Alguien que me cuida Éxodo 18: 13-27

13 Al día siguiente, Moisés se sentó para oír los pleitos que los israelitas tenían unos con otros. Y el pueblo esperó a ser atendido delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. 14 Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él hacía por el pueblo, le preguntó: —¿Qué logras en realidad sentado aquí? ¿Por qué te esfuerzas en hacer todo el trabajo tú solo, mientras que el pueblo está de pie a tu alrededor desde la mañana hasta la tarde?

El líder indispensable

Moisés podría haber pensado que esto impresionaría a Jetro y a su familia:

  • ¡Él es importante!
  • ¡Está ocupado desde la mañana hasta la noche!
  • ¡La gente lo está buscando!
  • ¡Está sentado en el asiento del juicio!

¡Pero Jetro no está impresionado! Él es pragmático, y aunque la aglomeración de la multitud podría haber alimentado el ego de Moisés, no fue eficiente, y Jetro pudo ver cuán cansado estaba Moisés.

Demasiados pastores y líderes no han aprendido la sencilla lección de este capítulo. Con demasiada frecuencia, estamos agotados; hacemos demasiado en la iglesia, y nos sentimos satisfechos porque la gente nos necesita tanto: “¡Nadie más puede hacer lo que yo hago!” Sin embargo, a menudo es orgullo: “Nadie puede hacerlo tan bien como yo.” Y esa actitud nos impide compartir el trabajo con otros. Si eres un líder, Dios te ha delegado su autoridad. Él te ha dado un trabajo que hacer, y espera que tú delegues autoridad y tareas a otros. A veces, un líder puede asignar un trabajo a alguien, pero no le da a esa persona la autoridad necesaria para cumplirlo, y casi seguramente fracasará. Por otro lado, a veces le damos a alguien la autoridad para realizar una labor, pero no aclaramos sus responsabilidades. La delegación sabia es indispensable para que una organización o iglesia crezca.

15 Moisés contestó: —Porque el pueblo acude a mí en busca de resoluciones de parte de Dios. 16 Cuando les surge un desacuerdo, ellos acuden a mí, y yo soy quien resuelve los casos entre los que están en conflicto. Mantengo al pueblo informado de los decretos de Dios y les transmito sus instrucciones.

No hay nada malo con lo que Moisés está haciendo. ¡Es bueno que la gente venga a buscar la voluntad de Dios! Es bueno que acudan a un líder piadoso para resolver sus controversias. Y es bueno que las decisiones de Moisés se basan en los decretos e instrucciones de Dios. Lo malo es su creencia implícita de que él es el único capaz de hacerlo, o su falta de conocimiento sobre cómo delegar la tarea a otros (o puede ser que Dios no lo haya autorizado a delegarla).

¿A dónde va tu familia para buscar la voluntad de Dios? Si eres pastor, ¿a dónde va tu iglesia? ¿Fluye tu consejo de las instrucciones de Dios en su Palabra, o de la sabiduría del mundo? ¿Estás dispuesto a entrar en disputas y confiar en que Dios te puede usar como pacificador? No caigas en el error de que tú tienes que intervenir en todos los problemas, como si solo tú tuvieras el conocimiento necesario.

17 —¡No está bien lo que haces! —exclamó el suegro de Moisés—. 18 Así acabarás agotado y también se agotará el pueblo. Esta tarea es una carga demasiado pesada para una sola persona. 

¿Tienes a alguien que te cuide?

¿Estarías a la defensiva si alguien te dijera: «No está bien lo que haces?» Muchos de nosotros lo haríamos. Moisés estaba haciendo lo mejor que podía. Nadie le había enseñado. La mayor parte de su vida pastoreaba ovejas en el desierto. En casa y en el trabajo tú puedes dar lo mejor de ti. Eres sincero, y realmente quieres hacer las cosas bien. Pero puede haber una mejor manera. Humíllate. Un espíritu enseñable es muy importante. ¿Has pedido sugerencias sobre cómo mejorar?

Padres o familiares no salvos a menudo pueden tener mucha percepción y buenos consejos. ¡No los rechaces simplemente porque no están en la iglesia! Ellos te conocen y pueden tener más preocupación genuina por tu bienestar que otros. En realidad, pueden saber una mejor forma de hacer las cosas. ¡No guardes rencor de alguien que viene a ti con consejos honestos! ¡Recíbelos!

Muy frecuentemente nadie cuida al pastor. Si tú ves a un pastor sufriendo porque está haciendo demasiado, expresa una preocupación genuina por su bienestar, y ofrece una alternativa. ¡Prepárate a hacer lo que puedas para aliviar su carga!

19 Ahora escúchame y déjame darte un consejo, y que Dios esté contigo. Tú debes seguir siendo el representante del pueblo ante Dios, presentándole los conflictos.20 Enséñales los decretos de Dios; transmíteles sus instrucciones; muéstrales cómo comportarse en la vida. 21 Sin embargo, elige, de entre todo el pueblo, a algunos hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios y que odien el soborno. Nómbralos jefes de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. 22 Ellos tendrán que estar siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos que surgen entre el pueblo, pero los casos más graves te los traerán a ti. Deja que los jefes juzguen los asuntos de menor importancia. Ellos te ayudarán a llevar la carga, para que la tarea te resulte más fácil.23 Si sigues este consejo, y si Dios así te lo ordena, serás capaz de soportar las presiones, y la gente regresará a su casa satisfecha y en paz.

