Entra en el juego

Todavía no soy viejo, pero los años están pasando rápidamente. Me doy cuenta de que mi tiempo aquí en esta tierra está corto, y hay una urgencia para usar cada día bien. Me siento como:

• No quiero ver a otros jugar. ¡Yo quiero jugar!
• No quiero ver a otros vivir sus vidas en la televisión o en películas. ¡Yo quiero vivir!
• No quiero leer más libros. ¡Quiero escribirlos!
• No quiero ver la intimidad de otras parejas en las películas. ¡Quiero intimidad con mi esposa!
• No quiero escuchar más predicas. ¡Yo quiero predicar!
• No quiero simplemente escuchar a otras personas adorando a Dios. ¡Yo quiero adorarle!
• No quiero ver noticias todo el día. ¡Yo quiero hacer las noticias!

Sé que puede sonar arrogante. No significa que creo que tengo nada más que aprender. Por supuesto voy a leer libros seleccionados con cuidado. De vez en cuando voy a ver una buena película, y me gusta una predicación ungida. Pero tengo que salir de los márgenes y entrar en el juego. Estoy preocupado porque veo tanta gente que vicariamente viven las vidas de otros – ya sean celebridades o el cristiano exitoso. ¡La vida es corta! ¡Vívela al máximo! ¡Es hora de entrar en el juego!