¿Cómo está tu obediencia? Éxodo 16:13-36

Dios dio maná a los israelitas como alimento, pero también como una prueba, para ver cómo podrían  seguir las instrucciones. El maná vino con cinco instrucciones importantes. ¿Cómo iban a hacer en esta prueba? ¿Cómo harías tú? Ya veremos.

13 Esa tarde, llegó una cantidad enorme de codornices que cubrieron el campamento, y a la mañana siguiente los alrededores del campamento estaban húmedos de rocío. 14 Cuando el rocío se evaporó, la superficie del desierto quedó cubierta por copos de una sustancia hojaldrada y fina como escarcha.15 Los israelitas quedaron perplejos al ver eso y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto?», porque no tenían idea de lo que era.

Entonces Moisés les dijo: «Este es el pan que el Señor les da para comer.16 Estas son las instrucciones del Señor: cada grupo familiar juntará todo lo que necesite. Recojan dos kilos por cada persona en su carpa».

17 Así que los israelitas hicieron lo que se les dijo. Algunos recogieron mucho; otros, sólo un poco. 18 Pero cuando lo midieron, cada uno tenía lo justo y necesario. A los que recogieron mucho no les sobraba, y a los que recogieron poco no les faltaba. Cada familia tuvo justo lo que necesitaba. (NTV)

La primera instrucción: Junta todo lo que necesites

¡Qué tentación para los capitalistas! Los jóvenes y fuertes podrían juntar mucho más que los ancianos o discapacitados. ¡La supervivencia del más apto! Algunos podrían ser codiciosos y glotones, y tratar de conseguir todo lo que querían, en lugar de lo que necesitaban. Otros pudieran crear una empresa: comprarlo de aquellos que no comieron tanto, enpaquetarlo, y prepararlo para venderlo a quienes tenían los recursos.

Aprendieron un principio importante sobre la vida comunitaria: puedes contar con Dios para proveer lo que necesitamos. Se requiere auto-disciplina para dejar suficiente para los demás y no agarrar más de lo que necesito. ¡Nadie debería pasar hambre! ¡Nadie debe acaparar o consumir en exceso en detrimento de los demás! Si alguien fuera perezoso y no tuviera ganas de salir a recoger el maná, ¡tendría hambre! No había asistencia social, aunque seguramente si uno no podía juntarlo por sí mismo, alguien lo ayudaría. Es un principio que el Espíritu Santo inculcó en la iglesia primitiva:

La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad (Hechos 4:33-35).

Debemos buscar igualdad, especialmente dentro de la iglesia. ¡Es pecado para algunos acaparar maná y engordarse mientras que otros casi no tienen suficiente para comer! Hay organizaciones muy buenas para ayudar a los cristianos ricos a compartir con los que menos tienen. Si enseñas prosperidad, ten cuidado de no estimular la avaricia, y ten claro que Dios nos prospera para que ayudemos a los menos afortunados. También hay un principio importante de contentarse con lo que Dios nos da, como dice Hebreos 13:5:

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.»

Como sea posible, establece estos principios en la sociedad. En muchos países la clase media está creciendo, pero al mismo tiempo el abismo entre los ricos y los pobres también está creciendo. La iglesia debe estar a la vanguardia de hacer frente a eso y buscar una mayor igualdad. Durante muchos años, había organizaciones benéficas de la iglesia para ese propósito. Cuando la iglesia falló, el gobierno intervino, pero muchas veces sin mucho éxito. ¡Recuperemos el papel de liderazgo que Dios quiere para su iglesia, para ayudar a los necesitados y promover una mayor igualdad!

Esta fue tanto una prueba para Moisés como para la comunidad. ¿Lo arreglaría para que su familia o amigos recibiesen más maná? ¿Organizaría una empresa para recoger el maná y venderlo, en lugar de dejar que cada persona consiga lo que necesita? ¿Aceptaría sobornos de quienes tenían los medios? También pudiera ser tentado a pasar por alto los abusos de los demás. En Hechos capítulo cinco tenemos la historia de Ananías y Safira, que intentaron acomodar el sistema para su propio beneficio. Pedro fue fiel al enfrentarlos, y ambos murieron.

La corrupción está muy generalizada en el gobierno, ¡e incluso en la iglesia! Guárdate de favoritismos o usar el sistema para tu propio beneficio. Moisés recibió la misma cantidad de maná que los demás. Está mal que un pastor sufriera mientras su congregación prospera. Pero con mayor frecuencia, el pastor vive la buena vida a costo de su congregación. ¡No permitas ningún atisbo de mal comportamiento en tu manejo de asuntos materiales!

19 Entonces Moisés les dijo:

—Nadie debe guardar nada para el día siguiente.

20 Hubo algunos que no le hicieron caso a Moisés y guardaron algo para el día siguiente, pero lo guardado se llenó de gusanos y comenzó a apestar. Entonces Moisés se enojó contra ellos.

Segunda instrucción: No guardes nada para el día siguiente

Sobre todo era una cuestión de fe: Guardar el maná para el día siguiente mostraba incredulidad de que Dios proveería suficiente por la mañana. Dios quiere que confiemos en Él para nuestras necesidades diarias. ¡Ten cuidado de no preocuparte tanto por el futuro que nunca vives para hoy!

Muchos no quieren que alguien les diga lo que deben hacer: «¿Quién es Moisés para decirme lo que pueda hacer con mi maná? ¿No lo junté? ¿No tengo el derecho de hacer lo que quiera con ello?» Si tiene sentido para nosotros o no, si Dios nos ha dicho cómo hacer algo, tenemos que obedecer y hacerlo. Cuando todos caminan en obediencia, resulta en la unidad. Si algunos almacenaban el maná, otros harían lo mismo, y la meta de obtener solo lo que se necesita sería pérdida.

Sin embargo, siempre hay algunos que no prestan atención a las instrucciones, y esa actitud fomenta la rebelión. El fruto de la rebelión siempre apesta, como lo hizo en este caso. Los gusanos se convirtieron en un problema de salud para toda la comunidad. Moisés estaba legítimamente enojado, y Dios también.  Al final del libro de los Jueces dice que cada uno hacía como mejor le pareciera. El resultado fue caótico. No es popular, pero enseña acerca de la sumisión a autoridad. Comienza en tu propio hogar.

21 Después de este incidente, cada familia recogía el alimento cada mañana, conforme a su necesidad. Cuando el sol calentaba, los copos que no se habían recogido se derretían y desaparecían. 22 El sexto día recogían el doble de lo habitual, es decir, cuatro kilos por persona en lugar de dos. Entonces todos los líderes de la comunidad se dirigieron a Moisés en busca de una explicación. 23 Él les dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: “Mañana será un día de descanso absoluto, un día sagrado de descanso, reservado para el Señor. Así que horneen o hiervan hoy todo lo que necesiten y guarden para mañana lo que les sobre”».

