1El Señor le dijo a Moisés: «Anda, vete de este lugar, junto con el pueblo que sacaste de Egipto, y dirígete a la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob que les daría a sus descendientes.
Israel pasó varios meses en Horeb, y ¡qué meses fueron!
- Manifestaciones gloriosas del poder de Dios.
- El acuerdo unánime de obedecer sus leyes (solo para quebrar esa promesa a pocos días).
- El becerro de oro.
- Moisés ayunando en la cima de la montaña en presencia de Dios.
La nación estuvo cerca de la destrucción; solo la intercesión de Moisés la salvó. Ahora, finalmente, llegó el llamado de Dios para seguir adelante. A pesar de todos nuestros altibajos, el plan de Dios para la historia no cambia. A fin de cuentas, nada puede interrumpir el establecimiento de su reino. Pero Dios todavía no quiere reclamar Israel como suyo; sigue diciéndole a Moisés que tú lo sacaste de Egipto, y tiene una sorpresa no deseada para Moisés.
Dios no irá con ellos
2 Enviaré un ángel delante de ti, y desalojaré a cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. 3 Ve a la tierra donde abundan la leche y la miel. Yo no los acompañaré, porque ustedes son un pueblo terco, y podría yo destruirlos en el camino.»
Aparentemente Dios todavía está enojado con ellos. Él ya sabe cómo son, y es bastante feo. Así que decide alejarse para no destruirlos; es casi como si Él no confiara en sí mismo. Moisés intercedió y los salvó una vez, pero si caen de nuevo en el pecado, Dios teme que los aniquile. Así que va a enviar a su ángel con ellos; Dios todavía les dará la tierra, pero quita su presencia. ¿Tienen alguna opción? Si tú tuvieras que elegir entre un paraíso terrenal y la presencia de Dios contigo, ¿qué elegirías?
¿Podría ser que por esa razón a veces no sentimos la presencia de Dios? ¿Podríamos ser tercos como Israel, y por eso Dios se aleja? Tal vez está disgustado con los espectáculos que presentamos en su nombre, o con la hipocresía de gente en pecado que cantando cuánto lo aman. Podemos llegar a la tierra prometida, pero sin la gloria de su presencia. Tal vez podríamos seguir el ejemplo de Dios y enviar un asistente para resolver un problema, para que no hagamos más daño.
4 Cuando los israelitas oyeron estas palabras tan demoledoras, comenzaron a llorar y nadie volvió a ponerse sus joyas, 5 pues el Señor le había dicho a Moisés: «Diles a los israelitas que son un pueblo terco. Si aun por un momento tuviera que acompañarlos, podría destruirlos. Diles que se quiten esas joyas, que ya decidiré qué hacer con ellos.» 6 Por eso, a partir del monte Horeb los israelitas no volvieron a ponerse joyas.
¿Cuales joyas les quedaron después del oro que Aarón utilizó para el becerro? Tal vez otro tipo de joyería. Quitars las joyas es una forma de humillarse y prepararse para escuchar a Dios.
Es extraño que Dios parezca indeciso acerca de qué hacer con ellos. ¡Todavía siente tanta ira y asco que tiene miedo de que los destruyera si Él está con ellos aún por un momento! ¡Él ciertamente puede hacer eso! ¡Casi parece carecer de autodominio aquí! En efecto, quiere más tiempo para decidir qué hacer a continuación.
Me sorprende que la gente se hayan visto tan afectada por la decisión de Dios. Estaban listos para volver a Egipto y seguir a un nuevo dios de su propia creación, pero como muchos cristianos caprichosos de hoy, cuando empiezan a experimentar la distancia y el juicio de Dios, se vuelven serios y lamentan la ausencia de su presencia.
