Números 14: 20-45 El fruto feo de una rebelión

Israel no tiene fe para confiar en Dios, obedecerlo y entrar a la Tierra Prometida. En cambio, van a elegir un nuevo líder y volver a Egipto. Dios quiere destruir a todos y empezar de nuevo con Moisés. En medio de esta locura, Moisés, Josué y Caleb son los únicos hombres de fe e integridad. Moisés no puede hacer mucho más que rogar por la misericordia de Dios. Este hombre puede determinar la supervivencia de una nación entera. Él no pide nada por sí mismo, simplemente pide perdón por los pecados de su pueblo. ¿Cómo responderá Dios a su oración? ¿Cuál será el resultado final de la rebelión?

El perdón no elimina las consecuencias

20 Entonces el Señor le dijo: —Los perdonaré como me lo pides. 21 Pero tan cierto como que yo vivo y tan cierto como que la tierra está llena de la gloria del Señor, 22 ni uno solo de este pueblo entrará jamás en esa tierra. Todos vieron mi gloriosa presencia y las señales milagrosas que realicé, tanto en Egipto como en el desierto, pero vez tras vez me han probado, rehusando escuchar mi voz. 23 Ni siquiera verán la tierra que juré dar a sus antepasados. Ninguno de los que me trataron con desdén la verá. 24 Sin embargo, mi servidor Caleb tiene una actitud diferente a los demás. Él se ha mantenido fiel a mí, por lo tanto, yo lo llevaré a la tierra que él exploró. Sus descendientes tomarán posesión de la porción de la tierra que les corresponde. 25 Ahora bien, den la vuelta y no sigan hacia la tierra donde habitan los amalecitas y los cananeos. Mañana deberán partir al desierto en dirección del mar Rojo.

Es cierto; a pesar de su inclinación a matar a todos y empezar de nuevo con Moisés, Dios honra la petición de su siervo, y los perdona. Con una palabra, Él borra el pecado de las multitudes, aunque recuerda claramente sus diez casos de rebelión. Dios ha sido paciente y misericordioso, pero hay una enseñanza muy importante sobre el perdón: no significa que no habrá consecuencias. Y en este caso las consecuencias son graves: Nadie de esa generación verá jamás la Tierra Prometida.

Hay varias formas de traducir la palabra del idioma hebreo en el versículo 23: tratar con desdén, irritar, despreciar o menospreciar. Claro que Dios estaba profundamente afligido y enojado. Son perdonados, pero todavía habrá un precio que pagar por su pecado.

Sí, Dios les prometió esa tierra, pero sus promesas conllevan condiciones. Sus hijos entrarán en ella, pero solo dos adultos entrarán: Josué y Caleb, los dos espías que tuvieron fe y trajeron un buen informe. Caleb era único entre los hijos de Israel: Tenía otro espíritu. Se mantenía fiel a Dios, obedeciéndole y siguiéndolo con todo su corazón.

¿Tienes ese espíritu? ¿Te sientes más como Caleb, o la multitud? ¿Por qué parece tan difícil ser como Caleb? ¿Por qué tratamos a Dios con desprecio? No creemos en su Palabra, murmuramos, nos quejamos y desobedecemos. ¿Cómo podemos despreciar y provocar a alguien que ha hecho tanto por nosotros? ¿Cómo podemos rechazar la oferta de vida eterna? ¿Hay realmente tan pocos con el espíritu de Caleb que verdaderamente siguen a Cristo?

Doy gracias a Dios que Jesús compró nuestro perdón en la cruz. Doy gracias a Dios que muchas veces, por su misericordia, nos salva de las consecuencias de nuestro pecado. Pero no siempre. A menudo hay consecuencias graves: Puede que estés internado en una prisión, lastimes gravemente  el cuerpo, contraigas alguna enfermedad o pierdas tu esposa a causa de la infidelidad.

Ya han probado el rico fruto de la tierra y escucharon el buen informe. Una vida buena en una tierra que fluye leche y miel era suya. Pero la perdieron.

Date la vuelta

26 Entonces el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 27 «¿Hasta cuándo debo tolerar a esta perversa comunidad y sus quejas en mi contra? Sí, he oído las quejas que los israelitas tienen contra mí.28 Ahora bien, díganles lo siguiente: tan cierto como que yo vivo, declara el Señor, haré con ustedes precisamente lo que les oí decir. 29 ¡Todos caerán muertos en este desierto! Ya que se quejaron en contra de mí, cada uno de los registrados que tiene veinte años o más morirá.30 No entrarán a ocupar la tierra que yo juré darles, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.

31 »Ustedes dijeron que sus niños serían llevados como botín. Pues bien, yo me ocuparé de que entren a salvo a esa tierra y que disfruten lo que ustedes despreciaron. 32 Pero en cuanto a ustedes, caerán muertos en este desierto.33 Sus hijos serán como pastores que vagarán por el desierto durante cuarenta años y de esa manera, ellos pagarán por la infidelidad de ustedes, hasta que el último de ustedes caiga muerto en el desierto.