Consejos sabios para un liderazgo eficaz

  1. ¿Tienes a alguien que te dé buenos consejos? Necesitas a alguien, como Jetro, que pueda hablar en tu vida. Muchas personas están llenas de consejos, pero evalúa bien los consejos que escuchas.
  2. ¡Asegúrate que Dios esté contigo! ¡Su presencia y unción son esenciales!
  1. Incluso con los beneficios maravillosos del Nuevo Pacto, (sin duda, mucho más allá de la fe primitiva de Israel), la gente todavía necesita a alguien que los represente ante el Señor. Tú eres su intercesor. Aunque el Espíritu Santo mora en ellos y pueden acercarse directamente a Cristo, tú los representas ante Dios.
  1. Cuando la gente te presenta sus diferencias y problemas, no te sientas intimidado. ¡Tú no necesitas todas las respuestas! Llévalos a Dios.
  1. Tu tarea principal es doble:
    1. En primer lugar, enseñarles la palabra de Dios, para que estén preparados para tomar sus propias decisiones.
    2. En segundo lugar, mostrarles cómo vivir y comportarse. La gente aprende mucho más del ejemplo que de la predicación. Si tu vida no coincide con lo que enseñas, estás fallando en tu liderazgo. Hace muchos años, mi pastor me dijo que alguien buscando consejería tenía que participar en las actividades de la iglesia. ¿Es injusto? ¿Está manipulando a la gente? ¡No! Una gran parte de las disputas que Moisés estaba mediando – y los problemas de miembros de la iglesia – se resolverían simplemente recibiendo una enseñanza bíblica sana y observando modelos piadosos. Por ejemplo, hoy existe mucha ignorancia entre los jóvenes sobre lo que la Biblia enseña acerca del matrimonio. Enseñanza sana, junto con el modelado y la tutoría de parejas maduras, eliminaría gran parte de la necesidad de consejería matrimonial.
  1. ¡El reino de Dios no es una democracia! La gente no elige a estos líderes; Moisés los escogió y los nombró. Esa es una de sus tareas más importantes. Después de observarlos cuidadosamente, Jesús pasó una noche entera en oración antes de escoger a sus discípulos. Tus selecciones sabias pueden hacer o deshacer la iglesia.
  1. Asegúrate de que sean capaces. Algunas personas muy agradables no son capaces. Y asegúrate de que estén temerosos de Dios. Mucha gente capaz carece de una relación íntima con Jesús como su Señor. Por último, no deberían estar motivados por ganancias deshonestas.
  1. Usa un gran discernimiento en donde los coloques. Alguien que debe ser responsable de miles se sentirá muy frustrado si lo has asignado a un grupo de diez. Por otro lado, la persona que está a cargo de cincuenta personas debe estar preparado para manejar la responsabilidad adicional.
  1. Ellos fueron llamados a servir como jefes. Jesús enseñó que los líderes son siervos; no deben enseñorearse sobre los demás (Lucas 22:24-26).
  1. Ellos tenían que estar siempre disponibles. Ser un líder siervo impacta toda la vida; es un trabajo 24/7, no algo que se hace un par de horas a la semana. Puede ser costoso.
  1. ¡Comparte la carga con otros! Realmente puede ser una mejor manera. ¡No te preocupes por perder tu posición! Al evaluar lo que estás haciendo, primero encomiéndalo al Señor. Luego ora y busca ayudantes. ¿Hay demasiado que hacer en la casa? ¿Quién puede ayudarte? ¿Tu esposa? ¿Tus hijos? ¿Hay mucho que hacer en la iglesia? Empieza a desarrollar y capacitar personas para que te ayuden. Aquí había hombres capaces, listos para trabajar. Solamente estaban esperando la oportunidad y la invitación. Probablemente sea la situación en tu iglesia también.
  1. ¡Ser líder es duro! Si intentas hacer demasiado, o no lo haces conforme al patrón revelado en la Biblia, ni sigues las directrices dadas en ella, ¡te agotarás!

El resultado de hacer las cosas a la manera de Dios es gente satisfecha y en paz. Si tu gente no está satisfecha, no la condenes – busca el origen de su disconformidad. Cuando la gente cree que alguien lo escucha, lo cuida, lo representa ante Dios y recibe buena enseñanza y un buen ejemplo, ¡debe estar satisfecha!

24 Moisés escuchó el consejo de su suegro y siguió sus recomendaciones. 

Escuchar y actuar

Moisés era conocido como el hombre más humilde de la tierra. Tal vez esta sea una de las razones por la cual. ¡Escuchó el consejo, y lo siguió! Pocas personas realmente escuchan; la posición y el poder arruinan demasiados pastores. Algunos escuchan, pero no siguen los consejos ni trabajan para mejorar las cosas.

¿Cómo están tus oídos? ¿Recibes los consejos y sugerencias de otros? ¿Actúas sobre sabios consejos?

25 Eligió hombres capaces de entre todo Israel y los nombró jefes del pueblo. Los puso a cargo de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas.26 Estos hombres estaban siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos de la gente. Los casos más graves los remitían a Moisés, pero ellos mismos se encargaban de los asuntos de menor importancia.

Una estructura orgánica que funciona

Esta estructura simple es un gran modelo para cualquier organización. Es difícil pastorear, discipular o tener una relación real con más que unas diez personas; Jesús tenía doce. El próximo nivel es sobre cinco líderes de grupos pequeños. El jefe de cientos sólo tenía dos jefes de cincuenta bajo él, mientras que el líder de miles era sobre diez jefes de cientos. Moisés se invirtió en los líderes de miles, quienes le comunicaban lo que necesitaba saber. Solo cuando algo no pudo ser resuelto por uno de los otros jefes, se lo llevaron a Moises; no tenía que saber todo lo que sucedió en la comunidad.

Si tú eres un “jefe,” y tienes autoridad, úsala con confianza. No molestes a la persona sobre ti con cada detalle; pide sabiduría para discernir cuando sea necesario compartir algo. Si estás sobre un líder de un grupo más pequeño (un jefe de cincuenta), déjalo aprender, y respeta sus decisiones. Ofrece consejo tierno cuando sea necesario, pero es para el beneficio de todos que aprenda a lidiar con las cosas por su cuenta. Realmente no quieres que sea excesivamente dependiente de ti.

27 Poco tiempo después, Moisés se despidió de su suegro, quien regresó a su propia tierra.

¿Se despidió de Jetro como despidió a Séfora? ¿Esperaba Jetro que la familia viajara con Moisés? ¿Era Moisés amable, pero firme?: «Realmente no puedo llevar a mi familia conmigo. Es mejor si se van a casa.» Por supuesto, Moises ya tenía 80 años, y tal vez no necesitaba una mujer como cuando era más joven. Probablemente Séfora y los muchachos se fueron y se quedaron con Jetro.

