El tercer paso al varón perfecto: La familia y el trabajo (Efesios 6:1-9)

Tus hijos necesitan una familia de fe para criarlos en los caminos del Señor.  No solo en tu hogar (aunque un hogar cristiano es de suma importancia), sino también la familia de una iglesia sana que funciona conforme al plan revelado en Efesios 4. Esa experiencia debe servir para establecer a la iglesia como una parte integral de su vida, por toda su vida. Los niños que sufren en una iglesia muy legalista o hipócrita son mucho más propensos a rechazar la iglesia (y a Cristo) como adolescentes.

También el modelo de un padre santificado y honesto, con una relación viva con Jesús (los frutos del segundo paso), tiene un gran impacto en tus hijos. Tú necesitas ese poder del Espíritu Santo para discernir la voluntad de Dios para tu familia y guiarlos con la sabiduría de Dios.

Después de tu relación con Jesús, quizás lo más importante que puedas hacer por tus hijos es amar a su madre, conforme a la Palabra que ya estudiamos en Efesios 5. Los niños necesitan la seguridad de un padre que ama a su madre, y una madre que honra a su padre. Si la mujer es rebelde o manipula a su marido, los hijos seguirán ese ejemplo. Así que, para progresar en este tercer paso, lo más importante es un buen matrimonio, que guarde a tus hijos del golpe devastador del divorcio y te ayude a resistir la tentación de la infidelidad o la pornografía.

Dentro de este tercer paso también hay orden: Primero tu esposa, segundo tus hijos y tercero tu trabajo. Pocos hombres dirían que su trabajo es más importante que su familia, pero al dedicar la mayor parte de su tiempo y esfuerzo al trabajo, están traicionando ese orden.

Los hijos

1Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. (RVR)

Los hijos también tienen que someterse, y obedecer a sus padres. Pablo no usó la palabra obedecer para la esposa, pero para los hijos la obediencia es justa, y agrada al Señor. Los obedecen en el Señor: No están obligados a desobedecer a Dios para obedecerlos (aunque un niño pequeño no tiene esa opción, ni sepa lo que es requerido para obedecer a Dios), y no justifica la desobediencia a padres que no son cristianos. El hecho es que puede ser aún más importante obedecer a ellos, como un testimonio de su fe en Jesús.

Los hijos adultos no tienen que subordinarse a padres dominantes. Los hijos obedecen a sus padres mientras estén bajo su cuidado, pero los honran (que significa mostrar respeto y amor) por toda la vida.  Es posible obedecer sin honrar. Todos debemos honrar a los ancianos, algo que estamos perdiendo en el mundo de hoy.

La relación de padres e hijos es muy importante para Dios. Él es nuestro Padre, y nosotros somos sus hijos. Tu familia debe reflexionar la relación que tienes con tu Padre celestial. También es uno de los diez mandamientos. Hay una promesa para ti si obedeces y honras a tus padres: Te irá bien, y tendrás una larga vida. Bajo la ley, el castigo para un hijo que maldice a sus padres era la muerte (Levítico 20:9).  ¡Muchos niños morirían hoy si todavía obedeciéramos ese mandato! Hay un gran problema con niños rebeldes, pero parte de la culpa está en los padres.

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. (RVR)

Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor. (NTV)

  • No provoques a ira a tus hijos.
  • No hagas cosas para frustrarlos.
  • No los irrites.
  • No tengas expectativas demasiado altas, y no tengas una mano muy dura, sino críalos en disciplina y en amonestación del Señor. Ten cuidado de no disciplinarlos en frustración o enojo.
  • Necesitan tu consejo. Una relación saludable es aún más importante que el buen comportamiento.

Lo confieso: Me gustaba provocar a mi hijo, casi como a veces provoco a mi perro. Creo que era una manera de relacionarse con él, como hombre a hombre. Lo he observado en muchos padres varones. La verdad es que muchos de nosotros no sabemos muy bien cómo relacionarnos con nuestros hijos. Aquí también es responsabilidad de la iglesia orientar y apoyar a los padres.   Hay pocas oportunidades en la mayoría de las iglesias para que los hombres se reúnan y compartan sus inquietudes, fracasos y éxitos como padres, y oren unos por otros. Las mujeres platican mucho acerca de sus hijos, pero es raro que los hombres hablen con otros hombres sobre sus hijos. Toma la iniciativa y arriesgue compartir con un hermano en Cristo, o con tu padre o un hermano de sangre. Lee libros. Habla con tu esposa acerca de sus experiencias y temores como madre, y tus sentimientos como padre. Oren juntos por sus hijos.

Tus hijos te necesitan mucho. Solo quieren tu tiempo y tu atención. No tienes que ser un experto; todos estamos aprendiendo. No le dejes toda la disciplina a tu esposa.  Juntos, establece una política de disciplina, y síguela. Mantén un tiempo devocional diario como familia, y enséñales la Palabra de Dios. Es parte del gran Shema de Deuteronomio 6:4-9:

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.  Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.  Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.  Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. (RVR)

Es interesante que Pablo no tiene ninguna palabra para las madres. Yo creo que si el hombre hace su parte, es muy natural para la mujer haga su parte como madre.

Cómo prosperar en tu trabajo

Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. (RVR)

Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con profundo respeto y temor. Sírvanlos con sinceridad, tal como servirían a Cristo. Traten de agradarlos todo el tiempo, no sólo cuando ellos los observan. Como esclavos de Cristo, hagan la voluntad de Dios con todo el corazón. Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor recompensará a cada uno de nosotros por el bien que hagamos, seamos esclavos o libres. (NTV)

Se puede traducir la primera palabra siervos esclavos.  La triste realidad es que había esclavos en esa época, y los cristianos también tenían esclavos, como aprendemos en la carta de Pablo a Filemón. Esto no condona ni condena la institución de la esclavitud. La iglesia primitiva no prohibió a los cristianos tener esclavos, ni aconsejó a los esclavos que huyeran o se rebelaran contra sus amos.

Estos son principios para todo trabajador. El testimonio de muchos cristianos confirma que el Señor te prospera en tu trabajo si guardas estos consejos. Por esa razón, muchos jefes dan preferencia a los cristianos. Saben que no roban, ni usan alcohol ni drogas, y son muy trabajadores.

  • Aquí, también, lo más importante es una actitud de sumisión y respeto. Obedece a tu patrón con temor y respeto, y con sencillez y sinceridad de corazón. Obedécelo como a Cristo, de buena voluntad, y con entusiasmo (si no es algo ilegal o contra la Palabra de Dios).
  • Tú eres un esclavo de Cristo. Si traes esa misma actitud a tu trabajo, te ayudará mucho. En tu trabajo aprendes a servir, a confiar en Dios y a demostrar los frutos del Espíritu.
  • Trabajas para agradar a Cristo. Él sabe todo lo que haces en tu trabajo. Hoy en día es muy común gastar mucho tiempo en el teléfono o la computadora. Sirve a tu jefe como si estuvieras sirviendo a Cristo. Haz la voluntad de Dios desde el  corazón, para que el jefe confíe en ti.
  • Tu recompensa puede no ser mucha ni justa, pero Dios tiene una recompensa para ti, mucho mejor que tu salario terrenal. Él sabe cómo estás trabajando, y todo lo que está sucediendo en tu empleo. Confía en que, en su tiempo, Él te exaltará y te liberará de la esclavitud al patrón, o de un trabajo muy duro. Confía en Dios para un trabajo, si estás desempleado, y dale gracias por el trabajo que tienes, y la oportunidad de servirle allí.

