Números 25 y 31   El sexo como un arma

Sexo. La trampa número uno para muchos hombres. Y cuando un varón cae en pecado sexual, su familia y comunidad sufren también. Hasta ahora, el sexo no ha sido un gran problema en el éxodo, pero ahora están acercándose a la Tierra Prometida. A pesar de tanta rebelíon, la nación ha sobrevivido. Satanás sabe que le queda poco tiempo para descarrilar el plan de Dios para ellos, y sabe que una mujer siempre es útil para hacer caer al hombre. También encontró un siervo disponible en el infame Balán; el diablo y su «profeta» casi instigaron a Dios a destruir la nación.

No coquetees con el desastre

1Mientras los israelitas acampaban en la arboleda de Acacias, algunos hombres se contaminaron al tener relaciones sexuales con las mujeres moabitas del lugar. 

¿Por qué es tan difícil para muchos hombres estar satisfechos con la mujer que Dios les ha dado? ¿Por qué para muchos de ellos las mujeres del mundo son tan atractivas? El adulterio y las relaciones con mujeres paganas estaban claramente prohibidos en la ley. Dios estaba muy consciente del peligro potencial; es por eso que les mandó destruir totalmente las naciones paganas en Canaán, al igual que tu tienes que destruir cualquier pornografía que tengas y asegurarte de que no puedes acceder a ella por Internet. Si está solo un clic de distancia será una tentación constante. Corta cualquier relación que pueda conducir al adulterio y destruye cualquier ídolo. No coquetees con el desastre.

Estas mujeres los invitaron a los sacrificios a sus dioses, así que los israelitas festejaron con ellas y rindieron culto a los dioses de Moab. De ese modo Israel se unió al culto a Baal de Peor, lo cual encendió el enojo del Señor contra su pueblo.

El pecado sexual conduce a la idolatría

Para Dios, la idolatría era peor que el pecado sexual, aunque el hecho es que las mujeres y el sexo a menudo se convierten en ídolos. En lugar de ayudar a estas mujeres a conocer al verdadero Dios, los hombres israelitas cayeron rápidamente en su religión pagana. Parece ser la norma cuando nos relacionamos con una mujer incrédula; rara vez ella viene al Señor. Por supuesto, la eficacia de tu evangelismo es limitada cuando ya estás en pecado. De hecho, cuando caes en pecado sexual, Satanás ya tiene una entrada en tu vida y comienza a edificar una fortaleza, y de allí muchas veces conduce al abuso de drogas o alcohol, una religión falsa y muchas prácticas corruptas.

Si la ira de Dios está ardiendo contra ti por el pecado sexual o la idolatría, no esperes para arrepentirte. Confiesa tu pecado y  vuelve a Dios. El pecado puede ser placentero en el momento y puede no parecer tan grave, pero te destruirá.

Entonces el Señor le dictó a Moisés la siguiente orden: «Detén a todos los cabecillas y ejecútalos delante del Señor, a plena luz del día, para que su ira feroz se aleje del pueblo de Israel».

Acción drástica requerida

Pobre Moisés; ya tiene unos 120 años y tiene que reunir y ejecutar a estos hombres. La plaga ya ha comenzado. En el pasado, Moisés ya estaría intercediendo por el pueblo, pero por alguna razón él guarda silencio. En lugar de buscar al Señor, Dios viene a él y le dice cómo detener la matanza: ejecutar a todos los cabecillas; los hombres que los siguieron se salvarán. Pero Moisés tiene que actuar rapidamente para evitar una masacre más grande.

Así que Moisés les ordenó a los jueces de Israel: «Cada uno de ustedes debe quitarles la vida a los hombres bajo su autoridad que se han unido a rendir culto a Baal de Peor».

Moisés había aprendido a delegar, y sabiamente ordenó a cada juez que matara a aquellos hombres bajo su autoridad que habían pecado. La palabra “juez” se utiliza aquí en el mismo sentido que en el libro de Jueces: eran aquellos que tenían autoridad, inicialmente para resolver disputas comunitarias. ¡Tal vez estas ejecuciones fueron una nueva adición a la descripción de su trabajo! Para cumplir con este mandato tenían que conocer a los hombres a su cuidado y saber dónde encontrarlos. Podría llevar mucho tiempo encontrar a todos y matarlos. Parece que Moisés fue más allá del mandato de Dios e incluyó a todos los que participaron en la adoración de ídolos. Pero, antes de que los jueces actuaran, apareció un problema mayor.

Pecado feo y un hombre celoso

En ese momento, mientras todos lloraban a la entrada del tabernáculo, un israelita llevó a una madianita a su carpa ante los ojos de Moisés y de todo el pueblo. Cuando Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, los vio, se levantó de un salto y salió de la asamblea. Fue y tomó una lanza y corrió detrás del hombre hasta su carpa. Con la lanza, Finees atravesó el cuerpo del hombre y perforó hasta el estómago de la mujer. Entonces se detuvo la plaga contra los israelitas, pero ya habían muerto veinticuatro mil personas.

La plaga ya había matado a 24,000 personas. Probablemente no fue selectiva, por lo que también murió gente inocente. Como siempre, nuestro pecado impacta a quienes nos rodean. Todos vinieron llorando y se unieron a Moisés en el tabernáculo. Y luego, increíblemente, frente a todos, ¡un hombre lleva a una mujer madianita a su tienda! ¿Quién responderá? Moisés no hace nada. ¡Todos están en estado de shock!

Excepto Finees; él tenía celo por el Señor, y corrió tras ellos. Al parecer, su padre Eleazar, el sumo sacerdote, lo criaba bien. Mientras la pareja tuvo relaciones, Finees irrumpe en su tienda y clava su lanza a través de los dos. No hay indicios de que ningunas de los otros cabecillas fueron matados en obediencia al mandato de Dios, pero ese acto audaz fue suficiente para detener la plaga.

10 Así que el Señor le dijo a Moisés: 11 «Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, alejó mi enojo de los israelitas porque demostró entre ellos el mismo celo que yo. Así que dejé de destruir a todo Israel, como pensaba hacerlo a causa del enojo de mi celo. 12 Ahora dile que establezco con él mi especial pacto de paz, 13 por medio del cual doy a él y a sus descendientes el derecho perpetuo al sacerdocio. Pues en su celo por mí, su Dios, él purificó al pueblo de Israel, y los hizo justos ante mí».

Ya tenemos el sentido de que el tiempo de Moisés es corto; una nueva generación está haciendo la obra del Señor. Es Finees quien es celoso y purifica al pueblo. Ya está entrando en su papel de sacerdote, e intercede como Moisés lo había hecho tantas veces. Él está dispuesto a dar un paso audaz para librar a la nación del pecado y hacerlos justos ante Dios. Una vez más, un solo hombre dispuesto a ponerse de pie y actuar salvó multitudes.

Aunque sus días están contados, Moisés sigue siendo el que recibe la palabra de Dios, y ahora se revela la verdad: Una vez más, Dios estaba listo para destruir a toda la nación, pero encontró a alguien con el mismo celo que Él tenía. Alguien tuvo que hacer algo; gracias a Dios por Finees.

Esta historia no justifica algo tan extremo como matar a un pecador. Sin embargo, la lección fundamental es clara: Tenemos que tratar el pecado de manera decisiva, tal como Jesús abogó por cortar la mano o sacar el ojo si te hace pecar (Mateo 5:30; 18:8; Marcos 9:43). Tenemos que mantener nuestras vidas, familias e iglesias puras.

¿Estás celoso para Dios y su santidad? ¿Dispuesto a tomar una posición audaz? ¿Te darías cuenta si Dios estuviera enojado con tu iglesia? ¿O con tu país? ¿Crees que es posible que tú puedas alejar su ira, purificar al pueblo y hacerlos justos ante Dios? Eso es lo que hizo Jesús, ¿verdad? ¿Crees que Él te podría utilizar? Utilizó Finees, y el joven fue recompensado con un pacto especial de paz: Sus descendientes heredarían un sacerdocio permanente.

14 El israelita que murió con la madianita se llamaba Zimri, hijo de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón.15 La mujer se llamaba Cozbi, hija de Zur, jefe de un clan madianita.

Los transgresores eran personas prominentes de Israel y Madián. Israel ya está bien, pero ahora otros van a morir.

La última batalla de Moisés

16 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 17 «Ataca a los madianitas y destrúyelos,18 porque los agredieron con artimañas y los engañaron para que rindieran culto a Baal de Peor, y también por causa de Cozbi, hija de un jefe madianita, que murió durante la plaga debido a lo que ocurrió en Peor».

Ahora los madianitas pagarán. Israel tenía un buen ejército (tenían mucho tiempo para prepararse durante esos cuarenta años en el desierto), y los otros países ya habían oído hablar de ellos. Eran tan numerosos que tenían a todos aterrorizados. Pero más importante, el favor de Dios estaba con ellos y Él bendijo sus esfuerzos. Los madianitas habían utilizado artimañas para luchar contra Israel; ahora morirán por su engaño.