Es difícil balancear a la familia con el ministerio. Cualquier problema que Moises tuviese en su familia, no le impidió su obediencia al llamado de Dios. Con responsabilidades como las que él tenía, no es fácil cuidar a la familia. Con demasiada frecuencia, es la familia la que sufre. Dedícate a tu familia, e incluye personas a tu alrededor que realmente se preocupan por ti y hablan en tu vida. A veces nos alejamos de la misma gente que realmente se preocupa por nosotros. Se espera que la esposa tenga ese conocimiento, pero no siempre es as. Ella puede estar demasiado cerca de ti. Mantén los ojos abiertos para ver a las personas que Dios ponga en tu camino. Escúchalos, y, como Dios te guíe, pon en práctica sus consejos.

 

Moisés, hombre de familia   Éxodo 18: 1-12

1Jetro, el suegro de Moisés y sacerdote de Madián, se enteró de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo, los israelitas; y oyó particularmente cómo el Señor los había sacado de Egipto.

¿Hay momentos en los que sientes que no tienes con quién hablar sobre tus problemas? ¿Que no hay nadie que te ministre, mientras que tú siempre das a los demás? Uno de los peligros del liderazgo es la soledad. En medio de todos los problemas en el Éxodo, este capítulo íntimo nos recuerda que Moisés es un hombre, un hombre de familia. A veces, la vida personal del líder se pierde en las presiones del ministerio, pero aquí Moisés recibe consejos muy oportunos, y tiene un breve descanso de su arduo trabajo.

Sabemos muy poco acerca de la familia de Moisés, por lo que debemos tener cuidado con las especulaciones. Sí, sabemos que pasó cuarenta años en Madián. Los madianitas eran descendientes de Madián, hijo de Abraham nacido en su vejez de su esposa Cetura, después de la muerte de Sara (Génesis 25:1-2). Ellos adoraban a una multitud de dioses, así que no sabemos lo que significa ser un «sacerdote» en Madián; Dios aún no había establecido un sacerdocio. Este capítulo demuestra que Jetro tenía cierto conocimiento de Dios. Él podría haber sido infeliz al perder los servicios de Moisés o al ver sufrir a su hija, pero seguía interesado en la vida de Moisés. Tomó un esfuerzo considerable obtener noticias de lo que estaba sucediendo en Egipto (¡esto fue mucho antes de Internet, teléfonos celulares o television!); probablemente le preguntó a las caravanas.

Anteriormente, Moisés había despedido a su esposa Séfora y a sus dos hijos, y Jetro los había hospedado. (El primer hijo de Moisés se llamaba Gersón, porque cuando el niño nació, Moisés dijo: «He sido un extranjero en tierra extraña». A su segundo hijo lo llamó Eliezer, porque dijo: «El Dios de mis antepasados me ayudó y me rescató de la espada del faraón»).Así que Jetro, el suegro de Moisés, fue a visitarlo al desierto y llevó consigo a la esposa y a los dos hijos de Moisés. Llegaron cuando Moisés y el pueblo acampaban cerca del monte de Dios. Jetro le había enviado un mensaje a Moisés para avisarle: «Yo, tu suegro, Jetro, vengo a verte, junto con tu esposa y tus dos hijos».

¿Qué pasa con Moisés «despidiendo» a su esposa?

Mucha especulación ha girado en torno a Séfora, y Moisés “despidiéndola” o «enviándola lejos.» No sabemos cuándo o por qué sucedió. Dios llamó a Moisés a Egipto, pero cuando salió de Madián trajo a su esposa e hijos con él. Esto podría indicar una vida familiar saludable, pero tal vez hubiera sido mejor dejarlos atrás. ¿La despidió después del incidente del «esposo de sangre» (Éxodo 4:25)? ¿O cuando las cosas se pusieron feas en Egipto? A pesar de los problemas, todavía estaban juntos como una familia, ya que vinieron a visitarlo.

Algunos utilizan este versículo para justificar el divorcio. Señalan la objeción de sus hermanos Míriam  y Aarón a la esposa «cusita» de Moisés en Números 12:1: Míriam y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita (RVR). ¿Era ella la misma mujer? Algunos piensan que se divorció y volvió a casarse; otros creen que Séfora murió. Pero los madianitas eran un pueblo de piel oscura, a menudo llamado Kushim, la palabra hebrea para africanos de piel oscura. Algunas traducciones han creado más confusión al usar «etíope» o “egipcia” en lugar de «cusita.” Pero la palabra hebrea en el texto es cusita, y la erudición judía tradicional afirma que era Séfora. ¿Por qué esperaron Míriam y Aarón tanto tiempo para objetar a ella? Podría haber estado a fuego lento bajo la superficie durante muchos años, esperando el momento adecuado para usarlo contra Moisés. Ciertamente, no es inusual que las familias guarden rencor o delitos y luego sueltan las críticas en el momento oportuno. Lo más probable es que agrupaban a todas las personas de piel oscura bajo un mismo nombre (probablemente negativo).

Al igual con muchos debates bíblicos, no podemos decir definitivamente cuál sea la solución. Está mejor no ser muy dogmático, y reconocer que Dios aparentemente prefiere dejar algunas cosas escondidas.

¡No construyas doctrinas de un par de versos oscuros! De ninguna manera este verso debe usarse para justificar el divorcio. Es fácil quedar atrapado en detalles insignificantes y controvertidos, y perder el mensaje principal de un pasaje. El enfoque de este capítulo claramente no es su matrimonio.

¿Qué podemos decir sobre el matrimonio de Moisés?

Moisés tenía un matrimonio intercultural. Nunca sintió la necesidad de defenderlo, y Dios nunca lo juzgó, aunque complicó la vida, como todavía lo hace un matrimonio intercultural. Moisés era multicultural: nacimiento judío, crianza egipcia, y cuarenta años en Madián con una mujer madianita. La perspectiva de ese patrimonio probablemente contribuyó a su humildad y ayudó en su liderazgo, pero puede provocar reacciones negativas por parte de los miembros de la familia, y tal vez de los israelitas.