34 »Puesto que sus hombres exploraron la tierra durante cuarenta días, ustedes andarán vagando en el desierto por cuarenta años —un año por cada día— y así sufrirán las consecuencias de sus pecados. Entonces sabrán lo que es tenerme como enemigo. 35 ¡Yo, el Señor, he hablado! Sin falta, haré todas estas cosas a cada miembro de la comunidad que conspiró contra mí. ¡Serán destruidos en este desierto, y aquí morirán!».

Los murmullos y las quejas de Israel enfurecieron a Dios más que su rebelión; eran una expresión continua y molesta de su incredulidad y descontento. Insultan a Dios e implican que Él no sabe lo que está haciendo. Dios los odia. ¿Has caído en el mismo pecado?

Los hebreos dijeron que su preocupación principal era que sus hijos pudieran ser tomados como botín. Irónicamente, son esos mismos niños que poseerán la tierra. Dijeron que eran tan preciosos, pero ahora, debido al pecado de esos padres, van a sufrir por los próximos cuarenta años. Vagarán por el desierto. ¿Cómo afectará eso la actitud de esos niños hacia sus padres?

Dios dice que el pueblo conspiró contra Él. Una conspiración es seria, sobre todo contra Dios. En medio de toda esa rebelión, Moisés ha sido ejemplar; sin embargo, en Deuteronomio 1:37 él dice Por causa de ustedes el Señor se enojó también conmigo, y me dijo: “Tampoco tú entrarás en esa tierra.” Vamos a ver la desobediencia que le costó tanto a Moisés cuando llegamos a Números 20, donde él sintió la misma frustración que Dios expresa aquí, y golpeó una roca en lugar de hablarle. Incluso Moisés sufrió las consecuencias de deshonrar al Señor ante la gente.

Josué y Caleb estaban listos para entrar en la tierra. No pecaron. Sin embargo, ellos también tienen que darse la vuelta y vagar por el desierto durante cuarenta años. Nosotros también somos miembros de un cuerpo; cuando un miembro sufre, todos sufrimos. Cuando una parte del cuerpo no quiere avanzar en los propósitos de Dios, todo el cuerpo puede sufrir.

Dios quería matarlos allí mismo, y de cierta manera hubiera sido mejor. Esto es casi un infierno: Por el resto de sus vidas van a saber lo que es tener a Dios en contra de ellos, y sufrirán por su pecado. ¿Es posible que Dios permita que algunos que han pecado contra Él vivan, para experimentar las consecuencias de su pecado, y tal vez evitar el castigo eterno del infierno?

36 Entonces los diez hombres que Moisés envió a explorar la tierra —que por sus malos informes incitaron la rebelión contra el Señor— 37 fueron heridos de muerte por una plaga delante del Señor.38 De los doce que exploraron la tierra, solo Josué y Caleb siguieron vivos.

Dios no esperó para juzgar a los responsables de la rebelión. No juegues con Dios. Si Él te ha dado una posición de liderazgo y autoridad, ten cuidado de no hacer tropezar a un pequeño. No desalientes la fe de tu esposa o tus hijos. Dios lo toma muy en serio.

Presunción

39 Después, cuando Moisés comunicó las palabras del Señor a todos los israelitas, se llenaron de profundo dolor. 40 Así que a la mañana siguiente se levantaron temprano y subieron a la parte alta de las colinas. «¡Vamos! —dijeron—. Reconocemos que hemos pecado, pero ahora estamos listos para entrar a la tierra que el Señor nos prometió».

Lo he visto en innumerables ocasiones entre los reclusos: Cuando son arrestados y condenados, de repente se despiertan y se arrepienten. Hacen tratos con Dios, reconocen su pecado y están dispuestos a caminar en obediencia. Pero no se trata solo de los reclusos. Cuando la esposa se va, cuando perdemos el trabajo, cuando empezamos a experimentar las consecuencias, tendemos a tomar en serio las cosas de Dios. Pero hay un punto en que ya es demasiado tarde para evitar las consecuencias, y perdemos las bendiciones que Dios había planeado para nosotros.

41 Pero Moisés les dijo: «¿Por qué desobedecen ahora las órdenes del Señor de volver al desierto? No les dará resultado. 42 No suban ahora a la tierra. Lo único que sucederá es que sus enemigos los aplastarán porque el Señor no está con ustedes. 43 Cuando enfrenten a los amalecitas y a los cananeos en batalla, serán masacrados. El Señor los abandonará porque ustedes abandonaron al Señor».

Primero desobedecieron cuando se negaron a subir como Dios les mandó. Ahora perdieron esa oportunidad y Dios les manda que se den la vuelta, pero ellos no quisieron. De pronto están listos para subir y pelear, pero Dios ya no está con ellos, y sin el Señor se enfrentan a una derrota segura. Aún si su ejército fuese superior, serían derrotados, porque están peleando sin Dios.

Me estremezco de aquellos que se apartan del Señor hoy. Han perdido su cobertura y son vulnerables a los demonios del infierno y todo el mal en el mundo. A menos que se arrepientan y tomen la obediencia en serio, caerán.

44 Sin embargo, el pueblo avanzó con insolencia hacia la zona montañosa, aunque ni Moisés ni el arca del pacto del Señor salieron del campamento.45 Entonces los amalecitas y los cananeos que vivían en las montañas descendieron, los atacaron y los vencieron, haciéndolos huir hasta Horma.