Antecedentes: la práctica de Moisés de comunión con Dios
Aquí aprendemos cómo Moisés se reunió con Dios; las conferencias en la cima de la montaña no eran nuevas. A veces queremos experiencias sobrenaturales sin cultivar una relación diaria con Dios. Con toda la responsabilidad que llevaba, Moisés probablemente necesitaba ese tiempo con Dios todos los días. Allí recibió fuerzas para seguir adelante, y dirección para el día. Más tarde, Jesús también tenía la costumbre de reunirse con su Padre temprano de mañana. ¿Y tú? ¿Tienes una «tienda de reunión»? ¿Un lugar privado donde puedes buscar a Dios todos los días, en adoración, comunión, oración, y escuchando su voz?
7 Moisés tomó una tienda de campaña y la armó a cierta distancia fuera del campamento. La llamó «la Tienda de la reunión con el Señor». Cuando alguien quería consultar al Señor, tenía que salir del campamento e ir a esa tienda.8 Siempre que Moisés se dirigía a ella, todo el pueblo se quedaba de pie a la entrada de su carpa y seguía a Moisés con la mirada, hasta que éste entraba en la Tienda de reunión. 9 En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y tapaba la entrada, mientras el Señor hablaba con Moisés. 10 Cuando los israelitas veían que la columna de nube se detenía a la entrada de la Tienda de reunión, todos ellos se inclinaban a la entrada de su carpa y adoraban al Señor. 11 Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.
¡Qué relación tan íntima tenía Moisés con Dios!
- Moisés consiguió la tienda, encontró un lugar para ella donde estaban en ese momento y la erigió. Se preparó para encontrarse con Dios, asegurándose que nada interrumpiera ese tiempo. Tal vez fue una de las primeras cosas que hizo cuando llegaron a un nuevo lugar. ¡Basta dela excusa de faltar devociones porque estás de viaje!
- Moisés la erigió lejos de la multitud y su ruido. Era un lugar sagrado y santo, no utilizado para nada más. La mayoría de nosotros no tenemos el espacio o el dinero para una sala exclusiva u otro edificio, pero puede haber un armario o una rincón en tu casa que puedas utilizar.
- Moisés tenía «horas de oficina» allí. La gente que necesitaba consejos de Dios fue a la tienda. Allí presumiblemente compartió su preocupación con Moisés y esperó la respuesta que él recibió de Dios. ¿Te gustaría una «tienda de reunión» que puedas visitar para recibir una palabra del Señor? Si estás en el ministerio, ¿se la ofreces a tu gente? ¿En serio buscas al Señor por su palabra para ellos?
- Moisés disfrutó de una comunión íntima, cara a cara (no literalmente) con Dios. Dios le habló. La oración no es complicada; debe ser como hablar con un amigo. Si quieres oír de Dios, pueda que tengas que alejarte de la multitud y hacer tu propia «tienda de reunión.»
El apoyo de la comunidad fue impresionante. Sabían que su supervivencia dependía de Moisés estando en sintonía con Dios. ¡Ojalá nuestras familias y quienes nos rodean se den cuenta de eso! Todos sabían a dónde iba Moisés cuando pasó por el campamento; para ellos había algo misterioso y aterrador en esas reuniones en la tienda. Todo se detuvo, se levantaron, se pararon a la entrada de sus tiendas y lo observaron. Cuando la columna de nube se trasladó a la entrada de la tienda, comenzaron a adorar. ¡Qué glorioso apoyo espiritual para su líder cuando se reunió con Dios! ¿Les das ese tipo de apoyo a tus líderes? Si estás en el liderazgo, ¿hay algo que puedas hacer para fomentar eso en tu pueblo?
No sabemos cuánto tiempo Moisés pasó allí. Estoy seguro de que no se apresuró. Finalmente regresó al campamento y la vida cotidiana continuó. A excepción de Josué; él se quedó en la tienda; estaba allí cuando Moisés habló con Dios. ¿Por qué se quedó?
- Tal vez él quería, estaba tan abrumado con la presencia de Dios.
- Quizás se quedó allí adorando y asegurándose de que el ambiente espiritual estuviese preparado para la próxima reunión de Moisés.
- Tal vez Dios habló con él.
