTV: Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría);

pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos;

como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo.

Anhelamos la fama, la felicidad y la prosperidad, pero cuando Pablo fue martirizado no tuvo posesiones materiales ni dinero, y fue despreciado por muchos. Sin embargo, dejó un legado que perdura hasta hoy. ¿Estás dispuesto a aceptar y soportar ambos extremos? Las cosas a tu alrededor siempre cambian, pero Cristo nunca cambia. Regocíjate en Cristo, incluso en la aflicción, consciente de que tu valor y emociones no se basan en las circunstancias, tu popularidad o tu riqueza, sino en Dios.

Corazones abiertos

11 Hermanos corintios, les hemos hablado con toda franqueza; les hemos abierto de par en par nuestro corazón. 12 Nunca les hemos negado nuestro afecto, pero ustedes sí nos niegan el suyo. 13 Para corresponder del mismo modo —les hablo como si fueran mis hijos—, ¡abran también su corazón de par en par!

Pablo suena como Dios en muchas profecías del Antiguo Testamento: un amante no correspondido que ha hecho muchas cosas solo para ser rechazado. Estos son sus hijos espirituales, y Pablo anhela su amor. El desafío (en cualquier tipo de relación) es seguir amando, rechazando la amargura, como lo hace Dios con nosotros. Esto puede ser difícil si has encontrado la misma oposición que Pablo experimentaba. Ante la tentación de cerrar tu corazón:

  • Habla libremente y honestamente, dándoles todos los consejos de Dios.
  • Abre tu corazón de par en par a ellos.
  • No les niegues tu cariño. Al igual que el afecto de un padre por sus hijos, expresa lo que hay en tu corazón.

Creo que Pablo diría que el rechazo de los corintios lo lastimó  más que todos los golpes que tuvo que soportar. ¿Tienes a alguien que te haya ministrado mucho y que esté sufriendo porque le has dado la espalda? Si tú has sido decepcionado por un pastor o un padre espiritual, si has cerrado tu corazón y estás reteniendo tu afecto, confía en Dios y abre tu corazón de par en par. Dios anhela restaurar esa relación.

Es una lucha diaria seguir a Cristo, sobre todo en el ministerio. No estás mal si pasas por tribulaciones. Coge ánimo del ejemplo de Pablo para seguir adelante, firme en tu esperanza en Dios y fiel a tu llamado.

 

2 Corintios 6:1-2: No recibas la gracia de Dios en vano

1Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. Porque él dice:

«En el momento propicio te escuché,
y en el día de salvación te ayudé.»

Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!

Dios hace su parte. Tienes su favor. Él te escucha. Vives en la era de la gracia, cuando Dios derrama su favor inmerecido. Habrá un día de juicio, pero hoy es el día de salvación. Dios está disponible para ayudarte. Piensa en todo esto por un minuto. Es muy impresionante.

¡No esperes!

Es una oferta por tiempo limitado. No sabes cuándo se retirará su favor, cuando termine el día de la salvación y llegue el día del juicio. No siempre tendrás su oreja. Si continuamente rechazas su ayuda, llegará el momento en que ya no esté disponible.

Tienes que recibir este regalo maravilloso que Dios te ofrece. Es hermoso que Jesús pagó por nuestros pecados en la cruz. Dios quiere empoderarte a través del  Espíritu Santo que mora en ti. Pero tienes que recibir esos dones por fe. La gracia de Dios está disponible, pero si sigues haciendo las cosas con tu propia fuerza no es beneficiosa.

Lo que significa recibir la gracia de Dios en vano

Lo más preocupante es recibir su gracia, pero recibirla en vano, sin impacto ninguno en tu vida. Hace un par de años le di a mi hijo un cupón para la escalada en roca. Él estaba emocionado de recibirlo, pero tardó en usarlo. El cupón expiró, y se perdió la oportunidad. Había recibido el regalo en vano. Perdí mi dinero, él perdió un momento divertido y yo no estaba muy feliz con él.