La batalla como se registra en Números 31

1Entonces el Señor le dijo a Moisés: «En nombre del pueblo de Israel, toma venganza en contra de los madianitas por haber conducido a mi pueblo a la idolatría. Después morirás y te reunirás con tus antepasados».

Dios estaba decidido a vengarse de Madián, y mantiene a Moisés vivo para la batalla. Esta sería su última, y podría ser muy doloroso para él. Su esposa era madianita; su familia vivía en Madián. Puede que no haya estado en la misma zona, y sin duda ellos no estaban involucrados en la adoración de Baal, pero es una amarga ironía que el último gran acto de Moisés fue supervisar la devastación de un pueblo que conocía íntimamente.

Así que Moisés le dijo al pueblo: «Escojan a algunos hombres y ármenlos para pelear la guerra de venganza del Señor contra Madián. De cada tribu de Israel envíen mil hombres a la batalla».Entonces escogieron a mil hombres de cada tribu de Israel, en total reunieron a doce mil hombres armados para la batalla. Así que Moisés envió a mil hombres de cada tribu, y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, los dirigió en la batalla. Llevaban los objetos sagrados del santuario y las trompetas para dar la orden de ataque. 

¡Mira quién está dirigiendo la batalla! Moisés es demasiado viejo, pero Finees está listo para pelear. El que está ausente de toda esta historia es Josué, quien pronto asumirá el liderazgo de Moisés y los llevará a la tierra prometida. No tenemos idea de dónde pudo haber estado.

Así que atacaron a Madián, tal como el Señor le había ordenado a Moisés, y mataron a todos los hombres. Los cinco reyes madianitas —Evi, Requem, Zur, Hur y Reba— murieron en la batalla. También mataron a espada a Balán, hijo de Beor.

Balán

Así terminó la historia de Balán (o Balaam). Tú puedes leer acerca de su vida conflictiva en Números, los capítulos 22 a 24:

Pero cuando Balán se dio cuenta de que al Señor le complacía que se bendijera a Israel, no recurrió a la hechicería, como otras veces, sino que volvió su rostro hacia el desierto. Cuando Balán alzó la vista y vio a Israel acampando por tribus, el Espíritu del Señor vino sobre él; entonces pronunció su oráculo (Números 24: 1-3).

¡Ahora finalmente aprendemos quién fue el responsable de todo este fiasco! Un hombre que al principio parecía un siervo de Dios, pero está condenado en toda la Biblia. Moab y Madián se habían unido por temor de Israel, y contrataron a Balan para maldecir a Israel. Cuando eso no funcionó, utilizaron sexo y casi tuvieron éxito. ¡Si Dios hubiera destruido todo Israel como Él quería, Moab y Madián podrían haber celebrado una gran victoria!

La historia de Balán nos recuerda la vigilancia necesaria con los «profetas.» Alguien puede sonar bien, pero eso no necesariamente significa que sea del Señor. Jesús advirtió sobre muchos falsos profetas en los últimos días. Estén atentos al “Balán” en nuestro medio. Parece que alguien puede hablar la palabra de Dios y tener al Espíritu pero aun así ser un hechicero.

¡No maten a las mujeres!

El ejército israelita capturó a las mujeres y a los niños madianitas y tomó como botín el ganado y los rebaños y toda su riqueza.10 Quemaron todas las ciudades y las aldeas donde los madianitas habían vivido. 11 Después que reunieron el botín y a los cautivos, tanto personas como animales, 12 llevaron todo a Moisés, al sacerdote Eleazar y a toda la comunidad de Israel que acampaba en las llanuras de Moab, al lado del río Jordán frente a Jericó. 

Israel estaba a punto de entrar en la Tierra Prometida. Estaban al final de su viaje. Parece que el ejército le fue muy bien, pero cuando Moisés sale a su encuentro, le espera una gran sorpresa:

13 Entonces Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los jefes de la comunidad salieron a su encuentro afuera del campamento. 14 Pero Moisés se enfureció con los generales y los capitanes que volvieron de la batalla.

15 «¿Por qué dejaron con vida a las mujeres? —les reclamó—.16 Precisamente son ellas las que, siguiendo el consejo de Balán, incitaron al pueblo de Israel a rebelarse contra el Señor en el monte Peor. Son ellas las que causaron la plaga que hirió al pueblo del Señor. 17 Así que maten a todos los niños varones y a todas las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales. 18 Dejen con vida únicamente a las niñas vírgenes; pueden quedarse con ellas. 

¡Guarda a las vírgenes!

¿Qué? Matar mujeres y niños, ¿pero guarda a las niñas vírgenes? ¡El versículo 35 nos dice que había 35,000 de ellas! Habría muchas para integrarse en la comunidad judía. ¿Crees que podrían causar celos entre las mujeres judías? ¿Y gozo para muchos hombres judíos? Parece una acomodación extraña para los hombres que apenas salieron del pecado sexual y la idolatría. ¡Casi como recompensarlos por su pecado!

El resto del capítulo describe la purificación necesaria y el botín de la batalla. Este fue un gran comienzo del ganado y los suministros para su traslado a la Tierra Prometida: ¡alrededor de 675,000 ovejas! Sorprendentemente, el verso 49 dice que ni un solo israelita murió en esta gran batalla. ¡Dios realmente estaba con ese ejército! ¡Y eso es lo último que la Biblia dice acerca de todo este asunto extraño!

Es un final trágico y siniestro para un viaje que plagado de quejas y rebeliones. Después de tanto tiempo caminando con Moisés, es triste ver su evidente declive. No hay duda de que ha hecho un trabajo increíble, y es alentador que haya alguien celoso como Finees. Sin embargo, parece que el diablo, la idolatría y nuestra propia naturaleza pecaminosa (especialmente la tentación sexual) siempre están al acecho, queriendo destruirnos. ¿Estás involucrado en algún pecado que con tiempo podría devastar a tu familia? ¿O resultar en tu propia muerte? ¿Hay un pecado a tu alrededor que debes desafiar? ¡Que Dios te dé el celo y la fuerza de Finees a ponerte de pie e interceder por el pueblo de Dios!

Números 21   Salvación a través de una serpiente

¿Hasta cuándo continuará Israel en su rebelión? ¿Jamás se acabará? Hemos visto cómo nuestro Dios se enfureció, se entristeció, y se cansó por ella. Y si somos honestos, tenemos que confesar que nosotros también somos profundamente impactados por nuestra naturaleza caída. Somos propensos a la misma incredulidad, murmullos y desobediencia. Sin embargo, nos resistimos a confesar «Yo soy un rebelde;» queremos justificar y minimizar su gravedad. ¿Has examinado tu corazón en busca de evidencia de esa rebelión?

Sin embargo, recuerda que en este éxodo estamos hablando de un período de cuarenta años. Es posible que hayan pasado muchos meses pacientemente soportando los viajes interminables, la misma comida y las duras condiciones. Es cierto que leemos sobre mucha rebelión en las Escrituras, pero es posible que solo haya una rebelión grave cada año, aunque eso no minimiza su gravedad para Dios o las graves consecuencias para la nación.

Impaciencia en el viaje

Luego el pueblo de Israel salió del monte Hor y tomó el camino hacia el mar Rojo para bordear la tierra de Edom; pero el pueblo se impacientó con tan larga jornada y comenzó a hablar contra Dios y Moisés: «¿Por qué nos sacaron de Egipto para morir aquí en el desierto? —se quejaron—. Aquí no hay nada para comer ni agua para beber. ¡Además, detestamos este horrible maná!».

Tantas veces hemos escuchado la misma queja: No hay nada para beber o comer, excepto el maná, y están hartos de ello. Tienen razón al lamentar que van a morir en el desierto; eso fue el castigo por su rebelión cuando los espías volvieron de la Tierra Prometida. Al final de los 40 años no tenían nada que mostrar por todo ese tiempo caminando en el desierto. Incluso la esclavitud en Egipto les parecía atractiva, aunque casi ninguno de ellos la había experimentado; solo habían escuchado las historias romantizadas de la vida allí.

Al principio eran reacios a quejarse de Dios; dirigieron sus quejas a Moisés. Pero ahora también hablan en contra del Señor.

«¿Cuándo llegaremos?»

Cuando viajamos en automovil durante varias horas, es común para los chiquillos llorar una y otra vez: «¿Cuando llegaremos?» ¡Todos queremos llegar! ¡Queremos las bendiciones prometidas ya! Pero Dios usa el viaje, el proceso, para formarnos y prepararnos para nuestro destino, que no está aquí en la tierra. Cuando nos impacientemos y refunfuñemos somos vulnerables al pecado.

  • ¿Estás impaciente con el largo viaje?
  • ¿Sientes que andas perdido?
  • ¿Piensas mucho en los buenos tiempos del pasado?
  • ¿Te parece inadecuada la provisión de Dios en el desierto?
  • ¿Estás cansado del maná, sobre todo cuando ves a otros disfrutar de una comida rica?
  • ¿Tienes dudas de si sobrevivirás?
  • ¿Recuerdas cómo Dios se siente acerca de las quejas?

¡Serpientes!

Entonces el Señor envió serpientes venenosas entre el pueblo y muchos fueron mordidos y murieron.

