Liberación: El hombre fuerte Mateo 12:22-37

Esta es la enseñanza más larga de Jesús sobre liberación: su respuesta a la acusación de los fariseos de que Él sanó por el poder del diablo. Lo hemos visto una y otra vez: el enfoque de Jesús era el Reino de Dios. Solo se metió con Satanás cuando fue necesario. Nosotros también debemos enfocarnos en el Señor y no prestar más atención al diablo de la necesaria. Tendemos a pensar en la guerra espiritual como una batalla entre iguales, pero Satanás no es omnipotente, omnisciente ni omnipresente: es un ángel caído, creado por Dios y bajo el control de Dios.

¿Liberación o curación?

22 Un día le llevaron un endemoniado que estaba ciego y mudo, y Jesús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar.23 Toda la gente se quedó asombrada y decía: «¿No será éste el Hijo de David?»

¿Son liberación y curación lo mismo? Ciertamente están relacionadas. Un demonio puede ser la fuente de una enfermedad, pero no siempre. Hemos visto a hombres mudos y sordos; este hombre era ciego y mudo. Aunque la Biblia afirma que estaba endemoniado, no dice que Jesús echó fuera al demonio, sino que Él sanó al hombre. Jesús vino para restaurar nuestra salud y liberarnos de aflicción, y eso debe ser nuestro ministerio también.

Una vez más, la gente común se maravilla ante el poder de Jesús, mientras que los líderes religiosos lo critican. ¿Por qué es tan difícil para ellos regocijarse en una sanación obvia?

24 Pero al oírlo los fariseos, dijeron: «Éste no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios.»

Cuando no estés de acuerdo con lo que alguien hace, es fácil decir que es del diablo. Lo triste es que no pudieron ver que el mismo Beelzebú los estaba cegándolos y usándolos para socavar el ministerio de Jesús.

Una casa dividida

25 Jesús conocía sus pensamientos, y les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26 Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo. ¿Cómo puede, entonces, mantenerse en pie su reino? 27 Ahora bien, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los expulsan? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes. 28 En cambio, si expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.

Aunque estaban hablando entre sí, Jesús conocía sus pensamientos. Eso debería llamarles la atención y condenarlos, pero están endurecidos y no se arrepienten para nada.

  • Como el Hijo de Dios, Jesús obviamente tiene autoridad sobre los demonios, pero en su vida terrenal, fue por el poder del Espíritu Santo que los expulsó. Su vida era una demostración de la misma autoridad que nosotros tenemos por medio del Espíritu para liberar a los oprimidos.
  • Los judíos también practicaban la liberación, aunque la gente no estaba acostumbrada a verla.
  • El reino de Dios es la manifestación del dominio de Dios y el desplazamiento del reino de las tinieblas. La liberación es evidencia dramática que el reino de luz está presente. Si no hay liberaciones, podemos cuestionar si realmente el reino ha llegado a ese lugar.
  • Jesús señala un principio fundamental: la división interna conduce a una caída. Es por eso que la unidad recibe tanto énfasis en la Biblia. ¿Cuántas iglesias han caído a causa de divisiones internas? ¿Cuántas familias han sido devastadas?

Roba la casa del hombre fuerte

29 »¿O cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y arrebatarle sus bienes, a menos que primero lo ate? Sólo entonces podrá robar su casa.

El hombre fuerte es Satanás. ¡No lo tomes a la ligera! ¡Él es un enemigo formidable! Dios quiere que no sólo entremos a su casa, sino que también arrebatemos sus bienes. Ellos pueden ser los endemoniados, los cegados a la verdad, o aquellas áreas de la sociedad donde Satanás domina. Muchos creyentes bien intencionados han planeado nuevas iglesias, campañas evangelísticas y otras buenas obras, sin antes atar al hombre fuerte. Terminan desanimados, e incluso cuestionan su llamada o el poder de Dios.

Jesús no hablaría de atar al hombre fuerte si no fuese posible hacerlo. ¡Pero no en tu propia fuerza! ¡Vas a salir lastimado! En el Nombre de Jesús, Satanás tiene que someterse. Entonces, ¿cómo robamos su casa?