Hay varias observaciones que podemos hacer acerca de su matrimonio:

  1. Lo que estaba involucrado en «despidiéndola» sería doloroso para todos. Su única interacción escrita como pareja (en Éxodo 4) puede indicar un matrimonio complicado, pero la separación siempre es difícil.
  2. Moisés obviamente tenía mucho que hacer, y podría haber sido la mejor opción para enviar a su familia a la casa de su suegro.
  3. Casi parece que Jetro había presionado a Séfora para que lo acompañara en este viaje, tal vez con la esperanza de ayudar al matrimonio. No hay indicios de que ella quisiera venir, o de que Moisés le pidiera a Jetro que la trajera.
  4. La Biblia nunca vuelve a mencionar a Séfora. Posiblemente cualquier esfuerzo por restaurar a la familia fracasó, y ella volvió a casa con Jetro.
  5. Tal vez aún más sorprendente para alguien tan importante como Moisés fue que sus hijos también desaparecen de las Escrituras.

Entonces Moisés salió a recibir a su suegro. Se inclinó ante él y le dio un beso. Luego de preguntarse el uno al otro cómo les iba, entraron en la carpa de Moisés. Moisés le contó a su suegro todo lo que el Señor les había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel. También le habló de todas las privaciones que habían sufrido a lo largo del camino y de cómo el Señor había librado a su pueblo de las dificultades.

Una visita familiar puede ser agridulce; se puede estar feliz de ver de nuevo a su familia, o no. Pueden traer sus propios problemas, o traer alegria. Uno pensaría que Moisés agarraría a su mujer y la llevaría a su tienda, pero el saludo cariñoso y la reunión en la carpa es con Jetro. Séfora está notablemente ausente. Ella ni siquiera parece estar presente cuando Moisés relata el viaje. ¡Que emoción para Moisés compartir con su suegro las muchas cosas maravillosas que Dios había hecho! Puede ser debido a la cultura que no tomó a las mujeres en cuenta, pero podría haber sido doloroso para Moises no compartir esas experiencias con su esposa.

Jetro se alegró mucho al oír de todo el bien que el Señor había hecho por Israel al rescatarlo de las manos de los egipcios.

Si Jetro estaba involucrado con múltiples dioses, el testimonio de Moisés lo convenció que Yahvé era supremo. Su corazón parece abierto, y esto podría haber sido el comienzo de una nueva peregrinación de fe para él. Dios sabe que Moisés está cansado. Esta podría haber sido la última vez que Moisés vio a su familia.

¿Hay algo en la historia de Moisés y su familia que te recuerde a la tuya? ¿Tal vez hijos que están alejados? ¿O un matrimonio complicado? ¿Necesitas un descanso de la presión del ministerio o el trabajo? ¿Que puedes aprender de Moisés que te ayude en tu vida familiar?

 

La Primera Batalla   Éxodo 17:8-16

Los amalecitas vinieron a Refidín y atacaron a los israelitas. 

¡Dios mío! Moisés apenas sobrevivió a un ataque de su propio pueblo, y ahora se enfrenta a un ataque desde el exterior. ¿Cuándo se acabará? ¿Cuándo se vuelve la vida más fácil? Luchaba con el faraón. Cuando finalmente son liberados, hay peleas y quejas interminanbles de su propia gente. Y ahora un ataque de parientes, descendientes de uno de los hijos de Esaú. Eran nómadas, y el agua era muy preciosa. La abundante provisión de agua de la roca probablemente provocó su ataque.

Lamentablemente, así es la vida. Tú puedes guiar a una iglesia, una empresa o una familia, y en todas partes habrá egoísmo, enfermedad y tragedia. El pecado ha impactado toda la vida. El diablo siempre anda alrededor como un león rugiente, buscando a quién devorar. Da gracias a Dios si encuentras unos momentos de paz. Aprovéchate de ellos. Por lo general, no son la norma, especialmente si estás fluyendo en los propósitos de Dios. Sí, es una batalla para servir al Señor. Puedes estar tentado a rendirte para alejarte de la batalla, pero eso tampoco sirve. Si te rindes, nunca experimentarás el shalom de Dios, ese estado de paz y bienestar total.

¿Estaba Israel listo para la guerra? Es cierto que dice que salieron de Egipto armados para la batalla (13:18), pero Dios los envió por una ruta indirecta porque sabía que no estaban listos. Siempre había esa tentación de volver a Egipto (13:17), pero ahora están bien metidos en el desierto. Así que Dios permitió esta primera batalla, y la primera victoria. ¿Crees que Dios puede permitir batallas en tu vida, tu familia, tu ministerio y tu trabajo? ¿Puedes ver más allá de tu miedo y desánimo, a ver la mano y el propósito de Dios?

Entonces Moisés le ordenó a Josué: «Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana yo estaré en la cima de la colina con la vara de Dios en la mano.»

Presentando a Josué

Este es el debut del hombre que llevará Israel a la tierra prometida. Moisés está aprendiendo que él no tiene que hacerlo todo, y delega la tarea a Josué. No sabemos mucho acerca de él. Moisés cambió su nombre de Oseas (salvación) a Josué (Dios salva). El angel le mandó a María dar el mismo nombre al Mesías (Jesús es la traducción griega de Josué, Lucas 1:31). Josué todavía era bastante joven. Se convirtió en el ayudante indispensable de Moisés, aún más cerca que su hermano Aarón. Era un gran guerrero, y probablemente ya se había distinguido de alguna forma para que Moisés le encomendara esta tarea. Dada la inexperiencia de Josué y la importancia de esta primera batalla, parece que sería bueno para Moisés seleccionar a los soldados, pero él sabiamente no controla en demasía, sino confía en Josué para elegir a los hombres que él quisiera, y no cuestiona su elección. Ni siquiera estará presente durante la batalla; Josué guerreará por su cuenta, mientras que Moisés mira desde la colina.