Esto es diferente; parece que al Señor le gusta mantenernos vigilantes. Lástima que tengamos que ser mordidos o incluso morir para recibir el mensaje de que estamos desagradando a Dios. ¿Qué podría pasar contigo si Dios enviase serpientes venenosas a los murmuradores hoy? Las serpientes no sabían quiénes eran los culpables; mordieron a todos. Probablemente algunas personas contentas con su maná murieron también porque se encontraron en el lugar equivocado. ¡Cuídate con tus amigos! ¡Quejarse es contagioso y peligroso!

Así que el pueblo acudió a Moisés y clamó: «Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Pide al Señor que quite las serpientes». Así pues, Moisés oró por el pueblo.

¿Recuerdas a otra persona que llamó a Moisés para pedirle a Dios que detuviera las plagas? ¿Crees que Moisés recordó cómo el faraón se arrepintió de su corazón endurecido? Es interesante que el pueblo nunca clamara directamente a Dios. Como siempre, Moisés intercede por ellos y espera en Dios la solución; nunca sabía cuál sería.

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Haz la figura de una serpiente venenosa y átala a un poste. Todos los que sean mordidos vivirán tan solo con mirar la serpiente».Así que Moisés hizo una serpiente de bronce y la ató a un poste. ¡Entonces los que eran mordidos por una serpiente miraban la serpiente de bronce y sanaban!

En este caso, la solución fue tan única como el juicio.

Dios no quitó las serpientes; todavía mordieron a la gente. Pero una vez mordida, el Señor provee la curación. Simplemente tienen que mirar a una réplica de la misma cosa que los afligió. ¡Qué interesante que la sanidad vendría de una serpiente, la misma criatura que al principio trajo el pecado a nuestra raza!

Una vez más el papel de Moisés fue crítico: Él fue el blanco de sus críticas, y lleva todo el peso de la crisis. Alguien tenía que escuchar de Dios cómo salvar al pueblo de una situación desesperada. Moisés fue el único que escuchó su voz confiablemente. Luego tuvo que obedecer una orden extraña: hacer la serpiente, y levantarla en un poste. ¿Te imaginas su prisa haciendo la serpiente, con tantas personas muriendo a su alrededor?

El Hijo del hombre tiene que ser levantado

Jesús se refiere a este incidente en su famoso diálogo con Nicodemo en Juan 3:14-15. Al hacerlo, el Hijo de Dios validó el relato bíblico del éxodo y el liderazgo de Moisés del pueblo:

 Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre,  para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Al principio parece extraño que se compare a sí mismo con una serpiente de bronce en un poste, pero es la idea de ser levantado y la fe sencilla para buscar la provisión de Dios para la salvación.

Así como la mordedura de la serpiente fue mortal, el legado duradero del pecado en nuestra raza, como resultado de escuchar a la serpiente, es mortal. En el éxodo trajo la muerte física; para nosotros es una muerte espiritual. Pero en ambos casos, Dios proporciona vida y sanidad.

Salvarse por una mirada a una serpiente puede parecernos extraño. Tal como, para alguien que no conoce el Evangelio, encontrar la salvación a través de un hombre ensangrentado colgando en una cruz parece extraño. Pero la persona agonizando con su mordedura de serpiente está dispuesta a hacer cualquier cosa para curarse y salvar su vida. Cuando tú te das cuenta del impacto mortal del pecado en tu vida, estás listo para abrazar la locura de la cruz. Si nunca has mirado a Jesús, lee los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas o Juan) con el simple deseo de ver a Jesús. Si estás listo para creer que su muerte pagó el precio de tu pecado y te da nueva vida, díselo. Pídele que te perdone y te sane. Si ya has confiado en Jesús, tómate el tiempo para maravillarte con el prototipo de la cruz que Moisés levantó en el desierto, y cómo simple fe en Jesús puede salvarte y darte vida eterna.

Jesús hizo una declaración más acerca de los resultados de ser levantado en la cruz, en Juan 12:32:

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

En el desierto, Moisés levantó la serpiente, pero la gente tenía que mirarla para vivir. Todavía tenemos que dar ese paso de fe, pero cuando Jesús fue levantado, se desató poder sobrenatural. Él está atrayendo la gente a sí mismo. Ellos pueden resistirlo, pero Jesús desea que todos vengan a Él y vivan. Aprovecha eso y créelo por tus seres queridos que vagan descarriados en este momento. Ora para que Él atraiga a tu familia y comunidad a sí mismo. Cuando tú les hables acerca de Jesús, confía en que Él está trabajando junto contigo. Levanta a Jesús en tus palabras y acciones, y proclámalo con la urgencia de Moisés levantando la serpiente de bronce. Han sido mordidos letalmente por la serpiente, y sin Jesús se enfrentan a un futuro brutal que solo comienza con la muerte. Tú tienes la llave de su salvación en tus manos. Sería criminal para Moisés no levantar la serpiente y ofrecerles sanidad, y es criminal para ti retener a Jesús de los que perecen.

 

Levítico 10    Fuego extraño

Todos nosotros sufrimos de una enfermedad mortal llamada “pecado,” y la rebelión es uno de los síntomas principales. Cada israelita que salió de Egipto se vio afectado por ella. Este caso, que involucró solo a dos hombres, nos recuerda lo importante que es hacer la obra del Señor a su manera.

1Nadab y Abiú, hijos de Aarón, pusieron carbones encendidos en sus incensarios y encima esparcieron incienso. De esta manera, desobedecieron al Señor al quemar ante él un fuego equivocado, diferente al que él había ordenado.

¿Qué mandato violaron? Éxodo 30:1-10 dice que solo el sumo sacerdote podía ofrecer incienso, y solo el incienso específico aprobado por Dios; cualquier otro incienso estaba prohibido.

¿Por qué lo hicieron?

No sabemos. Ellos nunca tuvieron la oportunidad de decir. Es posible que sinceramente quisieran adorar a Dios, o eran ignorantes del mandato. O tal vez sabían que estaba prohibido y se rebelaron deliberadamente. Lo que es trágicamente claro es que no prestaron mucha atención a las instrucciones de Dios. No entendieron cuán santo y serio es adorar al Creador. Una vez más, se manifiesta un corazón rebelde e insumiso.

Muchos cristianos hoy se levantarían para defenderlos:

  • “Ellos estaban ministrando al Señor.”
  • “No estaban adorando a otro dios.”
  • “Solo cambiaron un poco una norma que ni siquiera entendieron.”
  • “Dios era muy restrictivo y no lo suficientemente inclusivo.”

Lamentablemente, nosotros estamos acostumbrados a comprometer lo que claramente dice la Palabra de Dios mucho más que ellos, como el hombre en Mateo 7 que hace grandes cosas por Dios a su manera, y no de acuerdo con la voluntad de Dios. Es un ejemplo perfecto de una religión de conveniencia, donde escogemos de la Biblia lo que nos gusta e ignoramos el resto.

Cómo Dios responde a la rebelión

Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor.

No hubo misericordia. Moisés no tuvo la oportunidad de interceder para salvarlos. ¡No juegues con Dios!

Así que Moisés le dijo a Aarón: «Esto quiso decir el Señor cuando dijo:

“Demostraré mi santidad
por medio de los que se acercan a mí.
Demostraré mi gloria
ante todo el pueblo”».

Y Aarón guardó silencio.

No es la primera vez que Aarón se quedó callado. No sabía qué decir. Él pudo haber estado en shock; acaba de ver a dos de sus hijos consumidos por el fuego. Pero probablemente las palabras de su hermano lo condenaron; Aarón no los había orientado adecuadamente sobre la gravedad de servir a Dios. ¿Podría ser un caso del pecado del padre visitado en sus hijos? Aarón había fabricado un becerro de oro y lo presentó como el nuevo dios del pueblo. Dios no lo mató, tal vez solo porque Dios aún no había dado muchas de las normas de una adoración apropiada.

Dios se demostró santo. Alguien que se le acerca de forma incorrecta pagará un precio alto. Dios será honrado ante el pueblo. Si sus ministros no lo honran, serán castigados, y Dios hará lo necesario para que la gente sepa quién es Él.

Honrar la santidad de Dios

Lo sucedido con esos dos hombres debería poner el temor de Dios en cualquier ministro o líder de adoración. Una cosa es acercarte a Dios solo, pero la responsabilidad es mucho mayor cuando estás llevando a cientos de personas a su presencia, o si te ha dado la oportunidad de honrarlo frente a una multitud.

  • ¿Comunicamos la santidad de Dios en nuestros cultos?
  • ¿Es posible que la gente del pasado en sus catedrales tenían un mejor sentido de su santidad? ¿Honraban más a Dios?
  • ¿De verdad honran a Dios nuestras bandas vestidas con jeans, gritando, con luces láser y humo? ¿O llaman más atención a ellos mismos, y los buenos sentimientos que la música provoca?

Espero que nuestros líderes no sean como Aarón. Él nunca comprendió la gravedad de no entender la santidad de Dios, ni la inculcó en sus hijos, por lo que pagaron con sus vidas.