24 Entonces ellos dejaron un poco aparte para el día siguiente, tal como Moisés había ordenado. Al otro día la comida sobrante estaba buena y saludable, sin gusanos ni mal olor.25 Así que Moisés dijo: «Coman este alimento hoy, porque es el día de descanso, dedicado al Señor. Hoy no habrá alimento en el campo para recoger. (NTV)

Moisés los obligó a obedecer las leyes de Dios. Cuando se dieron cuenta de que no podían almacenar el maná, todos comenzaron a seguir las instrucciones. Como resultado, la comunidad desarrolló un ritmo. Se acostumbraron a levantarse cada mañana y descubrir que Dios había sido fiel:

El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
(Lamentaciones 3:22-23)

Tercera instrucción: Recoge el doble el sexto día

Una vez que habían aprendido el ritmo básico, estaban listos para algo un poco más complicado. Seis días harían todo como de costumbre, pero el séptimo se separaría para rejuvenarse física y espiritualmente. A Dios le gusta interrumpir el ritmo de la vida diaria para recordarnos quién es. Aquí se trataba de la preservación milagrosa del maná hasta el día siguiente. La falta de maná el sábado les recordó a los israelitas que era una provisión sobrenatural, bajo el control de Dios.

Aunque con razón nos resistamos una observancia legalista del sábado, si lo ignoramos por completo, vamos a perder una bendición valiosa. Un día de cada siete hay que interrumpir la rutina, quitar el enfoque de ti mismo, y dedicar tiempo para adorar a Dios, escuchar a Él, y disfrutar de la comunión con su pueblo. Él sabe que lo necesitas, y te quiere refrescar.

Al parecer, la mayoría de ellos ya estaban aprendiendo que vale la pena seguir las instrucciones, pero siempre hay algunos que quieren superar los límites:

27 Algunos israelitas salieron a recogerlo el día séptimo, pero no encontraron nada, 28 así que el Señor le dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo seguirán desobedeciendo mis leyes y mandamientos? 29 Tomen en cuenta que yo, el Señor, les he dado el sábado. Por eso en el día sexto les doy pan para dos días. El día séptimo nadie debe salir. Todos deben quedarse donde estén.»

30 Fue así como los israelitas descansaron el día séptimo. 31 Y llamaron al pan «maná». Era blanco como la semilla de cilantro, y dulce como las tortas con miel.

No nos dice si estas mismas personas juntaron doble en el sexto día, esperando obtener aún más en el séptimo. Una vez más, fue evidente su incredulidad en lo que Dios claramente había dicho, y Él no estaba contento.

Cuando tú vayas en busca de algo que Dios no tiene para ti, vas a volver con las manos vacías, o te puedes encontrar en un callejón oscuro comprando maná ilegal. De cualquier manera, estás lejos del Señor y perderás sus bendiciones.

Cuarta instrucción: Quédate donde estés en el sábado. No salgas.

¡Esto es difícil para muchos de nosotros! No nos gusta estar confinados o restringidos. No queremos que nadie nos diga si podemos ir o no. Ellos ya tenían que seguir la nube como un pueblo unido. Ahora Dios les dice que no habrá viajes en el sábado. ¡Ni siquiera tienen que salir y recoger el maná! Dios ya lo había arreglado. No hay excepciones. Todos tenían que hacer lo mismo.

¿Cómo respondería la iglesia de hoy a esta instrucción? ¿Crees que es difícil para nosotros seguir las instrucciones? ¡Yo creo que sí! No tienes que ser radical, pero busca maneras de reestablecer un día de reposo, un día dedicado al Señor para la familia. Comienza con tu propia familia. Luego invita a otras familias a acompañarte. ¡Tal vez ellos verán la bendición en tu familia y tengan las ganas de experimentar lo mismo! ¡Coge un día tranquilo para refrescarse! Y luego trata de introducirlo a tu iglesia.

32 Luego Moisés dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: “Llenen un recipiente con dos kilos de maná y consérvenlo para sus descendientes. Así las generaciones futuras podrán ver el pan que les di a ustedes en el desierto cuando los liberé de Egipto”».

33 Entonces Moisés le dijo a Aarón: «Toma una vasija y llénala con dos kilos de maná. Después colócala en un lugar sagrado, delante del Señor, a fin de conservarlo para todas las generaciones futuras». 34 Así que Aarón hizo tal como el Señor le ordenó a Moisés. Posteriormente lo colocó dentro del arca del pacto, frente a las tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto. (NTV)

Quinta instrucción: Preserva algún maná como un memorial

Ésta era solo para Moisés – y fue la única instrucción guardada fielmente. Moisés podría preocupararse de que se estropeara el maná. Ya había visto demasiados gusanos, pero también había visto la preservación milagrosa del maná el sexto día. Él no preguntó nada acerca de esta instrucción.

Moisés también había aprendido acerca de delegar. Dios no mencionó a Aarón, pero Moisés le delegó la tarea, y Aarón fielmente la completó. ¿Te ha dado Dios a alguien de confianza para llevar a cabo tareas? ¿Crees que tienes que hacer todo, o les das a otros la oportunidad de experimentar las bendiciones de la obediencia?

A Dios le gustan los memoriales. Muy pocas personas hoy tienen conocimiento de la historia de la iglesia o de cómo Dios ha trabajado a través de los siglos. Los judíos tienen mucho que enseñarnos aquí, con su celebración de la Pascua y otros eventos significativos en su historia.

¿Cuáles son las experiencias más importantes en tu vida? ¿En tu familia? ¿En tu iglesia? ¿Hay alguna evidencia física de la fidelidad de Dios que puedas mostrar en un lugar destacado en tu casa o iglesia? ¿Cuáles tradiciones puedes empezar para recordarle a la gente lo que Dios ha hecho? La Cena del Señor es un memorial; asegúrate que tiene el lugar que le corresponde en tu iglesia.

35 Y los israelitas comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra donde se establecerían. Comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán. 36 (El recipiente utilizado para medir el maná era un gómer, que era la décima parte de un efa; equivalía a dos kilos). (NTV)

Cuando llegaron a la tierra que fluye leche y miel, la provisión del maná terminó. Ya era hora de madurar. Dios puede darnos leche por un rato, pero llega el momento en que necesitamos alimentos sólidos. Hay que aprender a cuidarnos a nosotros mismos como adultos. Cuarenta años es mucho tiempo para comer la misma comida todos los días, pero seguramente estableció una confianza inquebrantable en la provisión de Dios.

Cinco sencillas instrucciones. Ninguna realmente difícil. Pero tendemos a oponernos a alguien que nos dice qué hacer. ¿Cuáles instrucciones te ha dado Dios? ¿Qué has leído recientemente en la Palabra que sabes que Dios quiere que tú hagas? ¿Eres consistente en aplicar las reglas en tu casa o iglesia? ¿O solo lo haces cuando te apetece? ¿Es demasiada molestia? ¿Cómo te va con esta prueba?

 

El desierto de pecado  Éxodo 16:1-12

1Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de las tierras de Egipto.

