2 Corintios 7:2-7 La importancia del compañerismo

El diccionario define la palabra “intenso” como “apasionado y vivo, con gran celo y energía; exponer fuerte sentimiento o seriedad de propósito.”

El Apóstol Pablo era intenso. Las relaciones intensas pueden producir conflictos y ansiedad, como lo que sucedió entre Pablo y los corintios. Mira cómo Pablo les escribió:

Hagan lugar para nosotros en su corazón. A nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos explotado. No digo esto para condenarlos; ya les he dicho que tienen un lugar tan amplio en nuestro corazón que con ustedes viviríamos o moriríamos. Les tengo mucha confianza y me siento muy orgulloso de ustedes.

Cuando otros no comparten esa intensidad

Pablo tenía muchos hijos espirituales, y cada uno era importante para él. A pesar de los problemas, estaba orgulloso de los corintios y con mucho gusto moriría por ellos, lo que hizo que su rechazo fuera aún más doloroso. Puede parecer más seguro cerrar el corazón y terminar la relación, pero eso realmente no sirve. Pablo había escogido ser vulnerable y abrir su corazón (lo cual incluye hablar francamente con ellos), aunque puede provocar más conflictos.

Lamentablemente, la intensidad de Pablo no fue compartida por los corintios. Para ellos, fuera de vista, fuera de mente. Otros (falsos) apóstoles estaban allí, y les ofrecían más. La iglesia estaba muy viva y próspera. En lugar de sentirse orgullosos de Pablo, se sentían avergonzados de él. No tenían ninguna malicia hacia él, simplemente no era tan importante para ellos, y probablemente no se dieron cuenta del dolor que Pablo estaba experimentando. Hubo algunos malentendidos, pero Pablo había exagerado los problemas, y en realidad sus peores temores no estaban justificados.

Lo mismo puede suceder en un matrimonio. Por ejemplo, una mujer en casa con los niños centra su atención y afecto en la familia, mientras que su marido está ocupado trabajando, viajando y disfrutando de la aclamación del mundo. En comparación, su esposa y sus preocupaciones pueden parecer menos importantes. Por supuesto, un hombre también puede extrañar a su mujer, quien casi puede olvidarlo con el enfoque que ella tiene en los niños, su familia y amigos, o su carrera. En los dos casos es posible exagerar el problema y casi destruir el matrimonio con sus temores.

Ya sabemos que la infidelidad o el abuso de confianza pueden resultar en un corazón cerrado, pero Pablo ha sido ejemplar en sus tratos con los corintios. Él y sus compañeros:

  • No han agraviado (hecho mal) a nadie
  • No han corrompido a nadie (llevado a nadie por mal camino)
  • No han explotado a nadie (engañado o aprovechado de nadie)

¿Puedes decir lo mismo de tu ministerio y relación con otros? Pablo implica que los falsos apóstoles habían hecho las tres cosas. Es posible que tú hayas sido herido por alguien en el ministerio que se aprovechó de ti, o traicionado y corrompido por alguien que te lastimó, y te resulta difícil perdonar o confiar en alguien. Muchos creyentes han abandonado la iglesia a causa de estas malas experiencias. No hagas nada para lastimar el cuerpo de Jesús, porque tienes que rendir cuentas a Dios.

Temores por dentro, conflictos por fuera

4Estoy muy animado; en medio de todas nuestras aflicciones se desborda mi alegría. Cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún descanso, sino que nos vimos acosados por todas partes; conflictos por fuera, temores por dentro. Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito, y no sólo con su llegada sino también con el consuelo que él había recibido de ustedes. Él nos habló del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación que ustedes tienen por mí, lo cual me llenó de alegría.

Esta carta confirma que un gran hombre de fe no necesariamente tiene una vida feliz y sin problemas. Jesús era un hombre de dolores, experimentado en el quebrantamiento. Pablo fue acosado ​​a cada paso, oprimido en todos los sentidos, y afligido en cada vuelta, aunque estaba en la voluntad de Dios y trabajaba por su gloria. Dios llamó a Pablo y sus compañeros a Macedonia, pero tenían un montón de problemas. No encontraron nada del reposo prometido por Jesús. No solo había conflictos en torno a ellos, sino que también fueron afectados por temores internos. Sabemos que el miedo no es de Dios, y su amor perfecto echa fuera el temor, pero no sientas como si hubiera algo malo contigo o con tu fe si batallas con el miedo. Incluso el apóstol Pablo tenía esa lucha, y tampoco estaba experimentando el gozo del Señor. Estaba abatido, pero de alguna manera podía sentirse muy alentado. Como él compartió en el primer capítulo, Dios nos consuela, muchas veces por medio del consuelo que otros han recibido. En este caso el consuelo fue a través de la llegada de un hermano amado, y buenas noticias de la misma gente sobre quien Pablo estaba agonizando. Nada cambió en sus circunstancias, pero esto le dio una gran alegría, una alegría sin límites. A veces, cuando la vida es muy difícil, las pequeñas bendiciones nos dan más gozo que lo que experimentamos cuando todo está bien.

Consuelo y gozo en relación con otros

Ya sabemos por el segundo capítulo cuán angustiado estaba Pablo cuando no encontró a Tito en Troas. Este hermano obviamente era muy querido para él, y su venida fue suficiente para elevar su ánimo. Aún mejor, trajo buenas noticias. Lejos de las preocupaciones de Pablo de que los corintios maltratasen a Tito, lo consolaron, le aseguraron de su gran preocupación y amor por Pablo y expresaron su pesar por los problemas del pasado. Antes de los días de teléfonos celulares y correos electrónicos, tenían que esperar meses para recibir esta noticia. Si has esperado ansiosamente durante un par de horas las noticias de un ser querido, imagina cómo se sintió Pablo esperando durante semanas o meses. ¡Te obliga a confiar en Dios y darle la situación a Él!

Pablo recibió consuelo y alegría de estos queridos hermanos. Fue suficiente para apoyarle en los tiempos difíciles. ¿Tienes este tipo de compañerismo? Muchos cristianos de hoy no se congregan. La televisión e Internet no son sustitutos de las relaciones de la vida cotidiana. Vale la pena invertir en ellas y luchar por ellas, aunque (como hemos visto con Pablo), pueden ser dolorosas.

¿Tienes que asegurarle a alguien que todo está bien entre ustedes? ¿Eres consciente de que los pastores y otros líderes cristianos necesitan consuelo y aliento? ¿Puedes ser un Tito para un Pablo? ¿Puedes animar a un hermano en sus conflictos y temores? ¿Tienes conflictos por fuera y temores por dentro?