Después Moisés llamó a Misael y a Elzafán, primos de Aarón e hijos de Uziel —que era tío de Aarón— y les dijo: «Vengan y llévense los cuerpos de sus parientes de delante del santuario a un lugar fuera del campamento». Entonces se acercaron, los agarraron por la ropa y los llevaron fuera del campamento, tal como Moisés lo había mandado.

Como Aarón se quedó callado y tal vez paralizado, le tocó a Moisés limpiar el santuario. Tenían que sacar a los rebeldes del campamento, y dos de sus primos fueron llamados a hacerlo.

Luego Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No rasguen su ropa ni dejen de peinarse en señal de dolor. Si lo hacen, morirán, y el enojo del Señor herirá a toda la comunidad de Israel. Sin embargo, el resto de los israelitas, sus parientes, podrán hacer duelo a causa de la destrucción por fuego de Nadab y Abiú que hizo el Señor. Pero no salgan de la entrada del tabernáculo o morirán, porque ustedes fueron ungidos con el aceite de unción del Señor». Entonces hicieron lo que Moisés les ordenó.

Dios tenía su atención; no hubo ninguna discusión. Aarón y sus dos hijos restantes hicieron exactamente lo que Moisés les mandó. Si no lo hiciesen, se arriesgarían a incitar la ira de Dios contra toda la comunidad. Cuando los líderes no manejan situaciones delicadas correctamente, el juicio puede caer sobre toda la iglesia.

Todavía tenían el aceite de la unción del Señor. Todavía estaban de guardia, y no se les permitió llorar. Eso fue duro, pero la alternativa sería morir. Los demás, seguramente muy sobrios, podían llorar y enlutarse.

Después el Señor le dijo a Aarón: «Tú y tus descendientes nunca deben beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica antes de entrar en el tabernáculo. Si lo hacen, morirán. Esta es una ley perpetua para ustedes, que se cumplirá de generación en generación. 10 Deben distinguir entre lo sagrado y lo común, entre lo que es ceremonialmente impuro y lo que es puro. 11 Y deben enseñarles a los israelitas todos los decretos que el Señor les ha dado por medio de Moisés».

12 Luego Moisés les dijo a Aarón y a los hijos que le quedaban, Eleazar e Itamar: «Tomen lo que queda de la ofrenda de grano, después de que se haya presentado una porción como ofrenda especial al Señor, y cómanla junto al altar. Es sumamente santa, por lo tanto, asegúrense de que no contenga levadura. 13 Deberán comerla en un lugar sagrado, porque se les dio a ustedes y a sus descendientes como su porción de las ofrendas especiales que se presentan al Señor. Estos son los mandatos que me fueron dados. 14 Sin embargo, el pecho y el muslo que fueron levantados como ofrenda especial podrán comérselos en cualquier lugar que sea ceremonialmente puro. Estas partes se te han dado a ti y a tus descendientes como su porción de las ofrendas de paz presentadas por el pueblo de Israel. 15 Deberán levantar el muslo y el pecho como ofrenda especial al Señor, junto con la grasa de las ofrendas especiales. Estas partes te pertenecerán a ti y a tus descendientes, tal como el Señor ha ordenado».

Moisés aprovechó la oportunidad para recordarles otras reglas críticas en el servicio a Dios. Una de ellas merece mayor explicación.

Fue prohibido para los sacerdotes beber «vino ni ninguna otra bebida alcohólica» cuando entraran al tabernáculo para servir a Dios. ¡Dios no quería sacerdotes borrachos! El alcohol impediría su capacidad para distinguir entre lo puro y lo impuro, y no podrían enseñar claramente la Palabra de Dios. Se supone que fuera de su servicio en el tabernáculo, y para la población en general, no había prohibición de bebidas alcohólicas.

Conozco a muchos cristianos que mantienen con muchos celos la idea que el vino de aquel entonces no era fermentado. Es difícil decir con certeza que podría haber sido el contenido alcohólico. Los pueblos antiguos a veces hervirían el jugo de uva, preparaban un jarabe y luego lo combinarían con agua para evitar el alcohol. A veces se lo hervía justo antes de beber para reducir el alcohol, y el jugo de uvas recién exprimidas se podía beber. Sin embargo, parece que ninguno de esos métodos fue ampliamente utilizado, y no fue hasta 1869 que un ministro metodista (Thomas Welch) descubrió cómo pasteurizar el jugo de uva para que no fermentara, principalmente para que pudiera usarse en la Santa Cena. Existen argumentos sustanciales de que el vino bíblico estaba fermentado (como lo es la prohibición que Moisés dio a los sacerdotes), y la combinación en el hebreo de “vino” con “bebida fuerte.” Cuando Pablo ordenó “no te embriaguéis con vino” (Efesios 5:18), él obviamente estaba pensando en vino con alcohol. Lo que es cierto es que la Biblia prohíbe el consumo excesivo de alcohol o la embriaguez, y hay muchas buenas razones para evitar el alcohol por completo.

La obra de Dios a la manera de Dios

16 Luego Moisés les preguntó qué había sucedido con el chivo de la ofrenda por el pecado. Cuando descubrió que había sido quemado, se enojó mucho con Eleazar e Itamar, los hijos que le quedaban a Aarón.

17 —¿Por qué no comieron la ofrenda por el pecado en el lugar sagrado? —les preguntó—. ¡Es una ofrenda santa! El Señor se la dio a ustedes para quitar la culpa de la comunidad y purificar al pueblo, y hacerlo justo ante el Señor. 18 Puesto que la sangre del animal no fue llevada al Lugar Santo, ustedes debieron haberse comido la carne en el lugar sagrado, como lo ordené.

Después de este incidente Moisés probablemente sospechó otras violaciones de la ley. De hecho, los otros dos hijos de Aarón pasaron por alto de una parte muy significativa del sacrificio por la expiación; es solo por su misericordia que Dios no quemó a ellos también. Alguien tenía que supervisar la administración de sacrificios, ofrendas y todo lo relacionado con el servicio a Dios. Era responsabilidad de Aarón, pero ya sabemos que Aarón no era un líder muy bueno.

Demasiados pastores tienen poca idea de lo que está sucediendo en los diversos ministerios en sus iglesias. No es que ellos deben micro-gestionar todos los detalles, sino que deben asegurarse de que están guardando las Escrituras y honrando a Dios.

Demasiados padres tienen poca idea de lo que está sucediendo en sus hogares. Están involuncrados en su trabajo y, a menudo, en la iglesia. La responsabilidad de administrar el hogar recae a mamá. Peor aún, a veces los niños se quedan solos con poca supervisión.

19 Aarón le contestó a Moisés: —Hoy, mis hijos presentaron al Señor tanto su ofrenda por el pecado como su ofrenda quemada. No obstante, me ocurrió esta tragedia. ¿Le habría agradado al Señor si yo hubiera comido la ofrenda por el pecado del pueblo en un día tan trágico como este?

20 Cuando Moisés escuchó esto, quedó satisfecho.

Puede parecer que Aarón está inventando excusas, pero la realidad es que fue un día muy trágico. El hombre estaba sufriendo. Los otros hijos tenían mucho temor de ofender a Dios; tal vez no quisieron tocar el sacrificio. Es cierto que Aarón y sus dos hijos no podían llorar por los muertos, pero Dios todavía es misericordioso, y Moisés quedó satisfecho cuando escuchó a su hermano.

Esperamos que ellos hayan entendido el mensaje: Dios es santo y tenemos que hacer la obra del Señor a su manera. Una y otra vez hemos visto lo lento que fue el pueblo para aprender eso, y miles de personas murieron como resultado.

Nosotros no estamos cargados con todos los sacrificios y los detalles del Antiguo Pacto. Sin embargo, parece que tomamos servir a Dios muy a la ligera. ¿Y tú? ¿Eres muy cuidadoso en tu servicio a Dios? ¿Escudriñas las Escrituras para asegurarte de que estás haciendo todo conforme a la voluntad de Dios? Actualmente no vemos muchos consumidos por fuego, pero todavía tenemos que rendir cuentas a Dios en el día del juicio. ¿Puedes decir con confianza que estás haciendo  la obra del Señor como Él lo manda?

 

Números 20   Un error costoso para Moisés

Moisés ha sido un gran ejemplo de humildad, fe, obediencia y servicio sacrificial. Él se mantuvo firme frente a la rebelión de casi todo el pueblo de Israel. Parece que su recompensa mínima sería disfrutar un poco de las riquezas de la Tierra Prometida. ¿No pensarías que Moisés sería el último en perder su recompensa a causa de su rebelión?

1El primer mes del año, toda la comunidad de Israel llegó al desierto de Zin y acampó en Cades. Mientras estaban allí, Miriam murió y la enterraron.

Han pasado muchos años; pronto entrarán en la Tierra Prometida. Se registra muy poco acerca de esos años de vagar en el desierto. La última vez que se mencionó a Miriam, ella lideró una rebelión contra su hermano Moisés. Ahora está muerta. No sabemos cómo fue su relación con Moisés después de la rebelión, pero conociendo a Moisés, creo que la perdonó. Él ahora está de luto; lo último que él necesita son más problemas del pueblo.