Dios te bendecirá si trabajas bien y glorificas su nombre. Tómate un momento para evaluar tu empleo actual:

  • ¿Estás usando tus talentos?
  • ¿Estás en un trabajo honesto que ayuda a la gente?
  • ¿Ha puesto Dios un deseo en tu corazón para otro trabajo?
  • ¿Debes tomar clases para prepararte?

A veces cuesta trabajo buscar un empleo mejor, pero puede ser la voluntad de Dios para ti. Ora por un posible cambio de tu trabajo.

Los amos

Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas. (RVR)

Y ustedes, amos, correspondan a esta actitud de sus esclavos, dejando de amenazarlos. Recuerden que tanto ellos como ustedes tienen un mismo Amo en el cielo, y que con él no hay favoritismos. (NVI)

Con Dios no hay acepción de personas; no tiene favoritos. Somos iguales delante de Dios; nadie es más importante que el otro. Tienes que rendir cuentas a Dios por cómo tratas a tus trabajadores. Observa todas las normas de un sirviente y deja de amenazarlos. No seas duro con ellos, porque están sirviendo al mismo Señor. Si tú tienes el privilegio de emplear a otros, modela a Jesucristo para ellos, y sé fiel para guardar sus enseñanzas. Años atrás los propietarios corporativos tenían un interés genuino en sus empleados, sus familias y la comunidad. Hombres como Henry Ford y George Eastman de Kodak eran modelos de esta actitud.  Hoy en día no piensan mucho en los empleados – solo que trabajen para que la corporación gane más dinero. Sé diferente; toma un interés genuino en ellos.

La familia y el trabajo ocupan la mayor parte de la vida de un hombre. Si no pones en práctica esta Palabra de Dios nunca llegarás al varón perfecto. Éste es un campo de batalla.  Este tercer paso no es fácil. Sin los dos primeros pasos será casi imposible. No hemos dedicado mucho espacio a este paso, pero tal vez es lo más difícil de poner en práctica. Si no tienes a tu familia y tu trabajo ordenados conforme a la voluntad de Dios, estarás muy vulnerable en la guerra que tienes que superar en el cuarto paso, para finalmente llegar al varón perfecto.

 

¿Es Dios serio acerca de la obediencia?

¿Cuánto puedes pecar y todavía estar bien con Dios? ¿Te parece que otros pecan y no son juzgados para ello? Hoy en día las enseñanzas fundamentales de la Biblia están siendo desafiadas – incluso en la iglesia. ¿Qué se debe creer?

Hay un pasaje interesante en Números 15:32-36 que nos enseña la voluntad de Dios. No es muy popular; dudo que hubieras oído una predica acerca de ello recientemente.

Un sábado, durante la estadía de los israelitas en el desierto, un hombre fue sorprendido recogiendo leña. Quienes lo sorprendieron lo llevaron ante Moisés y Aarón, y ante toda la comunidad. Al principio sólo quedó detenido, porque no estaba claro qué se debía hacer con él. Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Ese hombre debe morir. Que toda la comunidad lo apedree fuera del campamento.» Así que la comunidad lo llevó fuera del campamento y lo apedreó hasta matarlo, tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.

El pecado no suena tan malo, ciertamente no comparado con el concepto del pecado que tenemos hoy. Sí, es cierto que Dios había ordenado que nadie trabajara en el día de reposo. Era un día totalmente dedicado a Él. Pero este pobre hombre solamente estaba recogiendo leña. Es posible que hizo frío y la necesitaba para mantener su tienda caliente para su enfermo bebé. ¿Es de verdad tan serio? Parece que sí.

Hay varias cosas que observamos:

  1. Probablemente nada habría pasado a él si sólo las personas que lo encontraron hubieran mantenido el silencio. Cuando yo trabajaba en las prisiones, llamaban a esos tipos chotas, o ratas; fueron odiados universalmente. Pero tú eres guarda de tu hermano. Si ves a un hermano en pecado, estás obligado a intervenir. Sé que va en contra de nuestra cultura, pero no podemos simplemente mirar hacia el otro lado y fingir que no vimos nada. Mateo 18 nos indica que debemos ir directamente a la persona al principio, pero si no se arrepiente, el asunto debe ser llevado ante toda la iglesia, tal como lo fue aquí.
  2. Los hebreos eran nuevos en las cosas de Dios, y esto fue probablemente la primera vez que se habían encontrado con esta situación. Incluso Moisés no estaba seguro de qué hacer. Pero en lugar de actuar precipitadamente (o, aún peor, desestimar el pecado) esperaron para una palabra del Señor.
  3. Dios fue fiel a guiarlos. La palabra era dura, pero estaba clara: Recoger leña en el día de reposo es digno de la muerte. ¿Eso te choca? ¡Imagínate cuántos cristianos morirían hoy si fueron apedreados por infracciones de la Palabra de Dios!
  4. Parece que no había una gran protesta de la gente; el temor de Dios había caído sobre ellos. Obedecieron y le llevaron fuera del campamento y le apedrearon hasta la muerte.

Sí, ya he oído las excusas. Yo sé que ya no estamos bajo la ley. Qué bueno, ¿verdad? ¿No estás agradecido que le llevaron a Jesús fuera del campamento y lo crucificaron para pagar el castigo por tu pecado? ¡Él te salvó de la muerte! Pero no tomes el precio de tu salvación a la ligera; Dios ciertamente no lo hace. Todavía es tan serio flagrantemente violar la Palabra de Dios. ¿Recuerdas cómo Jesús hizo la ley aún más dura? No es sólo el acto de adulterio, sino el pensamiento lujurioso que viola el mandamiento. No tomes la gracia de Dios a la ligera. El mismo Jesús dijo:

No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento.  Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.  Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley (Mateo 5:17-20).

Piensa bien acerca de lo que estás haciendo. Arrepiéntete donde sea necesario. Pide al Espíritu Santo de Dios para que te ayude resistir la tentación y huir del pecado. Sí, Dios es serio acerca de la obediencia.

 

El tercer paso al varón perfecto: El matrimonio (Efesios 5:21-33)

¿Eres como muchos hombres? Abres un libro sobre el matrimonio, y vas directamente al capítulo sobre el sexo. Queremos evitar el trabajo duro y pasar directamente al placer. Pero el fundamento (en nuestro caso, participación en una iglesia sana) es muy importante para la transformación de la naturaleza pecaminosa. Tener la mente de Cristo es esencial en las relaciones familiares. Con estos pasos, no es como terminas con uno y, ya, tienes todo arreglado. De hecho, el matrimonio nos muestra la profundidad de nuestro egoísmo y pecado, y la necesidad del Espíritu Santo.  Y el apoyo de un cuerpo cariñoso de hermanos en Cristo nos ayuda en las pruebas que forman parte del matrimonio.

Con este tema yo sé que estoy entrando a tierra santa: tu hogar es tu castillo. La mayoría de los hombres creen que nadie tiene derecho a decirles cómo comportarse en su propio hogar. Es muy delicado hablar de cosas tan íntimas e importantes, pero es esencial abrirse al Espíritu de Dios y poner la casa en orden, conforme a la Palabra de Dios.