Pablo profundiza en esta cuestión de recibir su gracia en vano después de su discusión de la nueva vida en Cristo y nuestra parte en la evangelización. Todo es hecho nuevo, somos reconciliados con Dios y perdonados, y vivimos para Cristo. Aunque Pablo escribe a los cristianos, en el verso 20 del capítulo 5 les implora que se reconcilien con Dios, y en el 6:2 dice que es urgente: hoy es el día de salvación. Aparentemente, Pablo sabía que aun con mucha evidencia en Corinto de la gracia de Dios (su favor inmerecido y la abundancia de carismas o dones espirituales), muchos no eran salvos. De hecho, nuestras iglesias están llenas de personas decentes que han estado participando en la vida de iglesia durante años, pero nunca han nacido de nuevo. Todavía viven para sí mismos, y no para Cristo. No están sirviendo como embajadores de Cristo. Todavía queda mucho del viejo hombre visible. Tú puedes ser uno de ellos. Dios puede abrir tus ojos en este momento a la necesidad de un arrepentimiento genuino y una entrega completa a Él.

Fe vacía sin efecto

La palabra traducida “vano” también significa “vacía, sin sentido, para nada.” Pablo la utiliza en su primera carta a los corintios (15:2): Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que yo os anuncio. De lo contrario, habrán creído en vano. Es posible recibir la gracia de Dios en vano, y creer en vano. Alguien puede oír las buenas nuevas y recibirlas, sin aferrarse firmemente a la palabra. Él no persevera. En el versículo 10 del mismo capítulo, Pablo dice que él recibió la gracia de Dios, y en su caso no fue en vano. Tuvo el efecto deseado. ¿Cómo lo sabe? Por su vida transformada y su ardua labor por el evangelio. Luego, en el versículo 14, dice que la fe de los corintios sería inútil (la misma palabra) si Cristo no hubiera resucitado de entre los muertos.

Por extraño que parezca, es posible creer y recibir la gracia de Dios, pero sin efecto ninguno en tu vida. ¿Has conocido a gente así? Toman una decisión, hacen todas las actividades cristianas habituales, pero hay un vacío. No sostienen la palabra, ni la obedecen, ni caminan por fe. Sus vidas niegan la realidad y el propósito de la gracia de Dios. En ese caso, su religión está vacía y están haciendo esas cosas en vano. Pablo está preocupado por eso mismo para los corintios. La vida cristiana cuesta trabajo. Si no fuera así, Pablo no habría dedicado tanto tiempo a instruir, exhortar y advertir a la iglesia de Corinto.

 ¿Qué tienes que hacer?

Algunos dirían que estas personas nunca fueron realmente salvadas. En estos dos primeros versículos del capítulo seis, Dios claramente hace su parte: derrama su gracia y nos ayuda con la plenitud del Espíritu Santo. Pero nosotros todavía tenemos que hacer nuestra parte: recibir su palabra, perseverar y vivir bajo el señorío de Cristo. La salvación comienza con una decisión, pero es mucho más que eso. Se trata de caminar toda tu vida con Jesús.

No puedes forzar a la gente. Dios no obliga a nadie a aceptar a Cristo. Él ofrece su salvación y puede arreglar las circunstancias que nos empujan hacia Él. Su Espíritu Santo abre nuestros ojos y nos atrae a Dios, pero en última instancia, es tu decisión. Dios confía en nosotros para compartir esta oferta asombrosa. Somos sus compañeros de trabajo, un privilegio bastante impresionante en sí mismo. ¿Qué estás haciendo con lo que Dios te ha dado? ¿Estás utilizándolo para su gloria y reino? Solo unos pocos versos atrás Pablo dijo que estamos en el mismo equipo; somos embajadores de Cristo. ¿Cómo te va como su compañero de trabajo? ¿Hay alguien con quien tengas que hablar? ¿Tienes que tomar la iniciativa para advertirles que arreglen sus vidas? Hoy es un día de la salvación y la gracia de Dios. Recíbelas y deja que tengan su efecto transformador en tu vida.

