Saber cuando bajar y cuando subir a tu barca: Marcos 5:1-20

La liberación era una parte importante del ministerio de Jesús; había mucha gente demonizada incluso entre el pueblo escogido de Dios. Jesús envió a sus discípulos a echar fuera demonios, y lo hicieron. La liberación también era una parte importante del ministerio de la iglesia primitiva.

Hoy muchas veces pensamos en la liberación a la luz del drama del cine. Aunque la iglesia Católica cree en el exorcismo y lo practica, y las iglesias pentecostales son conocidas por liberaciones dramáticas, lamentablemente, en realidad, no tiene un lugar en la mayoría de iglesias. ¿Por qué? ¿Hay menos actividad de los demonios hoy? Yo creo lo contrario: Con la influencia secular en el mundo de hoy, hay más demonización que nunca. Yo ministré durante 21 años como capellán en las prisiones federales de los Estados Unidos, que están llenas de gente oprimida por el diablo. Yo veo mucha evidencia de demonización, ¡a menudo en la iglesia!

¿Qué hay de ti? ¿Crees en la liberación? La mayoría de los cristianos no están preparados o cómodos para lidiar con ella. Aún peor, la mayoría de los pastores tampoco lo están. Es difícil encontrar enseñanzas equilibradas sobre el tema.  Muchos basan sus creencias en películas o experiencias personales.

La liberación es un ministerio difícil. Es una tentación ignorarla, pero eso deja a multitudes oprimidas por las fuerzas del diablo. Jesús esperaba que la liberación fuera parte del ministerio de sus discípulos, y se sintió decepcionado e incluso enojado cuando fallaron. Cristo atribuyó su fracaso a la falta de fe, oración y ayuno. Cualquier creyente lleno del Espíritu, con una fe viva, tiene autoridad sobre los espíritus inmundos. A diferencia de la curación, no hay un don espiritual específico, aunque el don de discernimiento de espíritus es útil.

No hay mucho escrito sobre la liberación en el Nuevo Testamento, y no hay pasajes didácticos claros, pero vamos a estudiar cada liberación en los Evangelios y Hechos. Mi oración es que estos estudios te den el coraje de levantarte en la autoridad que Dios te ha dado, para ser un instrumento que Dios puede usar para liberar a muchos y guiarlos a la plenitud de una vida llena del Espíritu Santo.

Un ejemplo de liberación

1Entonces llegaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos. Cuando Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu maligno salió del cementerio a su encuentro.

¿Quieres ser usado por el Señor? A veces te quedas en casa y le preguntas al Señor: “¿Qué quieres que yo haga? Quiero saber tu voluntad.” Claro que a veces tenemos que esperar a que el Espíritu nos guíe, pero a veces solo tenemos que subirnos a la barca e irnos con Jesús. Cuando andas con Jesús, nunca sabes lo que va a suceder. A veces tienes que ir al otro lado, a un lugar donde nadie quiere ir. Los judíos nunca fueron al Decápolis, la región de los gerasenos: diez ciudades gentiles en el lado este del rio Jordán. Sabemos que Jesús no estaba solo: dice que ellos llegaron. Para los discípulos, sería otra aventura no solicitada, como cuando Jesús pasó por Samaria. Nunca menciona a ellos de nuevo. De allí en adelante solo habla de Jesús; es muy posible que los discípulos no quisieron bajarse y se quedaron en la barca. Cuando Jesús baja de la barca, no te quedes (a menos que Él te lo ordene), aunque puedes estar en un lugar donde no quieras bajar.

A veces Jesús te dice a dónde vas y por qué, pero a menudo no. Es posible que Jesús lo supiera, pero en este caso no lo creo.  A veces tienes que subir a una barca sin saber a dónde vayas. Jesús no organizó algunas reuniones. Parece que no conocía a nadie allí; su fama no había llegado a esa región. Jesús fue en obediencia a su padre, y vamos a ver que hizo todo ese viaje para un solo hombre, como Felipe y el eunuco etíope (Hechos 8:26-40). ¿Estás dispuesto a hacer lo mismo? Confía en el Señor. Si estás guiado por el Espíritu, Él te enviará la gente que Él ha preparado, aunque no sea a quienes tú estabas esperando. ¿Es tu momento de subir a la barca con Jesús?

Este hombre vivía entre las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo ni siquiera con cadenas. Siempre que lo ataban con cadenas y grilletes —lo cual le hacían a menudo—, él rompía las cadenas de sus muñecas y destrozaba los grilletes. No había nadie con suficiente fuerza para someterlo. Día y noche vagaba entre las cuevas donde enterraban a los muertos y por las colinas, aullando y cortándose con piedras afiladas.

¿Puedes reconocer a una persona demonizada?

El diablo vino a robar, matar y destruir. No seas engañado: él es real, y la Biblia habla claramente de espíritus inmundos y gente endemoniada. A veces es muy obvio, como en este caso. Pueden estar fuera de control e involucrados en prácticas autodestructivas, pero este fue un caso extremo: Tenía miles de demonios. Es muy posible que haya gente endemoniada a tu alrededor. ¿Sabes qué hacer si encuentras uno? En la Biblia, ni Jesús ni los apóstoles fueron a buscar demonios. De hecho, muchas veces parece que querían evitarlos. Pero también está claro que tenían la autoridad para echarlos fuera. Dios quiere capacitar a sus siervos para ministrar a gente atormentada.

Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio, corrió a su encuentro y se inclinó delante de él.Dando un alarido, gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡En el nombre de Dios, te suplico que no me tortures!». Pues Jesús ya le había dicho al espíritu: «Sal de este hombre, espíritu maligno».