Yo he conocido a muchos hombres bien integrados en sus iglesias, incluyendo pastores. Muchos son modelos de una vida santificada; sin hábitos ofensivos y con autodominio ejemplar. Es decir que han tenido mucho éxito en los primeros pasos al varón perfecto. Pero lamentablemente su progreso se detiene allí. Habla con su esposa o sus hijos: su vida familiar puede ser una pesadilla. No se nota el amor de Cristo en ese hogar; sólo un legalismo rígido. No hay misericordia; solo una mano dura. No es posible ser un varón perfecto si tu familia y tu sexualidad no están en orden.

Finalmente llegamos al tercer paso. ¿Estás listo para el matrimonio? Yo me casé en 1982 y todavía no estoy seguro si estoy preparado. Claro que yo estaba muy listo cuando me casé, sobre todo para la parte íntima. Aun había escrito y enseñado un curso llamado Preparándose para el Matrimonio. Si esperamos ser santos antes de casarnos, creo que nadie se casaría. ¿Eres tú soltero? Hay principios aquí que se aplican a todas las relaciones, y una orientación importante para un futuro matrimonio. Dios puede usar esto para prepararte para esa mujer especial que Él tiene para ti.

Muchos de nosotros tenemos que arrepentirnos antes de entrar en este lugar sagrado del hogar; incluso los hombres bien entregados a Dios descuidan su matrimonio, y carecen tanto de amor como de perdón. O puede ser el abuso de la esposa o los niños, ya sea físico, sexual o emocional. También hay que entrar con un espíritu humilde y enseñable. Dios tiene un plan para la familia. Si hacemos las cosas a nuestra manera, siguiendo el modelo del mundo, o aun el ejemplo de nuestros padres, habrá muchos problemas en el hogar. Hay que separar lo que aprendemos de nuestra cultura o historia familiar, de la voluntad de Dios revelada en la Biblia.

Sométanse unos a otros

Entremos, entonces, en el hogar, con el verso que sirve como puente del segundo paso (5:21):

Estén sujetos los unos a los otros, por reverencia a Cristo. (DHH)

La palabra que se aplica a cada relación es sumisión. Primero, sumisión al señorío de Jesucristo. Por naturaleza somos rebeldes, pero la rebeldía es como el pecado de adivinación (1 Samuel 15:23). Tenemos que someternos a Dios. Esa actitud de sumisión es necesaria en la iglesia también. Nos sometemos a la autoridad de la Biblia y a la autoridad del pastor y otros líderes. Esa misma actitud tiene que impactar toda la vida. Hay personas muy sumisas en la iglesia que pueden ser muy rebeldes en casa. Este mandato se aplica a todas las relaciones. Incluso el marido tiene que someterse a su esposa, lo que le exige humillarse, con la actitud de Jesucristo que vemos en Filipenses 2: 5 a 8:

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios,
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza de siervo
y haciéndose semejante a los seres humanos.
Y al manifestarse como hombre,
se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
¡y muerte de cruz!
 (NVI)

Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús:  Aunque era Dios,
no consideró que el ser igual a Dios
fuera algo a lo cual aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos;
adoptó la humilde posición de un esclavo
y nació como un ser humano.
Cuando apareció en forma de hombre,
se humilló a sí mismo en obediencia a Dios
y murió en una cruz como morían los criminales.
 (NTV)

¿Cómo te va con esa actitud? Es casi imposible en la carne. La sumisión solo funciona en el contexto de Efesios 4: 18 al 20: embriagados del Espíritu Santo. No lo hacemos por temor al cónyuge, sino por temor a Dios, reconociendo que Él nos manda a someternos. Lo hacemos en obediencia, siguiendo el modelo de Jesús, y por reverencia a Él.

Muchos hombres empiezan su matrimonio con la actitud “yo mando en esta casa.” Quieren ser atendidos por su mujer. Por naturaleza el hombre es orgulloso y egoísta. Te ayuda mucho en el matrimonio aprender a humillarte y someterte a otros, por reverencia a Cristo, y confiando que Él desea lo mejor para ti y tu familia. Como vamos a ver, es cierto que el hombre es la cabeza, pero tenemos la libertad de escoger someternos a veces, por amor, a la mujer. Tú eres la cabeza de tu casa, mi hermano, pero tú no eres la cabeza. Cristo es la cabeza. Si no estás sometido a su señorío, si Cristo no es la verdadera cabeza de tu hogar, vas a tener muchos problemas en el matrimonio. Si tú (o tu esposa) está andando en las tinieblas, habrá oscuridad en todo el hogar. Tus hijos también van a sufrir y serán oprimidos por esa oscuridad. Si tu familia está aislada del apoyo y el ministerio de la iglesia, será como esos niños fluctuantes, con muchos altibajos. Pero si estás lleno del Espíritu y estás creciendo en la iglesia, toda la familia será bendecida.

El plan de Dios para las esposas

22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. (RVR)

Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. (NVI)

Las traducciones nuevas dicen sométanse, porque para muchos hoy en día suena muy fuerte decir que la mujer es sujeta. Pero en el griego Pablo dice: estén sujetas. Estos son versos difíciles para las mujeres con maridos abusivos, pero el pecado y abuso de algunos no niegan la verdad y el mandato que encontramos aquí. El diablo hará todo lo posible para pervertirlo, como lo hace con todo el plan de Dios para nosotros.

Lo qué significa estar sujeta

  1. La esposa tiene que estar sujeta a su marido como está sujeta a Jesús. Si ella no está sometida a Cristo, será difícil para ella someterse a su marido. Si ella ha aprendido a confiar en Jesús y a sujetarse a Él, será más fácil en el matrimonio.
  2. El otro modelo de sumisión es la iglesia sometida a Cristo. Allí no hay argumento que Cristo manda. Somos su cuerpo, y tenemos que obedecerle. De la misma manera la esposa tiene que someterse a su marido.
  3. Incluye todo.  No nos corresponde a nosotros escoger dónde vamos a someternos a Cristo, o si nos agrada o no.  Y no le corresponde a la mujer decidir si va a obedecer algo o no. El modelo y el mandamiento es: en todo.
  4. Hay orden en las cosas de Dios. Cada persona necesita una cabeza. La cabeza de la iglesia es Cristo, y Jesús también es la cabeza de cada hombre. La cabeza de la mujer casada es su marido.
  5. La relación del marido y su esposa es un reflejo de la relación de Cristo y su iglesia. La iglesia es la manifestación de la presencia de Jesús en el mundo. Cristo murió por nuestra salvación. He escuchado muchas explicaciones de cómo el término cabeza aquí significa “fuente.”  Algunos teólogos buscan una manera de razonar sobre un matrimonio igualitario. Pero es de sentido común: Tu cabeza, tu cerebro, dirige todas las funciones de tu cuerpo. La cabeza de una organización dirige la obra de ese grupo. Cristo tiene autoridad y dirige su cuerpo, la iglesia. Así el hombre tiene autoridad y responsabilidad como cabeza de su hogar.
  6. Eso no da poder ilimitado al hombre. No es una cuestión de superioridad o inferioridad; es una actitud del corazón de una mujer humilde, que ama al Señor y a su esposo. Malinterpretamos el corazón de Pablo o de Jesús si creemos que la sumisión es un cheque en blanco para que el hombre controle a su esposa o la maltrate.
  7. Claro que Cristo es el único Salvador, pero Pablo menciona el papel de Cristo como el Salvador de su iglesia, que insinúa la abnegación del marido, y su parte en la santificación de su mujer, la cual vamos a ver en los versos siguientes.

