2 Crónicas 30:14-31:1 La Pascua que nadie quería que terminara

Ezequías pretendió reunir su reino (Judá) con el reino del norte (Israel) y celebrar la Pascua. A su invitación, a pesar de la burla, una gran multitud se reunió.

14 Quitaron los altares que había en Jerusalén y los altares donde se quemaba incienso, y los arrojaron al arroyo de Cedrón. 15 El día catorce del mes segundo celebraron la Pascua. Los sacerdotes y los levitas, compungidos, se purificaron y llevaron holocaustos al templo del Señor, 16 después de lo cual ocuparon sus respectivos puestos, conforme a la ley de Moisés, hombre de Dios. Los levitas entregaban la sangre a los sacerdotes, y éstos la rociaban. 17 Como muchos de la asamblea no se habían purificado, para consagrarlos al Señor los levitas tuvieron que matar por ellos los corderos de la Pascua.

La preparación necesaria para la bendición de Dios

Por fin todos estaban juntos, listos para una gran celebración, pero no podían comenzarla sin la preparación necesaria. A veces podemos planear un servicio especial o campaña y gastar mucho dinero, pero no preparamos espiritualmente ni a nosotros mismos ni el lugar. Puede que pensemos que habrá una bendición automática porque estamos reunidos en el nombre de Jesús. ¿Cómo prepararon para esta Pascua?

  • Primero pasaron por Jerusalén, quitando todos los altares y lugares para quemar incienso, y echándolos al arroyo Cedrón. Los botaron, no simplemente encubriéndolos ni quitándolos para la duración de la Pascua. No sabemos por qué Ezequías los había permitido tanto tiempo, pero ahora el Espíritu de Dios está moviéndose y esta piedra de tropiezo de muchos años por fin está quitada. Tenemos que identificar y destruir todo lo que puede impedir la bendición de Dios. ¿Hay algunos “altares” que tienes que quitar de tu hogar o iglesia?
  • Sacrificaron el cordero pascual. El cordero era un tipo impresionante de nuestro cordero pascual, Jesucristo. Te puede parecer primitivo sacrificar tantos animales, pero el sacrificio de Jesús era aún más feo. El Hijo de Dios colgado en una cruz – ¡para ti! Escudriñémonos a nosotros mismos y confesemos nuestro pecado, dejando que la sangre del Cordero nos limpie. Así nos preparamos para entrar en la presencia de Dios. ¡Demasiados cristianos tienen corazones sucios!
  • Los sacerdotes y los levitas son condenados por su pecado y descuidando su llamado. Se sienten avergonzados, y se consagran y traen holocaustos para reconciliarse con Dios. Ellos eran responsables para el descuido de cosas importantes, como la Pascua. Si ellos no están bien con Dios, ¿cómo pueden guiar a su pueblo a una relación más íntima con Dios?
  • Toman sus posiciones, de acuerdo con el llamado de Dios. Puede ser tu posición como cabeza de tu casa o como líder en la iglesia, levántate y toma la autoridad de la posición que Dios te ha dado. Demasiados han abandonado su posición porque están tan metidos en las cosas del mundo. Si no sabes tu llamado, comienza allí, pidiendo al Señor que te lo muestre.
  • Los líderes miraron para los que no estaban preparados para adorar correctamente. No ignoran el mandamiento ni dejan a gente no consagrada sacrificar el cordero. Los levitas hacen lo sacrifican. Te puede parecer una molestia, pero ¿hay nuevos creyentes o cristianos apartados que necesitan tu ayuda, para incluirlos en la vida comunal de la iglesia?

18 En efecto, mucha gente de Efraín, de Manasés, de Isacar y de Zabulón participó de la comida pascual sin haberse purificado, con lo que transgredieron lo prescrito. Pero Ezequías oró así a favor de ellos: «Perdona, buen Señor, 19 a todo el que se ha empeñado de todo corazón en buscarte a ti, Señor, Dios de sus antepasados, aunque no se haya purificado según las normas de santidad.» 20 Y el Señor escuchó a Ezequías y sanó al pueblo.

Participantes impuros afligidos – ¡y sanados!

Esto es más complicado. Participar en la Pascua sin purificación personal era una violación directa de la ley, y puede tener consecuencias graves. De hecho, el Señor ya les había afligido. Siempre es mejor ser proactivo y hacer las cosas bien la primera vez para tener el favor de Dios, pero Ezequías quería incluir a todos posibles. Los sacerdotes no parecen muy listos, y tal vez nadie insistió en su purificación. Cuando el rey vio a todas estas personas enfermándose, él oró por ellos. ¡Y Dios los sanó!