Obviamente, hay momentos cuando tenemos que estar en medio de la batalla, pero muchas veces tenemos una actitud incorrecta: «Si yo no lo hago, ¡fracasarán y perderé la iglesia!» Es difícil confiar en otros para hacer un buen trabajo, especialmente cuando son jóvenes e inexpertos. Sé muy sabio en tu selección de aquellos que trabajan contigo: Es mucho más fácil darle una posición a alguien que quitarlo de ella más tarde. Luego confía en que Dios los escogió para que te ayuden, que Él está con ellos y Él los ayudará a llevar a cabo su tarea. ¡Ten cuidado de no meterte demasiado en su trabajo! Dales espacio para tomar sus propias decisiones, pelear algunas batallas y recibir la gloria por la victoria. Reconoce tu propio llamado, y tus limitaciones.

Moisés ya tenía ochenta años. Dios no lo llamó para ser un guerrero; era un pastor, pero eso no significa que se haya alejado totalmente de la situación. Algunos líderes le asignan una tarea a un hombre y luego desaparecen, pero el joven debe saber que tiene cobertura y que tú estás a su lado, observando su progreso. Tú eres para ellos. En cualquier momento de la batalla, Josué podía mirar hacia la colina y ver a Moisés parado con las manos alzadas. ¡Nueva fuerza y ​​confianza infundirían a Josué! Contra toda lógica, hay hombres que secretamente esperan que su joven y viril Josué falle, para que el viejo se vea bien. Si le dices a tu Josué que estarás en la colina, ¡está allí! No hay nada peor que estar en la batalla y buscar al hombre que te envió y prometió estar contigo, y no le ves en ningún lado.

Moisés fijó el horario: mañana. Si Josué está demasiado celoso y decide atacar por sorpresa de noche, probablemente habría sido una masacre; necesita la cobertura y el apoyo de Moisés. Un joven a cargo de una tarea importante puede envanecerse y sentir que ya no tiene que someterse al viejo. Hay muchas batallas perdidas y mucho daño hecho por hombres que creen que saben mejor que su Moisés cómo luchar. Incluso pueden hacer burla de él: «Genial, Moisés. ¡Tú vas a estar a salvo en la colina mientras me envías a la batalla!» «¿Qué pasa con esa vara? ¿Todavía crees que estamos en el Mar Rojo? Necesitamos espadas, no esa vara ridícula.» Ten cuidado de esas actitudes rebeldes, te pueden meter en muchos problemas.

La vara

¿Y por qué la vara? No fue magia, pero fue un instrumento escogido por Dios:

  • Igual que el arca era un símbolo de la presencia y el poder de Dios en la batalla, la vara simbolizaba la presencia de Dios.
  • Demostró el poder de Dios contra Faraón cuando se convirtió en una serpiente.
  • Dios dirigió a Moisés que la extendiera hacia el mar, y se abrió.
  • Acabamos de ver la roca derramar agua cuando fue golpeada por la misma vara.

Pero esa vara también podía ser mal utilizada. Con ella Moisés golpeó una roca (con rabia), cuando Dios le mandó a hablar a la roca (Números 20:11). Dios lo juzgó, y no pudo entrar en la tierra prometida.

No lo dice, pero en esta batalla Dios probablemente instruyó a Moisés que mantuviera la vara extendida cuando estaba en la colina. La fe y la obediencia de Moisés desataron el poder de Dios para ganar la batalla. Es parecido a Jesús dirigiendo al leproso que se lave en una piscina. No había nada milagroso en el agua, pero la obediencia inspirada por fe era necesaria para recibir la curación.

10 Josué siguió las órdenes de Moisés y les presentó batalla a los amalecitas. Por su parte, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima de la colina. 11 Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, la batalla se inclinaba en favor de los israelitas; pero cuando los bajaba, se inclinaba en favor de los amalecitas. 

La importancia de un equipo

Esto es duro y humillante para Josué: Su victoria no dependió de sus grandes habilidades. Si las manos de Moisés estaban levantadas (presumiblemente con la vara en ellas) Josué prevaleció. Si estaban abajo, no. Josué hizo su parte, pero fue en unión con Moisés, quien tuvo que hacer su parte o su joven ayudante sería derrotado. Tú puedes tener a jóvenes celosos debajo de ti, o puedes ser un celoso Josué. Dios quiere enseñarnos que nos necesitamos unos a otros. El joven guerrero necesita el apoyo y la supervisión espiritual de su Moisés; tiene que ser sometido a ese líder y seguir sus órdenes. El que tiene el papel de Moisés tiene que darse cuenta de cómo sus oraciones y su guerra espiritual son esenciales para la supervivencia de su Josué. ¡Qué trágico cuando hay competencia, envidia o rebelión! ¿Cuántas batallas perdemos porque no seguimos este modelo básico?

Según la tradición, Jur era el marido de Míriam  (la hermana de Moisés), y, posiblemente, el abuelo del famoso artesano del tabernáculo, Bezalel.

12 Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos firmes hasta la puesta del sol. 

Alguien para sostener tus brazos

¡Gracias a Dios por Aarón y Jur! Sin ellos, Israel habría perdido esa batalla. ¡Lástima que muchos líderes no tengan a nadie para mantener las manos en alto! ¿Tienes a alguien que te apoye? ¿Estás dispuesto a admitir que estás cansado y no puedes hacer todo solo? ¿Permite tu orgullo que otros hombres te ayuden a mantener las manos firmes?

¿Miró Moisés a Josué luchando en el valle y sintió un poco de envidia? ¿O admiración? ¿O se regocijó en su éxito? Son curiosos los muchos sentimientos que los hombres jóvenes y vigorosos pueden provocar en un hombre mayor. ¿Fue difícil para Moisés reconocer que tenía que sentarse en una roca mientras Josué estaba matando al ejército de Amalec con su espada? ¿Había una parte de él que deseaba estar en la batalla? Tal vez el único hombre que Moisés mató fue el egipcio tantos años atrás. ¿Pensó Moisés en eso?

