Ultimo paso al varón perfecto: ¡Guerra! (Efesios 6:10-11)

Por miles de años, el hombre ha dejado a su familia para ir a la guerra.  Muchos nunca volvieron a casa. Doy gracias a Dios que yo era joven durante la guerra en Vietnam, y no he tenido esa experiencia de guerra.  Mi padre sirvió en la Segunda Guerra Mundial, en Australia, y siempre dijo que le hizo un hombre. Estoy seguro de que hay verdad en eso. Hoy estamos muy cómodos y perezosos. Preferimos pelear con enemigos en un video juego; no queremos sufrir en una guerra real.

Para dar este último paso al varón perfecto, dejamos la tranquilidad del hogar para el campo de batalla (aunque, lamentablemente el hogar también puede ser un campo de batalla). Dios quiere entrenarte para esta batalla, ya sea en casa o con las fuerzas de maldad en el mundo.

Con razón esta porción llega al final de Efesios, como el último de estos cuatro pasos. Se necesita una medida de madurez para entrar en la guerra. ¿Recuerdas cuando Israel salió de Egipto? Dios los envió al desierto, a una ruta más larga, porque sabía que no estaban listos para la guerra.

Ya hemos visto tres áreas donde Dios nos prepara para este último paso:

  • El primer paso es ser parte de una iglesia viva y llena del Espíritu. El cristiano solitario es un blanco para Satanás. Tu pastor y el cuerpo de Jesucristo te ofrecen mucha protección contra sus ataques.
  • Entonces tenemos que andar en santidad. Oigo una y otra vez de alguien que sufre bajo la opresión del diablo. Toda su vida es una lucha. Pero cada día escucha la música del mundo. Llena su mente con televisión y películas. Visita páginas web que ningún cristiano debería visitar. La mayoría de sus amistades no son salvas. ¡Claro que habrá una opresión diabólica en su vida!
  • En el tercer paso vimos la importancia del orden en tu vida familiar. Si el matrimonio es sólido, habrá mucho menos tentación. La familia es muy importante para nuestra salud espiritual.

Si todo está bien en estas áreas, tendrás mucha más victoria, pero todavía estás en una guerra, y necesitas armas y armadura. Así llegamos al capítulo seis de Efesios.

Fortalécete en el Señor 

10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. (RVR)

Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible. (DHH)

¿Conoces a algún hombre que quiera ser débil? Claro que no. ¡Todos queremos ser fuertes! Pero esta fuerza no es carnal. No recibimos esta fuerza haciendo mucho ejercicio, aunque es bueno hacerlo. Esta fuerza viene del Señor.  Es el poder de su fuerza, su gran poder irresistible.  Pablo ya habló de la inmensidad de este poder en el capítulo uno.

¿Cómo se fortalece? Bueno, ¿cómo te fortaleces en la carne? En el gimnasio, con pesas, y con buen alimento, ¿verdad? Así es en el Espíritu también. Ocúpate con las cosas del Señor. Ejercita tu fe. Lleva esas cargas pesadas. El Señor está dándote más pesas para hacerte más fuerte. Mantén una dieta llena de la Palabra de Dios.

Qué lástima ser parte de una iglesia sólida, tener a la familia en orden y andar en la luz – y aún estar débil en el Señor. Ya es tiempo para fortalecerte. Dios te quiere fuerte.

Tu armadura

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (RVR)

Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. (NTV)

El diablo está atacándote ahora mismo. Tú puedes estar herido y sufrir en esa batalla. Si no tienes la armadura puesta, eres muy vulnerable y serás como ese niño fluctuante, con muchos altibajos. No habrá firmeza en tu vida.

Todos tenemos que aprender a usar esta armadura. Vístete cada día en ella. No sales de tu casa en ropa interior, ¿verdad? Pues, no empieces el día sin tu armadura espiritual. La necesitas todos los días. No hay un día de reposo en esta batalla. La Biblia no nos ordena buscar a Satanás o comenzar una pelea con él. Cristo no buscaba a gente endemoniada. De hecho los mandó: Cállate. Pablo tampoco buscó una pelea. Ten cuidado de aquellos que quieren batallar con Satanás. Dios no necesita hombres confiados en sí mismos para reprender a Satanás. Cuando llega el diablo, hay que resistir y usar esta armadura. Entonces lo reprendemos en el nombre de Jesús.

Acuérdate de lo más importante: Si estás andando en la luz, en una iglesia buena y lleno del Espíritu Santo, será difícil para Satanás tocarte.

El consejo aquí es estar firme y resistir al diablo, asegurado en tu identidad en Cristo. Estás sentado con Cristo en el cielo, en una posición de poder y autoridad. Cristo ya venció al diablo en la cruz. Tú solo tienes que perseverar.

Algunos descuidan su relación con Dios. El día que te encuentres un poco débil es el día en que Satanás te atacará. No tiene misericordia. Siempre está observándote. Él espera ese día cuando no vayas a la iglesia, o estés cansado o enfermo; cuando hayas pasado unos días sin comunión con el Señor, o estés vacilando. ¡Ten cuidado!  Es como león rugiente, buscando a quién devorar.

¿Conoces las estrategias del diablo para destruirte? ¿Para destruir tu familia? ¡Despiértate! Él funciona en artimañas, engaños y asechanzas. Fortalécete en el Señor y en el poder de sus fuerzas. Y proclama en voz alta:

Mi Dios, te doy gracias que estoy sentado en lugares celestiales. Tengo una posición de autoridad. Tengo autoridad sobre el enemigo porque estoy en Cristo y Cristo está en mí. Me paro firme sobre tu Palabra, la sangre de Jesucristo, y su victoria en la cruz. Gracias que soy más que vencedor en Cristo. En el nombre de Jesús, Amen.