- O tal vez simplemente estaba custodiando la tienda de algún intruso curioso.
Este fue otro paso en la preparación del líder que los llevaría a la tierra prometida. Si tú eres un líder aspirante, ¿estás dispuesto a invertir esa cantidad de tiempo? Si ya eres un líder, ¿te llevas un Josué cuando buscas unacomunión íntima con el Señor?
Dentro de la tienda
Aunque la experiencia con el becerro de oro fue devastadora, condujo a una mayor intimidad entre Dios y Moisés. Esa es una de las bendiciones que a menudo proviene de nuestras pruebas.
De alguna manera tenemos un registro de lo que sucedió en uno de esos encuentros cara a cara:
12 Moisés le dijo al Señor:
—Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. 13 Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo.
¿Has leído algo en la Biblia o has recibido una palabra del Señor, pero parece que no tiene nada que ver con tu experiencia diaria? Parece que Moisés se sintió así.
- La tarea es clara: Moisés tiene que guiar al pueblo. Pero él sabe que no puede hacerlo solo. Él había contado con la presencia de Dios, pero ya Dios ha dicho que no irá con ellos. Si Dios no va, ¿quién los acompañará? Moisés tiene que saberlo. ¿No había oído que sería un ángel? ¿O no estaba contento con esa provisión? Por mi parte, si yo estoy seguro de que Dios está conmigo, puedo hacer casi cualquier cosa. Pero, la sensación de que yo podría no estar en su voluntad o que Dios no está conmigo me asusta.
- Dios le dijo a Moisés que lo conoce y lo aprueba. ¡Es su amigo! Ha hallado gracia de Dios. Cuenta con su favor. ¡Qué bueno! Pero Moisés quiere más: «¡Enséñame! ¡Quiero conocerte! ¡Quiero saber que tengo que hacer para continuar a tu favor!» Me recuerda las muchas veces que he oído «Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida.» ¡Qué bueno! Pero, ¿cómo puedo tener una relación con Él, para experimentar ese amor? ¿Qué debería hacer? ¿Cómo debería vivir? ¿Cuál es su plan para mí? Pastor, por favor brinda a tu congregación una enseñanza sólida y ayúdalos a conocer realmente a Dios. Hoy hay una gran falta de verdadera relación con Dios y conocimiento de sus caminos. Y tu, mi hermano, por cierto, Dios te conoce por tu nombre. Él te conoce íntimamente, y te ama, con todos tus defectos. Quiere ser tu amigo. Si estás en Cristo, ¡tú eres su hijo adoptivo, y eres favorecido!
- Moisés tiene un ángulo adicional, que utiliza libremente: «Recuerda, esta es tu gente, Dios. No son míos. Les estás haciendo un favor al ayudarme a ser lo máximo que pueda.» Si tú eres un líder, puedes utilizar ese mismo argumento con el Señor.
14 —Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor.
Dios no es muy verbal, ¿verdad? En lo que parece un cambio de su decisión anterior de no ir con ellos, Dios promete que su presencia irá con ellos. ¿O solo promete estar con Moisés? En cualquier caso, contestó la primera petición de Moisés. Y Dios le ofrece algo que no solicitó: reposo. Al reflexionar sobre todo lo que Moisés había experimentado (confrontar al faraón, llevar al pueblo de Egipto, cruzar el Mar Rojo, responder a sus quejas, mucho ayuno, el becerro de oro), ya vemos por qué Moisés necesita descansar. A veces los líderes cristianos pueden creer que la fatiga es parte de su llamado. Descuidan el mandato de Dios de separar un día de reposo para recargar las baterías y pasar tiempo con el Señor. ¡Dios quiere darte descanso! Puede que tus circunstancias no sean tranquilas, pero te puede dar ese descanso.
15 —O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. 16 Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?
¿No escuchó Moisés lo que el Señor acaba de decir? ¿O solo quiere una confirmación? ¿O es «adicto» a la presencia de Dios?
