La Petición de un Varón Maduro (Efesios 6:19-20)

Hemos llegado al final de estos cuatro pasos al varón perfecto. ¡No te desanimes si aún no estás
perfecto! Es un proceso largo: ¡de toda la vida!  Pero yo creo que hay principios muy importantes aquí. Si te cuesta años establecerte en una iglesia y cumplir ese primer paso, vale la pena. A veces se tiene que volver una y otra vez a los mismos pasos. Lamentablemente, no es cierto que una vez que hayas cumplido un paso, ya, nunca tienes que hacer nada más. Examínate con frecuencia para ver cómo te va en cada paso.

Estos dos versículos revelan el corazón de un hombre bastante maduro. Pablo no diría que es perfecto. El siempre reconocía que estaba de camino para el cielo, y que nunca se alcanza la perfección total en esta vida. Sin embargo, es interesante ver lo que tenía en su corazón en este punto de su vida.

 19 Y [oren] por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio. (RVR)

Y oren también por mí. Pídanle a Dios que me dé las palabras adecuadas para poder explicar con valor su misterioso plan: que la Buena Noticia es para judíos y gentiles por igual. (NTV)

 La importancia de orar por otros

Pablo sabía que él necesitaba las oraciones de otros. No fue por su propio talento que pudo predicar.  Él dependía de las oraciones de la iglesia para recibir una palabra dada por el Señor. Con todas esas oraciones él tendría más unción cuando predica el mensaje.

No estás solo en esta lucha. Eres parte de un gran ejército. Nuestro deber es apoyarnos mutuamente en la oración. ¿Estás orando por tu pastor y otros ministros de la Palabra? Necesitan tus oraciones. Si tú eres un pastor o ministro, humíllate para pedir las oraciones de otros, y déjalos saber que sin la ayuda de Dios, tú no serías nada.

No hagas un ídolo de ningún predicador o pastor.  Son hombres como tú y yo, con sus debilidades y necesidades. Dependen de la gracia de Dios.

El mensaje

Vemos algunas cosas importantes en lo que Pablo está pidiendo:

  • Primero tienes que abrir la boca. Es cierto que a veces tienes que esperar una Palabra del Señor, pero también hay veces en que debes abrir tu boca con fe, y Dios la llenará.
  • Claro que hay algunos que deben cerrar la boca. Hablan demasiado, y en la carne. El varón maduro sabe cuándo debe hablar, y cuándo debe callarse.
  • Cuando hablas, habla una palabra dada por el Señor. Qué lástima que muchos predicadores proclamen palabras dadas por Internet o palabras que provienen de su propia mente.
  • Puede que no sea popular.  Está bien. No es tu palabra, sino la Palabra de Dios. Sabiendo que es del Señor, debe darte mucho denuedo para proclamarla, pero aun el gran apóstol Pablo tenía que pedir oración para hablar con denuedo. Esa unción es un don de Dios.
  • El enfoque de tus mensajes debe ser la Biblia, el evangelio. Explícalo. Hay muchos que no lo entienden.  Para algunos es un misterio. No se puede comprenderlo humanamente, pero Dios quiere revelarlo a aquellos que tienen los oídos para escuchar.
  • El mensaje es inclusivo. Pablo batallaba toda su vida por la inclusión de los gentiles en la iglesia.  El reino de Dios es para todos los que aceptan el evangelio.

20  Soy embajador en cadenas [por el evangelio]; que con denuedo hable de él, como debo hablar. (RVR)

Ahora estoy encadenado, pero sigo predicando este mensaje como embajador de Dios. Así que pidan en oración que yo siga hablando de él con valentía, como debo hacerlo. (NTV)

¿Crees que tu circunstancia es difícil? Pablo estaba en cadenas, aprisionado, pero todavía quería hablar de Jesús con denuedo. ¡Dos veces pidió denuedo! ¡Era ese mismo denuedo que lo llevó a la cárcel! Sería una tentación guardar silencio, pero el varón perfecto entra en la batalla en el Nombre de su Señor y está listo para entregar su vida por el evangelio. ¿Estás hablando de Jesús con denuedo en tu hogar, tu trabajo o tu escuela? No importa tu circunstancia. ¡Sigue hablando de Cristo con valentía!

Pablo tenía una autoimagen muy alta. ¡Era un embajador de Cristo! ¡Y tú lo eres también! (2 Corintios 5:20) ¿Andas todos los días con esa conciencia? ¿Te comportas de una manera digna de un embajador del Rey de reyes? Al terminar su estudio de estos pasos a la madurez, Pablo afirma su dedicación a su llamado como representante de Jesucristo en este mundo. ¿Cuál es tu llamado? ¿Estás ocupado en servir a Dios, a pesar de las circunstancias en tu vida?