Un problema común: No hay agua

Como la gente no tenía agua, se reunieron todos para protestar contra Moisés y Aarón, y le dijeron a Moisés: —¡Ojalá hubiéramos muerto junto con los otros israelitas que hizo morir el Señor! ¿Para qué trajeron ustedes al pueblo del Señor a este desierto? ¿Acaso quieren que muramos nosotros y nuestro ganado? ¿Para qué nos sacaron de Egipto y nos trajeron a este lugar tan horrible? Aquí no se puede sembrar nada; no hay higueras, ni viñedos, ni granados; ¡ni siquiera hay agua para beber!

Algunas cosas nunca cambian, especialmente en el desierto. ¡Todavía hay falta de agua! Pero Dios siempre ha provisto agua; nadie había muerto de sed. Lástima que esos milagros no resultaron en una fe firme de que Dios la supliría otra vez. ¡Y después de casi 40 años, todavía están pensando en Egipto! ¿Qué hacen en su desesperación? Se juntan contra Moisés y Aarón, y protestan y culpan a Moisés por estar en ese lugar seco. Están desilusionados, sedientos y desesperados. Les parece mejor morir.

¿Y somos nosotros tan diferentes? En situaciones desesperadas es tan fácil para nosotros olvidar la fidelidad de Dios.

  • ¿Estás decepcionado con Dios por un pastor o líder que no cumplió sus promesas? ¿Has aprendido a diferenciar entre las promesas de Dios y las promesas que los hombres pueden hacer a la ligera?
  • ¿Tienes miedo de lo que te pueda pasar a ti o a tu familia?
  • ¿Has perdido la voluntad de vivir o incluso has pensado en suicidarte?
  • ¿Estás en un lugar horrible en este momento?
  • ¿Crees que Dios aún te llevará a un lugar con higos, viñas y granadas?

Gente desesperada tienden a reunirse en oposición a quién está haciendo la vida difícil. ¿Eres parte de un grupo de quejosos? ¿Hay alguien a quien culpes por tus luchas?

La provisión de Dios

Entonces Moisés y Aarón se apartaron del pueblo y fueron a la entrada del tabernáculo, donde cayeron rostro en tierra. Allí la presencia gloriosa del Señor se les apareció, y el Señor le dijo a Moisés: «Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales».

Aarón ha tenido sus momentos difíciles, como el becerro de oro y la rebelión de Miriam. Pero después de todo, se acercó a Moisés y ahora hacen todo juntos. Ya están acostumbrados a caer rostro en tierra. Ellos hacen lo correcto: van al Señor y se humillan en su presencia. Otra vez más su gloria apareció y dio instrucciones claras para resolver el problema: Moisés tiene que tomar su vara, pero esta vez no hace nada con ella. Solo debe hablar a la roca, en presencia de todo Israel, y el agua brotará. Dios quiere que toda la asamblea sea testigo de este milagro. En Éxodo 17, cuando Moisés golpeó la roca, solo los ancianos estaban presentes.

¿No sería genial si siempre fuese tan fácil? ¿Has hecho lo que parece correcto, pero la gloria de Dios nunca aparece? ¿O has pedido su dirección, pero no hay respuesta?

Así que Moisés hizo lo que se le dijo. Tomó la vara del lugar donde se guardaba en la presencia del Señor.10 Luego él y Aarón mandaron a llamar al pueblo a reunirse frente a la roca.

Suena bien. Como siempre, Moisés hace exactamente lo que Dios le manda. Casi se convierte en una rutina. Haces todo lo correcto; has manejado otras crisis y ésta no parece tan grande. ¿Y el agua de una roca? No hay problema. Es solo un día más en el camino del Éxodo. Pero no tengas demasiada confianza, porque cuando tienes mucha confianza, dejas lugar para lo que puede parecer un error pequeño.

La rebelión tonta de Moisés

«¡Escuchen, ustedes rebeldes! —gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?». 11 Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.

Varias veces Dios quiso destruir a todo el pueblo. Ésta no es la primera vez que Moisés se ha irritado por ellos. Tantas veces los había salvado por su intercesión, y todavía no estaban agradecidos. Moisés sabe que los cuarenta años casi han terminado; tal vez finalmente se sienta libre de expresar su frustración y enojo. Él los llama rebeldes, lo que son. Pero luego desobedece a Dios y golpea la roca, dos veces, con la misma vara que Dios santificó y ha usado tantas veces. La golpea con ira y con mucha fuerza.

Al principio no parece ser un gran problema: Brotó agua en abundancia y todos bebieron. El problema se resolvió. Por alguna razón, tal vez porque el pecado de Moisés no tuvo nada que ver con la comunidad, Dios todavía hace el milagro. Pero el hecho de que alguien haga milagros no necesariamente significa que esté haciendo la voluntad de Dios. Dios puede contestar sus oraciones por el bien de la persona que recibe el milagro.

Es cierto que en el pasado Dios le mandó a Moisés golpear la roca para proveer agua, pero éste es un nuevo día. A Dios le gusta mantenernos alertas, cambiando la forma en que hace las cosas. Puede que la comunidad no sepa que Moisés hizo mal, pero Dios los llama a él y a Aarón a rendir cuentas, y las consecuencias son devastadoras.

Las consecuencias de su rebelión

12 Sin embargo, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!». 

Para Dios, la desobediencia de Moisés fue una falta de confianza o fe. ¿No le creyó que hablar a la roca produciría agua? ¿Se olvidó de quién manda? La ira es poderosa, y tal vez era la fuente del pecado de Moisés.

Honramos a Dios como santo cuando le obedecemos y mostramos su amor y cuidado a la gente. Moisés estaba muy consciente de la importancia de honrar a Dios; en el incidente del «fuego extraño» en Levítico 10 (capítulo 35 en este libro),  compartió con Aarón esta palabra que Dios le había dado:

En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado.

Moisés era el  rostro de Dios para ese pueblo, y tenía que modelar el carácter de Dios. En cambio, aquí toda la nación lo vio deshonrar a Dios. Los líderes tienen una mayor responsabilidad, y enfrentan un castigo más fuerte por traer mala fama a su Señor.

Todavía me estremezco cuando leo esto. ¿Cómo puede Dios ser tan severo con un hombre que hizo un trabajo casi imposible tan bueno? Para mi sería devastador no poder entrar en la tierra que le había prometido a la gente durante 40 años. No creas que puedes desobedecer a Dios sin consecuencias severas solo porque lo has servido durante muchos años.

13 Por eso este lugar se conoce como las aguas de Meriba (que significa «discusión») porque allí el pueblo de Israel discutió con el Señor y él demostró su santidad entre ellos.

Anteriormente discutieron con Moisés, pero ahora dice que discutieron con el Señor. Los dos estaban tan unidos que discutir con Moisés era discutir con Dios, lo que hace que el pecado de Moisés sea tan grave.

¿Y cómo mostró Dios su santidad? Al mostrar su poder al suministrar agua, y ni  siquiera permitir que un sirviente especial como Moisés se rebele; eso sería una violación de su santidad y justicia. No hay acepción de personas con Dios.

La muerte de Aarón

Poco después de ese golpe fuerte, Aarón murió. ¡Moisés perdió a su hermana y a su hermano en el mismo capítulo! Dios les negó la entrada a la Tierra Prometida tanto a Aarón como a Moisés, pero Aarón era más prescindible; su hora llegó primero.

22 Toda la comunidad israelita partió de Cades y llegó al monte Hor. 23 Allí, en la frontera de la tierra de Edom, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 24 «Ha llegado el momento en que Aarón se reúna con sus antepasados al morir. Él no entrará a la tierra que le daré al pueblo de Israel, porque ustedes dos se rebelaron contra mis instrucciones con respecto al agua en Meriba. 25 Lleva a Aarón y a su hijo Eleazar y suban al monte Hor. 26 Ahí le quitarás las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las pondrás a su hijo Eleazar. Aarón morirá allí y se reunirá con sus antepasados».

No parece como una despedida muy apropiada para el primer sumo sacerdote y uno de los más grandes líderes de Israel. Parece que Aarón pagó por el pecado de su hermano. Dios se dirige a los dos, pero habla de Aarón en tercera persona. No le agradece lo que ha hecho ni le asegura perdón por sus fracasos. Moisés tiene que escalar una montaña más, quitarle la ropa a Aarón, y ponérsela a su hijo y sucesor como sumo sacerdote.

27 Así que Moisés hizo lo que el Señor le ordenó. Los tres subieron juntos al monte Hor, mientras toda la comunidad observaba. 28 En la cumbre, Moisés le quitó las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las puso a Eleazar, hijo de Aarón. Entonces Aarón murió en la cima de la montaña y Moisés y Eleazar descendieron. 29 Cuando el pueblo se dio cuenta de que Aarón había muerto, todo Israel lo lloró por treinta días.

