¿Cómo está tu obediencia? Éxodo 16:13-36

Dios dio maná a los israelitas como alimento, pero también como una prueba, para ver cómo podrían  seguir las instrucciones. El maná vino con cinco instrucciones importantes. ¿Cómo iban a hacer en esta prueba? ¿Cómo harías tú? Ya veremos.

13 Esa tarde, llegó una cantidad enorme de codornices que cubrieron el campamento, y a la mañana siguiente los alrededores del campamento estaban húmedos de rocío. 14 Cuando el rocío se evaporó, la superficie del desierto quedó cubierta por copos de una sustancia hojaldrada y fina como escarcha.15 Los israelitas quedaron perplejos al ver eso y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto?», porque no tenían idea de lo que era.

Entonces Moisés les dijo: «Este es el pan que el Señor les da para comer.16 Estas son las instrucciones del Señor: cada grupo familiar juntará todo lo que necesite. Recojan dos kilos por cada persona en su carpa».

17 Así que los israelitas hicieron lo que se les dijo. Algunos recogieron mucho; otros, sólo un poco. 18 Pero cuando lo midieron, cada uno tenía lo justo y necesario. A los que recogieron mucho no les sobraba, y a los que recogieron poco no les faltaba. Cada familia tuvo justo lo que necesitaba. (NTV)

La primera instrucción: Junta todo lo que necesites

¡Qué tentación para los capitalistas! Los jóvenes y fuertes podrían juntar mucho más que los ancianos o discapacitados. ¡La supervivencia del más apto! Algunos podrían ser codiciosos y glotones, y tratar de conseguir todo lo que querían, en lugar de lo que necesitaban. Otros pudieran crear una empresa: comprarlo de aquellos que no comieron tanto, enpaquetarlo, y prepararlo para venderlo a quienes tenían los recursos.

Aprendieron un principio importante sobre la vida comunitaria: puedes contar con Dios para proveer lo que necesitamos. Se requiere auto-disciplina para dejar suficiente para los demás y no agarrar más de lo que necesito. ¡Nadie debería pasar hambre! ¡Nadie debe acaparar o consumir en exceso en detrimento de los demás! Si alguien fuera perezoso y no tuviera ganas de salir a recoger el maná, ¡tendría hambre! No había asistencia social, aunque seguramente si uno no podía juntarlo por sí mismo, alguien lo ayudaría. Es un principio que el Espíritu Santo inculcó en la iglesia primitiva:

La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad (Hechos 4:33-35).

Debemos buscar igualdad, especialmente dentro de la iglesia. ¡Es pecado para algunos acaparar maná y engordarse mientras que otros casi no tienen suficiente para comer! Hay organizaciones muy buenas para ayudar a los cristianos ricos a compartir con los que menos tienen. Si enseñas prosperidad, ten cuidado de no estimular la avaricia, y ten claro que Dios nos prospera para que ayudemos a los menos afortunados. También hay un principio importante de contentarse con lo que Dios nos da, como dice Hebreos 13:5:

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.»

Como sea posible, establece estos principios en la sociedad. En muchos países la clase media está creciendo, pero al mismo tiempo el abismo entre los ricos y los pobres también está creciendo. La iglesia debe estar a la vanguardia de hacer frente a eso y buscar una mayor igualdad. Durante muchos años, había organizaciones benéficas de la iglesia para ese propósito. Cuando la iglesia falló, el gobierno intervino, pero muchas veces sin mucho éxito. ¡Recuperemos el papel de liderazgo que Dios quiere para su iglesia, para ayudar a los necesitados y promover una mayor igualdad!

Esta fue tanto una prueba para Moisés como para la comunidad. ¿Lo arreglaría para que su familia o amigos recibiesen más maná? ¿Organizaría una empresa para recoger el maná y venderlo, en lugar de dejar que cada persona consiga lo que necesita? ¿Aceptaría sobornos de quienes tenían los medios? También pudiera ser tentado a pasar por alto los abusos de los demás. En Hechos capítulo cinco tenemos la historia de Ananías y Safira, que intentaron acomodar el sistema para su propio beneficio. Pedro fue fiel al enfrentarlos, y ambos murieron.

La corrupción está muy generalizada en el gobierno, ¡e incluso en la iglesia! Guárdate de favoritismos o usar el sistema para tu propio beneficio. Moisés recibió la misma cantidad de maná que los demás. Está mal que un pastor sufriera mientras su congregación prospera. Pero con mayor frecuencia, el pastor vive la buena vida a costo de su congregación. ¡No permitas ningún atisbo de mal comportamiento en tu manejo de asuntos materiales!

