Tu armadura: El yelmo de la salvación y la espada del Espíritu (Efesios 6:17)

El yelmo

Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. (RVR)

¿Eres salvo? ¿Estás seguro? ¿Recuerdas el estudio sobre la salvación en el capítulo 11, casi al principio de estos pasos? Si no eres salvo, tu cabeza no tiene protección. Pero si eres salvo, eres un hijo adoptado de Dios. Dios tiene vida eterna para ti. El yelmo protege tu mente de poner en duda la obra de Dios.

La palabra para salvación también puede traducirse como liberación. Si todavía hay fortalezas enemigas en tu vida, será muy difícil caminar en victoria. Andas en tinieblas y confusión. Cristo vino para salvarte y liberarte de toda la opresión del enemigo. El yelmo te da protección contra las mentiras y los engaños de Satanás. No hay que desesperarse. Hay esperanza de una vida mejor y liberación de la opresión.

En 1 Tesalonicenses 5:8-9 también habla de un yelmo: Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación; pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. El énfasis aquí está en la esperanza que la salvación de Jesucristo nos da. Nos libra del temor al juicio y nos da seguridad y libertad. Satanás no puede robar tu salvación. El casco va encima de todo, casi como una sombrilla.

Apocalipsis 12:10 nos da una visión amplia de esta salvación:

Han llegado ya
la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios;
ha llegado ya la autoridad de su Cristo.
Porque ha sido expulsado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.

Junto con la salvación hay poder, dominio y autoridad.  Cuando recibes la salvación, entras en el reino de Dios y recibes ese poder y autoridad del Rey. Al mismo tiempo, el acusador es expulsado de tu vida. El yelmo de salvación te protege de sus acusaciones. Levántate en el poder de Cristo y toma autoridad sobre todos los pensamientos preocupantes.

Sin este casco, la alternativa obvia es la caída en el pecado o el suicidio. Cuando contemplas esas alternativas, ya sabes que estás bajo un ataque fuerte del diablo. ¡Apresúrate a tomar tu yelmo, y recuerda la certeza de la salvación y la liberación en Cristo! Aun mejor, siempre llévalo para que esos pensamientos no te alcancen. Y luego da gracias a Dios que envió a Jesucristo como un sacrificio eficaz por tu pecado, para perdonarte y para liberarte del reino de las tinieblas.

Tu espada  

La palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos.
Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los
huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. 
(Hebreos 4:12)

La espada del Espíritu, la Palabra de Dios, es la única arma ofensiva. Memoriza la Biblia. Estúdiala. Medita en ella. Proclámala y obedécela. Una Biblia en un estante no te sirve para nada; tiene que estar en tu corazón y accesible para la batalla.

Aquí hay unos puntos importantes para recordar utilizando esta espada:

  • Satanás también conoce la Palabra de Dios y la usa para su beneficio. La usó en las tentaciones de Jesucristo. Es posible que hagamos algo parecido y abusemos de la Palabra.
  • Para ser una espada del Espíritu, tienes que interpretarla bien. Por eso es importante aprender cómo entender la Biblia.
  • Para que esta espada sea eficaz, tienes que estar lleno del Espíritu. No lo agravies ni lo apagues por tu pecado. Hay una unción sobrenatural en la Palabra cuando un creyente la proclama correctamente y con fe.
  • Ésta es casi la última parte de la armadura mencionada aquí. Si no tienes las otras partes puestas, todavía vas a sufrir en la batalla. Por ejemplo, si hay pecado en tu vida y la coraza de justicia no está puesta, la espada no te sirve muy bien. Tampoco si no tienes el yelmo de salvación, si no eres salvo.
  • He conocido a gente que usa mucho la Biblia como una espada, pero no están andando en la luz, en el amor o en la verdad. Lastiman a mucha gente, pero no lastiman mucho al reino de las tinieblas.

Hay mucha falta de verdadero conocimiento de la Palabra de Dios hoy. Muchos no andan con su espada, y no quiero decir que no llevan una Biblia: la tienen en su teléfono, pero no saben lo que dice, ni cómo usarla como una espada. Dios quiere enseñarte cómo usar tu espada. Es una verdadera aventura, ¡mucho mejor que los video juegos!

Hay una sola parte más de tu armadura, que sirve como pegamento para todas las otras partes.