La presunción es vanagloria, jactancia, o tenerse en alto concepto. Arrogantemente, ignoran a Dios y sus mandamientos, y hacen lo que les parece correcto, de alguna manera creyendo que pueden derrotar a sus enemigos sin el Señor. El hecho de que ni Moisés ni el arca los acompañaron debería ser un mensaje claro que sería un fracaso. Cuando arrogantemente salimos de debajo de la cobertura de Dios en desobediencia flagrante, el resultado siempre es desastroso.

Deuteronomio 1:45 dice: Entonces ustedes regresaron y lloraron ante el Señor, pero él no prestó atención a su lamento ni les hizo caso. ¿Cuán genuinas eran sus lágrimas? ¿Estaban verdaderamente arrepentidos, o simplemente consternados por su derrota? Puede haber ocasiones en que Dios no te presta atención a tu clamor, cuando estás en rebelión. No sentirás su presencia; has perdido su bendición. Solo puedes humillarte, darte la vuelta y hacer su voluntad.

El Salmo 78 narra la trágica historia de Israel

Hablando de este tiempo, los versículos 32-43 dicen:

Se acordaban de que Dios era su roca,
de que el Dios Altísimo era su redentor.
Pero entonces lo halagaban con la boca,
y le mentían con la lengua.
No fue su corazón sincero para con Dios;
no fueron fieles a su pacto.
Sin embargo, él les tuvo compasión;
les perdonó su maldad y no los destruyó.
Una y otra vez contuvo su enojo,
y no se dejó llevar del todo por la ira.
Se acordó de que eran simples mortales,
un efímero suspiro que jamás regresa.

¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto,
y lo entristecieron en los páramos!
Una y otra vez ponían a Dios a prueba;
provocaban al Santo de Israel.
Jamás se acordaron de su poder,
de cuando los rescató del opresor,
ni de sus señales milagrosas en Egipto.

¿Y tú? ¿Estás poniendo a Dios a prueba? ¿Estás provocándolo?

Cuando tu pueblo no quiere seguir a Dios

Por un lado, parece que Moisés no fue el héroe de esta historia. No pudo convencer a su pueblo de confiar en Dios y subir a la tierra. Es duro cuando un pastor, líder, esposo o padre sabe lo que Dios quiere hacer y hace todo lo posible para alinearlos con el plan de Dios, y ellos no quieren hacerlo. Moisés era un gran ejemplo de fe: Predicó la Palabra de Dios e intercedió por el pueblo; obedeció a Dios en todo, y varias veces vio la salvación milagrosa de su pueblo. Pero a fin de cuentas, no había nada que pudiera hacer para moverlos de su miedo e incredulidad a la obediencia. Y no hay nada que tú puedas hacer para que tu esposa, tus hijos o tu iglesia hagan lo que crees que es lo que Dios quiere para ellos. Está fuera de tu control. Ellos tienen que tomar esa elección. Pueden decidir permanecer en su rebelión, y tú agonices al ver el juicio de Dios en sus vidas y todas las bendiciones que han perdido. Y, a pesar de tu fidelidad, puede perturbar tu vida también. En lugar de retirarse a una bonita casa en la tierra que fluye leche y miel, Moisés pasaría los últimos cuarenta años de su vida vagando por el desierto con muchos llorones. Eso no parece una gran recompensa para uno de los hombres más grandes de la historia. Algunos estarían bastante resentidos con el pueblo; incluso podrían tomar la decisión de olvidarse del llamado de Dios y dejarlos para ir solos a la Tierra Prometida. Pero esa nunca fue una opción para Moisés.

El mensaje de Dios para ti en este capítulo

¿Estás sufriendo como consecuencia de la rebelión de alguien más? ¿Todavía te sientes responsable? ¿Crees que todo sería diferente si solo hubieras sido un mejor pastor, esposo o padre? Si había fracasos de tu parte, pide perdón a Dios, y déjalo ir. Pero lo más probable es que ya hayas hecho todo lo  posible y que ellos solo estén ejerciendo su libre albedrío. Pensar “si tan solo hubiera hecho esto” de verdad no sirve para nada. Me gustaría decirte que de ahora en adelante será más fácil, pero no puedo. Puede ser que vayas a caminar con algunas personas difíciles por el resto de tu vida. Y no pienses que un divorcio o una nueva iglesia resolverán el problema.

Tu puedes estar en una etapa crítica en tu caminar con Cristo, al punto de entrar en bendiciones y un ministerio fructífero como nunca imaginaste. Puede que tengas muchos detractores, diciendo que es demasiado difícil o demasiado tarde, o que nadie lo ha hecho antes: “¿Quién crees que tú eres para intentar eso?” Puedes estar al tanto de las batallas fuertes que te esperan. Los obstáculos son grandes; puede que tengas dudas y miedo a veces, y que no tengas el apoyo de tu esposa, pero tú tienes una confianza profunda en que Dios te ha llamado a seguir adelante. ¿Qué vas a hacer?