19 Entonces Moisés les dijo:

—Nadie debe guardar nada para el día siguiente.

20 Hubo algunos que no le hicieron caso a Moisés y guardaron algo para el día siguiente, pero lo guardado se llenó de gusanos y comenzó a apestar. Entonces Moisés se enojó contra ellos.

Segunda instrucción: No guardes nada para el día siguiente

Sobre todo era una cuestión de fe: Guardar el maná para el día siguiente mostraba incredulidad de que Dios proveería suficiente por la mañana. Dios quiere que confiemos en Él para nuestras necesidades diarias. ¡Ten cuidado de no preocuparte tanto por el futuro que nunca vives para hoy!

Muchos no quieren que alguien les diga lo que deben hacer: «¿Quién es Moisés para decirme lo que pueda hacer con mi maná? ¿No lo junté? ¿No tengo el derecho de hacer lo que quiera con ello?» Si tiene sentido para nosotros o no, si Dios nos ha dicho cómo hacer algo, tenemos que obedecer y hacerlo. Cuando todos caminan en obediencia, resulta en la unidad. Si algunos almacenaban el maná, otros harían lo mismo, y la meta de obtener solo lo que se necesita sería pérdida.

Sin embargo, siempre hay algunos que no prestan atención a las instrucciones, y esa actitud fomenta la rebelión. El fruto de la rebelión siempre apesta, como lo hizo en este caso. Los gusanos se convirtieron en un problema de salud para toda la comunidad. Moisés estaba legítimamente enojado, y Dios también.  Al final del libro de los Jueces dice que cada uno hacía como mejor le pareciera. El resultado fue caótico. No es popular, pero enseña acerca de la sumisión a autoridad. Comienza en tu propio hogar.

21 Después de este incidente, cada familia recogía el alimento cada mañana, conforme a su necesidad. Cuando el sol calentaba, los copos que no se habían recogido se derretían y desaparecían. 22 El sexto día recogían el doble de lo habitual, es decir, cuatro kilos por persona en lugar de dos. Entonces todos los líderes de la comunidad se dirigieron a Moisés en busca de una explicación. 23 Él les dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: “Mañana será un día de descanso absoluto, un día sagrado de descanso, reservado para el Señor. Así que horneen o hiervan hoy todo lo que necesiten y guarden para mañana lo que les sobre”».

24 Entonces ellos dejaron un poco aparte para el día siguiente, tal como Moisés había ordenado. Al otro día la comida sobrante estaba buena y saludable, sin gusanos ni mal olor.25 Así que Moisés dijo: «Coman este alimento hoy, porque es el día de descanso, dedicado al Señor. Hoy no habrá alimento en el campo para recoger. (NTV)

Moisés los obligó a obedecer las leyes de Dios. Cuando se dieron cuenta de que no podían almacenar el maná, todos comenzaron a seguir las instrucciones. Como resultado, la comunidad desarrolló un ritmo. Se acostumbraron a levantarse cada mañana y descubrir que Dios había sido fiel:

El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
(Lamentaciones 3:22-23)

Tercera instrucción: Recoge el doble el sexto día

Una vez que habían aprendido el ritmo básico, estaban listos para algo un poco más complicado. Seis días harían todo como de costumbre, pero el séptimo se separaría para rejuvenarse física y espiritualmente. A Dios le gusta interrumpir el ritmo de la vida diaria para recordarnos quién es. Aquí se trataba de la preservación milagrosa del maná hasta el día siguiente. La falta de maná el sábado les recordó a los israelitas que era una provisión sobrenatural, bajo el control de Dios.

Aunque con razón nos resistamos una observancia legalista del sábado, si lo ignoramos por completo, vamos a perder una bendición valiosa. Un día de cada siete hay que interrumpir la rutina, quitar el enfoque de ti mismo, y dedicar tiempo para adorar a Dios, escuchar a Él, y disfrutar de la comunión con su pueblo. Él sabe que lo necesitas, y te quiere refrescar.

Al parecer, la mayoría de ellos ya estaban aprendiendo que vale la pena seguir las instrucciones, pero siempre hay algunos que quieren superar los límites:

27 Algunos israelitas salieron a recogerlo el día séptimo, pero no encontraron nada, 28 así que el Señor le dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo seguirán desobedeciendo mis leyes y mandamientos? 29 Tomen en cuenta que yo, el Señor, les he dado el sábado. Por eso en el día sexto les doy pan para dos días. El día séptimo nadie debe salir. Todos deben quedarse donde estén.»

30 Fue así como los israelitas descansaron el día séptimo. 31 Y llamaron al pan «maná». Era blanco como la semilla de cilantro, y dulce como las tortas con miel.