- Sin la presencia de Dios, no vale la pena vivir. Yo no puedo seguir. Tengo que tener su presencia. Ahí se encuentra la vida. Algunos han sugerido que el infierno es simplemente la ausencia de la presencia de Dios. Hay demasiadas personas que solo experimentan un toque de su presencia en la iglesia. Hay que vivir en su presencia todos los días. Es muy fácil seguir adelante por nuestra cuenta y dejarlo atrás, o dejar que la televisión e Internet reemplacen su presencia. ¿Tienes que volver a la «tienda de reunión»?
- Es importante que los demás sepan que Dios está contento conmigo, contigo y con tu iglesia. Si no hay evidencia de su presencia, no hay manera de que lo sepan. Si Dios está contigo y anda contigo en lo que estás haciendo, será evidente para los demás; se acercarán a ti y a Cristo. Una iglesia sin la presencia de Dios es solo un club social o espectáculo, y no es atractivo en un nivel profundo.
- Una de las señas fundamentales del creyente es la presencia de Dios con él. Sin eso, realmente no hay mucha diferencia entre tú y la gente del mundo.
17 —Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo.
Parece que con frecuencia Dios repite lo que dice, tal vez porque sabe que somos lentos para escuchar. Acaba de decirle a Moisés que está complacido con él, que lo conoce por nombre, y así le concede su petición. Moisés está progresando y ahora tiene más denuedo:
18 —Déjame verte en todo tu esplendor —insistió Moisés.
Moisés probablemente vio más de la gloria de Dios que cualquiera de nosotros, pero cuando ves su gloria, quieres más. Moisés no está pensando en lo que él puede obtener de la relación o la gran mansión que puede conseguir en la tierra prometida. Él no está pensando en su éxito guiando al pueblo. Él solo quiere ver la gloria de Dios. ¿Tienes ese anhelo de Dios?
19 Y el Señor le respondió:
—Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo. 20 Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida.
Dios es muy misericordioso con Moisés, pero tal vez Moisés no entiende lo que está pidiendo. ¿Qué hará Dios?
- Su bondad pasará delante de él.
- Proclamará su nombre (el Señor) en su presencia.
- Será una auto-revelación impresionante, pero a Dios le preocupa darle demasiado a Moisés. Dios retiene su soberanía. Moisés puede influir en Él, pero Dios tendrá misericordia y compasión de quien quiera.
Moisés fue muy privilegiado, pero no pudo ver toda su gloria. No puede ver su rostro, porque lo mataría. En cierto sentido, la petición de Moisés fue contestada en el monte de la transfiguración, cuando vio el rostro de Jesús resplandeciente con la gloria de Dios.
21 »Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el Señor—. Puedes quedarte allí. 22 Cuando yo pase en todo mi esplendor, te pondré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi mano, hasta que haya pasado. 23 Luego, retiraré la mano y podrás verme la espalda. Pero mi rostro no lo verás.
En lo que los teólogos llaman «antropomorfismos,» Dios expresa características muy humanas: la mano, la espalda, la cara. De alguna manera lleva a Moisés y lo pone en una hendidura en la roca.
- ¿Cómo se siente al estar cubierto allí por la mano de Dios?
- ¿Qué sucedió cuando Dios pasó?
- ¿Trató Moisés de echar un vistazo?
- ¿Qué vio Moisés cuando vio la espalda de Dios?
El capítulo termina con esta imagen tentadora, pero sin ninguna descripción de lo ocurrido. Tal vez fue más allá de la capacidad de Moisés para escribir.
¿Tienes hambre de la presencia de Dios? ¿Es más importante para ti que cualquier otra cosa? ¿Tienes una «tienda de reunión» donde realmente puedes encontrarte con Dios? ¿O hace mucho tiempo que no has disfrutado de comunicación «cara a cara» con Dios, hablando con Él como lo harías con un amigo? ¿Estás seguro de que Dios te acompaña en tus esfuerzos? ¿O lo has dejado atrás, posiblemente sin saberlo?