No recomiendo empujar los límites y probar al Señor de esa manera, pero es impresionante ver que Dios estaba tan contento con lo que hizo Ezequías que los curó. También es impresionante ver el poder de la intercesión, y el papel principal de Ezequías en esta pascua. Algunos pudieran enojarse con un dios que afligiere a la gente que ellos invitaron tan cuidadosamente a esta función muy espiritual, pero el rey tenía una actitud de fe y Dios honró su oración.

21 Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron con mucho gozo, y durante siete días, la fiesta de los Panes sin levadura. Los levitas y los sacerdotes alababan al Señor todos los días, y le entonaban cantos al son de sus instrumentos musicales. 22 Y Ezequías felicitó a los levitas que habían tenido una buena disposición para servir al Señor. Durante siete días celebraron la fiesta y participaron de la comida pascual, ofreciendo sacrificios de comunión y alabando al Señor, Dios de sus antepasados.

¡Quieren más!

¡Qué bendición!

  • ¡Había mucho gozo!
  • ¡Alababan al Señor todos los días!
  • ¡Hicieron la alabanza aún más gloriosa con instrumentos musicales!
  • Ofrecieron sacrificios de paz y comunión al Señor.
  • Ezequías dio mensajes de aliento a los levitas.
  • Ellos tienen una disposición renovada para servir al Señor.

De hecho, era tan bueno que algo inusual sucedió:

23 Pero toda la asamblea acordó prolongar la fiesta siete días más, y llenos de gozo celebraron esos siete días.

Muchas veces la gente se inquieta al final de varios días de campaña: La asistencia va para abajo y miran a Facebook o WhatsApp en sus teléfonos, pensando ¿cuándo va a terminar? ¡Qué bendición que disfrutaron la reunión tanto que quieren extenderla para siete días más!

El único problema es que esto tampoco tenía precedentes. Dios había dado normas estrictas sobre cómo celebrar la Pascua, y no había ninguna provisión para extenderla. Pero ¿por qué no? Por dos semanas completas celebraron con mucha alegría.

24 Ezequías, rey de Judá, le obsequió a la asamblea mil bueyes y siete mil ovejas, y también los jefes regalaron mil bueyes y diez mil ovejas. Y muchos más sacerdotes se purificaron. 25 Toda la asamblea de Judá estaba alegre, lo mismo que todos los sacerdotes, levitas y extranjeros que habían llegado de Israel, así como los que vivían en Judá. 26 Desde la época de Salomón hijo de David, rey de Israel, no se había celebrado en Jerusalén una fiesta tan alegre. 27 Después los sacerdotes y los levitas se pusieron de pie y bendijeron al pueblo, y el Señor los escuchó; su oración llegó hasta el cielo, el santo lugar donde Dios habita.

Primer fruto: Alegría, bendición, y oración contestada

El paso audaz de fe de Ezequías, invitando a todos a Jerusalén, dio mucho fruto. Esta reunión dio a luz un avivamiento. El pecado del país había cerrado los oídos de Dios, pero ahora sus oraciones están llegando hasta el cielo. Cuando Dios se mueve de esta manera hay mucha alegría. Jerusalén no había experimentado nada igual desde los días de Salomón. Ezequías proporcionó miles de animales para los sacrificios. Los sacerdotes se santificaron. En una muestra notable de la unidad entre todo el pueblo, aun los extranjeros estaban incluidos.

Y no se detuvo cuando salieron de Jerusalén:

31:1Cuando terminó la fiesta, todos los israelitas que estaban allí recorrieron las ciudades de Judá para derribar las piedras sagradas y las imágenes de la diosa Aserá. También derribaron por completo los altares y los santuarios paganos que había en los territorios de Judá, Benjamín, Efraín y Manasés. Después de eso, todos ellos regresaron a sus ciudades, cada uno a su propiedad.

Segunda fruta: Ídolos destruidos

Lo que sucede en la iglesia debe impactar tu hogar y comunidad. La gente salió como un gran ejército, con fervor y celos por la santidad de Dios. Purificaron toda la tierra de su idolatría: piedras sagradas, imágenes de Aserá, lugares altos, y altares.

Todo esto sucedió porque un solo hombre – en este caso, el rey – tomó la iniciativa y llamó a la gente a volverse a Dios. A pesar de que no hizo todo exactamente correcto, Dios lo honró, y el resultado fue tremenda alegría y bendición.

¿Hay algo que Dios te está llamando a hacer para avivar tu familia, iglesia, o comunidad?