Una vez más, Moisés hace exactamente lo que Dios le manda. No sabemos lo que dijeron estos tres hombres en esa montaña. Después de la muerte de Aarón, todo se detuvo durante treinta días de luto. Moisés sabía que él sería el próximo. Hay una escena conmovedora en Números 27 cuando se acerca al final:

12 Cierto día el Señor le dijo a Moisés: —Sube a una de las montañas al oriente del río, y contempla la tierra que le he dado al pueblo de Israel. 13 Después de verla, al igual que tu hermano Aarón, morirás; 14 pues los dos se rebelaron contra mis instrucciones en el desierto de Zin. Cuando los israelitas se rebelaron, ustedes no les demostraron mi santidad junto a las aguas.

Otra subida de montaña. En lo que sería muy agridulce, Moisés ve la tierra que fluye leche y miel, pero nunca entrará en ella. No habrá misericordia para Moisés. Él no discute con Dios, sino acepta su destino. ¿Qué más puede hacer? A veces, debido a nuestro pecado, perdemos las bendiciones que el Señor había planeadas para nosotros; un hijo u otro líder puede recibir los beneficios de nuestro duro trabajo.

Moisés unge a su sucesor

15 Entonces Moisés le dijo al Señor: 16 —Oh Señor, tú eres el Dios que da aliento a todas las criaturas. Por favor, nombra a un nuevo hombre como líder de la comunidad. 17 Dales a alguien que los guíe dondequiera que vayan y que los conduzca en batalla, para que la comunidad del Señor no ande como ovejas sin pastor.

Moisés ya es muy avanzado de edad. Ha experimentado mucho en su vida. Ya está listo para dejar este mundo y todas sus tribulaciones para morar eternamente en la presencia de su Señor, pero hay una cosa que le preocupa antes de su muerte: Un pastor para guiar y cuidar a este pueblo que ha pastoreado con tanto amor.

¿Eres consciente que no vas a estar aquí para siempre? ¿Estás preparando a alguien para continuar el trabajo que Dios te ha dado? Puede que Dios te traslade a otro lugar, o mueras, pero no dejes al pueblo de Dios sin pastor.

18 El Señor le respondió: —Toma a Josué, hijo de Nun, en quien está el Espíritu, y pon tus manos sobre él. 19 Preséntalo al sacerdote Eleazar ante toda la comunidad y públicamente encárgale que dirija al pueblo. 20 Entrégale de tu autoridad para que toda la comunidad de Israel lo obedezca. 21 Cuando se necesite dirección del Señor, Josué se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien usará el Urim —uno de los sorteos sagrados que se hacen ante el Señor— para determinar su voluntad. De esta manera Josué y el resto de la comunidad de Israel decidirán todo lo que deben hacer.

Parece obvio que Josué sería escogido, pero Moisés quiere la confirmación del Señor. Hubo pasos específicos que tuvo que seguir en su ordenación como líder:

  • El Espíritu Santo moraba en muy pocas personas en aquel entonces. La presencia del Espíritu era esencial para el liderazgo, y de alguna manera Josué ya estaba lleno del Espíritu.
  • Moisés pone su mano sobre él, una práctica que todavía seguimos cuando ordenamos y comisionamos a los líderes.
  • Lo hace públicamente frente al sumo sacerdote y todo el pueblo. Es importante que las transiciones de liderazgo se hagan públicamente, y no sorprendan a la asamblea.
  • Moisés entregó algo de su autoridad a Josué; cómo lo hizo no está claro. Si Dios lo ha ordenado, se puede transmitir su autoridad de un hombre a otro. Esa autoridad era esencial. Sin ella, Israel no tendría que obedecer a Josué. Con ella, estarían en pecado si no lo hacen.
  • Moisés había hablado directamente con el Señor para pedirle dirección, pero para Josué esa palabra vendría por medio del sumo sacerdote, Eleazar.

22 Así que Moisés hizo lo que el Señor le ordenó y presentó a Josué ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad. 23 Luego Moisés impuso sus manos sobre él y le entregó el cargo de dirigir al pueblo, tal como el Señor había ordenado por medio de Moisés.

Como había hecho tantas veces, Moisés hizo exactamente lo que Dios le mandó hacer. Muy pronto pagará el precio de su rebelión. Él está listo para irse. Ha visto la tierra, y su sucesor está listo. Ahora Moisés quiere escuchar esas palabras que cada siervo del Señor anhela escuchar: «Hiciste bien, buen siervo y fiel.»

La palabra de Dios para ti

¿Y tú? Este pasaje tiene enseñanzas que te ayudarán a ser un siervo bueno y fiel, y terminar bien:

  • Cuando estás en la voluntad de Dios y encuentras un problema, Él te dará una solución. No intentes resolverlo por tu cuenta ni entrar en discusiones con la gente. Ve directamente a Dios, cae sobre tu rostro, y espera sus instrucciones.
  • Moisés dudó si el agua brotaría de una roca a su palabra. Hay mucho poder en proclamar una palabra que Dios te da. Confía en Él.
  • Haz exactamente lo que Él te manda hacer. No hay lugar para improvisar o mejorar su plan. Tal vez por esa razón, aquellos que hicieron grandes cosas en Mateo 7 fueron rechazados por Jesús: no estaban haciendo la voluntad del Padre.
  • Cuidado con la ira y la frustración; pueden nublar tu juicio y hacerte caer en problemas muy graves.
  • Ten cuidado cuando casi estés en casa; casi en la Tierra Prometida. Es fácil aflojar un poco; las consecuencias pueden ser devastadoras.
  • Honra a Dios como santo en todo lo que hagas. Nunca hagas algo que traiga desprecio a su nombre. Muestra tu fe y confía en Él, haciendo lo que te manda hacer.

Si un gran hombre como Moisés perdió la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida debido a lo que parece ser una desobediencia relativamente menor, ¿qué pasará con aquellos que flagrantemente y constantemente violan la santidad de Dios y hacen el ministerio a su manera?

 

Números 16     La rebelión de Coré

Después del desastre con los espías, uno pensaría que Israel habría aprendido que no hay lugar para la rebelión, pero no.

1Cierto día, Coré, hijo de Izhar, quien era descendiente de Coat, hijo de Leví, conspiró con Datán y Abiram, hijos de Eliab, junto con On, hijo de Pelet de la tribu de Rubén. Ellos provocaron una rebelión contra Moisés junto con otros doscientos cincuenta jefes de la comunidad, quienes eran miembros prominentes de la asamblea. Todos se unieron contra Moisés y Aarón y les dijeron:

—¡Ustedes han ido demasiado lejos! El Señor santificó a la comunidad entera de Israel y él está con todos nosotros. ¿Qué derecho tienen ustedes para actuar como si fueran superiores al resto del pueblo del Señor?

Envidia

¿Suena familiar? Poco tiempo atrás Aarón se levantó, junto con su hermana Miriam, con la misma queja. Ahora él es el blanco de críticas. Si tú eres un líder, es muy posible que hayas escuchado críticas parecidas:

  • ¿Quién crees que eres?
  • ¿Quién te hizo Dios?
  • ¡No me digas qué hacer!

La raíz son los celos, pero es un desafío directo a la autoridad Dios-ordenada. Como la mayoría de los engaños del enemigo, hay cosas que son ciertas: Moisés no era más santo que nadie totalmente entregado al Señor, y Dios ciertamente está con todos los que hacen su voluntad. Uno no es mejor que el otro. Pero es una exageración decir que toda la comunidad era santa. Coré ciertamente no estaba actuando muy santo en ese momento; era un hombre muy orgulloso y atrevido que se puso al mismo nivel que Moisés. Es el mismo espíritu que insiste en que no hay diferencia entre hombres y mujeres, tratando de socavar la autoridad del hombre en el hogar. Ciertamente, los hombres no son mejores que las mujeres, pero la igualdad no tiene nada que ver con la función. Padre, Hijo y Espíritu Santo son igualmente Dios, pero tienen funciones distintas. Jesús se somete voluntariamente a su Padre, y el Espíritu hace con mucho gusto lo que el Padre y el Hijo le indican que haga.

La ironía es que Coré seguramente se pondría a si mismo por encima del pueblo si tuviera la oportunidad. Ha sucedido una y otra vez: Un hombre del pueblo (como Fidel Castro, por ejemplo), lucha contra un dictador, pero luego se convierte en el mismo dictador al que condenó.

Esta fue una colección interesante de rebeldes, liderada por los levitas y los rubenitas. Parece que durante algún tiempo buscaban el apoyo de los 250 líderes. Esto fue una conspiración, o aún un golpe de estado. Puede ser que Coré quisiera ser ese líder que los llevaría de regreso a Egipto. Sabemos que Moisés había nombrado ancianos, pero ahora nos enteramos de que también establecieron un concilio formal, que debería funcionar bajo la autoridad de Moisés, dándole apoyo y llevando a él las inquietudes del pueblo. Pero parece que hubo una falta de comunicación, tal vez porque Moisés estaba tan ocupado intercediendo con Dios que no los destruiría después del incidente con los espías. Si el líder no es consciente del descontento, por lo general hay un “Coré” listo para aprovechar la situación.

Cómo responde Moisés

Cuando Moisés oyó lo que decían, cayó rostro en tierra.