El desierto de Sin. ¡Qué nombre tan apropiado! En inglés, la palabra “sin” significa “pecado.” En realidad, el nombre no tiene nada que ver con eso, pero es cierto que era un lugar de pecado. Probablemente fue nombrado para la deidad semítica de la luna, Sin, a quien adoraban en esa región. El desierto tenía la apariencia de la luna.

¡Mucho había sucedido en el mes que Israel tenía de ser libre de su esclavitud en Egipto! Sin duda suficiente para darles una confianza sólida en Dios. Acabaron de disfrutar de la bendición de Elim, pero ese oasis ahora parece estar muy lejos. Están de vuelta al desierto. Muchos cristianos tienen la misma experiencia después de un poderoso retiro o culto: Llegas a casa o al trabajo y ya estás de vuelta en el desierto.

En este versículo se mencionan cuatro lugares:

1) Egipto: El lugar de la esclavitud. Dios los libró de Egipto.

2) Elim: El lugar de descanso dado por la gracia de Dios.

3) Sin: El lugar desolado donde se encuentran en este momento. Un lugar de escasez y pruebas – y la provisión milagrosa de Dios. Muchas veces el desierto se interpone entre el reposo y un encuentro impresionante con Dios.

4) Sinaí: La montaña por delante, donde Dios mostrará su gloria, y les dará su ley. También será un lugar de rebelión; a pesar del encuentro dramático con Dios, siguen pecando.

Curiosamente, solo pasaron unos días en Elim, y un tiempo bastante corto en el monte Sinaí. ¡Pero eran esclavos durante cientos de años y estaban en el desierto durante cuarenta años! ¡Dios está preparándolos para una eternidad en el paraíso!

¿Dónde te encuentras ahora? ¿En uno de estos lugares? ¿Cómo manejas el desierto? ¡Presta mucha atención a las lecciones que aprendió Israel!

¡Cuidado con murmurar!

Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto.

Refunfuñar, quejarse, murmurar, gemir: Todos son nombres para el mismo pecado. Si eres un líder, prepárate para ellos; cada líder los enfrenta. Ya sea en tu familia o en tu iglesia, puede ser un cáncer que infecta a todo el cuerpo. Es común, y mortal.

¿Cómo te sientes cuando tu esposa o tus hijos se quejan de todo? Es lo opuesto a un corazón agradecido, y Dios lo odia. Directa o indirectamente, es un pecado contra Dios. Él nos llama a estar contentos y confiar en Él en situaciones difíciles. Resiste la tentación de murmurar. Entrena a tus hijos para que no se quejen. No lo toleres en tu casa. Advierte a tu iglesia al respecto. Ten cuidado de no caer en el mismo pecado. Y sé pro-activo: cuando la gente a tu alrededor se queje, no guardes silencio. Sin condenarlos, desafíalos y ofrece una alternativa constructiva.

«¡Si tan sólo el Señor nos hubiera matado en Egipto! —protestaban—. Allá nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el pan que se nos antojaba; pero ahora tú nos has traído a este desierto para matarnos de hambre». (NTV)

¡Moisés y Dios conspiran para matarlos!

El temor distorsiona la realidad y es la fuente de muchas quejas. ¡Egipto suena muy bueno! ¡Después de solo un mes, ellos romantizan la esclavitud! Tal vez comían mucho en Egipto, pero convenientemente olvidaron los horrores de la esclavitud. Probablemente salieron de Egipto con alimentos suficientes para un mes. Ahora la comida se acabó, y les falta la fe para creer que Dios no los dejará morir de hambre. Desesperados, prefieren la muerte. Y se engañan haciéndoles creer que Dios quiere matarlos, solo unos días después de su amable provisión de agua.

También cuestionan los motivos de Moisés. En lugar de un pastor que los cuida, él se convierte en un asesino de masas, engañándolos para que abandonen Egipto solo para matarlos en el desierto. Esa tiene que ser una de las cosas más difíciles para un líder. Moisés lo había dejado todo. Israel era un dolor de cabeza para él. ¡Ser acusado de intento de asesinato sería muy doloroso! Ya sean tus hijos, tu esposa o tu iglesia, es peligroso juzgar sus motivos. ¡Tú no sabes lo que hay en su corazón! Está bien tener miedo, pero como enseña cada seminario de matrimonio, expresa esos sentimientos en «yo,» en lugar de juzgar a la otra persona. Si te acusan como acusaron a Moisés, no te pongas a la defensiva. Mira el miedo detrás de ella, dalos la oportunidad de expresar lo que sienten, y escucha la voz del Señor.

El peligro de la prosperidad

Los israelitas estaban encantados con Elim. Estaban alabando a Dios después de cruzar el Mar Rojo, listos para aceptar la enseñanza de que la vida con Dios es pura bendición y victoria. Tristemente, esa enseñanza te deja vulnerable cuando Dios no te prospera como te prometieron. ¡Imagínate si Moisés les hubiera prometido abundante comida, buen clima y victoria sobre todos sus enemigos! ¡Esta hambre habría sido una verdadera sorpresa! Pero eso es exactamente lo que hacemos cuando predicamos que la vida cristiana es pura bendición, gozo, victoria y abundancia. Cuando eso no sucede, pueden culpar a Dios, al predicador o a ellos mismos. Incluso pueden pensar que sería mejor morir.  Lo más probable es que recuerden lo  bueno que era su vida en el mundo, hasta el punto de abandonar la fe.

Si tienes hambre y estás luchando en este momento, ten cuidado de no romantizar el pasado. No te enojes con tu pastor. Desafía los pensamientos de fatalidad y desesperación. Dale gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho. Estudia las Escrituras y sé animado por su fidelidad. No te metas en una «confesión positiva» falsa. Sé real acerca del dolor en tu vida. Y mira a Dios y confía en Él para su provisión.

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Voy a hacer que les llueva pan del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su ración diaria. Voy a ponerlos a prueba, para ver si cumplen o no mis instrucciones. El día sexto recogerán una doble porción, y todo esto lo dejarán preparado.»

La segunda prueba

La primera prueba fue el agua amarga de Mara. No les fue muy bien en esa prueba. Ahora serán probados para ver si siguen las instrucciones o no. ¿Cómo te iría con eso? Cuando tú compras los muebles listos para armar, ¿lees las instrucciones? ¿Las sigues? ¿O crees que sabes mejor cómo hacerlo? ¿Estudias el manual de tu vehículo y sigues las pautas para cambios de aceite y mantenimiento? No seguir las instrucciones, ya sea para cambios de aceite o leyes de tránsito, a menudo revela un corazón rebelde. Tú sabes mejor que la otra persona, o simplemente no te gusta que te digan cómo hacerlo. Es orgullo. Aprender a someterse a las instrucciones es un fundamento de la vida cristiana.

