2 Corintios 9:5-15: Sembrando y cosechando

Así que me pareció necesario rogar a estos hermanos que se adelantaran a visitarlos y completaran los preparativos para esa generosa colecta que ustedes habían prometido. Entonces estará lista como una ofrenda generosa, y no como una tacañería.Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes. Como está escrito:

«Repartió sus bienes entre los pobres;
su justicia permanece para siempre.»

10 El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. 11 Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.

El tema en este pasaje (como en el capítulo 8) es la generosidad. En algunas traducciones la palabra aparece seis veces en estos pocos versículos.  La generosidad debe ser un resultado natural de conocer a Jesús y tener su corazón. Los corintios ya habían prometido ser generosos, pero a veces necesitamos un estímulo adicional para cumplir nuestras promesas.

¡Extorsión!

“Tacañería” significa mezquindad, o la inclinación para realizar los menores gastos posibles. Pablo sabía que se puede dar de mala gana o por obligación. Eso es legalista, traiciona un corazón egoísta y disgusta a Dios. Algunas traducciones usan la palabra “extorsión.” ¿Alguna vez te has sentido extorsionado en la iglesia? ¿Como si alguien estuviera tratando de quitarte dinero? Ora y decide qué dar y luego hazlo; es algo entre tú y Dios. Dios quiere darte un corazón alegre que busca oportunidades para compartir la abundancia que Él te ha dado. O sacrificar lo poco que tienes, si no has sido bendecido con abundancia en este momento. ¿Quieres experimentar más del amor de Dios? ¡Desarrolla un corazón abierto y generoso! ¡Él ama eso!

Sembrando y cosechando

El principio de sembrar y cosechar es muy popular hoy en día. Claro que  es verdad, pero Pablo nunca imaginó que lo usaría para manipular a la gente para dar con la expectativa equivocada y egoísta de más riquezas para sí mismo. Cuando Dios ve a un hombre sincero, con un corazón generoso, sembrando libremente lo que le ha dado, va a derramar más, para que pueda dar más. Dios te promete todo lo que necesitas, pero más allá de tu necesidad es por obras de justicia y bendiciendo a otros que tienen menos. No te promete la abundancia para que puedas vivir la vida buena. Él te enriquece para que tú seas generoso.

¿Y qué recibe Dios? Las gracias y alabanzas de quienes reciben de la bondad del pueblo de Dios. Queremos glorificar a Dios en nuestro dar, y dirigir toda la alabanza a Él. Si tu motivación es incorrecta, perderás la bendición que Dios tiene para ti:

»¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo.  Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que ésa.  Pero tú, cuando le des a alguien que pasa necesidad, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha.  Entrega tu ayuda en privado, y tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará (Mateo 6:1-4).

Dios sabe lo que estás dando. No damos para impresionar a otros.

12 Esta ayuda que es un servicio sagrado no sólo suple las necesidades de los santos sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios. 13 En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del evangelio de Cristo, y por su generosa solidaridad con ellos y con todos. 14 Además, en las oraciones de ellos por ustedes, expresarán el afecto que les tienen por la sobreabundante gracia que ustedes han recibido de Dios. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

El gran dador

¡Nunca puedes ser más generoso que Dios!  ¡Nos dio su propio hijo! ¡Y cada día te da más de su gracia!

  • Conocerás su amor por medio del privilegio y la alegría de satisfacer las necesidades de su pueblo.
  • Lo que das es una prueba de la sinceridad de tu fe, que debe manifestarse en obediencia.
  • No sólo serás bendecido materialmente, sino también espiritualmente, por las oraciones de aquellos que recibieron de ti.

Pablo concluye el pasaje (el más largo de la Biblia sobre el dar) señalando de nuevo al mayor dador de todos, y al don de su Hijo. Pablo no quiere manipular a nadie, sino formar un corazón generoso en los creyentes para que experimenten el gozo de dar, y sean bendecidos por las oraciones de los que reciben. Sobre todo quiere que ofrendas de alabanza y acción de gracias se levanten a Dios.

¿Cómo está tu dar? ¿Qué tienes para sembrar? ¿Qué haces con la abundancia que Dios te ha dado? Si ayudas a los necesitados en lugar de usarla para placeres innecesarios, experimentarás la bendición de Dios. ¡Abre tu corazón y aprovecha cada oportunidad para dar!