La esposa debe respetar a su marido

La única otra palabra para la mujer está en el verso 33: la mujer respete a su marido (RVR).

Esa palabra significa reverencia, honra y preferencia. La mujer lo estima, lo admira y lo alaba. El hombre necesita el respecto y honor de su mujer. Claro que ella no lo alaba como alabamos al Señor. Algunas mujeres pueden temer que eso lo hará aún más orgulloso, pero si él tiene un verdadero amor por ella y una actitud de sumisión, ese honor es el apoyo que él necesita. Y tú, mi hermano, debes andar digno de su respeto y de tu vocación como esposo. Algunos lo hacen muy difícil para la mujer.

La parte del marido

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. (RVR)

¿Es más fácil ser cristiano o ser Cristo? Es cierto que Cristo tiene más poder y autoridad, pero esa autoridad siempre tiene un precio. Nosotros solo tenemos que aceptar el don de salvación; Cristo sufrió en la cruz, y nos suministra todo lo que necesitamos. Así que, de verdad, yo creo que Cristo tiene la parte mucho más difícil.

Primero, el marido tiene que amar a su mujer. La palabra aquí para amor es ágape, el amor incondicional que Dios tiene para nosotros. Otra vez, Cristo es el modelo para el matrimonio. Si quieres una guía sobre cómo ser marido, estudia cómo Cristo se relacionaba con la gente. Jesús era muy fuerte solo con los hipócritas. Con los “pecadores”, con los enfermos y con la gente común, era tierno. Y Jesús dijo que la cabeza, el líder, debe ser un siervo. Muchos hombres quieren que su esposa le sirva, pero nosotros, los hombres, tenemos que servir a nuestras esposas.

Sí, la parte más difícil es para el hombre. Cristo se entregó y se negó a sí mismo por nosotros. El esposo tiene que sacrificarse por su mujer. Hay que sacrificar nuestros deseos y morir a nosotros mismos, por el bien de ella. Siempre piensa en ella antes de ti mismo. El énfasis para el hombre no es su autoridad, sino su amor y servicio.

Ya sabemos que en nuestra fuerza no podemos amar como Cristo. Es el poder de Cristo en nosotros que nos ayuda a caminar con Dios. Cristo tomó la iniciativa de amarnos, y esa es la responsabilidad del hombre. Ella responde a tu amor con una sumisión voluntaria. No dice nada de la mujer amando a su marido, aunque claro que ella debe amarlo. Lo más difícil para ella es someterse y respetarle. Es fácil para el hombre mandar en el hogar, es su naturaleza. Pero a veces el hombre tiene que someterse a los deseos de su esposa, en amor. Lo difícil para él es superar su egoísmo natural y sacrificarse a sí mismo.

Entonces, ¿qué significa amar a tu esposa? Supongo que ya has descubierto que no tienes en ti el amar como Cristo. Es su poder en ti lo que te permite ser como Cristo y amar. Podemos pensar que somos grandes amantes, pero mi observación es que la mayoría de los hombres saben muy poco acerca de cómo realmente amar a una mujer. Va mucho más allá de la cama. Cristo tomó la iniciativa de amarnos, y es nuestra responsabilidad como hombres  hacer lo mismo. Dios diseñó a la mujer para responder a ese amor con una sumisión voluntaria. No la exigimos, es algo entre ella y su Señor. Pablo no habla de cómo la mujer debe amar a su marido, aunque es evidente que debería hacerlo. Someter y respetar a su marido es lo más difícil para ella.

Hermano, ¿estás dispuesto a sacrificar cualquier cosa por ella? ¿Buscas su felicidad como de primera importancia?

26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. (RVR)

A fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios. Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable. (NTV)

Una visión para tu esposa

Estos versículos hablan de lo que Cristo hizo por nosotros, pero también de lo que un hombre debe hacer por su esposa. Cristo tiene una visión clara para su iglesia, y está trabajando arduamente para moldearnos a esa visión. Mi hermano, ¿tienes una visión para tu mujer? ¿Para tus hijos? ¿Para tu familia? No estoy hablando de una visión de ella bien arreglada como una modelo. Cuando tú viniste a Cristo, ¿ya estabas limpio y bien parecido? ¡No! Estabas sucio y quebrantado, pero Cristo tuvo una visión de una vida nueva para ti. De la misma manera, en este momento tu mujer puede estar muy abatida y bastante  lejos de tu visión, pero medita bien en esa visión, ora por ella y ten fe en que Dios está trabajando contigo para llevarla a cabo. Esta visión debe ser conforme a la palabra de Dios. ¿Qué es el propósito de Dios para ella? ¿Cuál es su vocación?

Santifícala como Cristo santifica a la iglesia

Cristo nos santifica. ¿Cómo? Lavándonos en su sangre y en su palabra. Tú también quieres que tu esposa sea santificada. Tienes que ministrarla la Palabra y hacer todo lo posible para ayudarla a caminar en santidad. Parece increíble, pero algunos hombres no quieren que sus mujeres sean demasiadas santificadas. ¡Pueden temer que van a perderlas a Cristo!

Cristo trabaja para presentar la iglesia a sí mismo. Después de todas sus labores y todo su sacrificio, Cristo quiere una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, santa y pura. Y así también es tu responsabilidad laborar para presentar tu mujer a Cristo. ¿Sabes, mi hermano, que algún día tú rendirás cuentas a Cristo, cara a cara con tu Señor? Tú puedes decirle: “Mira este gran ministerio que he levantado y el templo hermoso de esta iglesia.” Y el Señor te diga: “Está bien, pero quiero ver a tu esposa; preséntamela.” Con mucho gozo y orgullo entonces debes presentarle a una mujer gloriosa, quien ha prosperado bajo tu amor y cuido. Qué gran pecado es abusar de ese tesoro físicamente, o con tus palabras.

28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo. (RVR)

Esposa feliz, vida feliz

Somos una sola carne. Qué pena que algunos hombres se cuidan bien, con ropa muy elegante y las últimas modas, pero no cuidan así a sus esposas. Hay un dicho en inglés: “Happy wife, happy life” – si la mujer está feliz, la vida será feliz. Todo lo que afecta a tu cónyuge también te afecta a ti.

Lo mejor que puedes hacer por ti mismo es amar y cuidar a tu esposa. Si la descuidas, estás descuidándote a ti mismo. Hay algunos matrimonios enfermos, porque el hombre no lo cuida bien. Lamentablemente, a menudo es la mujer que más se preocupa por el matrimonio. Debe ser el hombre. Tenemos que sostener a la mujer emocionalmente. Muchos la sustentan con dinero, alimento y las cosas que necesita, pero ella puede estar hambrienta emocionalmente.

Mira cuán íntima es la relación de Cristo con nosotros:

  • Somos miembros de su cuerpo
  • Miembros de su carne
  • Miembros de sus huesos

Y, otra vez, esa es una imagen del matrimonio. Esto es algo muy espiritual, algo muy difícil de hacer en la carne, en nuestra fuerza. Es algo sagrado: Refleja al mundo la relación de Cristo y su iglesia. ¡Es por eso que Satanás ataca al matrimonio tan ferozmente!