No nos dice si estas mismas personas juntaron doble en el sexto día, esperando obtener aún más en el séptimo. Una vez más, fue evidente su incredulidad en lo que Dios claramente había dicho, y Él no estaba contento.

Cuando tú vayas en busca de algo que Dios no tiene para ti, vas a volver con las manos vacías, o te puedes encontrar en un callejón oscuro comprando maná ilegal. De cualquier manera, estás lejos del Señor y perderás sus bendiciones.

Cuarta instrucción: Quédate donde estés en el sábado. No salgas.

¡Esto es difícil para muchos de nosotros! No nos gusta estar confinados o restringidos. No queremos que nadie nos diga si podemos ir o no. Ellos ya tenían que seguir la nube como un pueblo unido. Ahora Dios les dice que no habrá viajes en el sábado. ¡Ni siquiera tienen que salir y recoger el maná! Dios ya lo había arreglado. No hay excepciones. Todos tenían que hacer lo mismo.

¿Cómo respondería la iglesia de hoy a esta instrucción? ¿Crees que es difícil para nosotros seguir las instrucciones? ¡Yo creo que sí! No tienes que ser radical, pero busca maneras de reestablecer un día de reposo, un día dedicado al Señor para la familia. Comienza con tu propia familia. Luego invita a otras familias a acompañarte. ¡Tal vez ellos verán la bendición en tu familia y tengan las ganas de experimentar lo mismo! ¡Coge un día tranquilo para refrescarse! Y luego trata de introducirlo a tu iglesia.

32 Luego Moisés dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: “Llenen un recipiente con dos kilos de maná y consérvenlo para sus descendientes. Así las generaciones futuras podrán ver el pan que les di a ustedes en el desierto cuando los liberé de Egipto”».

33 Entonces Moisés le dijo a Aarón: «Toma una vasija y llénala con dos kilos de maná. Después colócala en un lugar sagrado, delante del Señor, a fin de conservarlo para todas las generaciones futuras». 34 Así que Aarón hizo tal como el Señor le ordenó a Moisés. Posteriormente lo colocó dentro del arca del pacto, frente a las tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto. (NTV)

Quinta instrucción: Preserva algún maná como un memorial

Ésta era solo para Moisés – y fue la única instrucción guardada fielmente. Moisés podría preocupararse de que se estropeara el maná. Ya había visto demasiados gusanos, pero también había visto la preservación milagrosa del maná el sexto día. Él no preguntó nada acerca de esta instrucción.

Moisés también había aprendido acerca de delegar. Dios no mencionó a Aarón, pero Moisés le delegó la tarea, y Aarón fielmente la completó. ¿Te ha dado Dios a alguien de confianza para llevar a cabo tareas? ¿Crees que tienes que hacer todo, o les das a otros la oportunidad de experimentar las bendiciones de la obediencia?

A Dios le gustan los memoriales. Muy pocas personas hoy tienen conocimiento de la historia de la iglesia o de cómo Dios ha trabajado a través de los siglos. Los judíos tienen mucho que enseñarnos aquí, con su celebración de la Pascua y otros eventos significativos en su historia.

¿Cuáles son las experiencias más importantes en tu vida? ¿En tu familia? ¿En tu iglesia? ¿Hay alguna evidencia física de la fidelidad de Dios que puedas mostrar en un lugar destacado en tu casa o iglesia? ¿Cuáles tradiciones puedes empezar para recordarle a la gente lo que Dios ha hecho? La Cena del Señor es un memorial; asegúrate que tiene el lugar que le corresponde en tu iglesia.

35 Y los israelitas comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra donde se establecerían. Comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán. 36 (El recipiente utilizado para medir el maná era un gómer, que era la décima parte de un efa; equivalía a dos kilos). (NTV)

Cuando llegaron a la tierra que fluye leche y miel, la provisión del maná terminó. Ya era hora de madurar. Dios puede darnos leche por un rato, pero llega el momento en que necesitamos alimentos sólidos. Hay que aprender a cuidarnos a nosotros mismos como adultos. Cuarenta años es mucho tiempo para comer la misma comida todos los días, pero seguramente estableció una confianza inquebrantable en la provisión de Dios.

Cinco sencillas instrucciones. Ninguna realmente difícil. Pero tendemos a oponernos a alguien que nos dice qué hacer. ¿Cuáles instrucciones te ha dado Dios? ¿Qué has leído recientemente en la Palabra que sabes que Dios quiere que tú hagas? ¿Eres consistente en aplicar las reglas en tu casa o iglesia? ¿O solo lo haces cuando te apetece? ¿Es demasiada molestia? ¿Cómo te va con esta prueba?