Seguir las instrucciones para recopilar el maná puede parecer trivial. Pero si no sigues las instrucciones para las pequeñas cosas, es probable que no lo hagas por las cosas importantes. Es la idea detrás del enfoque de tolerancia cero para violar la ley de la ciudad de Nueva York, lo que la convirtió en una de las ciudades más seguras del país. Si las personas saben que tienen que obedecer leyes menores, desarrollarán un hábito de obediencia y es menos probable que infrijan las otras leyes. La misma idea está detrás de entrenar a un perro. Si tiene que sentarse y esperar su comida, probablemente vendrá cuando lo llamas, y eso puede salvarle la vida en una calle concurrida.

Dios proveerá para ti

Dios todavía no había dado la ley del sábado, pero el principio se estableció desde la creación. En el séptimo día Dios no les daría maná; tendrían que comer lo que prepararon el día anterior. Si no siguen las instrucciones, padecerán hambre. La naturaleza humana tiende a irritarse con la ley, pero junto con las instrucciones vino la provisión milagrosa de Dios. Moisés no pidió nada, y Dios pasó por alto sus murmuraciones y amablemente hizo llover pan del cielo. Es un patrón que continúa hasta el día de hoy: «Danos hoy nuestro pan diario.» Confiamos en que Dios proveerá día a día. Eso no significa que no puedes almacenar algo para un día lluvioso. Tenemos que ser prudentes en el uso de lo que Él nos da, pero Jesús también nos advierte claramente sobre las preocupaciones materiales (Mateo 6:25-34):

»Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?

»¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.  Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?  Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.  Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

¿Por qué es tan difícil seguir lo que dice Jesús, después de tantos años de ver su fidelidad? ¿Por qué somos tan reacios a buscar primero su reino? ¿Por qué insistimos en la búsqueda de las riquezas del mundo? ¡Hay mucha libertad en dejar ir las preocupaciones terrenales! ¡Imagínate cuantas quejas serían eliminadas! ¡Vive cada día al máximo! ¡Confía en Dios para lo que necesitas hoy!

Tu maná diario

Ya no salimos para recoger maná, pero debemos buscar a Jesús y alimentar nuestras almas en la Palabra cada mañana. Muchas personas luchan con un tiempo devocional y lo resisten como legalismo. Sin embargo, en más de cuarenta años de seguir a Jesús, he observado que eso es el factor más importante para la salud espiritual. A veces no tienes ganas, pero al igual que bañarte, vestirte y desayunar cada mañana, haz el tiempo devocional una parte indispensable de tu rutina diaria. Confía que Dios va a hacer llover pan del cielo por ti.

Moisés y Aarón les dijeron a todos los israelitas: —Esta tarde sabrán que fue el Señor quien los sacó de Egipto, y mañana por la mañana verán la gloria del Señor. Ya él sabe que ustedes andan murmurando contra él. Nosotros no somos nadie, para que ustedes murmuren contra nosotros.

Y añadió Moisés: —Esta tarde el Señor les dará a comer carne, y mañana los saciará de pan, pues ya los oyó murmurar contra él. Porque ¿quiénes somos nosotros? ¡Ustedes no están murmurando contra nosotros sino contra el Señor!

¿Contra quién te quejas?

Cuando te quejas contra alguien que Dios ha puesto sobre ti en autoridad, te quejas contra Dios. Moisés no pudo darles carne y pan, pero en respuesta al murmullo, Dios mostrará su poder y su gloria. Él les dio todo el pan que podían comer. Hubiera sido monótono, comer el mismo maná todos los días, pero era completamente confiable. Un cantante cristiano de la década de los 80, Keith Green, escribió una canción humorística al respecto:

Así que quieres volver a Egipto, donde es cálido y seguro.

¿Lamentas que compraste el billete de ida cuando pensabas que estabas seguro?

Querías vivir en la tierra de la promesa, pero ahora se está volviendo muy difícil.

¿Lamentas estar aquí, en el desierto, en lugar de tu propio patio trasero?

 

Comer puerros y cebollas por el Nilo.

Ooh qué mal aliento, pero salimos a cenar con estilo.

Ooh, mi vida se está desmoronando.

Dame las pirámides.

 

Pues no hay nada que hacer más que viajar, y seguro que viajamos mucho.

Porque hay que mantener los pies en movimiento cuando la arena se calienta tanto.

Y por la mañana los hotcakes son de maná. Picamos maná durante todo el día.

Y seguramente anoche hubo un ganador para cenar, se llama soufflé de maná.

 

Bueno, una vez nos quejamos por algo nuevo para picar.

La tierra se abrió y comió algunos de nosotros para el almuerzo.

Ooh, qué fuego y humo.

¿No puede Dios ni siquiera tomar una broma? … ¿Eh? …. (¡No!)

Así que quieres volver a Egipto, donde los viejos amigos te esperan.

Puedes tener  una gran fiesta y decirle a toda la pandilla, que lo que decían era todo cierto.

Y este Moisés actúa como un pez gordo, ¿quién cree que es?

Es verdad que Dios hace muchos milagros, pero Moisés cree que todos son suyos.

 

Bueno, yo estoy pasando por muchos problemas, incluso ahora.

¿Por qué se enfadó tanto por el becerro, el becerro de oro?

Moisés, él parece bastante ocioso, solo descansa.

Sólo se sienta y escribe la Biblia.

 

Oh, Moisés, baja tu pluma.

¿Que?… ¡Oh, no! ¿Otra vez el maná?

Oh, maná waffles….

Hamburguesas de maná…

Panecillos maná…

Filete de maná…

Manacoti…

¡Pan Bamana!

 

¿Eres culpable de quejarte de Dios, porque te quejas de alguien que Él ha puesto en autoridad? ¿Estás contento con lo que Él te ha dado, o sientes que mereces algo mejor? ¿Te han impactado la avaricia y el materialismo que han infectado una gran parte de la iglesia?

Luego se dirigió Moisés a Aarón: —Dile a toda la comunidad israelita que se acerque al Señor, pues los ha oído murmurar contra él.

10 Mientras Aarón hablaba con toda la comunidad israelita, volvieron la mirada hacia el desierto, y vieron que la gloria del Señor se hacía presente en una nube.

11 El Señor habló con Moisés y le dijo: 12 «Han llegado a mis oídos las murmuraciones de los israelitas. Diles que antes de que caiga la noche comerán carne, y que mañana por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.»  (NVI)

Justo allí, en el desierto de Sin, con todos sus murmullos, ¡vieron la nube de gloria! ¡Dios quiere mostrar su gloria! ¡Él proveerá tus necesidades diarias! ¡Cuánto mejor que murmurar es disfrutar la gloria de su presencia y recibir su provisión graciosa diaria con corazones agradecidos, llenos de fe y alegría! Al igual que Dios los estaba probando, ellos estaban probando a Dios. ¡Pero Jesús dijo que el Señor no debería ser puesto a prueba!

  • ¿Estás probando a Dios?
  • ¿De qué te quejas en tu corazón? ¿La esposa que Dios te dio? ¿Tu trabajo? ¿Tu pastor? ¿Tu congregación?
  • ¿Cómo puedes cambiar tu actitud para que veas la gloria de Dios?
  • ¿Estás aprovechando el maná a tu disposición todas las mañanas? ¿Qué estás perdiendo porque no te has tomado el tiempo y el esfuerzo para salir y encontrar lo que Dios ha preparado para ti?