 

2 Corintios 5:9-21: Eres un embajador de Cristo

Evangelismo

El evangelismo es simplemente hablar a otros acerca de Jesús. ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Culpable? ¿Temeroso? ¿Emocionado? ¿Apasionado? ¿O mejor dejar el evangelismo a los fanáticos o expertos? Hechos 1:8 dice que el resultado inevitable de recibir el poder del Espíritu es testificar acerca de Jesús dondequiera que vayas. No tienes que ir de puerta en puerta, o predicar en las calles o acosar a gente que no conoces y quienes no quieren hablar de Jesús. No hay una fórmula prescrita de qué decir. Jesús dijo que nos haría pescadores de hombres, no cazadores (Mateo 4:19). Estudia a Jesús y la forma en que se relacionaba con la gente.

En esta porción, Pablo da nueve razones convincentes para sentirse apasionado por la evangelización.

 9 Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado.

  1.  Tu objetivo en esta vida es agradar a Dios. Jesús dijo que si nos avergonzamos de Él delante de los hombres, Él se avergonzará de nosotros ante el Padre (Mateo 10:32, Marcos 8:38, Lucas 9:26). Dios se complace cuando tienes la fe y la voluntad de hablar a otros acerca de las grandes cosas que Jesús ha hecho por ti. Los ángeles del cielo se regocijan cuando alguien viene a Cristo (Lucas 15:10). Dios no está complacido cuando nos da la oportunidad de hablar acerca de Él, y no lo hacemos.

10 Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.

  1.  Hablas a otros acerca de Jesús no solo porque estás entusiasmado con Él y lo amas, sino también porque tienes un temor saludable de Dios. Tienes que rendir cuentas de las oportunidades que desperdiciaste para compartir el Evangelio:

Cuando yo le diga al malvado: “¡Vas a morir!”, si tú no le adviertes que cambie su mala conducta, el malvado morirá por su pecado, pero a ti te pediré cuentas de su sangre. En cambio, si le adviertes al malvado que cambie su mala conducta, y no lo hace, él morirá por su pecado pero tú habrás salvado tu vida (Ezequiel 33:8 y 9).

Al lado positivo, serás recompensado por todo lo que hagas en el nombre de Jesús, ya sea dar un vaso de agua fría o compartir el Evangelio (Mateo 10:40-42).

11 Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para la conciencia de ustedes.

  1.  El temor de  Dios le permitió a Pablo soportar grandes sufrimientos y predicar a Jesús incansablemente. Él llama el evangelismo “tratar de persuadir a todos.” Hay un fundamento sólido en la historia para la fe en Jesús, y Pablo no tenía miedo de debatir y entablar las mentes más brillantes de su época. ¿Tienes suficiente conocimiento de la Biblia y la base de tu fe para persuadir a alguien a creer en Cristo? ¿O tienes miedo de que traigan algo que pueda destruir tu fe, o te hagan una pregunta que no puedas contestar? Tienes la responsabilidad de estudiar y prepararte para que no pongas en ridículo ni a ti o a Jesús. Si no tienes la respuesta, sé honesto y diles que lo investigarás. Y hazlo.

Pablo nunca trató de ocultar quién era. ¡Muchos cristianos andan incógnitos hoy! No tienes que llevar camisetas de Jesús o una gran cruz, pero lo que eres debe ser obvio en tu estilo de vida y en tu forma de hablar. Dios no está engañado por una apariencia religiosa en la iglesia mientras eres otra persona con tus amigos. Sé transparente – para que el mundo vea a Jesús en ti. Si no pueden verlo, pregúntate qué parte Él realmente tiene en tu vida.

12 No buscamos el recomendarnos otra vez a ustedes, sino que les damos una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros, para que tengan con qué responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón.

La mayoría de las personas se enorgullecen de las apariencias: ropa, carros y tecnología. Pero puedes tener todos los juguetes del mundo y todavía tener un corazón feo y vacío. No te ocupes de este mundo visible. Cuando la gente se cansa de todo lo externo y se da cuenta de que su corazón está quebrantado o vacío, háblales sobre quién que puede sanarlo y llenarlo. Lo que está en tu corazón es lo que le mostrará al mundo que eres diferente y que los atraerá a Jesús. No tienes que impresionar a nadie con la palabrería o las apariencias, ni tratar de venderles Jesús.