  • Primero, identifica sus casas. Con oración, discierne a aquellas personas o áreas donde el diablo ha construido fortalezas.
  • En ayuno y oración, batalla para atarlo. La verdadera unidad en el Espíritu es necesaria para ser eficaz en esa oración. Si hay alguna división en el ejército del Señor, fracasará. Si es una casa grande y Satanás ha invertido mucho para protegerla, será una batalla fuerte. Muchas personas se dan por vencidas porque es demasiado dura.
  • El discernimiento espiritual es necesario para saber cuándo está atado, y es seguro entrar a la casa. He visto cuando atan a Satanás pero no se dan cuenta de que es sólo el comienzo. ¡Ellos dejan su casa intacta! Como Israel entrando a la Tierra Prometida, necesitamos fe y audacia, no sólo para entrar, sino también para tomar posesión del territorio para el Señor.

¿Cuál es tu situación? ¿Estás atado en una casa del hombre fuerte? ¿Hay casas del diablo a tu alrededor? Si estás involucrado en la batalla en este momento, ¡coge ánimo! Si necesitas tiempo para recuperar, tómalo. ¡Luego vuelve a la batalla! Prepara una estrategia de oración – con unos hermanos de la misma mente – de cómo saquear su casa y retomar las posesiones del Señor. Tal vez tienes a un hijo en la casa del hombre fuerte. En ese caso, la oración unida con tu cónyuge es muy importante, y es poderosa. Pídele a Dios que te dé ojos para ver claramente lo que está sucediendo a tu alrededor en el reino espiritual.

Blasfemia contra el Espíritu

30 »El que no está de mi parte, está contra mí; y el que conmigo no recoge, esparce. 31 Por eso les digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda blasfemia, pero la blasfemia contra el Espíritu no se le perdonará a nadie. 32 A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero el que hable contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero.

Estos versículos han causado gran consternación entre los creyentes: ¿He sido culpable del pecado imperdonable, la blasfemia contra el Espíritu? Jesús está hablando específicamente en el contexto de los fariseos que atribuyen una obra del Espíritu Santo al diablo. Ten mucho cuidado de despreciar lo que el Espíritu hace en otras iglesias. Si estás preocupado de haber cometido este pecado, probablemente no lo has hecho. Los que blasfeman confían en su propia justicia, están tan cegados que no pueden ver que la sanidad es una obra de Dios, y se endurecen a la convicción de pecado por el Espíritu. Pablo, por ejemplo, creía que los cristianos eran del diablo, pero cuando se enfrentó a la luz, se arrepintió. El pecado imperdonable puede ser apostasía: endurecer permanentemente el corazón a las obras del Espíritu, incluida la convicción de pecado que conduce al arrepentimiento. En el relato de Lucas (12:8-12), incluye renunciar a Jesús bajo presión.

Aunque estos versos son alarmantes, la buena noticia es que hay perdón para todos los demás pecados y blasfemias. Asegúrate que has confesado todo pecado, y luego agradécele alegremente por tu perdón, recordando lo que le costó.

El versículo 30 parece contradecir lo que Jesús dijo en Marcos 9:40 (Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.), pero hay una diferencia importante: En Marcos, la gente hacía milagros en el nombre de Jesús. A diferencia de los fariseos, ellos actuaban con fe en Cristo, pero los discípulos estaban celosos. Es importante tener en cuenta que los fariseos no se quedaron en una zona neutral: O estás con Jesús o contra Él. Eso significa que hay muchas personas amables que están en contra de Jesús, porque Él dijo: O estás recogiendo conmigo o estás esparciendo. Puede ser una buena persona, pero si no está sirviendo a Jesús, está en contra de Él. Dios atrae a la gente y trae paz; Satanás trae división y contienda.

¿Cómo está tu fruto?

33 »Si tienen un buen árbol, su fruto es bueno; si tienen un mal árbol, su fruto es malo. Al árbol se le reconoce por su fruto. 34 Camada de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca. 35 El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.36 Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. 37 Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará.»

La evaluación de un ministerio de liberación debe ir más allá de lo que se ve en un servicio o en la televisión. ¿Cómo está la vida diaria del ministro? ¿Cómo está su fruto? ¿Cómo está el fruto en su familia? ¿Cómo están sus relaciones con otros ministerios? ¿Cómo están sus conversaciones?