Entonces Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas?

Y él contestó: —Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.

10 Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los enviara a un lugar lejano.

11 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana. 12 «Envíanos a esos cerdos —suplicaron los espíritus—. Déjanos entrar en ellos». 13 Entonces Jesús les dio permiso. Los espíritus malignos salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada de unos dos mil cerdos se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua.

La interacción sorprendente de Jesús con los demonios

¿Te sorprende que los demonios vayan corriendo hacia Jesús? ¿No se espera que quieran huir de Jesús? ¡Lo conocen! ¡Estaban con Él en el cielo! ¡Le suplican! Saben que Jesús tiene autoridad sobre ellos. Estaban felices de morar en el hombre; no quieren ir a un lugar lejano, ¡y Jesús honra su súplica! Claro que, como judío, Cristo no estaba muy cómodo con los cerdos, pero aún así es muy interesante que les concede su petición.

Jesús no sabía el nombre del demonio, ni cuántos había. Puede ser que de este ejemplo tengamos la práctica de interrogar a demonios y pedir sus nombres cuando estamos ministrando liberación, pero ten cuidado: Son engañadores y mentirosos. Utiliza mucho discernimiento hablando con alguien endemoniado.

Hay otra cosa muy interesante aquí: Cuando llegó Jesús, le mandó al espíritu que saliera del hombre, ¡y no salió! Jesús nunca los echó fuera, pero necesitan su permiso para entrar en los cerdos. Cuando los demonios recibieron ese permiso, se fueron. Todo era una cuestión de autoridad.

¿Qué pasó con los demonios cuando los cerdos se ahogaron? No lo sabemos, y creo que ellos tampoco sabían lo que los iba a pasar. Tal vez la muerte de los cerdos dio libertad a los demonios para volver a las regiones celestiales, esperando su próxima asignación.  Cuando muere una persona endemoniada, ese demonio sale a buscar otra entidad.

14 Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y sus alrededores, difundiendo la noticia mientras corrían. La gente salió corriendo para ver lo que había pasado. 15 Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre que había estado poseído por la legión de demonios. Se encontraba sentado allí, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo.16 Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros lo que había ocurrido con el hombre poseído por los demonios y con los cerdos; 17 y la multitud comenzó a rogarle a Jesús que se fuera y los dejara en paz.

Sabe cuándo salir

¿Dejarlos en paz? ¿Estaba el pueblo en paz con este loco endemoniado? ¿Estaba mejor antes de la venida de Cristo? ¿Les importaban más los cerdos que el bienestar de este hombre? ¿Por qué no estaban alabando a Jesús y buscando más de su poder? Pues, así es como muchos responden al poder de Dios. Su propio pecado puede ser revelado, o reconocen su autoridad sobrenatural,  y tienen miedo.

Siempre es difícil saber cuándo perseverar y seguir predicando a la gente que ha rechazado a Jesús. Hay que ser guiado por el Espíritu y discernir lo que está sucediendo. Ésta claramente era una puerta cerrada. Dios tuvo misericordia de este pobre hombre, y le envió a Jesús para que lo liberara. Pero era el único ministerio que Cristo tenía en ese lugar. Nada sucedería si invirtiese más tiempo allí.

18 Mientras Jesús entraba en la barca, el hombre que había estado poseído por los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo. 19 Pero Jesús le dijo: «No. Ve a tu casa y a tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y lo misericordioso que ha sido contigo».20 Así que el hombre salió a visitar las Diez Ciudades de esa región y comenzó a proclamar las grandes cosas que Jesús había hecho por él; y todos quedaban asombrados de lo que les decía.

Deja que Jesús te use

Jesús honró la petición del pueblo: Entró en su barca. Ahora el hombre le pidió permiso para acompañarlo. ¡Qué bueno!  Muchas veces Jesús mandó a la gente a seguirle, pero esta vez no. Jesús no le permitió entrar en la barca; Dios tenía otra misión para él.

Este hombre loco fue uno de los primeros evangelistas. Él vuelve para proclamar el milagro de Dios a su familia, y a todas las ciudades de esa región. ¡Y él no tenía la preparación que tenían los discípulos! Antes, pasaba mucho tiempo en un estado completamente perdido, pero Dios lo restauró y le capacitó a predicar. Así, la gente que no quiso escuchar a Jesús, lo escuchaba a él. Claro que hay ocasiones en que Jesús llama a alguien a otro país y otra cultura, pero a menudo es más beneficioso enviar a alguien que Dios ha redimido y capacitado desde el mismo lugar, que ya conoce la cultura e idioma del país.

¡Sube a la barca!

Hay que saber cuándo subir, y cuándo bajar de una barca. Si quieres ser usado por el Señor, a menudo tienes que levantarte, subirte a una barca, y salir al mar, incluso si no sabes a dónde vas. Si llegas a un lugar extraño sin saber qué hacer, no temas.  No te quedes en la barca. Dios no puede usarte en la barca. Baja de la barca y confía en el Señor que Él te revelará el propósito. Prepárate para cualquier encuentro u oportunidad para ministrar. Y cuando llegue el momento para subir otra vez a la barca y partir, hazlo. Puede ser que alguien quiera acompañarte (pero Dios no lo quiere), o que la gente te pida que te quedes o que te cierren la puerta en tu cara. ¡Viajar con Jesús siempre es una aventura! Si estás aburrido, tal vez sea hora de apagar la computadora y la tele, levantarte del sofá y subirte a la barca.