13 Si estamos locos, es por Dios; y si estamos cuerdos, es por ustedes.

Fanático. Loco. Muchos decían que Pablo estaba loco, sobre todo su familia y amigos en la comunidad judía, donde pudo haber tenido una vida muy cómoda como rabino. El mundo puede pensar que todos los que toman en serio su compromiso con Jesús están locos. ¡Incluso la madre de Jesús dijo que Él estaba fuera de sí (Marcos 3:21)! Pero no te apures por lo que dicen. Hoy en día hay mucha presión para aceptar otros estilos de vida y otras religiones. ¡Las encuestas muestran que la mayoría de los cristianos creen que otras religiones son formas alternativas de llegar a Dios (pewforum.org)! Cada vez más te verán como un fanático si afirmas todo lo que dice la Biblia.

14 El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron.

  1.   El amor. El amor de Cristo, que experimentas diario. Es un amor por los demás que nunca tenías antes, incluso el amor por el pecador más vil. Es el conocimiento que Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree sea salvo. Pero ¿cómo van a creer si no han oído?

¿Cómo es posible tener algo que puede salvar a alguien de una eternidad en el infierno y egoístamente no decir nada? Si tuvieras una pastilla para curar una enfermedad, ¿no la repartirías para salvar vidas, sobre todo si no hubiera costo para ti? ¿Cómo puedes vivir como si todo estuviera bien, sabiendo que la Biblia dice que ellos van a sufrir eternamente sin Cristo? Si tienes algo de amor – aun simple decencia humana – estás obligado a hacer todo lo posible para que lo sepan, sobre todo tus amigos y familiares.

15 Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado.

  1.   ¿Para quién vives? Desde la infancia, el mundo te ha enseñado que tienes que vivir para ti mismo. Ahora tienes que renunciar a esa mentalidad y vivir para Cristo. Jesús no murió solo por ti, o unos cuantos elegidos, sino por todos. Si vives para Cristo, el “yo” y todas sus preocupaciones con la imagen y el rechazo ya no tienen mucha importancia. Eso libera tu tiempo y energía para servir a Cristo y cuidar de los demás.

16 Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así.

  1.  Tu auto​​imagen y lo importante ha cambiado. Ahora tienes una nueva forma de ver a la gente. No se trata de lo que pueden hacer por ti, cómo se ven o si cumplen con los estándares del mundo. Hay que considerarlos como Jesús los considera, con un corazón de compasión, aceptación y amor incondicional.

17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!

  1.  Tú tienes el poder de introducir a alguien a una vida totalmente nueva. Todos los pecados y los errores del pasado son borrados y ellos nacen de nuevo. ¡Qué oferta increíble! ¡Estas son muy buenas noticias! ¿Conoces esa nueva vida? ¿Has dejado todo lo viejo? Esta verdad puede ser aún más poderosa para gente mayor con muchos lamentos, quienes pueden sentir que es demasiado tarde para empezar de nuevo o cambiar sus vidas.

18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19 esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.

  1.  ¿Recuerdas cómo estabas lejos de Dios a causa del pecado? Bajo el viejo pacto, los judíos tenían que ofrecer muchos sacrificios, y aún no había una reconciliación completa. En Cristo, tu relación con el Dios del universo es restaurada. Puedes tener tanto tiempo en el Evangelio que has olvidado lo radical y asombroso que es. Dios tomó la iniciativa y pagó el precio extremo: la vida de su propio Hijo. Dios hizo la obra, pero tiene algunas expectativas de ti, como anunciar  esta oferta maravillosa a otros. Debe ser una venta fácil, ¿verdad? El mundo gasta mucho dinero en basura, ¡y esto es gratuito! ¡Y Dios encarga este precioso mensaje a ti! ¿Cómo se siente Él si lo guardas para ti mismo y no dejas que nadie lo sepa?