Hay gran seguridad aquí para los dos, y por esa razón el matrimonio es tan importante. Hoy en día está de moda convivir sin casarse. No es solo una cuestión de lo que sea legal, sino de honrar al Señor y confirmar tu compromiso con esa mujer ante Él y en presencia de su cuerpo, la iglesia.

Un gran misterio: Una sola carne

31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. (RVR)

Es tan profundo que Pablo lo llama un misterio. No es posible comprender completamente cómo es posible estar tan unidos con Cristo, y no es posible comprender la intimidad que tienen un hombre y una mujer. ¡Tal vez tú ya sepas que tu mujer y tu matrimonio son misterios! El hombre se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Nos gusta ser una sola carne con ella. Esto hace que el sexo sea algo profundamente espiritual y hermoso. Pero va más allá del sexo y debe incluir intimidad emocional y espiritual. Cristo dijo: lo que Dios ha unido ningún hombre debe separar (Mateo 19:6).  ¿Cómo es posible ser una sola carne con varias mujeres? El matrimonio es para toda la vida. El divorcio quebranta el corazón de Dios, y Él lo odia.

Es el hombre que tiene que dejar a su padre y a su madre. ¿Sabes que hay muchos hombres que nunca han dejado a mamá? Claro que siempre amamos a nuestras madres, pero tu esposa y tu mamá tienen que saber que tu esposa ocupa el primer lugar en tu vida. Si siempre le das preferencia a tu madre, estás destruyendo tu matrimonio. Ya tienes a tu propia familia y hogar. La mujer también tiene que dejar a su familia; es un problema cuando ella siempre está muy pegada a mami.

Recuerda que necesitas la unción del Espíritu Santo para darte poder para amar y ser como Cristo. Dale a la iglesia el lugar que le corresponde, pero no debe abrumar el matrimonio. Algunos hombres escapan a la iglesia para evitar sus responsabilidades como maridos. Y no seas celoso del tiempo que tu mujer dedique a la iglesia. Trabajen juntos y busquen a Dios para decidir la parte que Dios quiere que la iglesia tenga en tu familia.

¿No es maravilloso el plan de Dios para el matrimonio? No es fácil, y no he conocido a muchas parejas que lo están experimentando. Muchos quieren hacer ajustes al plan de Dios para acomodar la cultura o su forma de pensar. Pero, ¿tienes la fe que Dios sabe lo que es mejor para tu matrimonio? ¿Tienes la fe que puede funcionar en lo tuyo? Comienza a amar a tu esposa como Cristo ama a la iglesia. Niégate a ti mismo y entrega tu vida por ella. Las cuestiones de sumisión, el respeto y el sexo se resolverán por sí mismos, y el poder de Dios será suelto para tener un matrimonio mucho mejor que todos tus sueños.

 

El poder del Espíritu Santo (Efesios 4:30 – 5:21)

Para andar como Cristo, tenemos que crucificar al viejo hombre y renovar la mente. Ya hemos identificado cinco áreas que esa renovación debe tocar. ¿Cómo te va? Estoy seguro de que ya sabes lo difícil que es vivir en santidad, pero tengo buenas nuevas para ti: Dios mismo quiere morar dentro de ti, dándote el poder que tú no tienes. Él te ayuda a vencer al pecado y andar con Jesús.

  • ¿Estás caminando en ese poder?
  • ¿Estás lleno del Espíritu Santo?
  • ¿Quieres experimentar más del Espíritu?

En medio de las diversas exhortaciones y enseñanzas de este pasaje, hay cuatro consejos para ayudarte a experimentar la plenitud del Espíritu:

  1. No agravies, no contristes, al Espíritu. (4:30)
  2. Cultiva los frutos del Espíritu. (5:9)
  3. Anda en la luz. (5:11)
  4. Sé lleno del Espíritu, aun borracho con el Espíritu. (5:18)

No entristezcas al Espíritu

4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. (RVR)

No agravien al Espíritu Santo de Dios… (NVI)

No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven… (NTV)

El Espíritu Santo es una persona; la tercera persona de la trinidad.

  • Él tiene emociones.
  • Él te ama.
  • Su propósito es moldearte a la imagen de Cristo y ayudarte a caminar con rectitud.

Por desgracia, en la ignorancia, a menudo agraviamos al Espíritu. Al igual que cualquier persona ofendida, después de un rato se retira, y ya no sientes su presencia ni su poder. Habrá un vacío en tu corazón.

Decide ahora que ya no vas a contristar al Espíritu Santo. Reflexiona cuidadosamente sobre tus actividades. Si eres sensible al Espíritu, podrás discernir cuando Él está contristado. Todas las obras de la carne en este pasaje y todo pecado lo contrista. ¿Es posible que no sientas su presencia porque Él está agraviado, o lo apagaste?

El Espíritu también te selló para el día del Señor, cuando Cristo regrese. Te marca como propiedad de Dios, y te da seguridad de tu salvación y la esperanza del cielo.

Cultiva los frutos del Espíritu

5:7 No seáis, pues, partícipes con [los hijos de desobediencia]. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), 10 comprobando lo que es agradable al Señor.  (RVR)

No tengan ustedes, pues, ninguna parte con ellos.  Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz,  pues la luz produce toda una cosecha de bondad, rectitud y verdad.  Examinen siempre qué es lo que agrada al Señor. (DHH)

Todos andábamos en la oscuridad, con malos compañeros. Si sigues andando con ellos, permanecerás en las tinieblas. Cuando sigues a Jesús, hay que dejar a esos compañeros y andar en la luz con hermanos que aman a Cristo. Por supuesto, puedes testificarles acerca de Cristo, pero para experimentar la plenitud del Espíritu, no puedes participar en su estilo de vida.  Ellos pueden sentirse incómodos con tu presencia, porque tú andas en la luz, y tu luz revela su pecado.

Evalúa cada opción en tu vida a la luz de la Palabra, para ver si le agrada a Dios. Hay algo malo si no hay un deseo profundo de agradarle. Si el Espíritu está presente en tu vida, sus frutos se manifestarán.  Aquí Pablo menciona los frutos de la bondad, la justicia (o rectitud), y la verdad. Gálatas 5 agrega los frutos de amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, fidelidad, humildad, y dominio propio. Gálatas 5:19 a 21 dice que los frutos de la naturaleza pecaminosa son inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas.

Por sus frutos los conocerán. ¿Cuáles son los frutos de tu vida?

  • ¿Andas con compañeros que manifiestan frutos del Espíritu, o frutos de la carne?
  • ¿Estás andando en tinieblas, o en la luz?
  • ¿Hay cosas que tienes que esconder de tu esposa o tu pastor?
  • ¿Está brillando tu luz a otros?
  • Cuando entras en un cuarto, ¿raes la presencia de Jesús?

Si no hay frutos del Espíritu, es una advertencia de que algo está mal. Puedes apagar al Espíritu porque pasas la mayor parte del día en las tinieblas. Diez minutos de devociones, escuchar música cristiana y pasar unas pocas horas en la iglesia cada semana no contrarresta esas horas en las tinieblas.

Para experimentar la plenitud del Espíritu, anda en la luz

11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; 12 porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. 13 Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.