Tal vez el Señor te ofreció algo, pero caíste en quejas e incredulidad y perdiste esa oportunidad. Algunos pueden decirte que todavía debes luchar por él y reclamarlo por fe, pero es posible que Dios te diga que ya es demasiado tarde. La vida no es facil, pero es importante no ser presuntuoso o arrogante en este punto. Humíllate y prepárate para un poco más de entrenamiento. Eso es difícil, pero te traerá beneficios eternos. Para Israel serían casi cuarenta años de muerte, con cada uno de esos adultos muriendo antes de llegar a la Tierra Prometida. Tal vez tus hijos o un líder joven puedan aprender de tus errores y heredar lo que tu perdiste.

No endurezcas el corazón

Es mucho mejor confiar en Dios y seguir adelante desde el principio. Las batallas pueden ser difíciles, pero qué glorioso ver a Dios pelear y ganarlas. Deja el miedo y camina en obediencia, paso a paso. Dios se encargará del resto. Cerramos este capítulo aleccionador con un pasaje del Nuevo Testamento, Hebreos 3:15-4:2:

«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan el corazón
como sucedió en la rebelión.»

Ahora bien, ¿quiénes fueron los que oyeron y se rebelaron? ¿No fueron acaso todos los que salieron de Egipto guiados por Moisés? ¿Y con quiénes se enojó Dios durante cuarenta años? ¿No fue acaso con los que pecaron, los cuales cayeron muertos en el desierto? ¿Y a quiénes juró Dios que jamás entrarían en su reposo, sino a los que desobedecieron? Como podemos ver, no pudieron entrar por causa de su incredulidad.

 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.

El autor de Hebreos claramente cree que nosotros enfrentamos el mismo peligro que los israelitas. Nuestra «tierra prometida» es el reposo que Dios nos ofrece. ¿Qué te ha dicho Dios en este capítulo? No endurezcas tu corazón. Decide que vas a caminar en obediencia a Dios, sin importar lo que eso signifique. ¿Cómo es tu fe? Confiesa cualquier incredulidad como pecado. En fe, da ese paso de obediencia. Dios estará allí contigo.

Números 14: 1-19 Rebelión total

Este tiene que ser uno de los capítulos más tristes de la Biblia. Estaban tan cerca de la tierra de sus sueños, tan cerca de la provisión milagrosa de Dios, y las perdieron. Sí, debido a nuestra rebelión podemos perder la plenitud de la bendición de Dios. Puede que no pierdas tu salvación; Israel seguía siendo el pueblo de Dios. Caminaron con Dios y Él les enseñó. Pero el propósito de Dios ahora fue preparar una nueva generación que evitara los errores de sus padres. Serían esos hijos que heredarían la tierra.

Este es un capítulo trágico, pero también poderoso. Si te encuentras en una de estas situaciones, hay un mensaje de Dios para ti:

  • ¿Estás enfrentando una decisión que podría cambiar tu vida? ¿Una encrucijada?
  • Como los espías en Números 13, ¿has estudiado todas las opciones?
  • ¿Tienes miedo de los retos por delante?
  • ¿Estás tentado a tomar lo que puede parecer un camino más fácil? (¿Aún si eso significa caminar en un desierto durante cuarenta años?)
  • ¿Estás viviendo con las consecuencias de una mala elección que tomaste hace años? ¿Has visto los pecados de los padres visitando a sus hijos? (Tú puedas ser ese hijo o ese padre.)
  • ¿Es posible que tu tarea principal ahora sea ayudar a tus hijos a seguir a Cristo y evitar tus errores?

¿A dónde podemos ir?

En unos pocos meses, Israel salió de Egipto, cruzó el Sinaí y recibió la ley. Parece que Dios tenía a Israel en una vía rápida, con muchos cambios en poco tiempo. Ahora Él cree que están listos para entrar en la Tierra Prometida.

Los espías habían explorado la tierra y estaban entusiasmados con su abundancia. Pero diez de los doce se centraron en los gigantes y las dificultades de tomarla, sembrando miedo e incredulidad. El pasaje paralelo en Deuteronomio 1:28 expresa la desesperación del pueblo: ¿Dónde podemos ir? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón. Sabemos que una persona atrapada y atemorizada puede hacer algo tonto.

El miedo lleva a una rebelión total

1Entonces toda la comunidad empezó a llorar a gritos y así continuó toda la noche.Sus voces se elevaron en una gran protesta contra Moisés y Aarón: «¡Si tan solo hubiéramos muerto en Egipto o incluso aquí en el desierto! —se quejaban—. ¿Por qué el Señor nos está llevando a esta tierra solo para que muramos en batalla? ¡A nuestras esposas y a nuestros hijos se llevarán como botín! ¿No sería mejor volvernos a Egipto?». Entonces conspiraron entre ellos: «¡Escojamos a un nuevo líder y regresemos a Egipto!».