¿Qué llena tu corazón? ¿Cómo se manifiesta en tu hablar? ¿Qué tipo de árbol eres? ¿Cómo está tu fruto?

Ya sabes que tu boca puede causar muchos problemas. Ten cuidado con las palabras ociosas. ¡Piensa antes de hablar! ¡Tienes que dar cuenta de todas tus palabras!

Cuando el demonio vuelve

Lucas 11:14-26 puede registrar el mismo incidente, aunque hay algunas diferencias: Mateo coloca estas palabras más adelante en el mismo capítulo (12:43-45); Lucas las tiene en el contexto de la enseñanza de Jesús sobre la liberación.

24 »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” 25 Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada.26 Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.»

Los detalles:

  • Un espíritu inmundo es echado fuera. La persona que ministra la liberación opera en la autoridad dada por Cristo, y tuvo éxito.
  • Los demonios nunca quieren irse. Este espíritu estaba cómodo en la persona, pero cuando tiene que irse, busca descanso en lugares áridos.
  • Su inclinación es volver a donde moraba antes.
  • Esta persona puede haber recibido un seguimiento sobre cómo ordenar su vida. Ha sido diligente, y tiene su casa limpia y ordenada.
  • No hay nada que impida que el espíritu regrese a esa casa; en efecto, la alfombra de bienvenida está afuera, y la puerta abierta.
  • La tendencia para un espíritu inmundo es unirse a otros, aún más siniestros, y volver a «casa».
  • Jesús dice que viven allí.
  • En este caso, la persona termina peor que antes. Está desanimado a pensar que Dios lo había liberado, solo para encontrarse a sí mucho peor. Puede rechazar a Jesús y a la iglesia, y ser resistente a  la liberación. Aquí el diablo ha ganado la batalla.

¡No tomes la liberación a la ligera! ¡Prepárate bien! Tú puedes hacer mucho daño a otras personas y al reino de Dios.

  • Así como la salvación consiste en más que decir la oración del pecador, la liberación es más que la expulsión de los espíritus malignos. Cualquier creyente lleno del Espíritu puede ministrar la salvación o la liberación, pero una enseñanza sólida es necesaria sobre todas las facetas del ministerio.
  • La liberación debe ser ministrada en el contexto de una iglesia local, donde la persona está sometida al liderazgo y recibe seguimiento.
  • Parte de la liberación debe ser la oración para recibir al Espíritu Santo, y la enseñanza sobre la vida llena del Espíritu. Si no ha sido bautizado como creyente, debe ser bautizado.
  • Alguien tiene que andar con la persona, velando por el posible regreso del demonio y ayudándole a crecer en el Señor.
  • Si de repente la persona tiene luchas fuertes, puede ser que un espíritu haya regresado, junto con otros que son aún más destructivos. Prepárate para ministrar la liberación otra vez.

¡Dios está contigo!

Hay una vez más cuando se menciona el ministerio de liberación de Jesús, en el discurso de Pedro a Cornelio en Hechos 10:37-38:

Ustedes conocen este mensaje que se difundió por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Aquí también la liberación se equipara a la curación. Pedro resume el ministerio de Jesús como haciendo el bien y la curación de gente que estaba bajo el poder del diablo. Él podía hacerlo porque Dios estaba con Él, y lo ungió con el Espíritu Santo y con poder. ¿Y sabes algo? ¡Dios está contigo también! ¡Tú puedes experimentar la misma unción y el mismo poder! La vida de Jesús es un ejemplo de lo que Dios puede hacer con una vida sometida a Él. Tu puedes hacer lo que hizo Jesús, y quizás aún más (Juan 14:12).

Innumerables personas están sufriendo bajo la opresión demoníaca, mientras que la iglesia se ocupa con sus bandas de adoración, prosperidad y templos grandes. La mayoría no quiere hacer nada con la liberación: Es demasiada complicada, demasiada polémica y demasiada exigente. ¡Tienes que orar mucho! ¡Incluso ayunar! Mientras tanto, algunas familias son destruidas; la gente muere, y la iglesia es vista como una broma. Con demasiada frecuencia, los ministerios de sanidad y liberación son despreciados por el mundo – y la iglesia. ¿Es hora de que tú lo tomes en serio? ¿Necesitas liberación? ¿Hay algún ser querido que la necesita?