¿Es Dios serio acerca de la obediencia?

¿Cuánto puedes pecar y todavía estar bien con Dios? ¿Te parece que otros pecan y no son juzgados para ello? Hoy en día las enseñanzas fundamentales de la Biblia están siendo desafiadas – incluso en la iglesia. ¿Qué se debe creer?

Hay un pasaje interesante en Números 15:32-36 que nos enseña la voluntad de Dios. No es muy popular; dudo que hubieras oído una predica acerca de ello recientemente.

Un sábado, durante la estadía de los israelitas en el desierto, un hombre fue sorprendido recogiendo leña. Quienes lo sorprendieron lo llevaron ante Moisés y Aarón, y ante toda la comunidad. Al principio sólo quedó detenido, porque no estaba claro qué se debía hacer con él. Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Ese hombre debe morir. Que toda la comunidad lo apedree fuera del campamento.» Así que la comunidad lo llevó fuera del campamento y lo apedreó hasta matarlo, tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.

El pecado no suena tan malo, ciertamente no comparado con el concepto del pecado que tenemos hoy. Sí, es cierto que Dios había ordenado que nadie trabajara en el día de reposo. Era un día totalmente dedicado a Él. Pero este pobre hombre solamente estaba recogiendo leña. Es posible que hizo frío y la necesitaba para mantener su tienda caliente para su enfermo bebé. ¿Es de verdad tan serio? Parece que sí.

Hay varias cosas que observamos:

  1. Probablemente nada habría pasado a él si sólo las personas que lo encontraron hubieran mantenido el silencio. Cuando yo trabajaba en las prisiones, llamaban a esos tipos chotas, o ratas; fueron odiados universalmente. Pero tú eres guarda de tu hermano. Si ves a un hermano en pecado, estás obligado a intervenir. Sé que va en contra de nuestra cultura, pero no podemos simplemente mirar hacia el otro lado y fingir que no vimos nada. Mateo 18 nos indica que debemos ir directamente a la persona al principio, pero si no se arrepiente, el asunto debe ser llevado ante toda la iglesia, tal como lo fue aquí.
  2. Los hebreos eran nuevos en las cosas de Dios, y esto fue probablemente la primera vez que se habían encontrado con esta situación. Incluso Moisés no estaba seguro de qué hacer. Pero en lugar de actuar precipitadamente (o, aún peor, desestimar el pecado) esperaron para una palabra del Señor.
  3. Dios fue fiel a guiarlos. La palabra era dura, pero estaba clara: Recoger leña en el día de reposo es digno de la muerte. ¿Eso te choca? ¡Imagínate cuántos cristianos morirían hoy si fueron apedreados por infracciones de la Palabra de Dios!
  4. Parece que no había una gran protesta de la gente; el temor de Dios había caído sobre ellos. Obedecieron y le llevaron fuera del campamento y le apedrearon hasta la muerte.

Sí, ya he oído las excusas. Yo sé que ya no estamos bajo la ley. Qué bueno, ¿verdad? ¿No estás agradecido que le llevaron a Jesús fuera del campamento y lo crucificaron para pagar el castigo por tu pecado? ¡Él te salvó de la muerte! Pero no tomes el precio de tu salvación a la ligera; Dios ciertamente no lo hace. Todavía es tan serio flagrantemente violar la Palabra de Dios. ¿Recuerdas cómo Jesús hizo la ley aún más dura? No es sólo el acto de adulterio, sino el pensamiento lujurioso que viola el mandamiento. No tomes la gracia de Dios a la ligera. El mismo Jesús dijo:

No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento.  Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.  Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley (Mateo 5:17-20).

Piensa bien acerca de lo que estás haciendo. Arrepiéntete donde sea necesario. Pide al Espíritu Santo de Dios para que te ayude resistir la tentación y huir del pecado. Sí, Dios es serio acerca de la obediencia.