Lee estos versos de nuevo. ¡Es increíble! Van de mal en peor. Mira sus pasos para abajo a la desesperación:

  1. Escuchan palabras de fe y palabras de miedo. Pero los espías incrédulos ahogan las voces de la fe, infectando a todos con su miedo. ¡Ten cuidado con lo que escuchas! Guárdate de la infección de la incredulidad, y guarda a tu familia e iglesia del temor y la incredulidad. Pueden destruirlas.
  2. Se reúnen, no para adorar a Dios y buscar su rostro, sino para revolcarse en lágrimas de autocompasión. Se olvidan de Dios y su Palabra; solo piensan en sí mismos.
  3. Dirigen su miedo e ira a sus líderes, Moisés y Aarón. Ya hemos visto lo listos que están para murmurar. ¿Estás quejándote de algo en este momento? ¿O eres el blanco de las quejas de otros, injustamente?
  4. Quieren morir. Su temor de lo desconocido es tan grande que desearían haber muerto en Egipto o en el desierto. Anhelar la muerte o pensar en el suicidio es una obra del diablo. ¡Dios quiere darte vida! ¡Es Satanás quien quiere quitarte la vida!
  5. Están engañados. Reconocen que Dios los trajo a la Tierra Prometida, pero lo ven como un Dios caprichoso y malvado, que lo hizo solo para matarlos. De hecho, en Deuteronomio 1:27 dicen: Seguro que el Señor nos odia. Mentiras. El error teológico conduce a la rebelión. ¿Hay mentiras que has creído acerca de Dios? ¿Está tu imagen de Dios alineado con la verdad bíblica? ¿Hay algunas creencias que debas cuestionar?
  6. Piensan lo peor: sus mujeres y niños serán tomados como botín. ¿Qué sería tu pesadilla?
  7. Deciden que su única opción es volver a su vida anterior en Egipto; al menos era predecible y familiar. Ten cuidado cuando el pasado parezca más atractivo que caminar con Dios. ¿A dónde regresarías tú? ¿Realmente es tan color de rosa? ¿Cuán realista es la posibilidad de volver atrás?
  8. Están listos para rechazar la autoridad de Dios y Moisés y elegir su propio líder, que haría lo que ellos quisieran. Están a punto de abandonar a Dios y la tierra que Él quiere darles y volver a la esclavitud, y probablemente a la muerte. ¿Has pensado en dejar todo y buscar a alguien que te ofrezca una vida mejor? ¿Una nueva mujer? ¿Un nuevo pastor? ¿Incluso una nueva religión?

¿Qué puede hacer un líder frente a la rebelión?

Entonces Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra ante toda la comunidad de Israel. Dos de los hombres que exploraron la tierra, Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, se rasgaron la ropa y dijeron a todo el pueblo de Israel: «¡La tierra que atravesamos y exploramos es maravillosa! Si el Señor se agrada de nosotros, él nos llevará a salvo a esa tierra y nos la entregará. Es una tierra fértil, donde fluyen la leche y la miel.No se rebelen contra el Señor y no teman al pueblo de esa tierra. ¡Para nosotros son como presa indefensa! ¡Ellos no tienen protección, pero el Señor está con nosotros! ¡No les tengan miedo!».

¿Qué se puede hacer? ¿Qué harías tú? Moisés no sabe qué decir. Caen sobre sus rostros ante el pueblo. Josué y Caleb hablan palabras razonables de fe a la multitud; aparentemente son los únicos que se unen a los líderes. Dios les da una oportunidad más para despertarse y arrepentirse antes del juicio.

  • Habían visto la tierra, y es maravillosa. Es bueno edificar la fe y coger ánimo de los testimonios de otros creyentes que han experimentado la bondad de Dios.
  • Josué y Caleb saben que no pueden jugar con Dios. Sí, Dios les prometió la tierra, pero ellos saben que las promesas de Dios tienen condiciones. Si desobedecen al Señor, no pueden contar con su bendición y gracia, y si persisten en sus murmullos e incredulidad, no pueden esperar que Dios les dé la tierra.
  • La gente puede creer que está rebelándose contra Moisés, pero en realidad está rebelándose contra el Señor. La rebelión tendrá consecuencias drásticas.
  • Sí, hay gigantes en la tierra, pero no hay que temer. Dios peleará por su pueblo y derrotará a sus enemigos. Ya han visto a Dios pelear por ellos en Egipto y en este viaje. ¿Te enfrentas a algunos gigantes? ¿Crees que Dios puede pelear por ti? ¿Puedes confiar en Él para derrotar a tus enemigos?
  • Sus enemigos han perdido cualquier protección que habían disfrutado en el pasado. Dios está con Israel, y eso es realmente todo lo que importa. Si Dios es por ti, ¿quién contra ti?
  • Para dar énfasis, dos veces Josué y Caleb dicen: No tengan miedo. Lo que deberían temer es a Dios y las consecuencias de su rebelión.

No sabemos exactamente cuándo Moisés se levantó y habló; es posible que haya sido alentado por estas palabras de Josué y Caleb. En Deuteronomio 1:29-31 él dice: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos. Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.

Los ha llevado como un padre lleva a su hijo.

¡Dios los ama!

¡Deja que tu Padre te lleve!

¡Deja que Dios pelee por ti!

¡Pueden contar con Él!

¡Él ha sido fiel!

¡Tranquilo!

Para algunas personas no es fácil ofrecer palabras de fe y aliento como estas. ¿Y tú? ¿Puedes entrar en situaciones de temor y desánimo en tu hogar, iglesia o trabajo, y hablar en el nombre de Dios?