No somos mejores que Israel. El desierto de Sin no era un lugar agradable, pero a menudo es en el desierto donde se ve la gloria de Dios. Cuando tienes hambre, ¡incluso el maná puede ser una delicia!

 

¡El socorro está por delante! Éxodo 15:22-27

Muchos me han preguntado cuánto tiempo debe esperar una persona antes de salir de dificultades en un matrimonio, trabajo o iglesia. Mi impresión es que la mayoría tira la toalla demasiado rápido. Tendemos a ser como los israelitas en el éxodo: A la primera dificultad empezamos a llorar, nos  desesperamos y nos quejamos que la vida es dura. Parece que Dios nos ha desamparado. No podemos ver que Elim nos espera por delante, un lugar de manantiales refrescantes y la sombra de setenta palmeras. He conocido parejas que se separaron. Él finalmente decide divorciarse, justo cuando su esposa me había dicho que ella estaba pensando en reconciliación. Él no estaba dispuesto a darle suficiente tiempo; había sufrido demasiado e iba a hacer las cosas a su manera.

En este pasaje, Dios quiere darte esperanza y perseverancia para seguir adelante.

Después del milagro

22E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.

Si se desconoce el contexto, puedes comprender el pánico después de tres días sin agua. Pero solo unos días atrás habían sido liberados de cientos de años de esclavitud en Egipto, con algunas manifestaciones increíbles del poder de Dios. Luego, a propósito, el Señor los colocó entre el Mar Rojo y los ejércitos perseguidores de Faraón. En un milagro que debe fortalecer su fe durante muchos años, Dios abrió el mar, cruzaron la tierra seca y los ejércitos del faraón fueron destruidos. Acaban de terminar un culto glorioso de adoración, y ahora están en camino otra vez. Dice que Moisés los hizo partir, pero en realidad es la columna de nube y fuego, la presencia visible de Dios, la que los guía. Y Él los lleva directamente al desierto. Todos saben la importancia del agua en el desierto. Caminaron en medio de un mar, pero ahora no hay ni una gota de agua. Puedes aguantar un día, pero después de tres días la situación es crítica. ¿Los había abandonado Dios? ¿Realmente sabe Moisés lo que está haciendo?

Los milagros son geniales, pero tenemos memorias muy cortas. Me parece que los milagros no hacen mucho para fortalecer la verdadera fe. Podemos experimentar un gran milagro y pocos días después caer en la desesperación y darse por vencido. Incluso podemos llegar a ser tan adictos a ellos que no podemos soportar las luchas del desierto.

¿Te encuentras en un tramo seco, después de un gran mover de Dios en tu vida? ¿Puedes todavía confiar en Él? ¿Ha hecho lo suficiente por ti para que puedas creer que no te dejará? ¿Cómo estarías tú después de tres días sin agua? Es fácil sentirse traicionado por Dios, incluso enojado con Él. Las lindas historias de victoria y prosperidad, y un Dios que resuelve todos tus problemas, parecen mentiras.

Pastorear en el desierto

¿Y Moisés? Él tenía tanta sed como los demás, pero llevaba una carga mucho más pesada. Era responsable de miles de personas. Todos lo miraron a él por ayuda. Es Moisés quien sería apedreado si la gente se desespera. A pesar de sus dudas, había aceptado la tarea de guiar a su pueblo a una tierra que fluye leche y miel, pero hasta  ahora ha sido una montaña rusa. Dios mostró su poder al faraón, pero los israelitas mismos se levantaron contra Moisés. Finalmente salieron de Egipto, pero luego se encontraron atrapados por el Mar Rojo. Y ahora, después de una liberación increíble y un gran culto de adoración, todos podrían morir de sed.

Si tú eres pastor o líder, tú probablemente hayas montado la misma montaña rusa. A veces puede ser tu culpa. Siempre es provechoso examinarte a ti mismo y pedirle al Espíritu Santo que escudriñe tu corazón. Pero lo más probable es que no hay nada malo en ti: Tu fe no es débil, y no estás en pecado. Esta caminata tiene muchos altibajos. Una gran parte de la madurez es perseverar en la fe cuando atraviesas los valles y ser humilde en las victorias. Es posible que hayas predicado de todas las grandes cosas que Dios tiene para nosotros en esa tierra prometida, pero parece que tu gente está en un lugar seco. Algunos están listos para irse a otra iglesia más «exitosa» con mejor música; no  está sucediendo como dicen en la televisión que debería suceder. Es una situación difícil para un pastor: Está bien predicar sobre las cosas buenas que Dios tiene para nosotros, pero también tienes que preparar al pueblo para los tramos secos.

La esperanza que se demora

23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.

Tenían tanta sed. Los imagino acercándose al oasis y escuchando el agua; ¡Dios no los ha olvidado! ¡Hay esperanza! De repente, las quejas se convierten en alabanzas – hasta que los primeros peregrinos beben un poco del agua. ¡Es amarga! Su esperanza está defraudada.

Agua amarga

¿Has bebido agua amarga recientemente? ¿Hay algo que anhelas y necesitas? ¿Lo has esperado mucho tiempo? Justo cuando parece ser tuyo, descubres que estás en Mara, en lugar de la tierra prometida. Puede ser una mujer que pensaste que era la respuesta de Dios a años de orar por una esposa, solo para descubrir que ella no es tan agradable como parecía inicialmente. O un trabajo que te prometió libertad financiera que se ha convertido en una carga insoportable. ¿Cómo respondes cuando Dios te decepciona? ¿Cuándo un pastor te defrauda? ¿Cuándo la vida parece más de lo que puedes soportar?

24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?

Es el mismo refrán que se repetirán con frecuencia en este viaje. Como ya hemos visto varias veces, la gente recurre naturalmente a aquellos que creen que puede ayudarlos: Su líder, su pastor, su esposo o su padre. Se quejan. En este momento no hay insurrección, pero están muy frustrados. Moisés no pudo conjurar agua para miles de personas. ¿Recuerdas cuando Jesús mandó a sus discípulos a alimentar a la multitud? Ellos sabían que era imposible.  Pero tanto los discípulos como los hijos de Israel olvidaron quién es su Señor.

¿Estás en un lugar seco en este momento? ¿Estás murmurando? ¿Te sientes frustrado con alguien con autoridad que no te ayuda? ¿Parece que Dios tiene oídos sordos? ¿Estás en la situación de Moisés? La gente te busca ayuda, ¡y no tienes idea de qué hacer!

¡Agua dulce!

25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron.

Una vez más Moisés hizo lo correcto; hizo lo único que pudo hacer. Clamó a Dios. La solución fue simple: Un árbol arrojado al agua la hizo apta para beber. No cualquier trozo de madera, sino el que el Señor le mostró. ¿Era una especie de árbol especial que de alguna manera contrarrestó la amargura del agua? Se han ofrecido muchas posibilidades. Creo que no tiene nada que ver con la madera; creo que fue un milagro sencillo que Dios hizo en respuesta a la obediencia de Moisés a lo que puede parecer un comando tonto.