14 Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
 (RVR)

No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, porque da vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto. Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible, porque la luz es lo que hace que todo sea visible. (NVI)

No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz. Es vergonzoso siquiera hablar de las cosas que la gente malvada hace en secreto. No obstante, sus malas intenciones se descubrirán cuando la luz las ilumine, porque la luz hace todo visible. (NTV)

Tu vida debe estar tan llena de luz que ni siquiera hablas de lo que ellos hacen en secreto. La luz revela su iniquidad. Es vergonzoso aun mencionar lo que ellos hacen en las tinieblas.  Entonces, ¿cómo vas a ver películas llenas de ellos? ¿Cómo participas en sus chistes? ¿O miras esas cosas en Internet? Algunos digan: “Pues, tenemos que saber lo que están haciendo en el mundo.” ¡Mentira! Ya sabemos los suficiente; ¡demasiado!

Hay que reprender y denunciar esas obras infructuosas de las tinieblas. Son inútiles. Son diabólicas y parte de la guerra espiritual en la cual nos encontramos. ¿Cuál es el fruto de ellas?

  • ¿El embarazo?
  • ¿La cárcel?
  • ¿La muerte?
  • ¿Enfermedad?

¿Tienes temor de ofender a alguien? Ten en cuenta que no reprendemos a la persona, sino a las obras. Y no siempre tienes que hacerlo en voz alta; puedes reprenderlas en oración. Si quieres el poder del Espíritu, despiértate y deja que la luz de Jesús brille en tu corazón.

15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (RVR)

Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios,  aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. (NVI)

En verdad, los días son malos. Es necesario vigilar con diligencia cómo andas, examinando a ti mismo todos los días. Aprovecha bien el tiempo. ¿Cómo? ¿En los videojuegos? ¿En Internet? ¿En televisión? Anda como un sabio, no como un necio.

Llénate con el Espíritu

17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.  (RVR)

No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. No se emborrachen, pues eso lleva al desenfreno; al contrario, llénense del Espíritu Santo. Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y canten y alaben de todo corazón al Señor. Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. (DHH)

No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.  No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo cantando salmos e himnos y canciones espirituales entre ustedes, y haciendo música al Señor en el corazón.  Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. (NTV)

Hay dos cosas aquí que apagan al Espíritu y hacen que tu vida sea más difícil:

  • Emborracharse con vino. En ello hay disolución, y te lleva al desenfreno. ¡Arruinará tu vida! Si tienes problemas con el alcohol, busca ayuda con Alcohólicos Anónimos u otro grupo parecido. No había mucha droga en ese día, pero lo mismo se aplica a drogas. ¡Dios quiere liberarte de esa adicción!
  • Actuar tontamente. No seas insensato ni actúes sin pensar. Muchas veces no intentamos hacerlo, pero actuamos sin pensar cuidadosamente sobre las consecuencias. Podemos tener prisa. Hombres muy inteligentes pueden hacer cosas estúpidas. Busca a Dios y escucha bien el consejo del Espíritu.  Él quiere guiarte y ayudarte a evitar esos errores.

Estas son cosas que facilitan el fluir del Espíritu:

  • La voluntad de Dios. Búscala y hazla. La desobediencia apaga el Espíritu. El Espíritu da poder a los que del corazón quieren agradar a Dios y hacer su voluntad.
  • Semejante a la persona embriagada que está controlada por el alcohol, es un mandato ser lleno del Espíritu Santo. El borracho busca su bebida y la toma. Jesús habló de beber del Espíritu (Juan 7:37-39). Busca la presencia de Jesús y bebe de su plenitud. El Espíritu es un caballero: no entra en tu vida por la fuerza, sino que espera una disposición abierta y hambrienta. Deja que el Espíritu te llene. Dale la libertad. No te resistas a Él.
  • Congrégate y alaba al Señor con tus hermanos. El Espíritu quiere exaltar a Jesús, y está muy presente cuando el pueblo de Dios se congrega y lo alaba.
  • Canta y adora al Señor todo el día: Cuando estés solo, en el trabajo o en casa, canta alabanzas a Jesús en tu corazón.
  • Dale gracias a Dios en todas las cosas. Mantén una actitud de gratitud. Murmurar y quejarse apaga el Espíritu. Acción de gracias reconoce la presencia de Dios y afirma tu confianza en su bondad.

La persona llena del Espíritu está gozosa, y llena de cánticos y acción de gracias. El Espíritu impacta toda su vida. ¿Quieres ser lleno del Espíritu Santo? Entrega tu vida a Jesús como tu Señor. Confiesa todo pecado y pide perdón a Jesús. Pídele a Dios que te llene con su Espíritu: Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! (Lucas 11:13)

El puente al próximo paso

21Someteos unos a otros en el temor de Dios. (RVR)

Estén sujetos los unos a los otros, por reverencia a Cristo. (DHH)

Es más, sométanse unos a otros por reverencia a Cristo. (NTV)

Este verso es el puente para el próximo paso. Pon en práctica lo que manda. Yo sé que no es natural. Muy pocos en el mundo lo hacen. El viejo hombre quiere mandar, pero en el Espíritu nos sometemos unos a otros. Conscientemente toma la decisión de someterte a tu esposa (sí, ¡incluso a ella!), a tu jefe  o a alguien que encuentres durante el día. ¡Hay mucha libertad en eso! ¡Ya no tienes que probarte ni exaltarte a ti mismo!

Este es el final del proceso que comienza con un compromiso con una iglesia local. Es casi imposible lograrlo en la carne, pero con la mente transformada y el viejo hombre crucificado, ya podemos confiar en Dios y someternos a otros, y Dios te llena con el poder de su Espíritu Santo.

Cuando aprendemos a someternos a otros y a humillarnos, entonces tenemos la actitud correcta para entablar una relación íntima, y casarnos. Sin el fundamento de la iglesia en el primer paso, y la mente y la vida cotidiana transformada por el poder del Espíritu Santo en este segundo paso, vamos a tener problemas en el matrimonio. ¿Estás listo para ese paso?

 

La perla

Varios años atrás vendimos nuestra casa en Nueva York para mudarnos para Costa Rica. Vivíamos seis años en esa casa, el tiempo más largo de cualquier lugar en nuestra vida matrimonial. La venta ocasionó unas reflexiones sobre lo que es lo más importante en la vida, y Dios me habló claramente en esta palabra de Mateo 13:44-46:

»El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo.

»También se parece el reino de los cielos a un comerciante que andaba buscando perlas finas. Cuando encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Después de jubilarme del Sistema Penitenciario Federal, esperamos  en el Señor varios años para el próximo paso. Fue un tiempo frustrante de sentirse cada vez más infeliz y confundido acerca de nuestras vidas, una experiencia que un pastor mío dijo es «a menudo el preludio de Dios explotando en tu vida.» ¡Gloria a Dios! Un santo muy sabio dijo: «No podemos aspirar seriamente a Dios antes de que estemos en serio descontentos con nuestras vidas.» No suena muy espiritual, pero en esa temporada sentimos serio descontento. Después, pude ver que Dios lo permitió para llevarnos a ese punto. No había nada malo con nosotros; ¡era la obra de Dios!

La primera cosa que casi todo el mundo nos preguntaba fue: «¿Qué van a hacer allí?» Yo quería decir que teníamos un ministerio glorioso esperándonos, y compartir las grandes cosas que esperábamos hacer, pero el hecho fue que teníamos muy poca idea de lo que íbamos a hacer. No fuimos con ninguna organización; no había ninguna posición esperándonos. Fuimos con el deseo de ser mentores para pastores jóvenes y sus familias, proporcionando capacitación, ánimo, y consejo para ellos, pero no sabíamos quién sería. ¡Pero eso estuvo bien!