20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.»

  1.  Dios te ha nombrado embajador del Reino de los Cielos. Si todavía tienes dudas acerca del evangelismo, esto debe convencerte: ¡Esta llamada es del Rey del universo! ¿Puedes imaginar una llamada del presidente de tu país con la noticia de que él te ha nombrado embajador en otra nación? ¿Qué pasaría si lo ignoraras y siguieras viviendo como siempre?

Un embajador representa a su país y lleva la autoridad de su gobierno. Tiene que consultar con su gobierno para conocer su política y luego comunicársela al gobierno extranjero. No puede decir lo que quiera; aún si no le gusta lo que dice su gobierno, está obligado a apoyarlo.

No puedes ser un embajador autonombrado. Si yo voy a México y digo que soy el embajador de los Estados Unidos, me pedirán mis credenciales. Si no los tengo, me expulsarían y posiblemente me acusarían de un delito.

Otro ejemplo: Si soy un concesionario de Toyota y he vendido mi inventario, puedo llamar a Toyota y con gusto me enviarán otro envió de autos. Pero yo no soy un distribuidor. Si yo los llamo, se reirán y colgarán el teléfono.

Tú eres autorizado. No necesitas ningún servicio especial de ordenación en tu iglesia. Ya eres un embajador de Cristo. Tienes toda la autoridad de Dios Todopoderoso, tal como Jesús mandó a los apóstoles predicar el Reino, sanar a los enfermos y echar fuera demonios. ¿Representas fielmente a tu Rey?

21 Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos libres del pecado y hechos justicia de Dios en Él. Una de las experiencias más hermosas es compartir esas noticias y ver a alguien arrepentirse y nacer de nuevo. ¡Dios te necesita! ¡Hay gente a tu alrededor que desesperadamente necesitan a Jesús! Pídele a Dios que te dé la oportunidad de hablar acerca de Cristo esta semana. Deja de lado tus temores y confía en Dios que Él te usará como su embajador.

 

2 Corintios 5:1-10: ¿Listo para algo nuevo?

1De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial, porque cuando seamos revestidos, no se nos hallará desnudos. Realmente, vivimos en esta tienda de campaña, suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas.

En el capítulo 4, Pablo se refiere a nuestros cuerpos como vasos de barro. No son muy fuertes ni resistentes, pero sin embargo tienen un propósito importante. Ahora nos da otra imagen del cuerpo no mucho mejor: tiendas de campaña.

Lo que sabemos acerca de esa tienda

  • Es mortal y será destruida.
  • Está construida por manos humanas.
  • Es incómoda – gemimos y estamos agobiados en ella.
  • Es terrenal.
  • Las personas por lo general no moran en tiendas de campaña, sino que las usan temporalmente en el camino a otro lugar.
  • Una tormenta, un animal salvaje o un loco puede romperla y lastimarte; eres vulnerable en una tienda.
  • Es frágil, sujeta a fugas y roturas.

Pero Dios tiene una casa eterna esperándote en el cielo, hecha a la medida para ti, y nada puede dañarla. Estás vestido en esa morada celestial; te cubre, te protege y te completa. Cuando la pones, tu mortalidad será consumida por la pura vida. Dios te diseñó y te hizo para esa vida; no para estar sometido a la pena, a la enfermedad y a la mortalidad de este cuerpo.  De hecho, estos cuerpos son tan inadecuados que nos sentimos desnudos en ellos. Hacemos todo lo posible para arreglar esta tienda y hacerla cómoda, pero, al final, no funciona. No podemos escapar de la inquietud de que estamos desnudos y tiene que haber algo más; así que nos sentimos agobiados y gemimos. Nuestra ropa es tan inadecuada que efectivamente estamos caminando desnudos. ¡Me pregunto si Dios no se ríe de nuestros intentos de cubrirnos con ropa tan elegante! Algunos maldicen a Dios por todo el dolor, pero realmente deben agradecerle: Él tiene el hogar perfecto preparado para nosotros, y si estuviéramos cómodos en esta tienda, no habría mucha motivación para dejarla para nuestra morada eterna y hermosas ropas nuevas. Esa ropa será mejor que las modas más caras.