La oferta de Dios a Moisés

10 Sin embargo, toda la comunidad comenzó a decir que apedrearan a Josué y a Caleb. Entonces la gloriosa presencia del Señor se apareció a todos los israelitas en el tabernáculo. 11 Y el Señor le dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Nunca me creerán, aun después de todas las señales milagrosas que hice entre ellos? 12 Negaré que son míos y los destruiré con una plaga. ¡Luego te convertiré en una nación grande y más poderosa que ellos!».

Proclamaron palabras de fe y aliento, pero cayeron en oídos sordos. Están tan involuncrados en su temor y rebelión que están listos para apedrear a sus líderes, y lo podrían haber hecho, pero en ese momento apareció la gloria de Dios. El Señor tiene una oferta muy atractiva para Moisés; no es la primera vez que la hizo. ¿Te acuerdas del becerro de oro? Dios quería destruir a todos allí y empezar de nuevo con Moisés (Éxodo 32:10).

Esto no es solo una cuestión de temor comprensible por parte de unos pobres ex esclavos que realmente no conocen a Dios, ni son como niños que se comportan mal. Ellos desprecian a Dios. El verdadero problema es la incredulidad (dudar de su palabra). Dios espera que ellos hayan visto suficiente en estos meses del éxodo para fortalecer su fe; Él ha sido paciente con ellos, pero hay límites para su paciencia.

¿Cuántos cristianos hoy desprecian a Dios, no creyendo lo que claramente ha dicho en su Palabra? Tú no has visto el Mar Rojo dividido, pero ¿no has visto suficiente del poder de Dios para seguir adelante en la fe?

¡Mira cómo Dios honra al hombre fiel! Él hará todo lo posible por esa persona, aún eliminar al pueblo y comenzar de nuevo con Moisés.

Moisés intercede por su perdón

Moisés podría haber sido tentado a aceptar esta oferta, pero ya hemos visto su compromiso con el pueblo; él ni siquiera la contempló, y presenta un caso tan sólido que uno podría pensar que pasó horas preparándolo. Pero él no tenía mucho tiempo; si iba a salvar a la nación, tenía que actuar con prisa. Sus argumentos no tienen nada que ver con los méritos del pueblo, o con sus propios méritos; tienen todo que ver con Dios. Es un gran modelo de intercesión para nosotros.

13 Pero Moisés respondió: —¿Qué pensarán los egipcios cuando oigan acerca de esto? —le preguntó al Señor—. Ellos saben muy bien cómo demostraste tu poder cuando rescataste a tu pueblo de Egipto. 14 Si ahora los destruyes, entonces los egipcios lo informarán a los habitantes de esta tierra, los cuales ya escucharon que vives en medio de tu pueblo. Ellos saben, Señor, que te apareciste a tu pueblo cara a cara y que tu columna de nube se mantiene en el aire sobre ellos. Saben que de día vas delante de ellos en la columna de nube y por la noche en la columna de fuego. 15 Así que si ahora matas a todo el pueblo de un solo golpe, las naciones que han oído acerca de tu fama dirán: 16 “Como el Señor no pudo llevarlos a la tierra que juró darles, los mató en el desierto”.

17 »Por favor, Señor, demuestra que tu poder es tan grande como lo has declarado. Como lo has dicho: 18 “El Señor es lento para enojarse y está lleno de amor inagotable y perdona toda clase de pecado y rebelión; pero no absuelve al culpable. Él extiende los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia se ve afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación”. 19 En conformidad con tu magnífico e inagotable amor, por favor, perdona los pecados de este pueblo, así como lo has perdonado desde que salió de Egipto.

Hay tres partes principales de su oración:

  1. Preocupación por la reputación y el honor de Dios. A los ojos del mundo, Dios se identifica con esta nación; los ha llevado, realizó milagros entre ellos y habló con ellos. Si Dios los destruye, las noticias llegarán a los egipcios, y les dirán a las naciones que Dios no pudo cumplir lo que prometió. Dios quería que Israel fuese un testimonio para todas las naciones de su poder y bondad, pero el resultado sería exactamente lo contrario, y el mundo nunca sabría por qué Dios los mató.
  2. Apela a la Palabra de Dios, lo que Él ya ha dicho y revelado sobre su personaje. Dijo que es lento para la ira y está listo para perdonar la rebelión. Se requiere mucha fuerza para seguir amando y perdonando a gente tan pecaminosa.
  3. Moisés hace una petición sencilla para perdón, esperando que el amor y la misericordia de Dios superen su justicia. Varias veces Dios ya los ha perdonado; este perdón estaría conforme a lo que ya ha hecho.

¿Qué piensas? ¿Tocará Moisés el corazón de Dios con este argumento?

 

 

Números 13: ¿Obediencia o rebelión?

1El Señor le dijo a Moisés: «Envía hombres a explorar la tierra de Canaán, la tierra que les daré a los israelitas. Envía a un jefe de cada una de las doce tribus de sus antepasados». Entonces Moisés hizo lo que el Señor le ordenó y envió a doce hombres desde el campamento en el desierto de Parán, todos jefes de las tribus de Israel.