¿Eres tú un Aarón o un Jur? ¿Cómo puedes ayudar a sostener las manos de tu pastor hacia arriba? ¿Estás dispuesto a humillarte para esa tarea humilde? ¿O estás pensando: «Si fuera yo, no tendría que sentarme; yo no necesito que nadie me ayude»? ¿Podría ser que eso fue lo más importante que Jur hizo en toda su vida? ¿Estarías contento si el servicio más valioso que podrías realizar sería sostener las manos de otro hombre? ¿Estás dispuesto a hacerlo?

13 Fue así como Josué derrotó al ejército amalecita a filo de espada.

Pues, sí, con mucha ayuda del Señor y la fidelidad de Moisés. No sabemos la mecánica exacta de la victoria. Sí, sabemos que Dios tuvo un gran papel en ella, y así a menudo es la forma en que elige trabajar. Claro, muchas veces Dios destruye milagrosamente al enemigo, pero a Él le encanta involucrarnos. Él quiere que aprendas a pelear. Él quiere enseñarnos la importancia de un equipo, al igual que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo funcionan como un equipo. Sin un ejército, Moisés se quedaría allí todo el día con los brazos en alto, y los amalecitas probablemente lo habrían matado. Sin la piadosa cobertura, la intercesión y la fe de su líder, los mejores guerreros hubieran sido derrotados. La fe de Josué aquí es notable, pero puede ser una lección difícil para un hombre humillarse y trabajar en equipo. Años más tarde, después de la victoria gloriosa en Jericó, Josué fue derrotado en Hai porque parece que llegó a pensar que ya no necesitaba a Dios (Josué 7).

14 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Pon esto por escrito en un rollo de cuero, para que se recuerde, y que lo oiga bien Josué: Yo borraré por completo, bajo el cielo, todo rastro de los amalecitas.»

Ponlo por escrito

Esta es la primera indicación en la Biblia que Moisés podía escribir. Dios le mandó a escribir las experiencias de Israel para que podamos recordarlas hoy. Las muchas profecías que vemos cumplidas en las Escrituras confirman su autoridad. La promesa de Dios aquí de borrar todo rastro de los amalecitas se llevó a cabo en una historia dramática y trágica de la vida del rey Saúl (1 Samuel 15).

¿Por qué quería Dios que Josué lo oyera bien? Tal vez para recordarle que no era solo su destreza en batalla por lo que logró la victoria, sino por la mano de Dios, y para alentarlo en futuras batallas. Si tú no tienes un diario, empieza uno y escribe sobre las victorias que Dios te da. Reflexiona sobre su obra en tu vida y tus propias batallas. Tenemos memorias cortas, y un diario es muy útil para darnos perspectiva y recordarnos lo que Dios ha hecho.

15 Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi (Jehová es mi estandarte); 16 y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.

Moisés reconoce que un ataque contra el pueblo de Dios es un ataque contra Dios mismo. Es una hermosa manera de retratar la batalla: los amalecitas levantaron sus manos contra el trono de Dios, y Moisés levantó sus manos con el símbolo del poder de Dios para mostrar que nadie va a quitar a Dios de su trono. Además del libro, Moisés edificó un altar, un lugar de adoración y acción de gracias a Dios por su victoria. No construimos altares hoy, pero las fotos o las entradas de Facebook pueden ser recordatorios visibles de lo que Dios ha hecho.

La palabra hebrea para “estandarte” se relaciona con la palabra “vara,” y se utiliza para el palo de la serpiente de bronce en Números 21:8, pero se pierde esa conexión en la traducción aquí.

Es duro soportar la ira de Dios por un momento, pero imagina tenerlo en guerra contigo y tu familia de generación en generación. ¿Puede ser que Dios está continuamente en guerra con naciones hoy que le han despreciado? ¿Hay naciones que todavía experimentan la bendición de Dios debido a la fidelidad de generaciones pasadas? ¿Hay algún punto en que ese favor se agote a medida que continuamos alejándonos de Él?

Es fácil desesperarse cuando un enemigo poderoso aparece en el horizonte. Podría ser una cosa más para empujar a Moisés a renunciar  esta aventura, pero se convierte en una gran experiencia de aprendizaje para todos los involucrados. Su fe se fortaleció. Un hombre joven se levantó y aprendió a luchar y ganar batallas a la manera de Dios, una habilidad indispensable al entrar en la tierra prometida. Las batallas no son divertidas. Tú puedes estar en una ahora mismo, o veas al enemigo avanzando hacia ti. ¿Estás preparado? ¿Qué aprendes de la experiencia de Israel aquí que te ayudará a prevalecer?

 

Sobrevivir en lugares secos    Éxodo 17:1-7

¿Has notado que tiendes a cometer los mismos errores una y otra vez? He mantenido un diario durante cuarenta años; tantos años me dan una buena perspectiva de lo que está pasando en mi vida. Por un lado, me alegro por el crecimiento y las grandes cosas que el Señor ha hecho; por otro lado estoy profundamente preocupado por algunas luchas recurrentes. ¡Podemos ser cabezones y lentos para aprender!

  • Padre, ¿pierdes la paciencia con tus hijos cuando cometen los mismos errores?
  • Si eres un líder, ¿te sientes frustrado porque tu gente no aprende más rápido?
  • ¡No los condenes! Y tampoco condenes a Israel. Estoy seguro de que Dios ha sido muy paciente contigo, como lo ha sido conmigo.

Este pasaje es muy similar al capítulo 15. Dios sabe que somos lentos para aprender; por eso las Escrituras son repetitivas. Se encuentra algunos temas a lo largo de la Biblia – a veces en el mismo verso. Pedro escribió:  

Por eso siempre les recordaré estas cosas, por más que las sepan y estén afianzados en la verdad que ahora tienen. Además, considero que tengo la obligación de refrescarles la memoria mientras viva en esta habitación pasajera que es mi cuerpo (2 Pedro 1:12-13).

Israel apenas comenzó sus cuarenta años de peregrinación, y ya aparecen algunos patrones perturbadores. Se supondría que la provisión milagrosa de maná sería un recordatorio diario de la fidelidad de Dios y pondría fin a sus murmuraciones, pero no fue asi.

Cuando Dios te lleve a un lugar seco

1Toda la comunidad israelita partió del desierto de Sin por etapas, según lo había ordenado el Señor. Acamparon en Refidín, pero no había allí agua para que bebieran. 