Moisés había aprendido bien; en lugar de levantarse en su propia defensa, reflexivamente se humilla. Él sabe que Dios es el único que puede ayudarle. Después de todo, es él (y cualquier ayuda que Aarón pueda brindar) contra 250 líderes, y probablemente Moisés no era muy popular con el resto de la gente en este momento.

Entonces les dijo a Coré y a sus seguidores:

—Mañana por la mañana el Señor nos mostrará quién le pertenece a él y quién es santo. El Señor permitirá la entrada a su presencia solo a quienes él elija. Coré, tú y tus seguidores preparen sus recipientes para quemar incienso. Mañana enciendan fuego en ellos y quemen incienso ante el Señor. Entonces veremos a quién elige el Señor  como su santo. ¡Ustedes, levitas, son los que han ido demasiado lejos!

Moisés no permaneció postrado en su rostro. Es posible esconderse detrás de Dios y no pararse como un hombre para enfrentar la oposición. Lo impresionante de Moisés es su dependencia total de Dios. Él da un desafío y establece los parámetros de cómo resolver el problema. A pesar de esta rebelión, Moisés está claramente a cargo. Él confía en que Dios le dará el apoyo necesario, y si por alguna razón no lo hace, Moisés probablemente estaría muy feliz de regresar con sus ovejas y su familia en Madián.

Moisés está perdiendo la paciencia. Él ha sufrido murmullos y quejas, pero este desafío de sus propios líderes es demasiado. Han cruzado la línea, deshonrando a aquellos a quienes Dios ha puesto en autoridad.

Sé contento con lo que Dios te dio

Moisés le habló de nuevo a Coré: «¡Ahora escuchen, levitas! ¿Les parece de poca importancia que el Dios de Israel los escogiera de entre toda la comunidad israelita para estar cerca de él de manera que sirvan en el tabernáculo del Señor y que estén delante de los israelitas para ministrarles? 10 Coré, él ya les dio este ministerio especial a ti y a tus hermanos levitas. ¿Ahora también reclaman el sacerdocio? 11 ¡En realidad es contra el Señor que tú y tus seguidores se rebelan! Pues, ¿quién es Aarón para que se quejen de él?».

Muchos no están contentos con los dones y la posición que Dios les ha dado, y codician. Por ejemplo, no basta ser co-pastor, siempre busca alguna falla en el pastor principal y sutilmente trata de socavar su autoridad, esperando obtener su posición. O tú puedes tener un papel aparentemente insignificante en la iglesia, y crees que mereces más. Si eres fiel en lo poco y te humillas, Dios puede exaltarte y darte más responsabilidad. O no. Él es el encargado. Esto aplica en tu trabajo y otras situaciones fuera de la iglesia también. Piensa bien sobre lo que estás codiciando. ¿Por qué querrías los dolores de cabeza de Moisés? Lo vemos en la política todo el tiempo: Es fácil criticar a aquellos que están en el poder y prometer a hacerlo mejor, pero por lo general una vez que tienen el poder, rápidamente aprenden los desafíos del liderazgo.

Ten cuidado de no envidiar los dones y el llamado de otros. ¿Estás codiciando la posición de alguien? ¿Criticas sutilmente a quienes tienen autoridad para mejorar tu propia popularidad? ¿Has hablado con tu pastor u otro líder sobre los retos que enfrentan? ¿Hay algo que puedas hacer para apoyarlos? ¿Hay un Coré en tu iglesia u organización?

En este caso, los líderes eran levitas. Ya estaban apartados como una tribu especial para ministrar al Señor, con acceso a los lugares santos. Como Moisés señala correctamente, en realidad no se rebelan contra él, sino contra Dios, por lo que Moisés va a permitir que Dios resuelva el problema.

Egipto, ¿la tierra que fluye leche y miel?

12 Luego Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, los hijos de Eliab, pero ellos respondieron: «¡Rehusamos presentarnos ante ti! 13 ¿No te basta que nos sacaste de Egipto, una tierra donde fluyen la leche y la miel, para matarnos aquí en este desierto, y que además ahora nos trates como a tus súbditos? 14 Es más, no nos has llevado a una tierra donde fluyen la leche y la miel. Ni nos has dado una nueva patria con campos y viñedos. ¿Intentas engañar a estos hombres? ¡Nosotros no iremos!».

15 Entonces Moisés se enojó mucho y le dijo al Señor: «¡No aceptes sus ofrendas de grano! Yo no les he quitado ni siquiera un burro, ni jamás he lastimado a ninguno de ellos». 

Ahora Moisés se dirige a los dos hijos de Rubén. Parece que no estaban presentes cuando los demás presentaron su queja, y cuando Moisés los llama, ¡se niegan a venir! Su desprecio por él es obvio. Hay varias cosas que los están molestando:

  • Habían sufrido como esclavos en Egipto, y Moisés les recuerda a sus amos egipcios. No han superado la desconfianza general de la autoridad ni han aprendido a diferenciar entre la autoridad Dios-ordenada y la autoridad egipcia abusiva.
  • De alguna manera tenían la idea que Moisés maltrataba a la gente y les robaba cosas para su propio beneficio.
  • Convenientemente han olvidado por qué no heredarán los campos y viñedos prometidos. En cambio, acusan a Moisés de no darles una tierra que fluye leche y miel. Además de eso, acaban de enterarse de que van a vagar cuarenta años en el desierto, donde morirán. Tienen que hacer algo para mejorar la vida.
  • Ellos totalmente confunden los hechos (que a menudo sucede cuando estamos en rebelión). Por supuesto, el engañador está siempre dispuesto a ayudarlos. De alguna manera se olvidan de cómo era la vida en Egipto. ¡Lo llaman una tierra que fluye leche y miel! Por supuesto, Moisés es culpable de sacarlos de esa buena vida, y ahora él está llevándolos a la muerte.

Esto fue demasiado, incluso para Moisés. Está enfadado, y le pide a Dios que no acepte la ofrenda que estaban planeando hacer en alguna exhibición hipócrita de espiritualidad.

El desafío

16 Y Moisés le dijo a Coré: «Tú y tus seguidores deberán venir aquí mañana y presentarse ante el Señor. Aarón también estará presente. 17 Tú y cada uno de tus doscientos cincuenta seguidores deberán preparar un incensario y ponerle incienso para que todos puedan presentarlos ante el Señor. Aarón también llevará el suyo».

¿Qué esperaban que sucediera? No sabemos si Dios le mandó a Moisés que hiciere esto, o si Moisés tomó la iniciativa de organizarlo. Veamos si obedecen sus instrucciones y vienen preparados con sus incensarios:

18 Así que cada hombre preparó un recipiente para quemar incienso, lo encendió y le puso incienso. Después se presentaron a la entrada del tabernáculo con Moisés y Aarón. 19 Mientras tanto, Coré había incitado a toda la comunidad contra Moisés y Aarón, y todos se reunieron a la entrada del tabernáculo. Entonces la gloriosa presencia del Señor se apareció ante toda la comunidad. 20 Y el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 21 —¡Aléjense de todas estas personas para que pueda destruirlas en el acto!

Sorprendentemente, lo hicieron exactamente conforme a la palabra de Moisés. Imagina a 254 hombres con sus incensarios frente a Moisés y Aarón, y de repente la gloria del Señor aparece. No sucedió en silencio, en secreto; toda la asamblea estaba esperando ver qué pasaría. Probablemente muchos querían ver a Moisés removido de su posición elevada. No está claro si todos escucharon la voz de Dios; parece que el Señor solo habló con Moisés y Aarón. Dios está enojado; esta es al menos la tercera vez que quería destruir a toda la nación. Solo Moisés y Aarón se quedarían, y tienen que alejarse de la asamblea o ellos podrían ser consumidos también.

Moisés intercede por la asamblea

22 Pero Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra y rogaron: —¡Oh Dios, tú eres el Dios que da aliento a todas las criaturas! ¿Tienes que enojarte con todo el pueblo cuando solo un hombre peca?

¿Viste eso? Otra vez Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros, esta vez en respuesta a lo que dijo Dios. ¿Por qué no dejar que Dios los elimine? ¿Cómo te sientes cuando escuchas profecías de juicio? ¿Estás feliz de que esos «pecadores» finalmente reciban lo que se merecen? ¿O caes rostro en tierra pidiendo la misericordia de Dios sobre tu país?

Creo que nadie culparía a Moisés si aceptara esta oferta de Dios y se deshiciere de todo este grupo problemático. ¡Tendría cuarenta años más con ellos! ¿Cómo te sentirías atrapado con tus críticos más feroces durante los próximos cuarenta años? Pero Moisés es consistente, y muy justo. Sabía que Coré era el cabecilla, y ya sabe lo fácil que es engañar a la gente, por lo que rogó a Dios que no juzgue a toda la asamblea por el pecado de un solo hombre.

Debemos aprender de su ejemplo, y no clasificar a un grupo entero o una iglesia entera por el pecado de una persona. Pide discernimiento de quién es responsable. Escudriña tu corazón para ver cuánto amor tienes por los perdidos. ¿Eres más apto para juzgar, o rogar por la misericordia de Dios? ¿Podría ser que Dios quería probar el compromiso de Moisés con su pueblo? ¿Podría ser que Dios está probándote a ti?