¿Quién quería enviar espías?

Estos espías serían una pesadilla para Israel, pero antes de entrar en esta porción bíblica hay otro problema para nosotros. Números dice claramente que se fueron por orden de Dios, pero el relato paralelo en Deuteronomio (1:22-23) parece contradecirlo:

»Sin embargo, todos ustedes se acercaron y me dijeron: “Primero enviemos espías a que exploren la tierra por nosotros. Ellos nos aconsejarán cuál es la mejor ruta para tomar y en qué aldeas entrar”.

»Me pareció una buena idea, así que elegí a doce espías, uno de cada tribu.

¿Cómo se concilia la diferencia? Dios puede revelar algo a un líder, pero luego le indica que espere para compartirlo con los demás. Y como lo hagas con tu hijo, a veces es mejor para ellos creer que la idea es de ellos. Dios podría haber mandado esta misión, y luego ponerla en los corazones de los hijos de Israel para solicitarla. O ellos podrían haber hecho su solicitud, y Moisés buscó al Señor para discernir su voluntad. Deuteronomio sugiere que Moisés se embarcó en esta misión tan importante sin consultar al Señor, pero eso no es característico de él.

¿Soberanía o libre albedrío?

Al igual que algunos pasajes paralelos en los evangelios nos presentan con perspectivas algo diferentes del mismo evento, Números se centra en la soberanía de Dios y su propósito al enviar los espías. ¿Necesita Dios saber quiénes habitaban en esa tierra? ¡Por supuesto no! ¿Sabe ya el resultado de su exploración? ¡Por supuesto! Pero a pesar de su plan inalterable de llevarlos a la tierra prometida, la libre voluntad del hombre puede cambiar los detalles. En este caso se retrasó su entrada en Canaán durante cuarenta años. Deuteronomio da énfasis a la libertad de la gente para solicitar espías. Es como el viejo debate de soberanía versus libre albedrío: probablemente ambos sean correctos. El resultado final es el mismo.

Lo que no cambia se encuentra en el primer versículo de Números 13: Dios le está dando la Tierra Prometida a Israel. No importa si por su rebelión e incredulidad se niegan a entrar y tomarla, o si por fe reclaman toda la tierra; la tierra es de ellos. Lo que realmente sucedió es similar a lo que sucede en nuestra experiencia de alcanzar la plenitud del plan de Dios: Su pecado y rebelión causaron un retraso significativo, mientras aprendieron algunas lecciones duras. Finalmente entraron en la tierra, pero nunca eliminaron a todos sus habitantes, lo que resultó en constantes guerras y luchas. Disfrutaron los frutos de la tierra, pero se hicieron la vida difícil.

La selección de los espías

Los versos 4 – 16 dan la lista de los representantes de cada tribu. Los únicos dos nombres de importancia para nosotros son Caleb (de Judá), y Oseas (cuyo nombre Moisés cambió a Josué) de Efraím. Hay otros dos puntos importantes:

  • Moisés quiere asegurarse de que cada tribu esté representada y participe en la evaluación de la tierra. Como ya vimos en la selección de los setenta ancianos, desde el principio el concepto de la representación de todo el pueblo fue importante en el gobierno de Israel.
  • Esta es la primera tarea importante en el éxodo que Moisés no ha dirigido; él entregó la misión a estos hombres. A veces estamos obligados a delegar, como aquí. Moisés ya había estado apartado del pueblo para bastante tiempo en el Sinaí, lo que resultó en el desastre del becerro de oro; el pueblo necesita su presencia. También, ya era un hombre mayor de unos 80 años. No era muy apto para viajar tanto, ni para espionaje.

Las instrucciones de Moisés a los espías

17 Moisés envió a los hombres a explorar la tierra y les dio las siguientes instrucciones: «Vayan al norte a través del Neguev hasta la zona montañosa. 18 Fíjense cómo es la tierra y averigüen si sus habitantes son fuertes o débiles, pocos o muchos.19 Observen cómo es la tierra en que habitan. ¿Es buena o mala? ¿Viven en ciudades amuralladas o sin protección, a campo abierto? 20 El terreno, ¿es fértil o estéril? ¿Abundan los árboles? Hagan todo lo posible por traer muestras de las cosechas que encuentren». (Era la temporada de la cosecha de las primeras uvas maduras).

Moisés dejó muy clara su misión, incluso diciéndoles cómo entrar en una tierra que ninguno de ellos nunca había visto:

  • ¿Cómo es el paisaje?
  • ¿Es la gente fuerte o débil?
  • ¿Cuántas personas hay?
  • ¿Qué tipo de tierras son?
  • ¿Buena o mala?
  • ¿Es la tierra fértil o estéril?
  • ¿Hay árboles?
  • ¿Cómo son las ciudades?
  • ¿Tienen muros y fortificaciones?

Para un pueblo que ha escuchado hablar de esta tierra que fluye leche y miel durante tantos años, la última instrucción es conmovedora: Haz tu mejor esfuerzo por traer algunos frutos de la tierra. ¡Eso sería un estímulo visible para seguir adelante!