Para Israel la vida no era predecible, ni muy agradable. Nunca sabían cuánto tiempo permanecerían en un lugar o adonde irían. La vaga esperanza de una tierra que fluye leche y miel parecía muy lejana en el calor y la monotonía del viaje por el desierto. Nosotros tenemos la esperanza del cielo, pero si somos honestos, no pensamos mucho en ello, debido a las preocupaciones de la vida cotidiana.

Este no es su primer problema con el agua. Justo antes de llevarlos al oasis de Elim, el Señor milagrosamente endulzó el agua amarga. Ahora parece que Dios no está pensando con claridad: Los dirige a acampar en un lugar sin agua. ¿Cómo encaja eso con tu teología? ¿Crees que la bendición de Dios está garantizada si haces su voluntad y caminas con Él? La mayoría de los cristianos lo creen. ¿Puedes aceptar que Él puede llevarte a un lugar seco, sin suplir tus necesidades básicas, donde sientes como si fueses a morir? Tal vez estás allí en este momento y te sientes confundido. Otros pueden pensar que estás en pecado o te falta fe porque estás en ese lugar seco, y ese puede ser el caso. Siempre es bueno examinarte a ti mismo a ver si diste un giro equivocado. Pero si estás seguro de que Dios te llevó allí, Él quiere animarte hoy. Él tiene un propósito para ti en ese lugar, y no permitirá que perezcas. Esas no son meras palabras. Es demasiado fácil decir “es la voluntad de Dios” o “Dios tiene un propósito en esta tragedia.” Si Jesucristo es realmente tu Señor, y crees en la soberanía de Dios, entonces puedes confiar en la promesa de Romanos 8:28: Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

Nadie quiere estar en el lugar seco. Sin embargo, en nuestra búsqueda de la buena vida, podemos ser tardos para escuchar la voz de Dios. Podemos sentirnos tan cómodos que ya no somos sensibles a la dirección de Dios para empacar y seguir adelante, tal vez a una casa más pequeña, un clima menos hospitalario o un ministerio más difícil. Somos peregrinos en esta tierra y puede parecer a veces que nos movemos más de lo que quisiéramos. Eso es mi experiencia.

Maneras incorrectas de responder a lugares secos

Así que altercaron con Moisés. —Danos agua para beber —le exigieron.

—¿Por qué pelean conmigo? —se defendió Moisés—. ¿Por qué provocan al Señor?

Pero los israelitas estaban sedientos, y murmuraron contra Moisés. —¿Para qué nos sacaste de Egipto? —reclamaban—. ¿Sólo para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado?

Cuando no se satisfacen nuestras necesidades urgentes, nuestra perspectiva se distorsiona. El agua es una de las necesidades más básicas, junto con alimento. Pero hay otras necesidades (amor, sexo, propósito en la vida) que también pueden dominar tu vida hasta que no puedas pensar en otra cosa, hasta que ellas estén satisfechas. Es difícil tener una fe firme en esa situacion. No caigas en estos errores de Israel:

  1. Altercar. Ya sea con tu cónyuge, tu pastor o alguien que consideres responsable de la dificultad. Tú puedes creer que ellos deben satisfacer tus necesidades. Es más fácil luchar contra ellos que contra Dios. No puedes ver que la verdadera batalla es con el enemigo de tu alma. Cuando te sientes impotente, una cosa que puedes hacer es pelear, pero eso no resuelve nada y solo te hace sentir peor.
  2. Exigir. Cuando estás desesperado es fácil ser exigente: «¡Dame algo de comer! ¿No ves que me muero de hambre?» «¡Dame sexo!» «¡Necesito un aumento en mi salario!» A nadie le gusta la persona exigente, y casi nunca resulta en la satisfacción de tus necesidades. ¡Cuidado con las demandas!
  3. Poner a Dios a prueba. Las quejas y las dudas son formas comunes en las que probamos a Dios. Segurmente Israel lo hizo. Dios puede probarte, ¡pero no pongas a Dios a prueba! El versículo 7 nos dice que dudaron de que Dios aún estaba entre ellos, ¡a pesar del maná y la columna de nube y fuego! Dios ha prometido que nunca te dejará ni te desamparará. No lo pongas a prueba, cuestionando si Él está contigo.
  4. Murmurar. Ya hemos visto el peligro de quejarse.
  5. Distorsionar los hechos y asignar motivos y culpa. Para ellos, no fue Dios quien los sacó de Egipto, sino Moisés, y él ahora está haciéndolos morir de sed. Ellos creen que él realmente los quiere muertos, y lamentan esta aventura de fe. Satanás es el padre de la mentira y te engañará siempre que pueda. Sé vigilante para esas mentiras, y mantente firme en la verdad de la Palabra de Dios. Se duele mucho ser culpado, pero no dejes que te afecte. Recuerda de dónde viene.
  6. Matar. Sí. Eso está en el versículo siguiente. Están a punto de apedrear a Moisés. Gente desesperada pueden hacer locuras. Puede ser que Moisés esté exagerando, pero parece que verdaderamente temía por su vida.

Clamó entonces Moisés al Señor, y le dijo: —¿Qué voy a hacer con este pueblo? ¡Sólo falta que me maten a pedradas!