En el árbol hay un tipo de la cruz. Ciertamente, Jesús pagó el precio por la amargura de esta vida. Puede que Él no cure instantáneamente todos los problemas, pero el poder del diablo, del pecado y de la muerte fue quebrado en la cruz. Él experimentó la muerte más amarga posible, para ti. Su presencia satisface la sed de tu alma.

Probablemente mucha gente frustrada y sedienta observó a Moisés arrojar el árbol al agua. ¿Qué ocurriría si no hubiese pasado nada? ¿Qué haría Moisés entonces? ¿Estaría la gente tan enojada que lo matarían? ¿Qué hubiera pasado si Moisés se hubiera vuelto muy lógico y hubiera comenzado a discutir con Dios?

¿Te está llamando Dios a hacer algo que te parece una locura? ¿Puedes creer que Dios sabe lo que está haciendo? ¿Estás dispuesto a dar un paso de fe, con toda tu iglesia observándote, para obedecer algo que no tiene sentido para ti?

La provisión de Dios en momentos amargos

A veces Dios puede endulzar la amargura en tu vida y hacerla soportable. Él puede proporcionar agua fresca de una roca. Él es libre de moverse como lo desee en cada situación. Sería ridículo que Moisés buscara un palo la próxima vez que se encontraran con agua amarga, y lo lanzara al agua. Lo que Dios le ordena a otro pastor que haga, lo que trajo gran bendición a su iglesia, puede no tener los mismos efectos con tu situación. Es necesario siempre escuchar a Dios. El palo que arrojaste al agua el año pasado no funcionará esta vez.

La vida está llena de problemas, pero Dios tiene una solución para todos. ¿Habría sido agradable que carros con agua helada los acompañaran durante todo el viaje? ¡Claro que sí! Algunas personas «declararían» que el agua está  allí, que es dulce, y la reclamarían en el Nombre de Jesús. Ellos simplemente no pueden soportar la idea que tenemos  que pasar por dificultades, pero Dios puede ponerte en un camino sin agua por un rato. ¡Sobrevivirás! ¡Dios no te dejará morir!

Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; 26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

Pruebas

Sí, fue una prueba. ¿Te acuerdas de la escuela? ¿Estabas emocionado cuando el profesor anunció una prueba? ¡No! (A menos que tú fueses un cerebrito, ansioso por mostrar tú inteligencia a todos.) ¿Estás pasando por una prueba en este momento? La teología popular de las bendiciones sin fin no deja mucho lugar para la prueba. Pero Dios quería saber cuán real era la adoración de Israel, y quería darles la oportunidad de ver cuánto  ha crecido su fe después de su experiencia cruzando el Mar Rojo (¡no mucho!).

¿Podría Dios estar probándote ahora mismo? Israel estaba afortunado; esta prueba duró solo tres días. Eso era todo lo que pudieron soportar. He visto pruebas durar años; probablemente Dios tiene grandes cosas preparadas para ellos, y está haciendo una obra profunda en ellos.

Yo soy el Señor tu sanador

En realidad, fue un importante paso adelante. Dios les dio nuevas ordenanzas y una promesa increíble; una promesa que muchos ven hoy como un cheque en blanco para sanidad. Examinemos lo que dice:

  • Al igual con la mayoría de las promesas de Dios, viene con una condición muy importante: Tienen que escuchar atentamente al Señor, hacer lo recto delante de sus ojos, prestar atención a sus mandamientos y guardar todos sus estatutos. ¡Espérate! ¡Eso es imposible! ¡Jesús es el único que guardó cada mandamiento! Pues, si aún quieres intentar cumplir con estas condiciones, implica pasar bastante tiempo con Dios, para escuchar su voz. ¿Cómo te va con eso? Qué fácil es superar las condiciones y reclamar la promesa, ¿verdad?
  • La promesa toca específicamente las enfermedades que Dios había enviado a los egipcios; no es una promesa de curación para todas las enfermedades. No sabemos exactamente cuáles eran esas enfermedades.
  • Dios puede enviar enfermedades, lo cual implica que puede deberse a nuestra infidelidad o pecado, o puede ser algún tipo de corrección. Si tú estás enfermo, vale la pena preguntarle a Dios si se la envió por alguna razón. Al parecer, no siempre es del
  • A pesar de eso, todavía gozosamente afirmamos: ¡Dios es un Dios sanador! Él quiere sanar. Él tiene todo el poder para sanar, y siempre es bueno pedirle sanidad. Solo ten cuidado de no “declarar” una curación cuando realmente no sabes lo que Dios está haciendo en la vida de esa persona. Solo te pones a ti mismo (y a Dios) en ridículo si no sucede. Y si no hay curación, examínate a ver si estás cumpliendo con estas condiciones.

27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.

¡Un oasis!

Ah, Elim. Dios es bueno. Este es, finalmente, el campamento que esperaban junto al Mar Rojo. Es tan bueno encontrar un oasis en medio del desierto. Les encantaría quedarse allí, pero, lamentablemente, todavía tenían un largo viaje y muchas batallas por delante.

Gracias a Dios por los oasis en tu vida. No los des por sentado, y no te sientas demasiado cómodo con ellos. Son un signo de la provisión misericordiosa de Dios, y el estímulo de que existan tales lugares. Habrá más de ellos en el camino. Mientras tanto, guarda la memoria de lo bueno que fue. Veo mucha gente hoy que cree que Elim es su derecho de nacimiento como cristianos. Edifican casas allí para vivir la vida buena. Pero este mundo no es nuestro hogar; somos peregrinos y extranjeros aquí. Ten cuidado de no sentirte demasiado cómodo en Elim, tal vez hasta el punto de  no escuchar a Dios, o no estar dispuesto a seguir adelante cuando te llame de nuevo al desierto.

Dios los llevó tanto a Mara como a Elim; un lugar de amargura y un lugar de bendición. Elim es aún mejor cuando apenas saliste de Mara. Dios puede tenerte en Mara un poco más, pero puede mostrarte un árbol que lo haga soportable. Claro que no es Elim, pero al menos sobrevivirás. Esta vida está llena de los “Elims” – y los “Maras.” Renovación y amargura. Dios no te debe Elim. Nunca te garantiza que te quedarás en Elim. De hecho, Jesús nos dijo que habría mucha amargura en este mundo.

El socorro está por delante

Si tan solo la gente hubiera aguantado un poco más, Dios tenía algo tan dulce preparado para ellos. Aguanta, mi hermano. Yo no puedo decir cuando llegarás a Elim, pero va a ser justo a tiempo. Justo en el tiempo de Dios. Hay algunos momentos hermosos, algunos regalos, que Dios tiene para nosotros en medio de este desierto que llamamos vida. Disfrútalos al máximo mientras estés allí. Son pequeños alivios, pasos en el camino al cielo, que mantienen la fe viva y refrescan tu alma. Un Elim podría estar justo a la vuelta de la esquina para ti. No te rindas. Dios te dará la fuerza para seguir adelante.