Me he mudado muchas veces, y siempre es emocionante hacer ese primer viaje a un lugar nuevo y hacer algunas de esas mismas preguntas. Finalmente debían lograr lo que esperaban durante tanto tiempo. Hay muchas expectativas, y algo de ansiedad. Puede ser muy positivo, pero también implica bastante riesgo. Ésta será una prueba crucial de la capacidad de Moisés para administrar a su pueblo.

La exploración

21 Así que subieron y exploraron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, cerca de Lebo-hamat. 22 Yendo al norte, atravesaron el Neguev y llegaron a Hebrón donde vivían Ahimán, Sesai y Talmai, todos descendientes de Anac. (La antigua ciudad de Hebrón fue fundada siete años antes de la ciudad egipcia de Zoán).23 Cuando llegaron al valle de Escol, cortaron una rama con un solo racimo de uvas, tan grande ¡que tuvieron que transportarlo en un palo, entre dos! También llevaron muestras de granadas e higos. 24 A ese lugar se le llamó el valle de Escol (que significa «racimo») por el racimo de uvas que los israelitas cortaron allí.

Los eventos bíblicos importantes a menudo duran cuarenta días, lo cual muestra la importancia de esta exploración, y también les dio tiempo de sobra para conocer la tierra. Sería un racimo de uvas muy impresionante, que requiere dos hombres para llevarlo en un palo entre ellos. También consiguieron granadas e higos. Todos sobrevivieron. Hasta ahora todo se ve bien.

Informe de los espías

25 Después de explorar la tierra durante cuarenta días, los hombres regresaron 26 a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de Israel en Cades, en el desierto de Parán. Informaron a toda la comunidad lo que vieron y les mostraron los frutos que tomaron de la tierra. 27 Este fue el informe que dieron a Moisés: «Entramos en la tierra a la cual nos enviaste a explorar y en verdad es un país sobreabundante, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Aquí está la clase de frutos que allí se producen. 28 Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac! 29 Los amalecitas viven en el Neguev y los hititas, los jebuseos y los amorreos viven en la zona montañosa. Los cananeos viven a lo largo de la costa del mar Mediterráneo y a lo largo del valle del Jordán».

Primero, las buenas noticias. La tierra realmente fluye leche y miel; tienen la fruta para probarlo. Sin embargo, en esta vida por lo general hay un «pero,» y este es un gran pero: Personas grandes y poderosas habitan la tierra, y hay ciudades grandes y fortificadas.

Obviamente, todos estaban ansiosos por escuchar su informe. Parece que dieron un informe general a todos, y luego le dieron más detalles a Moisés. Pero podría haber sido más prudente informar primero a Moisés y entonces decidir cuales detalles compartirían con toda la asamblea. Una vez que escucharon la voz de la duda y el miedo, sería casi imposible contrarrestarlo.

Dos respuestas a la exploración

30 Pero Caleb trató de calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés. —¡Vamos enseguida a tomar la tierra! —dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla!

31 Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo: —¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros!

32 Entonces comenzaron a divulgar entre los israelitas el siguiente mal informe sobre la tierra: «La tierra que atravesamos y exploramos devorará a todo aquel que vaya a vivir allí. ¡Todos los habitantes que vimos son enormes! 33 Hasta había gigantes, los descendientes de Anac. ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos!».

Ahora tienen que escoger: Obedecer o rebelarse; tener fe, o permitir que el miedo los paralice y los conduzca al pecado. Todo es cuestión de perspectiva, ¿verdad?

Hay aspectos positivos y negativos de casi todo lo que nos enfrenta en la vida. Sería genial si pudieran entrar a la tierra sin oposición ninguna, pero la vida no es así. Casi todo lo que obtenemos implica algo de lucha. Tenemos la palabra de Dios y sus promesas. Conocemos sus propósitos para nosotros. Tenemos que elegir entrar en lo que puede ser desconocido y temible, confiando que Dios está con nosotros, y que podemos coger ánimo de las uvas y los testimonios de otras personas que han experimentado la fidelidad de Dios. O podemos escuchar a los quejosos y sus informes negativos. Podemos mirar los hechos, y también podemos reconocer nuestra tendencia a exagerar. Gran parte de la forma en que abordamos la vida implica cómo nos vemos con nuestros propios ojos y cómo nos sentimos. ¿Te ves como un saltamontes? ¿O un poderoso guerrero armado con poderosas armas espirituales?

Solo dos hombres vieron la situación con los ojos de la fe. Dios dijo que Caleb «tenía un espíritu diferente.» Ya hemos visto la fe de Josué. Esos dos hombres fueron contrarrestados por diez que solo vieron los obstáculos. Solo dos de doce. Esa puede ser la relación típica de aquellos que se avanzan valientemente en fe, y aquellos que siembran dudas y miedo. ¿De cuál grupo sueles formar parte? ¿Hay posibilidades de obediencia y de servicio? ¿Estás tentado de ir con lo que es seguro? ¿Ves solo los obstáculos? ¿O puedes confiar en que los obstáculos son oportunidades para que Dios se glorifique a sí mismo?

En el próximo capítulo veremos lo que el pueblo eligió – y cómo Moisés maneja uno de sus mayores desafíos.