Cómo un líder puede fallar en los lugares secos

  1. Preguntar “¿Por qué?” En el versículo dos Moisés preguntó «¿por qué?» a las mismas personas que están luchando. Pero ellos no están pensando con claridad y no saben por qué. Preguntar eso a alguien que está sufriendo no sirve para nada. Como líder, trata de comprender su situación y lo que está detrás de su queja. Ámalos; no los interrogues. Preguntarle a tu esposa por qué ella está haciendo algo que te lastima rara vez mejora la situación.
  2. Preguntar “¿Qué?” Claro que Moisés hizo lo correcto al clamar al Señor en una situación tan desesperada; Dios era su única esperanza, pero era un grito de frustración. Moisés estaba harto. Estoy seguro de que la mayoría de nosotros diría algo semejante, pero es mucho mejor recordar cómo llegaron a ese lugar y mostrar la fe que Dios tiene una salida. Cuando tu esposa está discutiendo contigo, en lugar de clamar a Dios «¿Qué voy a hacer con esta mujer?» dile: «Gracias, Señor, por mi esposa. Gracias por habernos hecho una sola carne. Sé que el amor es paciente, y me has llamado a amarla como Cristo ama a la iglesia. Ayúdame a poner mi vida por ella. Creo que tienes una salida a este problema. Muéstrame cómo yo realmente puedo amarla.» ¿Ves la diferencia en esas oraciones?
  3. Temer a aquellos que Dios te ha confiado. Cuando tengas miedo de tu esposa, tus hijos, o tu congregación (es decir, cuando le temes al hombre), ten mucho cuidado. Vas a perder tu efectividad como líder. Ellos tienen demasiado control sobre ti. Lo más probable es que estén motivados por el miedo sí mismos (así era para los israelitas), y el miedo solo empeorará la situación.

—Adelántate al pueblo —le aconsejó el Señor— y llévate contigo a algunos ancianos de Israel, pero lleva también la vara con que golpeaste el Nilo. Ponte en marcha, que yo estaré esperándote junto a la roca que está en Horeb. Aséstale un golpe a la roca, y de ella brotará agua para que beba el pueblo.

Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel. Además, a ese lugar lo llamó Masá, y también Meribá, porque los israelitas habían altercado con él y provocado al Señor al decir: «¿Está o no está el Señor entre nosotros?»

La respuesta de Dios

  1. El Señor aconseja. Ellos son su pueblo. Los envió en esta misión. Él llamó a Moisés. Ha hecho milagros maravillosos. Dios tiene la respuesta al problema. Espera en Él. Escúchalo a Él. Pon en práctica sus consejos.
  2. Lidera. Deshazte de tu miedo. Ellos no van a apedrearte. Dios te protegerá. Solo están desesperados. No te escondas. Sal delante de la gente. Toma tu autoridad.
  3. No te aísles. Por miedo o por ira se puede distanciar de otros líderes. ¡Son ellos los que te ayudarán! Incluso si te han decepcionado, búscalos y comparte lo que Dios te ha llamado a hacer. Le da seguridad a la gente que sus ancianos están apoyándote, y la gente observa el apoyo mutuo. Tú los necesitas. Estarás mejor en el largo plazo para incluirlos.
  4. Aférrate a lo que Dios te ha dado. En este caso, fue la vara que tenía la unción de Dios; representa autoridad para el pueblo. Dios la ha usado en el pasado y han visto su poder. ¿Qué vara te ha dado Dios? Puede ser una promesa o una palabra del Señor. Aférrate a ella.
  5. Vete. No te quedes paralizado. Hay momentos para esperar, pero a menudo Dios se mueve cuando nosotros nos movemos. Ve a tu esposa, a la iglesia, o a la comunidad. También se comunica la confianza y fuerza de tu parte.
  6. Dios estará delante de ti. ¡No estás solo! Israel no puede verlo, pero Moisés tiene la seguridad de que cuando él se vaya, Dios está allí esperándolo. ¿Te anima saber que Dios está esperando que tomes ese paso difícil de reconciliación con tu esposa o confrontar a tu iglesia?
  7. Dios proveerá – ¡quizás donde menos te lo esperas! No habría un Elim esta vez. Moisés pudo «declarar» todo el día que el agua aparecería, y no habría pasado nada. Él puede intentar descubrir cómo Dios lo sacaría de esta dificultad, y nunca pensaría golpear una roca para producir agua. Es fácil para nosotros jugar como si fuésemos Dios y tratar de encontrar maneras de cómo resolver nuestros problemas. Déjale ser Dios, y prepárate para cosas inesperadas. 1 Corintios 10:4 nos dice que esta roca era Cristo. ¡Jesús estaba con ellos en el desierto!
  8. Toma un riesgo en frente de tus críticos más duros. Hubiera sido más seguro golpear la roca cuando no había nadie alrededor, en caso de que el agua no saliera. ¡Estos ancianos no eran fanáticos de Moisés! ¡Realmente lo hubieran apedreado o ridiculizado si no hubiera pasado nada! Pero la fe nos llama a hacer cosas audaces y arriesgadas. ¿Realmente crees que Dios puede sanar o liberar? ¡No tengas miedo de orar por la gente frente a los demás!
  9. Obedece. No había nada difícil de hacer aquí. Moisés solo tuvo que salir, tomar su vara y golpear la roca. ¡Súper fácil! Pero requiere una fe significativa, y era arriesgado. Con cuidado, haz todo lo que Dios te manda hacer. Lo más probable es que no supere tus habilidades, pero espiritual, mental, y emocionalmente puede parecer casi imposible. Haz exactamente lo que Dios te dice, y no más. Lo que funcionó la última vez puede no funcionar esta vez. Ya veremos en el capítulo 20 los resultados trágicos de ignorar eso.

¡Guauu! Se evitó otro posible desastre debido al sabio liderazgo de un solo hombre. Sin ello, todos hubieran muerto. Una vez más, una persona que escuchó a Dios y le obedeció salvó a toda una nación. ¿Crees que Dios todavía puede hacer eso hoy? ¿Qué te llama Dios a hacer? ¿En cuales situaciones desesperadas se encuentra el pueblo de Dios? ¿Estás dispuesto a ser un Moisés?

Masá significa prueba o tentación, y Meribá significa contienda. No son lugares agradables. Es difícil no cubrir las necesidades básicas, pero Dios los llevó a este lugar. Tú puedes estar allí ahora mismo. Puede parecer que no hay salida. Tal vez estés altercando con alguien, o probando a Dios por tus murmuraciones y falta de fe. Puedes estar tentado más allá de lo que puedes resistir por tu propia cuenta. Dios tiene consejos y una salida para ti. ¡Él proveerá! ¡Sobrevivirás! No fue un error abandonar Egipto, y no fue un error seguir a Cristo. ¡Él tiene toda el agua viva que necesitas! Él quiere refrescar tu alma en este momento, ¡y ayudarte en este lugar seco!