 

¿Por qué no puedo echar fuera demonios? (Marcos 9:2, 14-29)

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. (Marcos 9:2, RVR)

Sería un día muy especial para Jesús, y uno de los momentos más gloriosos de su vida terrenal. Siempre es bueno escalar una montaña con buenos amigos. Éste era un monte alto, y Jesús estaba acompañado por los tres hombres más cercanos a Él. Allí en el monte vieron su gloria, mientras Él conversaba con Moisés y Elías.  

Pero no fue un día tan hermoso para los demás discípulos; aquellos que Jesús dejó abajo. Con el gadareno (Marcos 5), no se oye nada de los discípulos; probablemente se quedaron en la barca. Esperemos que los discípulos hayan aprendido algo de esa experiencia, porque esta vez Jesús está fuera de la vista, en el monte, y toca a ellos ministrar a un joven endemoniado. Pero cuando Jesús bajó del monte, los halló en un conflicto feo:

14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 15 Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. (RVR)

Jesús rescata a sus discípulos

Es duro bajar de la cumbre de la montaña y encontrar a aquellos encargados de la obra fracasando. Moisés tuvo una experiencia similar cuando descendió del Monte Sinaí. Así como el rostro de Moisés reflejaba la presencia gloriosa de Dios, sospecho que rastros de gloria quedaron en el rostro de Jesús; de modo que la gente se asombró al verlo. Estoy seguro de que los otros discípulos se alegraron al ver a Jesús. No sabemos por qué los maestros de la ley discutieron con ellos, pero la cuestión era un muchacho endemoniado que los discípulos no podían ayudar. Tal vez los maestros aprovecharon la ocasión para atacar la credibilidad de Jesús en general, y los discípulos se apresuraron en su defensa.

16 —¿Sobre qué discuten? —preguntó Jesús.

17 Un hombre de la multitud tomó la palabra y dijo: —Maestro, traje a mi hijo para que lo sanaras. Está poseído por un espíritu maligno que no le permite hablar. 18 Y, siempre que este espíritu se apodera de él, lo tira violentamente al suelo y él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido. Así que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno, pero no pudieron hacerlo. (NTV)

¿Has visto eso? ¿O lo has experimentado? El pastor principal encarga la iglesia a un pastor joven. La gente viene en busca de ayuda. Quieren ver al pastor principal, o al evangelista famoso, pero ellos no están allí; tienen que conformarse con el joven. Pero parece que esa persona no tiene la misma unción, y no puede ayudarlos. Es una experiencia humillante para quien falla; quizás aún peor para estos discípulos, ya que Pedro, Jacobo y Juan los observaban. Este padre vino con una simple solicitud para echar fuera al espíritu maligno, y los discípulos no pudieron.

No es que no tuvieran experiencia en liberación, o carecieran de autoridad. Jesús ya les había dado autoridad para echar fuera demonios, y tuvieron bastante éxito en su primer viaje misionero:

Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.  (Marcos 6:7, 12-13, RVR)

Pero esta vez no pudieron ayudar a este padre.

Los síntomas de demonización

  • Una persona atormentada por un demonio puede estar bien, pero de repente el espíritu puede manifestarse.
  • También puede ser una aflicción continua (como este niño que no podía hablar), que a menudo se explica en términos médicos o psicológicos.
  • Cuando un demonio se manifiesta, la persona puede:
    • Estar tirado al suelo. Algunas traducciones mencionan convulsiones.
    • Echar espuma por la boca.
    • Rechinar los dientes.
    • Ponerse rígida.

¿Un espíritu o una enfermedad?

Fácilmente se puede confundir estos síntomas con un ataque epiléptico, lo que nos lleva a un dilema fundamental en liberación: ¿Cuándo es un demonio, y cuándo es una enfermedad? ¿Se administra medicina, o se echa fuera al demonio? La ciencia moderna se burla de los cristianos que atribuyen estos síntomas a los demonios. Sin duda hay explicaciones médicas para muchos de ellos; es imprudente atribuir todos los casos a un demonio y descartar el conocimiento médico. Sin embargo, parece que el péndulo ha oscilado demasiado hacia el otro lado, donde incluso los cristianos rara vez buscan la razón espiritual detrás del problema. ¿Qué pasa con el alarmante aumento en el autismo, las enfermedades autoinmunes y otras aflicciones que desconciertan al establecimiento médico? ¿Es posible que millones de personas sufran innecesariamente porque los cristianos carecen de la autoridad y la libertad para enfrentar a los demonios detrás de sus aflicciones? Obviamente, queremos evitar los extremos, pero Jesús no tenía ningún problema atribuyendo estos síntomas a los demonios, y su enfoque proporciona un alivio inmediato.

19 —¡Ah, generación incrédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.

Generación incrédula y perversa

Después de la gloria del monte de transfiguración, Jesús está aún más consternado por la falta de fe de los discípulos. El pasaje paralelo de Mateo (17:17) agrega “perversa” a su descripción de ellos. Jesús no simpatiza con la situación difícil de sus discípulos. Él tenía la expectativa de que ellos ayudarían al niño. Ésta es una de las pocas ocasiones en que Jesús expresó impaciencia y dificultad con estar aquí en la tierra. Probablemente hubiera preferido quedarse en la montaña o irse directamente a casa, en el cielo.

¿Cómo describiría Jesús a nuestra generación? Parece que hay aún más incredulidad entre nosotros.

20 Así que se lo llevaron. Cuando el espíritu maligno vio a Jesús, le dio una violenta convulsión al muchacho, quien cayó al piso retorciéndose y echando espuma por la boca. (NTV)

Recopila información acerca del caso

En presencia de Jesús, el espíritu se manifestó de inmediato. ¿Es posible que no veamos más manifestaciones porque los espíritus no reconocen la presencia de Dios en nosotros? Al principio, en lugar de mejorar, el niño empeoró. Algunos padres tomarían al niño y correrían al hospital más cercano; algunos pastores caerían en un pánico e inmediatamente tratarían de controlar la situación. Pero Jesús con calma pide más aclaraciones, aunque el muchacho estaba rodando por el suelo con convulsiones.

21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.

¿Por qué quería Jesús saber esto? Tal vez sabía que el demonio estaba muy apegado al niño y lo había atormentado durante mucho tiempo. Este parece un caso especialmente fuerte. O tal vez Él quería conectarse con el padre de alguna manera, para darle la oportunidad de expresar su dolor por la condición de su hijo.

Los demonios a menudo entran a causa de algún pecado o experiencia que abre la puerta y deja a la persona vulnerable. Pero si él había sido demonizado desde su infancia, es muy posible que el demonio fuera transmitido de sus padres.

¿Has notado a personas propensas a sufrir accidentes? Parecen tener un deseo de morir y terminan constantemente en situaciones dramáticas. Presta atención a eso: los demonios están dedicados a destruir, y con frecuencia logran matar a la persona que atormentan. No lo tomes a la ligera, y no desprecies a la persona por llamar la atención o ser demasiado dramática.

