El evangelio llega a Éfeso Hechos 18:24-28

Éfeso era una ciudad de comercio, próspera y muy importante en el imperio romano. Ubicada en lo que hoy es Turquía, era una de las ciudades principales de la provincia de Asia. El templo realizado en honor a la diosa Diana era una de las siete maravillas del mundo antiguo, y dominaba la ciudad. Aunque muchos judíos vivían allá, era una ciudad muy pagana.

La historia de esta iglesia comienza en Hechos 18:24-28:

Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo. (RVR)

El varón que el Señor usó para plantar esta iglesia

Casi siempre Dios utiliza a un hombre ungido para plantar una iglesia. En este caso fue Apolos. Nació en Alejandría, en Egipto, una de las ciudades más importantes del imperio romano. Aquí aprendemos que Apolos era:

  • Judío
  • Elocuente
  • Poderoso en las Escrituras
  • De espíritu fervoroso
  • Capacitado – instruido en el camino del Señor

¡Qué combinación! Tiene un fundamento sólido en su fe judía, y ha estudiado la Palabra de Dios. A veces, mucho estudio roba a alguien de su fervor, pero Apolos era muy fervoroso. Esta es la primera vez que oímos hablar de él, pero no es la última. Trabajaba con Pablo, y tenía una parte importante en la iglesia de Corinto.  El Señor lo envió a Éfeso en lo que parece ser su primer viaje misionero. Fue a la sinagoga y comenzó a hablar con denuedo, enseñando diligentemente acerca de Jesucristo. ¡Qué bueno!

El peligro del conocimiento limitado

Pero había un pequeño problema: Se puede ser poderoso en las Escrituras, fervoroso por las cosas de Dios, instruido en sus caminos – y aún ignorar cosas muy importantes en la vida cristiana. El hecho es que hay muchos que aman a Jesús, pero tienen un conocimiento limitado de la Biblia. En Apolos vemos cómo el Señor puede usar esa persona poderosamente. No fue por culpa de Apolos; era un varón muy sincero. Tampoco es culpa de algunos ministros de hoy en día; la iglesia está creciendo muy rápido, y muchos no tienen ni los fondos ni el tiempo para estudiar en un instituto bíblico. Pero es un gran problema, porque deja a la iglesia abierta a muchos errores. Yo he observado una gran falta de estudio concienzudo de la Biblia, y el conocimiento de cómo interpretarla.

En este caso, Apolos solo conocía el bautismo de Juan: un bautismo de arrepentimiento. No era un bautismo de identificación con Jesucristo, ni un bautismo en el Espíritu Santo. No sabemos por qué no conocía el bautismo cristiano. Posiblemente Apolos escuchó a Jesús y fue bautizado por Juan, pero se trasladó desde Jerusalén a Alejandría antes de pentecostés.

Sé enseñable

Así que puede haber buenas excusas para carecer de conocimiento. El problema es la persona orgullosa que no es enseñable, y no está abierta a recibir la verdad completa. Gracias a Dios, eso no fue el caso con Apolos. Dios puso a una pareja en su camino para explicarle mejor el evangelio. Le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Parece que le invitaron a su hogar. Siempre es mejor hacerlo así. Si reprendes a alguien en presencia de la iglesia (o incluso ante otros hermanos) se pondrá muy defensivo. Necesitamos a gente como Priscila y Aquila hoy, con el conocimiento, la ternura y el denuedo para ayudar a los ministros más jóvenes. ¿Crees que Dios puede usarte a ti y tu matrimonio para ministrar a alguien como Apolos?

Era común en ese día enviar un evangelista a otras ciudades. Así fue como creció vertiginosamente la iglesia. Apolos quiso pasar a Acaya (Corinto), y los hermanos lo enviaron con gran entusiasmo. Si el Señor envía a alguien de tu iglesia para ministrar en otro lugar, anímale y prepárale el camino. Escribe un correo electrónico o una carta de recomendación.

Pon en práctica lo que aprendas

Apolos aprendió bien, y ahora sabía cómo probar con las Escrituras la verdad sobre Jesús.  Tenemos que estudiar y prepararnos para usar la Biblia, explicando el camino del Señor a la gente. Es la Palabra de Dios (no la tuya) la que tiene el poder de convencer y transformar. A veces tenemos que refutar públicamente los errores de otras doctrinas, y está bien hacerlo con vehemencia; pues Dios no necesita hombres temerosos, sino guerreros.

Qué bendición es recibir a alguien como Apolos. Ojalá tú seas también de gran provecho a todos los que te reciban. ¿Crees que tienes un buen conocimiento de la doctrina, la Biblia y la historia de la iglesia? ¿Estás abierto a seguir aprendiendo más? ¿Crees que eres enseñable?

La iglesia en Éfeso está a punto de explotar. Apolos hizo su mejor esfuerzo, pero la llegada de Pablo es la que realmente impulsó a la iglesia.