Una garantía de esta morada

¿Cómo puedes estar seguro de que esta morada celestial te espera? Pablo vuelve a referirse a la misma garantía que presentó en el capítulo 1: nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas. Cuando algo se repite en las Escrituras es por una razón: él quiere reforzar tu esperanza y darte una gran seguridad. Si tu experiencia en el Espíritu es deficiente, te resulta difícil creer en esta garantía, pero si tienes la plenitud del Espíritu, te dará una gran confianza de que la garantía es real.

A medida que envejecemos, nuestras tiendas se desgastan y las vasijas de barro se rompen, y esta promesa se vuelve aún más preciosa. Tú puedes ser joven y creer que tu tienda es la mejor, y sobrevivirá cualquier tormenta, pero Dios puede permitir algunas tormentas fuertes para mostrarte que no lo es. En la enfermedad y el quebrantamiento, gemimos y anhelamos ser revestidos de nuestra morada eterna. Esto es normal y parte de la vida, mientras nos preparamos para el paso de esta vida a la eternidad.

Vivimos por fe, no por vista

Por eso mantenemos siempre la confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor. Vivimos por fe, no por vista. Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor. Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado. 10 Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.

Estamos en un verdadero dilema: Solo conocemos esta tienda y, más o menos, nos ha servido bien. Honestamente, aunque hay algunas cositas que yo cambiaría, me gusta la mía. Tendemos a aferrarnos a ella, a pesar de la gloria del hogar celestial. Pero nuestra experiencia del Espíritu nos da confianza y, finalmente, nos empuja hasta que preferimos dejar este mundo para estar con el Señor. Mientras tanto, hay tres cosas importantes que te ayudarán a aprovechar al máximo esta vida y a prepararte para la eternidad:

  1.  No confíes en tus ojos. Confía en el Señor y en su Palabra. Ten cuidado con lo que tiene sentido para ti y está aprobado por este mundo. Llena tu mente con pensamientos de Dios y su reino.
  2.  Ordena bien tus prioridades. ¿Cuál es tu primer objetivo en la vida? Está bien tener varias metas, pero tu primer objetivo debe ser complacer al Señor. Eso es lo verdaderamente importante, y te impactará por toda la eternidad. Para hacer esto, hay que saber lo que le agrada, lo cual aprendemos de nuestro estudio de la Biblia (y ojalá en la predicación de la iglesia). Cuando amas a alguien, deseas complacerle, y no es gravoso. Cuando agradas a tu cónyuge, su alegría te da placer y también te da beneficios a cambio. Dios recibe verdadero placer cuando ve que sus hijos quieren complacerle, aunque no lo hagan perfectamente.
  3. Hay tanto que nos espera en el cielo, y está garantizado. Dios es un Padre amoroso que se deleita en preparar cosas buenas para nosotros. Pero recuerda que Él también es un juez justo que merece tu reverencia. Tu salvación es segura, si sigues confiando en Cristo y honrándolo como Señor. Pero todavía vendrás ante su tribunal para recibir lo que te corresponde, tanto lo bueno como lo malo. Hay recompensas y niveles de autoridad que dependen de lo que hiciste en esta vida. Eso es preocupante, y debe motivarnos a renunciar a todo lo que desagrada a Dios. Nuestra motivación principal es el amor, pero tal como trabajas para recibir tu pago, Dios es un “jefe” totalmente justo, y te dará lo que te corresponde.

¿Estás emocionado? ¿Es esta una nueva perspectiva para ti? Nuestras tiendas han llegado a ser tan elaboradas, y nuestras vidas aquí tan cómodas, que todo esto puede parecer lejano e irreal. Crece en importancia a medida que envejecemos, pero nunca sabemos cuándo vamos a dejar este cuerpo para estar con el Señor. ¡No esperes más para comenzar a poner en práctica estas pautas!