El padre tuvo la fe de llevar al niño a Jesús, pero también tenía dudas: Posiblemente porque los otros discípulos fallaron, ya no está seguro de que Jesús pueda ayudarlo tampoco. Tal vez te decepcionó un pastor que pensabas que te ayudaría, y ahora tu fe en Dios (o, especialmente, en sus siervos), es débil. ¡No dejes que la falta de fe de los demás debilite la tuya!

23 —¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.

Todo es posible

Jesús parece molesto por esta expresión de duda. La fe que Él premia y busca en nosotros es una gran fe que sabe que todo es posible si sólo creemos. ¿Vienes a Jesús con esa débil actitud «si puedes»? ¿O con una fe audaz? Ésta es una de varias declaraciones que Jesús hizo que promete recursos prácticamente ilimitados para quien realmente cree.

24 Al instante el padre clamó: —¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad! (NTV)

Al menos el padre fue honesto. Probablemente detectó la irritación de Jesús con su duda, y temía perder cualquier posibilidad de ayudar a su hijo. Si tú luchas con dudas e incredulidad, no estás solo. Acércate a Dios y pídele ayuda para superar tu incredulidad. Aprende a reconocer tus dudas y desafíalas. Sé honesto, Dios ya las sabe. Dios puede trabajar a pesar de nuestras dudas: La duda del padre no impidió que Jesús hiciera el milagro.

25 Al ver Jesús que se agolpaba mucha gente, reprendió al espíritu maligno. —Espíritu sordo y mudo —dijo—, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.

Desafía al espíritu inmundo

Tal vez Jesús quería platicar más con el padre, pero la situación se estaba convirtiendo en un espectáculo y Él quería terminarlo. ¡No dejes que las liberaciones se conviertan en un espectáculo! ¡Sé sensible a la pobre persona rodando por el suelo! ¡No lo pongas en la tele o en Internet!

  • No se mencionó antes, pero el mismo espíritu que robó su hablar también le robó de su oír. Algunas culturas creen que todas las personas sordas están poseídas por un demonio y las rechazan. ¡No los rechaces! ¡Libéralos!
  • Jesús reprendió al espíritu y luego lo mandó a salir. No hubo un largo debate. Jesús tenía la autoridad para ordenarlo salir, y Él te ha dado esa misma autoridad.
  • Hay una segunda parte del comando que a menudo se pasa por alto: Si Jesús no le ordenó que nunca regresara, es muy posible que el demonio vuelva. Un espíritu que ha morado en alguien durante tanto tiempo está inclinado a volver. Lo he visto suceder. El seguimiento es esencial después de una liberación. Si no tenemos cuidado, la persona puede terminar peor que antes: »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.» (Jesús), (Lucas 11:24-26) Entonces  la persona puede cuestionar si la liberación fue real, y puede rechazar completamente un enfoque espiritual.

26 Entonces el espíritu gritó, dio otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente. 27 Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie. (NTV)

Los resultados de una liberación

Contar con manifestaciones físicas y dramáticas. ¡No lo dejes en el suelo! ¡Extiende tu mano, toma la suya y levántalo! Sigue ministrándole hasta que se haya recuperado. ¡Una liberación puede ser traumática!

No dice lo que pasó después, pero podemos adivinarlo:

  • El padre incrédulo tuvo su fe fortalecida.
  • Los maestros de la ley argumentativos fueron silenciados.
  • La multitud que ya se asombró de Jesús probablemente se maravilló de Él aún más.

Aparentemente, Jesús no se aprovechó de la situación para preguntar si alguien más necesitaba liberación o quería seguirlo. Parece que Jesús escapó con sus discípulos, tal vez cansado del encuentro, o pensando en su gloriosa transfiguración.

28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. (RVR)

¿Por qué no podemos echar fuera demonios?

Los tres discípulos que estaban con Jesús en el monte fueron instruidos a no hablar con nadie al respecto, pero los otros discípulos ni siquiera les preguntaron qué sucedió allí; estaban demasiado envueltos con su orgullo herido. ¿Qué salió mal? ¿Cómo pudo Jesús hacerlo con tan poco esfuerzo? Aparte de las multitudes, dentro de una casa, tienen la oportunidad de hablar con el Maestro.

Jesús insinúa que existen varios niveles de dificultad en la liberación. Éste fue un caso difícil. El discernimiento es necesario para cada situación. ¿Debes pasar tiempo en oración y ayuno antes de intentar una liberación? ¿Qué deben decir los discípulos al padre que les trajo a su hijo?: “¿Vuelva usted mañana? ¿Primero tenemos que orar y ayunar?” Lo ideal sería que permanezcamos en ayuno y oración para estar listos para enfrentar todo lo que venga. Si no estás preparado, puede ser mejor esperar, para evitar la humillación de los discípulos. Siempre está bien pedir ayuda de otros. Es mejor tener a varios ministrando liberación, sobre todo cuando están unidos en el Espíritu. Jesús no aceptó el fracaso sólo porque se trató de un caso serio. Debemos esperar la liberación de todas las personas demonizadas.

El pasaje paralelo de Mateo (17:20) incluye otra parte de la explicación de Jesús que Marcos omite:

—Porque ustedes tienen tan poca fe —les respondió—. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.

Esto refleja la consternación inicial de Jesús en la «generación incrédula y perversa.» Jesús aprovecha la situación para dar una enseñanza general sobre las posibilidades ilimitadas para aquellos que tienen fe, y atribuye nuestros fracasos en la liberación a nuestra falta de fe, junto con la falta de ayuno y oración.

¿Estás listo para ser usado por Dios?

  • ¿Cómo está tu fe? No esperes hasta que Dios te ponga a prueba y te avergüences porque no puedes echar fuera a un demonio. ¿Tienes la fe que Dios te ha dado autoridad sobre los espíritus malignos? ¿Tienes la fe para ordenarlos que se vayan?
  • ¿Cómo ha sido tu experiencia en la liberación? ¿La evitas por las enseñanzas distorsionadas o por los fracasos del pasado? ¿Crees que Dios quiere que la tomes más en serio?
  • ¿Es lo suficientemente importante como para liberar a alguien para que te tomes el tiempo necesario en ayuno y oración?
  • ¿Hay personas – quizá incluso en tu propia familia – que estén sufriendo porque están afligidos por espíritus malignos? ¿Has probado con todo tipo de médicos y terapia – sin éxito? ¿Estás dispuesto a considerar la posibilidad de demonización? Si se trata de alguien cercano a ti – o ti mismo – ¿puedes ver una puerta abierta a un demonio?
  • Dios puede probarte con un caso esta semana. ¿Estás preparado para ello?

Una cosa más. Hay mucha discusión sobre la pregunta: ¿Puede un cristiano ser poseído por un demonio? El lenguaje griego del Nuevo Testamento no usa la palabra “poseído.” Habla de una persona demonizada, afligida por un demonio. No caigas en esa discusión.