En estas parábolas del reino, Jesús habla de dos cosas distintas. El primer hombre no sabía lo que estaba buscando; puede ser que descubrió el tesoro por accidente. El segundo hombre fue en busca de una perla especial. Él tenía conocimiento de perlas, y buscaba la mejor antes de comprarla. El tesoro, la perla de gran precio, que nos impulsó a hacer ese cambio radical consistía de dos cosas; en nuestro caso eran cosas que habíamos conocido para muchos años, pero tal vez habíamos perdido de vista cuán preciosas son. El primero y más grande tesoro es Jesús. Más que cualquier otra cosa, fuimos a Costa Rica creyendo que sería un lugar de mayor intimidad con Él. El otro (lo cual de ninguna manera está en competencia con Jesús) fue nuestro matrimonio. Nos dábamos cuenta de que gran tesoro es; un regalo y una bendición de Dios. Había sido probado y zarandeado, y estábamos buscando un lugar para experimentar más a fondo todo lo que Dios tiene para nosotros como pareja. Obviamente, estas dos cosas pueden suceder en cualquier lugar, pero creíamos que de alguna manera Dios había escogido a Costa Rica para nosotros en ese momento de nuestras vidas.

Al escuchar estas parábolas e identificar el tesoro que nosotros estábamos dejando a todo para perseguir, imagina mi sorpresa cuando escuché una predica que identificó las cinco cosas que son parte de la vida del reino que Dios tiene para nosotros, mucho mejor que cualquier cosa que podamos imaginar:
1. La intimidad con Jesús.
2. Relaciones enriquecidas (nuestro matrimonio, hermanos en la iglesia, y amistades).
3. Experimentando nuestro destino único (en especial un ministerio para mi esposa, y para nosotros juntos).
4. Decisiones específicas que alteran el curso de nuestras vidas (¡dejando todo!).
5. Descubrimiento continuo (aquí pensé en la gente linda, la cultura y las maravillas naturales de Costa Rica y América Latina que esperaban nuestro descubrimiento).

Entonces el pastor nos dio la segunda parte de su mensaje: Esta búsqueda de la perla de gran precio, esta vida que Dios nos ofrece, no es segura. Es una aventura; es arriesgada. Confieso que en ese momento de mi vida tendía de optar más por lo seguro, pero la realidad es que estábamos aburridos. No estábamos listos para pasar a una comunidad de jubilados y tomárselo con calma. ¡La verdad es que anhelamos la aventura! La gran seguridad es saber que Dios está con nosotros, y Él utiliza todos los aspectos riesgosos de la aventura para nuestro bien. El pastor lo hizo aún más incómodo: Se trata de llevar una cruz. Sufrimiento. Un corazón quebrantado. Porque cuando uno ama de verdad y se involucra en la vida de personas necesitadas, habrá angustia. Pero sorprendentemente, ¡un corazón quebrantado se hace más grande!

El punto final del mensaje era la necesidad de hambre suficiente profunda y larga para discernir lo que Dios nos está ofreciendo. No es agradable estar vacío o hambriento. Hacía algún tiempo que teníamos esa hambre. Tuvimos que llegar casi a un punto de desesperación para por fin despertar y ver lo que Dios nos estaba ofreciendo.

Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Dios quiere esta vida del reino para ti, aún más que la quieres para ti mismo. Él abrirá las puertas. Sí, es difícil dejar las posesiones. Sí, se siente extraño dejar a su país. Es muy duro dejar familia atrás. Pero Jesús también dijo:

—Les aseguro —respondió Jesús— que todo el que por mi causa y la del evangelio haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más ahora en este tiempo (casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y terrenos, aunque con persecuciones); y en la edad venidera, la vida eterna. Pero muchos de los primeros serán últimos, y los últimos, primeros (Marcos 10:29-31).

No estoy emocionado con las persecuciones. Realmente no estaba pensando en lo que iba a recibir de vuelta. No estaba dejando tanto como muchos discípulos del Nuevo Testamento dejaron, pero nos sentíamos tremenda libertad en dejar todo. De una manera, habría sido más fácil quedarnos  en los Estados Unidos y continuar con la vida cómoda que habíamos conocido para seis años, pero anhelábamos mucho más. Hay muy poco de nuestras posesiones que realmente necesitamos. Hay tanto exceso. He gastado tanto dinero en mejoras a la casa y otras cosas que sería gastado mucho mejor para el Reino. Era la hora para ir a buscar a esa perla y abrir el tesoro todavía desconocido que Dios tiene para nosotros. Ahora, varios años después, puedo confirmar que Dios sabe mejor que nosotros. No ha sido siempre fácil, pero yo sé que estar en Costa Rica es la voluntad de Dios para nosotros. Puede ser que haya cosas ahora en tu vida que no tienen sentido. Confía en Dios, escucha para la voz de su Espíritu, y síguele dondequiera que vaya.

 

El segundo paso al varón perfecto: Cinco áreas impactadas por un arrepentimiento genuino (Efesios 4:25 – 5:3)

No es posible rehabilitar al viejo hombre y llegar a la madurez. La única solución es crucificarlo, quitarse el ropaje viejo y aceptar el don de Dios: una naturaleza nueva, y ropaje nuevo. Luego, tú puedes comenzar con tu parte en la transformación (4:23):

Renuévense en el espíritu de su mente. (Reina Valera Contemporánea; RVC)

Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar. (Traducción en lenguaje actual)

Sí, mi hermano, tú tienes una parte esencial en este proceso. Aquí vamos a ver cinco áreas que esta renovación debería influir.

Tu boca

25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros del mismo cuerpo. (RVR)

No mientas. ¿Sabes que la mentira es un problema para muchos cristianos? Viven una mentira. Están tan acostumbrados a mentir que ni siquiera se dan cuenta del problema. Hay un ciclo muy feo que comienza con una mentira: tienes que cubrirte con otra mentira.  Mentir es muy serio. Satanás es el padre de la mentira, y Apocalipsis 21:8 dice: Todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre. Hay un mito común de que hay mentiras “blancas” y mentiras “negras.” O hay mentiras “piadosas” que no son verdad, pero que edifican a la persona. Tal como todo pecado es pecado, toda mentira es mentira. No justifiques tu mentira diciendo que no hace daño a nadie.

Siempre habla la verdad. Vive una vida transparente, sin nada que ocultar. En la iglesia somos miembros del mismo cuerpo. La mentira destruye la confianza y el compañerismo, quebranta la unidad y crea conflicto. Desecha la mentira.

29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. (RVR)

Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. (NVI)

No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan. (NTV)

Ninguna palabra obscena debe salir de tu boca, sino palabras que edifican y dan gracia a los oyentes. ¿Hablas groseras y malas palabras? ¿Participas en conversaciones obscenas con tus amigos? Tus palabras revelan lo que hay en tu corazón.

He observado algo triste entre muchos cristianos: Supuestamente como una broma, ponen abajo a un hermano. Él puede reír, pero el hermano está lastimado. También es común murmurar, quejarse y hablar negativo.  Eso se extiende como un cáncer en la iglesia. Todo lo que digas debe edificar y bendecir a los oyentes.