Juicio

23 Y el Señor le dijo a Moisés:  24 —Entonces dile a todo el pueblo que se aleje de las carpas de Coré, Datán y Abiram.

25 Así que Moisés se levantó y fue a toda prisa hasta las carpas de Datán y Abiram, seguido por los ancianos de Israel. 26 «¡Rápido! —le dijo a la gente—, aléjense de las carpas de estos hombres perversos y no toquen ninguna de sus pertenencias. De lo contrario, serán destruidos por el pecado de ellos». 27 Entonces todo el pueblo se alejó de las carpas de Coré, Datán y Abiram. Pero Datán y Abiram salieron y esperaron de pie a la entrada de sus carpas, junto con sus esposas, sus hijos y sus pequeños.

Finalmente aparecen Datán y Abiram; es posible que deliberadamente no participaran en el desafío del incensario como otro signo de su rebelión. La gente se agolpaba, queriendo ver lo que sucedería. Eso puede ser una reacción natural, pero ten cuidado con la curiosidad. Aléjate de los rebeldes. No toques sus cosas, o podrías ser destruido junto con ellos en su pecado. Trágicamente, la familia no tiene esa opción; cuando la cabeza peca, toda la familia sufre.

¿Estás cerca de gente que Dios va a juzgar? ¿Tienes curiosidad por las vidas de los pecadores? ¿Te fascinan? ¿Hasta ver programas y leer cosas en Internet sobre ellos?

28 Y Moisés les dijo: «Esta es la manera en que sabrán que el Señor me ha enviado a realizar todas estas cosas, pues no las he hecho por mi propia cuenta. 29 Si estos hombres mueren de muerte natural o si nada fuera de lo común les sucede, entonces el Señor no me ha enviado; 30 pero si el Señor hace algo totalmente nuevo y la tierra abre su boca y se los traga con todas sus pertenencias y descienden vivos a la tumba, entonces ustedes sabrán que estos hombres mostraron desprecio por el Señor».

El escenario está listo, y es dramático. No sólo trataban a Moisés con desprecio, sino que irritaban y menospreciaban a Dios. No sabemos si Dios le dijo a Moisés lo que estaba a punto de hacer, o si Moisés caminó tan cerca de Dios que conocía su corazón, y en fe proclama lo que Dios hará. De cualquier manera, es una declaración audaz; si tú haces tal declaración, asegúrate de que realmente sea de Dios, y no solo de tu invención.

31 Apenas Moisés terminó de decir estas palabras, la tierra repentinamente se abrió debajo de ellos. 32 La tierra abrió la boca y se tragó a los hombres, junto con todos los de su casa y todos sus seguidores que estaban junto a ellos y todo lo que poseían. 33 Así que descendieron vivos a la tumba, junto con todas sus pertenencias. La tierra se cerró encima de ellos y desaparecieron de entre el pueblo de Israel; 34 y toda la gente que los rodeaba huyó cuando oyeron sus gritos. «¡La tierra nos tragará a nosotros también!», exclamaron. 

Esto debería convencer a la gente de que Moisés fue escogido por Dios, y hacerlos pensar dos veces antes de rebelarse contra la autoridad delegada de Dios. ¡Parece que puso el temor de Dios en ellos!

Cuando contemples hacer algo estúpido, imagina a las esposas e hijos de estos hombres (y sus perros, y todos sus bienes) siendo tragados. Escucha sus gritos. Aún si no le temes a Dios, por amor a tu familia, arrepiéntete y busca a Dios.

35 Entonces un fuego ardiente salió del Señor y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían incienso.

Apenas empezó la masacre; el fuego que consumió a los 250 hombres fue tan dramático como el de los líderes tragados.

36El Señor le dijo a Moisés: 37 «Dile a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que saque todos los incensarios del fuego, porque son santos. También dile que esparza los carbones encendidos. 38 Toma los incensarios de estos hombres que pecaron a costa de sus vidas, y de ese metal elabora láminas a martillo para recubrir el altar. Como estos incensarios se usaron en la presencia del Señor, ya son santos. Que sirvan como advertencia al pueblo de Israel».

39 Así que Eleazar, el sacerdote, recuperó los doscientos cincuenta incensarios de bronce usados por los hombres que murieron en el fuego y del bronce se elaboró una lámina a martillo para recubrir el altar. 40 Esta lámina serviría de advertencia a los israelitas para que nadie que no fuera autorizado —nadie que no fuera descendiente de Aarón— entrara jamás a la presencia del Señor para quemar incienso. Si alguien lo hiciera, le sucedería lo mismo que a Coré y a sus seguidores. Entonces cumplieron las instrucciones que el Señor le dio a Moisés.

Los incensarios se convirtieron en un recordatorio permanente para Israel de lo serio que es rebelarse contra Dios y sus autoridades.

¡Más murmullos!

41 Sin embargo, tan pronto como la mañana siguiente, toda la comunidad de Israel comenzó de nuevo a murmurar contra Moisés y Aarón diciendo: «¡Ustedes mataron al pueblo del Señor!». 

¡Me asombra que la gente pueda hacer esto! Después de que Dios reivindicó y ratificó su liderazgo de una manera tan convincente, ¿cómo podrían atreverse a murmurar contra Moisés y Aarón? ¿Cómo podrían acusarlos de matar gente? ¿Por qué es tan fácil para nosotros dudar y desobedecer, siendo testigos del poder de Dios y conociendo su voluntad?

42 Cuando la comunidad se congregaba para protestar contra Moisés y Aarón, la gente se dio vuelta hacia el tabernáculo y vio que la nube lo había cubierto y que había aparecido la gloriosa presencia del Señor.

43 Entonces Moisés y Aarón fueron al frente del tabernáculo, 44 y el Señor le dijo a Moisés: 45 «¡Aléjate de toda esta gente para que la destruya inmediatamente!». Pero Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra.

Esto ya suena demasiado familiar: Moisés y Aarón están con sus rostros en tierra, de nuevo. Dios está harto, de nuevo. Pero esta vez hay algo diferente; la matanza ya comenzó. Ésto es una emergencia. ¿Qué hará Moisés?

Expiación para el pueblo

46 Y Moisés le dijo a Aarón: «Rápido, toma un recipiente para quemar incienso y ponle carbones encendidos del altar. Agrégale incienso y llévalo entre el pueblo para purificarlos y hacerlos justos ante el Señor. El enojo del Señor ya arde contra ellos y la plaga ha comenzado».

47 Entonces Aarón hizo como Moisés le dijo y corrió entre el pueblo. La plaga ya había comenzado a matar a la gente, pero Aarón quemó el incienso y purificó al pueblo. 

De alguna manera tienen que hacer expiación por este pecado. Moisés sabe que orar por el pueblo no será suficiente esta vez. No estoy seguro exactamente cómo, pero el incienso y los carbones encendidos del altar hicieron expiación. Moisés no pudo hacerlo, pero como sumo sacerdote, Aarón tenía la autoridad de interceder por el pueblo. Hasta ahora, Aarón no ha sido muy impresionante, pero ya ha visto lo suficiente como para saber que debe hacer lo que le dice su hermano. Mientras corría en medio de la multitud (que ya están cayendo muertos), se hizo expiación. Parece que esta experiencia fue muy importante en la formación de Aarón como un varón de Dios.

48 Se puso entre los vivos y los muertos y se detuvo la plaga.49 Aun así, 14.700 personas murieron por esa plaga, además de los que habían muerto por la rebelión de Coré.50 Entonces, debido a que la plaga se detuvo, Aarón regresó donde estaba Moisés a la entrada del tabernáculo.

Coré y todos sus compañeros ya están muertos; ahora casi 15,000 murieron de una plaga. Eso debería llamar su atención, pero Dios quiere hacer aún más para mostrar su apoyo a Moisés y Aarón. En el capítulo 17 de Números (un capítulo inusualmente breve para el Pentateuco, solo tiene 13 versos), el líder de cada una de las doce tribus tuvo que colocar su vara, con su nombre escrito en ella, delante del arca en el tabernáculo. La que brotó pertenecería al hombre que Dios escogió. ¿El propósito de Dios? «Finalmente pondré fin a las murmuraciones y a las quejas de este pueblo en contra de ustedes» (versículo 5).

Bueno, adivina ¿cuál vara retoñó? ¡La de Aarón! No solo retoñó, sino que floreció y salieron almendras. La vara se colocó con el arca como un recordatorio permanente para los israelitas, y parece que esta vez recibieron el mensaje. Por alguna razón, esto realmente los asustó: «¡Estamos perdidos! ¡Moriremos! ¡Estamos arruinados! Cualquiera que tan siquiera se acerque al tabernáculo del Señor morirá. ¿Acaso estamos todos condenados a morir?» No hay registro de la respuesta de Moisés, pero parece que las quejas terminaron por un tiempo. Los siguientes capítulos detallan los deberes del sacerdocio.

La rebelión ha resultado en un golpe mortal para esta joven nación y los privó de la Tierra Prometida. Ha tocado a casi todo el mundo, excepto a Moisés, Josué y Caleb. En un último acto de rebeldía, va a tocar al gran líder también.