5:4 Tampoco digan obscenidades, ni tonterías ni palabras groseras. Eso no es conveniente. En vez de eso, den gracias a Dios. (RVC)

Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias. (NVI)

Los cuentos obscenos, las conversaciones necias y los chistes groseros no son para ustedes. En cambio, que haya una actitud de agradecimiento a Dios. (NTV)

Cuentos obscenos, conversaciones necias, y chistes groseros están fuera de lugar. Ten cuidado con tus amistades.  Si siempre andas con gente que usa malas palabras y comparte cuentos obscenos, tú también hablarás así. Si llenas tu mente con tonterías y obscenidades en Internet o la televisión, van a entrar en tu conversación. Las conversaciones necias son muy comunes, incluso entre los cristianos. Hay gran poder en la lengua; Dios te la dio para bendecir y edificar a otros, y para darle gracias.

La lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa!  También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.

El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas;  pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal.

Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada? (Santiago 3:5-11)

Tu ira

4:26 Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga, 27 y no den lugar al diablo. (RVC)

«Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo. (NVI)

Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados,  porque el enojo da lugar al diablo. (NTV)

En el griego es un mandato, y así lo traduce la Reina Valera: ¡Enójense!

  • ¡Qué libertad!
  • ¡Está bien enojarse!
  • ¡No es pecado estar enojado!
  • ¡Dios se enoja!

Efesios 5:6 habla de la ira de Dios contra nuestro pecado.  Nosotros también odiamos el pecado y nos enojamos al verlo. Hay un enojo justo, pero muchos tienen miedo del enojo, porque les ha causado tantos problemas en el pasado. Es una emoción fuerte, y es fácil pecar cuando estés enojado. La Biblia te manda:

  • No peques en tu ira. Tú tienes que controlarlo, y no ser controlado por él. Está bien expresar tu enojo en una manera calmada y controlada; no está bien lastimar a otros, o destruir algo.
  • No permitas que el sol se ponga mientras sigues enojado. Sé lento para enojarte y listo para perdonar y resolver la situación. No guardes rencor ni permitas que una raíz de amargura crezca en tu corazón.
  • No le des lugar al diablo. Sé consciente que es fácil decir cosas cuando estés enojado que realmente no quieres decir. Esas palabras pueden hacer mucho daño. El enojo abre una puerta al diablo. Sé vigilante para su engaño, y listo para reprenderle y clamar a Jesús.

El enojo es un problema tan común y malentendido que voy a dedicar todo el próximo capítulo a un estudio de lo que dice la Biblia al respecto.

Tu trabajo

28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.  (RVR)

El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados. (NVI)

Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con los que tienen necesidad. (NTV)

Es uno de los diez mandamientos: No robes. Pero hay un principio más profundo aquí: El ladrón solo piensa en sí mismo; no le importa cómo puede impactar a otros. No robes para ayudar a los necesitados (a menos que sea Robin Hood). Lamentablemente, muchos cristianos roban tiempo o cosas pequeñas (como lápices o copias) de su trabajo.

Dios es muy trabajador (Jesús les respondió: Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo. Juan 5:17). Trabajar es muy digno. Haz lo que sea bueno con tus manos, no para comprar muchas cosas, sino para compartir generosamente con los necesitados.

¿Estás trabajando? ¿Ayudas a los necesitados? Yo sé que puede ser difícil. Con tanto desempleo sea casi imposible conseguir un buen trabajo, pero no caigas en algo ilegal. Ponte a trabajar con algo productivo. Es cierto que una mente ociosa es el taller del diablo.

Tus relaciones

31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. (RVR)

Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. (NVI)

Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta.  Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo. (NTV)

¿Quieres ser un buen amigo? ¿Un buen novio? ¿Un buen esposo? Tal como quitaste la ropa del viejo hombre, hay algunas cosas que tienes que quitar que dañan relaciones:

  • Amargura
  • Enojo e ira
  • Gritería, maledicencia y calumnia
  • Toda forma de malicia y mala conducta

En su lugar debes ser:

  • Benigno, amable y misericordioso
  • Bondadoso, compasivo y de buen corazón
  • Un hombre que perdona

Tienes a Jesucristo como un modelo de cómo perdonar. Tienes que perdonar como Dios te perdonó en Cristo. Es un don. Tú recibiste la gracia y el perdón de Dios; ahora Él te llama a perdonar a otros: Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas (Mateo 6:14-15).

¿Hay algo aquí que tienes que quitar? ¿Hay alguien a quien tengas que perdonar? ¿Eres amable, misericordioso y compasivo?

Tus ídolos: sexo y dinero

5:3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos. (RVR)

Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios. (NVI)

Guao. Pecado sexual y avaricia. Estas son las dos cosas que dominan a la mayoría de los hombres.

La batalla principal en la mente de un hombre es el sexo. El sexo es tan poderoso que ni siquiera es posible aun mencionar algunas cosas sin caer en pecado. Tú ya sabes cómo es: Puedes ver a una mujer en la calle o la televisión, y ya estás excitado. La lucha por la pureza sexual no es un juego; es aquí donde muchos hombres son derrotados. La única solución es reconocerla como la batalla que es, y ser muy vigilante. Ésta es una lucha tan profunda para muchos hombres que el capítulo 15 está dedicado a este tema.

Aquí basta con decir que hay que quitar toda la inmundicia y la avaricia. Ni siquiera deberíamos mencionarlo. La realidad es que no solamente mencionamos la inmoralidad sexual, sino que llenamos la mente con ella en la televisión y las películas. Muchos hombres son adictos a la pornografía en Internet.

La avaricia es un afán desordenado de adquirir y atesorar riquezas o cosas materiales. También se le llama codicia. Es otro de los 10 mandamientos: No codicies. Por desgracia, la avaricia describe tal vez a la mayoría del mundo, incluso a los cristianos. Estados Unidos ha exportado su avaricia al mundo entero. Cada día la cultura nos impulsa a codiciar. Hay anuncios en todos lados, y la presión de tu familia y amistades para comprar más. Aprende a estar contento con lo que Dios te haya dado.

La conclusión: Imitar a Dios y andar en amor

5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. (RVR)

Por lo tanto, imiten a Dios en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos queridos.  Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios. (NTV)

¿Has tenido a un hijo que te observa y te imita en todo lo que hagas? Imita a Dios como un hijo amado. Estúdialo. No puedes imitar a alguien que no conoces. Tenemos un gran modelo: la vida de Jesucristo. Hace unos años era popular preguntar: ¿Que haría Jesús? Anda en el mismo amor que Cristo tiene para nosotros: Se entregó a si mismo por nosotros y agradeció a Dios con su ofrenda y sacrificio. Dios está agradecido cuando tú pones tu vida por tu hermano. Si amas como Cristo e imitas a tu Padre celestial, toda tu vida se transformará. Intenta hacerlo durante una semana, y verás su impacto.

¿Estás andando en santidad? ¿Deseas pureza sexual en serio? ¿Eres avaro? Hay cinco campos de batalla en el camino hacia la madurez. Son feroces. Muchos nunca pasan más allá de ellos. Hoy, como en ese entonces, tropiezan a muchos cristianos. En tu fuerza es imposible vencer, pero gracias a Dios, Él tiene una provisión para ti: Con un arrepentimiento genuino, estás listo para el Espíritu Santo. La última parte de este segundo paso a la madurez es aprender a caminar en su poder, pero primero vamos a dedicar dos capítulos a luchas muy intensas para muchos hombres: el enojo y el sexo.